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AUTORES QUE HAN APORTADO AL CONCEPTO DE

CONTAMINACIÓN
CÓDIGO: 509

Bibliografía

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3] http://www.eumed.net/rev/delos/13/japp.html. [Último acceso: 02 07 2018].

Se denomina contaminación ambiental a la presencia en el ambiente de cualquier agente


(físico, químico o biológico) o bien de una combinación de varios agentes en lugares, formas y
concentraciones tales que sean o puedan ser nocivos para la salud, la seguridad o para el
bienestar de la población, o bien, que puedan ser perjudiciales para la vida vegetal o animal, o
impidan el uso normal de las propiedades y lugares de recreación y goce de los mismos. La
contaminación ambiental es también la incorporación a los cuerpos receptores de sustancias
sólidas, liquidas o gaseosas, o mezclas de ellas, siempre que alteren desfavorablemente las
condiciones naturales del mismo, o que puedan afectar la salud, la higiene o el bienestar del
público.

La contaminación es un fenómeno que existe desde que se originó la Tierra. Desde hace
ya tanto tiempo, las sustancias contaminantes se dispersan y transportan sobre y dentro de los
recursos naturales modificando sus características originales. Pero, a medida que el hombre
fue evolucionando y se transformó en sedentario, consumidor despiadado y derrochador de
recursos, este problema ha crecido notablemente.

Se llama contaminación a la transmisión y difusión de humos o gases tóxicos a medios como


la atmósfera y el agua, como también a la presencia de polvos, líquidos, gérmenes microbianos
u otras sustancias extrañas, en suelo o el agua, provenientes de la naturaleza o de los desechos
de la actividad del ser humano.

Cuando se producen incidentes con productos contaminantes se deben tomar medidas y


cuidados específicos para controlar diferentes situaciones, lo que exige la intervención de
personas debidamente capacitadas y equipadas.

Por lo tanto, cualquier sustancia que añadida a la atmósfera, al suelo o al agua, produzca un
efecto negativo apreciable sobre las personas o el medio puede ser clasificado de
contaminante; así pues las partículas en suspensión o las especies radiactivas producidas en
los ensayos nucleares están también incluidas.

Contaminación significa todo cambio indeseable en algunas características del ambiente que
afecta negativamente a todos los seres vivos. Estos cambios se generan en forma natural o
por acción del ser humano.
Joachín Bolaños argumenta que: “La contaminación del suelo es el desequilibrio físico, químico
o biológico del suelo que afecta negativamente plantas, animales y humanos, debido
principalmente al inadecuado manejo de residuos sólidos y líquidos”. Esta contaminación es
producida por sustancias químicas y basura. Las sustancias químicas pueden ser de tipo
industrial o domésticas, ya sea a través de residuos líquidos, como las aguas residuales de las
viviendas, o por contaminación atmosférica, debido al material en forma de partículas que luego
cae sobre el suelo cuando llueve. Entre los principales contaminantes del suelo se encuentran
los metales pesados como el cadmio y plomo, otras causas de contaminación del suelo es la tala
excesiva de árboles.

Según Romero Hernández, “la contaminación atmosférica es cualquier cambio en el equilibrio


de estos componentes, lo cual altera las propiedades físicas y químicas del aire, es decir,
cualquier cambio en la naturaleza del aire que genere se denomina contaminación, este cambio
lo genera un agente externo no natural como la combustión empleada para obtener calor, generar
energía eléctrica o movimiento, ya que emite gases contaminantes, siendo este uno de los
principales”. Estos gases afectan el normal desarrollo de plantas, animales y que afectan
negativamente la salud de los humanos [1].

Según Marcén y otros, No debe extrañarnos por tanto la afirmación de que “la contaminación
del agua es uno de los problemas más graves con los que se enfrenta la civilización actual.
Lluvias ácidas, vertidos de aguas residuales, productos químicos agrícolas, metales pesados,
entre otros, se incorporan al caudal de agua de los ríos”. Este problema es particularmente grave
en todos los países: en los industrializados por la cantidad y la diversidad de agentes
contaminantes y en los países en desarrollo debido a la imposibilidad de hacer frente al coste
económico que suponen las tecnologías para la depuración del agua y la regeneración de las
aguas residuales. Por otra parte, muchos de estos contaminantes son difíciles de eliminar por
los métodos convencionales de depuración. Su recuperación va a ser muy costosa.

Según estudios de la Organización Mundial de la Salud, “el ruido ambiental tiene efectos
adversos sobre la salud de las personas. Deficiencias en la audición, trastornos del sueño y la
conducta, merma en el rendimiento y disfunciones fisiológicas o de salud mental”, son algunas
de las consecuencias de los altos niveles sonoros en la sociedad actual. Se llama contaminación
acústica a las perturbaciones acústicas del medio. El término contaminación acústica hace
referencia al ruido, entendido como sonido excesivo o molesto, que puede ser provocado por
actividades humanas (tráfico, industrias, locales de ocio, entre otros.) y que produce efectos
negativos sobre la salud auditiva, física y mental de las personas y los animales.

Dante (2001:11) enuncia que “en la mayoría de los países de América Latina y el Caribe, la
cantidad de materia orgánica presente en los residuos sólidos urbanos supera el 50% del total
generado, de los cuales aproximadamente el 2% recibe tratamiento adecuado para su
aprovechamiento; el resto es confinado en vertederos o rellenos sanitarios; otro porcentaje es
dispuesto inadecuadamente en botaderos o es destinado a la alimentación de cerdos, sin un
debido control y procesamiento sanitario” [2].

Según IPIECA, (2000), argumenta que “Los impactos del crudo en el medio ambiente marino se
observa en forma más inmediata en la biota sésil. La mortalidad de plantas e invertebrados
sésiles es mayor en sitios donde se acumula el petróleo. Algunos contaminantes asociados con
el crudo provocan alteraciones en las comunidades piscícolas, por lo que tanto la diversidad
como la estructura de las poblaciones de peces son alteradas, aumentan las poblaciones de las
especies más resistentes, y desaparecen o disminuyen las poblaciones de las especies menos
resistentes, lo que afecta a la seguridad alimentaria de las poblaciones locales”. Son también
contaminantes los hidrocarburos, en especial aquellos esparcidos en los mares por barcos
petroleros que limpian sus depósitos en altamar, o cerca de los puertos [3].

Según Martínez Sánchez (2005), la contaminación del suelo consiste en la introducción de


elementos extraños al sistema suelo o la existencia de un nivel inusual de uno propio que, por sí
mismo o por su efecto sobre los restantes componentes, genera un efecto nocivo para los
organismos del suelo, sus consumidores, o es susceptible de transmitirse a otros sistemas.

Según Hen, García y Donoroso, el contenido de metales pesados en suelos, debería ser
únicamente función de la composición del material original y de los procesos edafogenéticos que
dan lugar al suelo. Pero la actividad humana ha incrementado el contenido de estos metales en
el suelo en cantidades considerables, de hecho la entrada de metales pesados en el suelo ha
ido aumentando desde que comenzó la industrialización.

Según Bermudez (2010), La contaminación es la presencia o incorporación al ambiente de


sustancias o elementos tóxicos que son perjudiciales para el hombre o los ecosistemas (seres
vivos). Existen diferentes tipos de contaminación, Los tipos de contaminación más importantes
son los que afectan a los recursos naturales básicos: el aire, los suelos y el agua. Algunas de las
alteraciones medioambientales más graves relacionadas con los fenómenos de contaminación
son los escapes radiactivos, el smog, el efecto invernadero, la lluvia ácida, la destrucción de la
capa de ozono, la eutrofización de las aguas o las mareas negras. Existen diferentes tipos de
contaminación que dependen de determinados factores y que afectan distintamente a cada
ambiente.

Se entiende por contaminación del medio hídrico o contaminación del agua a la acción o al efecto
de introducir materiales o inducir condiciones sobre el agua que, de modo directo o indirecto,
impliquen una alteración perjudicial de su calidad en relación a sus usos posteriores o sus
servicios ambientales. (Bermudez 2010)

Se entiende por contaminación atmosférica a la presencia en el aire de materias o formas de


energía que impliquen riesgo, daño o molestia grave para las personas y bienes de cualquier
naturaleza,1 así como que puedan atacar a distintos materiales, reducir la visibilidad o producir
olores desagradables. El nombre de la contaminación atmosférica se aplica por lo general a las
alteraciones que tienen efectos perniciosos en los seres vivos y los elementos materiales, y no a
otras alteraciones inocuas. Los principales mecanismos de contaminación atmosférica son los
procesos industriales que implican combustión, tanto en industrias como en automóviles y
calefacciones residenciales, que generan dióxido de carbono y monóxido de carbono, óxidos de
nitrógeno y azufre, entre otros contaminantes. Igualmente, algunas industrias emiten gases
nocivos en sus procesos productivos, como cloro o hidrocarburos que no han realizado
combustión completa. (Bermudez 2010)

Cuando en el suelo se deposita de forma voluntaria o accidental diversos productos como papel,
vidrio, plástico, materia orgánica, solventes, plaguicidas, residuos peligrosos o sustancias
radioactivas, etc. En lo concerniente a la contaminación de suelos su riesgo es primariamente de
salud, de forma directa y al entrar en contacto con fuentes de agua potable. La delimitación de
las zonas contaminadas y la resultante limpieza de esta son tareas que consumen mucho tiempo
y dinero, requiriendo extensas habilidades de geología, hidrografía, química y modelos a
computadora. (Bermudez 2010)

La contaminación lumínica puede definirse como la emisión de flujo luminoso de fuentes


artificiales nocturnas en intensidades, direcciones, rangos espectrales u horarios innecesarios
para la realización de las actividades previstas en la zona en la que se instalan las luces. Un
ineficiente y mal diseñado alumbrado exterior, la utilización de proyectores y cañones láser, la
inexistente regulación del horario de apagado de iluminaciones publicitarias, monumentales u
ornamentales, etc., generan este problema cada vez más extendido. La contaminación lumínica
tiene como manifestación más evidente el aumento del brillo del cielo nocturno, por reflexión y
difusión de la luz artificial en los gases y en las partículas del aire, de forma que se altera su
calidad y condiciones naturales hasta el punto de hacer desaparecer estrellas y demás objetos
celestes. (Bermudez 2010)

Según Solís Segura y López Arriaga(2003), la contaminación del agua es la adición a la misma
de materia extraña indeseable que deteriora su calidad. La calidad del agua puede definirse
como su aptitud para los usos beneficiosos a que se ha venido dedicando en el pasado, esto es,
para bebida del hombre y los animales, para soporte de una vida marina sana, para riego de la
tierra y para recreación. La materia extraña contaminante podrá ser o materia inerte como la de
los compuestos de plomo o mercurio, o materia viva como la de microorganismos.

La contaminación atmosférica se inició desde la propia creación de la Tierra, con las erupciones
volcánicas y emisiones de excesivas cantidades de gases producidas por las reacciones que
formaron la primera atmósfera.

Los fertilizantes químicos aumentan ciertamente los rendimientos de las tierras de cultivo, pero
su uso repetido conduce a la contaminación de suelos debido a las impurezas que contienen.
Además, los fosfatos y los nitratos colocados en exceso son arrastrados por las aguas
superficiales y contaminan las capas freáticas. Los pesticidas minerales u orgánicos utilizados
para proteger los cultivos pueden ser la causa de la contaminación de los suelos y de la biomasa.
También los suelos reciben a través de las lluvias metales pesados que pueden existir en la
atmósfera bajo la forma de aerosoles (plomo, mercurio, cadmio, molibdeno, etc.), así como
partículas mononucleoides. (Segura, López 2003).

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