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ESCUELA NACIONAL DE ANTROPOLOGÍA E HISTORIA

HISTORIOGRAFÍA DEL SIGLO XVIII. EL NACIMIENTO DE LA


HISTORIOGRAFÍA EN MÉXICO

DOCENTE: Dr. José R. Pantoja Reyes

ADJUNTO: Tlotzin Mario Pérez Guerrero

ALUMNO: Giles Poot Juan Jesús

TRABAJO FINAL: Análisis Historiográfico

FECHA: 19/06/2019

AUTOR: Fray Agustín de Vetancurt

OBRA: Teatro Mexicano. Descripción breve de los sucesos ejemplares,

históricos, políticos, militares y religiosos del Nuevo Mundo Occidental de las


Indias.
Introducción

En este trabajo se tratará de localizar el lugar que tuvo la obra de Fray Agustín de Vetancurt
en el proceso de la construcción de la nación mexicana. Dentro de la diversidad de cronistas
de la Nueva España, Vetancurt ¿es parte de aquello que los historiadores han llamado el
nacimiento del nacionalismo mexicano? Para ello se parte de una reflexión sobre la lectura
de su obra, por un lado, y por otro se analiza el problema del nacionalismo mexicano.

A través de la lectura a Brading1, se sigue que, los criollos al tener el sentimiento de ser
herederos de Europa a través de los conquistadores del Nuevo Mundo tendrían que construir
un sentimiento propio de identidad para reconocerse ante la Corona, y que la Corona los
reconociera como parte de su herencia. Surgen diversos problemas al tratar de comprender y
explicar el proceso social-político-económico-etcétera, por ejemplo (como yo lo veo) el
hecho de periodizar el dicho proceso, sin embargo los límites de este trabajo guían a un
primer análisis: ¿la forma, el contenido, el sentido de la propia obra, muestran ya un indicio
ilustrativo de la formación, quizá no profesionalizada (mejorada), pero sí con carga política,
del lugar de la Historia y el discurso dentro del nacimiento del nacionalismo mexicano y que
como resultado aunado, se puede observar ya una tradición cronística mexicana -diferenciada
de la europea-?

Primero se realizará una breve contextualización de la obra a través de sus ediciones, con ello
se pretende detectar un posible valor político dentro del contexto colonial. En segundo punto
se describirá la justificación de la obra; presentar el propósito y el sentido de la obra, para
que, en un tercer punto, a través de la definición de la obra dentro de los géneros
escriturísticos de la historia (que a su vez se complementa con el cuarto punto que trata sobre
un análisis profundo del tópico que mostraría si forma parte o no de dicha construcción
nacionalista). Por último, se trabajará sobre la hipótesis, que tiene como reflexión al
Vetancurt como sujeto que ha creado un objeto (su obra).

1
Brading, David (1980) Los orígenes del nacionalismo mexicano.

1
Ediciones de la obra

Al ser nombrado Cronista de la Provincia del Santo Evangelio de México tiene la tarea de
escribir, en efecto, la crónica de la Provincia: Teatro Mexicano. Descripción breve de los
sucesos ejemplares, históricos, políticos, militares y religiosos del Nuevo Mundo Occidental
de las Indias y la Crónica de la Provincia del Santo Evangelio de México.

Vetancurt inicia a escribir su obra a partir de 1697, a ello dan cuenta las licencias otorgadas
por los superiores como Fray Julián Chumillas, Fray Manuel de Monzabal, Don Juan Ortega
Montañes2, entre otros; dichas licencias se firman a partir de 1692. Lo que diría que la obra
en sí empezó a ser planeada desde entonces. La crónica, primeramente, es presentada como
ya se dijo en 1697 y para 16983 es editada y completada con otras tres partes que hablan de
los sucesos naturales, los sucesos políticos y los sucesos militares previos a la conquista del
Nuevo Mundo, siendo la Crónica del Santo Evangelio de México la última parte de la obra.
La primera edición, se muestra en la portada el nombre de Doña María Benavides4
viuda de Juan de Ribera, quien lleva acabo la publicación de la obra.

Para 1870-1871, se publica una nueva edición de la obra. La Iberia, productora de diarios, a
través de la imprenta I. Escalante de México5, generaron en cuatro volúmenes el Teatro
Mexicano de Fray Agustín de Vetancurt. En dicha edición, los primeros dos tomos tienen
que ver con los sucesos naturales, políticos y militares, el tercer tomo es la Crónica de la
Providencia del Santo Evangelio de México y por último al tomo cuarto se agrega el
Menologio Franciscano de los Valores Más Señalados […] el cual es agregado en dicha
edición6.

2
Vetancurt, Fray Agustín (1870) Tomo II, pp. XIII-XIV.
3
La consulta se realizó de manera digital en el portal de la Biblioteca Nacional AECID.
4
Véase Martínez, L. “Los impresos libreros en Nueva España del siglo XVII”. Casa de tiempo, UAM,
mayo-2002, pp. 9-14. Tómese en cuenta lo significativo que tiene el crecimiento de la producción de
la imprenta.
5
Para presentar un breve contexto, se sigue a Coudart, y se detecta a la imprenta I. Escalante de
México como medio de la difusión de ideas y todo un sentido del discurso que imperaba en el sector
de la política y la economía. El poder y los medios de comunicación se vieron reestructurados.
Coudart, L. (2015). “La regulación de la libertad de prensa (1863-1867)”. Historia Mexicana, Vol.
65, No. 2, pp. 629-687
6
De igual forma, la consulta fue realizada digitalmente; para ello la Universidad Autónoma de Nuevo
León tiene una digitalización de cada tomo.

2
La última edición fue realizada en Madrid, en 1960, José Porrúa Turanzas edita la obra dentro
de la Colección Chimalistac de libros y documentos acerca de la Nueva España. Para 1982,
la editorial Porrúa reedito la obra la cual se presenta como 2da edición. Sin embargo, no se
tiene acceso a la obra7.

De manera somera, puede detectarse tres ediciones de la obra del fraile Agustín de Vetancurt;
entre cada edición hay un periodo de cerca de 100 años aproximadamente lo cual puede
representar un aspecto de larga duración. Dentro de los trabajos que analizan la obra no
mencionan una pérdida o extravío de la obra, al ser una obra de difícil acceso, el interés de
su consulta puede ser únicamente académico. ¿Qué pasó con la obra de Fray Agustín de
Vetancurt una vez que se imprimió en 1698, después de su edición en 1870-71 y después de
1960-82? ¿Cuáles fueron los motivos que llevaron a acabo a reimpresiones y nuevas
ediciones de la obra?

El proceso de colonización dado en Nueva España durante el siglo XVII y XVIII presentan
cambios en las estructuras sociales, políticas y económicas. Los criollos, los indios, los
mestizos se empujaban forzosamente al cambio; la minería, la agricultura, modifican la vida
cotidiana, los flujos comerciales crecen constantemente. En el crecimiento de la demanda del
control poblacional, la imprenta resulta un punto clave para entender al texto en que se
reproduce el discurso de la obra de Vetancurt; en el sentido expuesto de la hermenéutica
aplicada por Ricoeur8, al interpretar la obra como parte de un contexto general se entiende
con una carga de elementos significativos de la propio contexto, por ello, su función
hermenéutica del distanciamiento trata de comprender el significado entendiendo el discurso
como acontecimiento. Al pertenecer a un periodo específico, la obra presenta un valor moral
religioso, como cronista colonial, dado por las circunstancias y ordenado a preservar la
empresa de escribir la historia del Santo Evangelio, expone no sólo la reproducción del
discurso actual sino su propia vivencia.

7
La consulta de las ediciones se realizó en la página web de Porrúa.
8
Ricoeur, Paul (2002) “La función hermenéutica del distanciamiento” en Del texto a la acción.
Ensayos de Hermenéutica II. México, FCE.

3
Sobre la justificación de la obra

El autor inicia con una Dedicatoria9 con respecto a la primera parte de la obra: los sucesos
naturales, políticos y militares, que, sin más, la dirige a Dios, a su Madre Santísima y a los
santos. Pues para él, quien dedica una obra como esa, no sólo es beneficiado, escuchado sino
también protegido. Con esto, la obra queda dirigida a los representantes de Dios en la tierra,
específicamente a Carlos II. En su segundo apartado, después de las Licencias, en Al Curioso
Lector, Vetancurt da cuenta de un propósito general de su obra: decir lo que no se dijo. No
pretende desengañar, por que no admite un engaño, sino que refiere que a todo hombre se le
escapan cosas que no vio, que no conoció, que no le dijeron. Pretende decir que no hagamos
caso a quienes dicen que todo está dicho; retórica que pretende engrandecer su obra.

Afirma que imitará a los escritores en la materia, es decir a los cronistas, en tanto acumule
datos y estos sean comparados con aquellos que presenciaron los sucesos. Para ello, utilizará
las investigaciones de los modernos que hacen de los antiguos. Reconoce que hará un trabajo
histórico, quizá por haber nacido en el Nuevo Mundo y cree deber o tener la obligación de
hacerlo.

Menciona que no exaltará lo que no se ha dicho, sino sólo lo presentará como algo que
siempre estuvo y que nadie lo vio. Seguirá a Silveyra, de quien toma la idea de que para
hablar de un tema basta con la propia experiencia y el conocimiento de ella.

En los Instrumentos Manuscritos10 refiere que utilizará libros de provincias y noviciados, de


difuntos particulares, y los escritos referidos por Don Antonio de León, la relación que hace
fray Bernandino de Sahagún y uno de sus cuadernos sobre la conquista. También un cuaderno
de fray Gerónimo de Mendieta, un libro de Pedro de Oroz de 585, una relación escrita por
fray Gerónimo de Sárate Salmeron, otro de fray Agustín de Cuellar, entre otros. Fuentes
provenientes de la misma institución eclesiástica: la Orden Franciscana le va a permitir nutrir
su obra.

Para la Crónica de la Provincia del Santo Evangelio de México su Dedicatoria11 la dedica a


San José, “Esposo de la Esposa de Dios”. Reconoce su tarea escribir la crónica en que se

9
Vetancurt, Fray Agustín (1870) Tomo I, pp. IX-XII.
10
Op Cit. Pp. XXIII-XXVIII
11
Vetancurt, Fray Agustín (1870) Tomo III, pp. III-V.

4
refieren los hechos de los apóstoles que fundaron la orden del Santo Evangelio en el Nuevo
Mundo; no mira a los evangélicos como particulares, sino como apelativos. ¿Qué valores le
da Agustín de Vetancurt a la historia de la Orden Franciscana? ¿Al referir los Hechos
Apostólicos como apelativos no insinúa una moralización (o búsqueda de un consenso
alusivo a la normativa)? En dicha dedicatoria podría inferirse que presenta la idea de que se
reconoce (Vetancurt), a sí mismo, como parte de la primera orden que evangelizó a Nueva
España (Historia del Santo Evangelio). Es parte del discurso providencialista que hace ver a
la orden franciscana como la elegida por Dios:

“Aprendo del evangelio sagrado, y dedico los hechos de varones apostólicos al que
levantaba á Dios en sus brazos; al que corriendo por su cuenta la conversión de estos
gentiles (como lo dijo á la venerable Mariana de Escobar), le veneran patron; á quien
se le dedicó la primera iglesia de todas las Indias, que es en la que sirco de ministro,
parroquia de los naturales de México, primera de toda la Nueva-España; á quien su
devoto, el venerable fray Juan de Béjar [..]”12
Situar el régimen de historicidad y la cultura a la que pertenece la producción de la obra en
los términos de Hartog13, pone nuevamente a dicha obra bajo un sentido moralizante; el autor
se reconoce como historiador, la forma en que ordena el pasado y el presente obedece a la
necesidad no de reconstruir la historia (en este caso de la obra de la historia de Tenochtitlán
a partir de la primera parte -el teatro-) sino a mirar lo que lo hecho ha dejado como
posibilidades abiertas (cuando se refiere a lo no dicho); no escribe por escribir, sino que su
trabajo es aprender y enseñar.

La forma de escribir la Historia en la Obra de Vetacurt

La obra que ha hecho Vetancurt como mandato de Dios por medio del Santo Evangelio tiene
un sentido particular: “no es solamente la historia el asunto de mi pluma, sino también la
enseñanza”14. Se ve en Vetancurt que la Historia puede ser construida a partir de lo dicho,
por ello, y como otros cronistas, se justifican con la recopilación de los datos ya planteados
por otros. Su obra es una Historia; entendida como una práctica. Para ello toma a San

12
Op Cit. Pp. IV
13
Como se vió en clase. Hartog, Francois (2007) Regímenes de Historicidad, México UIA, pp. 19-41
14
Vetancurt (1870) Tomo III, Prologo, pp. XXI

5
Agustín15, para definir Historia como una narración de los sucesos humanos, con el sentido
de que la historia de la gente humana es el de instruir (a dichas gentes) sobre los
acontecimientos del pasado.

En la construcción de su historia, la preocupación de Vetancurt por lo no dicho me parece


que se acerca a la Historia erudita16 expuesta por Pedro José Chacón (2007), Vetancurt
aclara: “Mucho se sabe hoy que se ignoró ayer, y vemos en la naturaleza y aun conocemos
délos sucesos que se saben, cosas de presente que los antiguos ignoraron en los pasados”17.

Como género literario, a lo largo de la obra se detecta una narrativa descriptiva en la que trata
de explicar el Nuevo-Mundo que le tocó (y a su orden francisca) guiar. De ello da cuenta el
cómo organiza los temas de los que habla. Es una Descripción breve de los sucesos que él
considera más importantes. Comienza hablando de los sucesos naturales, después de los
sucesos políticos, continua con los sucesos militares y concluye con los sucesos religiosos
(la Crónica). Cabe preguntarse cuál es la importancia con que jerarquiza los temas para
entender el lugar de la obra dentro de la historia eclesiástica de México.

Antes de definir metódicamente en qué género escribe Vetancurt cabe aclarar la definición
de la obra por el mismo autor. La refiere como un Teatro18, en la que expone los sucesos
históricos del hombre, claro, de los hombres eclesiásticos. Sucesos relatados a forma de
explicación del porqué de las circunstancias actuales del Nuevo-Mundo. Entrelaza, lo que
para él es importante y reconstruye una breve pero extensa historia de la orden franciscana.

15
“apud veteres enim nemo historiam conscribebat, nisi his qui in terfuisset et ea quae scribenda
essent vidisset. Historiae gentium hominum gesta ad instructionem prae sentium historiis
tradiderunt”. Cita tomada por Vetancurt (Tomo I, pp. XVIII), de la cual entiendo que escribir la
historia tiene por finalidad instruir al hombre con el uso de la narración de la historia del hombre. La
traducción la realicé yo mismo apoyándome por con el concepto de Teatro, el cual se expondrá más
adelante. Cabe mencionar que el modelo que plantea San Agustín es el más importante durante la
Edad Media y la forma en que organiza el tiempo de la historia fue ampliamente utilizado por los
franciscanos en el siglo XVI.
16
Me parece que Vetancurt, como refiere tanto en la Dedicatoria tanto del Teatro como de la Crónica
fija bien su objetivo de recuperar la verdad del pasado, sigue fiel a los antiguos y a los
contemporáneos; sin embargo, para no cometer un anacronismo cabe mencionar que a pesar de que
la definición de Chacón al respecto la fija plenamente para el periodo del siglo XIX (como la historia
propiamente dicha) lo que sí tiene Vetancurt es la erudición y el interés por demostrarlo. Chacón,
Pedro (2007) El concepto de historia en España (1750-1850) pp. 192
17
Vetancurt (1870) Tomo I, pp. XV.
18
Define su obra en función de ejemplos como la obra de Laurencio Beyerlinch Theatrum vitae
humanae. Ibid.

6
Su objetivo general es que su obra y lo escrito en ella, “sea para utilidad de las almas y á
Dios nuestro Señor de mayor gloria”19. Como Teatro, la obra obedece a enseñar a mirar el
pasado con el propósito de mejorar las circunstancias que en su tiempo suscitan. El hecho de
utilizar una historia previa a su orden franciscana y explicarlo con los autores clásicos puede
entenderse como una concepción totalizante20, pues el presente (que llega a ser pasado)
condiciona el futuro (que llega a ser presente).

Se puede ver un ejemplo de Historia Natural21 dentro de la obra de Vetancurt algunos


capítulos del tratado segundo (De la fertilidad y riqueza en común de este Nuevo- Mundo)
de la primera parte de la obra. Con esto puedo inferir que su obra Teatro Mexicano influye
diversos géneros de la escritura de la historia. Otro ejemplo, los sucesos políticos y con los
sucesos militares reflejan una gran importancia respecto a los actores políticos más
destacados y las condiciones militares que conllevó la conquista, por ello podría considerarse
como una Historia Civil como lo plantea Chacón22.

Como parte final de la obra, se encuentra la Crónica (como parte del Teatro), acondicionada
por un Teatro, contextualizada e ilustrada con la descripción breve de los sucesos ejemplares.
Se refiere a la Historia de la Orden Franciscana del Santo Evangelio. Desde la primera línea
del Tratado primero se puede dar cuenta que su obra es una narración descriptiva que
encuentra su razón en la obra anterior. Todo comienza desde la venida de los doce
franciscanos en 152423; para luego ordenar cronológicamente cada paso que dieron estos
franciscanos, sin cuestionar la dirección que tomaron o las decisiones que acuñaron. Sin
embargo, sí cuestiona sobre la legitimidad y veracidad de los párrocos, si son curas
patrimoniales, pues entiéndase que Vetancurt sostiene más la decisión de Dios que la del
Rey, es decir que, dichos párrocos fueron mandados por el Rey y el papado, sin embargo, no
cree que lo fueron planamente para las almas, pues su función no sólo era como
evangelizadores, sino como encargados; se les dotaba de poder político24.

19
Ibid. Tomo III, Prologo, pp. XXIV
20
Chacón, Pedro (2007) El concepto de historia en España (1750-1850)
21
Véase Comas, Juan. La medicina aborigen en la obra de Ventancurt (1698) en Anales de la
Antropología, Vol. 5 No. 1, México, Pp. 134.
22
Chacón, Pedro (2007) pp. 194
23
Vetancurt (1870) Tomo II, pp. 3.
24
Op cit. Capítulo V. De algunas dudas acerca de los párrocos regulares. Tomo III, pp 54.

7
Construcción discursiva

Ahora corresponde analizar la obra de manera discursiva y detectar elementos que componen
la retórica evangélica, los cuales serán parte de los fundamentos universales de la
comprensión moderna del hombre; es decir, la obra como discurso, además de mostrar no
sólo el mundo del que habla (claro, desde una visión occidental), también muestra el mundo
en que se narra, (la tradición en que se edifica la obra) y con ello refleja la cultura del propio
autor.

Hay que tener en cuenta que la obra no está dirigida a un público en general, sino todo lo
contrario25, y por ello, la forma en que el autor desarrolla los conceptos y la misma
distribución de los temas debe analizarse detenidamente. Como discurso, no es coincidencia
el que Vetancurt, antes de la Crónica del Santo Evangelio presente un Teatro donde describe
lo que antes era (o que sucedió). Como explica Hargot cuando habla del compás de un antes
y un después26, puede verse en esta obra que el propósito (muy en lo general) de presentar
una breve historia del Nuevo Mundo antes de la llegada de la Orden Franciscana es con la
finalidad de justificar aún más el derecho divino que tienen sobre el dominio de las nuevas
tierras. Para el análisis historiográfico a nivel discursivo, seguiré a Guy sombre las
representaciones del indio27: trataré de localizar los dispositivos (e ilustrarlos) que producen
(en este caso) la imagen, y cómo construye discursivamente al indio evangelizado por los
franciscanos.

El sentido que tiene la figura del indio en la obra de Vetancurt quizá no descifre en su
totalidad el mensaje de la obra, pero sí puede dar cuenta de su representación cultural en el
periodo colonial. Tanto Guy como Hartog en los textos citados anteriormente mencionan que
tanto los cronistas de la conquista como los del periodo colonial utilizaran los mismos
dispositivos discursivos para construir la idea, en un primer momento del descubrimiento y

25
Como señala Guy cuando habla de que Sahagún escribe para los mexicanos en tanto occidental,
versión española. Por eso, los conceptos y las ideas generales están envuelta en una tradición cultural
que no es la del indio. Véase Rozat, Guy (1996) pp. 225
26
Hartog, Francoise. (1980). “Retórica de la alteridad”. en El espejo de Heródoto. Ensayo sobre la
representación del otro, FCE, pp. 212
27
Rozat, Guy (1996), “Las representaciones del Indio, una retórica de la alteridad”, La Pitaya,
Coatepec, pp. 40-75 Cabe mencionar que el análisis que refiere Guy es sobre la invención de América
y con ello cuestiona si los indios de los que se hablan en las crónicas son reales o no, se pone en
discusión si son de papel.

8
la conquista, y después, del orden y la organización colonial. Para el siglo XVII, -en que
escribe Vetancurt-, nos dice Guy, “el indio será sólo una figura muda, necesaria y decorativa
como parte del escenario de la construcción y de la extensión del imperio español”28 por lo
que se mostrarán rasgos generales de la tradición (de la que hablan ambos autores) en que el
autor utiliza al indio para construir su obra: las analogías y comparaciones, y con ello, la
traducción que conlleva su operación historiográfica29.

Antes de que Vetancurt señale al indio primero ilustra el mundo nuevo. Escenifica el lugar
del que habla. Para la época en que escribe la obra, ninguno de sus contemporáneos había
vivido la conquista30 y la caída de Tenochtitlán, muy pocos conocían la cultura de los indios
como los cronistas; conocían la Historia a través de los conquistadores, de los religiosos
(cronistas oficiales) mandados por la corona. La élite, para finales del siglo XVII, en su
mayoría españoles y luego criollos, fueron educados bajo la tradición castellana. Los clásicos
son comunes entre los académicos. Toda referencia para explicar lo observado será a través
de los conceptos occidentales, así, primero explica la diferencia entre el Nuevo Mundo y
Europa:

“La razón de juzgar inhabitable aquesta tierra, fué por el calor que juzgaron comunicaría
dentro de los trópicos el sol (porque la principal causa del que de parte del cielo recebimos
es la presencia del sol, que nos comunica su calidad por medio del aire; de suerte que tiempo
caluroso no es otra cosa que estar cálido el aire que nos rodea)”31.

Puede verse en la lectura de Vetancurt el elemento lingüístico que tiene la traducción32 de


eso otro. El mundo de allá tiene las mismas condiciones climáticas, pero de una manera más
incondicionada (pero que al final logran dominar). Vetancurt señala que el Sol, -como ese
elemento vital para la vida- brinda los mismos elementos en ambos mundos, sin embargo, la
primera diferencia referida es que el Nuevo Mundo es un lugar trópico, y así, estando dentro

28
Rozat, Guy (1996), pp. 41.
29
Se trata de seguir la idea de la alteridad en la retórica evangélica.
30
Reconozco que “la conquista” no se limita a un periodo específico; fenómeno histórico, en que
podría entenderse desde una perspectiva de larga duración, como parte del periodo colonial. Aquí me
limito a referir a “la conquista” como los sucesos en que se desarrollaron la posesión del gobierno
central del nuevo mundo (la caída de Tenochtitlán). La obra incluso habla de antes de la llegada de
la orden, especifica su breve historia en función de ese contexto.
31
Vetancurt, fray Agustín de (1870), pp. 6.
32
Hargot, Francoise. (1980), pp. 227.

9
de los trópicos, “las juzgaron por inhabitables, llamándolas tórrida zona, pareciéndoles
imposible sufrir tan gran calor, de que se habia de seguir por fuerza gran sequedad y
destemplanza”33.

La preocupación de Vetancurt no es hacer una crónica del Nuevo Mundo, por lo que no
entrará en grandes detalles, puesta infiere ya a un conocimiento general de las circunstancias
actuales. Su erudición la muestra justo en las referencias a sus antecesores, como
Torquemada:

“que así lo ejemplifica Torquemada, que lo aprendió de otros autores”34

Vetancurt habla de lo no occidente, de lo contrario a occidente. Por ende, ese contrario (del
que se habla) es lo malo. Es el caso de la idea de inversión que refiere Guy (quien sigue a
Hartog). En el caso de las tierras casi imposibles de habitar se ve esta inversión de mostrar al
Nuevo Mundo como algo negativo (según los antiguos); justo en la edición consultada, el
capítulo II es nombrado Del fundamento de los antiguos para juzgar por inhabitable aquesta
tierra35. No es sorpresa que todo aquello negativo sea objeto de uso en la labor
evangelizadora, como elemento que justifica la orden franciscana.

A lo largo del primer tratado que habla de la naturaleza, temple, sitio, nombre, lonquitud36 y
el segundo de la fertilidad y riqueza en común de este Nuevo – Mundo37, en que refiere los
sucesos naturales, Vetancurt llevará acabo la retórica de alteridad que señala Hartog y Guy.
La naturaleza y todo ser vivo es llevado a la hispanización. El uno (el occidental) se apropia
del otro (el no occidental) y a través de su cultura conceptualiza y (como si pusiera en su
lugar) ordena a ese otro en su propia realidad (la del uno occidental). En este mundo,
Vetancurt presenta al indio en la segunda parte. Los sucesos políticos serán sobre la
descripción (a través de la inversión y la retórica de la alteridad) de los indios. Pero no
cualquier indio. Al ser sucesos políticos, Vetancurt presentará no al indio en sus condiciones
cotidianas, sino en los aspectos políticos. Son los gobernantes, las líderes de ejércitos, los
reyes, de los que habla. Es de sumo interés analizar hasta qué punto estos hombres

33
Op cit, pp. 7.
34
Ibid, pp. 7.
35
Ibid, pp. 6
36
Ibid, pp. 1-44.
37
Ibid, pp. 45-199

10
particulares son vistos sin diferencias entre ellos, y mostrar así al indio de papel del que se
valieron para construir su verdad38.

“¿Cuáles fueron los primeros que después del diluvio le habitaron? y ¿de cuál de los hijos de
Noé tuvieron su principio?”39. Son las preguntas que Vetancurt hace tras reconocer que los
que han hablado del Nuevo Mundo lo han hecho a ciegas, y no por su incapacidad evangélica,
sino por la falta de registro histórico. Es decir, que para poder conocer el origen del hombre
que habita el Nuevo Mundo se debe alumbrar las cosas verdades, sin embargo, hay una
imposibilidad: el hecho de la negación del texto histórico. Vetancurt refiere sí un modo de
escritura por pinturas, el cual resulta muy diferente para las fuentes que utiliza el historiador
de su época. Termina por contestar que “solo fué cierto que fueron advenedizos, y que
vinieron de la parte del Norte, y es infalible; y así, aunque supongo por cierta esta venida,
despues de tratar las opiniones del origen, en que pondré problemáticamente mi sentencia,
relataré en breve los pobladores (que por diversidad de tiempos se reconocen) de esta
tierra”40. Me parece que lo que pretende Vetancurt no es una explicación abundante del
origen del indio, pero sí plantea lo que puede ser un elemento en común entreo occidente y
lo no-occidente.

Relata entonces la historia de los reyes anteriores a la llegada de los españoles de manera
muy breve. Tengo la impresión de que antes de mirar las descripciones específicas de cada
rey hay que ver el sentido que tiene escribir una breve historia de ellos. Y claro, (no tanto),
la justificación por la evangelización; no da por hecho el hecho de que halla hombres antes
de la llegada de los españoles en esas tierras (hay que recordad toda esa tradición cronística
heredada por los griegos y romanos, y por supuesto también la herencia medieval), aunque
sería un saber común entre los letrados e ilustres académicos, trae a explicación que el Nuevo
Mundo se habitó antes del diluvio que menciona el Génesis, pues

38
Trato de comprender que la imagen del indio, en el uso de las construcciones discursivas de la obra
se fundamenta en la construcción de la nación mexicana. En la conclusión trataré de sostener esta
idea.
39
Ibid, pp 201.
40
Ibid, pp 203.

11
“La razón universal que apoya el haber estado este Nuevo-Mundo ántes del diluvio, porque
no hay otro memorial ni se halla evidente indicio, porque con los hombres anegó Dios las
señales, es el haberse hallado huesos de grandísimos gigantes. ¿De dónde vinieron á esta
tierra estos gigantes? No se sabe; pero sabemos que la Escritura dice que ántes del diluvio
habia gigantes sobre la tierra, que nacieron de las hijas de los hombres, que se juntaron con
los hijos de Dios.—Gigantes autem erant super terram. (Génes., cap. 6.)”

Hasta aquí se puede detectar que lo que hace Vetancurt no es mas que acondicionar la crónica
del Santo Evangelio. Describir la tierra nueva y su habitante sólo ilustra el mundo gobernado
por la religión cristiana. El hecho de explicar el origen del habitante del Nuevo Mundo (el
indio) a través de las sagradas escrituras hace que el otro sea parte del uno; tienen un origen
compartido. Sabemos que las ordenes evangelizadoras tienen como fin último el reunir a todo
el reinado de cristo. En esta parte de la narración de la obra, el autor a mostrado los
fundamentos del hombre del nuevo mundo.

Implícitamente se reconoce la humanidad del indio, para pasar a la explicación de las medidas
del orden colonial. De manera breve puedo referir que la explicación del orden colonial tiene
como base la primera parte de la obra (Teatro) y la justificación se tiene en la segunda parte
(Crónica), empero, la justificación se comprende a partir de la primera parte. El teatro
sustenta la Crónica, por ello, el indio se describe primero que los francisanos. Tanto en los
sucesos políticos y militares se llevará a cabo la descripción del indio por medio de analogías
y comparaciones, pero como refiere Hartog, eso no quiere decir que sean iguales. Siempre
estará la superioridad de occidente.

En Vetancurt se puede ver los mismos ejemplos:

“así como los romanos tenían un convento de doncellas que llamaban vestales, en el Perú
tenían monasterios de doncellas y eran dedicadas al sol, á quien también le dedicaron muchos
templos. Tenían las doncellas unas ancianas que llamaban mamaconas para enseñanza de las
demás, con rentas para el sustento de los monasterios.”41

41
Ibid, pp 222

12
Vemos valores occidentales como si estuvieran impresos en el otro:

“Otro fundamento traen, y que así como los romanos hicieron en España como en Italia
camino y calzadas, así fueron estos indios, hicieron calzadas y camiuos muy semejantes: para
la opinion ser verdadera, traen otras costumbres parecidas, como repartir Roma en treinta y
seis tribus á los ciudadanos, y á estos se reducían los caballeros de afuera, como se ve en los
indios de Nueva-España y Perú.”42

PSobre un indio del Nuevo Mundo, Xolotl:

“Aunque Xolotl habia mostrado gusto en la posesion del sitio que habia hallado para su
morada, vivía receloso ó á lo ménos con sobresalto de no gozarle si acaso habia otros
poseedores que pudieran oponerse”43.

“Viéndose Xolotl señor tan á poca costa de tantas tierras, repartió sitios, aventajando á los
más principales”.

No cuestiona si Xolotl hizo lo que hizo, sólo muestra las distintas opiniones que ha dicho
sobre Xolotl. Por lo que se puede entonces observar una contradicción en su discurso
narrativo. Recordemos que a él le interesa lo que no se ha dicho, lo omitido, lo no visto.
Continua con la descripción de los reyes mexicanos, el caso del indio Motecuhzuma, al cual
presentará breves, pero importantes elementos que ilustran los dispositivos discursivos. Se
muestra la grandeza que gobernó, más no la grandeza con que gobernó, y para ello son las
descripciones de los templos y palacios que describe de manera analógica44.

Por último, cuando habla de los falsos dioses completa el treatro mexicano y también con la
primera parte del trabajo discursivo. El indio, alternado, traducido, sólo es objeto de

42
Ibid, pp 223
43
Ibid, pp 241
44
A lo largo de los capítulos XXI, XXII y XXII del tratado primero de los sucesos políticos y todo el
segundo tratado de dichos sucesos.

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evangelización, y para ello, la practica al culto cristiano se reivindica quizá por la común
tradición en los rituales.

“Hecha la fingida consagración, llegaban todos con gran reverencia á tocarle y besar como á
cuerpo santo (siendo figura del demonio), y le ponían en la masa fresca piedras preciosas y
joyas de valor, cada cual según era su caudal, porque juzgaban con aquella ofrenda alcanzar
de sus culpas el perdón”45

Vemos de nuevo, la alteridad, la degradación, lo negativo de aquello que explica a través de


lo que él es (y su tradición cristiana). Las tradiciones y los rituales, elementos culturales de
los nativos del mundo nuevo, son apropiados por el lenguaje del autor. El indio sólo se mira,
pero no se escucha, y Vetancurt lo expone como una figura a la cual se le puede hacer formar
parte de lo universal. La única diferencia que ve entre el indio y él es que antes de la llegada
de los españoles, los habitantes del Nuevo Mundo estaban controlados por el demonio. Pues
si Vetancurt refiere que “no ha tenido el mundo nación que no se casase y celebre sus
matrimonios con naturales contratos y ceremonias, que manifiestan la voluntad de los
contrayentes”, ¿no es esto la universalización de la naturaleza humana? ¿Y no es así como el
discurso moderno ha planteado el lugar del indio en la nacionalización del estado?

Conclusión

Podemos estar de acuerdo que la obra de Vetancurt, Teatro Mexicano. Descripción breve de
los sucesos ejemplares, históricos, políticos, militares y religiosos del Nuevo Mundo
Occidental de las Indias, no puede ser comprendida sin su contexto histórico, ni mucho
menos sin estudiar los intereses de la orden franciscana de manera general (y particular).

Desde que dedica su obra a Dios mismo, pasando por el reconocimiento de que los que han
escrito la Historia del Nuevo Mundo hasta dar el título de Teatro a su obra, su empresa dentro
del discurso colonial vendrá quizá sólo a cubrir las demandas eclesiásticas con respecto a la

45
Ibid, pp 471.

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figura de la iglesia evangélica dentro del orbe político y económico en que se encontraba
Nueva-España.

La Crónica acondicionada por un Teatro, muestra la complejidad erudita con que Vetancurt
construye la obra. Por ello resulta complicado identificar cada uno de los elementos que
forman parte del discurso colonial novohispano y que ordena toda realidad jurídica y
administrativa. La obra, como parte del mundo, y el autor como sujeto de su tiempo, muestran
la relación mundo-en-que-se-relata y mundo-del-que-se-relata.

La obra, resulta dentro de todo el trabajo historiográfico novohispano, un ejemplo de la


permanencia de la tradición en que se desarrolla la forma de escribir la historia de la
evangelización. A forma de modelo, inicia con una descripción geográfica, luego sobre el
estudio de la génesis, su desarrollo, sus cualidades y sus errores. Se detecta, desde una lectura
crítica, que realmente no hay ningún indio hablando por sí sólo.

Incluso, la lectura de la obra de Ventancurt que he hecho está cargado de elementos culturales
que de manera indirecta me llevan a una lectura en específico. Ricouer, Guy, Hartog, como
fuente de conceptos para el análisis discursivo de la narración historiográfica, son
herramientas fundamentales pero que su uso trae quizá el mismo problema de la
representación (comprensión y explicación) del indio que se trata de detectar en Vetancurt (u
otros cronistas), y es el hecho de que aún se sigue analizando al mundo y sus mundos como
si sólo existiera uno.

El eurocentrismo ha imposibilitado la recuperación del indio originario del Nuevo Mundo,


su cultura y su papel. Por ahora, cabe responder que el indio, en la obra de Vetancurt, no es
mas que un objeto al cual se le puede moldear, llenar de valores cristianos y con él justificar
no la historia y el por qué de lo sucedido, sino el orden jurídico actual. Al tratar de analizar
el cómo Vetancurt sostiene la verdad que escribe, pienso en el aspecto de la experiencia que
menciona Ricouer; al no dar una explicación detallada y sí una breve descripción explicada
muestra el amplio trabajó que le conllevó hacerlo. La experiencia parece basta en Vetancurt,
su vida en el Nuevo Mundo.

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—. Teatro Mexicano. Descripción breve de los sucesos ejemplares, históricos, políticos, militares y
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viuda de Juan de Ribera, 1698.

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