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A. El rey
Durante los casi tres siglos que América estuvo subordinada a España, ésta fue
gobernada por dos dinastías: los Habsburgo o casa de Austria (s. XVI y
XVII); y, los Borbones o casa de Francia (s. XVIII). Los reyes Habsburgo fueron
Carlos I, Felipe II, Felipe III, Felipe IV, y Carlos II. Como éste último falleció sin
dejar descendencia, hubo una guerra de sucesión que finalizó con el
establecimiento de la casa Borbón. Los reyes de esta dinastía hasta la
independencia del Perú fueron Felipe V, Fernando VI, Carlos III, Carlos IV y
Fernando VII.
B. El Consejo de Indias
El Real y Supremo Consejo de Indias fue fundado en 1511 y reformado por Carlos
I en 1524. Estaba conformado principalmente por juristas. Debía elaborar leyes y
crear las instituciones necesarias para dominar ordenadamente los territorios
americanos. Poseía una amplia gama de atribuciones:
Legislativas: elaboraba todas las leyes y decretos relacionados con las
Indias en nombre del rey y con su debida aprobación.
Políticas: demarcaba territorios, proponía autoridades, mantenía
correspondencia con ellas y controlaba su conducta, mediante investigaciones o
juicios de residencia.
Judiciales: era tribunal de última instancia tanto en lo civil como en lo
penal. Teóricamente, debía encargarse de proteger a los indígenas en el Nuevo
Mundo.
Financieras: estableció los impuestos a pagar y la forma de recolectarlos.
Eclesiásticas: autorizaba la publicación de los documentos pontificios y
organizó el cobro y repartición de los diezmos.
Como la Corona Española estableció desde el principio que el único puerto del
cual se podía partir hacia América era Sevilla, llevaba registro de las personas y
mercaderías que cruzaban el océano Atlántico.También controlaba los envíos de
metales preciosos provenientes de América y cobraba los impuestos de avería (de
permanencia en el puerto) y de aduana, entre otros. Asimismo, era un tribunal de
justicia encargado de resolver los pleitos entre comerciantes y marinos.Por último,
debía verificar que los pilotos fueran capaces de navegar a través de mares y
océanos, por lo que instituyó el cargo de «piloto mayor», quien debía impartir los
conocimientos básicos o verificar si los candidatos los tenían.Con el correr de los
años surgió una Escuela Náutica donde se elaboraron instrumentos de
navegación, mapas y se dictó cátedra de cosmografía.
A. El virrey
Era la máxima autoridad dentro del virreinato peruano con amplios poderes, pero
siempre dentro del marco legal impuesto desde la metrópoli. Era el representante
personal del rey español. Como suprema autoridad del virreinato fue el encargado
de impartir justicia, administrar el tesoro público y velar por la evangelización de
los indígenas.
Su elección estaba en manos del rey, pero era el Consejo de Indias quien
proponía a los candidatos. Para este cargo se escogió principalmente a nobles,
pero también a militares, abogados y, en ocasiones, eclesiásticos.
El primer virrey del Perú fue Blasco Núñez de Vela y; el último fue José de la
Serna.
B. Las Audiencias
Las Audiencias eran jurisdicciones territoriales en que se dividía el virreinato
peruano. Se encargaban de la administración de justicia. Estaban compuestas por
jueces u oidores (juristas españoles que asesoraban al virrey en los asuntos de
gobierno). Cada cierto tiempo los oidores debían realizar viajes de inspección por
las provincias bajo su jurisdicción y redactar informes para la metrópoli.
Una de sus atribuciones políticas era vigilar la ejecución de todas las disposiciones
reales relativas al gobierno del Estado y de la Iglesia. Además, en caso de muerte
del virrey, debía asumir el gobierno del virreinato hasta la llegada de uno nuevo.
C. Los corregimientos
Al interior de las diversas Audiencias se encontraban los corregimientos, que eran
unidades administrativas territoriales. Cada corregimiento estaba a cargo de un
corregidor.
Un requisito para elegir a los corregidores era que no hubieran nacido ni tuvieran
familia en la jurisdicción a la que iban a ser designados Por ello también tenían
prohibido casarse con mujeres de la zona, salvo que se les concediera una
dispensa especial.
Las funciones del corregidor eran políticas y judiciales. Para cumplir a cabalidad
con sus funciones estaba obligado a hacer una gira anual por su distrito y verificar
que todo estuviera en orden.
Fueron, quizás, los funcionarios más detestados por los indígenas, ya que, se
aprovechaban de ellos: organizaban la mita, cobraban impuestos excesivos, los
obligaban a trabajar para ellos y también a comprar productos traídos desde
España a precios exorbitantes, es decir, a un reparto forzoso de mercancías. Este
abuso de autoridad originó cientos de revueltas indígenas a lo largo de la Colonia.
D. Las intendencias
En el siglo XVIII los corregimientos fueron sustituidos por las intendencias
siguiendo la modernización de la corona española efectuada por los reyes
borbones. Estas nuevas jurisdicciones, de mayor envergadura, abarcaron varios
corregimientos. De esta manera, y a partir de 1784, el virreinato del Perú se dividió
en siete intendencias: Lima, Trujillo, Tarma, Huamanga, Cusco, Huancavelica y
Arequipa. Posteriormente se creó Puno.
Hay que indicar que las intendencias se dividían en provincias llamadas partidos a
cargo de un subdelegado que dependía del intendente.
Tuvieron varias funciones: repartir tierras entre los vecinos, organizar la policía
local, dar permisos de construcción, conservar las cárceles y caminos,
inspeccionar hospitales, vigilar precios locales, etc.
F. LOS CACIQUES
Descendientes de curacas, algunos de estos pertenecían a la nobleza indígena,
otros, eran nombrados. Eran los «colaboradores» de la corona española, pero
más directamente de los corregidores. Fueron los intermediarios entre la
administración colonial y la población indígena. Entre sus principales funciones
tenemos: cobraban el tributo indígena para entregarlo a la Corona, colaboraban
con el corregidor en el reparto forzoso de las mercancías a los indígenas
(repartimientos mercantiles), reclutaban a los indígenas para enviarlos a mitar,
colaboraban con la Iglesia para la extirpación de idolatrías, etc
1. INTRODUCCIÓN
A partir de 1532, en los territorios del Tahuantinsuyo, se produjo una profunda e
irreversible transformación en la composición de la población y una
reestructuración de la sociedad indígena.
2. CARACTERÍSTICAS DE LA SOCIEDAD
Algunas características generales de la sociedad virreinal, de alguna manera,
están presentes en la realidad de nuestro país actualmente.
3. LA REPUBLICA DE ESPAÑOLES
Aunque estaban ubicados en el sector más alto de la pirámide social, no todos los españoles
eran poderosos y ricos. Encomenderos, hacendados, comerciantes, mineros y burócratas
fueron los más privilegiados. A ellos debe añadirse un grupo de nobles (condes,
duques y marqueses) llegados a las Indias como parte del séquito de virreyes y
demás autoridades importantes (altos funcionarios civiles y eclesiásticos).
Conocidos bajo el nombre de paniaguados, los allegados a estas poderosas
autoridades fueron los principales candidatos a recibir prebendas y trabajos dentro de la
jerarquía estatal. Una vez en el Perú, muchos se relacionaron y casaron con mujeres
americanas, estableciéndose en el Nuevo Mundo definitivamente.
La llegada de peninsulares hacia América fue asegurada por el Estado español, que hasta
el siglo XVII fomentó el traslado de centenares de españoles y sus
familias. Poco tiempo después de la conquista se procedió a diferenciar
a aquellos españoles venidos desde Europa, llamados "peninsulares" o
"chapetones", de aquellos nacidos en América, los "criollos". En una misma
familia podía haber un hijo peninsular y un hijo criollo. Como verás más adelante,
pronto surgió una fuerte rivalidad entre ambos sectores, que se manifestó
en conflictos por el poder y el prestigio social.
Del mismo modo, la Corona promovió la migración de mujeres solteras para que pudieran
casarse con los españoles que poblaban América, así como la reunión de
aquellas familias que se hubiera separado por algún motivo. Incluso dio plazos para que
los esposos fueran a recoger a sus mujeres e hijos a la metrópoli. Con estas
leyes, se trataron de combatir las relaciones extramaritales y los matrimonios mixtos
entre hispanos y nativos.
C. Los criollos
Con este término se denominaba a los hijos de españoles nacidos en Indias y todos
sus descendientes. Este sector tomó conciencia de su situación desventajosa, pues las
funciones de gobierno dentro del virreinato eran encomendadas a los peninsulares que iban
llegando. Aunque originalmente los criollos estuvieron considerados dentro del grupo de
los españoles, pues la ley así lo establecía ("república de españoles"), poco
a poco y muy sutilmente fueron quedando relegados.
Llegado el siglo XVII, la presión ejercida por los criollos creció enormemente. Con el tiempo,
fueron ascendiendo dentro de la escala social y, en consecuencia,
dentro de la jerarquía administrativa y de gobierno. Tanto es así que en
el siglo XVIII llegaron casi a dominar La Real Audiencia de Lima,
órgano poderosísimo de la política colonial.
1. LA REPUBLICA DE INDIOS
A. Características
La república de indios estaba conformada por dos grupos: los indios nobles y los
indios del común
Fueron considerados vasallos del Rey de España, pero eran considerados
legalmente menores de edad, ya que, estaban bajo la protección de la Corona
española.
Secuestrados por los comerciantes portugueses, que eran los únicos con
derechos sobre las costas africanas, llegaban a América tras largos días de viajes en
sucias embarcaciones, hacinados, mal alimentados y carentes de higiene. Muchos
morían en el camino, y sólo los más fuertes lograban sobrevivir. Después de
comprados la mayoría fue concentrada en la Costa (especialmente Lima y Trujillo) y dedicada al
trabajo en las haciendas o en las ciudades como servicio doméstico. Algunos también
aprendieron habilidades artesanales, por lo que eran alquilados por sus
amos, quienes preferían percibir una renta. Aun que se solía afirmar que
los negros no se adaptaron a las alturas, hoy se sabe que esto no fue
cierto: cientos de ellos vivieron en las zonas más altas de los Andes, como por
ejemplo en Potosí.
3. LAS CASTAS
A. LOS MESTIZOS
A inicios de la conquista, la desproporción entre hombres y mujeres de
España fue muy marcada. Había una mujer por cada diez hombres. En parte ello explica
el nacimiento de numerosos niños mestizos como producto de la unión entre
varones hispanos y mujeres indígenas. Muchas de estas mujeres fueron mantenidas
como "compañeras" por años, aunque pocas veces los españoles se casaron con
ellas y, por lo general, fueron abandonadas a la llegada de blancas.
B. OTRAS CASTAS
Con el paso del tiempo y la mezcla de razas aparecieron nuevos términos para nombrar a
los nuevos grupos raciales.
Hoy en día estos grupos, que se han mezclado aun más, conforman la mayoría de la población
peruana.) Por eso decimos que la nuestra es una nación de mestizos o mezclados, en
la que «el que no tiene de inga (inca o indígena), tiene de mandinga
(negro)".
1. LA MINERÍA
B. LA PRODUCCIÓN DE PLATA
a. Extracción de la plata
La plata se extraía del cerro de Potosí de una manera muy sencilla. Los minerales
se sacaban de las paredes de las minas y se llevaban a un centro de acopio
dentro de la misma galería. Allí, el mineral era partido en trozos para hacer más
fácil su traslado hacia la entrada de la mina. En este lugar se descartaban los
trozos de piedra que no parecían tener plata.
2. LA AGRICULTURA Y LA GANADERIA
B. Las haciendas
Las haciendas en el Perú tuvieron su origen en las mercedes reales y en la
composición de tierras.
Las mercedes reales eran las antiguas tierras del sol o del Inca que su nuevo
dueño, el rey de España, donaba a los ciudadanos más importantes. La
producción de estas tierras estaba destinada a abastecer de alimento a las
ciudades cercanas.
Entre los tipos de trabajadores, los menos privilegiados eran los aprendices. Éstos
eran niños o jóvenes que trabajaban de manera gratuita para el dueño del taller
mientras aprendían el oficio. Obviamente, los propietarios del taller trataban de
prolongar lo más posible este período de aprendizaje.
B. Los obrajes
Los obrajes eran talleres textiles que se encontraban en las zonas rurales del
virreinato peruano, en especial en la sierra. En los obrajes se producían telas de
lana y algodón en cantidades tan importantes que satisfacían la demanda del
virreinato. Para evitar que estos talleres rurales hicieran competencia a los textiles
traídos de España, el monarca dio una serie de disposiciones que limitaban el
crecimiento de los obrajes, pero la legislación no tuvo mayores efectos prácticos.
Cuando la Corona creó el cargo de corregidor de indios (1565) tenía una doble
intención: limitar el poder de los encomenderos y «corregir» los abusos de éstos
contra la población nativa. Pero los resultados no fueron los esperados, pues los
corregidores utilizaron para su provecho todo el poder que el Estado les había
otorgado, sin importarles la suerte de los indígenas.
Estos funcionarios solían cometer una serie de abusos: cobraban más de lo debido
y obligaban a los caciques a pagar los tributos de los indígenas que habían
emigrado hacia otras regiones.
A. La mita minera
Generalmente asociamos el concepto de mita al trabajo forzado en las minas,
pero este sistema también se utilizó para la construcción de caminos y edificios
públicos, servicios de correo, trabajos en haciendas, talleres textiles y cuidado
de ganado. En suma, la mita fue la base de la economía estatal y privada.
Las mitas más famosas fueron las de Huancavelica y Potosí. Estas mitas
fueron en parte responsables de la creación del gran circuito comercial alrededor
de estos centros mineros. Recordemos que alrededor de 13500 tributarios
trabajaban en Potosí. Esto quiere decir que por lo menos 27000 personas viajaban
anualmente a estas minas, pues los mitayos viajaban acompañados de su
familia. Además, llevaban consigo llamas, cestos de coca, tejidos, ají y otros productos
para vender y poder mantenerse en esa ciudad.
Además de sus propios bienes, los mitayos también llevaban los productos que sus curacas les
habían encargado vender. Estos negocios eran tan rentables que muchos curacas y algunos
indígenas llegaron a tener tiendas y casas en Potosí. Como podemos apreciar, la mita no sólo
fue importante como actividad minera, sino que también dio origen a una intensa
actividad comercial.
C. Los yanaconas
En tiempos de los incas, los yanaconas fueron personas que eran alejadas de su ayllu para
prestar servicios al inca o a algún curaca. Al llegar los españoles a los Andes, se atribuyeron a
los yanaconas para sí. Con el paso del tiempo, se llamó yanaconas al poblador andino que
había huido de su pueblo para no pagar tributo ni hacer mita y se ponía al servicio de algún
español que, a cambio, le brindaba una parcela de tierra para su mantención además de
alimento y protección. Los yanaconas hacían diversos trabajos para sus "amos", tales como
cultivar en las haciendas, cuidar el ganado, realizar el trabajo doméstico, etc.
1. EL MONOPOLIO COMERCIAL
Así, España trató de establecer un monopolio comercial con sus colonias, es decir,
éstas sólo podían intercambiar productos con la corona española. El Perú sólo
podía comerciar con España y con ningún otro país europeo, ni con otra colonia
española en América.
A. INSTITUCIONES MERCANTILES
La flota: formada por varios barcos mercantes (provistos con algunos cañones)
custodiados por dos galeones fuertemente armados. Estas naves salían una vez
al año de Sevilla (entre abril y mayo) con destino al puerto de Veracruz, Nueva
España (México).
Obviamente, esto era contrario a los intereses de los comerciantes de las colonias,
porque además de los precios inflados debían pagar una serie de impuestos a la
Corona por sus mercancías.
C. IMPUESTO COMERCIALES
Existían impuestos relacionados con el comercio que originaban importantes
ingresos para la Corona:
· La avería, impuesto que se cobraba al comercio marítimo, para mantener el
sistema de flotas y galeones, fortalecer los puertos y conservar en óptimas
condiciones el camino, de Portobelo a Panamá.
a. El quinto real
Como sabemos, el papel fundamental del Perú colonial era abastecer a España de
metales preciosos, como la plata. Por ello, una vez culminadas las guerras civiles;
y, establecida la autoridad real en el virreinato, el principal interés de la Corona fue
mejorar la producción de plata de las minas de Potosí.
Esto se logró mediante la instauración del régimen de la mita por el virrey Toledo,
la introducción del método de la amalgama y el descubrimiento de las minas de
mercurio en Huancavelica.
Tributo indígena
Lo pagaban los indígenas a partir de los 18 a los 50 años. Se daba alimentos o
producción, o en todo caso monedas. En tiempos del virrey Toledo se registró 1
069 697 indios tributarios siendo el promedio de sus impuestos, la suma de 1 384
228 pesos anuales.
Quinto Real
Consistía en pagar al rey, mediante las autoridades fiscales del virreinato, la quinta
parte o 20% de lo extraído de las minas o tesoros encontrados. Esto era pagado
por peninsulares o criollos, que eran propietarios de minas o que se dedicasen a
minería.
Alcabala
Se introdujo en la última década del siglo XVI para costear los gastos derivados de
la Armada del Mar del Sur; se le aplicaba a toda mercancía vendida (al 2 % de su
valor la que salía del puerto y al 5 % a la que entraba), con excepción de la coca
(de consumo indígena).
Almojarifazgo
Vendría a ser un impuesto aduanero que representaba el 10 % del valor de las
mercaderías que se importaban por los puertos americanos. También se aplicaba
a la salida o exportación de productos.
Avería
Se destinó a los gastos de defensa contra los piratas, y consistía en un medio por
ciento del valor de las mercaderías transportadas por mar. Empezándose a cobrar
a partir de las incursiones de Francis Drake, corsario del siglo XVI.
Diezmo
Fue un impuesto establecido a favor de la Iglesia, y comprendía el 10 % de todo lo
producido en un ejercicio. Los diezmos eran distribuidos por el rey de la manera
siguiente: 1/9 para el rey, 1/4 para el obispo, 1/4 para la catedral y lo demás para
el resto del clero secular.
La media anata
Fue un impuesto de hasta 50% de los ingresos que afectaba a las personas que
asumirían un cargo político-administrativo, pero antes de ejercerlo.
La composición
Fue un ingreso extraordinario de la Corona, proveniente de la legalización de la
propiedad sobre las tierras que habían sido materia de los repartos entre los
españoles, al arrebatárselas a los ayllus o indígenas.
Impuesto el Cabezón
Era el impuesto que se pagaba por tener propiedades rurales o campestres y no
darles uso o explotarlas.
Arbitrios coloniales
Al lado de estos impuestos existían también los arbitrios municipales, para
subvenir los gastos de las ciudades y los poblados.
Entre estos arbitrios, los más importantes eran el de Sisa, que lo pagaban los
negociantes en carne, a razón de 2 pesos por cada cabrío, ovino o porcino y un
real por cada arroba de carne de vacuno.
Había otros arbitrios menores como el de las Lanzas (derechos aplicados a los
poseedores de Títulos de Castilla); multas; de Expolios, (haberes de los
obispados vacantes), etc.
Los colegios de las órdenes religiosas eran lugares donde los jesuitas,
dominicos, agustinos, franciscanos, etc. educaban a sus sacerdotes. En estos
colegios se enseñaba latín, artes y teología. Los estudiantes de estos colegios
debían dar sus exámenes en San Marcos si deseaban obtener el grado de bachiller
o doctor en teología, pero no estaban obligados a escuchar clases en esta
universidad. El más famoso de estos colegios fue el Colegio de San Pablo,
dirigido por los padres de la Compañía de Jesús.
Los colegios mayores eran internados donde vivían los estudiantes de San
Marcos. En estos centros los alumnos repasaban las lecciones aprendidas en la
universidad bajo la supervisión de un tutor. A este tipo de colegios pertenecían
el Colegio Real de San Felipe y San Marcos -ligado a la Universidad de San
Marcos- y el Colegio de San Martín -bajo la responsabilidad de los jesuitas-. A
estos dos colegios podemos añadir el Seminario de Santo Toribio.
D. UNIVERSIDADES
Las universidades que funcionaron durante el virreinato fueron las siguientes:
Lima: San Marcos, la misma que se fundó a iniciativa de Fray Tomás de San
Martin (miembro de la orden dominica) conjuntamente los miembros del cabildo
de Lima. La fue realizada mediante Real Cédula firmada por el rey Carlos V en la
ciudad de Valladolid, el 12 de mayo de 1551.
Huamanga: San Cristóbal
Cusco: San Antonio de Abab
2. LA LITERATURA EN EL VIRREINATO
A. EN EL SIGLO XVI
El primer libro publicado en la ciudad de Lima es la Doctrina Critiana y
Cathecismo para la instrucción de los indios (1584) de Antonio Ricardo. Este
primer catecismo es publicado en castellano, quechua y aimará.
De la iglesia es precisamente el padre José de Acosta, quién en 1586
publica Peregrinación de Bartolomé Lorenzo, en 1588 De Natura Novi Orbis, et De
Promulgation Evangelii apud barbaros, sive de Procuranda Indorum Salute (De la
naturaleza del nuevo mundo), y en 1590 su obra más conocida: Historia natural y
moral de las Indias.
Diego de Hojeda, autor de La Cristiada (1611), (primer poema épico – místico
escrito en América, en octavas), poeta sevillano, ordenado sacerdote en el Perú,
en 1591.
B. EN EL SIGLO XVII
Amaralis, poetisa anónima peruana, se cree que nació en Huánuco no se sabe
si fue hombre o mujer, aunque se cree que haya sido hombre de finales del siglo
XVI. Admiraba la obra Lope de Vega. Su poema «Epístola a Belardo», fue
publicado en 1621 en La Filomena de Félix Lope de Vega.
Juan del Valle y Caviedes (Jaén) 1645-Lima, 1697, conocido como el Poeta de
la Rivera, fue un poeta y dramaturgo nacido en España, que vivió casi toda su vida
en el Perú, autor de la Diente del parnaso (1689), poesía satírica y costumbrista).
Juan de Espinoza Medrano llamado el Lunarejo, estudioso y dramaturgo, (hacia
1629-1688), autor de piezas dramáticas religiosas, sermones y del apologético a
favor de D. Luís de Góngora, príncipe de los poetas líricos de España –1662– y la
Novena maravilla.
C. EN EL SIGLO XVIII
En el siglo XVIII está el humanista Pedro de Peralta y Barnuevo (1664-1743),
con una obra que abarcó diversos campos del saber, siendo autor de tragedias y
sainetes que pueden considerarse precursores del costumbrismo, entre ellos
destacan Lima fundada(1732), Lima triunfante (1728) y El cielo en el Parnaso.
Alonso Carrió de la Vandera (1714 o 1716-1783), que bajo el seudónimo de
Concolorcorvo, escribió el Lazarillo de ciegos caminantes, libro que durante
bastante tiempo fue erróneamente atribuido a Calixto Bustamante Carlos Inca y
que trata de un viaje realizado entre Lima y Buenos Aires.
3. LA ARQUITECTURA COLONIAL
B. LA ESCUELA CUSQUEÑA
Los más importantes representantes fueron Basilio de Santa Cruz Pomacallao,
cuya riqueza cromática y dinamismo se inspiraron en la obra del pintor Rubens.
Frente a él, trabajó un artista más identificado con los estratos nativos
como Diego Quispe Tito, quien inició la creación de un género paisajístico que
tuvo gran repercusión en los pintores anónimos del siglo XVIII. Debe recordarse
que los artistas anónimos fueron mayoritariamente los grandes creadores
cuzqueños más que los maestros de talleres de prósperas empresas de producción
pictórica, cuyas firmas aparecen con tanta frecuencia.
Ya en el siglo XVIII los talleres pictóricos cuzqueños tuvieron una producción casi
en serie. Sólo los maestros firmaban el lienzo pues tenían a una serie de artistas
especializados dedicados a la pintura de un sector del cuadro (manos, rostros,
cuerpo, fondo, etc). Es por ello que los artistas anónimos fueron los verdaderos
impulsores de la corriente cuzqueña pues a su trabajo le añadieron los elementos
propios de la cultura local. En este punto es importante agregar la trascendencia
que tuvo la afirmación de los señores étnicos y la nobleza andina, que para
mediados del siglo XVIII tuvieron una fuerte posición económica y social. En su
reafirmación andina encargaron cuadros de incas y retratos en los que dejaban
muy en claro el orgullo por su pasado. El "renacimiento inca" se expresó en
símbolos visuales, más que en textos. Vestimentas lujosas, secuencia de Incas,
keros, retratos, cantos y danzas.
4. ESCULTURA
Cumplió en América una función evangelizadora, catequizadora. Se difundieron
imágenes de la pasión Cristo y de la Virgen María. Las imágenes de difusión
fueron expresiones de dolor y de ternura Las imágenes fueron expuestas y
conservadas en los templos.
De la mano del mismo autor es la Virgen del rosario del templo de Santo
Domingo de Lima, Virgen patrona de la orden dominica, tallada por Balduque
en 1558, por encargo del obispo fray Domingo de Santo Tomás.
1. GENERALIDADES
Desde el principio, la invasión de América estuvo estrechamente relacionada con
un proyecto religioso: la expansión del cristianismo. El Papa encargó esta misión
a los Reyes Católicos, quienes a su vez la transfirieron a sus descendientes. Sin
embargo, la evangelización de los indígenas no siempre se llevó a cabo de la
mejor manera debido a las enormes diferencias culturales que había entre los
colonizadores y los indígenas.
2. IGLESIA Y ESTADO
De esta manera, poco a poco, los reyes hispanos fueron interviniendo cada vez
más en asuntos eclesiásticos hasta lograr que la Iglesia dependiera de ellos. Así,
se estableció el pase regio, disposición por la cual ningún documento pontificio
podía ser promulgado en América sin el examen y el consentimiento del Consejo
de Indias.
B. Justificación de la autoridad real
Juristas y teólogos formularon la teoría del vicariato real, según la cual el propio
Papa Alejandro VI había encomendado a los Reyes Católicos que, en su nombre,
se encargasen de la evangelización, la fundación de iglesias y, en general, de
velar por el bienestar espiritual de los pobladores de las tierras descubiertas. De
esta manera al rey de España se le denominó también "Vicario de Cristo".
3. LA ORGANIZACIÓN DE LA IGLESIA
El territorio
Igual que en Europa, los territorios que se incorporaban a la Corona española eran organizados
en dos tipos de circunscripciones menores o básicas: las parroquias, situadas al interior de las
ciudades donde vivían los españoles, y las doctrinas, ubicadas en las reducciones de
indígenas formadas durante y después del régimen toledano. Tanto en las
parroquias como en las doctrinas, los sacerdotes encargados llevaban registro de los
bautizos, matrimonios y defunciones, celebraban la misa y administraban los sacramentos. Los
curas doctrineros tenían, además, la obligación de catequizar a los indígenas en su
lengua materna, de ahí que fuera un requisito que dominaran las lenguas
nativas. A las jurisdicciones de la iglesia en sitios alejados como la
selva se les llamó misiones.
A. LA EXTIRPACIÓN DE IDOLATRÍAS
Parte del proceso de evangelización fue la destrucción de cualquier objeto o
construcción relacionados con el culto andino. Tenidas por idólatras y engañadas
por el demonio, todas aquellas personas que persistían en adorar los antiguos
dioses o huacas fueron perseguidas y castigadas.
Los Reyes Católicos tenían un proyecto unificador para sus reinos que no sólo
implicaba unidad política sino también unidad religiosa. Fue por ello que las
minorías -judíos y moros- fueron obligadas a abandonar el reino o convertirse.
Muchos judíos optaron por lo segundo, se bautizaron y se convirtieron en
"cristianos nuevos", para luego volver a sus prácticas religiosas en secreto. Estos
hombres fueron conocidos con "judaizantes" y fueron el principal grupo
perseguido por la Inquisición por renegar de su nueva fe. A pesar de la legislación
que prohibía que migraran a Indias, muchos de ellos lo hicieron y aquí fueron
juzgados.
b. Procesos y autos de fe
Un proceso inquisitorial comenzaba cuando se producía una delación o acusación.
El sospechoso era conducido al tribunal, donde le preguntaban qué faltas había
cometido. Si éste se negaba a «confesar» era llevado a tortura. Encontrado
culpable, se le confiscaban sus bienes (que pasaban a propiedad del tribunal
inquisitorial) y se le aplicaba un castigo dependiendo de su falta: los más leves
consistían en asistencia a misa, rezo del rosario y guía espiritual estrecha;
mientras que la pena máxima era morir quemado en la hoguera. Generalmente
ésta se aplicaba a los no arrepentidos o a aquellos que reincidían en una falta
grave.
Finalmente, los inquisidores señalaban una fecha cuando tenían varios reos y
organizaban un auto de fe, que era una ceremonia pública de castigo en la que
desfilaban los acusados vestidos con trajes especiales, llamados "sambenitos",
hasta llegar a la plaza donde se había levantado un tabladillo especial. Allí,
reconocían sus faltas delante de todo el pueblo y autoridades de la ciudad y
recibían su pena. Varios fueron quemados delante de adultos y niños.
LAS REFORMAS BORBONICAS
Fue así que los reyes borbones, desde Felipe V en adelante, implantaron una
serie de medidas destinadas a fortalecer y centralizar el gobierno monárquico, y
que alcanzarían su fase más radical durante el gobierno de Carlos III (1759-1788),
el exponente del despotismo ilustrado en España. Las medidas implicaron tanto
una reforma interna de España, como la reformulación de las relaciones con las
colonias americanas. En este proceso, España logró aumentar sensiblemente sus
ingresos, pero perdió un imperio.
El despotismo Ilustrado
El régimen político más extendido en el siglo XVIII, recibió el nombre de
despotismo ilustrado, que se puede definir como «la utilización de la ideología
ilustrada por parte de los reyes para mantener su absolutismo».
Sin embargo, estas reformas se llevaron a cabo sin contar con el conocimiento
previo del pueblo, El lema del despotismo ilustrado fue «todo para el pueblo pero
sin el pueblo». Además, rechazaron lo que es más importante de la Ilustración: la
libertad política. Por eso, la burguesía ilustrada, que al principio apoyó las
reformas de los reyes, cuando vio que estos no concedían lo más importante, la
libertad, se volvieron contra el absolutismo y se produjeron revoluciones.
La visita general de Areche al virreinato peruano
El encargado de diseñar las reformas en América fue don José Gálvez, ministro
de Indias de Carlos III. Antes de efectuar las reformas que pretendía llevar a
cabo, se dispuso la realización de una visita general en el Perú.
Para llevar a cabo la visita en el Perú, Gálvez eligió a don José de Areche. Gálvez
realizó una rigurosa y exitosa visita a México y en el curso de ella tuvo ocasión de
trabajar con Areche.
Areche debía averiguar si los indios estarían dispuestos a pagar un tributo más
alto con el cual se podría abonar sueldos mayores a los corregidores, a cambio de
la supresión del reparto de mercaderías. En suma, Areche debía básicamente
buscar dinero e inspirarse en el modelo mexicano.
La reforma fiscal. Areche trajo una orden que igualaba la alcabala al 6%, tanto
para los productos importados como para los nacionales. Antes los importados
pagaban 12% y los del país 4%. Guirior dio publicidad a la norma que rebajaba el
impuesto a las importaciones, lo que fue recibido con agrado por el Tribunal del
Consulado, y dejó para Areche el aumento de la alcabala a los productos del
país, lo que generó resistencias suscitadas
Las aduanas interiores. Pronto las medidas de Areche para lograr elevar la
recaudación fiscal provocaron revueltas y conspiraciones. Con el fin de controlar
de cerca la cobranza de la alcabala a los productos del país, incluidos productos
alimenticios que eran trasladados al mercado, Areche propuso como alternativa
la creación de aduanas interiores.
Sus relaciones con Jáuregui -el nuevo virrey- pronto se agriaron y empezó a
importunar a la corte con sus quejas sobre él.
La creación del virreinato del Río de la Plata. Al sur del virreinato del Perú,
Buenos Aires había ido cobrando importancia en el siglo XVIII con el cambio de
ruta de los barcos del comercio español y la navegación de barcos extranjeros
ilegales. Estimulada por el aumento del comercio ilegal, la región fue poblada y
se produjo un aumento de la producción de alimentos, carne salada, sebos y
cueros, vitales para abastecer las largas travesías marítimas. Así, el siglo XVIII
trajo la bonanza económica a una región hasta entonces postergada por los
centros políticos del Imperio Español.
Nuevamente se levantaron las voces de los virreyes del Perú y otros funcionarios
y autoridades contra esta disposición. La intensa relación geográfica y
poblacional del sur del Perú (Bajo Perú), desde tiempos prehispánicos, con el
Alto Perú (hoy Bolivia) significaba un constante tráfico de gente y de mercaderías
a lo largo de una antigua ruta que llegaba hasta Tucumán.
La gran rebelión de Túpac Amaru II, en 1780, mostró claramente lo irreal de esta
separación. Desde el Cuzco el levantamiento corrió rápidamente al Sur y al Alto
Perú y su represión no pudo venir de Buenos Aires, sino de Lima, desde donde el
virrey supo ver el peligro y enviar tropas. En 1796 las provincias de Puno fueron
reintegradas al Perú.
4. LA REFORMA ECLESIASTICA
La expulsión de los jesuitas. A mediados del siglo XVIII los jesuitas del Perú
eran algo más de quinientos y trabajaban en universidades, colegios, escuelas,
misiones selváticas, parroquias rurales y "reducciones", como las de Juli.
En la capital del virreinato los jesuitas poseían el colegio máximo de San Pablo, el
noviciado de San Antonio Abad, la casa profesa y templo de Nuestra Señora de
los Desamparados, el colegio del Cercado y el colegio real de San Martín.
Además, varias haciendas, como Villa y San Juan.
Entre los exiliados se hallaba el joven Juan Pablo Viscardo y Guzmán, que se
haría célebre por su Carta a los españoles americanos, primer documento que
plantea la licitud y necesidad de la independencia.
5. LA REFORMA ECONÓMICA
Durante la segunda mitad del siglo XVIII, los Borbones pusieron en práctica un
conjunto de medidas económicas con el fin de terminar con los privilegios
particulares y centralizar en la metrópoli los beneficios de las colonias. Para ello
se modificó el sistema tributario, se transformó el sistema de comercio
trasatlántico y se llevó a cabo un plan para explotar al máximo los productos
coloniales que tuvieran una buena demanda en Europa.
Además de la reforma fiscal (implantada por Areche), las relaciones comerciales
con América recibieron especial atención y se orientaron a lograr que las colonias
funcionaran como tales, es decir, que exportaran la mayor cantidad de productos
primarios y recibieran los productos manufacturados de la metrópoli. Pero, claro
está España no producía todo lo que América requería. Por lo tanto, las
mercaderías extranjeras continuaron siendo introducidas en las colonias, incluso
por los mismos españoles. Por otro lado, el régimen fiscal imperante en el tráfico
era una de las principales causas del decaimiento de la actividad mercantil y
agudizaba el contrabando. Por tal motivo, en estos dos aspectos se concentraron
las reformas económicas.
Los nuevos impuestos. El comercio exterior americano estaba gravado por una
serie de impuestos: avería, alcabala (impuesto a las ventas), almojarifazgo
(impuesto de entrada y salida de los puertos), derecho de palmeo, derecho de
tonelada, derecho de extranjería, entre otros tributos.
El primer ensayo en materia fiscal fue llevado a cabo en 1765, con la publicación
del "Decreto y real institución". Éste consistía en suprimir la interminable lista de
impuestos que amenazaba con asfixiar el tráfico y sustituirla por un nuevo
impuesto al valor del 6% sobre los productos españoles y 7% sobre los productos
extranjeros.
Tres fueron las finalidades perseguidas por este nuevo orden fiscal: intensificar el
comercio, simplificar los trámites administrativos y ejercer la protección de las
manufacturas españolas frente a la competencia extranjera.
El comercio libre promovió una expansión masiva del orden del 400% y tuvo una
aplicación muy limitada debido a la situación bélica entre España e Inglaterra. El
período de mayor auge comercial fue el de 1784 a 1794, fecha a partir de la cual,
debido a una nueva guerra con Inglaterra, los barcos neutrales tuvieron libre
acceso a los puertos americanos. Esto, evidentemente, trastocó el comercio
directo con España.
La conversión no debió resultar fácil ni para los franciscanos ni para las tribus
selváticas. Comunicarse en los dialectos locales requería un aprendizaje especial
de parte de los misioneros.
Para los grupos selváticos, por otro lado, la doctrina no se limitaba a los
sacramentos y el catequismo; incluía, además, la incursión en actividades
externas a su vida cotidiana, como la fabricación de pan y el trabajo en los
obrajes, que era como se denominaba a los talleres textiles.
Otro elemento que utilizaron los franciscanos para atraer nativos a las misiones
fue la fabricación de herramientas. Incluso para 1725 muchos indígenas
amueshas y campas estaban recibiendo entrenamiento como herreros. Ellos
serían los que posteriormente apoyarían a Juan Santos en la fabricación de
armas. Los franciscanos eran conscientes de la influencia que ejercían los
instrumentos de labranza -hachas, machetes, cuchillos- entre las tribus selváticas.
Así lo expresaron en sus documentos: "los más de estos indios sólo eran
cristianos de nombre, y solamente se sujetaban por la golosina de las
herramientas que les daban los padres".
Colonización y epidemias
La colonización de la selva causó entre las etnías evangelizadas una actitud de
rechazo frente a los misioneros franciscanos. Entre 1709 y 1737 se sucedieron
epidemias como la viruela y el sarampión, que ocasionaron la muerte de
numerosos pobladores. Era inevitable que amueshas y campas establecieran una
correlación entre los misioneros y las enfermedades, resintiendo la presencia de
los clérigos en su territorio.
Guerra de guerrillas
La estrategia militar que siguió Juan Santos fue la de perpetrar ataques
sorpresivos por parte de sus columnas guerrilleras. Demostró ser la adecuada, ya
que la selva se prestaba para este tipo de incursiones y, además, al no contar con
un ejército debidamente entrenado y acondicionado, sus inesperadas entradas
desconcertaban a los españoles.
La opción utilizada por el ejército español para contrarrestar a Juan Santos fue la
de crear fuertes con guarniciones de soldados en el territorio en conflicto. Así, se
ordenó la construcción de un fuerte en Quimirí, que fue rápidamente destruido por
las tropas de Santos Atahualpa. Entre 1742 y 1750, los peninsulares llevaron a
cabo cuatro entradas militares; ninguna tuvo éxito.
Por último, el reparto de mercancías, que era atributo del corregidor desde
1756, levantó igualmente violentas protestas. Los comerciantes criollos
reclamaron que el reparto favorecía sobre todo a productores y comerciantes
peninsulares, a quienes se privilegiaba frente a sus similares criollos. Los clérigos
se oponían a los repartos porque los indígenas le daban prioridad a este pago
frente a los diezmos, primicias y obvenciones. Los curacas veían cada vez más
difícil su tarea de cubrir los tributos a los que se habían sumado los repartos. Los
pobladores indígenas se quejaban de que ahora trabajaban el doble: para pagar
tributos y repartos.
Curacas y curas
Túpac Amaru II recurrió desde el principio de la rebelión a curacas y curas para
organizar su movimiento. Sabía que ambos eran líderes idóneos y que contaban
con los recursos necesarios para reunir adeptos.
En enero de 1781, Túpac Amaru II atacó el Cuzco, pero ya era demasiado tarde.
Pocos meses después, en abril, fue derrotado y capturado por el ejército
realista. El 18 de mayo, reproduciendo el espectáculo público de la muerte del
corregidor Arriaga, sería ejecutado en la plaza central del Cuzco, por ordenes del
visitador José Antonio de Areche, tal como dos siglos antes había sido
ajusticiado Túpac Amaru I. Pero esta vez, la ejecución fue masiva, pues incluyó a
su esposa y su hijo mayor, Hipólito, el llamado a suceder a su padre como curaca
de sangre real.
La rebelión de Túpac Amaru II atravesó por dos fases bastante bien definidas. La
primera de ellas, la fase quechua, contó con la conducción personal del curaca
de Tinta. La segunda fase se ha denominado aimara, pues al liderazgo de los
parientes de Túpac Amaru -Diego Cristóbal, Miguel Bastidas y Andrés Mendigure-
se sumó, en 1781, la presencia del dirigente aimara Julián Apaza, conocido como
Túpac Catari.
El cerco de La Paz
Un hecho sin precedentes ocurrió en la fase aimara de la sublevación: los
rebeldes mantuvieron cercada la ciudad de La Paz durante 109 días, desde el
mes de marzo de 1781. Esto propició que se estableciera un mercado negro de
víveres, pues el bloqueo de la ciudad impedía el comercio habitual.
Para la élite paceña fue una experiencia traumática. Les parecía increíble haber
sido asediados por los indígenas quienes, además, ejercían el control de la
ciudad. Con esta finalidad, Túpac Catari consideró oportuno establecer su
campamento en El Alto, desde donde se divisaba La Paz. Aunque no lograron
apoderarse de la plaza fortificada, la ciudad quedó estrangulada e inclusive los
rebeldes apelaron a inundar la ciudad, lo que causó mucho daño a las casas. Pero
maniobras políticas y militares, así como líderes originarios contrarios al
levantamiento acabaron con el mismo. Los cabecillas fueron apresados y
ejecutados.
Este levantamiento indio de finales del siglo XVIII fue el más extenso
geográficamente y con más apoyo. Tomaría dos años al gobierno colonial
sofocarlo.