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CRONOGRAMA:
DINAMICA:
Telaraña: Los participantes forman un círculo, uno (que tiene la madeja de lana) comienza diciendo su nombre,
profesión, hobbies, etc., cuando termina lanza la madeja de lana a cualquier otro participante sosteniendo la punta de
ésta, el que recoge la madeja dice también su nombre, aficiones, etc., y del mismo modo, sosteniendo la lana, lanza el
ovillo a otro participante, así hasta que todos han dicho su nombre y demás.
Para recoger el ovillo, se irá diciendo el nombre y todo lo que ha dicho la persona que anteriormente te ha lanzado la
madeja, y se le lanzará ahora a él, así hasta que el ovillo queda recogido.
ORACION PARA LA FAMILIA
ORACION PARA LA FAMILIA
OH Dios, de quien procede toda paternidad en el cielo OH Dios, de quien procede toda paternidad en el cielo
y en la tierra, Padre que eres amor y vida, haz que tu y en la tierra, Padre que eres amor y vida, haz que tu
gracia guíe los pensamientos y las obras de los esposos gracia guíe los pensamientos y las obras de los esposos
hacia el bien de sus familias y de todas las familias del hacia el bien de sus familias y de todas las familias del
mundo. mundo.
Haz que las jóvenes generaciones encuentren en la Haz que las jóvenes generaciones encuentren en la
familia un fuerte apoyo para su humanidad familia un fuerte apoyo para su humanidad
y su crecimiento en la verdad y en el amor. y su crecimiento en la verdad y en el amor.
Amén Amén
La adolescencia es una etapa particular de la vida, entre la niñez y la edad adulta, en la que se producen
notables y rápidos cambios físicos y psicológicos. Es una etapa compleja, de reafirmación individual y a la
vez, de interacción dinámica con el entorno social. En toda sociedad, las y los adolescentes constituyen
una parte importante de la población y debe prestarse atención especial tanto a ellos y ellas como a las
condiciones familiares y sociales que influyen en la formación de su personalidad.
En las últimas generaciones es manifiesta la aparición cada vez más temprana de la maduración sexual y
la participación activa de los jóvenes en la esfera social, cultural y económica, por lo que representa un
desafío importante para los países y en particular para los sistemas de salud, cómo contribuir a que esta
etapa transcurra exitosamente, con satisfacción de la calidad de vida y de sus necesidades de salud,
bienestar y desarrollo.
Si bien los diferentes sistemas y programas de salud incluían la problemática del adolescente, durante
mucho tiempo fueron vistos como niños grandes por los pediatras o como adultos pequeños por otros
especialistas, no es hasta las últimas décadas que se desarrolla un movimiento dirigido a la
individualización de este grupo poblacional y a la elaboración y ejecución de programas integrales de
salud para los adolescentes, así lo refleja la Convención sobre los Derechos del Niño, aprobada por la
Asamblea General de las Naciones Unidas en 1989, la primera Cumbre Mundial a favor de la Infancia en
1990 y la Conferencia Internacional sobre la Población y el Desarrollo en 1994, en el Cairo; pues se
consideran a los niños y adolescentes como un grupo particular en la sociedad, con derecho al disfrute
del más alto nivel de Salud física y mental, educación y desarrollo, a ser atendidos y en el caso de los
adolescentes a participar en la identificación y solución de sus problemas
La adolescencia es una etapa entre la niñez y la edad adulta, que cronológicamente se inicia por los
cambios puberales y que se caracteriza por profundas transformaciones biológicas, psicológicas y
sociales, muchas de ellas generadoras de crisis, conflictos y contradicciones, pero esencialmente
positivos. No es solo un período de adaptación a los cambios corporales, sino una fase de grandes
determinaciones hacia una mayor independencia psicológica y social
La pubertad etimológicamente proviene del latín pubere, cuyo significado es cubrirse de pelos, este
término, la pubertad, es empleado para identificar los cambios somáticos dados por la aceleración del
crecimiento y desarrollo, aparición de la maduración sexual y de los caracteres sexuales secundarios, no
es un proceso exclusivamente biológico, sino que está interrelacionado con factores psicológicos y
sociales.
En el caso de la mujer, el primer signo de comienzo de la pubertad es el desarrollo incipiente de las
mamas (telarquia); a la aparición de los cambios de las mamas le sigue muy de cerca el crecimiento del
vello pubiano (pubarquia). Este desarrollo requerirá de dos o tres años para completarse, a la vez que va
aumentando también el volumen ovario, del útero y de las trompas.
En el varón el primer cambio es el aumento de volumen testicular, un ligero arrugamiento de los escrotos
y la aparición de vellos pubianos. Aproximadamente un año después comienza el crecimiento del pene.
Todo esto genera incertidumbre, pues se preocupa por la nueva apariencia física, es una fase de gran
curiosidad sexual y de la aparición de las fantasías sexuales. Hay una búsqueda de autonomía e
independencia, con dificultades en controlar sus nuevos impulsos, evidencia torpeza motora.
Se da cierta ambivalencia con relación a sus padres y los juzgan como incapaces de comprenderlos, sin
embargo sienten la necesidad de su apoyo emocional y físico. Los conflictos con la familia, maestros u
otros adultos son más marcados. Suelen padecer sentimientos de soledad y el requerimiento de
establecer un vínculo afectivo fuerte con otros adolescentes. Es también frecuente el inicio de cambios
bruscos en su conducta y emotividad.
Desde el punto de vista del desarrollo puberal, en la mujer aparece la monarquía, dando inicio a la etapa.
En el varón continúa el crecimiento del pene y la laringe, ocasionando esto último el cambio de voz
característico. En este momento generalmente se produce el “estirón” masculino, que es mayor aunque
un poco más tardío que el de la mujer; suelen aparecer poluciones nocturnas.
Sienten mayor preocupación por la apariencia, deseando aumentar el poder de atracción. Es frecuente
que demuestre fascinación por cierta música y fiestas o reuniones de grupos. Las relaciones con los otros
adolescentes se hacen más fuertes y los comportamientos reciben gran influencia de las normas de
comportamiento del grupo. Esto trae conflictos con los padres, que en esta etapa se agudizan. Aparecen
manifestaciones egocéntricas y hay una búsqueda de su propia identidad
En el área sexual el adolescente, al experimentar los nuevos cambios y trasformaciones
físicas, comienza a tener sensaciones a las que dará un significado puramente sexual y determinados
objetos o estímulos externos serán una fuente de atracción sexual. Puede sentir la iniciación sexual como
un verdadero rito de transición, es decir, como un hecho específico que lo ayuda a definirse a si mismo y
a comprender quien es.
Las prácticas sexuales van desde el autoerotismo hasta la heterosexualidad, incluyendo la actividad
masturbatoria con un matiz más exploratorio que procreativo. Los conflictos bisexuales son parte de la
maduración psicológica de esta etapa, debido a que el adolescente se siente íntimamente ligado a su
grupo, lo cual no debe ser considerado como preámbulo a la homosexualidad, a medida que el
adolescente comienza a asimilar e integrar todos los cambios que se han producido se vuelve hacia el
otro sexo, apareciendo con fuerza los sentimientos de e inclinaciones heterosexuales.
La curiosidad sexual también se refleja en el interés por revistas y películas pornográficas. Los juegos
sexuales constituyen otra manifestación de la sexualidad adolescente, desconociendo con frecuencia las
consecuencias posibles; así como las relaciones íntimas, motivadas a veces por influencias del grupo o
reclamo de la pareja.
Se identifican varias razones por las que un adolescente puede escoger ser sexualmente activo: por
placer físico, como medio de comunicación, para experimentar nuevas sensaciones como indicación de la
madurez personal, como manera de igualarse a sus compañeros, como reto a los padres y a la sociedad,
como premio o castigo, como escapada de la soledad o como huída de las otras tensiones.
La presencia, frecuencia y contenido de las fantasías sexuales, la sensación ambivalente sobre la
participación en el coito, la confusión sobre el enamoramiento y las preocupaciones sobre la capacidad
sexual también pueden ser fuente sufrimiento y ansiedad en los escolares.
El afán de ser adultos y el deseo de comprobar la capacidad reproductiva interpretada como virtud
indispensable para demostrar la nueva condición de mujer u hombre, conduce al adolescente a
incursionar con descuidos en el fascinante mundo de la nueva sexualidad.
La educación sexual consecuente debe estar dirigida a capacitar al adolescente para que, a través de las
relaciones con el otro sexo, puede disfrutar de los más elevados valores humanos. La sexualidad debe
ser asumida con satisfacción, madurez y responsabilidad, y de ninguna manera debe ser fuente de
displacer, temores o frustración de expectativas.
Las transformaciones puberales ocurren en cuatro direcciones:
Cambios antropométricos: Tienen que ver con los cambios corporales, ya sea en la estatura, el
peso y la armonía corporal. Ejemplos de estos cambios podríamos citar el llamado “segundo
estirón”, la nariz y la frente se hacen más abultadas y prominentes, las extremidades son más
pronunciadas, aumenta la masa corporal subcutánea en las mujeres y muscular en los hombres,
entre otros.
Todos estos cambios biológicos van a influir fundamentalmente en la autovaloración y en la
identidad personal de los adolescentes, incluida su imagen corporal (de gran importancia en esta
etapa) y de la valoración social que reciben, tanto por parte de adultos como de sus coetáneos o
iguales.
La desarmonía corporal y el aumento de la fuerza corporal provocan que el adolescente realice
movimientos bruscos que le permiten una fuerte y necesaria descarga de energía, pero que a su
vez, condiciona su tendencia a fatigarse con facilidad y a sufrir tropiezos. Por esta razón, a veces
sus padres y compañeros los avergüenzan, les riñen, lo cual aumenta su típica irritabilidad y
excitabilidad emocional.
Con respecto a la imagen corporal existen diferentes puntos a tratar:
- Los adolescentes con características físicas atléticas tienden a ser aceptados, sobre todo por el
grupo, de acuerdo a los estereotipos culturales; mientras que aquellos que poseen una imagen
desfavorable, tienden a ser discriminados por sus coetáneos e inclusive, rechazados por el sexo
opuesto. Esta situación provoca diferentes conductas psicológicas como pueden ser timidez,
subvaloración, retraimiento, inseguridad o, por otra parte, en el extremo opuesto, agresividad.
- La obesidad en los adolescentes puede generar inadaptación escolar, confusión del rol sexual,
depresión, inseguridad, aislamiento social y rechazo de los coetáneos. Esto puede ocurrir de la
misma manera con los adolescentes desnutridos.
- El acné juvenil puede influir desfavorablemente en la autoestima. Todos los estereotipos
sociales de que el acné es consecuencia de una higiene inadecuada del rostro, de la
masturbación, son falsos. Este se deriva de un trastorno endocrino, relacionado con la
segregación de andrógenos y por lo tanto, requiere tratamiento médico.
Cambios fisiológicos: Ejemplos de estos cambios podemos mencionar las deficiencias en el
sistema circulatorio (el corazón crece más que los vasos sanguíneos, lo que trae como
consecuencia alteraciones neurovegetativas tales como mareos, palpitaciones y dolores de
cabeza). El otro gran cambio consiste en que se producen desórdenes funcionales del sistema
nervioso que se traducen en agotamiento físico e intelectual, irritabilidad, hipersensibilidad,
trastornos del sueño y una mayor susceptibilidad a contraer enfermedades.
Cambios endocrinos: Se produce un incremento de la secreción de hormonas por parte de las
glándulas de secreción internas y en particular de las glándulas gonadotrópicas y los ovarios
comienzan a producir en mayor medida estrógenos y los testículos andrógenos, lo que influye
notablemente en el proceso de maduración sexual.
Maduración sexual: La maduración sexual comienza en las hembras con la primera
menstruación (menarquía) y en los varones con la primera eyaculación nocturna o espontánea
(poluciones). Esto no quiere decir que en ese momento el sistema reproductor ya esté preparado
para la reproducción. También se producen cambios en las características sexuales primarias y
secundarias.
Las primarias tienen que ver con los cambios estructurales de los diferentes órganos del sistema
reproductor, es decir, que hay un crecimiento en el varón de los testículos y el pene, y en la
hembra de los ovarios, el útero y la vagina. Las secundarias tienen que ver con el crecimiento del
vello púbico y axilar en ambos sexos; del vello facial en los varones, así como el aumento de los
músculos de la laringe, lo que puede provocar ronquera e inseguridad en la voz; y del
crecimiento de los senos y ensanchamiento de las caderas en las hembras.
En este caso las dificultades son el resultado de diferencias que existen entre los adolescentes que tienen
una maduración sexual acelerada y los que la tienen retardada. A su vez, esta repercusión es diferente
entre hembras y varones.
Los varones con una madurez sexual acelerada son aceptados y tratados como adultos en mayor
medida, lo que refuerza su independencia; mientras que los que tienen un retardo en la madurez
sexual se hacen más dependientes de la opinión social. Sin embargo, los varones de maduración tardía,
con el tiempo, pueden mostrar cualidades psicológicas positivas como es una mayor tolerancia a la
ambigüedad, ser más selectivos y reflexivos. Lo más importante no va a ser si se tiene una madurez
sexual acelerada o retardada, sino la manera en que se enfrente la situación por parte del adolescente y
las personas que lo rodean.
En las hembras tiene menor impacto, pero a pesar de ello, las hembras de maduración temprana se
enfrentan desde los inicios de su adolescencia y por un período más prolongado a los requerimientos del
sexo opuesto (e incluso por hombres mayores, no coetáneos).
Otro problema está relacionado con la atracción sexual y el establecimiento de relaciones sexuales lo cual
tiene aspectos positivos (las relaciones sexuales son una vía de autoconocimiento y de desarrollo
afectivo) y aspectos negativos (en esta etapa, las relaciones sexuales son muy inestables, con tendencia
a la promiscuidad, lo cual trae efectos negativos para la salud física y psicológica del adolescente,
pudiéndose presentar el embarazo precoz o el contagio de Infecciones de Transmisión Sexual (ITS). Por
ello se hace necesario el trabajo encaminado a crear en los adolescentes y jóvenes una cultura de los
afectos, es decir, fomentar el establecimiento de relaciones de pareja desde el plano afectivo, alejándonos
de la promiscuidad y reconociendo las ventajas de mantener una pareja estable y enraizar la relación en
sólidas bases afectivas, no solo de atracción sexual.
Existen una serie de condiciones que estimulan que exista algún tipo de relación homosexual en esta
etapa, o que esta llegue para quedarse. Los adolescentes se sienten más cómodos cuando se reúnen
con adolescentes de su mismo sexo, ya que no tienden a ser controlados u observados por los adultos.
Sienten miedo a la represión de sus padres si muestran abiertamente sus apetencias sexuales hacia el
sexo opuesto. Temen quedar mal en un encuentro heterosexual por desconocer las conductas que se
pautan para su rol de género desde lo social.
Por el rechazo o falta de aceptación social a la homosexualidad, muchos adolescentes sienten culpa, la
que puede llegar a una crisis de pánico no solo después de algún encuentro homosexual, sino incluso si
reciben una proposición aunque la rechacen, o tienen alguna fantasía homosexual.
La repercusión psicológica de los cambios biológicos no se produce de manera lineal, sino que estas
tendencias se expresan de manera particular e irrepetible en cada sujeto individual, dependiendo de sus
condiciones internas y de las influencias que ejercen las personas que le rodean (adultos y coetáneos).
Los retos que debe enfrentar el adolescente durante este período son:
4. Establecimiento de una identidad individual, por medio de la relación con sus compañeros.
6. Duelo por la pérdida del cuerpo infantil; enfrentarse y aceptar los cambios que ocurren en el organismo.
2. Asuma la idea de que ya dejo de ser un niño y no trate de imponer criterios ni reglas, siempre busque
hacer una negociación
3. El adolescente busca autonomía, independencia y propia identidad revelándose contra todo tipo de
autoridad, ayúdele a conocer el mundo, háblele abiertamente de temas que han sido tradicionalmente
tabúes y no le deje a la merced de la duda o la incertidumbre.
5. Respétele su privacidad
7. Deje de ser el padre amargado y con reglas rígidas, para convertirse, en el amigo, el hermano que
entiende, que aconseja, que se pone en su lugar evitando en todo momento la imposición de criterios.
8. Deben tomarse medidas para que el adolescente adquiera una autovaloración adecuada para que
logren aspiraciones alcanzables.
9. Preocúpese por conocer el grupo de pertenencia del adolescente.
10. Aceptar las normas del grupo cuando estas sean razonables
12. Fomentar la habilidad de reconocer esfuerzos y logros. Estimule sus éxitos por pequeños que estos
sean
13. Eduque en aras de la prevención de hábitos tóxicos y el logro de educación física y dieta balanceada.
14. Por sobre todo, sepa que está en el camino de convertirse en Adulto, pero aun le queda mucho sendero
por recorrer.