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EL ALMA EN EL PENSAMIENTO
!I III/(A un 1./\ HIII'HI{VIVHN(:IA UI!I, ALMA
10 IUII'llI(SnN'I'A(;IONI(S 111", ALMA
DE LOS PUEBLOS PRIMITiVOS
"
11
LA SIII'I!IlVIVI!NCIA I(N LA "Rnll rSTOIl[A
'IHlIlNCIAS DI,! LOS I'UIJULOS I'RIMlTIVOS ACTUALES
~ las religiones no cristianas, el concepto de «alma" contiene ya en germen mll/\ 11
I N
13 LA IDEA DE LA SUPERVIVENCIA 111'11111
~ 1111 barrunto del misterio de la vida futura. Ciertamente, no se concibe 1)1\1. 1\ I
EN LOS DIFERENTES PUEBLOS
IlItlfW(U el alma como espíritu; el elemento mínimo. común de su definición,
13 PUI3BLOS DE LA ANTIGUA EUROPA DEL NORTE '1"\' su observa en 10.$0 diversos grupos humanos, aun en lDSmás primitivo-s, es
14 M~JICO y PERÚ 1/111' en el instante de la muerte, de los despojos fríos e inertes sale algo" que
15 ASIA ORIENTAL: CHINA y JAPÓN 1"ilIIVU siempre asociado a aquellos despojos durante la vida, algo que generalmen-
16 y ARAMEOS
17
ASIA OCCIDENTAL: BABILONIOS, ASIRIOS 1\' SI} concibe coma una imagen, o un doble, o un fantasma del cuerpo, fantasma
ISLAMISMO
1/IIl' ctnólogos y psicólogos llaman «alma-imagen» (Bildseele), por cuanto re-
18 INDIA VÉDICA y BRAHMÁNICA
20 BUDISMO
nroducc la persona del difunto, o bien «alma externa», porque puede moverse
20 HINDUisMO llhrcrnente en el espacio, lejos de la que ha sido su morada ordinaria y puede
21 Iljlltreccrse a los ViVDSen los fenómenos del sueño (Traumseele). Ese algo que
LA FE EN LA INMORTALIDAD EN LA PERSIA DE ZOROASTRO
23 LOS GRIEGOS w ha alejado con el último aliento, de donde proviene el nombre de «soplo>,
24
24
LOS ROMANOS l' «respiro» que se da en algunas lenguas al alma (rúacñ en hebreo, psyché en
LOS ETRUSCOS jlI'k'go, ánima - del griega anemos, viento -, en latín) imaginando que entró
uucriormente en el cuerpo, del cual sale con la muerte; en cuanto a su forma,
25 LA INMORTALID.ADy LOS «MISTERIOS" lo identifican en cierto modo con los animales voladores, los pájaros y los
25 MISTERIOS DIONISiACOS uscctos alados. Las representaciones reales o fantásticas del mito griego: las
26 MISTERIOS ÓRFICOS Sirenas, Parcas, Erinas o Furias y Arpías se refieren todas al alma-pájaro,
3l MISTERIOS ELEUSINOS La documentación sobre este particular es abundantísima, por lo cual es
31 NEOPITAGORISMO uútil citar la fuente etnográfica de la misma; pero vale la pena recordar, a
32 MISTERIOS DE EGIPTO \':-,tepropósito, la descripción que de las creencias de los indígenas de Australia
3 MISTERIOS DE FRIGIA
33 occidental, hizo el decano de los misioneros de la región de Perth, el benedic-
NEOPLATONISMO
11110 español, Rosendo Salvado, el cual, en 1846,. cuando. fundó la misión de New
Nursey (Nueva Nursia, en honor de la patria de San Benito) los encontró que
vivían socialmente como en la edad de piedra. «Creen que el alma es inmortal
y que a la muerte de un salvaje pasa al cuerpo de otro, o bien se queda anegada
\'11 llanto cantando y revoloteando por los árboles. Muchas veces he observado
durante la noche que alguna mujer australiana, a quien se le había muerto recien-
Icmcnte alguno de sus hijos, se levantaba y echaba a correr sola por los bos-
ques por haber oído el melancólico canto. de algún pájaro nocturno que ella
vrcía infaliblemente ser el alma de su hijo. Le llamaba por su nombre, le decía
mil ternuras y llorando desconsoladamente le invitaba a regresar a su casa" '.
La idea que el hombre primitivo se ha formado del alma es paralela al
desarrollo social y moral del grupo. en que vive. Mientras éste tuvo la forma
tic clan errante de un sitio a otro, sin residencia fija, el concepto de alma no
xuperó su primitiva figuración, sin ritos funerarios y sin culto a los muertos.
NOT/\ l'cro cuando a la vida errante sucedió la sedentaria, con el culto de las' tumbas,
"111 A 1'11' /\ Nlcolás Turchi, nació en Roma el año 1882 y ron el desarrollo de nuevas necesidades y por tanta de nuevas obligaciones so-
Si' doctoró en Teologfa el año 1904. Ordenado
soccraoi e en 1904, [uc caa edrdtico de Retórica ¡ojales,con un sentido de la responsabilidad y de la vida individual tanto mayor
('/1 las «Scuole di Propaganda Pide" (1905-1910), ruanto más se aflojaban las férreas ataduras del clan, en el cual toda la vida,
woj('sor de Historia ao las Religiones en 1917 incluso la sexual, tenía un valor y aspecto. colectivo, entonces el concepto de
.v /'IINlrgatlo de lo mlsnm uunerta en. la Uni- ¡lima fue tomando un valor cada vez más individual y más moral.
1I('rslrf(~d dI' Flor/'IINo ,tI/, N35 (f /940. Le fue
010/'11((,(10 I'! prctnh¡ di' ltlsrorl« di' In «Acode- En correspondencia con este progreso del grupo, ante el problema que al
/111" 11('/ 1,11/('('1» ('11 /955, nI autor 1/(, IlIfll/'erosas \ hombre primitivo se le proponía acerca de la suerte de aquella entidad, que
1/11/'(/.\' so{¡rl' lllstorlir dI' III~ /(¡'''íJlo/ll'\,
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I~NI.M'1I1.111.rON!
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dl' loi'l t'Icll's Y nuru aviso de los Inl'lcles. EntL'e Itls I'diglO es cxtl'uhr.
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,\ 1'<11\'111111 11'111111111,11"''''IIII'II~ 1'~IIIVIIIIMIL
uuln 11',11L'11t IpO IOllllultdo hlh"', 1(1"que tienen unu csc;a101og{Ucolectiva son el :¿O,roastrismoy el lslu-
11111\ 1 111111~lllldll IIl1ldlld, 11111111 dI' 1IIIIIIIIhll W OI.glllltlNpl'l'plllllu1'.y durícs uuu 1I11~1I111
(l'l budlsmo tiene una escatología cósmica cxtrarreligiosa.); entre les re-
""'11111""":11I"'IIII"~111'11111111111 ItI supcrvlvcnclu de uqucllu «cntidud» y la aten-
dI" l011 I'ilo:; I'lIl1l'I'[\I'los,tlL:bió, teniendo en cuenta Su concepto" siquiera ole-
111'11711\'"
bíbllcll!'l el judaísmo postex~lico Y el cristianismo.
iucutnl, rclru lvo nl origen del hombre (cosmogonía), debió de excogitar una \llm. vislllmbre de creencia en la vida ultramundana, especialmente en lA 1-1111'1;
muncru de existencia para todas esas «almas», un sitio de reunión, una suerte 11I111tlt)puede considerarse como una consecuencia de la supervivencia del alma, ".N I.A '"
() destino de las mismas.
ill 111111
ti IlIOS también en la prehistoria: la falta de documentos escritos y los
I~\ II~OSrestos que se conservan en la tierra adquieren un particular valor de-
I:N'IMHI- Así en las religiones naturales que responden a las necesidades y exigencias.
II!I 1\1./1\/\ IIIIISll'l\tivo,si se iluminan con las prácticas Y las creencias de los pueblos pri-
elementales de los grupos e individuos con relación a su estado social, se ima-
gintl generalmente la vida del más allá como una continuación umbrátil de la IIl1livos
En elactuales.
paleolítico antiguo o inferior los fósiles (Sinanthropus Pekinensis,
vida tcrrcna, donde se mantienen las prerrogativas sociales de que se gozó en
I'lIlne;o(.\,nthropusNeanderthalensis, paleoántropo de Saccopastore y de Circeo)
la vida" y se ejercen las mismas ocupaciones que en el mundo de los vivos;
liI'llIuestran la preocupación de los vivos por la suerte de un difunto, sepultán-
por eso los ritos funerarios imponen la obligación de suministrar al muerto los tinto en. posición de reposo, con la cabeza apoyada en el .antebrazo derecho Y un
utensilios, los vestidos, los animales, los esclavos y las mujeres que tuvo mien- I'qulpo de instrumentos propiciatorios al lado. En el paleolítico más reciente
1ros vivía. El ambiente ultraterreno reproduce más o menos el ambiente geo- t) superior, varía la manera de dar sepultura: algunas veces se entierra el ea-
gráfico en el cual vive el grupo, y se sitúa en regiones diversas: ya en las islas d(\ve;r en fosas rociadas con ocre roio, otras se pinta de rojo el mismo cadáver,
del mar o en las montañas, ya en sitios subterráneos o en los astros" según que qulz!1 para recordar la sangre, elemento de vida; en fin, en otras ocasiones se
)1 grupo sea marino o pastoril, queme o inhume los cadáveres, etc. Este lugar ll', cubre la cabeza y los pies con una losa y se señala el sepulcro can una pie-
'le sitúa generalmente a occidente, en la región donde se pone el sol, aunque 11m colocada verticalmente, como una estela, o bien se le pone un cerco con
también a veces en otras direcciones, determinadas por las condiciones 'geo-
gráfícas. Lo que verdaderamente importa es fijar una clara separación entre pledras o fragmentos de huesos '.
La época neolítica, que sigue a la última glaciación e inicia la época geol6-
!l mundo de los vivos y el de los muertos. La idea de reunir a todos los muer- p.i.caactual, presenta' como rito fúnebre en primer lugar la inhumación del ca-
lOS en un único sitio subterráneo, lejos de los caminos por donde andan los. dávcr sobre un lado, generalmente el izquierdo, costumbre que ya usaban los
vivos, se debe a un progreso de la vida social y de los conocimientos geográ-
1>l\llc;oJilicos,
en actitud de reposo, con el conjunto de objetos usados durante
ficos. Al progreso moral, paralelo al social¡ se deben las ideas relativas al pre- In vida y señales de pintura sobre el cráneo, prueba evidente de que se praoti-
mio o castigo reservados a los difuntos. .aba una segunda sepultura, una vez descarnado el cadáver; también se cons-
El destino ultraterreno del hombre se distingue en individual (escatología truían enormes edificios llamados genéricamente mo.numentos megalíticos,
individual) y colectivo (escatología colectiva), según se refiera a la suerte de formados por grandes bloques de piedra (de allí su nombre genérico), 2 ó 4,
cada individuo, o de la sociedad o grupo social a que pertenece. En las reli- puestos verticalmente, y una laja colocada de plano sobre los mismos; el con-
giones naturales la actividad intelectual del grupo se preocupa más por indagar junto recibe el nombre de dolmen, Y en su disposición reproduce de un modo
las causas de los orígenes, porque creen que de ellas depende el orden actual
tic! universo, y la justificación de los orígenes e historia de su grupo; a ellas tlproximado la entrada de una cueva.
La edad de bronce que señala el fin del período uniforme de civilización
rtribuyen también el ritmo de la vida ordinaria, que cuidan mucho de mante- de; las diversas tribus y el comienZOlde diferenciación de los varios núcleos
ncr intacto y de restablecerlo apenas se pierde. En cambio, el destino ultra- hum.anos, ofrece en Italia el uso de necrópolis, en las cuales se queman los
mundano del grupo como tal ni por asomo ofrece ningún motivo actual y :ttdó.veres Y se recogen sus cenizas en pequeñas vasijas de arcilla, debajo de
práctico a la especulación del mismo grupo; y todo lo que éste puede pensar 1~IScuales se han encontrado restos de ofrendas funerarias. Estas necrópolis,
acerca del destino de ultratumba se refiere solamente a la suerte de los indi- s
;onstruídas fuera de las aldeas, en las que viven los hombres en palafito plan-
viduos. t ndos en tierra firme, demuestran en sus. constructores una orientación del
Las religiones no cristianas que han desarrollado una escatología colectiva pensamiento distinta acerca del misterio de la muerte y de la ultratumba,
1'.011,como señalaremos más adelante, las históricas, CI sea, las nacidas por obra pero afirman, juntamente con la idea de supervivencia, una preocupación de
de un reformador histórico (Buda, Mahoma, etc.), o atribuídas a un fundador
uutico (Díonísíos, Osirís, Mitra, etc.), el cual da a los hombres una visión total- curácter social.
Así pues, también la prehistoria ofrece vislumbres tenues e inorgánicas,
mente nueva de la vida, que abarca incluso la venidera, describiéndoles el destino pero reales, de la creencia en una vida del alma más allá de la tumba.
klL¡; que aguarda a sus adeptos y el castigo que está reservado al que no se
idhicrc a su palabra salvadora: destino que tiene relación no solamente con Una mirada a vista de pájaro sobre los continentes, en los que viven 01han
cndu uno de los individuos, sino también con todo el grupo y a veces con la vivido grupos humanos en su primitivo estado de civilización, nos ofrecerá una
humnnidad entera, y que vendrá preparado por señales precursoras para confír-
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y u un período de luto, para destruir LOdo contacto anirnlstlcu
dlllll liullvlduu! cu el ,1I11l1l uulve rxnl.
"1111'''10,
1\11esto SI' dll'ercnclu el pUI1WIsmo:musulmán del. indio, en que mientras I.It piedad para con 01 muerto no se limita al día de la sepultura: la Ia-
1,1pnntcísmo absoluto de la India es en el fondo una filosofía, el panteísmo 11111111, U 11,
la persona de su legítimo representante, prosigue en sus ofertas funo-
(le los místicos musulmanes no es total, porque tiene siempre necesidad de j1illlllK,sin las cuales el difunto sufriría y atormentaría a los vivos.
tener a Dios corno ser personal, en quien, perdiéndose, pueda volver a encon- Lu época brahmánica es la del desarrollo intelectual Y social de la védica
trarse. l' cu ractcríza por la preponderancia que durante la misma adquiere la casta
1III'I't!oLal,tanto desde el punto de. vista cultural, en el que se da al sacrificio,
NIII¡\ VnI)JOJ\ El Asia meridional, incluso antes de que los Arios Indoeuropeos descendie- .III'i'ido cxclusivamente por los brahmanes, el valor de mecanismo central del
jlltI\IIMANICJ\
ran de los desfiladeros de Keiber, para poblar el valle del Indo (Pangiab), I11'111lOS,de forma que si aquél cesara se derrumbaría todo el orden del uni-
estaba habitada por dos pueblos étnicamente diferentes: uno que se puede ~"1"1O, como desde el punto de vista filosófico, haciendo de Brahma, dios de
definir autóctono, al cual se da el compendioso nombre de Munda o Kolaria- I '11I'~'ulación sacerdotal, un ser superior a los demás dioses, por ser la perso-
nos (Bhil de la India central, Khasi en el Assam, Andamanes en las islas An- IIl!'Illlciónmasculina del neutro brahman, que es la fuerza espiritual que emana
darnán. Veda de Ceylán), y un segundo de Dravidas, de tipo negroíde, que .11,1sacrificio.
penetró en la península por el sur, invadiéndola y dejando en Moihengio Daro liL yo individual, el alma, en los textos: de la literatura brahmánica (los
y Harappa los restos arqueológicos de su civilización, notablemente perfeccio- IInillllw.nas), que son comentarios teológicos va los cuatro Vedas, lleva el nom-
nada y poseedora de una escritura: ídeográfica. 111.'de atman, soplo, hálito, y -se identifica con Brahma, que es el gran Atman,
Los Arios, agricultores y pastores de régimen patriarcal, empujaron hacia 1[1111 da vida al universo. entero. Así el alma del individuo, su atman, no es otra
el sur a los Dravidas y convirtieron en aria poco a poco toda la región indos- .11'111 que una pequeña parte del gran Atman universal, del cual se ha separado
tánica, mientras el resto de la India siguió ocupado por gentes dravidas y nú- •/l1l10una chispa del fuego. Este Atman es inaprensible, indeterminable como
cleos autóctonos que continúan poblando las; localidades antes mencionadas. I cll'l individuo, no puede definirse, no puede decirse que sea esto o aquello,
A ellos debemos los Vedas, [libros sagrados primitivos] que sin ser tenidos 1"10 es omnipresente y lo penetra todo, de la misma manera que un puñado
como inspirados por la divinidad como regla de pensamiento y de vida, se ¡J, Mlltdisuelta en el agua no se ve pero da sabor a toda la sustancia, El Atrnan
hallan, no obstante, en la base de la vida religiosa y de las costumbres de la uulvcrsal no es solamente el principio del mícrocosmos humano, que ha salido
India desde los más remotos tiempos, llamados por ello védicos, a través del di (11ccI1110 la chispa del fuego, sino también de todo el universo, que ha
brahmanismo, el cual, cm la enseñanza sacerdotal de la casta de los brahma- ulklo de él como la tela de las 'vísceras de la araña. Todo el universo, por
nos desarrolló filosóficamente su orientación panteísra, característica de la 111110, Y el hombre con él, puede reconocerse en el atman del que participa,
mentalidad india, hasta el actual neobrahmanismo o hinduísmo, 111IIIÓSni menos, como por el gusto se reconoce la presencia de la sal en el
Con respecto al alma y a la vida futura, el hombre védico afirma la exis- 111.1111;
mas para lograrlo se requiere aguda meditación, que conduce el hombre
tcncia, en sí mis:ma, de una substancia aérea y urnbrátil, a la cual dan los d I'ollocimiento del atman. En este conocimiento consiste la redención, ni hay
Vedas dos nombres: asa o sea el hálito vital, y rnanas, esto es, el espíritu en 1111(1 ca:mino,porque la esencia del atman está precisamente en el conoci-
cuanto es sede de la inteligencia y de la voluntad y descansa en el corazón: 11d('1Ilo. '
a esta entidad espiritual se le dará posteriormente el nombre de atman. Nótese II.l'camino de la salvación no es, por lo tanto, el de las obras, o sea del
que la idea de alma cómo principio trascendente y autónomo es aceptada por 111 I'i l'icio ritual, sino el de la meditación üumínadora que libra al hombre de
todas las filosofías: indias, excepto las materialistas y el budismo. En el ins- II~ cscorlas de toda imperfección, le suelta las cadenas de todo deseo y apego
tante de la muerte el manas se va al mundo en el que ya se hallan los antepa- 11"1'110sea el del atman, lo absorbe en esta visión intensa y vital, en sólo la
sados, pitaras, «los padres», y en el que reina Yama, el primer hombre que 111111 hay realidad y experiencia viva del ser, mientras que todo lo que está
conoció la muerte. Allí se goza de aquellas' delicias que el Indio de los Vedas IIII'IHdo ella es una ilusión (maya) de nuestra mente, hasta que 1a muerte',
imploraba para sí en la tierra y atribuía a 'sus dioses, pero no faltan vestigios ( 11son de libertadora, no nos conduzca a la emancipación en el Todo.
de cierta creencia en un lugar para los malos, Quien no ha andado el camino del saber, que consiste en haber compren-
El estado feliz de las almas en la otra vida depende principalmente de la dido la identificación del yo individual con el Todo, no tendrá el premio de su
piedad de los vivos: de ahí que exista: un ritual funerario, dirigido a garantizar dl',p¡;r:;ión en el ser, sino que regresará al mundo para volver a empezar la
a los difuntos la existencia de la vida en el sepulcro. El cadáver rasurado, vldll bajo otra forma, según los méritos de la vida anterior. Esta: es la doctrina
ungido, con vestido nuevo y rodeado de .plañideras que sollozaban clamando di' In transmigración (samsara), la cual volatiliza el concepto de alma perma-
lamentaciones, era generalmente quemado, pero no se excluía el lita de la IU'"le, pero es agradable al modo de pensar del indio, en cuanto le explica las
inhumación. Las cenizas se recogían y se depositaban en la tierra, en un punto 1IIIIIsLieiasy anormalidades de la vida y hace que se sienta como/un engranaje
señalado y sembrado de trigo, con hoyos para el agua y la leche con que se dll 111 máquina cósmica, como una pequeña parte del gran todo.
hnbía de alimentar el difunto. Una vez en casa, la familia se sometía a ritos
IR 19
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1,lIItl""'(I 11.1hudl: .•niu, qru 110PIIII'IIc\ldo M'I' \1111\rcru cluu cuutru vi illlckctuulismo IIII\v\'1'vo, luvrulo, ul'cltudo, vcsüde de f'icstu y Hcvado 1.11
sitio de la crcrnuclón,
hrnluurinlco, ulcgu l'i concepto de (/111/1/11, 'Y ptul lcndo de 1;\ rculidad empírica J 1" rninlxtros oñciantcs deben. atender a que las llamas lo consuman todo, EII
del dolor, sostlcnc la negación del alma Individual y pone la salvación en la dl/II110Sxi 1ius se usa la inhumación, Antes de que el gobierno inglés lo prohi
;Qsu.ción completa de la existencia en el nirvana, en el cual se detiene, final- l,h'l"II, con í'rccucncia se echaban los cadáveres al sagrado Ganges, o a otros
mente, para siempre la rueda atormentadora de la transmigración. 1/11'.ushniladcs ti éste, para tener la certeza de su salvación. El período do
Lo que enseña sobre el particular el budismo más antiguo y exento de IIlln dura un año, y, como en tiempos védicos, el hijo está obligado a recordar
posteriores superposiciones (llamado hinayana o «pequeño vehículo», y sencillo 11 nu-moria de su padre mediante sacrificios.
medio de transporte para alcanzar el nirvana) es de tal claridad que no admite la I,as creencias escatológicas de la India han sido varias en el curso de su
menor duda. El budismo considera como, un error, basado en la ignorancia de la utllr-unrla historia religiosa. Para el indio de los tiempos. védicos, como ya
verdadera constitución del ser y de la esencia de la vida, la creencia en un uullcumos, en el instante de la muerte, cuando el hálito vital (asu) abandona
alma inmortal, es decir, en una esencia única, eterna e indestructible que ha , I rucrpo, el alma (manas) se va al mundo de las «padres», en el cual reina
fijado su residencia sólo temporalmente en el cuerpo. La transmigración de \lIIU, el primer hombre que conoció la muerte; allí se vive la misma vida
Ias almas consiste, según' el budismo, en una nueva formación del individuo '1111se llevaba en la tierra. No faltan indicios de que creían en lID sitio de tor-
!n el mundo material de los fenómenos, provocada por la propia voluntad de 1111'1110 para los malvados. En esta época no hay todavía señales de que proíc-
vivir y por el propio carácter moral. 11'1111 la doctrina de la metempsicosis, la cual, por el contrario, aparece en lw
"I'lll'lI brahmánica y ve prolongarse el destino del alma en innumerables recn-
El budismo del «pequeño vehículo», demasiado agnóstico con respecto a
los problemas fundamentales, y por tanto poco adecuado para dar desahogo 1 u uucioncs, no unidas por la conciencia permanente del yo, síno condicionadas
a la devoción mística, debía ceder, si el budismo quería llegar a ser religión de INII'1" calidad de las acciones (karma) que se ejecutaron en la vida precedente.
masas, en primer lugar a un «vehículo más ancho» ( mahayana), hecho para 1",/1\ pesada cadena se romperá solamente cuando el alma individual llegue
t 1" comprensión del alma universal.
las masas y no para unos pocos escogidos, capaz de acoger a la vez a los de-
seosos de una más. vasta especulación intelectual y de una más íntima y per- 1\11la época neobrahmánica o hinduísta actual, mucho menos filosófica que
sonal piedad religiosa. Frente al agnosticismo teológico del hinayana. el budis- I .nulguo brahmanismo y mucho más rica en elementos populares, se encuen-
mo mahayana: 1.0 introduce el concepto de un ser trascendente y permanente, 11,1Iti creencia en un lugar de tormento (Naraka o Patala), dividido en siete
en la figura del Buda cósmico, que se reveló un día al Buda histórico; 2.° con- 11I11l¡)lll'timientossegún los pecados, en el cual reina Yama, que es a la vez
I I 11I~':t. de los muertos. Los tormentos no son eternos, sino que duran un cierto
sidera el nirvana, no como la extinción de. la voluntad o sed de vivir, sino
lit 1folio de tiempo, después del cual todo volverá a empezar. Hay también sitios
como una especie de paraíso en donde, alrededor de Buda y de aquellos que
aspiraron a convertirse en tales (bodhisattya}, gozan los que han tenido. fe di' hlonuvcnturanza, a los cuales llegan las almas después de haber purgado
en su socorredora bondad. Se volvía así en alas del anhelo religioso a lo que el 11"I ulpas a través de las transmigraciones. Los sitios de bienaventuranza son
«pequeño vehículo» había suprimido: el concepto de un Ser personal, bueno y 11111110, correspondientes a las cuatro mayores divinidades hindúes: India, Vishnu-
socorredor, la oportunidad de rezarle en los templos delante de los venerados hlvu, Brahma. Tampoco estos paraísos son eternos, ya que el alma, después de
simulacros y la certeza de alcanzar, gracias a los méritos adquiridos, el nirvana, "1111'1'gozado en ellos más O'menos tiempo, es de nuevo unida a la rueda de
una especie de campos elíseos en donde se goza de la felicidad. 11. nnnsmtgraciones. de la cual no se librará definitivamente hasta que entre
Esto explica la afortunada expansión del budismo más allá de las fronte- " 1'1alma universal [Parabrahma) : y a esto los Hindúes llaman Moksha (li-
111 1111 lún) y Mukti (fin último),
ras de la India y su capacidad de adaptarse y de responder a las inextinguibles
exigencias de la religiosidad, que exige un Dios personal y anhela la inmor-
1\11cuanto a los Persas, cuyo antiguo naturalismo fué profundamente re- 1./\ 1'1
talidad. INMUlt
/11111111110 por Zaratustra (Zoroastro, hacia el año 600 a, C.) en sentido mono- EN 1./\
mNUI71ltMO El hinduísmo (que es la religión actualmente profesada por la gran mayoría 1 111 k,) (mazdeísmo), desarrollándose luego en un netO' dualismo entre los 'militA
de los hindúes) es la antigua religión india, ahogada por un milenio de reforma 1'llIlllpio!. del bien y del mal, son manifiestas las vislumbres de la inmortalidad
budística, que ha cobrado nuevo vigor y lozanía por obra de los brahmanes que ,,," prern ios y castigos.
precisamente se sirvieron de él para combatir con más eficacia al budismo. Los ttruvastu, o almas de los antepasados - no mencionadas por Zaratus-
El culto que los Hicidúes dan a los difuntos es en lo fundamental el mismo /1'111'11las partes más antiguas del Avesta (libro sagrado de los Persas), en el
I 11111 \'¡.,tün sustituídas por el concepto del yo personal (Daena) - aparecen en la
de la época védica y brahmánica, que manifiesta la solicitud de los vivos por
la suerte uItraterrena de los muertas. Aun antes de que el enfermo muera se 1'11I1t'más reciente del Avesta como almas justas, en función de Angeles cus-
celebran ceremonias expiatorías, como por ejemplo se le pone entre las manos 111ti 111'"que se ponen al lado del hombre desde que nace y le defienden cid
la cola adornada de una vaca para que le conduzca por buen camino al otro d, 1I1i1\1io. En la escatología rnazdeísta, la daena tomó el aspecto de la concien-
, !tI ¡lvl hombre justo. al cual se aparece el cuarto día de la muerte', en forma
mundo. La vaca después se regala a un brahmán. Cuando el moribundo ha ex-
halado el último suspiro, los presentes prorrumpen en un llanto cadencioso. El, d, 11111\ bella doncella que le anuncia el. juicio. En cuanto al trato (jJltC' se da
o 21
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l' IIIII¡¡""IOd\ 10/1 tl'l~Hdl'IIH'lItONhlllllOMdI' In crcuclón : d"NIruídu» las fUOI"Zt\sdel m:1J, la consumación cid bien será pcrí'cct a y 111
III('¡'¡O,
agua y IlcITlI,ddw M'" contumlnudo, el cudávcr no se puede ni quemar, uuuortnlldad feliz garantizada para siempre.
ni ~nhumuJ' ni echar al agua : se dejo por tanto sobre unas construcciones
La religión egea se ha de considerar, en sus dos, periodos minoico y micé- I_OS w<WClfI
espcclalcs, llamadas torres del silencio (Dakhma}, en donde es devorado por
los animales, generalmente los buitres. Las obligaciones de los vivos no aca- 111111, como indispensable capítulo introductorio a la historia religiosa de los
han con la deposición del cadáver: por espacio de tres días se celebran cere- , "lq,¡;OS. Un documento interesante acerca del culto funerario en 1a época cgca,
monias en casa y en el templo, seguidas de la confesión de los pecados (patet), 1" tenemos en el sarcófago pintado de Hágia Triada (Creta, segunda mitad
lus ofrendas de pan (daritn) y la fiesta de la bendición (ilfrzngan) en! honor de: d, 1 :-..xv). La primera de las dos caras mayores representa la ofrenda de una
Sraosha psicopompo [conductor de almas], que se celebra al anochecer, a la hlll'ra y de dos terneros al difunto, que está de pie delante de su tumba. La!
luz de las estrellas; todo ello para ayudar a las almas en el viaje a ultratumba. ¡ ¡:lInda representa el sacrificio de un toro atado a un soporte, mientras su
Al alba del cuarto día (antes de este tiempo el alma está todavía totalmente 1lIIIoITe cae dentro de un cubo. De las dos caras' menores una representa una
libre y revolotea alrededor del cadáver), el rito fúnebre acaba con oraciones 1,1f(1l o carro tirado por dos. caballos y montado por dos mujeres de blanca: tez,
más intensas y con la distribución del dar/m y de otros objetos a los oficiantes 111111'.(\ una 'escena de la vida real; la segunda representa una biga tirada por
y a los pobres. Todas estas ceremonias sirven para preparar al alma una suerte ""~ grifos alados, dentro de la cual van dos hombres, uno, de tez oscura, envuelto
afortunada. El alma, una vez libre, se encuentra a merced de las insidias dia- I!ldo él, aun los brazos, en un vestido (el difunto); en lo alto vuela un pájaro
bólicas : Sraosha, el guía bueno, corre para tenerla a cubierto de los peligros, 111dirección opuesta a la 'del coche (el alma del difunto). El sarcófago de
y la conduce, después de los tres días, al gran puente Cinvat, entre el cielo y IlIlpia Triada demuestra que los hombres minoicos creían en la otra vida
la tierra. Allí ante los tres jueces, Mitra, Sraosha y Rashn, la espera el juicio, (11I1I'l'U, coche para el viaje), en la utilidad de las ceremonias expiatoriasí (sacri-
cuya sentencia pronuncia Mitra después de pesar sus acciones buenas y malas Ih lOS),Y que tenían un personal (sacerdotes, músicos, mujeres, característica
en una balanza imparcial tanto para el rey corno para el pobre. Si el alma es 1 ,111última que Creta tiene en común con la Anatolia) y, un ritual funerario.
hallada falta de peso, cae arruinada del puente al abismo que se abre de par i.ns tumbas de Micenas, descubiertas por Schliemann, manifiestan también
n par allí debajo, pero si es justa, pasa el puente y entra en el paraíso que le II misma preocupación por la vida ultraterrena. Las 'sepulturas reales, en
había sido preanunciado ya después de la muerte por una virgen bellísima (la l kr lo, nos han conservado esqueletos con máscaras fúnebres. de lámina de
Daena) que simboliza la conciencia religiosa de los buenos pensamientos, pala- 1111' pnra la 'conservación de la figura, con vasos y utensilios de oro y de plata
bras y acciones que el fiel mazdeísta practicó durante su vida. Alrededor de 11111';1 el uso del difunto, entre los cuales figuran un anillo con una escena
esta «Morada de los cantos» (Garo nmána), en la cual se gozan también deli- III1~i(}sa,pequeños ídolos de animales (bueyes, ciervos, caballos, etc.), de bron-
\
cias espirituales. entre perfumes balsámicos, se ha exaltado la fantasía orien- l' , Iodos los utensilios, en suma, que suponen la realidad de una vida ulterior del
tal. Pero no todo acaba aquí: además de la salvación individual, el mazdeísmo " 111111 to y que él todavía puede hacer uso de las cosas que usó y amó en la
contempla y quiere la salvación cósmica y espera la venida de un reino en el 11111"11.
cual el dominio del mal será vencido y la felicidad eterna de los justos que- HI primer documento literario referente a la creencia de los Griegos en la
dará asegurada para siempre. Este día vendrá 3.000 años después de la época 1IIIIIIIlllllbalo constituyen los poemas hornéricos, El hombre hornérico cree
de Zaratustra, el cual a su vez vino 3.000 años después de la creación del pri- 1/111' en el individuo hay una psyché, soplo vital, que en el momento de la muerte
mer hombre, Gáyómeretan, y se encuentra así en el centro. del tiempo creado. ,1I1I1I(iona al hombre y continúa existiendo, pero sin conciencia de, sí por la
Señales precursoras, anunciarán el fin: prodigios en el cielo, terremotos y tem- 11I11I·tlción del diafragma que es la condición. material de la actividad psíquica.
pestades en la tierra. Enemigos violentos irrurnpirán en el Irán y en él los I;~IIIllueva y pálida sombra de vida transcurre en el Hades, situado ya en les
demonios se reunirán para la gran batalla, la cual será dirigida victoriosamente l' ondrijos de la tierra (Ilíada), ya en el extremo de Occidente:(Odisea). Sola-
por Saoshyant, el «Salvador», concebido por una virgen durante un baño en el 111'111<.: la sangre puede devolver la conciencia a las sombras yacentes en el
lago Khaunsava, donde está escondido desde hace milenios el semen de Zara- 1IIIIIIdode 105muertos; y en efecto Ulises, antes de bajar a él, degüella las vÍC-
rustra. Entonces llegará el fin de las cosas y el principio de la renovación del tllIlIl~,y las almas corren a beber la sangre y a recuperar el sentido de Ia
mundo (frashokereti}. Zaratustra vendrá del Oriente y celebrará un sacrificio dllh l' vida. De premios o penas no se encuentran trazas en Hornero, y2J que
que reducirá a la impotencia a los devi, los cuales serán destruí dos por los I,n «campos elíseos» que menciona a propósito de Menelao, significan muy
espíritus buenos, mientras Ahura humillará a Angra Mainyu. lilllh,lil.Jc'mentela inmortalidad concedida a Ganimedes, como Calipso quería
Seguirá luego la resurrección de los muertos, empezando por Gáyómeretan, tI.lllo1a Ulises, y el pasaje en que describe las penas eternas que sufren Ticio,
~l juicio final con la entrada de Ios buenos en el cielo y de los malos en el 1,11111110 Y Sísifo, ofensores de los dioses, debe considerarse como una interpo-
infierno, si bien sólo por tres días. Después todos los elementos del mundo se 1,,,lnn por sufrir e] influjo de Ia doctrina órfica (Wilamowitz).
fundirán en un gran río incandescente que como un crisol purificará a los EI1 Hornero no hay huellas del culto a los héroes, culto que empieza a di-
impíos y dárá al olvido todo ]00 pasado. Purificados los hombres de esta manera, IlIlIcllt'Séen el S. VIII y en sustancia es un culto funerario dirigido a exaltar
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N.IIIII'~III NO ICIIVI
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do('(". ti rcstau- 11110Il' I.I¡¡'lIl'.1\:;lo~ dcmoutos tienen UII gesto amcnuzudor y a veces l",lilll
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pol!lln>Hd(' ItI cllldad., n IOH1111 1 dad()I'\"¡ d~' usoclucloucs culturules .. '1IIplvIIlIIlL'nlc~11uctitud de golpear. Otras veces el difunto monta 1I caballo,
IIIII'Ulo~.¡ll1l1CI'lOS
comunes rcgíuu dos. dios: la iuhumación y la cremación, 10 II()con la gallardía del que ha muerto hcroicarnonte, sino más bien en la
Las cenizas se rccoglan en una lima y se dejaban en 01 sepulcro familiar. A los IlIlId de quien tiene que sujetarse a su destino. Va precedido de domonios,
inhurnados los colocaban do rorrna que mirasen a oriente, y a su lado ponían 111111 o vnrios, y le siguen su criado y sus familiares. A veces va sobre un carro,
los objetos que el difunto amó en vida, Al retorno del funeral tenía lugar la qlll ¡.t~¡{tl él mismo, rodeado del habitual cortejo,
.cuu fúnebre y en los días tercero, nono, trigésimo y aniversario se hacían las 1\111e\ mansión infernal ~eina la pareja Hades y Perséfone (la Proserpina,
ofrendas funerarias que consistían en platos de legumbres y sobre todo de t, 1"•• Romanos), También aquí, pues, se tiene fe en la supervivencia del alma
hobas, ~ t 11,su suerte en el más allá. Sólo hay que observar que en las tumbas más
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N. 111111:111 1'ltII'AI(¡\(ION'VlhlllMlIllIH!iN ,1\" I(I'¡I.IWUNI'.'I
NUHIIVI:I.I\U¡\
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101H>lIiflllll'\) (l la fe en la IIlolllllldo MIS prcscrtpcloncs morulcs, en visto t!(.)1destino suncrtor, reM'1
IIlItlt>"llIlIdnddd 11111101, I>lollbios l'S ti'" dios de la nuturulcvu salvaje, dominador ¡!I" 11lo•. Iniciados.
de \ll1Urcglón mon 1añosu con muchos bosques y valles profundos, en los cuales 1'1 1It110de Díonlsios Zagrco (Zaagrcus = «gran cazador Idc almasl» es el
\'1,silhido dc,l viento que sopla entre las gargantas de los' montes aparece como 11.111'lile los órficos dan al dios, para poner de relieve sus prerrogativas
la presencia viva del dios que se complace en la carrera desenfrenada y gusta IClJI,d\'s) tiene interés para la exposición de las ideas de los Griegos, con rela-
de ser adorado en la misma forma con la cual manifiesta su presencia. Ren- !ti" Id ,11111 a y a su suerte en ultratumba, en cuanto narra que Zagreo, hijo de
clíanlc ese culto principalmente las mujeres (ménades), las cuales constituían ¡'I/litl:l'V de Pcrséfone fue raptado de pequeño, hecho pedazos y devorado crudo
el cortejo del dios. Vestidas con una piel de cervato y a veces de zorra, corona- l' 1•• 'l'ltuncs, Estos fueron abrasados por el rayo de Júpiter por su impiedad, y
das de hiedra y empuñando el tirso, durante las grandes fiestas que se cele- 1" crnizas se formó el 'género humano; por eso se encuentran en él los, dos
brnban cada dos años, corrían por los montes apretando contra su seno un " 1111 !lIOS,el mal y el bien, el titánico y el dionisíaco, unidos, desde que. los
cervato o un cabrito, incorporación del dios, al toque ensordecedor de címbalos, lit 1111"devoraron el cuerpo divino de Zagreo. Toda la disciplina órfica consiste
timbales y flautas. Esta ruidosa carrera nocturna excitaba hasta el paroxismo 111I!tI'1'11/'el elemento luminoso, celestial, dionisíaco, que es el alma, del ele-
a las ménades que acababan por morder las carnes crudas del animal que 11.1110obscuro, material, titánico, que: es el cuerpo.
apretaban contra su seno (e omofagias ; de omos = crudo y [agheiri = comer). 111moral y la escatología órficas se apoyan sobre el destino del alma y los
Este rito, no obstante su apariencia salvaje, era susceptible de una elevación ti "".', para alcanzarlo: moral y escatología de altísimo significado, que han
religiosa paralela al desarrollo del ambiente social, porque en la incorporación 11'I Ido a la especulación posterior las más ricas fuentes de inspiración, y a
omofágica del dios se contenía en germen la unión mística con él a través del 111 "IIIHISpiadosas la más dulce embriaguez y la. certeza más consoladora.
sacrificio del animal sagrado; y en el carácter del dios, originariamente numen ti 1 II)~,órficos el alma es, pues, de origen divino y el cuerpo es su tumba
de la vegetación, con su doble aspecto de muerte y resurrección conforme al /11//11 séma), en la que ha SIdo arrojada por efecto de una culpa anterior.
perenne curso de la naturaleza. tenía el fiel la perspectiva de una parecida I,tl .11-tuncia que separa. la prisión oscura del cuerpo de la residencia bien-
resurrección, con tal que se hubiera asimilado a aquél mediante el rito inicia- I uturnda, a la cual el alma anhela subir de nuevo, se puede abreviar y hasta
dor. Además, estos adeptos, que habían hecho esa experiencia de vida supra- 11111 111111' solamente por una expiación purificadora, por una depuración. Esta
normal durante el período del éxtasis, en la que se creyeron como identificados 11111\ lon se puede verificar siguiendo dos caminos. El primero es el de rena-
con 'la vida bienaventurada del dios, anhelaban poseer de un modo estable esa 1 vnrlus veces, ya que no siendo suficiente una sola vida para completar la
misma vida feliz y acababan concluyendo que para alcanzarla era necesario man- I'lm 1611el alma se ve condenada a transmigrar de cuerpo en cuerpo, en una
1enerse en el estado de purificación legal y moral, logrado en el momento de la "' I'~IIIIIde vidas que se cierra como un círculo: el círculo de las generaciones,
iniciación. Y así, de la religión dionisíaca se pasa a la teología y a la ascética '1"1 dlt vueltas inexorablemente como una rueda, la rueda del destino. El se-
de los Orficos. ulldo cumino es el de la purificación en el Hades, sitió de terrores y da deli-
I,,~, 111cual el alma desciende después de la muerte, pero en el que de todas
MIM'I'I~IIIOS La corriente mística del orfismo, conjuntamente con la filosofía pitagórica, 111 1111'1 tI~ no encuentra su alegría, incluso en la mejor de las situaciones, por-
flllI'I008
nació en Grecia en el siglo VI, época de profunda transformación social, que l. "" único gozo está en reunirse 'con s.u,principio, que es, Za,greo..
vio la caída de las antiguas monarquías, patriarcales y el nacimiento del estado p" ru el que ha llevado una vida pura se abre, más allá de la tumba, una
democrático. En esta época agitada el orfisrno representa el anhelo de libera- 11(i'W«1iva que ha hecho palpitar de esperanza a generaciones y generaciones
ción de un régimen de opresión y violencia, el refugio de los espíritus más hll'"lll'OS. En el Hades órfico reinan: Eubuleo (el «que da buenos consejos»),
nobles, en donde se promete a los adeptos consuelo para el presente y libertad 111"I~ un epíteto del Dionisios infernal, Hades, llamado también Euclés (el
para el futuro. Por esto hallamos que los órficos sienten un vivo horror a la l,i';1I llurnado»), y sobre todo Perséfóne, que. predomina en la concepción órfica
sangre, un poderoso deseo de justicia y de ley, y que además, al dios central ;1'111,11, Hay dos caminos principales que desde la entrada se ramifican, a de-
del orfismo han juntado a Dionisios, el dios característico por sus padecimientos l' • 11"l' izquierda, en forma de Y, llevando el uno a los prados floridos de los
y por su muerte injusta, el dios extranjero y popular venido del Tracia, en vez 111 1I1 h, Y el otro al Tártaro castigador de los malos. Está bañado por el Leteo,
de juntar a los dioses olímpicos que habían dado la .gloria a la vieja aristocra- "It 111,1 Hades, y del olvido, porque al beber de sus aguas se olvidaba completa-
cia guerrera cantada por Hornero. 111 11ft' la vida pasada, concepto grato a los órficos que abandooaron la vida
El movimiento se atribuye a Orfeo, cantor de Tracia, cuya figura está re" ",1111'11 del mundo para alcanzar en Zagreo la fuente de la vida divina. Apenas
plcta de motivos legendarios, Pero sea lo que fuere lo que se haya de creer h 1 111trudo en el Hades, el órfico debe tomar no la izquierda, camino infausto,
acerca de su figura histórica, 10 cierto es que en los orígenes del movimiento h lo'. espíritus malos, señalado por un chopo blanco, sino la derecha, que' lo
órfico debió de existir un Orfeo, esto es, un hombre de profundo ingenio teoló- '11 ti ",'l' a la fuente de Mnemosine, de la cual unos guardianes mantienen ale-
gico y de honda inspiración religiosa, que sublimó el preexistente misterio 1111"'-. :1 Iodos los que no han tenido el privilegio de la iniciación. Pronuncia la
dionisíaco, encuadrándolo en una cosrnogonía filosófica (mito de Zagreo) y l' dllhl'll de regla, que lo declara hijo de Urano y de Gea, del Cielo y de la Tierra,
1'11pnrtfcipc de! compuesto dionisfaco y titánico, conforme al rito cosmogó-
26 27
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11"11'1111 1'1I1I1'l'plilnuevo Plll'llllIl'llIl' (')11lcu) y lo dl'~lllll' ,1 111d\lln' prhnuvcru d" 11111Vida incolorn ti lus buenos y a los mulos, u los valientes y n los inl'plos,
<,\1..,
en 111J)O'" , en l'spel'U de su retorno final al único Z~It'I'l!O,
\111111\:1>y a T~l'siLCS, rnicruras que con los órflcos se introduce la sanción. del
~sta cscatologfa hallase expuesta í'ragrncntariamcntc en una u otra de va 11'1 lid mal, que cambia la orientación moral de la vida. y es índice de una
rías larniuitas, halladas en las tumbas órficas de la Magna Grecia, de Roma y "_:\'1111011de la conciencia, no sólo individual SiDO incluso social. El padecí-
Creta ". Estas Iaminitas, de pocos centímetros de longitud, plegadas frecuente. IÍ, 1110<1\1(,' el alma ha soportado es el ciclo de los nacimientos, la férrea icy
!l 111 1runsmigración, del cual la ha librado la expiadora vida órfica. Y es imprc-
mente como pequeños trozos de papel, se han encontrado pendientes del cuello o
sostenidas por la mano del difunto, como guía, certificado y amuleto, todo a la 1"llJllilt' aquella sensación de alivio, aquel «i Salve !» repetido por U"es veces,
vez, de su viaje de ultratumba, Contienen fórmulas breves (dos de ellas incorn- 11111 IIIHIebria satisfacción por la suerte del alma bienaventurada, desde ahora
prensibles) de poemas apocalípticos órficos, en los cuales se derramaba la vida 111'1,IIl,1 duro contacto con el mal y con las tinieblas.
dcvocional de los adeptos, se afirmaba su fe y se exaltaba su esperanza. Se en- I 'I~ restantes Iaminitas, halladas también en Thurium, pero en la' tumba pc-
cuentran actualmente cinco en el Museo de Nápoles, dos en el Británico y tres ,1111 1111de un sepulcro familiar o común a varios asociados, son copias de un
en el de Atenas (antes en el de Creta). De todas estas larninillas, la encontrada jll 1110original, exceptuando, en la segunda y en la tercera, una afirmación de
en 1834 en la antigua Petelia, cerca de la actual Strongoli en Calabria (actual- 11'11111 importancia para la teología órfica, y en la primera un mayor desarrollo
mente en el Museo Británico), es la más importante para conocer la topografía 1 1I vuelo que el alma emprende después de romper el cerco. fatal. Una de
del Hades órfico. 11"•• 1111.:0: «Yo" pura entre los puros, vengo a vosotros, i oh reina de los infier-
lit' , 1111 Euclés, oh Eubuleo, y vosotros, dioses inmortales! Puesto que yo me
Las laminitas órficas tienen también el mérito de ser documentos originales
de la fe órfica, recibidos casi de las propias manos de los difuntos, Se siente liJ I 110 de pertenecer a vuestra estirpe bienaventurada. Pero I la Moira y el re-
-
vibrar en ellas un deseo de purificación, un anhelo de algo mejor, una sed de hlllll'lIf1,lICarde su rayo me abatió dejándome seca. Pero yo volé lejos del cerco
vida divina que no encuentra parecido en la experiencia religiosa de la antigüe- "'11'11111(' y rígido, y con pie rápido alcancé la deseada corona y bajé al regazo de
dad clásica y que es la fuente de cuanto Esquilo, Píndaro y Platón, entre los 1.1 \1llora reina infernal. Feliz y muy bienaventurado tú, que de hombre has lle-
Griegos" Cicerón y Virgilio, entre los Latinos, escribieron en exaltación de la 111
•• 11ser dios. Cabrito, yo caí en la leche».
esperanza religiosa, Il!\ aquí el texto de las dos restantes; láminas de Thurium: «Yo, pura entre
En la laminita de Petelia leemos: «y tú encontrarás a la izquierda de la puros, vengo a vosotros, oh reina de los infiernos, oh Euclés, oh Eubuleo, y
casa del Hades una fuente y junto a ella un ciprés blanco; a esta fuente tú no ".11.". los demás que sois dioses y espíritus. Puesto que yo me aprecia de per-
te acercarás demasiado; encontrarás otra fuente cuya agua fresca proviene del HIIII11'1'a vuestra estirpe bienaventurada. Pero la Moira y el relampaguear de su
lago de Mnemosine: tiene guardianes delante: Dirás: "Hijo de Gea soy yo y de I¡lyll illl~,abatió dejándome seca, Este castigo me fué infligido por causas, injus-
Urano estrellado, y celeste es mi estirpe, yeso también vosotros lo sabéis. La 111 Ahora yo vengo suplicante delante de la santa Perséfone, para que en su
sed me abrasa y me consume; dadme en seguida el agua fresca que proviene IIliI¡.ollidad me mande a la residencia de los píos».
del lago de Mnemosine", Y ellos te dejarán beber en la fuente divina y enton- 1\'.1as láminas de Thurium son notables: 1.0 por la afirmación de la pu-
ces inmediatamente: tú reinarás con los otros héroes». f 11que distingue al órfico, el cual se llama a sí mismo el puro que vive en
Esta laminita es la más importante, no sólo por la topografía del Hades 1111"1I.gl'upación de puros: «Yo, pura entre los puros, vengo a vosotros, etc.»;
órfico, sino también por aquella fórmula breve y concisa en la cual se encierra nur la afirmación de aquella injusticia, de aquella culpa inicial (que es el
la doctrina fundamental del orfísrno: «mi estirpe es celeste». En la certeza de lo" ullo del que fué víctima Zagreo), de, la cual todas las almas han pagado el
esta doctrina, que incluso los dioses conocen, está la prenda de la futura suerte. ""110 sufriendo la fulguración de Júpiter en la persona de los Titanes y su-
El órfico es del CIelo y al cielo debe volver. 1ll,"do en el cuerpo que las aprisiona una sed que las abrasa; 3.0 por el movi-
Otras cuatro Iarninitas, que se hallaron en dos tumbas distintas cerca de la 11111 1I1()impetuoso con que el alma rompe los lazos de su prisión y emprende el
antigua Thurium (actual Terranova di Sibari), en 1879, y actualmente se con- 111 lo I);.U"aalcanzar la deseada corona, arranque comparado con acertada se-
servan en el Museo de Nápoles, ofrecen nuevos, elementos característicos. La 1111 IIIIIJ,aal vuelo de un pájaro liberado de la red; 4.° por la frase característica:
« librito, yo he caído en la leche», que significa, conforme al mecanismo mís-
primera, escrita en verso y en prosa, hallada en el gran sepulcro (en forma de I
túmulo) de Thurium dice: «Pero cuando el alma ha abandonado la luz del sol, 11111 de la iniciación, que el iniciado, asimilado al cabrito, animal consagrado a
es menester que ande como quien posee una inteligencia sagaz, que observa Ifllllllsioo, se ha convertido a su vez en Dionisios, y se ha sumergido en 1a leche"
bien todas las cosas. i Salve}, con soportar este padecimiento tú no has sufrido 1111111"1110. del cabrito recién nacido, en cuanto también el órfico, a través de la
más, de hombre te has convertido en dios: cabrito caído en la leche. ¡Salve, hil' lnción, se ha sumergido en una vida nueva y divina, toda de pureza, de la
salve, oh tú que has tornado el camino de la derecha hacia los prados sagrados 11111 111.blanca leche, alimento de los recién. nacidos y de los vegetarianos, debía
y los bosques de Perséfone l» d. NI'!'entre los órficos la expresión más obvia y convincente, La frase, pues,
El hombre de inteligencia sagaz es Plutón, el juez del Hades; concepto nue- '1lIlvnlu a esta otra: «Yo, nuevo Dionisios, he alcanzado la vida divina»,
vo 011la esca tología de los Griegos, para los cuales el. Hades encierra en una 01 ros tres laminitas, todas iguales, actualmente conservadas en el Museo
I, .AII.'OtlS,fueron encontradas en 1893 junto a Eleutherna, en Creta, donde el
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dislribultlol'll de sus curlxmns 1'['·
de embriaguez mística, a un \es,tado supranormal, les dio la sensación viva de I 11I1\'dcomitir aquí una breve noticia de la corriente llamada neopitagórica.
una vida divina, más gozosa que la vida ordinaria que el alma puede vivir en ""I\'!le ésta, de conformidad con el orfismo, que la razón y los sentidos no
aquellos momentos especiales. El pío movimiento órfico, nacido en una época 1111111 J¡ISúnicas fuentes de nuestro conocimiento, que entre el alma y el cuerpo
en la que los espíritus mejores sentían la necesidad de salir de' la miseria dolo- lt,v 1111neto dualismo, que el lugar de residencia del alma es el cielo, aL cual
rosa I de un mundo en convulsión, absorbió el misterio dionisíaco y lo hizo ,1.111' volver después de pasar un período más o .menos largo e:n la cárcel d.eJ
111 1po, el ncopitagorismo facilitó a Cicerón motivos de consolación espiritual
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N, 'rllJH IJ I
.:11 los últimos IUIOS de MI vidu : y en los estucos que decoran la llamada Basí
lica di Porta Magglorc 110S ha dejado Ja más bella afirmación de fe en la in
mortalidad del alma, como son las escenas de rapto en las que uno es llevado
hacia el cielo: una bacante montando una pantera, un águila o Ganimedes,
amorcillos y mariposas; Dionisios que bebe vino (embriaguez celestial); Deméter
que da pan (alimento de inmortalidad), y sobre todo en el ábside, Safo idealí
zada, que se arroja al mar desde la roca, no con intención suicida, sino para
significar su liberación de los afanes y de los amores>de la tierra, a fin
entrar en la vida divina.
II'IIM'I'IIIlI()~ Para tener una idea menos incompleta de los presentimientos paganos
1I1111C1l1"rO I ivos al misterio de la vida futura, conviene recordar otros dos misterios
genuinamente griegos, sino del Oriente egipcio y anatólico.
Los misterios egipcios (dedicados a la pareja divina de Osiris e Isis)
ron su mayor aceptación en el mundo mediterráneo durante la época helenísl
tica.. Pero sus profundas raíces arrancan de la época faraónica, de cuyo
funerario sacaron los elementos formales de la iniciación, mientras que
desarrollo de las ideas religiosas propio de la edad helenística les confirió
sublimación mística, cuya más alta expresión se encuentra en la
religiosa vivida por Apuleyo y por él narrada en el libro XI de las Metamór·J
[osis.
En el mito y el rito osiriano conviene distinguir dos. períodos:
antiguo, de valor y de ámbito estrictamente egipcio, empapado de la preocupa-
ción ultramundana, tan profundamente arraigada en el alma egipcia, y
más reciente, helenístico, en el cual los ritos, si bien continúan siendo en
tancia los mismos, han sublimado su carácter funerario dándole un
exclusivo de prenda de la inmortalidad bienaventurada para los que se
rcn al misterio. El mito narraba que Osiris, hermano y esposo de Isis, fué
lo insidiosamente por Setó Tifón, su hermano, que esparció sus miembros
todo Egipto. Isis los encuentra, los envuelve con vendas y llama a su
para! que vuelva a la vida: desde. entonces Osiris va a reinar en el reino de
muertos. Este mito en su parte funeraria es la proyección del rito
egipcio.
La principal preocupación que se manifiesta en los ritos funerarios
Egipto es la de conservar íntegra la forma del cadáver, a fin de que el Ka
fuerza vital del individuo, idéntico a él, pueda volver a habitarlo fácilmente.]
El mejor medio para obtener y conservar esta integridad es embalsamar
cadáver y colocarlo en una tumba sólida, que garantice la conservación de
momia. Para dar al difunto los consejos y subsidios necesarios para su
ultramundano, se ponen junto a la momia textos y fórmulas sagradas, La exigencia ultramundana y I{/ l' \ 111')
cialmente las que se refieren al mito osiriano (Textos de las pirámides, Libro tacion del juicio divino en el Iml' (nI
de los muertos, Libro de lo que hay en el Déet, Libro de las puertas) y se cele- son vivamente sentidas el' Ios 1/11'11
rios egipcios, mas con una c.\p/¡f/lltI/
bra un culto fúnebre que garantiza al muerto ofrendas y ritos eficaces. dad enteramente diversa dI! lo C'11,!l1
Pues bien, el misterio osiríano, tal como se desarrollará en la época hele- nao He aquí una escena de! /'//1/1' I
nística bajo el patrocinio de Isis, no.hace más que elevar al alto valor de prenda los muertos: es el momento rI,' 11t'\
mística de la bienaventurada inmortalidad el vetusto rito funerario de los el alma; en un platillo de la II/~(."II
está la diosa, de la verdad, MI/II/,' "11
Egipcios. otro, el corazáu del diinuto (/,,/U'
Apul<..")'o nos describe en forma un poco sibilina cómo tuvo lugar su ini- y 353).
¡'IUII'AltA(,;IIlN y VIHI.UMUIWH l!N LAS RIILJ(;I()NI!S NO HJ!V1.J.AIJMi
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No ""lfUiI"
puro proceso Intelccuml, /0.111011 Il'lIvél> d~o lililí 1>lIl'lflvad6n ¡otvd!)I', una catarsis,
que permito al alma contemplar al Uno, unirse en un solo ser con él" perdiendo
en aquel instante bienaventurado la noción del cuerpo y el sentido de la vida
y de la conciencia" Plotino compara este estado de éxtasis a la visión que corona
la iniciación en el misterio.
En esta unión unificadora consiste la felicidad del alma, la cual es tanto
más bienaventurada cuanto más pierde su individualidad, cuanto más se libra
de deseos y de necesidades, para lanzarse sola hacia el Solo. En lo sucesivo,
la conjetura, con el advenimiento y la consolidación victoriosa del cristianismo,
so convertirá en fe fume en el destino inmortal del alma.
PARirf
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