Sei sulla pagina 1di 3

La historia de los jóvenes no se ve cuando se habla de ella.

Es un tema que
se debe abordar no por períodos concretos sino por temáticas específicas
que se llevaron a cabo con el tiempo y que involucraron tanto procesos
sociales, bio-psicológicos, culturales, políticos, históricos y económicos
que juntos fueron dando forma al concepto de juventud.

La juventud no es un término de siempre, ya que en la antigüedad se dividía


al hombre como niño o adulto, incluso la antigua tradición de los “ quince
años” en México remonta a la antigua Grecia ya que un niño al cumplir sus
quince años ya no era considerado un infante, sino un hombre completo,
con facultades y capaz de sacar adelante a su familia. Obviamente este
punto de vista estaba mal basado y fuera de contexto, sin embargo, al
perderse esta costumbre el período de vida de un adolescente entre su
pubertad y su madurez perdió identidad.

Fue hasta finales del siglo XVII que se empezó a hacer una diferencia entre
infante y adulto. A estas personas se les llamó jóvenes. Este tipo de
hombres eran aquellos que no eran infantes pero todavía no adquirían su
independencia ni responsabilidad sobre si mismos. Como podemos ver es
una definición bastante amplia y nada concreta por lo cual se necesitan
citar algunos eventos a través de los cuales el concepto de juventud fue
agarrando forma en nuestra comunidad.

Un hecho importante fue a finales del siglo XIX, cuando se presentó el


fenómeno “ni niños-ni adultos”, quienes eran jóvenes que no terminaban su
período de educación o formación ni en la familia, ni en la escuela y que
tampoco trabajaban. Un hecho desgraciadamente se sigue viendo hoy en
día. A partir de esto es que surge la mayoría de edad, para poder
establecer una barrera clara de cuando uno es legalmente un adulto
independiente.

Pero como a toda regla hay excepción, no tardó en llegar el derecho a


emancipación, para jóvenes no adultos, quienes podían tomar
responsabilidad sobre ellos mismos ya que demostraban la capacidad de
valerse en la vida por sí solos. Esto representa un hecho de suma
importancia en la historia de la juventud ya que es cuando por primera vez
se puede ver que los jóvenes en verdad son una fuerza de impacto en la
sociedad, cuyos actos tienen consecuencia.

Así pues, se comenzó un gran ataque sobre el mercado que representan los
jóvenes en todas las áreas, política, economía, mercadotecnia, sexo, etc.
Los jóvenes se empezaron a distinguir por ser el paso de nuestra evolución
a la madurez en la cual usamos nuestro cuerpo como medio de expresión y
manifestación.
Hoy en día podemos ver que desde ese entonces, el grupo de edad llamado
jóvenes ha seguido siendo un segmento bastante explotado, los políticos
cada vez más atacan a la juventud para ganar su voto desde lo más pronto
posible. La mercadotecnia de igual manera trata de “casarlos” con ciertos
productos más temprano cada vez. Día a día los jóvenes se convierten en la
etapa dorada del ser humano debido al auge de sus capacidades y la
relación hedonismo-utilitarista que conlleva consigo esta etapa.

Como podemos ver, la juventud tiene gran peso en el mundo capitalista que
vivimos. Pero para los integrantes de esta clase puede ser una
responsabilidad bastante grande ya que en su mayoría, los jóvenes carecen
de identidad, los cuales los hace muy susceptibles a los ya mencionados
bombardeos de las diferentes áreas de desarrollo humano. Es aquí, donde
tal vez uno como persona, se puede perder en un mundo liberal o se puede
convertir en un ciudadano.

Los adolescentes sufren de muchos problemas internos en esta edad, su


mismo cuerpo les juega una mala pasada y los convierte en bombas de
tiempo, pero lo interesante es que esas armas van llenas de diferentes
contenidos. Si un adolescente vive una juventud plena, la bomba puede
explotar pero en lugar de generar un cráter puede elevar al individuo,
mientras que una adolescencia llena de altibajos ya sean familiares,
económicos, históricos, etc., terminan por llevar a ese futuro adulto por el
camino de la infelicidad y los antivalores.

A esa edad, lo que más importa es identificarse con algún grupo social, ya
sea benéfico o malévolo para ellos o para su familia, o sociedad. Tan fácil
como un joven puede entrar al grupo de iglesia y convencerse de que esa
es su vocación, de la misma manera puede enredarse en los pasos de gente
con moral y valores menos establecidos y terminar siendo el siguiente gran
líder de algún cartel u organización criminal.

Los jóvenes representan las esperanzas del futuro y es por esta falta de
identidad que son tan importantes para crear una comunidad concientizada
y participativa socialmente, ya que con la educación adecuada y la
fomentación de valores propios, hemos visto que es una etapa que puede
cambiar el actuar de los futuros adultos, y prueba de esto es que los
adultos que viven y rigen el mundo de hoy fueron educados con esa
ideología capitalista de los “Baby Boomers”.

En conclusión, la juventud no fue algo que se inventó de un día a otro, no


fue un solo término acuñado por algún experto, no, la juventud es un estado
de la vida que ha ido agarrando significado debido a las diferentes
circunstancias y eventualidades que han afectado esa etapa tan vulnerable
en la cronología de la evolución a la madurez. Por otro lado, es esta misma
vulnerabilidad lo que representa la mayor oportunidad de mejora para un
mejor futuro en nuestra sociedad, puesto que si cambiáramos los hechos
negativos en la vida de los adolescentes por enseñanzas que brinden una
posibilidad de desarrollo sostenible a nuestra comunidad nos estaríamos
topando de frente con la solución a la mayoría de los problemas actuales y
futuros de nuestra existencia.

El joven no es más una etapa de nuestra vida que debemos vivir, una etapa

donde todo parece posible, donde el infinito es posible, donde la palabra

imposible provoca risa y la palabra difícil es simplemente un obstáculo que

tenemos la seguridad de sobrepasar sin mayores dificultades; es la etapa

con que la vida nos premia permitiendo soñar y alcanzando nuestros

sueños.

Con el paso del tiempo esta furia interior se va viendo menguada por las

responsabilidades, por el entender que no todo es posible así lo deseemos

con toda el alma, el joven de hoy es el adulto de mañana que olvida su

pasado lleno de pasión y donde en su etapa madura de su vida toma el

papel de aquel que considera que su papel en la vida es “guiar” al joven de

acuerdo a su forma de pensar. Olvidando aquella frase que repitió hasta el

cansancio cuando era joven…”Cuando sea grande no seré igual a mi mama

o papá”.

VIVE LA VIDA APRENDE, CAE PERO LEVANTATE, NO TE RINDAS, EL DIA


DE MAÑANA SERAS ADULTO Y SE REFLEJARA EN TI LO APRENDIDO EN
LA JUVENTUD. ¡ANIMO JOVEN!

Potrebbero piacerti anche