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Jesucristo en la literatura contemporán

CRISTÓBAL SARRlAS*
Crítico literario
MADRID

Un rápido análisis sobre la influencia de la figura de Jesucristo en


la cultura contemporánea nos lleva muy pronto a detectar importan-
tes puntos de referencia, tanto implícitos como explícitos, y que nos
recuerdan el pensamiento de Unamuno cuando echaba en cara a
Nietzsche el haberle llamado EL MAYOR ROBADOR DE
ENERGÍAS de la Historia, siendo así que ha sido quien ha influido
con más fuerza en la transformación interior de las generaciones.
La vista de la inmensa imagen de Cristo dominando desde el
Corcovado el pluralismo de Río de Janeiro, desde sus playas y rasca-
cielos, hasta las míseras favelas de sus «morros» podría ser un símbolo
gráfico de lo que aquí intentaré decir, haciendo una reflexión sobre el
mundo de la cultura en un sentido restrictivo al ceñirme a manifesta-
ciones culturales como son las artes plásticas, el cine y la novela con-
temporáneas. No solamente esto es cultura, evidentemente, y precisa-
mente por ello lo advierto de antemano, ya que en este curso sobre
JESUCRISTO, HOY se analizan otros aspectos, seguramente más
importantes, pero también más minoritarios en su aproximación a los
fenómenos de masas.
Hay una segunda consideración previa de la que ya he insinuado
algo al comienzo de mi exposición. La influencia de Jesucristo puede
ser implícita o explícita. Quiero decir con ello que habrá seguramente

* Sarrias Mosso, Cristóbal. Presbítero jesuita. Licenciado en teología por la Univ. de


Lovaina, periodista y crítico de arte, redactor de revistas de especialidad (Reseña) y de
amplia divulgación (Razón y fe, Vida Nueva) donde ha ofrecido por muchos años su
juicio certero sobre las obras literarias más significativas del momento. Hombre de
corte humanista, de fácil palabra, de gran capacidad de diálogo, hábil para tender
puentes entre el evangelio y la narrativa (arte) actual. Ha estado comprometido con
diversos movimientos de espiritualidad familar, especialmente con los Equipos de Santa
María. Para esos movimientos ha escrito trabajos de amplia difusión. Cf. también La
Nueva Era, Sal Terrae 949 (1992) 659-674.
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tianos y menos ateos. Cada vez aumenta más e! número de agnósticos.


autores en los que jesucristo actúe a través de ellos de manera catárti-
Que haya menos cristianos está dicho según e! mayor alcance de la
ca, con el poder de su doctrina purificando su actividad humana, y sin
palabra en este ensayo, pues se refiere a quienes vinculan a Cristo a la
manifestarse exteriormente. Enumerarlos sería complejo, porque nos
realidad de la tercera substancia de acuerdo con un modelo de vida y
llevaría a tener que entrar en el complejo mundo de las intenciones y comportamiento que supone unos principios éticos superiores para
de los mecanismos de la conciencia, cosa que escapa a esta reflexión regular la convivencia (o. c., pp. 65-66).
que intento hacer ahora. Porque es evidente que jesucristo actuó de
modo implícito en la transformación de Claudel, por poner un ejem- Yen un intento de explicar lo que supondría esta serie de actitu-
plo, y estaba presente en muchos de los escritos de Bernanos, y, como des, unas páginas antes había escrito:
advierte Charles Moeller, en la mayoría de las páginas de Unamuno. y La identificación con lo finito supone la identificación de uno con
hablo del pasado. Hoy estará influyendo en algunos autores de los su propia sustantividad. Somos finitud que existe en la finitud. Esta
movimientos contraculturales cuyo origen está en Berkeley y que se identificación con lo finito, cuando se hace consciente por e! esfuerzo
expresó en el póster SE BUSCA, que todos hemos podido ver en múl- o la simple actividad de reflexionar, lleva consigo lo que pudiéramos
tiples habitaciones de gente joven. Esta es una influencia implícita, llamar e! dramatismo de la conciencia, ya que ser conscientes de la
que puede ser periférica en muchas ocasiones, pero que resulta muy identificación implica que aparezcan residuos mentales y psicológicos
seria cuando plantea interrogantes como los que recuerda Castellet en de la vinculación con la trascendencia hipotética. La raíz histórica de!
Los escenarios de la memoria, cuando recuerda una larga conversación dramatismo está en la cultura cristiana. Donde e! cristiano ha llegado
y arraigado la conciencia de la identificación con la finitud ha sido
tenida con Pier Paolo Pasolini poco tiempo antes de su extraña muer-
siempre imperfecta aun cuando quienes defendían, sabiéndolo o no,
tel. Esta manera de estar presente jesucristo es mucho más amplia, y
la necesidad de la conciencia de la identificación sin escapes ni res-
eficaz, de lo que podemos sospechar, a pesar de todas la connotaciones
quicios, se creyeran al margen de los condicionamientos de la cultura
del secularismo y la advierte Cox en su ya antiguo libro sobre La ciu-
cristiana (o. c., p. 42).
dad secular, al hablar de los aspectos positivos del hecho cristiano en
un mundo en el que parece que hayan desaparecido los «lugares sagra- Y ésta es la situación aparente de una cultura que pasó del «entu-
dos», y los agnosticismos parezcan invadir el campo de la cultura artís- siasmo» a la «apoteosis», en los sentidos etimológicos de las palabras,
tica de nuestro mundo de hoy. para acabar con el aparente alejamiento de todo lo religioso cristiano,
Me atrevo a reproducir aquí unas líneas del profesor Tierno y en consecuencia, dejó -insisto que aparentemente- de interesarse
Galván, en su obra ¿Qué es ser agnóstico?2, y que de alguna manera dan por Cristo. Y sin embargo, siendo real en hombres como Picasso o
una interpretación de la situación actual, aun siendo una visión perso- Guillén, según apunta el propio profesor Tierno, no por ello dejamos
nal de la situación. de estar inmersos en una cultura que tiene connotaciones -para algu-
nos «atávicas»- de cristianismo y, concretamente de lo que es el resul-
...debería de haber titulado este capitulillo «Para un humanismo»
pues no entiendo que pueda haber otro humanismo más que e! agnós- tado de lo que Juan Luis Segundo ha tomado como título de uno de
tico. Cualquier idea respecto de! humanismo que pretenda sacar al sus libros El hombre de hoy ante jesús de Nazaret. De una manera o de
hombre de su seno propio, es decir, de la finitud, resulta, de un modo otra, Jesucristo está presente en una civilización que lleva muchos años
u otro, contradictoria. de tradición cristiana, aunque se haya intentado desligar de ella. Será
Parece que la noción de ateo tiende a desaparecer. No sólo se Tierno el que diga, en la obra ya citada.
emplea cada día menos la palabra, sino que la misma actitud va resul-
Un buen ejemplo sigue siendo, insisto, e! de NIETSCHE, pues,
tando innecesaria. Según se diluye la idea de trascendencia, pierde
sin su fundamento cultural y creencial cristiano, sería inexplicable la
importancia la de ateo. El resultado es que, en la vivencia, los límites
exaltación de! hombre a superhombre. Niersche «invirtió" e! cristia-
entre cristiano y ateo se hacen más borrosos. Cada vez hay menos cris-
nismo de manera que, anclando su obra en la posición de donde par-
tió, reaparece e! modelo cristiano (o. c., pp. 42-43).
1. CASTELLET, José M.: Los escenarios de la memoria. Barcelona, Anagrama, 1988, De ahí que podamos abordar el tema de esta reflexión teniendo
pp. 13-14.
muy presente que, en los autores que parecen más alejados de la auten-
2. TIERNO GALVÁN, Enrique: ¿Qué es ser agnóstico? Madrid, Tecnos, 1978.
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ticidad cristiana, está presente por lo menos la huella de un Cristo que según San Mateo. No solamente por la interpretación escueta, quid
intentarán desrnitificar, o exaltar, pero que seguirá siendo el que un día excesivamente estática, de nuestro compratiota Irazoqui, sino por 1:1
dio su vida por los hombres, sin distinción de épocas ni de latitudes. inquietud real de este hombre que buscaba ante todo el reino de Dios,
y que traía la salvación a los hombres. En Pasolini, a pesar de sus par-
cialidades, se hace tensión dramática la palabra de Cristo: «No necesi-
EN EL MUNDO DEL ARTE tan de médico los sanos, sino los que están mal. Id y aprended qué sig-
nifica misericordia quiero y no sacrificio. Porque no he venido a lla-
No quisiera entrar en el mundo de lo literario sin hablar breve- mar justos sino pecadores» (Mat 9, 12-13).
mente de dos momentos que creo importantes en el mundo del arte Ésta era la obsesión de Dreyer, el director de Ordet, del que se
contemporáneo, y que simbolizan, a mi entender, lo que significa esta encontró a su muerte un guión cinematográfico sobre Cristo, y es lo
presencia. Uno de ellos es el CRISTO del pintor francés Rouault, yel que aparece actualizado en el film canadiense, recientemente galardo-
otro es nuestro Salvador Dalí. Rouault representa, con su Cristo apa- nado con el Premio del Jurado de Cannes, jesús de Montréal", arries-
rentemente ingenuo, pero profundamente vivo, el encuentro con una gado y valiente, en el que Denys Arcand intenta explotar la repercu-
fe que arranca de los viejos tiempos, y, de alguna manera se entronca, sión del mensaje de Cristo en el mundo contemporáneo, y que está en
desde una perspectiva moderna, con los Cristos del románico; en Dalí la línea del film de Jules Dassin, El que debe morir, y en el de Buñuel,
cualquiera de sus Cristos' va más allá, en la búsqueda de la trascen- Nazarin. Todo ello presentado de modo serio y a veces estremecedor,
dencia que él intuye en su mundo subliminal y en las formas plásticas reflejando el drama de quienes buscan obsesivamente en la figura de
del surrealismo. Ambos pintores constituyen una llamada al hombre Cristo todo lo que necesita el mundo de hoy, aunque sea a través de
de hoy, que ha de encontrar, de un modo o de otro, esta figura que se deformaciones o de prejuicios. Cosa que no sucede en el film tradi-
transforma en «hombre normativo», y nos da su realidad múltiple, por cional de Zeffirelli, o en el irónico y falsamente iconoclasta y dudosa-
un lado la personalidad histórica, fijada y crucificada en un lugar con- mente satírico de Tom Python, La vida de Brian, que es una muestra
creto y, al mismo tiempo, un símbolo universal, una utopía absoluta de mal gusto para satisfacción de irreligiosidades anticristianas burdas.
para este mundo, una afirmación del futuro actuando ya en la histo- Todos estos films, merezcan la calificación que nos merezcan, res-
ria, alguien reconocido como la faz visible del Invisible y confesado ponden al grito final de la ya antigua Vida de Cristo de Giovanni
como Hijo de Dios, en igualdad de poder, de vida y de naturaleza ... y Papini, que fue durante bastante tiempo piedra de toque para muchas
como consecuencia de todas estas dimensiones, un abismo de lumi- actitudes inconformistas.
nosidad, que a la vez fascina y sobrecoge a los mortales, como indica Pero como dice bien Duméry, «la fe no es un grito», y los novelis-
nuestro propio programa. Bástenos recordar el Cristo de Rouault o los tas de estos tiempos, empezando por Bernanos en su Diario de un cura
utópicos Cristos de Salvador Dalí, para encontrar estas coordenadas de rural sabían que esta fe estaba encarnada, y que llegaba a su realiza-
su presencia en la Historia. ción a través de la fidelidad a la voz de Cristo.
El encuentro reciente en el mundo del cine con el film de Scorsese, Por su parte, la obra de Graham Greene, desde el desconcertado y
inspirado en la novela de Nikos Katzanzakis (de la que hablaré despa- dramático sacerdote pecador de El poder y la gloria, hasta el bonachón
cio más tarde), ha puesto de relieve el interés por la figura de este de Monseñor Quijote muriendo al pie del altar del Monasterio galle-
Cristo que sigue siendo un VIVIENTE, recordando el acertado título go de Osera, incide en ello. Todos son fruto de una obsesión, de la bús-
de Schillebeeckx. Si el desacierto icónico no hubiera acompañado a queda muy personal pero auténtica de Cristo, como él mismo recono-
este film, por lo demás mediocre en su realización, quizá hubiéramos ce en la biografía que va a ser publicada muy pronto, obra del irlandés
podido asistir al drama íntimo de Jesús, cosa que se diluyó por falta de Norman Sherry.
habilidad del director. En cambió, sí podemos aproximarnos mucho
mejor a un Cristo vivo y actuante en el film de Pasolini, El evangelio

3. Recordemos sus cuadros, La Santa Cena, Cristo de Port Lligat, Cristo de los ánge- 4. La revista francesa Cahiers du Cinema, titula su comentario al film «Un per-
les. sonnage tout a fait a la mode ... », refiriéndose a Jesucristo.
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DELMUNDO JESUCRISTO
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Junto a esta obsesión, relativamente serena, de Greene, está la de matado brutalmente varias veces, era un auténtico «orne en carrera de
Anthony Burgess, que no perdona en su afán por dermostrar cuál es muerte» como dice nuestro Alfonso X al hablar de quienes tenían que
su lucha por mantener su vinculación a Dios, aunque se rebele contra enfrentarse con la vida, y descubrió en la imagen de Cristo la respues-
Él en su Iglesia. Así, aparece en múltiples páginas de su obra, reciente ta a su tenaz afrontamiento de su próxima aniquilación.
en traducción española, El pequeño Wilson y el gran Dior. Y todo el Ésta no es la visión de autores como Robert Graves, empeñados en
argumento de Poderes terrenales', ese libro en el que de alguna manera presentar una figura como lade Jesús a través de invenciones rayanas
vamos adivinando la figura de Juan XXIII en el Papa Gregorio XVII, en la paranoia. Porque Robert Graves, conocido entre nosotros espe-
el antiguo y borrascoso Cardenal Cado Campanati, no es más que una cialmente por la versión televisiva de su novela histórica Yo, Claudio,
constante alusión al causante de la transformación de este hombre en publicó en 1946 (y es sintomático que se editara en traducción espa-
Sumo Pontífice; Burgess necesita a Cristo como punto de referencia, ñola en 1984) un relato novelado sobre Jesucristo titulado Rey jesús 10.
como lo será también en su obra, El reino de los réprobos', aunque en En él nos da a conocer una extraña historia de los orígenes de Jesús.
ella parezca querer hablar de la decadencia del Imperio, de Saulo y de Relativamente fiel a la tradición histórica que hace de Herodes un
todos los tics religiosos, sociales y políticos que atormentan literal- hombre cruel e intrigante, menospreciador de sus coetáneos y compa-
mente al autor de La naranja mecánica', triotas judíos, tanto en su legislación como en su religiosidad, va cons-
En el fondo, tanto Greene como Burgess tienen un modelo distin- truyendo la historia de Jesús a partir de la concepción secreta de un
to ante la vista, pero coinciden en buscar lo que acertó a decir Gary niño, hijo del preferido Antípater y de una muchacha delicada y ocul-
Gillmore, el famoso asesino cuya vida recuerda Norman Mailer en La ta llamada Miriam, descendiente de Reyes, y consagrada a las labores
canción del verdugrf!: del templo. Antípater, oyendo la voz de consejeros avisados, envía a
uno de sus principales mensajeros, Gabriel, y le comunica a Miriam
Una vez vi una reproducción de un Cristo, obra de un pintor ruso
los deseos del príncipe favorito de Herodes, que ha eliminado ya pro-
que me tuvo obsesionado durante mucho tiempo. Ese Cristo no tenía
gresivamente a los demás hijos, y Miriam, asombrada por esta llama-
nada que ver con la imagen rutilante a que nos tienen acostumbrados
en la visión popular del cristianismo occidental, la del buen pastor. Su da que no esperaba, y a pesar de estar desposada por un viejo y bona-
aspecto era de un hombre flaco, consumido, como atormentado de chón comerciante llamado Joseph, acude a la cita con el príncipe. La
grandes ojos oscuros y hundidos. El rostro permitía imaginar un cuer- concepción de Jesús fue de esta manera ... corrigiendo a la escueta
po de elevada estatura, de miembros largos y finos. Era la imagen de narración de Mateo.
un hombre solitario, y éste es, me parece, el rasgo más notable del cua- A partir de este momento, Jesús es el objetivo primordial del ansia
dro: ni aureolas ni haz luminoso que lo iluminara desde las alturas. destructora de Herodes y de sus sucesores. Ha sabido de la boda secre-
Sólo un hombre extraordinario. Un hombre ordinario que se hizo ta, ignora quién es ese nieto suyo, porque no conoce a Miriam.
extraordinario y que trató de enseñamos a todos que no había en ello Antípater cae bajo la espada de su padre, y Jesús ha de ir por la vida
nada que cualquiera de nosotros no pudiese alcanzar. El cuadro no simulando su condición de «auténtico rey», pero con la ambición
parecía contener más que la soledad unida a un atisbo de duda. Me
secreta de restaurar el esplendor de Israel.
hubiera gustado conocer al hombre que representaba este lienzo ... (o.
Bajo esta luz, la historia de Jesús es la de un «desheredado regio»
c., p. 274).
que busca la manera de imponerse, y Robert Graves fabula sin medi-
Gilmore era un condenado a muerte, y vivía con dureza los conti- da para lograr una desmitificación de lo que pudieran ser motivacio-
nuos aplazamientos de la ejecución que lograban sus abogados. Había nes salvíficas y redentoras para transformadas en ambiciones de casta
y en condicionamientos políticos. Cualquiera de los instantes de la
5. BURGESS,
Anthony: El pequeño Wilson y el gran Dios. Barcelona,Planeta, 1987. vida de Jesús, recogidos por las primeras comunidades cristianas queda
6. BURGESS,
Anrhony: Poderes Terrenales. Barcelona,ArgosVergara, 1982. reducido a una intriga palaciega, a una conspiración de un cierto ban-
7. BURGESS,
Anthony: El reino de los réprobos. Barcelona,EDHASA, 1988. dolerismo mesiánico, o a una rebeldía de fanáticos conocedores de la
8. BURGESS,
Anthony: La naranja mecánica, obra editada por SUR en Buenos
Aires, y vertida al «lunfardo»,para responder al «cookney»usado por el autor inglés.
Inencontrable hoy. Es más conocidapor la película del mismo nombre.
9. MAlLER, Norman: La cancián del verdugo. Barcelona,ArgosVergara, 1980. 10. GRAVES,
Robert: Rey jesús. Barcelona,EDHASA, 1984.
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posibilidad de alcanzar un puesto en e! reino instaurado quizás algún de escribir una obra de ficción, y los otros dos autores escriban icxu»
día por Jesús de Nazaret. que son e! resultado de! estudio, e! análisis y la reflexión teológica, pero
Es interesante reproducir aquí e! diálogo con Pedro, después de la debería tener la suficiente honestidad para no tratar tan livianamente
Resurrección ... a un personaje histórico que, desde todas las ópticas posibles, está sufi-
cientemente sometido a análisis, y, en consecuencia, no se puede jugar
Jesús dijo:
impunemente con su historia.
-He venido a deciros adiós. Dentro de muy poco, me veréis por
última vez, y nuevamente muy poco después me veréis con más clari- Muy próximas a la obra de' Graves están situadas la serie de libros
dad que hasta ahora. fantásticos de Faber Kaiser, jesucristo vivió y murió en Cachemira;
Felipe preguntó: Obermayer, ¿Murió jesús en Cachemira?; Arnbelain, jesús o el secreto
-¿A dónde irás, Señor? mortal de los Templarios; Evsing, La gran impostura. jesucristo o la histo-
-Hay muchos apartamentos en la casa de nuestro Padre -luego ria folsificada; Llatsé Navarro, jesús el esenio. Los años desconocidos de
se volvió hacia Pedro- Simón, hijo de Jonás, ¿aún me amas? jesús de Nazaretb", curiosamente publicados casi todos ellos por la
Él susurró: misma casa editorial y durante la primera mitad de los ochenta, y que
-Sí, Señor, te amo. se encuentran todavía en alguna de las reducidas librerías esotéricas de
-Entonces, alimenta mis ovejas. Pero, ¿verdaderamente me amas, nuestro país.
hijo de Jonás?
Todos ellos giran en torno a esta ida apócrifa de Jesús a Cachemira,
-Sabes que te amo, Señor.
que explicaría los treinta años de vida oculta, y su regreso al país que
-Apacienta entonces a mis ovejas. Pero, ¿estás seguro de que me
amas? lo acogió una vez pasado e! duro trance de la aparente muerte en la
-Todo lo sabes, Señor. Sabes que te amo con todo mi corazón. Cruz. Y, por supuesto, en lo que se refiere a los templarios, puede ima-
-Entonces alimenta el rebaño que no he guiado como debía. ginarse todo lo que se llega a decir sobre su posible conocimiento de!
-¿Y el reino de Dios ... está próximo? lugar donde está realmente enterrado Jesús, y e! gravísimo problema
-La víspera de Pascua aprendí una cosa: no se puede por la vio- para lograr mantener su secreto.
lencia tomar el Reino (o. c., pp. 460-61). Con todo e! respeto por quienes creen en fenómenos de ovnis y
paranormales, paso por encima de las obras de Benítez y sus concep-
Como puede suponerse, Rey jesús resulta una obra farragosa,
ciones de la realidad de Jesús. Pero es un síntoma de! interés que des-
embrollada, llena de gratuidades. Su presentación de! mundo judío,
pierta todo lo que hace referencia a Jesucristo e! hecho de sus multi-
coetáno de Jesús, y las alusiones al solemne desprecio con que los
plicadas ediciones, cosa que, sin embargo no se puede decir de su pre-
dominadores romanos trataban a los intrigantes hebreos, son muy
sentación de! Evangelio de Juan.
parecidas a las concepciones de Gore Vidal en, juliano el apástata:'
(editada en inglés en 1963 y publicada en España en 1983). Todo esto son obras menores, que no tienen más ambición que la
de fomentar ciertos sensacionalismos fáciles, y que están ciertamente
Toda la obra forma un conjunto de retazos de grandilocuencia
más cerca de las fantasías orientales que de los propios apócrifos. Pero
retórica, que intentando imitar e! estilo de las viejas crónicas, entorpe-
su multiplicación es evidente que responde a un interés muy concreto
cen la lectura, frenan la posibilidad de dejarse llevar por la fluidez de
la acción (la vida de Jesús vista desde cualquier ángulo siempre resulta sobre la figura de Cristo, annque se escuden como indica Graves en su
apasionante), y acaban por agotar la paciencia de! lector. presentación de la obra que he comentado en la necesidad,
y a todo ello hay que añadir la salvedad más importante. ¿Qué que el veredicto de todos los estudiosos ha sido demasiado suma-
tiene que ver esta historia de Jesús con la historia real? Si algún perso- rio y han dejado de lado la masacre de Belén, la tentación y otros inci-
naje ha sido analizado, recuperado, estudiado desde hace veinte siglos
es Jesús. No hay que decide a Graves que conozca los análisis de 12. FABER KAISER, Andrés: jesucristo vivió y murió en Cachemira. Asesoría
Schillebeeckx o de Borkmann, por poner un ejemplo, aunque trate él Técnica, 1976; OBERMAIER,Siegfried: ¿Murió jesús en Cachemira? Barcelona, Martínez
Roca, 1984; AMBELAIN, Robert: jesús o el secreto mortal de los templarios. Barcelona,
Martínez Roca, 1984, Y LLATSENAVARRO,].: jesús el esenio. Los años desconocidos de
11. VIDAL, Gore: juliano el apóstata. Barcelona, EDHASA, 1983. jesús de Nazareth. Barcelona, Libro express, 1984.
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dentes enigmáticos de la vida de Jesús... y si quitamos la capa de bar- Jesús. En lugar de echárselo en cara, los cristianos le acogen porque
niz y los retoques con que se ha alterado la historia original -en un desean conservar con ellos a un hombre que ha sido redimido aun de
principio más por razones políticas que doctrinales- se advierte que la muerte física por Jesús. En él se ha hecho vida la palabra del
Jesús no era un mago espiritual ni un megalómano (como opinan los Maestro, «he venido a salvar lo que estaba perdido» y lo unen a su
racionalistas) ni un ser omnipotente disfrazado de hombre (como
grupo con la esperanza de que en él crezca la fe. Y llega a morir en cruz,
creen los cató licos) sino heredero legítimo del trono de Heredes, un
como Jesús, en un enfrentamiento dramático con la Nada.
profeta invariablemente fiel a la ley judía y personaje central de una
compleja y conmovedora tragedia ... (o. c., p. 463 y ss.). Lagerwist pertenece a este grupo de hombres que escribieron aga-
rrotados por el pesimismo, después de haber vivido tan de cerca los
para añadir más tarde que: cataclismos de las dos Guerras Mundiales. Su pesimismo, sin embar-
La creencia católica de que la vida de Jesús es un enclave milagro- go, no le impide damos esta visión trágica pero respetuosa y seria de
so en el curso ordinario de los tiempos es lógicamente incuestionable lo que es el drama del hombre cuando pasa cerca de él Jesús y no llega
y satisfactoria, pero no resuelve el misterio histérico que nos toca más a alcanzar la fe. Es una literatura agónica que hace pensar en muchas
de cerca y con el que hemos de enfrentamos tarde o temprano (id.). páginas de Kirkegaard y de Unamuno, donde aparece implícito y
explícito la desgarrada súplica con que determina la Oración final del
y es precisamente este MISTERIO HISTÓRICO que tan honda-
poema, El Cristo de Veldzquez:
mente influye en todos desde hace veinte siglos el que exige quizá un
poco más de respeto a las ptopias leyes de la Historia, a las que Robert ¡Dame
Graves no ha tenido demasiado en cuenta, en su obra, donde, como Señor, que cuando al fin vaya perdido
he indicado anteriormente se construye un montaje que está más cerca al final de esta noche tenebrosa
de la novela oriental-hay que leer las escenas del supuesto banquete en que soñando el corazón se acorcha,
y noche nupcial de Jesús y María, la hermana de Marta y de Lázaro me entre en el claro día que no acaba,
fijos mis ojos de tu blanco cuerpo,
para comprenderlo- que de una narración seria sobre Jesús, si es que
Hijo del Hombre, Humanidad completa
lo pretendía el autor de El conde Belisario+.
en la increada luz que nunca muere ...!15.
Hay autores que, aun entrando en el mundo de la recreación más
o menos fantaseada -estoy hablando siempre dentro de los límites de El Barrabds de Lagerwist es uno de los más estremecedores textos
lo que llamamos NARRATIVA- imaginan la vida de Jesucristo de un en los que se adivina la angustia del hombre que busca en Jesucristo la
modo más serio, o, por lo menos más dramático y menos fantástico. respuesta a sus inquietudes y a su miseria. Es, como diría el mismo
Indirectamente, Par Lagerwist, en su conocida obra Barrabds" Unamuno en su Poema al Cristo yacente de Santa Clara, de Palencia,
puede incluirse en este grupo. Lagerwist, Nobel en 1951 habla indi- petición sin reservas de que,
rectamente de Jesús al contamos de modo intensamente dramático la ...Tú, Cristo del cielo,
vida del primer hombre que salvó aun físicamente su vida con la muer- redímenos del Cristo de la Tierra".
te de Jesús.
Puestos en labios del rebelde y agitador judío las últimas horas de Dentro de esta línea de búsqueda, y de seria nostalgia de lo que
Jesús, despierta la fe en los primeros cristianos, mientras él permanece puede significar Jesucristo en una vida, está la controvertida novela de
en el asombro y en la oscuridad de una fe que no tiene. Su narración Nikos Katzanzakis, La última tentación 17, que ya había sido precedida
de la noche que pasó junto a él en las mazmorras de los romanos es
motivo para que se le asimile a la comunidad inicial de Jerusalén. Se le
tiene como una reliquia viva, testigo único de los sufrimientos de

15. Puede consultarsela edición recientede las Poesías Completas, de AlianzaEdit.


16. Id.
13. GRAVES, Roben: El conde Belisario. Barcelona,EDHASA, 1984. 17. KATZANZAKIS, Nikos: La última tentación. BuenosAires,SUR, 1960 (también
14. UGERWIST, Par: Barrabds. Madrid, EMECE/Alianza, 1971. en Madrid, Ed. Debate, 1989).
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La obra de Katzanzakis es, pues, el fruto de una introspección anti-


por unas páginas menos directas pero también estremecedoras en su
gua, y el resultado de muchos años de reflexión de un hombre vital,
obra Cristo de nuevo crucificado",
complejo, y en muchísimas ocasiones contradictorio y discutible. Sin
Hay que aclarar de antemano, para quienes no hayan leído la pri-
llegar a los extremismos de su compatriota Costas Taksis, fue intenso
mera narración y quizá hayan visto el film de Scorsese, que apenas tie-
y plural durante toda su vida. Gran viajero, visitó Inglaterra, España,
nen en común más que el título y el hilo argumental. Scorsese se ha
Rusia, Egipto, China y Japón. Como funcionario del Ministerio de
encontrado con la grave dificultad de trasladar a la pantalla un texto
Asuntos sociales de su país,~alvó la vida a más de 150.000 griegos
denso, atormentado, dialéctico, inquietante. Y, además, se ha encon-
expulsados de Rusia al final de la Primera Guerra Mundial, y en este
trado con la grave dificultad de lo icónico. Si una imagen vale más que
hecho se inspira su novela Cristo de nuevo crucificado. Llegó a Ministro
mil palabras, en este caso una imagen puede tergiversar más de mil
y a Presidente del Consejo Superior del partido socialista griego, y al
palabras. O por lo menos darle unas dimensiones que en manera algu-
abandonar, decepcionado, la política, trabajó como traductor en la
na están en la obra del escritor griego.
UNESCO. Murió en 1957, y La última tentación la escribió poco
No voy a entrar ahora en el análisis de las diferencias entre novela
antes de su muerte. ¿Era una obra casi autobiográ6ca?
y film, pero quiero dejar constancia de que, a pesar de todo lo que se
De hecho escribe en el prólogo que estoy citando:
haya podido decir, la relación de Scorsese con la obra de Katzanzakis
es muy débil, y, evidentemente, perjudicial para este último ante los Todo hombre es un hombre-Dios, carne y espíritu. Por ello e! mis-
ojos de muchos espectadores o críticos, tanto desde el punto de vista terio de Cristo no es sólo e! misterio de un culto particular sino que
alcanza a todos los hombres (o c., p. 7).
estético como religioso.
¿Qué intentó Katzanzakis con su obra? Lo dice con claridad, y creo para añadir más tarde:
que con sinceridad, en el prólogo de su narración:
Jamás seguí con tanto terror su marcha sangrienta hacia el
La doble substancia de Cristo fue siempre para mí un misterio Gólgota, jamás viví con tanta intensidad, con tanta comprensión y
profundo e impenetrable: e! deseo apasionado de los hombres, tan amor, la Vida y la Pasión de Cristo como durante los días y las noches
humano, tan sobrehumano, de llegar hasta Dios o, más exactamente, en que escribí La última tentación. Mientras escribía esta confesión de
la angustia y de la gran esperanza de los hombres estaba tan emocio-
de retornar a Dios para identificarse con él. Esta nostalgia a la vez tan
nado que mis ojos se arrasaban de lágrimas. Jamás había sentido caer
misteriosa y tan real, abría en mí heridas, hondas heridas (o. c., p. 7).
gota a gota la sangre de Cristo en mi corazón con tanta dulzura, con
Como se ve, en estas palabras con que abre las páginas de su libro, tanto dolor (o c., p. 8),
aparece un interrogante profundo, una búsqueda, el planteamiento Y para explicar lo que está en el centro de su novela, y lo que ha
crucial de la realidad de Cristo, en el misterio de su Humanidad y de causado más impresión y escándalo en la película de Scorsese por el
su Divinidad. mal montaje de las imágenes, escribe Katzanzakis:
Pero hay más. A continuación escribe:
Cada instante de la vida de Cristo es una lucha y una victoria.
Desde mi juventud, mi agustia primera, la fuente de todas mis ale- Triunfó del irresistible encanto de las sencillas alegrías humanas,
grías y de todas mis amarguras fue ésta: la lucha incesante e implaca- triunfó de la tentación; transformaba incesantemente la carne en espí-
ble entre la carne y e! espíritu. ritu y proseguia su ascensión; llegó a la cima del Gólgota, subió a la
Llevaba en mí las fuerzas tenebrosas de! Maligno, antiguas, tan Cruz.
viejas como e! hombre, y aún más viejas que éste; llevaba en mí las Pero su combate no acabó allí. En la Cruz le esperaba la Última
fuerzas luminosas de Dios, antiguas, tan viejas como e! hombre y más Tentación. Como en un relámpago, e! espíritu Maligno desplegó ante
viejas que éste. Y mi alma era e! campo de batalla donde se enfrenta- los ojos desfallecidos del Crucificado la visión pérfida de una vida apa-
ban aquellos dos ejércitos (o. c., p. 7). cible y dichosa: había seguido -tal es lo que le pareció- e! sendero
trillado y fácil de! hombre, se había casado, había tenido hijos, los
hombres lo amaban y estimaban; y ahora, ya viejo estaba sentado a la
18. KATZANzAKlS, Nikos: Cristo de nuevo Crucificado. Barcelona,Pomaire, 1976 puerta de su casa, recordaba las pasiones de su juventud y sonreía,
(también en Madrid, Alianza Bolsillo, 1984).
278 SALVADOR DEL MUNDO JESUCRISTO EN LA LITERATURA CONTEMPORÁNEA 279

satisfecho. ¡Qué bien había procedido! ¡Qué sabiduría haber seguido luchó mucho, que se ha sentido muy atormentado en su vida y que ha
e! sendero de! hombre y qué insensatez era querer salvar al mundo! esperado mucho.
¡Qué alegría haber escapado de las tribulaciones, de! martirio y de la Estoy seguro de que todo hombre libre que lea este libro rebosan-
Cruz! te de amor amará más que nunca, más intensamente a Cristo (o. c.,
Ésta fue la última tentación que durante los segundos de un relám- pp. 910).
pago turbó los últimos instantes de! Salvador.
Quizá para algunos -yJo fue para quienes lo introdujeron en el
Pero bruscamente Jesús sacudió la cabeza, abrió los ojos. Vio: no,
íNDICE DE LIBROS PROHIBIDOS- resulte desconcertante, pre-
no había traicionado, ¡alabado sea Dios!, no, había despertado, había
cumplido la misión que Dios le había confiado, no se había casado, sente un Cristo dubitativo, huidizo, inestable ... Quizá es un reflejo
no había vivido dichoso, había llegado a la cima de! sacrificio, se había excesivo de las vacilaciones del autor, pero al fin y al cabo HOMBRE
clavado en la Cruz. DE HOY, cuya vida puede quizá resumirse en aquellas tres escuetas
Cerró los ojos satisfecho. Entonces se oyó e! grito triunfal: ¡Todo palabras de Sadbury, NACIDO, ATRIBULADO, MUERTO. Es una
se ha consumado! visión dura, pero el Cristo de Katzanzakis quiere ser una respuesta de
Es decir, terminé mi misión, fui crucificado, no sucumbí a la ten- esperanza.
tación (o. c., p. 9). No sucede lo mismo con el libro de Otero Silva, La piedra que era
Cristo", en el que el escritor venezolano aprovecha la ocasión, con un
Me he alargado en la cita, porque me parece importante conocer
estilo excesivo y exuberante, para ir derramando frases casi panfletarias
cuáles fueron las intenciones creo que sinceras, de Katzanzakis, y por-
a propósito de la vida de Cristo que él intenta narrar desde su punto
que reflejan con honestidad lo que él sentía al escribir este libro difí-
de vista demagógico, para terminar diciendo:
cil, que no es un tratado de cristología, evidentemente, pero que nos
hace ver a un Jesús en lucha, pasando por todas las experiencias de los Por e! camino en ascenso, María Magdalena le va diciendo a
hombres menos el pecado, y presentado por el novelista como un Pedro: -Ha resucitado para que así se cumplan las profecías de las
Escrituras y adquiera validez su propio compromiso. Ha resucitado y
modelo a tener en cuenta en la lucha cotidiana por la supervivencia en
ya nadie podrá volver a darle muerte. Aunque nuevos saduceos inten-
un mundo desquiciado como el nuestro (recordemos que esto lo escri-
tarán convertir su Evangelio, que es la espada de los pobres, en escu-
be en 1956, pocos años depués de la experiencia de las dos guerras do amparador de los privilegios de los ricos, no lograrán matado.
mundiales, de los campos de exterminio, de las deportaciones masi- Aunque nuevos herodianos pretenderán valerse de su nombre para
vas ... ). hacer más lacerante el yugo que doblega la nuca de los prisioneros, no
y la intención de su obra está clara, dirigida al hombre de hoy, lograrán matarlo. Aunque nuevos fariseos se esforzarán en trocar sus
demostrando así la actualidad de Cristo, el «símbolo universal, la uto- enseñanzas en mordazas de fanatismo, y en acallar el pensamiento
pía absoluta, la afirmación de futuro actuando ya en la Historia»: libre de los hombres. Aunque izando su insignia como bandera se
desatarán guerras inicuas, y se harán llamear hogueras de tortura, y se
Este libro ha sido escrito para dar un ejemplo supremo al hombre humillará a las mujeres, y se esclavizará a las razas y naciones, no logra-
que lucha, para mostrarle que no debe temer e! sufrimiento, la tenta- rán matarle, Él ha resucitado y vivirá por siempre en la música del
ción ni la muerte, porque todo ello puede ser vencido y ha sido ven- agua, en los colores de las rosas, en la risa de! niño, en la savia pro-
cido. Cristo sufrió, y luego e! sufrimiento quedó santificado; la funda de la humanidad, en la paz de los pueblos, en la rebelión de los
Tentación luchó hasta e! último instante para extraviarlo, y la oprimidos, sí, en la rebelión de los oprimidos, en e! amor sin lágrimas
Tentación fue vencida. Cristo fue Crucificado y luego la muerte fue (o. c., p. 199).
vencida (o. c., p. 9).
Estas palabras de María Magdalena me recuerdan el Museo del
Y por ello, antes de empezar la narración de la vida de Cristo, a su Ateísmo, de Leningrado, en cuyo subterráneo se amontonan crucifijos
manera es cierto, pero siempre con esta intención, añade para termi- junto con instrumentos de tortura y son, según los guías que intentan
nar su prólogo:
Este libro no es una biografía sino una confesión de! hombre que 19. OTERO SILVA, Manuel: La piedra que era Cristo. Barcelona, Plaza & [anés,
lucha. Al escribirlo, cumplí con mi deber. El deber de un hombre que 1985.
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adoctrinar a los visitantes, el argumento incontestable de que la reli- y después de narrar con objetividad y una pedagogía singular para
gión de Cristo ha servido para engañar, oprimir y torturar al pueblo. el mundo oriental, lo que es para él la figura de Jesús, termina su obra
Dentro de esta misma línea, aunque de modo menos retórico, diciendo:
están obras como El evangelio según [udas" del polaco Panas Henrick, No necesito decir que ni por un momento he pensado que esta
Cristo se paró en Eboli", de Cado Levi, aunque con distintas connota- visión a vista de pájaro de la vida de Jesús haya abarcado la totalidad
ciones. del mismo Jesús. Cada .uno de nosotros se imagina a Jesús según e!
Extraña es, y en su género desconcertante, la reciente obra de modo en que se refleja en nuestra vida. Pero siempre habrá algo impe-
Ramón Hernández, Golgothd2, en la que asistimos a una trasposición netrablemente misterioso, y siempre habrá un cierto enigma en la
de tiempos y lugares, pasando del Cristo del Obradoiro de Santiago de forma de reflejarse la vida de este hombre EN NUESTRA PROPIA
Compostela, a un Judas con metralleta. Todo ello en un esfuerzo que VIDA INDIVIDUAL. Pienso ahora que en lo que me resta de vida
está más cerca del surrealismo onírico esteticista que de la necesidad de me gustaría volver a escribir mi vida de Jesús, y escribirla desde la pro-
buscar o comunicar un mensaje. pia experiencia que he de seguir acumulando a lo largo de mis años.
Pero aún entonces, cuando crea haber terminado, pienso que aún no
Capítulo aparte merece el novelista japonés Endo Shusaku.
me habré liberado de! deseo y la necesidad de volver a tomar la pluma
Bautizado cristiano y católico en su infancia, se encuentra de lleno en
para intentar una nueva «vida de Jesús» (o c., p. 235).
una sociedad en la que su religión no solamente es minoritaria, sino
que es considerada signo de extranjería y, por qué negado, de traición ¿No recuerdan estas palabras algunas de las escritas por Francois
a sus propias tradiciones. Y para mayor abundamiento, no es uno de Mauriac en su Vida de jesús?
los 300.000 cristianos más o menos anónimos en un país de más de Por su parte, en la última obra de Umberto Eco, todavía no tradu-
120 millones de habitantes, sino que llega a ser escritor famoso. Y le cida al castellano, 11 pendolo de Foucauls", aparecen unas páginas
preocupan dos cosas: lo que significa la entrada de la religión cristiana importantes, aunque ciertamente destructoras, sobre Jesucristo. Si no
en su país, y su posición como católico en el medio sintoísta y budis- fuera algo que tiene valor, Eco no lo hubiera añadido a su obra, ni
ta que le rodea. Su valor como novelista le lleva a los lugares más altos hubiera fantaseado sobre la posibilidad de una creación ficticia de
de la cultura, pero siente este doble aguijón. Escribe dos novelas, tra- Mateo, Lucas, Marcos y Juan que,
ducidas no hace mucho al castellano, en las que se manifiesta crítico e son una banda de vividores que se reunieron en cualquier parte y
interrogativo, a veces con dureza, respecto a su religión y a los que la decidieron hacer una prueba, inventan un personaje, establecen algu-
introdujeron en el país, El Samurai" y Silencio", En ellas habla de las nos hechos esenciales y e! resto lo redacta cada uno a su aire según le
mezquindades y manipulaciones de los primeros misioneros, y de parezca mejor ... Los libros gustan, van de mano en mano, y cuando
algunas apostasías escandalosas ante el silencio de los dioses. Pero los cuatro se dan cuenta de lo que está pasando, ya es demasiado tarde,
Endo necesitó al fin escribir una obra sobre Jesús, que fuera compren- Pablo ya ha encontrado a Jesús en e! camino de Damasco, Plinio
sible para el pueblo japonés, y escribe simplemente la obra [esús? que empieza su encuesta por orden de! emperador, preocupado, aparecen
una legión de apócrifos que hacen creer que saben más que ellos...
es de un impresionante realismo, pero que aproxima a una visión dife-
Pedro se lo toma en serio, Juan amenaza con decir la verdad, Pedro y
rente del Cristo a que estamos acostumbrados los occidentales. Está Pablo lo hacen capturar, y lo encadenan en la isla de Patmos y e!
más cerca, ciertamente, de aquel Cristo de Gillmore que de las majes- pobrecito empieza a tener visiones, y a ver saltamontes en la cabecera
tades del románico. de la cama, hacen callar a aquella turba, de donde viene tanta sangre ...
y los otros dicen que está esclerótica ... ¿Ysi hubiese sido asi? (o. c., p.
230).

20. HENRlCK, Panas: El evangelio según judas. Madrid, Ultramar, 1979. Estas suposiciones sobre el origen del cristianismo de Casaubon,
21. LEVJ, Carlo: Cristo separá en Eboli. Madrid, Altaguara, 1980. uno de los personajes de Eco, forman parte de la trama interior de
22. HERNÁNDEZ, Ramón: Golgotha. Barcelona, Seix Barral, 1989.
23. ENDO, Susaku: El Samurai. Barcelona, EDHASA, 1988.
24. ENDO, Susaku: Silencio. Barcelona, EDHASA, 1989.
25. ENDO, Susaku: jesús. Bilbao, Mensajero, 1980. 26. Eco, Umberto: Il pendolo de Foucault. Milano, Bompiani, 1988.
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mucho sentido crítico, y agnóstico, de 11pendo lo de Foucault, de lec- a medida que ha descendido el respeto que se experimenta hacia las
tura compleja y difícil, porque se trata en él de todo, con la intención Iglesias en cuanto a instituciones, crece la reverencia hacia Jesús. La
siempre ácida ante el hecho religioso del autor italiano. En su implíci- unidad y la variedad de los retratos de «Jesús a través de los tiempos»
ta voluntad de suprimir toda creencia religiosa -recordemos el final han demostrado que en él hay más elementos de los que sueñan la
filosofía y la cristología de los teólogos. Dentro de la Iglesia, pero tam-
de El nombre de la rosa'í-«, se enfrenta con un nihilismo que se le hace
bién mucho más allá de sus fronteras, su persona y su mensaje, en
difícil alcanzar, porque lo que más le cuesta es suprimir a Jesucristo de palabras de San Agustín, constituyen una «belleza siempre antigua y
la Historia. Por ello se le impone como respuesta a un pensamiento de siempre nueva», y ahora pertenece él al mundo (o. c., p. 287).
Mircea Eliade: «Lo sagrado se revela como un elemento en la estruc-
rura de la conciencia y no como una fase en la historia de la concien-
cia. Ser, o mejor llegar a ser hombre, significa ser religiosos".
Este rápido repaso por la presencia de Cristo en la cultura, espe-
cialmente en el mundo del cine último y de la narrativa de la última
década, nos puede servir para comprender que no es un personaje his-
tórico indiferente y que, para bien o para mal, interesa. Prescindiendo
del valor histórico de su realidad suficientemente probada, y de la
reflexión de fe que se puede hacer sobre él, Cristo aparece como un
motivo de búsqueda, como esa utopía de que he hablado, siguiendo
los enunciados de los organizadores del curso, y ha sido motivo de
muchas horas de reflexión y de fabulación. Se han acercado a él más
como un hombre doliente que, a través del misterio de su realidad, ha
dado respuesta a los dolores y angustias del hombre actual, y aun los
más alejados de las formas tradicionales de presentado -hay muchas
«vidas» de Jesús excelentes, pero que no pueden considerarse obras lite-
rarias- han visto en él un punto de referencia ineludible, y un motor
de la Historia, tanto de su tiempo, como de nuestro tiempo.
Quisiera terminar con las palabras con que concluye la obra del
profesor de Yale, Jaroslav Pelikan, jesús a través de los siglos. Su lagar en
la historia de la cultura", de reciente publicación. Aunque estudia espe-
cialmente las «imágenes» de Jesús a través de un sentido muy amplio
de culrura, y se fija especialmente en las expresiones de arte plástico:
Debido a una curiosa mezcla de estas corrientes de fe religiosa y de
investigación académica, con la menos poderosa influencia del escep-
ticismo y del relativismo religioso, la universalidad dentro de la parti-
cularidad de Jesús se ha transformado así en una cuestión que no afec-
ta sólo a los cristianos del s. XX, sino también a toda la Humanidad ...

27. Eco, Umberto: El nombre de la rosa. Barcelona, Lumen, 1983.


28. Pensamiento central de Mircea Eliade en su Historia de las creencias e ideas reli-
giosas (4 vol. publicados por Madrid, Cristiandad, falta un quinto volumen).
29. PELIKAN,Jaroslav: jesús a través de los siglos, su lugar en la historia de la cultu-
ra. Barcelona, Herder, 1989.

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