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Drogas Estimulantes

Las drogas estimulantes son aquellas capaces de activar zonas específicas del sistema
nervioso, lo que se relaciona con su capacidad de elevar los niveles de dopamina en algunas
zonas del cerebro.
Esto se asocia con un incremento en los niveles de energía y atención, que aumenta el rendimiento
físico e intelectual de quien las consume, produciendo una sensaciónde placer y satisfacción que
es causante de su gran potencial de adicción.

Las drogas estimulantes cambian la química cerebral

La activación obtenida con el uso de drogas estimulantes se logra al aumentar los niveles de los
neurotransmisores, que son las sustancias responsables de que ocurran los diversos procesos a
nivel del sistema nervioso.
En el caso particular de las drogas estimulantes, estas son capaces de incrementar los niveles
de dopamina, que es el neurotransmisor relacionado con la sensación de placer.
Normalmente se libera durante situaciones que resultan agradables o satisfactorias como son el
comer y tener actividad sexual. Por lo general las acciones que aumentan los niveles de dopamina
suelen tener un efecto adictivo.
La dopamina también interviene en los circuitos neurológicos relacionados con el movimiento y la
atención, por esta razón la deficiencia de los niveles de dopamina se desarrolla con el desarrollo de
la enfermedad de Parkinson que se manifiesta principalmente por la aparición de movimientos
involuntarios tipo temblor y rigidez.

Algunos ejemplos de drogas estimulantes

Existen varias sustancias capaces de ejercer un efecto estimulante sobre el sistema nervioso. Quizá
una de las más usadas y conocida a nivel mundial es la cafeína, alcaloide presente en el café,
consumido no solo por su agradable sabor, sino también para contribuir a aumentar el nivel de
alerta y disminuir la somnolencia cuando se requiere llevar a cabo actividades nocturnas tanto
recreativas como laborales y académicas.
Una taza de café aporta unos 60 a 150 mg de cafeína, dependiendo del tipo y su técnica de
preparación. La cafeína también se encuentra presente en refrescos de cola y en las bebidas
conocidas como energizantes, empleadas principalmente para incrementar el vigor y resistencia
física.
Entre las drogas de abuso, el estimulante más conocido es la cocaína. Se trata de un alcaloide que
se obtiene a partir de las hojas de la planta de coca (Erytrhoxylon coca), originaria de la sierras altas
de Bolivia. Esta sustancia se obtiene para su consumo principalmente bajo la forma de clorhidrato
de cocaína, presentado como un polvo blanco que puede ser usado por inhalación, aspiración al ser
fumado o bien empleado en inyecciones intravenosas.
Otras drogas estimulantes empleadas sin prescripción médica son las anfetaminas. Se trata de un
tipo de fármacos que se utilizan para el tratamiento de algunos tipos de insomnio, así como en
niños que sufren déficit de atención que se encuentra acompañado por hiperactividad. El abuso de
estas sustancias es común entre estudiantes, por su efecto estimulante que les permite mantenerse
despiertos, otro grupo de personas que suelen presentar adicción a este tipo de drogas son
aquellas que las utilizan por su efecto inhibitorio sobre el apetito.

Las drogas estimulantes pueden producir graves consecuencias al organismo

El principal efecto adverso relacionado con el uso de cualquier droga es la adicción. En el caso de
las drogas estimulantes, la sensación de placer y bienestar obtenidas puede hacer que el individuo
busque continuamente alcanzar estos estados. Al cesar el efecto de estas sustancias, suelen
aparecer molestias como la fatiga, letargo y trastornos del patrón del sueño, que llevan a que se
mantenga su consumo.
Las sustancias estimulantes, por lo general, tienen una serie de efectos peligrosos a nivel
cardiovascular; estos incluyen el aumento de la presión arterial, incremento de la frecuencia
cardíaca, aparición de arritmias y desarrollo de situaciones graves como los accidentes
cerebrovasculares. En dosis muy altas pueden producir la muerte.
El abuso de estimulantes lleva a la aparición de cambios en la esfera mental, principalmente el
desarrollo de sentimientos de gradiosidad, agresividad e incluso de paranoia que pueden llegar a
un estado de psicosis. También son capaces de mantener el estado de vigilia o alerta por tiempo
prolongado, disminuyendo la necesidad de dormir; igualmente pueden llevar a situaciones de
malnutrición por su efecto inhibidor del apetito, que hace que con su uso disminuya la ingesta
de alimentos.

Como el nombre sugiere, los estimulantes son una clase de drogas que intensifican la actividad
cerebral, ocasionan un aumento en la agudeza mental, en la atención y en la energía, que son
acompañados por un alza en la presión arterial y un aumento en la velocidad del corazón y en
la respiración. Históricamente los estimulantes se utilizaban para tratar el asma y
otros problemas respiratorios, la obesidad, trastornos neurológicos y una variedad de otras
dolencias.
Sin embargo, al hacerse aparente su potencial para el abuso y la adicción, el uso médico de los
estimulantes comenzó a disminuir. Ahora, los estimulantes solamente son prescritos para el
tratamiento de unas pocas condiciones médicas como la narcolepsia, la hiperactividad con déficit de
atención y para casos de depresión que no han respondido a otros tratamientos. Se pueden usar
los estimulantes como supresores del apetito para un tratamiento a corto plazo para la obesidad y
también para pacientes asmáticos.
Los estimulantes, tienen una estructura química similar a la de una familia clave de
neurotransmisores cerebrales llamados monoaminas, que incluyen la norepinefrina y la dopamina.
Los estimulantes aumentan la cantidad de estas sustancias químicas en el cerebro. Esto, a su vez,
aumenta la presión arterial y la velocidad del corazón, oprime los vasos sanguíneos, aumenta
la glucosa en la sangre y abre los conductos del sistema respiratorio. Además, el aumento en la
dopamina está asociado con un sentimiento eufórico que puede acompañar al uso de estas drogas.
Los Estimulantes se clasifican en: COCAÍNA, ALUCINÓGENOS DE ORIGEN NATURAL Y
SINTÉTICO, ANFETAMINAS, METANFETAMINAS.

Drogas Depresoras

Las drogas depresoras son sustancias capaces de producir un efecto inhibitorio sobre algunas
funciones cerebrales, llevando a la aparición de un estado de calma y quietud.
Los principales depresores del sistema nervioso son los medicamentos usados bajo prescripción
médica para tratar los estados de ansiedad, trastorno de pánico, así como el insomnio conciliatorio.
Muchas veces se usan sin indicación médica, en especial ante situaciones de estrés emocional.
También existen drogas de abuso que tienen un efecto depresor del sistema nervioso, como es el
caso de la marihuana y la heroína.

Principales drogas depresoras del sistema nervioso

Los depresores más ampliamente utilizados son medicamentos del tipo benzodiacepinas, entre los
que se encuentran el diazepam, bromazepam y alprazolam. Estos medicamentos se emplean
como tranquilizantes y también para el tratamiento del insomnio.
Otro grupo de depresores incluyen los barbitúricos, siendo uno de los representantes más
conocidos de este grupo el fenobarbital. Este tipo de medicamentos se emplean principalmente
para tratar trastornos como las convulsiones.
Principales efectos de las drogas depresoras en el organismo

Los medicamentos, así como las diversas sustancias empleadas como tranquilizantes, producen
sus efectos a través de los cambios en un neurotransmisor del cerebro conocido como
GABA (Ácido Gamma-Aminobutírico de sus siglas en inglés). Este tiene un efecto inhibitorio sobre
la actividad cerebral, efecto que es potenciado por las drogas depresoras.
La disminución de la actividad cerebral se relaciona con la aparición de un estado de tranquilidad
mental acompañado por somnolencia. Otros efectos que se presentan son: falta
de coordinación para llevar a cabo los movimientos, trastornos de la memoria y problemas
cognitivos.
Con su uso prolongado estas sustancias son capaces de producir dos efectos muy característicos:
por una parte el fenómeno conocido como tolerancia, que hace que cada vez sea necesario tomar
dosis más altas para obtener el efecto deseado y por otro lado la adicción, estando su suspensión
brusca acompañada por síntomas de abstinencia potencialmente graves, estos se caracterizan por
un estado de hiperactividad que puede desencadenar en la aparición de convulsiones.
Las drogas depresoras son uno de los tipos de medicamentos que resultan riesgosos si se
combinan con alcohol, ya que se potencia el efecto depresor sobre el sistema nervioso. Tampoco
deben combinarse con medicamentos para las alergias o resfriados (en el caso de estos últimos
debido a que por lo general combinan acetaminofén con un antialérgico), ni con medicamentos para
el dolor de fuerte intensidad que incluya opioides (como el tramadol).

Marihuana y heroína, principales drogas depresoras de abuso

La marihuana es una planta empleada desde la antigüedad tanto para lograr la relajación y alivio del
dolor, como para favorecer el trance con fines místicos y religiosos en varias culturas. Su principal
forma de consumo consiste en fumar sus hojas.
Más recientemente a principios del siglo XX se incorpora la heroína, obtenida de forma sintética a
partir de la morfina. Es la droga con el mayor potencial de adicción tanto física como psicológica,
teniendo un efecto narcótico o depresor muy acentuado.

Drogas alucinógenas

Las drogas alucinógenas son sustancias capaces de producir la percepción de sonidos, visiones
o sensaciones que no son reales, estas son conocidas como alucinaciones. Este fenómeno se
acompaña en la mayoría de los casos por cambios intensos y muy rápidos en las emociones y el
desarrollo de trastornos mentales que pueden llegar a ser permanentes.
Las personas bajo efecto de drogas alucinógenas pierden contacto con la realidad y entran
en un estado que es peligroso para sí mismo y para quienes le rodean. Estos efectos
dependen de la afectación de la función del neurotransmisor serotonina a nivel del cerebro.
Este tipo de sustancias se usaron ampliamente en la antigüedad con fines religiosos, ya que
quienes las consumían sufrían trances y tenían visiones que eran interpretadas como fenómenos de
clarividencia. Eran obtenidas principalmente de productos de origen vegetal como algunos tipos de
hongos.

Principales tipos de alucinaciones

Las alucinaciones son percepciones que, aunque parecen muy reales, solo existen en la mente.
Muchas veces quien las padece no está claro de que lo que experimenta es completamente irreal.
Si bien ocurren siempre con el uso de drogas alucinógenas, es posible que las alucionaciones se
presenten en personas que no han consumidos este tipo de drogas, como en el curso de
enfermedades del sistema nervioso como los tumores cerebrales, en enfermedades psiquiátricas
como la esquizofrenia, durante episodios de fiebre muy alta o con el consumo excesivo o el
síndrome de abstinencia por alcohol.
Existen varios tipos de alucinaciones, según el tipo de afección sobre las percepciones. Es posible
ver formas, figuras o incluso cosas que no existen; también es posible percibir sensaciones como
tener animales caminando sobre la piel o sentir que alguna parte del cuerpo se transforma o cambia
de tamaño, que los órganos se mueven o incluso salen del organismo.
Otro tipo de alucinaciones, que constituyen la forma más frecuente es escuchar ruidos, música o
incluso voces que en muchos casos suelen dar instrucciones que son causantes de que las
personas bajo efecto de drogas alucinógenas le hagan daño a otras personas o incluso a si mismo
llevando a la autoagresión o incluso al suicidio.

Drogas alucinógenas más ampliamente usadas

La droga alucinógena por excelencia es el LSD, muy popular durante los años sesenta, cuyo uso
llevó a que sus consumidores pudieran “ver los sonidos y escuchar los colores”. Esta droga es
derivada del hongo del centeno, una vez procesada se obtiene en forma de tabletas o bien
impregnada en fragmentos de papel. Otras drogas capaces de producir alucinaciones son
la marihuana y las anfetaminas.
Tras el uso de drogas alucinógenas es posible que el individuo experimente alucinaciones o
algunos tipos de perturbaciones visuales que se presentan espontáneamente en ausencia de
consumo, esto ocurre incluso en personas que consumieron algún tipo de droga alucinógena una
sola vez.

Factores de riesgo

Los elementos que aumentan la probabilidad de que una persona abuse de las drogas se conocen
como factores de riesgo.

 Factores sociales: como el hecho de vivir en un entorno muy desfavorecido


 Factores familiares: como la falta de lazos con la familia o que los padres tengan actitudes
favorables hacia el consumo de drogas
 Factores escolares: como por ejemplo, experimentar fracaso escolar
 Factores individuales o interpersonales: como presentar problemas de conducta de manera
precoz y persistente.

Factores de protección

Asimismo, se conocen algunos factores de protección que actúan de manera inversa a los
anteriores: reduciendo la probabilidad de que una persona tome drogas o presente problemas por
esta causa. Algunos factores de protección son:

 La capacidad para pensar de manera crítica,


 El hecho de tener una buena adaptación en la escuela,
 Tener habilidades para comunicarse y relacionarse con los demás, o el hecho de haber
desarrollado vínculos emocionales positivos entre los padres y los hijos.

Prevenir el consumo de drogas (y las drogodependencias) conlleva reducir los factores de riesgo
y potenciar los factores de protección. Esto no garantiza del todo que una persona no llegue
nunca a tomar drogas, pero lo hará menos probable.
¿De qué herramientas dispone?

La prevención se puede llevar a cabo en:

 En los espacios educativos formales como la escuela, y en los espacios educativos no


formales como centros pe colectivos específicos
 En el espacio familiar
 En el ámbito de ocio
 En los espacios de ocio nocturno
 Dentro de la comunidad
 Dentro de los servicios de salud
 En el trabajo

Además, desde las administraciones públicas y organizaciones no gubernamentales ofrecen


diversos programas de prevención:

 Programas de prevención universal. Se dirigen a grupos enteros de la población y llegan a un


número muy grande de personas. Por ejemplo, los programas de prevención de consumo de
drogas entre los adolescentes.
 Programas de prevención selectiva. Se dirigen a grupos de población con riesgo de desarrollar
problemas de drogas, como por ejemplo, los hijos de drogodependientes.
 Prevención de prevención indicada. Se dirigen a personas con problemas de consumo de droga
o de conducta.

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