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"Nada a quien Cambiar sino a uno mismo;"

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En tus manos no está cambiar a los demás, solo a ti mismo


Cuántas veces has intentado cambiar a los demás? Puedes haber sido tú o pueden haber querido
cambiarte a ti. Sea como fuere, esto es algo que, por mucho que nos esforcemos, no podremos
lograr.
Pensemos en la idea de cambiar a los demás, como el hecho de decirle a alguien que deje de
fumar. Si esa persona no quiere dejar el tabaco, por mucho que le digas que lo deje y acepte, no lo
va a hacer. Solo debes mirarte a ti mismo y preguntarte: ¿haría algo que realmente no quiero
hacer?
“Nadie puede cambiar a una persona, pero una persona puede ser la razón por la que alguien
cambie.”
-Anónimo-
No vivimos en un mundo virtual en el que puedes cambiar a los que están a tu alrededor, pues en
este mundo real las opciones son solo dos: aceptar o alejarse; pero en ningún momento estará
presente la opción de cambiar a los demás.
No trates de cambiar a los demás
Para entender un poco el hecho de que no se puede cambiar a los demás, por mucho que nos
empecinemos en ello, compartimos con vosotros esta enseñanza que nos viene en forma de
cuento:

“Un rey caminaba por un pueblo rocoso, se enfadó y dijo: ‘quiero que maten todas las vacas y que
alfombren todo el pueblo’. Se juntaron los sabios del lugar y le dijeron: ‘muy bien, rey, tenemos
que matar diez mil vacas, curtir todo el cuero y en diez años tendremos alfombrado todo el reino
para que nuestro rey no se lastime’. Y vino un bufón que le pidió permiso para decir algo y el rey
accedió: ‘¿por qué no matan una vaca, le sacan el cuero y le hacen unos zapatos?’. Y el rey
aprendió que era mejor cambiar uno mismo que tratar de cambiar a todo el pueblo.”

Pensemos bien en lo que nos ha querido decir este breve relato. El rey pensaba que cambiar a
todo el pueblo iba a ser fácil, por eso nunca pensó en la otra posibilidad. Eso mismo nos pasa a
nosotros. Creemos que cambiar a los demás siempre va a ser más sencillo que, por ejemplo,
cambiarnos a nosotros mismos.

Esto es algo que aprendemos y que debemos empezar a ver con otros ojos para no cometer los
muchos errores que cometemos en muchas ocasiones. Cambiar a los demás nos parece la opción
más fácil, mucho más que cambiar nosotros mismos. Porque ahí sí podemos cambiar. El cambio
propio es posible, el ajeno ¡no existe!
“Todos quieren cambiar el mundo, pero nadie piensa en cambiarse a sí mismo”
-León Tolstói-

Acepta, pero no cambies-


Por qué para aceptar es necesario cambiar? En ocasiones queremos tanto a la persona que está a
nuestro lado que por no perderla queremos que cambie. Pero, ¿sabes lo que implica eso? Cambiar
a alguien provoca que esa persona ya no sea ella misma. Le robarás su esencia. Si realmente no te
sientes cómoda con ella, si no aceptas cómo es, cómo actúa, ¡aléjate!
Es fácil decirlo, pero difícil hacerlo. Eso sí, perderás fuerzas y energías buscando un cambio que
nunca se sucederá, pero en el que te esforzarás. Aceptar a las personas tal y como son nos cuesta,
muchas más veces de las que pensamos. Inconscientemente intentamos cambiarlas.
¿Cuántas veces te has enfadado con alguien porque no actúa como tú quisieras? Pensemos en las
parejas que es donde más se sucede este estado de querer cambiar al otro. ¿Que no actúa cómo
tú quieres? Cada uno es libre. Si no te gusta su forma de reaccionar ni de actuar ¿por qué sigues a
su lado?
“Para que las cosas cambien tú tienes que cambiar… Para que las cosas mejoren tú tienes que
mejorar.”

-Jim Rohn-

Tú puedes cambiar, pero solo si tú quieres. Imagínate que otra persona te dice que cambies, te
insta que así no te soporta y tú intentas cambiar. Eso va a ser imposible. Tú solo podrás cambiar si
te lo propones tú mismo.
Acepta a las personas como son y jamás pienses que cambiar a alguien es la solución. Realmente
es una solución fácil e infructuosa que quizás traiga muchas más consecuencias de las que piensas.
No te arriesgues. Cambia tú, acepta a los demás.

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