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EL CONFESIONALISMO HISTORICO (MT.

16:13-20) | CARLOS GOYA


¿Qué palabras usarías para confesar tu fe? ¿Qué palabras usarías para profesar lo que crees en cuanto a tu
fe? Y lo que dices que crees, ¿es trascendente con lo que practicas? En el día de hoy analizaremos un tema
más dentro de esta serie de Doctrinas Reformadas, que involucra mucho lo que confesamos y creemos como
iglesia del Señor.
"Viniendo Jesús a la región de Cesárea de Filipo, preguntó a sus discípulos, diciendo:¿Quién dicen los
hombres que es el Hijo del Hombre? Ellos dijeron: Unos, Juan el Bautista; otros, Elías; y otros, Jeremías, o
alguno de los profetas. Él les dijo: Y vosotros, ¿quién decís que soy yo? Respondiendo Simón Pedro, dijo: Tú
eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente. Entonces le respondió Jesús: Bienaventurado eres, Simón, hijo de
Jonás, porque no te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos. Y yo también te digo, que
tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella. Y
a ti te daré las llaves del reino de los cielos; y todo lo que atares en la tierra será atado en los cielos; y todo
lo que desatares en la tierra será desatado en los cielos. Entonces mandó a sus discípulos que a nadie dijesen
que él era Jesús el Cristo." (Mt 16:13-20)
1. ESTO CREO, ESTO CONFIESO
"Él les dijo: Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?" (Mt 16:15)
Si tú hubieses estado en lugar del apóstol Pedro, ¿qué hubieras respondido? Si el Señor requería de una
respuesta, ¿qué hubieras dicho en lugar de Pedro?
Cuando estamos en algún lugar dentro de una conversación y te preguntan algo así como ¿en qué tú crees con
respecto a la religión? o ¿por qué piensas de esa manera con respecto a alguna doctrina?
Cuando respondes a estas preguntas, tú has confesado en que crees, has proclamando una verdad. Dentro de
tu mente has hecho un proceso mental donde has emitido un juicio con respecto a lo que crees, y lo has
confesado algo con tus labios. Nuestros labios son la forma externa de esa confesión interna que has hecho en
tu mente y tu corazón.
El Acto de Confesar

Confesar es contrastado con Negar – ver también 2 Pe.2:1; 1 Jn.2.23 y Judas 4.


A cualquiera, pues, que me confiese delante de los hombres, yo también le confesaré delante de mi
Padre que está en los cielos. 33 Y a cualquiera que me niegue delante de los hombres, yo también le
negaré delante de mi Padre que está en los cielos. (Mateo 10:32-33 32)
Confesar es una identificación con lo confesado.
Esto dijeron sus padres, porque tenían miedo de los judíos, por cuanto los judíos ya habían acordado
que, si alguno confesase que Jesús era el Mesías, fuera expulsado de la sinagoga. (Juan 9:22)
Confesar es ratificado por la conducta. – ver también 1 Tim.5:8; Tito 1:16 y Ap.2:13, 3:8.
Pues por la experiencia de esta ministración glorifican a Dios por la obediencia que profesáis al
evangelio de Cristo, y por la liberalidad de vuestra contribución para ellos y para todos; (2 Corintios
9:13)
Confesar es la declaración que hace un creyente de su fe en el Señor Jesús.
Por tanto, hermanos santos, participantes del llamamiento celestial, considerad al apóstol y sumo
sacerdote de nuestra profesión, Cristo Jesús; (Hebreos 3:1)
Por tanto, teniendo un gran sumo sacerdote que traspasó los cielos, Jesús el Hijo de Dios, retengamos
nuestra profesión. (Hebreos 4:14)
Mantengamos firme, sin fluctuar, la profesión de nuestra esperanza, porque fiel es el que prometió.
(Hebreos 10:23)
Confesar está relacionado con el Bautismo de la Iglesia Primitiva. – ver también Rom.10:9
Pelea la buena batalla de la fe, echa mano de la vida eterna, a la cual asimismo fuiste llamado, habiendo
hecho la buena profesión delante de muchos testigos. 13 Te mando delante de Dios, que da vida a todas

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las cosas, y de Jesucristo, que dio testimonio de la buena profesión delante de Poncio Pilato. (1 Timoteo
6:12-13 12)

Regresando al pasaje, lo más interesante del pasaje es que Cristo mismo buscó esta ocasión para cuestionar a
sus apóstoles sobre lo que ellos pensaban de él.
Examinemos el pasaje en cuestión:
Jesús venía con sus discípulos de una región de Cesárea de Filipo, que estaba a unos cuarenta kilómetros al
norte del Mar de Galilea, y a unos ocho kilómetros al este del Jordán.
Comenzó preguntando a sus discípulos qué decían los hombres acerca de Su identidad. Las contestaciones
cubrieron la gama desde Juan el Bautista a Elías, de Jeremías a alguno de los otros profetas. Para el común de
la gente, él era uno más entre tantos.
Esta primera pregunta fue fácil de responder, porque era lo que otros pensaban acerca de Cristo, y que los
apóstoles hacen es ser sencillamente repetidores de lo que otros habían expresado. En este caso ellos no están
confesando algo que creen o viven. Sencillamente está respondiendo lo que otros piensas sobre Cristo.
Pero la siguiente pregunta: "Él les dijo: Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?" (Mt 16:15) es diferente.
Realmente es una pregunta muy profunda. Sus discípulos habían empezado el ministerio junto con el maestro
y habían sido observadores del poder de Cristo, obrando en milagros, sanidades, prodigios y enseñando con
autoridad a las multitudes. Las palabras que usa Cristo hacen referencia al “Hijo del Hombre” que como
sabemos es una forma de referirse al Dios hecho hombre.
Esta segunda pregunta involucra no solo un conocimiento, sino también una realidad que se vive, como hemos
mencionado antes, el confesar algo está ratificado por nuestra misma conducta.
Generalmente cuando tenemos que dar una respuesta que involucra un conocimiento bíblico que hemos
recibido, una verdad bíblica que debe ser resumida en palabras claras y comprensibles, la respuesta que demos
implicará no sólo la verdad que creemos, sino la verdad que vivimos también.
Por ejemplo, si me preguntan algo así: ¿qué es la salvación por la fe? Mi respuesta debe involucrar lo que yo
estoy viviendo con respecto a esto. Lo que yo confieso debe ser congruente con mi manera de vivir esa verdad.
No puedo separar en una confesión con mis labios, lo que mis palabras dicen de la verdad que vivo. Volvemos
al conocimiento aprendido. Eso es lo que perdura para toda la vida.
Una respuesta con respecto a esta pregunta sobre la salvación por la fe, sería algo así “es confiar en la obra
que Cristo hizo en la cruz para rescatarme de la condenación y darme gratuitamente la vida eterna” Mi
respuesta involucra algunas cosas que yo debo tener en cuenta para creer: confianza en Cristo, la obra de la
cruz, rescatarme de la condenación, darme gratuitamente la vida eterna. Pero también mi respuesta hace
referencia a que YO CREO LO QUE ESTOY CONFESANDO.
Volviendo al pasaje donde Cristo les pregunta ahora sobre lo que piensan sus discípulos de Él, es el apóstol
Pedro que responde con una verdad muy profunda sobre la naturaleza divina y humana de Cristo.

2. ESTO QUE CREO ESTA FUNDAMENTADO


"Respondiendo Simón Pedro, dijo: Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente. Entonces le respondió Jesús:
Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás, porque no te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre que está
en los cielos." (Mt 16:16-17)
Pero antes de que comencemos a aplaudir a Pedro, la misma escritura se encarga de hacernos saber que detrás
de esta confesión que hace Pedro, el conocimiento dado fue el resultado de la revelación del Padre que está
en los Cielos.
Esto nos da por sentado que toda confesión que proclamemos con respecto a nuestra fe y práctica cristiana
debe estar fundamentado en la obra de revelación del Padre que ha dado por su palabra escrita. En el mundo
esto no es así, pues carnalmente aceptamos muchas cosas que no creemos.

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El acto de confesar una verdad bíblica debe estar fundamentado por la misma palabra de Dios. Pero ¿cómo
vivía Pedro esta verdad? Obedeciendo al Señor mientras lo acompañaba en su ministerio, así Pedro era
enseñando en cuanto a la persona de Cristo como hombre y como Dios. Se recuerdan esta respuesta de Pedro:
"Le respondió Simón Pedro: Señor,¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna. Y nosotros
hemos creído y conocemos que tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente." (Jn 6:68-69)
Decir que él era El Cristo se refiere a Aquel de quien Dios profetizó en el Antiguo Testamento por medio de
los profetas y a quien Sus santos esperaban durante todos los siglos, Aquel que vendría para hacer la voluntad
de Dios (Heb 10:5-7). El Cristo, término que se refiere al Ungido de Dios, alude a la comisión del Señor,
mientras que el Hijo del Dios viviente, expresión que denota al segundo del Dios Triuno, habla de Su persona.
Su comisión consiste en cumplir el propósito eterno de Dios por medio de Su crucifixión, resurrección,
ascensión y segunda venida; mientras que Su persona contiene y expresa al Padre y tiene su consumación en
el Espíritu para producir una plena expresión del Dios Triuno.
La confesión que Pedro hace sobre el Hijo del Hombre ya implica un conocimiento revelado de su fe y que a
su tiempo será enseñado a otros creyentes. Pedro al igual que los demás necesitaba ser edificado para poder
comprender estas verdades dadas por revelación de Dios a sus santos apóstoles.
"misterio que en otras generaciones no se dio a conocer a los hijos de los hombres, como ahora es revelado
a sus santos apóstoles y profetas por el Espíritu:" (Ef 3:5)

3. ESTO QUE CREO EDIFICA LA IGLESIA


Pero volviendo al pasaje, observemos la respuesta del Señor:
"Y yo también te digo, que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia" (Mt 16:18a)
Este pasaje ha sido conflictivo para muchos y mal interpretado. Pero si entendemos el contexto de la cita
vamos a entender que la confesión que hace Pedro viene a ser esa roca «esa verdad» donde será edificada la
iglesia del Señor, y donde el infierno no podrá contra ella.
Es decir, que la iglesia de Cristo está construida sobre una confesión de fe. ¿Entiendes ahora la importancia
de las confesiones que creemos en nuestro corazón y hacemos con nuestra boca?
Cristo nos ha llamado para proclamar su palabra, lo que creemos, lo que confesamos, lo que vivimos. Nuestra
fe cristiana está edificada sobre una confesión de fe.
Cuando confesamos una verdad, creemos para salvación:
"Mas¿qué dice? Cerca de ti está la palabra, en tu boca y en tu corazón. Ésta es la palabra de fe que
predicamos: que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le
levantó de los muertos, serás salvo. Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se
confiesa para salvación." (Ro 10:8-10)
Cuando confesamos con nuestra boca, estamos confesando para salvación, pero lo hacemos porque lo hemos
creído en nuestro corazón. Una vez más lo que confesamos y proclamamos visiblemente va ligado con lo que
hemos creído internamente. En el pasaje un verdadero creyente confiesa para salvación, un falso creyente
puedo decir que es salvo, pero en su corazón no ha creído en la justicia de Dios, la obra de la cruz.
Pero ¿Qué pasaría si no necesitamos confesar lo que creemos?
1. ¿Cómo sabríamos quienes son salvos?
“que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los
muertos, serás salvo.”
2. ¿Cómo haríamos para mantener la unidad del cuerpo? Se requiere de una Confesión para mantener
comunión con otros promoviendo la unidad.
Romanos 16:17 “Mas os ruego, hermanos, que os fijéis en los que causan divisiones y tropiezos en contra
de la doctrina que vosotros habéis aprendido, y que os apartéis de ellos.”
2 Juan 9-11 9 “Cualquiera que se extravía, y no persevera en la doctrina de Cristo, no tiene a Dios; el que
persevera en la doctrina de Cristo, ése sí tiene al Padre y al Hijo. 10 Si alguno viene a vosotros, y no trae

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esta doctrina, no lo recibáis en casa, ni le digáis: ¡Bienvenido! 11 Porque el que le dice: ¡Bienvenido!
participa en sus malas obras.”
3. ¿Cómo haríamos para medir nuestro crecimiento en la fe? El Crecimiento en la Fe está establecido sobre
la base de una confesión y del entendimiento profundo de ella.
"Porque debiendo ser ya maestros, después de tanto tiempo, tenéis necesidad de que se os vuelva a enseñar
cuáles son los primeros rudimentos de las palabras de Dios; y habéis llegado a ser tales que tenéis
necesidad de leche, y no de alimento sólido. Y todo aquel que participa de la leche es inexperto en la
palabra de justicia, porque es niño; pero el alimento sólido es para los que han alcanzado madurez, para
los que por el uso tienen los sentidos ejercitados en el discernimiento del bien y del mal. Por tanto, dejando
ya los rudimentos de la doctrina de Cristo, vamos adelante a la perfección; no echando otra vez el
fundamento del arrepentimiento de obras muertas, de la fe en Dios, de la doctrina de bautismos, de la
imposición de manos, de la resurrección de los muertos y del juicio eterno." (Heb 5:12-14; 6:1-2)
"Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y
maestros, a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de
Cristo, hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón
perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo; para que ya no seamos niños fluctuantes,
llevados por doquiera de todo viento de doctrina, por estratagema de hombres que para engañar emplean
con astucia las artimañas del error, sino que siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que
es la cabeza, esto es, Cristo, de quien todo el cuerpo, bien concertado y unido entre sí por todas las
coyunturas que se ayudan mutuamente, según la actividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento
para ir edificándose en amor." (Ef 4:11-16)
4. ¿Cómo haríamos para determinar a los aptos para enseñar a otros? Se requiere de una Confesión para
determinar si un hombre es apto o no para enseñarle al pueblo y ser escogido como anciano.
"Porque es necesario que el obispo sea irreprensible, como administrador de Dios; no soberbio, no
iracundo, no dado al vino, no pendenciero, no codicioso de ganancias deshonestas, sino hospedador,
amante de lo bueno, sobrio, justo, santo, dueño de sí mismo, retenedor de la palabra fiel tal como ha sido
enseñada, para que también pueda exhortar con sana enseñanza y convencer a los que contradicen. Porque
hay aún muchos contumaces, habladores de vanidades y engañadores, mayormente los de la circuncisión,
a los cuales es preciso tapar la boca; que trastornan casas enteras, enseñando por ganancia deshonesta lo
que no conviene." (Tit 1:7-11)

4. ESTO QUE CREO PROTEGE LA IGLESIA


"… y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella. Y a ti te daré las llaves del reino de los cielos; y
todo lo que atares en la tierra será atado en los cielos; y todo lo que desatares en la tierra será desatado en
los cielos." (Mt 16:18b-19)
Estos pasajes de nuestro estudio nos enseñan que la iglesia que está construida sobre esta “roca” que es la
confesión de “Cristo como el Hijo del Dios viviente”, es una iglesia que no será destruida por el mismo
infierno.
Pero ¿cómo los apóstoles “ataron y desataron”? La misma confesión que hizo Pedro con respecto al Cristo era
la confesión que todos los creyentes tendrían que hacer para pertenecer a la iglesia del Señor.
"A cualquiera, pues, que me confiese delante de los hombres, yo también le confesaré delante de mi
Padre que está en los cielos. Y a cualquiera que me niegue delante de los hombres, yo también le
negaré delante de mi Padre que está en los cielos." (Mt 10:32-33)
"y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre." (Flp 2:11)
"Todo aquel que confiese que Jesús es el Hijo de Dios, Dios permanece en él, y él en Dios." (1Jn 4:15)
Estas es la forma como la iglesia prevalecería sobre las puertas del infierno. Cuando tu confiesas la verdad de
las escrituras estas formando parte de “atar y desatar” la autoridad de Dios dada a la iglesia. Así la confesión
de tu fe se convierte en:
1. Una Muralla de Protección en contra de la Falsa Doctrina.

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2. Una Base Sólida para la Verdadera Unidad.
3. Una Senda Segura que nos da un sentido de continuidad histórica.

5. ESTO ES UN CREDO QUE IDENTIFICA LA IGLESIA


"Entonces mandó a sus discípulos que a nadie dijesen que él era Jesús el Cristo." (Mt 16:20)
El hecho de que Cristo mandó que no dijesen nada de la confesión de Pedro, nos lleva a comprender que la
identificación de la iglesia a lo largo del tiempo apostólico sería progresivo.
De nada le serviría a la nación de Israel edificarse sobre esta declaración de Pedro, pues de cierta forma la
rechazó, al rechazar a su Mesías. Pero la iglesia si iría creciendo en edificación.
Estos muros o fortalezas doctrinales, a medida que la iglesia iba madurando, se convirtieron en credos más
elaborados y necesarios. El surgimiento de sectas y herejías que atacaban mediante el error a la iglesia era más
evidente en los escritos apostólicos.
Miremos un poco hacia atrás para comprenderlo mejor.
¿Cuál era El Credo Básico del Nuevo Testamento?
Todo el Antiguo Testamento revela al Dios de los cielos y nos describe la fe por medio de declaraciones sobre
la naturaleza, carácter y majestad de Dios, sin embargo, en Deuteronomio 6:4 encontramos la declaración
básica de la fe que Dios reveló a Israel, la cual el pueblo debía creer.
"Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es." (Dt 6:4)

¿Cuál era El Credo Básico del Nuevo Testamento?


Estos cuatro textos nos muestran el progreso del credo den Antiguo Testamento hacia nueva revelación. “Dios
es uno” es el clamor del Antiguo Testamento, pero el Nuevo le suma una nueva verdad “Jesús es el Señor”.
Así, se establece el Credo Básico del Nuevo Testamento – “un Dios, un Señor”.
1 Corintios 8:5-6 5 Pues aunque haya algunos que se llamen dioses, sea en el cielo, o en la tierra (como
hay muchos dioses y muchos señores), 6 para nosotros, sin embargo, sólo hay un Dios, el Padre, del
cual proceden todas las cosas, y nosotros somos para él; y un Señor, Jesucristo, por medio del cual son
todas las cosas, y nosotros por medio de él.
Efesios 4:5-6 5 un Señor, una fe, un bautismo, 6 un Dios y Padre de todos, el cual es sobre todos, y por
todos, y en todos.
1 Timoteo 2:5 Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo
hombre,
Judas 4 Porque algunos hombres han entrado encubiertamente, los que desde antes habían sido
destinados para esta condenación, hombres impíos, que convierten en libertinaje la gracia de nuestro
Dios, y niegan a Dios el único soberano, y a nuestro Señor Jesucristo.
El Credo del Nuevo Testamento es Ampliado
El Credo Básico del Nuevo Testamento “un Dios, un Señor” es ampliado con otras verdades que la revelación
de Dios le va añadiendo.
Romanos 8:34 ¿Quién es el que condenará? Cristo es el que murió; más aún, el que también resucitó,
el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros.
"Porque primeramente os he enseñado lo que asimismo recibí: Que Cristo murió por nuestros pecados,
conforme a las Escrituras; y que fue sepultado, y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras;
y que apareció a Cefas, y después a los doce. Después apareció a más de quinientos hermanos a la vez,
de los cuales muchos viven aún, y otros ya duermen. Después apareció a Jacobo; después a todos los
apóstoles; y al último de todos, como a un abortivo, me apareció a mí." (1Co 15:3-8)

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"E indiscutiblemente, grande es el misterio de la piedad: Dios fue manifestado en carne, Justificado en
el Espíritu, Visto de los ángeles, Predicado a los gentiles, Creído en el mundo, Recibido arriba en
gloria." (1Ti 3:16)

6. Y ¿QUÉ PASÓ DESPUÉS DE LOS APÓSTOLES?


Después de los apóstoles, la iglesia vio necesario declarar sus confesiones para ser diferenciadas del error. Es
así que los credos constituyen una parte importante de lo que cree la iglesia post-apostólica.
Por ejemplo: Si yo te pregunto ¿en qué cree tu familia? Posiblemente tengas una respuesta más elaborada y
detallada, porque toda tu familia se debe identificar con lo que crees.
Has escuchado en el mundo esto de la “cultura organizacional” donde hasta una empresa u organización no
religiosa tiene un patrón de creencia empresarial.
Cuando tú lees estos credos, tú ya puedes tener en claro en que creen las personas aún si no hablas con ellas.
EL CREDO DE LOS APOSTOLES (200)
Creo en Dios Padre, Todopoderoso Creador del Cielo y la Tierra.
Creo en Jesucristo, Su Unigénito Hijo, nuestro Señor quien fue concebido por el Espíritu Santo, nacido de la
virgen María; sufrió bajo Poncio Pilato; fue crucificado, muerto y sepultado; descendió al infierno; al tercer
día resucitó de entre los muertos; ascendió al cielo, y se sentó a la derecha de Dios Padre Todopoderoso. Desde
allí vendrá a juzgar a los vivos y a los muertos.
Creo en el Espíritu Santo, la santa Iglesia Universal, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la
resurrección del cuerpo, y la vida eterna. AMEN
EL CREDO DE CALCEDONIA (361)
EL CREDO NICENO (381) Este credo condenó la doctrina de Arrio
EL CREDO DE SAN ATANASIO (500)

De los credos a las confesiones


Posterior a la edad media, en una oscuridad reinante bajo el dominio de una iglesia apostata romana, Dios
despertó el volver a la Escritura. Hombres como Lutero, Calvino, Knox, Zwinglio llevaron el mundo conocido
a una reforma protestante y posteriormente la iglesia reformada del siglo 16-17 adoptó las Confesiones de Fe
como su proclamación doctrinal.
Una confesión era una reunión de doctrinas que creía la iglesia de aquel entonces. Por ejemplo la Confesión
Bautista de 1689, a la que estamos suscritos como iglesia, tiene 32 capítulos con diferentes doctrinas:
Cap. 1: Las Santas Escrituras
Cap. 2: De Dios y de la Santa Trinidad
Cap. 3: Del decreto de Dios
Cap. 4: De la creación
Cap. 5: De la divina providencia
Cap. 6: De la Caída del hombre, del pecado y su castigo
Cap. 7: Del pacto de Dios
Cap. 8: De Cristo el Mediador
Cap. 9: Del libre albedrío
Cap. 10: Del llamamiento eficaz
Cap. 11: De la justificación
Cap. 12: De la adopción
Cap. 13: De la santificación
Cap. 14: De la fe salvadora
Cap. 15: Del arrepentimiento para vida y salvación
Cap. 16: De las buenas obras

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Cap. 17: De la perseverancia de los santos
Cap. 18: De la seguridad de la gracia y de la salvación
Cap. 19: De la ley de Dios
Cap. 20: Del evangelio y del alcance de su gracia
Cap. 21: De la libertad cristiana y de la libertad de conciencia
Cap. 22: De la adoración religiosa y del día de reposo
Cap. 23: De los juramentos y votos lícitos
Cap. 24: De las autoridades civiles
Cap. 25: Del matrimonio
Cap. 26: De la Iglesia
Cap. 27: De la comunión de los santos
Cap. 28: Del bautismo y la Cena del Señor
Cap. 29: Del bautismo
Cap. 30: De la Cena del Señor
Cap. 31: Del estado del hombre después de la muerte y de la resurrección de los muertos
Cap. 32: Del juicio final

7. CONCLUSIONES
Así como el entendimiento de la Escritura ha sido progresivo, el confesionalismo lo ha sido también. Hoy una
iglesia confesional ha construido muros muy fuertes que protegen a la iglesia del Señor de todo viento de
confusión religiosa, herejías, pragmatismo, relativismo y humanismo.
Estoy seguro que podemos mirar al pasado y encontrar una fuerte herencia confesional en la iglesia reformada,
aún mucho mayor si nosotros elaboráramos un credo de doctrinas. Tal vez muchas iglesias establezcan sus
propias confesiones de fe, y eso no está mal, pero una confesión de fe histórica ha sido probada por muchos
años. Nuestra confesión de fe fue escrita hace más de 300 años (Confesión Bautista de Fe de 1689), y ésta a
su vez es el testimonio general que la iglesia de Cristo ha mantenido durante todos los siglos que nos han
precedido como una sana expresión de la fe. Es diferente cuando alguien cree algo que es relativamente nuevo,
que nadie ha visto jamás.
Y ¿por qué es rechazado el Confesionalismo?
Dos raíces principales, las cuales son (1) la influencia de la cultura contemporánea (la cual tiene un corazón
antiautoritario, relativista e inclusivo) y (2) la ignorancia al rechazar todo tipo de “escrito humano” pensando
que va en contra de la Escritura.
Y estoy certeramente seguro de esto amada iglesia. Esta iglesia local permanecerá muchos años en pureza
doctrinal guardando fielmente las confesiones de fe históricas. Serán fuertes los vientos de la cultura
postmoderna que vendrán en estos tiempos, pero permaneceremos por la palabra que nos fue revelada: "y las
puertas del Hades no prevalecerán contra ella." (Mt 16:18)

Este mensaje fue predicado el 23 de junio de 2019


https://www.youtube.com/watch?v=VJ-U9xKClwY

Dios les bendiga amada Iglesia.

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