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Pasado y presente del contrabando en La Guajira aproximaciones al fenómeno de ilegalidad en la región.

Autor: Mauricio Romero, Ángela Olaya y Herńan Pedraza NUMERO:


Variable: Paramilitares en la región Caribe y su relación con funcionarios públicos
Editorial: Debate AÑO: 2011

1 La transformación del sistema de seguridad social introducida por el gobierno del Contexto de la transformación de la salud
presidente César Gaviria (1990-1994) a principios de los años noventa, inició un vuelco en Colombia y la participación de grupos
en el Sistema Nacional de Salud y en el de Previsión y Seguridad Social, en los cuales el paramilitares en la región Caribe.
Estado era el actor central. La ley 100 de 1993, con ponencia del futuro presidente
Álvaro Uribe Vélez, que reformó el sistema de salud y seguridad social, marcó el inicio
de su privatización. El proceso finalizó en 2003, diez años después, durante el primer
mandato presidencial (2002-2006) del entonces senador Uribe Vélez, cuando su
gobierno ordenó separar la vicepresidencia prestadora de salud del Instituto de los
Seguros Sociales (iss), y crear siete Empresas Sociales del Estado (ESE), cada una con
una jurisdicción territorial. La medida significó la desaparición del Instituto de Seguros
Sociales, hasta entonces la institución emblemática de la seguridad social.

Lo que se presentó como modernización estatal en el sector, iniciada en 1993, tuvo


como contraparte el fortalecimiento de la empresa privada, la demarcación clara de
un régimen contributivo y uno subsidiado, y el comienzo de una ampliación en la
cobertura de salud. Surgireron las poderosas Empresas Promotoras de Salud (EPS),
encargadas de recaudar y administrar los multimillonarios recursos del sector, las
Instituciones Prestadoras de Salud (IPS), responsables de la prestación del servicio, y
las Cooperativas de Trabajo Asociado (CTA), modalidad de asociación entre los
profesionales de la salud promovida por sus empleadores, la cual reducía los costos
laborales. Evitaba los derechos de asociación sin violar la ley, y sin garantizar una
mejor calidad en la atención. Desde entonces la contratación de los diversos servicios
de salud se ha hecho entre las nuevas entidades y un cada vez menguado sector
público, y el manejo de los multimillonarios recursos del sector -que anteriormente se
encontraban bajo la responsabilidad estatal-, ha estado a cargo de las instituciones
privadas.

Los problemas ha surgido principalmente en las regiones de dominio de los antiguos


frentes paramilitares federados en las AUC, y en donde sus herederos continúan
ejerciendo control e influencia en las agencias del Estado. Allí las instituciones
privadas y públicas del sector salud ha sido el blanco de redes de intereses ilegales y
de familiares de políticos cercanos o condenados por haberse asociado con los
diferentes frentes paramilitares entre 1998 y 2006. Cuando han logrado su objetivo,
esas redes han robado multimillonarios recursos, bien para el financiamiento de
aparatos de guerra e intimidación, para campañas de elecciones a cargos públicos, o
el simple enriquecimiento ilícito de voraces grupos de intereses entrelazados entre lo
legal y lo ilegal.

El trasfondo del fortalecimiento de lo que, se podría denominar, un enjambre de


corrupción e ilegalidad son interacciones entre sectores empresariales, políticos,
funcionarios oficiales y proveedores legales de protección, en donde la ética de
servicio público no cuenta o ha estado mezclada con una idea superior de “defensa de
la patria”, la cual justificaría los daños causados. Esta idea superiro fue la que en su
momento defendieron militares activos, líderes empresariales y jefes de las AUC, y
que se tradujo en la práctica de la doctrina del “todo vale”. Detrás del argumento
patriotero se agazaparon todo tipo de comportamientos criminales y sus
justificaciones.

p. 15-17.

Las consecuencias han sido funestas, como se observó con el deterioro en el servicio
de salud en 2006; en ese año se presentaron 614 casos de “paseos de la muerte” en la
costa, de los cuales 86 ocurrieron en Barranquilla.
En teoría, las reformas privatizadoras del sistema nacional de salud y los cambios en
su financiación buscaban crear el escenario de incentivos y oportunidades para la
formación de un nuevo empresariado. Sin embargo, la expansión de los frentes de las
AUC consiguió que surgieran, no los empresarios en el sector salud y de apuestas que
esperaban los privatizadores, encabezados por el presidente Uribe, sino bandas de
ladrones y estafadores como resultado de la combinación entre codicia, ambición
política y violencia. Al menos así ocurrió en muchos casos en el norte del país, con
seguridad en las otras seis regiones en las que fue dividido el ISS.

p. 17
El comandante Castaño insistía en que no, mis explicaciones se resumían en que si Posición de Jorge 40, frente a Mancuso,
seguía como andaba sería hombre muerto. Ese era mi más fuerte argumento. El Carlos Castaño, las AUC y el Bloque Norte.
comandante insistía que si era por seguridad, él me pondría la gente que yo quisiera.
El comandante Mancuso se limitaba a decir que eso lo resolviéramos entre Carlos y
yo, porque él trataría de ser imparcial; aunque era un hecho que me quería con él en
el Bloque Norte. Decía que yo tenía algo que a él le gustaba y era el deseo de ganar la
guerra.

p. 150.

Me contó que Gnecco había logrado un fuerte apoyo entre los empresarios de esa Diálogo de Jorge 40 acerca de la
zona, debido a que sentían que la guerrilla los estaba acabando. Dijo que allí las cosas importancia del corredor Sierra Nevada–
serían muy duras porque existían varios corredores estratégicos entre la Sierra Barranquilla para los paramilitares.
Nevada y Barranquilla. Además, era una zona muy productiva y que la guerrilla la
pelearía a muerte.

p. 135

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