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I. Introducción
Quizá una da las razones principales para elaborar los diferentes Confesiones de
Fe se debió a las diferentes denominaciones cristianas nacientes, como la
protestante, la de las diferentes iglesias reformadas a partir de Juan Calvino, la
Presbiteriana de Escocia, y otras.
Todos estos temas son de mucha utilidad para comprender el proceso por el que
ha pasado la iglesia en sus diferentes etapas y contextos, y especialmente, lo
sucedido en el siglo XVI que es el período de la historia cuando se dan la mayor
parte de las Confesiones de Fe.
Para poder estudiar el tema de las Confesiones de Fe, y cuál fue la razón para que
se escribieran, necesitamos estudiar un poco el aspecto histórico de la Iglesia
convulsionada, tanto en Europa por las luchas internas de poder de las diferentes
monarquías, como por el ataque abierto de la Iglesia Católica Romana contra
Iglesia Protestante de la época. Así como por la situación conflictiva de América
Latina y el Caribe durante el período de la conquista española en el siglo XVI.
Luteranos en Alemania
Hugonotes en Francia
Reformados en Suiza
Presbiterianos en Escocia
Reformadores en Holanda
Como podemos ver todas estas iglesias necesitaban un patrón o guía de sus
creencias o doctrinas, es por esto que se hizo imperativo el desarrollo de las
diferentes Confesiones de Fe.
En todos los tiempos y en todas las ramas de la Iglesia, se ha encontrado que los
Credos y Confesiones son necesarios, y cuando no se ha abusado de ellos han
servido para los fines siguientes: (1) Para mandar, diseminar y preservar las
adquisiciones alcanzadas en el conocimiento de la verdad cristiana, por alguna
rama de la Iglesia en alguna crisis de su desenvolvimiento. (2) Para discernir
entre la verdad y los malos comentarios de los falsos maestros, y presentarla con
integridad y debida proporción. (3) Para servir de base de asociación eclesiástica
a los que están acordes en trabajar juntamente en armonía. (4) Para usarlos como
instrumentos en la gran obra de la instrucción popular.
Debe recordarse, sin embargo, que la materia de estos Credos y Confesiones liga
a la conciencia de los hombres nada más en aquello que es puramente bíblico, y
sólo por serlo: y en cuanto a la forma en que la materia se asienta, sólo liga a los
que voluntariamente admiten la Confesión; y la razón para ello es la de que la
han admitido.
En todas las iglesias se hace una distinción marcada entre los términos en que son
admitidos los miembros privados a la comunión, y los términos en que son
admitidos los funcionarios a los oficios sagrados de enseñanza y gobierno. Una
iglesia no tiene derecho de hacer condición de recepción sino lo que Cristo haya
hecho condición de salvación. La Iglesia es el redil de Cristo. Los Sacramentos
son los sellos del pacto. Tienen derecho a pedir su admisión, aquellos que hacen
una profesión creíble de la verdadera religión, —aquellos de los cuales se pueda
tener la presunción de que sean del pueblo de Cristo. Esta profesión creíble,
envuelve de contado, un conocimiento competente de las doctrinas
fundamentales del cristianismo— una declaración de fe personal en Cristo y de
consagración a su servicio, y el estado debido en la mente y la disposición
necesaria para ello. Por la otra parle, ningún hombre debe ser instalado en algún
oficio de una iglesia, cuando no profesa creer en la verdad y sabiduría de la
constitución y leyes que es su deber conservar y administrar. De otra manera la
armonía de sentimiento y la cooperación efectiva sería imposible.
Son pocos los Credos que se formaron antes del tiempo de la Reforma, y se
refieren a los principios fundamentales del Cristianismo, especialmente a la
Trinidad y a la persona del Dios Hombre, y son la herencia de toda la Iglesia.
1. Credo de los Apóstoles. Éste no fue escrito por los Apóstoles sino que se fue
formando gradualmente por un consentimiento común, fundándose en las varias
confesiones que separadamente habían adoptado las congregaciones particulares
y que usaban en la recepción de sus miembros. Adquirió su forma actual y el uso
entre todas las iglesias, a fines del siglo segundo. Fue puesto al fin del Catecismo
Menor juntamente con la Oración del Señor y los Dios Mandamientos en la
primera edición publicada por orden del parlamento, “no porque se creyera que
había sido compuesto por los Apóstoles, o porque debiera considerarse como
escritura canónica… sino por ser un breve resumen de la fe cristiana, de acuerdo
con la Palabra de Dios, y recibido antiguamente en las iglesias de Cristo.” Los
que formaron nuestra Constitución lo dejaron en las ediciones actuales como
parte del Catecismo. Es como sigue:
Creo en Dios Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra: Y en
Jesucristo su único Hijo, Señor nuestro, Que fue concebido por el Espíritu Santo,
Nació de María Virgen, Padeció bajo el poder de Poncio Pilato, Fue
crucificado, muerto y sepultado, Descendió a los infiernos; Al tercer día resucitó
de entre los muertos; Subió al cielo; Está sentado a la diestra de Dios Padre
Todopoderoso; Desde allí vendrá al fin del mundo a juzgar a los vivos y a
los muertos. Creo en el Espíritu Santo, La Santa Iglesia Católica, El perdón de
los pecados, La resurrección de la carne Y la vida perdurable. Amén
2. Credo Niceno. Éste fue formado sobre las bases de los Apóstoles, y la cláusula
relativa a la divinidad substancial de Cristo, fue agregada por el Gran Concilio
celebrado en Nicea, Bitinia, A. D. 325. y las que se refieren a la divinidad y
personalidad del Espíritu Santo, las añadió el segundo Concilio Ecuménico
reunido en Constantinopla, A. D. 381, y la cláusula “filioque” la añadió el
Concilio de la Iglesia Occidental verificado en Toledo, (España) A. D. 569. En su
forma actual es el Credo de toda la Iglesia Cristiana; la Iglesia Griega sólo
rechaza la última cláusula mencionada. Dicho credo es como sigue:
Creo en un solo Dios Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, y de
todas las cosas visibles e invisibles; Y en un solo Señor Jesucristo, Hijo
Unigénito de Dios, Engendrado del Padre antes de todos los siglos, Dios de
Dios, Luz de Luz, verdadero Dios de Dios verdadero. Engendrado, no hecho,
consubstancial con el Padre; Por el cual todas las cosas fueron hechas, El cual
por amor de nosotros y por nuestra salud descendió del cielo, Y tomando nuestra
carne de la virgen María, por el Espíritu Santo, fue hecho hombre, Y fue
crucificado por nosotros bajo el poder de Poncio Pilato. Padeció, y fue
sepultado; Y al tercer día resucitó según las Escrituras, Subió a los cielos y está
sentado a la diestra de Dios Padre. Y vendrá otra vez con gloria a juzgar a los
vivos y a los muertos; Y su reino no tendrá fin. Y creo en el Espíritu Santo, Señor
y Dador de vida, procedente del Padre y del Hijo, El cual con el Padre y el Hijo
juntamente es adorado y glorificado; Quien habló por los profetas. Y creo en una
santa Iglesia Católica y Apostólica. Confieso un bautismo para remisión de
pecados, Y espero la resurrección de los muerto? Y la vida del siglo venidero.
Amén
7. ¿Qué es la reforma?
VII. Conclusión:
Con este trabajo hemos aprendido que es una Confesión de Fe, cual es su
propósito, como se elaboraron, cual ha sido su ayuda, y otros aspectos muy
importantes.
Ibid, p 36-37
http://www.wikicristiano.org/diccionario-biblico/1459/confesi%F3n/
http://es.wikipedia.org/wiki/Confesion_de_fe
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Ibid, p 35
Ibid, p 44
es.thefreedictionary.com/reforma
Ibid, p 45-46
VIII. Bibliografía