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Xalapa, Ver., a 17 de marzo de 2019
La iniciativa Robles fue firmada por los diputados morenistas Adriana Esther Martínez Sánchez,
Amado Jesús Cruz Malpica, Elizabeth Cervantes de La Cruz, Juan Javier Gómez Cazarín, Magaly
Armenta Oliveros, María Esther López Callejas, Mónica Robles Barajas y Rosalinda Galindo Silva.
La Arquidiócesis de Xalapa, siendo consecuente con su naturaleza, misión y doctrina que procede
de la Sagrada Escritura y de la Tradición eclesiástica enseña que el matrimonio solo puede darse
entre un hombre y una mujer.
La historia y tradición de la humanidad, nos enseña que el matrimonio es una institución natural, ya
que no requirió de ningún Congreso, Senado o Suprema Corte para su existencia tiene una
naturaleza propia, finalidades específicas y propiedades esenciales, que una relación entre
personas del mismo sexo, aunque venga reconocida civilmente, nunca podrá alcanzar. No se
puede denominar matrimonio a una relación socio-asistencial, sexual o meramente afectiva.
Desde el punto de vista etimológico, el término matrimonio viene del latín (ya que fueron los
romanos los que crearon dicha figura jurídica): “matris” madre/matriz y “monium” protección/cuidado
que quiere decir “protección o cuidado de la madre”; ya que la mujer ha sido la educadora por
excelencia a lo largo de nuestra historia y además se fundamenta en la posesión de la matriz,
órgano de la mujer que permite la procreación.
Por lo tanto, si la unión de dos hombres no puede procrear y de dos mujeres tampoco, estas
uniones nunca podrán ser matrimonio por evidente imposibilidad física y biológica. La posesión de
una matriz y la posibilidad de fecundarla, es pues el condicionante fundamental que se da para que
pueda constituirse un verdadero matrimonio, desde el punto de vista físico, biológico y etimológico.
Las personas homosexuales o lesbianas tienen todo el derecho a proteger civilmente su patrimonio
y su bienestar, para ello el Estado contempla diferentes formas jurídicas.
La decisión de un juez que ordena a un registro civil aplicar el formato de “matrimonio” para este
tipo de uniones, suena más a un caciquismo legislativo, un cambio de paradigma que responde
más bien a una ideología que a los derechos humanos; ese veredicto lesiona el concepto de familia
y crea malestar en la sociedad mexicana. El reconocimiento de esta unión civil como “matrimonio”
va contra el bienestar público y contra el equilibrio y sano desarrollo de los niños.
La sociedad tiene un modelo de matrimonio que ha demostrado su eficacia por muchos siglos.
Ninguna civilización ha impuesto el “matrimonio” homosexual. Una cosa son las prácticas sexuales
de los ciudadanos y otra muy distinta la familia y la generación y educación de los hijos. Quienes
defienden esto o desean imponer el “matrimonio” entre personas del mismo sexo, lo hacen por
razones ideológicas de rechazo a la familia y no por razones científicas y ni siquiera de demanda
social.
Hoy más que nunca necesitamos fortalecer el matrimonio y la familia que han sido siempre la
principal escuela de los valores, el espacio donde uno aprende lo fundamental de la vida; El
matrimonio y la familia son el hábitat natural donde se transmiten los valores humanos.
Hacemos votos para que en el Estado de Veracruz se proteja la familia, el matrimonio y la vida
humana desde su concepción hasta su desenlace natural, de otra manera triunfará el caciquismo
legislativo, la imposición y el deterioro de la sociedad y de los valores. ¿Quién alienta esta iniciativa
en el Congreso de Veracruz? ¿No habrá otros asuntos más importantes que resolver en nuestro
estado?