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LAS DIMENSIONES
DE LA CRIMINALIDAD
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LAS DIMENSIONES
DE LA
CRIMINALIDAD
MANUEL LOPEZ REY Y A R R O J O
LAS DIMENSIONES
DE LA
CRIMINALIDAD
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EDITORA
CORDOBA-
© Marcas Lerner Editora Córdoba SRL
Ayacucho 139, P. 2, Of. 6, 7 y 8 - 5000 - Córdoba
Queda hecho el depósito que previene la Ley 11723
I Consideraciones previas . . . . . . 9
II El Panorama 15
III Conclusiones 33
LA POLICIA COMO ELEMENTO
DEL SISTEMA PENAL
I Introducción 37
II Relleno actual de los conceptos
seguridad del Estado y orden
público 41
III Los fundamentos sociopolíticos
del Sistema Penal . , , . , . , , , . . 55
IV Consideraciones finales 79
I. CONSIDERACIONES PREVIAS
el de la criminalidad correspondiente,
pero también se dan ciertas similitudes
respecto a los delitos enumerados. Las
mayores similitudes son que en todos
ellos los delitos mencionados forman par-
te de las legislaciones penales correspon-
dientes y que a dichos delitos se refieren
generalmente las estadísticas y las referen-
cias criminológicas consultadas. Respecto
a los datos estadísticos cabe añadir que en
cuanto a los países no incluidos en los da-
tos de Interpol se dan cifras que confirman
la posibilidad de comparaciones con los
incluidos en las estadísticas de aquél. Res-
pecto a las variaciones que pueda introdu-
cir la concentración de criminalidad en las
grandes áreas urbanas^ señalaré que en los
países en desarrollo su creciente urbaniza-
ción tiende a ¿¿ffirgp-Pt3-1" cr nj^ixdid.u 1
(^Talgunos de ío^^litoscitadorparüciuar-
mente lesiones, robos y hurtos. Como vere-
mos se dan también manifiestas discrepan-
cias, pero tras paciente análisis las dimen-
siones aquí sometidas se hallan razonable
mente fundamentadas.
La conclusión es que los delitos enu-
merados conocidos por la policía en 1980
en 160 países desarrollados o no, capitalis-
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I. INTRODUCCION
Tradicionalmente, la función j ^ i c i a l
se diversifica en la protección de la seguri-
dad o existencia del Estado o en el mante-
nimiento del orden público y en la investi-
gación del Lecho delictivo. Tales activida-
des son" aspeetos~3e un mismo todo, pero
como se verá una buena parte de ellas de-
ben pasar definitivamente ai sistema penal.
La protección penal de la seguridad
o existencia deTEstalIo constituye el funda-
mento de la protección policial del mismo
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le dictatorial del régimen hace frecuente
caso omiso de los preceptos jurídiro-ppna-
les. La" expresión seguridad del Estado) y
'^órganoTcle seguridad!del"mismo se afirma
- 42 -
les
M 1 fundamentales?
— — —
La vieja ley de Orden publico de 1870
consagró la confusión entre mantenimiento
del orden público, delitos contra la Consti-
tución y los dirigidos contra la seguridad
interior y exterior del Estado que pasa casi
integramente al código penal de 1870. La
infausta ley 1 $4/1963, que creó el juzgado
y tribunal desorden público) trata de justi-
ficar su existencia refiriéndose a los delitos^
de mayor o menor gravedad que tienden a
subvertir los principios~fiásicos_de] Estado,^
perturban el orden o siembran la zozobra ,
en la conciencia nacional. ¿Qué debe enten-
derse por esta última y por su zozobra? La
impresión es que la tradicional confusión
entre seguridad del Estado y orden públi
co ha sido aprovechada para proteger penal-
mente unos principios básicos del Estado
identificados con un régimen político anti-
democrático que exige su propio concepto
de orden público.
El confusionismo conceptual, jurídi-
co-penal y criminológico perduran en la
regulación de los delitos que nos ocupan
en el anteproyecto español ya citado. Si-
guiendo la vieja trayectoria, en parte juris-
prudencialmente apoyada, se ocupa de los
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