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Ipan se kuajkualtsi chinanko isto se siuatl uan se tlakatl tlen kipixto ome yeyejtsi
siuapilmej; uan ika mia pakilistli istoyaya ipan icha.
Ni ome siuapilmej itoka Karen uan Magda, tlen axtoue itoka Karen. Ni siuapil san
mauiltia uan mokuesoli kemaj tlachijki ipilijni tlen itoka Magda.
Inana kinankili:
Kena, pampa nanimokaua no selti, notata yaui uejka tanamaka uan nimokaua san
ka nosisnana.
Inana kinankili: tojuanti titekiti pampa timopaleuikej kema timokokos uan yeka
kuali tiitstos ika mopilijni.
Itata kinankili: tojuanti kena timitsneki maik, monana kiuika moijni Magda pampa
pilkekentsi uan moneki iistok ka monana.
Uan ijkino Karen, Magda, itata uan inana itstok ika maik yolpakilistli.
Érase una vez en un pueblo muy bonito colorido, vivía una familia integrada por
mamá, papá y dos lindos retoños.
Era una bonita familia, donde reinaba la felicidad, la armonía y todo era dicha y
felicidad.
Los dos retoños eran dos lindas niñas; Karen y Magda; la mayor de ellas es Karen
es una niña traviesa, pero sentimental, que va al jardín de niños; le gusta pintar
y jugar, pero con el nacimiento de su hermanita Magda se volvió un poco celosa
y más sentimental.
Cierto día, sorprendió a su mamá diciéndole: ¿Por qué trabajas mamita? Acaso
no me quieres, me dejas solita y nada más te llevas a mi hermanita.
Su mamá le respondió: Mira nena yo tengo que trabajar, para ayudarle a papá
con los gastos de la casa para comprarte ropa y juguetes a ti y a tu hermanita.
Mira Karen me dijo papá; trabajamos los dos para darles lo mejor a ti y a Magda
porque a veces se enferman y las tenemos que llevar al doctor.
¿Entonces si me quieren? ¿Por qué no me lleva mi mamá con ella y nada más se
lleva a mi hermanita?
Ahh le dijo mamá, porque tienes que ir al kínder, a trabajar, jugar, cantary
aprender todo lo que te enseñan tus maestras y así el día del niño te van a dar
juguetes, si si contestó Karen si me porto bien, si ya no lloro y si voy a la escuela
me van a traer muchos regalos.
Si mi amor, contestó mamá y papá; los quiero mucho contestó Karen, nosotros
también te queremos mucho.
Y así haciéndole ver las cosas la niña comprendió que su mamá y su papá tienen
que trabajar por el bien de las dos. Desde entonces la familia está unida y
aprovechan el tiempo libre para compartirlo con sus hijas.