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petrificada de la creación lingüística, construido en abstracto por la lingüística con
los fines de enseñanza práctica de una lengua como un instrumento hecho.
Para esta corriente, la lengua es un eterno flujo de actos discursivos, en el que nada
permanece estable, ni idéntico a si mismo.
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o Fundadores y Representantes de la primera corriente del pensamiento filosófico
(el subjetivismo idealista)
Los exponentes y representantes más importantes de esta corriente fueron: Potebniá.
(lingüística rusa), Steinthal, Wundt, Croce y Vossler. Pero, el representante más grande de
todos fue Wilhelm Humbolt.
Los fundamentos del “subjetivismo individualista” se reducen en el psicologismo empirista
de Wundt y de sus seguidores. Sus razonamientos se resumen en la idea de que todos los
hechos de la lengua se prestan para ser explicados desde el punto de vista de la psicología
individual basada en el voluntarismo. Todas sus explicaciones de los hechos de la lengua,
del mito, de la religión, se reducen a interpretaciones puramente psicológicas. No conocía
la realidad sociológica propia de todo signo ideológico, el que no se reduce a ninguna ley
psicológico-individual.
Actualmente esta corriente de la psicología del lenguaje volvió a lograr un intenso
florecimiento y amplitud en la comprensión de sus objetivos con la escuela de Vossler. Esta
escuela ante todo se define por un rechazo del positivismo lingüístico, el que no ve más allá
de la forma lingüística (predominantemente la forma fonética) y del acto psicofisiologico
elemental de su generación.
Para Vossler el motor principal de la creatividad lingüística es el gusto lingüístico, que es
una especie de gusto artístico, es aquella verdad lingüística gracias a la cual la lengua vive,
y la que el lingüista debe descubrir en todo fenómeno de la lengua, para que dicho
fenómeno sea comprendido y explicado. De modo que todos los factores que determinan
algún fenómeno lingüístico (físicos, políticos, económicos, etc.) no tienen para un lingüista
una importancia directa, solo le importa el sentido artístico de un fenómeno lingüístico
dado. Esta sería la concepción del lenguaje, netamente estética, propuesta por Vossler. Para
él, la realidad principal de la lengua es el acto individual y creativo del discurso. Todo lo
que llega a ser hecho gramatical, antes fue hecho estilístico.
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individuo debe aceptar y asumir todo este sistema tal cual se presente, en su interior no hay
lugar para valoraciones ideológicas diferenciales, como peor, mejor, bello, feo, etc., solo
existe un criterio lingüístico: correcto-incorrecto, referido a la correspondencia de una
forma dada al sistema normativo de la lengua.
Así, entre el aspecto fonético de una palabra y su significación no existe ningún vínculo
natural, como tampoco existe correspondencia artística alguna.
Si la lengua como sistema de formas es independiente de cualquier acción de un individuo,
ella es, por consiguiente, el producto de una creatividad colectiva; y como toda institución
social es normativa para cada individuo aislado. Sin embargo, el sistema de la lengua va
cambiando y formándose en el proceso de la generación histórica de un colectivo hablante
dado. La identidad normativa del fonema que hemos establecido es diferente para las
diversas épocas de desarrollo de una lengua determinada. En resumen, la lengua tiene su
historia.
La lógica de la historia de la lengua es la de los errores individuales o de las divergencias y
se verifica fuera de los limites de una ciencia individual. La transición es espontánea, y solo
por lo mismo puede llevarse a cabo. Si al transgresión no se advierte, y por lo mismo no se
corrige, y si existe un motivo que favorezca a que la transgresión determinada se convierta
en un hecho masivo entonces tal transgresión llega a convertirse en una nueva norma
lingüística.
Así, entre la lógica de la lengua como sistema de formas y la lógica de su generación
histórica no hay ninguna relación, no hay nada en común. El presente de una lengua y la
historia de la misma no se comprenden y no son capaces de comprenderse uno a otra.
Las ideas fundamentales de esta corriente son las siguientes:
1- La lengua es un sistema estable e invariable de formas normativamente idénticas,
sistema previamente dado a la conciencia individual e incuestionable para ésta.
2- Las leyes de la lengua son leyes específicamente lingüísticas, que expresan la
relación entre los signos lingüísticos dentro de un sistema cerrado de la lengua.
Son leyes objetivas para toda conciencia subjetiva .: Objetivismo abstracto de
Saussure por los Signos lingüísticos.
3- Las relaciones lingüísticas especificas no tiene nada que ver con los valores
ideológicos (artísticos, cognoscitivos, etc.). Ningún motivo ideológico fundamenta
el fenómeno de la lengua. Entre la palabra y su significado no hay ningún vínculo
natural e inteligible para la conciencia, como tampoco nexo artístico alguno.
4- Los actos individuales de enunciación desde el punto de vista de la lengua
aparecen apenas como refracciones y variaciones casuales, o solo como
distorsiones de las formas normativamente idénticas, pero precisamente estos actos
individuales de enunciación explican la variabilidad histórica de las formas
lingüísticas; en cuanto tal esta variabilidad es irracional y absurda desde el punto
de vista del sistema. Entre el sistema de la lengua y su historia no hay relación ni
motivación común. Son ajenos el uno a la otra.
Las raíces de esta segunda corriente se encuentran en el racionalismo de los siglos XVII y
XVIII. Pero sus ideas tuvieron su primera expresión bien articulada en la gramática
universal de Leibniz.
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Actualmente, la “escuela de Ginebra” de Ferdinand de Saussure es la exponente mas
destacada del objetivismo abstracto.