Existen muchas ideas sobre cómo criar a los niños.
Algunos padres adoptan las ideas
que sus propios padres usaron. Otros buscan consejos de sus amigos. Algunos leen libros sobre cómo ser buenos padres. Otros toman clases ofrecidas en la comunidad. Nadie tiene todas las respuestas. Sin embargo, los psicólogos y otros científicos sociales ya saben cuáles prácticas de crianza son más eficaces y tienen más probabilidad de llevar a resultados buenos para los niños. Las ideas sobre cómo criar a los niños se pueden agrupar en tres estilos. Estas son maneras diferentes de decidir quién de la familia tiene qué responsabilidad. AUTORITARIO Los padres autoritarios siempre tratan de estar en control y ejercer control sobre los niños. Estos padres fijan reglas estrictas para tratar de mantener el orden, y normalmente lo hacen sin demostrar mucho afecto o cariño al niño. Tratan de establecer normas de conducta estrictas y generalmente son muy críticos de los niños por que no satisfacen los criterios. Les dicen a los niños lo que deben hacer, tratan de hacerles obedecer y normalmente no les dan opciones para escoger. Los padres autoritarios no explican por qué quieren que sus hijos hagan las cosas. Si un niño pregunta sobre alguna regla u orden, quizás el padre le conteste, "Porque yo dije". Los padres tienden a concentrarse en el comportamiento negativo, en vez del positivo, y castigan o regañan a los niños, muchas veces severamente, por que éstos no siguen las reglas. Los hijos de padres autoritarios generalmente no aprenden a pensar por sí mismos ni entienden por qué sus papás exigen cierto comportamiento. Entre las características más comunes podemos destacar: o Exigentes, no receptivos. Tienen muchas reglas e incluso pueden gestionar casi todos los aspectos de la vida y el comportamiento de sus hijos. Sus reglas se aplican a casi todos los aspectos de la vida, desde cómo se espera que los niños se comporten en el hogar hasta cómo deben actuar en público. Tienen muchas reglas que esperan que los niños sigan, a pesar de que estos niños reciben poca o ninguna instrucción explícita sobre esas «reglas». o Poca calidez, poca demostración de cariño. Los padres con este estilo de crianza a menudo parecen fríos, distantes y duros. Son más propensos a regañar o gritar a sus hijos en lugar de ofrecer aliento y alabanza. Valoran la disciplina más que la diversión y tienden a esperar que los niños simplemente sean vistos más no escuchados. o Castigar con poca o ninguna explicación. Generalmente no tienen problemas para recurrir al castigo físico. En lugar de confiar en el refuerzo positivo, reaccionan con rapidez y dureza cuando se rompen las reglas. o Tienen sus propias reglas. Establecen las reglas y tienen un enfoque que justifican con «porque lo digo yo y punto», «a mi manera o en la carretera» para la disciplina. Hay poco espacio para la negociación y rara vez permiten que sus hijos tomen sus propias decisiones o Tienen poca o ninguna paciencia para la mala conducta. Carecen de la paciencia para explicar por qué sus hijos deben evitar ciertos comportamientos. o No confían en sus hijos. Si bien los padres con este estilo tienen altas expectativas y reglas estrictas, tampoco le dan a sus hijos mucha libertad para demostrar que pueden exhibir un buen comportamiento y tomar buenas decisiones. En lugar de dejar que sus hijos tomen decisiones por sí mismos y enfrentar las consecuencias naturales de esas elecciones, los padres autoritarios se ciernen sobre sus hijos para asegurarse de que no cometan errores. o No están dispuestos a negociar. Los padres autoritarios no creen en las áreas grises. Las situaciones se consideran en blanco y negro y hay poco o ningún margen de compromiso. Los niños no tienen voz ni voto cuando se trata de establecer reglas o tomar decisiones. o Pueden avergonzar a sus hijos para obligarlos a comportarse. Pueden ser muy críticos e incluso pueden usar la vergüenza como una táctica para obligar a los niños a seguir las reglas. «¿Por qué siempre haces eso?» «¿Cuántas veces tengo que decirte lo mismo?» Y «¿Por qué no puedes hacer nada bien?» son solo algunas de las frases que estos padres podrían usar regularmente. En lugar de buscar formas de desarrollar la autoestima de sus hijos, estos padres a menudo creen que avergonzar a sus hijos los motivará a hacerlo mejor. Efectos de la crianza autoritaria o Los hijos de padres autoritarios tienden a: o Asociar obediencia y éxito con amor o Mostrar un comportamiento más agresivo fuera del hogar o Actuar con miedo o con timidez con los demás o Tener una baja autoestima o Tener dificultades en situaciones sociales debido a la falta de competencia social o Conformarse fácilmente, pero también pueden sufrir depresión y ansiedad o Tener dificultades para controlarse porque rara vez pueden tomar decisiones y experimentar consecuencias naturales Debido a que los padres autoritarios esperan una obediencia absoluta, los niños criados en tales entornos suelen ser muy buenos para seguir las reglas. Sin embargo, pueden carecer de autodisciplina. Los niños criados por padres autoritarios no son alentados a explorar y actuar de forma independiente, por lo que nunca aprenden a establecer sus propios límites y estándares personales. En última instancia, esto puede generar problemas cuando la figura parental o de autoridad no está presente para controlar el comportamiento. PERMISIVO Los padres permisivos ceden la mayoría del control a los hijos. Fijan muy pocas reglas, si es que fijan algunas, y las que sí fijan generalmente no se hacen cumplir de manera uniforme. No quieren estar atados a una rutina. Quieren que sus hijos se sientan libres. No establecen límites ni tienen expectativas claras de comportamiento para sus hijos, y tienden a aceptarlos de manera cálida y cariñosa, no importa la conducta de los niños. Los padres permisivos dan a los niños tantas opciones posibles, aún cuando el niño no sea capaz de tomar una buena decisión. Tienden a aceptar el comportamiento del niño, sea bueno o malo, y no hacen ningún comentario sobre si le beneficia o no. Quizás se sienten incapaces de cambiar el mal comportamiento, u optan por no involucrarse. Los progenitores que educan de esta manera, suelen distinguirse por las siguientes características: o Ceden ante cualquier capricho que se le antoje a su hijo, fomentando que el nivel de frustración del niño sea nulo. o Siguen tomando constantemente decisiones por sus hijos, rebajando su nivel de autonomía, les quieren hacer la vida más fácil pero simplemente les están convirtiendo en inmaduros. o No se les exige ni responsabilidades ni obligaciones. o Les es imposible decir no. El padre permisivo se siente inmediatamente culpable al emplear esta palabra. o Justifican todo comportamiento negativo del hijo para evitar que se sientan culpables o poco queridos. o Sobreprotegen al hijo ante cualquier circunstancia. ¿Cómo son los hijos de padres permisivos? Se suelen sentir perdidos al carecer de pautas sobre el camino que deben seguir. Pueden ser manipuladores, inseguros y un tanto impacientes, por lo que les cuesta trabajar con el objetivo de obtener ganancias a largo plazo. Lo quieren todo inmediatamente. Normalmente poseen una gran inmadurez, que en ocasiones va acompañada de una baja autoestima, y tienen problemas para controlar sus impulsos DEMÓCRATA O AUTORITATIVO Los padres demócratas ayudan a los niños a aprender a valerse por sí mismos y a pensar en las consecuencias de su comportamiento. Lo hacen al dar a sus hijos expectativas claras y razonables y al explicarles por qué esperan que los niños se porten de cierta manera. Hacen seguimiento del comportamiento de los niños para asegurarse de que cumplan las reglas y expectativas. Lo hacen de una manera cálida y cariñosa. Muchas veces, tratan de pescar a los niños cuando se portan bien para poder reforzar el buen comportamiento, en vez de concentrarse en el malo. Por ejemplo, al niño que deja los juguetes en las escaleras le dicen que no lo debe hacer porque "alguien podría tropezar con ellos y lastimarse o dañar el juguete". Más adelante, los padres involucran a los hijos cuando fijan reglas y hacen quehaceres. "¿Quién va a trapear el piso de la cocina y quién va a sacar la basura?" Los padres que tienen un estilo democrático ofrecen opciones según las habilidades del niño. Para un niño pequeño, la opción puede ser entre la camisa roja o de rayas. Para un niño mayor, la opción puede ser entre una manzana, una naranja o un plátano. Los padres guían el comportamiento de los niños enseñándoles, no castigándolos. "Le pegaste a Maribel con la camioneta. Eso le dolió. Vamos a guardar la camioneta hasta que puedas jugar con ella de manera segura" Los padres con un estilo democrático se caracterizan por: o Ser muy cariñosos o Mantienen con sus hijos altos niveles de comunicación. o Las normas y los límites son claros y suelen ser explicados y justificados ante sus hijos de forma razonable a las diferentes edades y necesidades. o Controlan y restringen el comportamiento de sus hijos con normas y límites claros. o Los padres que se manifiestan en este estilo, al margen de ser cálidos y cariñosos, poner normas claras y coherentes, supervisar y guiar las conductas, también fomentan la autonomía, animando al hijo / a que sea más independiente, estimulando así el desarrollo. Si los hijos se sienten queridos y apoyados sabrán que siempre pueden contar con los padres cuando lo necesiten, pero al mismo tiempo, tienen que tener claro que no pueden hacer lo que quieran, que hay unos límites que no se pueden traspasar y, que deben cumplirse para su bienestar y el bienestar de los demás. Esto hará que tengan una buena autoestima, un buen comportamiento y una actitud responsable hacia los demás. Al ser padres y madres cariñosos, hace más fácil la transmisión de valores y formas de comportamiento con los que se quiere educar, ya que los hijos son más receptivos si se les enseña las cosas en un ambiente de afecto y respeto mutuo. Consecuencias o Niños que tienden a tener altos niveles de autocontrol y de autoestima. o Son más capaces de afrontar situaciones nuevas con confianza. o Son persistentes en las tareas que comienzan. o Son interactivos y hábiles en las relaciones entre iguales, independientes y afectivos. o Suelen tener valores sociales y morales interioridades. o Interiorizan normas y su competencia social está muy desarrollada. CONSEJOS PARA PADRES DE FAMILIA Trate a su hijo con respeto. Háblele y hágale preguntas. Sea cortés. Evite regaños, gritos y golpes. Si su hijo se porta mal en público, llévelo a casa. Evite humillarlo. Tal vez tenga sueño o hambre. La próxima vez, planee el viaje después de que haya dormido o comido. Sea uniforme. No sea permisivo en un momento y estricto en otro. Asegúrese de que todos sigan las reglas, aun usted. Haga promesas sólo cuando está seguro de poder cumplirlas. Como padres, consúltense el uno al otro y mantengan un frente unido para que el niño no trate de hacerlos pelear para lograr sus propósitos. Anime a su hijo. Ayude a fomentar su confianza en sí mismo. Dígale, "Yo sé que lo puedes hacer" o, "Has trabajado muy duro en eso". Evite las críticas. No compare a un niño con otro. Exprese su amor. Diga las palabras, "Te quiero". Dele palmaditas, besos y abrazos. Dedique tiempo a la diversión. Haga actividades que ambos disfrutan.