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febrero de 1619
Conocido como el terremoto mas fuerte que azoto Lima (8.4º), además de
gigantesco maremoto en el callao. Hubo alrededor de 15,000 a 20,000 muertos.
Debido a la época de virreinato que vivía el Perú, la falta de información para
saber cómo afrontar este tipo de desastres y la duda que tenían todos los
pobladores si podría volver a ocurrir otro terremoto, debido a las replicas, que
ponían en pánico a la gente. Por tal motivo, hemos creído conveniente seleccionar
el terremoto de 1946 como un hito importante, por la época de virreinato, el tipo de
religión que se vivía en ese momento, la reacción de los pobladores de Lima y
Callao, y los pobladores del resto del Perú, las decisiones que tomo el virrey para
mantener en calma a la población, entre otros.
http://upc20102.blogspot.pe/
Las incesantes lluvias atronadoras (llamadas por los antiguos peruanos Unu
Pachacuti) que provocan la furia del mar azotando al Perú con aluviones o
huaicos (llocllas) y cubriendo pueblos enteros con lodo y agua, han causado
muerte, desesperación y devastación en 811 distritos nacionales, igual que
ha sucedido periódicamente en el transcurso de la historia de la nación
desde tiempos remotos.
Las incesantes lluvias atronadoras (llamadas por los antiguos peruanos Unu
Pachacuti) que provocan la furia del mar azotando al Perú con aluviones o huaicos
(llocllas) y cubriendo pueblos enteros con lodo y agua, han causado muerte,
desesperación y devastación en 811 distritos nacionales, igual que ha sucedido
periódicamente en el transcurso de la historia de la nación desde tiempos remotos.
Esta vez el Niño Costero, nombre moderno de este fenómeno, y que sigue
azotando diversos puntos del país, ha mostrado también el fracaso del modelo
neoliberal que convirtió al Estado en un ente prácticamente inexistente y carente
de un sistema de previsión y prevención de desastres naturales habituales en el
Perú. Resulta que el avance de la ciencia y la tecnología no han podido evitar que
el país quede sorprendido, igual como ocurrió en el año 1925-26 por el llamado
Niño Costero que es atípico y anómalo.
Los fenómenos meteorológicos El Niño (la fase cálida), La Niña (la fase fría) y El
Friaje (caída repentina y brusca de la temperatura acompañada por fuertes
vientos) no son nada nuevo y su presencia es milenaria y recurrente en Perú. En
los tiempos modernos El Niño azotó al país en los años 1972, 1976, 1982-83,
1987, 1997-1998, 2003. Este fenómeno de intensidad moderada ocurrió en el
Pacífico Central en los años 2002-2003 y 2009-2010 mientras que en 2004 fue
caracterizado por la intensidad moderada. El actual Niño Costero parecido por su
intensidad al fenómeno registrado en 1891, 1925, 1982-83 y 1997-98, empezó a
formarse a fines del 2016 cuando unos vientos del norte, provenientes de
Centroamérica favorecieron el desplazamiento de aguas cálidas hacia la costa
peruana y en menos extensión a la ecuatoriana.
De acuerdo con la investigación del ingeniero y físico Manuel More, este Niño ha
nacido a la altura del Perú y se caracteriza por una lengua de agua caliente de 986
millas de largo y 286 millas de ancho que se ha formado por debajo de la latitud
cero y abarca desde el sur de Ecuador al norte de Perú con una temperatura de
casi 29 grados centígrados lo que está incrementando la humedad atmosférica
que trae como consecuencia la presencia de fuertes lluvias. Normalmente, frente a
las costas peruanas sopla el viento del sur al norte, lo que ayuda a traer la
corriente marina de Humboldt que es fría, pero esta vez aparecieron los vientos
del oeste que trajeron lluvias de la Sierra Central.
A diferencia del Perú actual donde los huaicos representan una calamidad, los
incas usaban las técnicas, según los estudiosos peruanos Javier Pulgar Vidal y
Julio C. Tello, para controlar y manejar para su provecho los huaicos. Los
asentamientos humanos se ubicaban en zonas altas, incluso en crestas de cerros
desde donde podían controlar el valle y no estaban amenazados por
deslizamientos. Jamás construían casas en las quebradas y en las riberas de los
ríos. Caral, uno de los más famosos sitios arqueológicos del Perú, es uno de los
ejemplos de la sabiduría de los antiguos peruanos. Hoy, este sitio arqueológico no
está afectado por la brusca subida del río Supe gracias a la ubicación de sus
construcciones.
De acuerdo con el doctor Pulgar Vidal ('El Huaico es un Recurso Natural', Revista
Marka Nro. 196, 19 de marzo 1981), los incas controlaban el huaico desde donde
comienza en las quebradas, irrigándolas. También plantaban una caña brava
llamada 'mallao' que se sembraba entre 3000 y 4000 metros de altura formando
una esponja vegetal que hacía que el agua corriera lentamente. El líquido
aparecía tierra abajo en forma de puquios y ojos de agua. El agua sobrante se
llevaba hacia lagunas artificiales,'cochas', que se utilizaban para irrigar andenes y
otras superficies por medio de 'huallanchas' (acequias).
Entre otras técnicas para manejar el huaico no permitían que las aguas turbias
lleguen al cauce de los ríos. "En cada pequeña quebrada lateral los pobladores
recogían el agua turbia, el lodo y los echaban al campo". Con la conquista, todas
estas técnicas se perdieron y actualmente el hombre en este mundo globalizado y
neoliberal está prácticamente a la merced de la naturaleza. Año tras año los
peruanos invaden las riberas de los ríos y las quebradas construyendo casas para
que en unos 5 o 10 años los huaicos se las lleven. El gobierno central, regional y
local, todos hacen de la vista gorda a las invasiones, inclusive les cobran por
tomar posesión ilegal y hasta los bancos otorgan préstamos a estos invasores
auspiciados por mafias de terrenos.
Sin embargo, a pesar de todo esto el pueblo está resistiendo, mostrando iniciativa,
coraje y solidaridad. El actual gobierno también, a pesar de sus limitaciones que
impone el sistema neoliberal, está tomando medidas para remediar la tragedia y
preparándose para nuevas muestras de la furia de El Niño Costero. Varios países
latinoamericanos como Ecuador, Bolivia, Colombia, Argentina, Uruguay están
mostrando solidaridad con los peruanos damnificados enviando ayuda.
https://mundo.sputniknews.com/firmas/201703221067792300-lluvias-
inundaciones-el-nino/
Contexto Geodinámico
Los productos emitidos por los volcanes activos durante los últimos 500 años
causaron enormes estragos a varios poblados, terrenos de cultivo y obras de
infraestructura (carreteras, canales de agua, etc.) localizados en sus
inmediaciones. En la época histórica, los efectos más trágicos sucedidos en el sur
peruano fueron generados por la erupción explosiva del volcán Huaynaputina en el
año de 1600 d.C, durante el cual murieron más de 1500 personas y se
destruyeron más de 10 poblados menores localizados en sus inmediaciones
(Thouret et al., 2002).
Durante los últimos 20 años se produjo la reactivación sucesiva de dos volcanes
del sur peruano: el volcán Nevado Sabancaya, que presento actividad explosiva
entre 1987 y 1998; pero afortunadamente, gracias a su magnitud leve y debido a
su ubicación en una zona poco poblada, no causó graves daños a las
comunidades cercanas, pero sin embargo, puso en riesgo el canal de agua Majes-
Siguas, principal fuente de agua del Proyecto Majes donde viven
aproximadamente 35,000 habitantes. Posteriormente, el volcán Ubinas
(Moquegua) entró en erupción en 2006, incrementando su actividad en los meses
de mayo a julio del 2006, la cual obligó al Comité Regional de Defensa Civil de
Moquegua a realizar la evacuación de más de 1500 personas que habitan en el
valle de Ubinas a la zona de Cchacchagen (localizada a 20 km al SE del Ubinas).
Esta actividad ocasionó un gasto mayor a cuatro millones de soles al estado
peruano. Durante el 2014 el volcán Ubinas nuevamente reinicia su actividad
eruptiva que obliga a reubicar de manera definitiva al poblado de Querapi,
localizado justo al pie del volcán Ubinas.
Localizacion de volcanes activos y potencialmente activos del sur del Perú, en una
imagen satelital Landsat 1996.
http://ovi.ingemmet.gob.pe/?page_id=104