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las cosas, y de Jesucristo, que dio testimonio de la buena profesión delante de Poncio Pilato. (1 Timoteo
6:12-13 12)
Regresando al pasaje, lo más interesante del pasaje es que Cristo mismo buscó esta ocasión para cuestionar a
sus apóstoles sobre lo que ellos pensaban de él.
Examinemos el pasaje en cuestión:
Jesús venía con sus discípulos de una región de Cesárea de Filipo, que estaba a unos cuarenta kilómetros al
norte del Mar de Galilea, y a unos ocho kilómetros al este del Jordán.
Comenzó preguntando a sus discípulos qué decían los hombres acerca de Su identidad. Las contestaciones
cubrieron la gama desde Juan el Bautista a Elías, de Jeremías a alguno de los otros profetas. Para el común de
la gente, él era uno más entre tantos.
Esta primera pregunta fue fácil de responder, porque era lo que otros pensaban acerca de Cristo, y que los
apóstoles hacen es ser sencillamente repetidores de lo que otros habían expresado. En este caso ellos no están
confesando algo que creen o viven. Sencillamente está respondiendo lo que otros piensas sobre Cristo.
Pero la siguiente pregunta: "Él les dijo: Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?" (Mt 16:15) es diferente.
Realmente es una pregunta muy profunda. Sus discípulos habían empezado el ministerio junto con el maestro
y habían sido observadores del poder de Cristo, obrando en milagros, sanidades, prodigios y enseñando con
autoridad a las multitudes. Las palabras que usa Cristo hacen referencia al “Hijo del Hombre” que como
sabemos es una forma de referirse al Dios hecho hombre.
Esta segunda pregunta involucra no solo un conocimiento, sino también una realidad que se vive, como hemos
mencionado antes, el confesar algo está ratificado por nuestra misma conducta.
Generalmente cuando tenemos que dar una respuesta que involucra un conocimiento bíblico que hemos
recibido, una verdad bíblica que debe ser resumida en palabras claras y comprensibles, la respuesta que demos
implicará no sólo la verdad que creemos, sino la verdad que vivimos también.
Por ejemplo, si me preguntan algo así: ¿qué es la salvación por la fe? Mi respuesta debe involucrar lo que yo
estoy viviendo con respecto a esto. Lo que yo confieso debe ser congruente con mi manera de vivir esa verdad.
No puedo separar en una confesión con mis labios, lo que mis palabras dicen de la verdad que vivo. Volvemos
al conocimiento aprendido. Eso es lo que perdura para toda la vida.
Una respuesta con respecto a esta pregunta sobre la salvación por la fe, sería algo así “es confiar en la obra
que Cristo hizo en la cruz para rescatarme de la condenación y darme gratuitamente la vida eterna” Mi
respuesta involucra algunas cosas que yo debo tener en cuenta para creer: confianza en Cristo, la obra de la
cruz, rescatarme de la condenación, darme gratuitamente la vida eterna. Pero también mi respuesta hace
referencia a que YO CREO LO QUE ESTOY CONFESANDO.
Volviendo al pasaje donde Cristo les pregunta ahora sobre lo que piensan sus discípulos de Él, es el apóstol
Pedro que responde con una verdad muy profunda sobre la naturaleza divina y humana de Cristo.
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El acto de confesar una verdad bíblica debe estar fundamentado por la misma palabra de Dios. Pero ¿cómo
vivía Pedro esta verdad? Obedeciendo al Señor mientras lo acompañaba en su ministerio, así Pedro era
enseñando en cuanto a la persona de Cristo como hombre y como Dios. Se recuerdan esta respuesta de Pedro:
"Le respondió Simón Pedro: Señor,¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna. Y nosotros
hemos creído y conocemos que tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente." (Jn 6:68-69)
Decir que él era El Cristo se refiere a Aquel de quien Dios profetizó en el Antiguo Testamento por medio de
los profetas y a quien Sus santos esperaban durante todos los siglos, Aquel que vendría para hacer la voluntad
de Dios (Heb 10:5-7). El Cristo, término que se refiere al Ungido de Dios, alude a la comisión del Señor,
mientras que el Hijo del Dios viviente, expresión que denota al segundo del Dios Triuno, habla de Su persona.
Su comisión consiste en cumplir el propósito eterno de Dios por medio de Su crucifixión, resurrección,
ascensión y segunda venida; mientras que Su persona contiene y expresa al Padre y tiene su consumación en
el Espíritu para producir una plena expresión del Dios Triuno.
La confesión que Pedro hace sobre el Hijo del Hombre ya implica un conocimiento revelado de su fe y que a
su tiempo será enseñado a otros creyentes. Pedro al igual que los demás necesitaba ser edificado para poder
comprender estas verdades dadas por revelación de Dios a sus santos apóstoles.
"misterio que en otras generaciones no se dio a conocer a los hijos de los hombres, como ahora es revelado
a sus santos apóstoles y profetas por el Espíritu:" (Ef 3:5)
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esta doctrina, no lo recibáis en casa, ni le digáis: ¡Bienvenido! 11 Porque el que le dice: ¡Bienvenido!
participa en sus malas obras.”
3. ¿Cómo haríamos para medir nuestro crecimiento en la fe? El Crecimiento en la Fe está establecido sobre
la base de una confesión y del entendimiento profundo de ella.
"Porque debiendo ser ya maestros, después de tanto tiempo, tenéis necesidad de que se os vuelva a enseñar
cuáles son los primeros rudimentos de las palabras de Dios; y habéis llegado a ser tales que tenéis
necesidad de leche, y no de alimento sólido. Y todo aquel que participa de la leche es inexperto en la
palabra de justicia, porque es niño; pero el alimento sólido es para los que han alcanzado madurez, para
los que por el uso tienen los sentidos ejercitados en el discernimiento del bien y del mal. Por tanto, dejando
ya los rudimentos de la doctrina de Cristo, vamos adelante a la perfección; no echando otra vez el
fundamento del arrepentimiento de obras muertas, de la fe en Dios, de la doctrina de bautismos, de la
imposición de manos, de la resurrección de los muertos y del juicio eterno." (Heb 5:12-14; 6:1-2)
"Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y
maestros, a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de
Cristo, hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón
perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo; para que ya no seamos niños fluctuantes,
llevados por doquiera de todo viento de doctrina, por estratagema de hombres que para engañar emplean
con astucia las artimañas del error, sino que siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que
es la cabeza, esto es, Cristo, de quien todo el cuerpo, bien concertado y unido entre sí por todas las
coyunturas que se ayudan mutuamente, según la actividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento
para ir edificándose en amor." (Ef 4:11-16)
4. ¿Cómo haríamos para determinar a los aptos para enseñar a otros? Se requiere de una Confesión para
determinar si un hombre es apto o no para enseñarle al pueblo y ser escogido como anciano.
"Porque es necesario que el obispo sea irreprensible, como administrador de Dios; no soberbio, no
iracundo, no dado al vino, no pendenciero, no codicioso de ganancias deshonestas, sino hospedador,
amante de lo bueno, sobrio, justo, santo, dueño de sí mismo, retenedor de la palabra fiel tal como ha sido
enseñada, para que también pueda exhortar con sana enseñanza y convencer a los que contradicen. Porque
hay aún muchos contumaces, habladores de vanidades y engañadores, mayormente los de la circuncisión,
a los cuales es preciso tapar la boca; que trastornan casas enteras, enseñando por ganancia deshonesta lo
que no conviene." (Tit 1:7-11)
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2. Una Base Sólida para la Verdadera Unidad.
3. Una Senda Segura que nos da un sentido de continuidad histórica.
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"E indiscutiblemente, grande es el misterio de la piedad: Dios fue manifestado en carne, Justificado en
el Espíritu, Visto de los ángeles, Predicado a los gentiles, Creído en el mundo, Recibido arriba en
gloria." (1Ti 3:16)
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Cap. 17: De la perseverancia de los santos
Cap. 18: De la seguridad de la gracia y de la salvación
Cap. 19: De la ley de Dios
Cap. 20: Del evangelio y del alcance de su gracia
Cap. 21: De la libertad cristiana y de la libertad de conciencia
Cap. 22: De la adoración religiosa y del día de reposo
Cap. 23: De los juramentos y votos lícitos
Cap. 24: De las autoridades civiles
Cap. 25: Del matrimonio
Cap. 26: De la Iglesia
Cap. 27: De la comunión de los santos
Cap. 28: Del bautismo y la Cena del Señor
Cap. 29: Del bautismo
Cap. 30: De la Cena del Señor
Cap. 31: Del estado del hombre después de la muerte y de la resurrección de los muertos
Cap. 32: Del juicio final
7. CONCLUSIONES
Así como el entendimiento de la Escritura ha sido progresivo, el confesionalismo lo ha sido también. Hoy una
iglesia confesional ha construido muros muy fuertes que protegen a la iglesia del Señor de todo viento de
confusión religiosa, herejías, pragmatismo, relativismo y humanismo.
Estoy seguro que podemos mirar al pasado y encontrar una fuerte herencia confesional en la iglesia reformada,
aún mucho mayor si nosotros elaboráramos un credo de doctrinas. Tal vez muchas iglesias establezcan sus
propias confesiones de fe, y eso no está mal, pero una confesión de fe histórica ha sido probada por muchos
años. Nuestra confesión de fe fue escrita hace más de 300 años (Confesión Bautista de Fe de 1689), y ésta a
su vez es el testimonio general que la iglesia de Cristo ha mantenido durante todos los siglos que nos han
precedido como una sana expresión de la fe. Es diferente cuando alguien cree algo que es relativamente nuevo,
que nadie ha visto jamás.
Y ¿por qué es rechazado el Confesionalismo?
Dos raíces principales, las cuales son (1) la influencia de la cultura contemporánea (la cual tiene un corazón
antiautoritario, relativista e inclusivo) y (2) la ignorancia al rechazar todo tipo de “escrito humano” pensando
que va en contra de la Escritura.
Y estoy certeramente seguro de esto amada iglesia. Esta iglesia local permanecerá muchos años en pureza
doctrinal guardando fielmente las confesiones de fe históricas. Serán fuertes los vientos de la cultura
postmoderna que vendrán en estos tiempos, pero permaneceremos por la palabra que nos fue revelada: "y las
puertas del Hades no prevalecerán contra ella." (Mt 16:18)