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HISTORIA ARGENTINA I
TORRES MAURO
UNIVERSIDAD DE MORÓN
FACULTAD DE FILOSOFÍA, CIENCIAS DE LA
EDUCACIÓN Y HUMANIDADES
PROFESORADO DE HISTORIA
HISTORIA ARGENTINA I
Prof. Asociada a cargo: Viviana Civitillo
Prof. Adjunta: Soledad Monteagudo
Ciclo Lectivo 2018 - 1º semestre
2-Para Fradkin, las reformas borbónicas del siglo XVIII influyeron en las estructuras
políticas, económicas y sociales del virreinato del Río de la Plata, y sentaron los
antecedentes del conflicto con el Rey encaminándose a la búsqueda de su libertad.
Los efectos iniciales de la revolución de mayo 1810 significaron ante todo la
destrucción del orden vigente debilitando las jerarquías prexistentes (clase dominante
e instituciones), en realidad el proceso revolucionario profundizó tendencias que ya
estaban en curso desde las invasiones inglesas.
Se acentuaron las diferencias entre provincias del litoral y las del interior, ya que en
el litoral incluido Buenos Aires había una ganadería floreciente, mientras que el
interior existía otra realidad bien diferente, siendo de gran ventaja para Buenos Aires
y el litoral la cercanía del puerto para el intercambio con España.
Hubo una intensa movilización social que trajo consigo transformaciones en las
relaciones sociales agrarias y acentuó procesos en curso entre otros se incrementa la
mano de obra asalariada sobre todo en el litoral.
Los actores sociales subalternos empiezan a tener protagonismo, ‘son convocados
para dirimir conflictos entre las elites y para asegurar la representación política, la
legitimidad de las nuevas instituciones que van surgiendo’. (12)
Para Fradkin durante el virreinato no existió una clase terrateniente consolidada,
posteriormente a partir del proceso revolucionario comienza a formarse un sector de muy
grandes propietarios de tierras y ganados (litoral).
Las condiciones del proceso de concentración de la tierra generaron conflictos, es
decir, mientras una parte de los campesinos pequeña vivía dentro de dominios de las
grandes propiedades, existieron presiones y exigencias que el estado imponía a la
población campesina.
Este grupo concentrado de grandes propietarios rurales en el litoral no habían
abandonado ni el comercio ni otras formas de generar rédito como el crédito, la renta
urbana, la especulación financiera y cambiaria.
Para el autor además se genera una erosión del régimen de esclavitud y la pérdida de
importancia de los esclavos como fuerza de trabajo y no puede implementarse el
trabajo de indígenas cautivos o el endeudamiento de cómo mecanismo de control y
subordinación.
Además, la militarización acentuó la escasez de fuerza de trabajo pero también
ofreció mecanismos de reconocimiento social y espacios de construcción de nuevos
liderazgos y solidaridades.
Por ejemplo, en varias ciudades y regiones, los antiguos esclavos suministraron una
fuerza social y militar significativa a los procesos de restauración del orden, lo que
modificó su lugar social y político. Del mismo modo, la revolución modificó las
relaciones con los grupos indígenas y los convirtió en actores políticos.
Por lo pronto la movilidad social canalizó conflictos preexistentes. El principal
desafío que afrontaron las elites locales fue lograr la desmovilización campesina y
mantener el control.
Fradkin concluye que ‘los movimientos de independencia difícilmente hayan sido el
resultado de la maduración de fuerzas sociales y políticas internas y resulta bastante
evidente que los grupos dominantes tardocoloniales eran, por cierto, bastante poco
“burgueses” y que su ascenso social tras la independencia no significó el
desplazamiento de ninguna aristocracia preexistente’ (12).
(12) Fradkin, Raúl ¿Qué tuvo de revolucionaria la revolución de independencia?
Publicado en Nuevo Topo. Revista de historia y pensamiento crítico, N° 5, Buenos
Aires, 2008, pp. 15-43.
Siendo una revolución política para Ansaldi existe una disputa por el poder, más
precisamente el poder estatal, es decir determinar que clase, fracción o grupo social
detenta el control de coacción jurídica, política, militar, impositiva y de dominio y/ o
dirección ideológica (3).
Para construir el Estado Nacional, se debe producir la ruptura de la situación o pacto
colonial y establecer una nueva legitimidad política, sin embargo, le era dificultoso al
gobierno mantener el poder, como se citó en la pregunta 1ra.
Mariano Moreno, uno de los idearios de la revolución propone reemplazar las leyes
de Indias, romper el principio de legitimidad del rey y redactar una nueva
constitución, siguiendo el principio de la soberanía popular.
Citando a Gramsci, se asemeja más a una revolución pasiva; ‘la revolución pasiva es
una combinación de elementos de renovación y de restauración, de cambios y
permanencias, de modificaciones estructurales como superestructurales y de freno y
desbloqueo del potencial transformador de las clases subalternas’. (Citado en 4)
‘Es un proceso de transformación capitalista que resulta del acuerdo entre clases o
grupos dominantes, con exclusión de las clases subalternas, con empleo sistemático
de coerción y con una decisiva intervención del Estado’. (Citado en 3)
En cambio, para Fradkin no fue una lucha entre dos bandos sino un conjunto de
enfrentamientos con actores múltiples no solo con el Gobierno central sino también
por las tensiones que atravesaban cada región (5).
Según González Bernaldo de Quirós, la nación, e incluso las aspiraciones
independentistas, son producto del proceso revolucionario, no su origen; ‘hay
múltiples revoluciones dentro de la revolución; fue determinante la movilización
política de sectores populares; hay fenómenos que pueden ser mejor explicados
desde el punto de vista de la cultura jurídica y política; y en última instancia la
revolución no significó una tajante ruptura con el viejo orden, pero tampoco provocó
el total advenimiento de la modernidad.’( 6 ).
En cambio para Adelman los imperios español y portugués se desmoronaron por la
rivalidad entre las potencias europeas dentro de la expansión económica. Las guerras
se motivaban en ello y entonces con respecto a Iberoamérica, las revoluciones no son
la causa de la caída de los imperios sino la consecuencia, por eso se produce la
revolución de mayo de 1810. Esta caída se produce por tres problemas centrales que
eran: la esclavitud, la plata y una noción de la soberanía imperial que estaba
descentralizada en virreinatos (problema de la lejanía).
‘Su final no sólo no fue provocado por las revoluciones que ocupan su última etapa,
sino que en los habitantes ultramarinos de las monarquías ibéricas anidaban diversas
identidades, lo que explica que durante mucho tiempo buscaran ser americanos y, al
mismo tiempo, quisieran seguir formando parte de sus respectivas monarquías’. (7).
Para José C. Chiaramonte el 25 de mayo de 1810 no significó la existencia de una
nacionalidad argentina preexistente, en busca de su organización como Estado sino
que finalmente se termina organizando la nación pero no basadas en sentimientos de
identidad, pues no lo había.
Jorge Myers también coincide que la revolución de mayo no marcó el nacimiento de
la Nación Argentina, no marcó la consumación de un proyecto revolucionario
previamente elaborado, y no marcó tampoco el momento del logro de la
independencia. (Citado en 4 ).
La paradoja que observa Ansaldi en su texto se basa en el proyecto revolucionario, ya
que la Junta desde su comienzo intentó la creación de un Estado Nacional derogando
las Leyes de Indias y sancionar una nueva Constitución, a la luz de los nuevos
ideales de la ilustración pero sin embargo continuaban los viejos resabios coloniales
(sociedad) por lo que finalmente fracasó y en octubre de 1812 se produce una
rebelión por la cual se busca cambiar la vieja estructura colonial.
Como consecuencia de esta rebelión en enero de 1813 comienza a funcionar una
Asamblea que tenía un programa máximo: la declaración de la Independencia y la
sanción de una Constitución, con cuatro proyectos.
La paradoja de la Asamblea del año XIII es que a pesar de sus propósitos más
importantes y la forma en que se conformó por elecciones de representantes en cada
distrito fracasó por el impedimento de oportunistas, revolucionarios moderados, etc
4-La rivalidad entre Buenos Aires y Montevideo tenía una larga historia y procedía de
un choque de intereses. Los orientales reaccionaron de forma diferente frente a los
acontecimientos de la crisis española y la latente rivalidad se transformó en
hostilidad.
La expansión ganadera dio lugar a una fuerte y poderosa clase terrateniente, la banda
oriental tenía una importancia estratégica, política y comercial pues servía de control
del complejo fluvial del sur y era una especie de estancia explotada por Buenos
Aires.
Sin embargo, el 20 de octubre de 1811 firman un armisticio Buenos Aires con los
españoles para expulsar a los portugueses, esto generó un conflicto con Artigas quien
se exilia en Entre Ríos.
Artigas, por invitación de Rondeau, envía representantes a la Asamblea del Año XIII
con explícitas instrucciones escritas y sugerencias a favor de una Constitución
confederada, la que es rechazada. Los orientales pedían declaración de la
independencia, pero manteniendo su soberanía que incluía autonomía económica y
poder de reclutamiento de sus propios ejércitos.
Declaración de la Independencia.
Estados autónomos.
Esto no era un verdadero federalismo a criterio del gobierno central porque reducía a
las Provincias Unidas del Río de la Plata en un conjunto de mini-estados gobernados
por caudillos entonces, la Asamblea rehusó aceptar a los diputados orientales.
Finalmente rompió con Rondeau y forma una Federación de las Provincias del
Litoral, incluyendo Entre Ríos, Corrientes, Córdoba, Santa Fe, Misiones y la Banda
Oriental.
En 1814 Artigas organiza la Liga de los Pueblos libres de los que se declara protector
convirtiéndose en una amenaza para el gobierno centralista de Buenos Aires y por su
alianza con los caudillos.
Para Lynch, el origen del enfrentamiento hacia 1815 entre Artigas y el gobierno
central era de poder y tenía bases económicas, ya que la política económica de puerto
único (monopolio) defendida por Buenos Aires era incompatible con los intereses del
interior e incluso el litoral.
‘Juan Martín de Pueyrredón, que encabezaba el Directorio en Buenos Aires desde
junio de 1816, afirmó el propósito de consolidar y restaurar la unidad de las
Provincias Unidas del Sur. A ese fin desplegó frente a Artigas un juego combinado de
fuerza e intriga.’ (10).
‘Artigas reprocha al Director Supremo su proclamada política de falsa neutralidad
frente a la invasión portuguesa. La resistencia arrecia en el Litoral cuando en 1819 se
aprobó para las Provincias Unidas de Sud América una Constitución unitaria y
directorial, con una clara apertura a la monarquía.’ (10).
Artigas mantenía entonces una situación de guerra con el Gobierno Central de
Buenos Aires y no envió representantes al Congreso de 1816, pero entre 1816 y 1820
el artiguismo debe luchar con una corriente invasora portuguesa, que lo derrota y lo
exilia a Paraguay hasta su muerte.
Finalmente, en 1828 se firma un Tratado de Paz con Brasil, declarando la
Independencia de la Banda Oriental, perdiéndose este territorio (9).
Para Azcuy Ameghino Artigas fue un revolucionario social porque quiso reformar las
viejas estructuras coloniales, y sobre todo porque abordó el problema del indio (y su
auto gobernación). Su doctrina consistía en: independencia del colonialismo,
soberanía articular de los pueblos, liga ofensiva y defensiva.
(8) José Gervasio Artigas: Instrucciones a los diputados orientales (5/04/1813)-en:
Alberto Demichelli. Formación Nacional Argentina.
(9) Convención Preliminar de Paz-
https:// www.educ.ar/recursos/128626/convencion-preliminar-de-paz.
(10) M. Blanca París de Oddone Presencia de artigas en la revolución del Rio de la
Plata (1810-1820). En Nuevas Miradas en torno al artiguismo-Ana Frega. de la
Universidad de la República Montevideo – Uruguay-2001.
La milicia urbana que había surgido en las Invasiones Inglesas mantenían una
independencia del viejo sistema administrativo y militar de los españoles, por lo que
se formó así un liderazgo alternativo en la ciudad mientras que los grupos
gobernantes tradicionales se veían debilitados por la crisis metropolitana.
Por ello pudo emerger un régimen revolucionario sin romper formalmente con la
legalidad del antiguo régimen, porque ya estaba debilitado.
Se tendió a convertir a las milicias en unidades regulares. Las milicias fueron muy
diversas e incluían aquellas que tenían la distinción de tradición borbónica entre
disciplinadas y urbanas y también un conjunto de formaciones de naturaleza híbrida
como las milicias patrióticas, las partidas de voluntarios, los cuerpos de emigrados,
los batallones de libertos e incluso los esclavos e indígenas
Para Halperín, las milicias pasan a tener un papel importante en el poder de los
terratenientes. Se da un avance frontal de las fronteras por expediciones militares, sin
embargo, los caudillos utilizan las milicias para lograr el dominio político de sus
provincias.
Con las milicias los hacendados adquieren poder militar y además se transforma en
un medio para adquirir poder e influencia a nivel provincial.
Estos hacendados controlan las milicias y además los votos de sus peonadas por eso
la creación de estas milicias cambió el equilibrio de poder en Buenos Aires,
ascendiendo la posición social de los hacendados.
Desde su origen en las milicias había diferentes unidades con elementos regionales:
patricios, arribeños, negros libres, mulatos e indios y vascos, gallegos, andaluces, etc.
Este estado de guerra generalizada suponía una amenaza al orden social pero por otro
lado iba a servir a la instalación de un orden nuevo basado en Estados provinciales y
con participación de nuevos actores sociales.
Estos actores poseen sus propias formas de autoridad, sus reglas de funcionamiento
interno, sus lugares y formas de sociabilidad y de comportamiento que les son
propias~ sus valores~ sus imaginarios y sus lenguajes particulares.
Otros actores de la revolución son los pueblos campesinos, los indios. También se
puede citar como actor social a la “minoría inteligente”, el pueblo, la opinión
pública, las masas, etc.
Di Stefano expresa que el clero tenía una ‘función mediadora que se suponía que los
párrocos debían ejercer entre la cultura de las elites letradas y la de la plebe, parte
importante de las exigencias introducidas por la perspectiva ilustrada en la esfera
eclesiástica, los perfilaba como el más adecuado canal de comunicación entre el
gobierno revolucionario y los destinatarios populares’…’ que la revolución no
constituía una traición al rey, a la patria ni a la religión, sino todo lo contrario’ (13)