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Historia de la Música I

Alumno: Ignacio Figueroa Fernández

Trabajo Práctico N°4

¿Cómo se interrelacionaron los cambiantes estilos musicales y las cambiantes prácticas de


notación durante el período 900 – 1300?

El S.XI fue una época de cambios económicos, conquistas, albores de las universidades, cambios
en la arquitectura, así también en la literatura, el fin de la rivalidad entre las iglesias de oriente
y occidente. Este siglo resulto igualmente crucial para la historia de la música y sus orígenes en
la polifonía. Este término se refiere a aquella música en la cual las voces no están emitidas al
unísono, sino de manera independiente.

La música logró importantes aportes. El tipo de notación que se logró en este siglo permitió
combinaciones más coherentes y satisfactorias. Además, se estableció de manera precisa y
permitió fijar obras de manera definida. Las composiciones escritas podían reemplazar a la
improvisación como camino de creación de obras musicales. Se llegó a estructurar más la música
procurando que siguiera ciertos preceptos, como la teoría de los ocho modos y las normas que
regían el ritmo y la consonancia. Todos estos cambios se dieron de manera muy gradual.

A continuación, se describirán los diferentes y cambiantes estilos con su relación estrecha a la


notación.

En diferentes tratados y libros se describió una manera de componer llamada Organum, que era
una polifonía primitiva y va a tener una evolución interesante. El primer organum se llamaba
paralelo, en donde la melodía de canto llano en la voz principal (vox principalis), está duplicada
a una quinta o cuarta por debajo de la voz organal (vox organalis) que se movían en movimiento
paralelo como su nombre lo indica. El segundo organum, con movimiento oblicuo. Se caracteriza
por tener una melodía de canto llano en la vox principalis, mientras que la vox organalis se
mantiene en la misma línea melódica hasta que se produce un movimiento paralelo y luego
vuelve a la línea mencionada. Esto se lo hizo con el objetivo de evitar los intervalos prohibidos.
Cabe destacar que no todos consideran al organum con movimiento oblicuo como otra
categoría. Algunos autores hablan de oblicuo y paralelo, otros hablan solo de organum paralelo.
Al poco tiempo de crearse el organum, se presentó una inversión de roles: la vox principalis, que
estaba arriba de la vox organalis, estará abajo y la vox organalis, arriba. El siguiente organum es
el de movimiento contrario. Es el más común y caracteristico ya en el S.XI. A este organum se lo
conoce con diferentes nombres: organum del S.XI, nota contra nota, con movimiento contrario
y organum libre. Este último se llamaba así, porque era común que se combinaran los diferentes
movimientos. Nunca vamos a encontrar exclusivamente movimientos contrarios, lo normal era
combinarlos.

El ritmo es el mismo del canto llano, sobre el cual siempre se basan estas piezas. La música a dos
voces estaba anotada por neumas de altura sin sistema de líneas, de modo que era de gran
dificultad determinar los intervalos exactos. Es importante decir que la escritura polifónica en el
S.XI no se aplicaba a todas las partes de la liturgia y solo se escribían polifónicamente aquellos
fragmentos que eran cantados por solistas en el canto original.

A comienzos del S.XII aparece un nuevo tipo de organum, el Organum Florido. La melodía
original, de canto llano, siempre se hallaba en la voz inferior, aunque cada nota se prolonga. De
la notación, no se sabe con claridad si la voz superior cantaba de manera libre o si estaba sujeta
a esquemas rítmicos. De esta manera, es evidente que este nuevo tipo de organum, no solo
aumentó considerablemente la extensión de las piezas, sino que despojó a la voz inferior su
carácter original de melodía definida, convirtiéndose, por su efecto, en notas aisladas. Esto se
ve con mayor claridad en el avance de las técnicas compositivas.

La vox principalis, se comienza a llamar tenor, no como registro de voz, sino por la función que
cumple de “tener”, “sostener” la melodía. Este estilo que estamos describiendo se denominó
organum duplum o purum (doble o puro). Cuando ambas partes se movían, más o menos, nota
contra nota el término que se aplicaba era el discanto, es decir, era una técnica a través de la
cual dos voces se mueven con el “mismo ritmo medido” (con esto me refiero a que las
duraciones eran más precisas, a diferencia del organum que no estaba medido). Una nueva
manera de componer era el versus, que no tiene mucha diferencia del discanto, pero su
diferencia es importante. Es más un género que una técnica, ya que eran poemas religiosos en
latín, pero originales, nuevos, por lo tanto, la melodía también era nueva. Así podemos hablar
de una técnica de polifonía que no viene del canto gregoriano, sino es algo nuevo.

Ahora analizaremos respecto a la notación. La polifonía se escribía en partituras, pero a esta


notación en partitura me refiero al modo en que las voces se escribían una encima de otra. Esto
nos permite ver que nota se corresponde con cual, pero todavía no hay ritmo anotado.

El sistema ideado por los compositores del S.XI y S.XII para la notación del ritmo se consideró
adecuado para toda la música polifónica hasta bien entrado el S.XIII. Sin embargo, a diferencia
de mostrar duraciones fijadas mediante signos como nuestra notación, se usaron esquemas
rítmicos. Estos patrones fueron combinados en modos y así se identificaron seis modos rítmicos.
Pero, en las obras no se usaba solo un modo para ella, sino se hubiera vuelto monótona,
entonces se mezclan los modos, aunque hay uno que predomina. Hay que destacar que la base
del sistema de los modos rítmicos era una unidad de medida ternaria que los teóricos llamaban
perfectio (perfección). A esta “perfección” se la asocia con la Trinidad Divina, debido al
teocentrismo de la época.

Otro de los elementos de la notación que usaban eran las ligaduras, signos derivados de los
neumas gregorianos compuestos que indicaban un grupo de dos, tres o más sonidos.

Hay que destacar la importante labor, en cuanto a notación y técnicas de composición, de dos
de los primeros compositores de polifonía conocidos, que estuvieron relacionados con la escuela
de Notre Dame; fueron el poeta y musico Léonin (1135 – 1201) y Pérotin (1170 – 1230).

LÉONIN: escribió el libro llamado el Magnus liber organi. Allí compuso sus organa (plural de
organum) para las partes solistas de los cantos responsoriales de la misa y el oficio. El aleluya es
un canto de esta índole; el destinado a la misa de pascua fue elaborado no solo por él mismo,
sino también por otros compositores. De esta manera, este es un ejemplo idóneo para encontrar
las diferentes capas evolutivas de la polifonía que se aplicaron.

En la primera sección, se puede observar un organum florido: la melodía del canto llano se ve
ampliada por notas largas y no mensuradas, formando el tenor. Por encima de las notas del
tenor, una voz solista canta frases melismáticas sin texto. Después de que el coro conteste
alleluia al unísono, se reanuda la textura solística a dos voces, Sin embargo, a partir de la palabra
“nostrum” se aprecia el carácter de discanto. Ahora el tenor canta con un ritmo mensurado y la
voz superior se mueve más rápido que la vez anterior. Esta sección en estilo de discanto se
comienza a llamar cláusula de discanto y por supuesto, se originan en función de los modos
rítmicos.
Uno de los rasgos distintivos del estilo de Léonin era yuxtaposición de elementos viejos y nuevos,
de pasajes de organum florido que se alternaban y contrastaban con las cláusulas de discanto.

PÉROTIN: su obra puede considerarse una continuación de la realizada por Léonin. La estructura
del organum (alternancia de canto al unísono con secciones polifónicas) no fue alterada, pero
se prefirió combinar el ritmo mensurado con las largas notas sostenidas por el tenor. Muchas
de las cláusulas de discanto más antiguas fueron reemplazadas por las llamadas clausulas
sustitutivas.

Un importante aporte efectuado por Pérotin fue la expansión del organum de dos voces a tres
o cuatro. Por lo tanto, la segunda voz se llamaba duplum, la tercer triplum y la cuarta
quadruplum. Los mismos términos designaban asimismo a la composición en su conjunto, por
ejemplo, un organum a tres voces se llamaba triplum. La mayor parte de los tripla (plural de
triplum) comienza con notas largas sostenidas en el canto del tenor y dos voces que se mueven
por encima en frases medidas. Esto tiene una relación con las secciones de notas prolongadas
del organum de Léonin, el organum purum, aunque comparten la precisión rítmica del discanto
en las voces superiores. Johannes de Garlandia, que escribió un tratado sobre el uso del ritmo
de Notre Dame, De mensurabili musica, observó dos procedimientos: en las voces superiores, el
ritmo está organizado según los modos, al igual que el discanto. Así también, al igual que el
organum purum, el tenor constaba de notas prolongadas. Este proceso de mezcla lo llamo
Cópula. Cabe destacar que en un organum de Pérotin, una sección de organum purum se verá
seguida de una o mas secciones de discanto en el que el tenor también se va a dividir, aunque
siga siendo menos rápido que las demás voces.

De esta manera, los tripla y cuadrupla de Pérotin y su generación, constituyen lo más logrado de
la polifonía eclesiástica del S.XIII.

Otro género importante para la polifonía fue el Conductus Polifónico. Si bien este va a ser de
poca durabilidad es muy importante estudiarlo por lo que surge después. En un conductus
polifónico dos o mas voces cantan el mismo texto, con un ritmo tendiendo a regular, medido y
que prácticamente coincide con la voz superior. Al igual que el organum, en el conductus, las
voces se mantenían dentro de un ámbito relativamente estrecho, lo que posibilitaba el
cruzamiento sistemático. Así, el cruzamiento de voces era bastante frecuente.

El conductus polifónico del S.XIII se distinguió no solo por su textura casi homorrítmica, sino que
tenía, además otras características. En primera instancia, su texto estaba musicalizado de forma
silábica principalmente. Algunos se caracterizaban por tener una sección melismática al
comienzo o final que se llamaba cauda. Otra característica importante, y que va a estar
relacionada con el versus, era que el tenor ya no va a proceder de una melodía de canto llano u
otra fuente preexistente, sino que va a ser una melodía nueva. Al igual que en los organa, los
conductus, estaban escritos en partitura, es decir, las voces se escribían una por encima de la
otra.

Tanto el organum como el conductus fueron dejándose de cultivar gradualmente después de


1250. Así fue como, durante la segunda mitad del S.XIII el modelo más importante de
composición polifónica fue el motete.

Con el tiempo, las clausulas de discanto, se independizaron e iniciaron como una vida propia. De
esta manera, a la cláusula se le agrega un texto y se lo convierte en silábico, tal como funcionaba
el tropo en el canto gregoriano. Es importante decir que este texto sólo se agrega a las voces
superiores, al tenor no. Se aplicaron textos latinos o franceses a la voz superior y se llamó
motete. Este no solo designa a un género, sino que también la segunda voz que existía con el
nombre de dupmlum pasa a llamarse motetus, sin embargo, las otras permanecen con su
nombre anterior. Con el paso del tiempo, se empieza a agregar texto diferente a las voces
superiores y la manera habitual de identificarlos era que, como título, se escribiera la primera o
mas palabras de cada voz.

Un paso natural para componer los motetes consistía en descartar las voces superiores,
conservando así la voz del tenor y escribían una o mas melodías nuevas que lo acompañasen.
Esto trajo consigo mayor libertad para los compositores al seleccionar los textos, además que se
abría el abanico de variedades rítmicas y fraseo. Cabe destacar, que los tenores tendían a
exponerse en esquemas rítmicos regulares. Algo que es común, en cuanto a la notación es que
no todas las voces cadenciaban al mismo tiempo, siempre hay una que finalice después y esto
se hacía con el fin de dar mayor continuidad al texto melódico.

Como dije anteriormente, en la segunda mitad del S.XIII el motete comienza a ser un género
importante. El triplum presentaba un texto más extenso que el motetus, entonces los
compositores asignaban melodías de movimientos bastante rápido, con muchas notas breves
en frases cortas de poca extensión en el triplum. Frente a esto, el motetus cantaba algo mas
lento y el tenor también. A este motete se lo llama franconiano, por Franco de Colonia que no
solo va a presentar esta manera de componer, sino avances en cuanto a la notación, que
abordaré más adelante. También surgió otro tipo de motete, en el que el triplum se movía
mucho más rápido, un motetus más lento y un tenor llano (posiblemente instrumental) en un
esquema rítmico uniforme. Este tipo de motete se llamó Petronio, por Petrus de Cruce.

Los compositores de los S.XIII y XIV utilizaron una técnica compositiva llamada hoquetus para
animar y airear la textura polifónica. Los silencios comenzaron a escribirse y usarse en la
notación con la finalidad de interrumpir el fluir de la melodía, de tal forma que una voz suple las
notas que tendrían que haber sido cantadas por el resto de las voces. De este modo, la melodía
se reparte entre todas ellas.

A continuación, se verán los importantes avances en cuanto a la notación musical.

Una vez que los compositores empezaron a profundizar cuestiones en cuanto a textos y
buscaron mayor variedad rítmica, comenzó a identificarse un nuevo sistema. Las ligaduras
continuaron sirviendo en lo que se refiere a los tenores, pero las partes superiores requerían
que los valores de cada nota se fijaran de manera precisa.

La codificación de un sistema practicable de notación se halla en una obra atribuida a Franco de


Colonia. Él trató de buscar la forma de que hubiera figuras que expresaran su duración y no estar
unidas por ligaduras. En el tratado Ars cantus mensurabilis, se establecían reglas para los valores
de las notas individuales, ligaduras y silencios. Esta codificación trajo consigo algunas
consecuencias: el sistema franconiano permitió que la breve se dividiese en dos o tres
semibreves. Petrus de Cruce comenzó a escribir música en la cual se utilizaban cuatro o más
notas que debían cantarse dentro del valor de tiempo de una breve, así, al principio no hubo
signos de notación específicos para representarlos. Otro cambio de notación surgió como
resultado evolutivo del motete del S.XIII. Se empezó a escribir en formato libro de coro; puesto
que las voces superiores cantaban textos diferentes era natural separarlas, y de este modo, en
un motete a tres voces, el triplum y el motetus llegaros a escribirse en paginas enfrentadas o en
columnas separadas dentro de una misma página, mientras que el tenor aparecía en un único
pentagrama que se extendía a lo largo de la parte inferior.
La notación franconiana, relacionada con los modos rítmicos, se fundamentaba en el principio
del agrupamiento ternario. Existían cuatro signos para las notas individuales: la longa duplex, la
longa, la breve y la semibreve. La unidad básica de tiempo era la breve. Una duplex siempre
tenía el valor de dos longas; una longa podía ser perfecta o imperfecta.

A manera de conclusión, luego de la descripción de cada uno de los estilos entre los años 900 –
1300 y su inseparable relación con la evolución continua de la notación, se podría decir que
gracias a los avances de estilos se necesitaron los aspectos evolutivos de notación. A su vez, la
manera de componer o la forma de notación trajo consigo los diferentes tipos de géneros o
estilos, es decir, las diferentes técnicas compositivas adquirieron su nombre en estilo.

Cada vez que se proponía una forma de disponer o agrupar las notas en una partitura adquiría
una forma de estilo. Sin la evolución de la notación no hubiera avances de estilos o viceversa.

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