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Porciones variables de la Divina Liturgia

10 / 23 de junio de 2019
Primer domingo después de pentecostés – Todos los santos

Conmemoración de san Timoteo, obispo de Prusa y hieromártir;


de san Juan, metropolita de Tobolsk; y de san Silvano de las cuevas de Kiev

Troparion de todos los santos (tono 4)

Por todo el mundo, oh Cristo Dios, tu iglesia se adorna con la sangre de los mártires, como con púrpura y lino fino; y por
medio de ellos te clama: “Envía tu compasión sobre tu pueblo, da paz a tu comunidad, y otorga a nuestras almas la gran
misericordia”.

Kontakion de todos los santos (tono 8)

El mundo te ofrece como primicias de la naturaleza, oh sembrador de la creación, a los mártires portadores de Dios. Por
sus intercesiones y las de la Madre de Dios, conserva a tu iglesia y a tu comunidad en paz profunda, oh misericordiosísimo.

Tropario del domingo (tono 8)

De las alturas descendiste, oh compasivo; y aceptaste la sepultura por tres días, para salvarnos de nuestros sufrimientos.
Oh Señor, vida y resurrección nuestra, gloria a ti.

Kontakion del domingo (tono 8)

Levantándote del sepulcro, levantaste a los muertos y resucitaste a Adán. Eva se regocijó por tu resurrección. Todos los
confines de la tierra celebran tu resurrección de entre los muertos, oh misericordiosísimo.

Himno a la Madre de Dios (tono 8)

Siendo el tesoro de nuestra resurrección, ponemos nuestra esperanza en ti, la alabada por todos. Rescátanos del abismo
de las transgresiones, porque has salvado a los culpables de pecado, oh Virgen Madre de nuestra salvación.

Prokimenon

- Maravilloso es Dios en sus santos; él, el Dios de Israel.


- Bendigan al Señor en medio de la asamblea; bendigan al Señor, descendientes de Israel.

Epístola

Lectura de la carta a los hebreos (11, 32 – 12, 2).

Hermanos: ¿Para qué seguir hablando sobre el poder de la fe? Me faltaría tiempo, si tuviera que exponer en detalle lo que
hicieron Gedeón, Baruc, Sansón, Jefté, David, Samuel y los profetas. Por su fe, ellos conquistaron reinos e hicieron justicia,
lograron que se fueran cumpliendo las promesas divinas, cerraron las fauces de los leones, dominaron la violencia del
fuego, se salvaron del filo de la espada, vencieron las enfermedades, fueron valientes en la guerra y pusieron en fuga a los
ejércitos extranjeros.

Hubo también algunas mujeres, que por su fe obtuvieron la resurrección de sus hijos muertos. Muchos, sometidos a las
torturas, prefirieron no ser rescatados, para alcanzar así la resurrección. Unos sufrieron escarnios y azotes, cadenas y
cárcel. Otros, fueron apedreados, aserrados, torturados y muertos a espada; anduvieron errantes, cubiertos con pieles de
ovejas y de cabras, faltos de todo, pasando necesidad, apuros y malos tratos. Esos hombres, de los cuales no era digno el
mundo, tuvieron que vagar por desiertos y montañas, por grutas y cavernas.

Sin embargo, todos ellos, aunque acreditados por su fe, no alcanzaron a ver el pleno cumplimiento de la promesa: es que
Dios había dispuesto para nosotros algo mejor y no quería que ellos llegaran, sin nosotros, a la perfección.

Rodeados, como estamos, por la multitud de antepasados nuestros, que dieron prueba de su fe, dejemos todo lo que nos
estorba; librémonos del pecado que nos ata, para correr con perseverancia la carrera que tenemos por delante, fija la
mirada en Jesús, autor y consumador de nuestra fe. El, en vista del gozo que se le proponía, aceptó la cruz, sin temer su
ignominia, y por eso está sentado a la derecha del trono de Dios.

Aleluya

- Los justos claman, y el Señor los escucha; los libra de todas sus congojas.
- Muchas tribulaciones pasa el justo, pero de todos ellas Dios lo libra.

Evangelio

Lectura del santo evangelio según san Mateo (10, 32-33, 37-38; 19, 27-30).

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus apóstoles: “A quien me reconozca delante de los hombres, yo también lo reconoceré
ante mi Padre, que está en los cielos; pero al que me niegue delante de los hombres, yo también lo negaré ante mi Padre,
que está en los cielos.

“El que ama a su padre o a su madre más que a mí, no es digno de mí; el que ama a su hijo o a su hija más que a mí, no es
digno de mí; y el que no toma su cruz y me sigue, no es digno de mí”.

Entonces Pedro, tomando la palabra, le dijo a Jesús: “Señor, nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido, ¿qué nos
va a tocar?”. Jesús les dijo: “Yo les aseguro que en la vida nueva, cuando el Hijo del hombre se siente en su trono de gloria,
ustedes, los que me han seguido, se sentarán también en doce tronos, para juzgar a las doce tribus de Israel.

“Y todo aquel que por mí haya dejado casa, o hermanos o hermanas, o padre o madre, o esposa o hijos, o propiedades,
recibirá cien veces más y heredará la vida eterna. Y muchos primeros serán últimos y muchos últimos, primeros”.

Himno de comunión

Alaben al Señor en las alturas, alábenlo en el cielo.


Que los justos aclamen al Señor, es propio de los justos alabarlo.
Aleluya.
Aleluya.
Aleluya.

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