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Inicio brusco
Inesperado o imprevisible
Violento
Súbito, Rápido
La exposición a la agresión es corta
La resistencia del individuo es poco importante.
Todos los accidentes forman parte de una cadena causal en la que intervienen diversos
factores evitables
Causas inmediatas inseguras: Son las causas técnicas o relacionadas con el factor
técnico, fallos de materiales instalaciones, normativa o diseño del proceso de
trabajo.
Falta de Conocimientos
Problemas de motivación
Incapacidad Física o Mental
Fatiga
• Factores de Trabajo:
Máquinas
Instalaciones/Equipos
Materiales
• Factores Ambientales:
Ambiente
Lugares de trabajo
Espacio, accesos y superficies de trabajo y de paso.
• Factores Organizativos:
Leves
Graves
Muy graves
Mortales
Es aquella contraída a consecuencia del trabajo por cuenta ajena en las actividades
especificadas en el cuadro R.D.(1995/78) y que esté provocada por la acción de los
elementos o sustancias que se indiquen. (Art 116 Ley General de la Seguridad Social).
Desde el punto de vista técnico es el deterioro lento y paulatino de la salud del trabajador
por una exposición crónica a situaciones adversas.
Inicio lento
No violenta, oculta ,retardada
Previsible. Se conoce por indicios lo que va a ocurrir.
Progresiva va hacia delante
Oposición individual muy considerable
Tiempo de exposición
Concentración del agente contaminante en el ambiente de trabajo.
Características personales del trabajador
Presencia de varios contaminantes al mismo tiempo.
La relatividad de la salud
Condiciones de seguridad
Factores de riesgo en la utilización de máquinas y herramientas
Diseño del área de trabajo
Almacenamiento, manipulación y transporte
Sistemas de protección contra contactos indirectos
Accidente de trabajo es toda lesión corporal que el trabajador sufra con ocasión o a
consecuencia del trabajo que ejecuta por cuenta ajena.
Esta definición legal se refiere tanto a las lesiones que se producen en el centro de trabajo
como a las producidas en el trayecto habitual entre éste y el domicilio del trabajador: estos
últimos serían los accidentes llamados "in itinere".
Los accidentes, por muy inesperados, sorprendentes o indeseados que sean, no surgen por
casualidad. Son consecuencia y efecto de una situación anterior, en la que existían las
condiciones que hicieron posible que el accidente se produjera. Siempre hay unas causas
de carácter natural, no misteriosas o sobrenaturales, y aunque a veces cueste encontrarlas,
no debemos echar la culpa a "la mala suerte" o resignarnos, pues de esa manera no es
posible prevenir que vuelvan a aparecer y den lugar a nuevos accidentes.
Las enfermedades profesionales representan otra parte importante del daño a la salud
producido por los riesgos laborales, aunque al no aparecer de forma inmediata su relación
con el trabajo puede pasar inadvertida, por lo que muchas suelen catalogarse como
"enfermedad común".
Para que una enfermedad se reconozca como profesional, la legislación suele requerir una
relación específica e indiscutible con el trabajo. La enfermedad profesional, según el artículo
116 del texto refundido de la Ley General de la Seguridad Social, la define como "toda
aquella contraída a consecuencia del trabajo ejecutado por cuenta ajena, en las actividades
que se especifiquen en el cuadro que se aprueba por las disposiciones de aplicación y
desarrollo de la ley, y que estén provocados por la acción de los elementos o substancias
que en dicho cuadro se indique para toda enfermedad profesional". El cuadro de
enfermedades profesionales vigente en la actualidad fue aprobado por el Real Decreto
1299/2006, de 10 de noviembre, por el que se aprueba el cuadro de enfermedades
profesionales en el sistema de la Seguridad Social y se establecen criterios para su
notificación y registro.
Sin embargo, la mayor parte de las dolencias que afectan a la salud de las personas en su
trabajo raramente se deben a una sola causa y generalmente están relacionadas tanto con
factores laborales como extra laborales (p.e. lumbalgias). Por ello resulta cada vez más difícil
catalogarlas como enfermedad profesional en el sentido tradicional del término.
Las enfermedades contraídas como consecuencia del trabajo y que no estén contempladas
como enfermedades profesionales serán consideradas, a efectos legales, como accidentes
de trabajo.
Tal como están las cosas actualmente, parece más importante saber si un determinado
trabajo tiene algo que ver con la aparición de una enfermedad que decidir si dicha
enfermedad se debe única y exclusivamente al trabajo. Esto además, es lo que nos permite
conocer, qué factores o condiciones de trabajo influyen negativamente en la salud de los
trabajadores y trabajadoras para eliminarlos o controlarlos, es decir, para hacer prevención.
Si se produce un daño y éste es catalogado como accidente de trabajo o enfermedad
profesional, el trabajador/a afectado tiene derecho, además, a unas indemnizaciones
económicas especiales que se regulan en la Ley General de Seguridad Social.
Existen otros factores de riesgo laboral que no ocasionan un daño para la salud de forma
directa, sino que causan efectos negativos en un momento en concreto o largo plazo.
Pueden materializarse en dolencias profesionales. Tienen graves repercusiones, no solo en
la salud y bienestar, sino también sobre el rendimiento, la calidad del trabajo, etc…
Se originan entonces las patologías del estrés laboral, carga mental, síndrome del quemado
o burnout, acoso psicológico o mobbing…
Las prestaciones asistenciales son los servicios de salud a que tiene derecho un trabajador
en el momento de sufrir un accidente o, detectar una enfermedad laboral. Las
prestaciones asistenciales a que tiene derecho, son: Asistencia médica, quirúrgica,
terapéutica y farmacéutica. Servicios de hospitalización. Servicio odontológico. O
Suministro de medicamentos. Servicios auxiliares de diagnóstico y tratamiento. O Prótesis
y órtesis, su reparación y su reposición solo en casos de deterioro o desadaptación,
cuando a criterio de rehabilitación se recomienda. Rehabilitación física y profesional.
Gastos de traslado, en condiciones normales, que sean necesarios para la prestación de
estos servicios.
Es una prestación económica que se genera cuando fallece el afiliado o pensionado por
vejez o invalidez, se pagará a la persona que demuestre haber sufragado los gastos
fúnebres o de entierro. Equivalente al último salario base de cotización, o al valor
correspondiente a la última mesada pensional recibida, según sea el caso, sin que pueda
ser inferior a 5 SMLMV, ni superior a 10 veces dicho salario (artículo 86 de la Ley 100 de
1993). El auxilio deberá ser cubierto por la respectiva Administradora de Riesgos Laborales
(ARL).