Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
El término "vínculo" es conceptualizado por Pichon-Riviere como la forma en que una persona
se relaciona con las demás, estableciendo una estructura relacional entre ambos
comunicantes que va a ser única entre ellos dos.
Componentes
Según la teoría del vínculo la vinculación es bicorporal, dado que a nivel físico son dos los
elementos en contacto (el sujeto y el o los otros). Sin embargo, a pesar de ser dos seres los que
interactúan en todo vínculo o relación, hay al menos tres componentes que se tienen que
tener en cuenta, el yo emisor, el objeto (considerándose como tal la persona o cosa con la que
se produce la vinculación) y el tercero, que se entiende como el ideal o fantasía construida por
el yo sobre el objeto y que indica cómo vamos a relacionarnos con él.
A la hora de establecer una relación con un objeto el sujeto mantiene dos vínculos al mismo
tiempo, uno externo con el objeto en sí y uno interno con la fantasía inconsciente que va a ser
proyectada en el objeto y que va a marcar la existencia y el tipo de comunicación.
Las tres D
Para el autor de la teoría del vínculo, el papel o rol que se asume en la interacción vincular es
de gran importancia. Se ha de tener en cuenta a la hora de asumir un rol el papel que cada
uno de los componentes del vínculo ha de tener y el hecho de que se pongan de acuerdo en el
papel otorgado a cada uno.
En una vinculación principalmente podemos encontrar la figura del depositante, que es quien
emite la información o conducta, el depositario o destinatario de ésta y lo depositado, el
contenido transmitido o la acción llevada a cabo.
Comunicarse en el vínculo
Tal y como hemos mencionado uno de los requisitos fundamentales del establecimiento de un
vínculo es la presencia de una comunicación fluida entre sujeto y objeto. En lo que se refiere al
acto comunicativo Pichon-Riviere parte de la creencia de que toda comunicación se da en base
a cinco principios fundamentales.
En primer lugar destaca que que lo social nos afecta y estructura desde dentro, formando
parte de nuestro ser. Queremos y necesitamos vincularnos, siendo afectados y afectando a la
vez al entorno.
Un segundo principio se refiere a que las conductas que llevamos a cabo están determinadas
por lo más interno. Nuestro inconsciente nos impulsa a actuar comunicativamente de cara a
expresar nuestras necesidades, pulsiones y deseos.
El tercero de los principios implica que todo acto o incluso la ausencia de este son
comunicativos, no pudiendo haber un acto que no transmita nada. Cada actuación e
interacción llevada a cabo encierra un significado profundo que puede estar oculto.
Por último, indica que todos los individuos tratan en todo momento de comunicarse, siendo
toda actividad mental dirigida a establecer una comunicación.
A través de la comunicación extraemos un aprendizaje que nos permite una vinculación más
adaptativa. Los datos extraídos de la interacción nos permiten generar un esquema con el que
organizar los conceptos de manera que podamos ir adaptándonos a los cambios que sufre la
realidad.
Dicho esquema funciona con los conceptos adquiridos a lo largo de nuestra vida para trabajar
en el contexto de la interacción y producir cambios que modifiquen el mundo. Así, usaremos
los esquemas formados con el fin de influir en el medio y hacer de los vínculos algo más
funcional y adaptativo.
Estas tres áreas coexisten en todo momento, si bien puede haber un predominio sobre una u
otra según llevemos a cabo determinadas conductas. Según Pichon-Riviere, que predomine o
que sea inhibido va a marcar la personalidad del individuo, que a su vez va a afectar en gran
medida a la capacidad de vinculación y puede llegar a generar vínculos patológicos.
El campo psicológico
A la hora de establecer un vínculo, la interacción entre los elementos vinculados se da en un
contexto concreto en el que se produce el intercambio, un contexto que recibe el nombre de
campo psicológico. Se trata del contexto en el que el sujeto se comunica con el medio.
El autor propone que de este campo psicológico se puede extraer a partir de la observación
diferentes datos que permiten trabajar a nivel clínico con grupos. Principalmente las
informaciones más relevantes a este respecto pasan por la propia conducta manifestada por el
sujeto, los cambios corporales que permiten analizar las emociones y actitudes de éste, la
comunicación preverbal, los hechos vividos o vivencias y el contorno o conjunto de elementos
que se encuentran en interacción permanente.
Un vínculo sano
Se va a considerar sano todo aquel vínculo en que el Yo es capaz de utilizar estrategias para
gestionar lo malo y conservar lo bueno de la relación, manteniendo una comunicación
bidireccional eficiente que pueda ser adaptativa. Para que ello sea así es necesario que
haya una comunicación permanente, sincera y directa en la que se tenga en cuenta las
necesidades de sujeto y objeto, además de que dicha comunicación produzca un aprendizaje
que permita la retroalimentación de la propia conducta.
Así pues, los componentes clave para la existencia de un buen vínculo son la presencia de una
comunicación bidireccional correcta, eficiente y en la que existe feedback y el hecho de que
dicha comunicación permita la adquisición de un aprendizaje.
Quizás te interese: "Escucha activa: la clave para comunicarse con los demás"
Vínculos patológicos
No todo tipo de vínculo es sano. Si bien como hemos dicho generalmente el vínculo supone
una estructura espiral en que se va dando una retroalimentación de la relación, en ocasiones
dicha estructura se ve entorpecida y paralizada por el miedo, que haciendo que el tercero
actúe como barrera provoca que el vínculo acabe volviéndose algo estático que impide
adaptarse de forma adecuada a la realidad comunicacional.
Así, para el autor de la teoría del vínculo existen diferentes maneras de relacionarse que
constituyen una vinculación patológica al no producirse un aprendizaje o al encontrarse
disfuncionalidades en la comunicación que hace que esta no sea completamente bidireccional
y no produzca una correcta modificación mútua. La comunicación dejaría de ser totalmente
permanente, sincera, directa o dialéctica.
1. Vínculo paranoico
2. Vínculo depresivo
3. Vínculo maníaco
Relación establecida debido a la expansividad emocional. Se basa en la impulsividad y la
actividad frenética.
4. Vínculo esquizofrénico
5. Vínculo obsesivo
La relación propia de un vínculo obsesivo supone que al menos uno de los individuos
vinculados pretende mantener un control y orden en la relación. Se pretende controlar y
vigilar al otro debido a la ansiedad producida por la desconfianza.
6. Vínculo hipocondríaco
La forma de relacionarse con el entorno pasa a ser la queja por el estado de salud o la
preocupación por el cuerpo.
7. Vínculo histérico
8. Vínculo nocturno
9. Vínculo homosexual
Pichon-Riviere partía de una concepción tradicional del psicoanálisis que veía las relaciones
homosexuales como una perversión. Para el autor, el vínculo homosexual tenia como objetivo
establecer una relación con un objeto que en algún momento es considerado dañino o
perseguidor, intentando conquistar dicho objeto a través de estrategias de control y
apaciguamiento.
Los vínculos de este tipo, que según este enfoque son especialmente localizables en
pacientes epilépticos, suponen la presencia de tenacidad, viscosidad en la relación y un cierto
componente de destructividad.
Hay que tener en cuenta que en la época en que surgió esta teoría la psicología psicoanalítica
estaba principalmente focalizada en los conflictos internos de cada persona, haciendo escasa
referencia a los factores ambientales y a los mecanismos relacionales entre personas.
Con esta teoría Pichon-Riviere abriría la puerta al estudio sistematizado de las relaciones
humanas y su organización desde el psicoanálisis, sirviendo sus estudios para mejorar la
situación de múltiples pacientes mediante el tratamiento de sus comunicaciones, en un ámbito
anteriormente poco trabajado anteriormente.
Referencias bibliográficas: