Sei sulla pagina 1di 4

EL ISLAM.

Hans Küng

La imagen real del Islam

Condicionada por una doble dialéctica, la que existe entre esencia (wesen) y forma (gestalt) y la
que se da entre esencia (wesen) y no-esencia(unwesen).

- La esencia del Islam en formas cambiantes: La esencia permanente del Islam sólo
se manifiesta en lo cambiante, no se da a conocer en la inmutabilidad y en la
sublimidad metafísicas, sino en una siempre cambiante manifestación histórica o
“forma”. Para llegar a percibirlo es necesario prestar atención a esto. No es el Islam
ideal que se decanta en las elevadas esferas de la teoría filosófica, teológica o jurídica,
sino el Islam verdadero y realmente existente. En ninguna parte existe una esencia el
Islam “en sí” aislada, químicamente pura, destilada el río la historia. Esencia y forma
no pueden ser separadas con quirúrgica precisión. Pero al mismo tiempo es importante
qe esencia y forma sean consideradas en su diferencia. Pues, ¿ cómo si no podrían
establecer los reformadores islámicos, que han existido en todas las épocas, el
elemento duradero en medio de los cambios de forma? ¿ cómo podrían si no disponer
musulmanes y no musulmanes de un criterio, de una norma, para determinar qué es
aceptable y qué reprobable en la correspondiente forma histórico-empírica del Islam ?
- Esencia y no esencia del Islam: En cuanto fenómeno humano, la religión es
ambivalente. En toda religión no sólo están entreverados esencia y forma, lo duradero
y lo mudable, sino también lo bueno y lo malo, lo venturoso y lo nefasto, la esencia y
la no-esencia. También lo mejor – la entrega y el idealismo religiosos- puede ser
puesto al servicio del mal. Con lo más santo es posible incurrir en culpa y pecado.
Incluso la verdadera esencia del Islam puede acontecer en forma de despropósito y
esta es una esencia ilegítima y pervertida. En el cristianismo y en el Islam no sólo cabe
percibir virtualidad configuradora y dominio de la historia, sino también decadencia y
capitulación de la historia. La religión puede degenerar en un aparato de poder que se
sirve de medios en extremo mundanos y en una burocracia no interesada más que en
su propio mantenimiento; la religión es susceptible de convertirse en una religión
tradicional fútil e insustancial.
- Entender el Islam desde dentro: ¿ Por qué los musulmanes ven a Dios y al mundo,
el servicio a Dios ( el culto ) el servicio a los seres humanos, la política, el derecho y
el arte con ojos distintos, por ejemplo, a los de los cristianos? ¿ Por qué viven estas
realidades con otro corazón? Puesto que para la mayoría de los musulmanes el Islam
no es en cuanto a religión, un aspecto parcial de la vida, no es lo que se ha dado en
llamar “el factor religioso” y que existe entre otros factores culturales.. No, para ellos
todas las cuestiones se hallan profunda y creativamente entrelazadas, como también
están la religión y la política. El Islam aspira a ser una visión global de la vida, una
actitud vital que todo lo determina. Hay que examinar hasta qué punto esto puede ser
realizado en el nuevo contexto histórico mundial y con el respeto y admiración por el
Islam ante los grandes logros culturales y espirituales alcanzados, sentir la base a
partir de la cual formular determinados deseos de reforma afines a la esencia del
Islam.

El Corán, ¿ Un libro caído del cielo ?

(Conforme a su género literario, las afirmaciones del libro del Génesis sobre un estado
paradisíaco originario del ser humano, al que luego siguió el pecado original, no pretenden ser
una remembranza del tiempo primigenio, ni un reportaje histórico. Transmiten un mensaje
religioso bajo ropaje poético, un mensaje sobre la grandeza del Dios único y creador, sobre la
fundamental bondad de su creación, sobre la libertad, la responsabilidad y la culpa del ser
humano. De ahí que la teología cristiana no tiene dificultades para aceptar la evolución del
mundo y del ser humano a partir de organismos inferiores y renuncia a buscar una síntesis entre
el testimonio bíblico y los hallazgos etnológicos).

En todas las religiones del libro existe un proceso de canonización.


-En el judaísmo, la Torá ( los cinco libro de Moisés) sólo queda fijada en la transición del siglo
V al IV a.C.; los Profetas únicamente a finales del siglo III a.C. y los Escritos ( Salmos, Job,
Cantares…), aún más tarde.
-En el cristianismo, las primeras cartas del apóstol Pablo se conocen veinte años después de la
muerte de Jesús de Nazaret y hacia finales el siglo I ya existen los cuatro Evangelios. Pero sólo
a finales del siglo II quedan fijadas las nueve décimas partes del canon definitivo.
-En el Islam, el proceso de canonización no duró tanto tiempo, pues se trataba de recopilar,
ordenar y editar distintas azoras de un único profeta. Y en este proceso de canonización la
última palabra no la tenían obispos y sínodos, sino el califa (representante del Profeta tras su
muerte), los estudiosos y, por último, también lo tribunales.
Según la tradición, al principio la revelación coránica no estaba recogida más que en hojas de
palmera, piedras, huesos y trozos de piel y madera. Es dudoso que el propio Profeta, si como
muchos musulmanes suponen no sabía ni leer ni escribir no tenía más remedio que dictar sus
palabras a sus secretarios, se ocupara en absoluto de recopilar la dispersa revelación. En
cualquier caso él no concluyó esta tarea y no legó a la posteridad ningún libro oficial.
Y, sin embargo, es un hecho que muchos musulmanes se sabían de memoria algunas de las
azoras, que eran recitadas continuamente; y unos cuantos quizá la mayor parte de lo que
terminaría siendo El Corán. Algunos pudieron incluso poner para uso propio pasajes enteros.
Apenas puede descartarse que un antiguo secretario de Muhammad, Zaid ibn Tabit, comenzara
su trabajo de transcripción y recopilación durante el segundo califato, el de ´Umar, un íntimo
compañero del profeta. Había gran cantidad de conocedores del Corán, que diferían
considerablemente unas de otras en numerosos pasajes, así como en la disposición de las azoras.
Se hacía imprescindible fijar un orden.
Bajo el tercer califa ´Utman se elaboró un texto autoritativo del Corán; un Corán unificado, que
en lo sucesivo debía ser el único texto vinculante y representar algo así como una “Vulgata
coránica”. La edición estándar de 1923 elaborada a iniciativa el rey Fu´ad de Egipto por
expertos de la Universidad al-Azhar tomando como base la tradición textual iraquí. Pero todo
esto estaba disponible en una escritura consonántica sin vocales y las consonante carentes de
signo diacríticos, de suerte que en numerosas palabras y aleyas eran posibles ambigüedades e
interpretaciones erróneas. En muchos aspectos el texto utmaní era más un apoyo mnemotécnico
que un documento inequívoco

2
y autoritativo. A todo ello se añadía por otra parte, la existencia e diversos tipos de recitación
del texto, con frecuencia muy diferentes entre sí. Así pues era necesario volver a mejorar la
edición del Corán. Se agregan signos vocálicos, signos para diferenciar consonantes con la
misma forma y signos de declamación ( pausas). Ya no estamos ante una scriptio defectiva sino
ante una scriptio plena, una edición definitiva sin tacha.
En los Principales centros de ciencia coránica ( Medina y La Meca, Damasco, Basora y Kufa) el
Corán se seguía recitando de maneras parcialmente divergentes entre sí, con variantes textales y
con otro estilo de declamación: distintas lecturas del Corán. Había siete tipos de lectura, ni uno
más ni uno menos y siete famosos recitadores: esto fue lo que hacia el año 900 expuso ibn
Muyahid de Kufa. Se reconocieron siete lecturas del Corán, entre las que no tenía por qué existir
perfecta homogeneidad. Se ha impuesto por razones prácticas una de ellas: la forma de leerlo de
´Asim de Kufa, (m. 744 )según la tradición de Hafs( m. 805). Fue ésta la que finalmente
constituyó el fundamento de la edición estándar del Corán, publicada en Egipto en 1923, que es
la que casi se emplea en casi todas partes.
Incluso los chiíes siguen el Corán unificado utmaní, aunque en ocasiones le reprochan la
omisión de materiales sobre su patriarca Alí y la familia del Profeta. Es posible, por su puesto,
que algunas e las revelaciones iniciales cayeran en el olvido ya en vida de Muhammad, pues
según un hadit, el propio Profeta confiesa en una ocasión haber olvidado ciertos versículos del
Corán. En el Corán existen además otras afirmaciones que ya han llevado a algunos intérpretes
musulmanes a preguntarse por los motivos circunstanciales de cada revelación, e suerte que ha
terminado apareciendo toda una literatura sobre los motivos circunstanciales de la revelación
(asbab an-nuzul).

El Profeta convertido en general. Depuraciones y guerras. No cabe silenciarlo: hoy se hablaría


probablemente de limpieza étnica aín cuando la agresión d los primitivos musulmanes no se
dirigió contra los judíos en cuanto pueblo o raza, sino por razones religioso-políticas, contra tres
grandes tribus de Medina. Al igual que en otros lugares, también aquí los judíos son pioneros en
la agricultura; probablemente todos hablan árabe, comparten con suma naturalidad muchas
costumbres con los musulmanes y al principio son aliados de Muhammad; pero tras haber
rechazado sus pretensiones religiosas y en cuanto a las luchas contra los mequíes, militarmente
imprevisibles. Por eso finalmente Muhammad no vacila a la hora de desembarazarse una a una e
las tribus judías. En sus barrios interiores de Medina, las tribus judías son atacadas, asediadas y
derrotadas. Se producen depuraciones y masacres:
En 624 los qainuqa´ en su mayoría armeros y orfebres) tras capitular se ven obligados a emigrar
abandonando sus propiedades;
En 625 también los nadir, cuyas palmeras Muhammad- violando una ley no escrita del arte
árabe de guerrear- ordena talar, abandonan Medina con lo pesto.
En 627 seiscientos hombres de la tribu judía de los quraiza, que se habían mantenido neutrales
en la recién disputada “batalla de la trinchera”, son asesinados en un solo día; y sus mujeres e
hijos repartidos entre los musulmanes. Muhammad, quien tiene derecho a una quinta parte del
botín, envía a alguna de las mujeres que le han correspondido al Nayd ( Arabia Central ) para
canjearlas por caballos y armas.
No hay duda, el Profeta es directamente ( en el tercer caso indirectamente ) responsable de estas
acciones como testimonian las propias fuentes musulmanas, y uno se pregunta qué le movió a
ello. Gran parte de la extremada política maquiavélica de Muhammad se explica - igual que la
que se refleja en la Biblia hebrea- por la época, que no conoce todavía los derechos humanos y
en la que son moneda corriente los métodos brutales de guerrear sin concesión alguna a la
compasión. Evidentemente, Muhammad sospechaba

3
que las tribus judías no eran de fiar y que en caso de agravarse todavía más la situación
militar podían atacar por la espalda al “Enviado de Dios”.Mas ¿ justifica eso las masacres de
varones y la esclavización de mujeres y niños? Lo que en ningún caso resulta justificable es,
según la opinión de los musulmanes contemporáneos de Muhammad, la tala de las palmeras,
que necesitan décadas para crecer de nuevo. Pero el Profeta consigue justificar también este
hecho por medio de una revelación divina, lo cual no puede menos de dar que pensar a un
observador imparcial. ¡ La azora 59,5 reza: “ Las palmeras que habéis cortado o las que habéis
dejado en pie sobre sus raíces, están así por permiso de Dios”!
En 630, rompiendo la tregua, Muhammad marcha contra La Meca con un enorme ejército de
diez mil hombres.
AZORA 9, 29-31 “ Dios lo mate ( a quienes no cumplan los preceptos )”
Es difícil saber cuántas campañas más o menos importantes, se llevaron a cabo contra tribus
beduinas todavía en vida de Muhammad. El historiador al-Waqidi recoge setenta y cuatro
expediciones militares.
( Este Muhammad alcanzó logros impresionantes, memorables, como muy pocas personas antes
o después de él y así deben reconocerlo hoy, por fin y sin reservas de ningún tipo, la teología y
las Iglesias cristianas/ y la OTAN Napoleón en su día )
El Profeta no pudo ser moralmente perfecto; quizá se sujetó en exceso a las leyes no escritas de
la antigua sociedad árabe; que a la más mínima duda, rompía los tratados con los judíos o con
los mequíes; que al menos en dos casos no respetó las reglas de guerra por todos reconocidas(
no lanzar ataques en tiempos sagrados, no talar palmeras) es más tampoco tuvo escrúpulos en
ordenar asesinatos políticos ( ¡de judíos! ) con lo que hizo que se extendiera el miedo. En la
actualidad muchos musulmanes reconocen que guerrear por la fe es una funesta aberración.
En Medina tuvo al principio cuatro esposas, sin contar las esclavas. No obstante en 626 contrajo
matrimonio con una nueva mujer que murió enseguida por lo que no se la cuenta; en 627 con
otras dos; en 628 con la séptima y la octava; en 629 con la novena; y así en el curso de los años,
hasta un total de trece, por no hablas de los múltiples concubinatos con esclavas. A esto se
añade que no tuvo reparos en casarse en el acto con la mujer de su hijo adoptivo, el liberto Zaid
ibn Harita, quitándosela pues tras haberla visto en paños menores en su casa; suceso que en la
literatura musulmana suele ser minimizado apologéticamente

Existe un grave problema; a saber la distintas revelaciones coránicas sólo son recopiladas en el
libro del Corán en tiempos de Utman y además sin obedecer ningún orden de contenido,
atendiendo tan sólo al criterio meramente externo de la extensión de las azoras. Por eso para el
musulmán reflexivo se plantea desde el principio la doble retadora tarea de demostrar, por una
parte que el mensaje coránico posee coherencia interna y de presentarlo, por otra, en una síntesis
comprensible para el común de las gentes. ¿ De qué trata en realidad el Corán? ¿ Qué es
decisivo y qué no? Y sobre todo: ¿ cómo pueden ser resueltas por la razón humana sus aparentes
contradicciones? ¿ o es que no pueden ser resueltas?
Los doctores de la tradición recopilarán e interpretarán las tradiciones que poco a poco van
apareciendo junto al Corán. Utman se pregunta si las disposiciones e los primeros califas se
corresponden con la sunna el profeta y son en consecuencia vinculantes. Poco a poco y merced
a una serie de arbitrarias decisiones jurídicas básicas de los califas, junto a la sunna en cuanto
usanza local ( de carácter más bien ético-político), se va constituyendo otra sunna ( de carácter
más jurídico).

4
En derecho penal se introducen algunos severos castigos. Por ejemplo, el azotamiento de los
autores de poemas satíricos contra otras tribus y la lapidación por mantener relaciones sexuales
ilícitas. Esta última es una pena que no se contempla en el Corán.

Potrebbero piacerti anche