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Hugo Zemelman
Katherine Duque Duque
Maria Alejandra Rico
Nataly Montejo
Juan Sebastian Florez
Iván Feliciano Fajardo
PENSAMIENTO SOCIOLÓGICO LATINOAMERICANO
Prof. Ricardo A. Grisales
Resumen de Texto
UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA
DEPARTAMENTO DE SOCIOLOGÍA
BOGOTÁ D.C.
2013
I.PRÓLOGO Y PRESENTACIÓN.
En el marco de una sociedad en el que los avances tecnológicos productivos dan cada vez más la
espalda a las personas como sujetos y protagonistas de estos desarrollos, el trabajo de este libro,
expuesto a varias voces y presentado por Hugo Zemelman y Guadalupe Valencia, busca plantear un
debate sobre lo que pensamos y como nos pensamos en el que al centro de la disertación se ubica la
vida humana desde una perspectiva éticopolítica del quehacer histórico y de las ciencias sociales.
Plantea, en este sentido, que el objetivo del libro es “alertar acerca de lo que está ocurriendo con las
Humanidades en el actual momento histórico” (Pp. 9) trascendiendo posturas teóricas y cuestionando el
papel de los científicos sociales, de lo cual “los escritos presentados representan un anticipo de
posibilidades por darse” (Pp. 10).
II. PENSAR Y SABER, PENSAR LO QUE SE PIENSA Y SABER LO QUE SE SABE. Hugo
Zemelman.
El problema real en cuanto a dar cuenta de la realidad latinoamericana, desde una perspectiva norte
americana o europea es que podría suceder que estemos enfrentando realidades que pueden ser
ficticias, dado que las teorías han reemplazado a la historia para Zemelman. Por ejemplo, el marxismo,
fue asimilado de muchas maneras pero una de las más importantes fue la que la concibió como una
teoría de la historia. El problema se traduce en una serie de sacrificios con respecto al objeto de
estudio al momento de definir lo que se considera como Construcción histórica”, esta construcción
histórica no es solamente la subjetividad de los sujetos ni las dinámicas estructurales, en principio, esta
indeterminación generalizada al momento de dar cuenta de la realidad lleva a las ciencias sociales a
verse en un dilema epistémico, porque la objetividad empírica en la construcciones teóricas es sobre
todo una forma paradigmática en la que el discurso se acentúa, en mi opinión el mayor ejemplo de esto
es el ejercicio académico en el que las formas validas en las que concebimos el mundo constituyen un
problema central que tiene como base la teorización, la cual se da como una forma de asimilación, este
punto será tratado por Manuel Cantor en su análisis sobre pensar la política, en una relación directa con
la verdad “aceptada o en consenso” por encima de la verdad objetiva y real. El segundo problema es
la manera en la que se presentan las emergencias de la realidad histórica, para Zemelman las formas de
relación abstracta entre la emergencia, lo potencial, lo necesario, nos llevan a atenernos a realidades
predictivas, sin embargo lo que sucede en el pasado no necesariamente tiene repetirse de la misma
manera. Cuando se habla de la crisis la forma de entender la historia no puede ser unidireccional ni
unicausal, el momento histórico necesita ser parte del problemas, esto son dos desafíos, colocarse en el
momento histórico, en vez de sobre entenderlo, con los constructos teóricos y el segundo es el de
entender el tipo de relación de conocimiento que el sujeto pensante construye con su momento. Para
Zemelman es importante para entender las ciencias sociales comprender el momento en el que se está
viviendo y en el que se quiere actuar y para el cual quiere usarse una determinada teoría. “Los
paradigmas están aportando visiones e interpretaciones específicas pero no resuelven el problema del
contexto histórico.” Pág. 21. Es este el absurdo de los dogmatismos entre escuelas epistémicas, la
concepción de complejidad viene con estos desafíos categóricos en la forma de razonamiento que
conduzca a un nueva forma de construcción teórica. Como conclusión se tiene que partir de reconocer
realidades tan primarias como las de la tecnologización de la subjetividad del sujeto. Tema que es base
tanto para los temas aquí tratados como para las ciencias humanas en general, es así como el sujeto
pensante va aceptando una realidad evidente lo que no es más que una opción entre otras muchas
opciones. Pág. 25 Según Zemelman sería necesaria una forma simple de conceptos que sean fáciles de
manejar y que tengan un sentido para todos. Aunque implique una distancia previa para reconocer el
contexto como concepto, es inevitable que la ciencia deje de teorizar sobre el momento histórico y que
en vez de esto se haga una construcción del sujeto más práctica.
III. PENSAR LA HISTORIA COMO COMPAÑERA DE LA ESPERANZA. Juan Quintar.
IV. PENSAR EL TIEMPO DESDE LAS CIENCIAS SOCIALES. Guadalupe Valencia García.
¿Cómo pensar el tiempo desde y para las ciencias sociales hoy? El tiempo es un problema
epistemológico, teórico y metodológico. La autora en un primer momento hace una revisión acerca de
la índole del tiempo social, propio de una realidad que como construcción social es histórica e
historizante. El tiempo como categoría es un influjo incesante de sucesos en cambios cíclicos perpetuos.
Hay formas de entender el universo desde el tiempo métrico, calendarios, números, cuantitativamente
hablando. Los relojes, psicológicos, sociales, actuales no son ajenos al individuo y le permiten
apropiarse de la realidad. El tiempo y el espacio son dimensiones inseparables y a su vez
construcciones humanas históricas. Guadalupe define así la historicidad: “la reconstrucción de una
topografía que permita captar tanto al tiempo cronológico, es su flujo incesante, como las interrupciones
y desviaciones de ese flujo.” La misma puede ser apreciada en la pluralidad de niveles y
fragmentaciones temporales, ensamblaje contradictorio y complejo, en el cual el pasado y el futuro se
aclaran mutuamente derivado del pensamiento de Braudel. La historia es infinitamente compleja, así
mismo lo es una posibilidad de generalizaciones y las narraciones sobre la misma. Dicha concepción de
la potencialidad entre lo dado y lo posible nos lleva a la cuestión entre pasado presente y futuro. La
memoria y la forma en que se reconstruye la historia desde Walter Benjamín postula 3 rasgos
principales: A. El pasado es autónomo. B. la memoria está basada en ese pasado. C. la historia sobre el
pasado no interesa como reconstrucción, sino como construcción. Solo la actualización del pasado
permite reconocer lo que se escapa a la comprensión del mismo. Algunos problemas epistemológicos y
teóricos van desde la delimitación temporal hasta la naturaleza del tiempo, la temporalidad alude a la
necesidad de aproximaciones y por ende a la indeterminación objetiva de los períodos históricos. Así la
autora concluye con las siguientes reflexiones: 1. A partir del reconocimiento del tiempo como categoría
habrá de concebirlo como temporalidad, no como tiempo en sí, sino como una construcción social. 2.
El complejo tiempo espacio es una unidad indisoluble. 3. La historia puede ser vista como una
ramificación de temporalidades. 4. Hay una relación subyacente entre pasado presente y futuro con una
carga subjetiva.
V. PENSAR LA CULTURA O VOLVER A DESCUBRIR EL MUNDO. Emma León.
De aproximadamente un cuarto de siglo hacia acá, el mundo ha cambiado ante los ojos de las ciencias
sociales, obligándolas a cuestionar la manera en que se han relacionado con el otro o la otra diferente,
colocando así en un límite crítico el modelo de conocimiento racional, el modelo civilizatorio moderno y
la matriz cultural occidental que las subyacen y determinan en su estructura disciplinar parcelada. Desde
el comienzo del texto la autora subraya que no se trata sólo de una ruptura con dicho orden
estructurador del saber sino también con la recuperación de matrices que reformulan y debaten sus
representaciones y lecturas. ¿Qué implica esta postura tomada por científicos y científicas sociales
críticos y críticas? De un lado, la recuperación de elaboraciones que trascienden las fronteras
disciplinarias, como en el caso de Foucault o la Escuela de Frankfurt; de otro, la relectura con nuevos
lentes de autores con los que antes se sustentaba el modo estructural de producción de conocimiento:
se lee al Weber de la racionalidad sustantiva, o al Marx que alerta de la determinación social e histórica
de las categorías de pensamiento, por ejemplo. Además, entre otras cosas, adquiere relevancia la
preocupación por las temporalidades no lineales, por las subjetividades o los espacios simbólicos, por
las representaciones de las cuales es difícil dar cabal cuenta desde los recursos internos de cada
tradición, de manera que el diálogo se impulsa y toma fuerza.
Con el discurrir de una breve reseña histórica de los paradigmas de las ciencias sociales, León
argumenta que la importancia de la cultura radica en su papel de “mala conciencia” de las ciencias
sociales, que las hace confrontarse en sus modos de conocer la realidad social. Así, le permite
desenmascarar la objetividad y la racionalidad, como insignias del pensamiento científico, al situarlas en
la matriz cultural en la que se gestaron, enfrentando a las ciencias sociales de hoy al contexto histórico,
político, económico y cultural que las determina y constituye.
VI. PENSAR LA POLÍTICA DESDE LA INCREDULIDAD. Manuel Canto Chac
Hablar hoy de la política según Manuel Canto Chac, doctor en sociología, sugiere reflexionar en
concreto de la teoría de la política como tal, y desde allí pensar a partir de una multiplicidad de temas,
problemas y enfoques para enfrentar la incredulidad reflejada en una capacidad de convocatoria
debilitada por la misma pérdida de la idea clásica de pensar la política como instrumento para la
construcción de la "vida buena".
Por esto mismo, el autor gravita su análisis en la pregunta: ¿Cómo atreverse a pensar entonces en esta
disciplina desde esta situación de incredulidad, ante la incapacidad de entusiasmo?.
Inicialmente reflexiona sobre tres aspectos que considera inherentes a toda discusión sobre la política: la
democracia, el gobierno, los actores; acotando antes, tres desplazamientos básicos de la teoría: a. Del
análisis a la prescripción; b. De la legalidad a la ética; c. De la verdad al consenso.
Para el pensador mexicano, el desplazamiento del análisis a la prescripción tiene que ver con la
preocupación clásica del pensamiento político donde el "Deber ser" de las cosas va a ser sustituida por
el intento de aprehender al "Ser". Con lo que la discusión contemporánea evidencia un primado de lo
normativo sobre lo analítico, que ya no se trata tanto de decir que ha ocurrido o qué ocurrirá, sino que
es lo que debemos o podemos hacer. En cuanto al desplazamiento de la legalidad al campo de la ética,
dice que unos de los principales desafíos es: el de la vuelta al tema de la voluntad y, en consecuencia, al
asunto de la fundamentación racional de los referentes que conducen la acción voluntaria e
intencionada; es decir, de los diferentes discursos éticos. En esa medida, fruto de la fundamentación
racional de la ética se da lugar a otro desplazamiento, el de la discusión sobre la verdad a la discusión
sobre el consenso; se trata entonces no ya de una validación histórica del discurso científico, sino más
bien de una validación formal del mismo. En suma, señala el autor, no se trata ya de la verdad de las
cosas, sino del acuerdo sobre las mismas.
La Democracia, como primer gran aspecto dilucida Canto, está ligada a la representación de la que se
le dotó en el siglo XX, y se apoya en el sociólogo italiano Carlo Donolo para argumentar que: La
representación se convirtió por sí misma en el criterio fundamental de la democracia, si ello fue así se
debió a que resultaba funcional con el tipo de gobierno desarrollado a lo largo del siglo; la masificación
de la vida social requirió de mecanismos de representación, permitiendo el acceso a la política, aunque
no a las decisiones, de grandes masas hasta entonces excluidas, sobre todo a través del desarrollo de
partidos políticos, quienes fueron creando instituciones a la par que iban incrementando la lista de
necesidades y anhelos por satisfacer con medios políticos.
Pero, las dudas sobre la capacidad de la democracia representativa para generar gobernabilidad
aparece al final del siglo expresadas en tres desafíos básicos: i) el de las condiciones de su
sustentabilidad; ii) el de la globalización; iii) el de las demandas de participación en las decisiones.
Frente a estos desafíos, el profesor de la UNAM, dirá que i) resulta entonces que la democracia
representativa, aún restringiéndola a su vertiente políticoelectoral, reclama de un mínimo de
condiciones sociales para poder subsistir, condiciones que, paradójicamente los contemporáneos
gobiernos democráticos se encargan de deteriorar. ii) Tenemos entonces que las instituciones por la
democracia representativa se ven tensionadas tanto "por arriba" por los espacios multilaterales de
decisión que asumen muchas de las funciones que eran atributos del Estado/Nación sobre todo en el
campo económico, como también "por debajo" por las demandas de los gobiernos locales de mayores
espacios de decisión; con lo anterior se van segmentando los ámbitos de decisiones en múltiples niveles,
pero sobre todo la idea de soberanía tiene que irse redefiniendo, apareciendo esta ya no como el
atributo de un aparato centralizador de la política, sino como un complejo entramado de múltiples
soberanías, que más que hacer pensar en la gobernabilidad plantean como reto central la gobernanza.
iii) El surgimiento o redescubrimiento de la sociedad civil está generando nuevas formas de ver los
problemas colectivos y multiplicando, a través de diversas formas asociativas, nuevas formas de hacer
política que ya no caben en los marcos de la democracia representativa y que desafían las capacidades
de respuesta de los gobiernos, no por vía e nuevas demandas, sino por la vía de formular respuestas
para hacer de manera distinta las cosas.
Para cerrar este apartado, determinará que es absolutamente necesario el reposicionamiento del
discurso democrático, (...), complementado con una nueva capacidad para repensar los fines de la
política en orden al bienestar de la población y al fin del monopolio de las instituciones gubernamentales
sobre las decisiones, para poder contribuir a recuperar la credibilidad en la política.
Un segundo aspecto, El Gobierno, será entendido sobre el análisis de los mecanismos cotidianos del
ejercicio del poder, conlleva a enfocarlo en dos formas básicas de esta relación gobierno sociedad: a)
considerar al gobierno como empresario y a la ciudadanía como clientela; b) considerar al gobierno
como mandatario y a la sociedad como mandante.
Así, al considerar al gobierno como empresario implica que la acción pública y la acción colectiva ya no
se pueda pensar a partir de las ilusiones sobre los valores trascendentes, estos son espacios de la
conciencia individual, y ninguno puede reclamar mayor validez que otro; lo que permite el cálculo de la
acción social es el supuesto del individuo utilitarista, racionalizador y, en consecuencia, maximizador de
su beneficio. Teniendo presente que el accionar del gobierno viene a ocuparse de la atención de
problemas específicos con base en las preferencias ciudadanas, auscultado por el cálculo
costo/beneficio. Ahora bien, al considerar al gobierno como mandatario, tres son básicamente los
aspectos que tensionan la acción gubernamental: a. El papel que los gobiernos deban de tener en el
desarrollo socioeconómico; b. La distribución de responsabilidades y funciones entre los distintos
órdenes gubernamentales; c. La creación de nuevas instituciones que sean medios eficaces en la
relación entre gobierno y sociedad.
Lo que supone respectivamente: a. Gobierno activo en la economía, protección social y concertación
política parecen ser hoy los retos que de manera ineludible deben de enfrentar los gobiernos y esto
lanza las discusiones mucho más allá de los dilemas del mercado o estado, o bien del tamaño del estado
en que la ideologización neoliberal condujo a las teorías del gobierno y la política; b. Cuando se piensa
en los distintos órdenes (...) de gobierno no puede dejar de referirse, sobre todo en nuestro contexto a
dos temas básicos: descentralización y federalización, las demandas de redistribución de funciones, de
descentralización, no se pueden ver exclusivamente como un asunto de relaciones intergubernamentales,
sino que tienen que ver con el conjunto de relaciones gobiernosociedad, reformar el estado, hacerlo
más eficiente, es algo que se relaciona con la manera como se vincula con la ciudadanía; c. Las nuevas
democracias reclaman nuevas instituciones, quienes en últimas requieren para hacer efectivo los
derechos de la ciudadanía: 1. El apego al derecho y a las leyes; 2. El asegurar las condiciones sociales
mínimas del ejercicio de la ciudadanía, 3. El dar paso a las formas de democracia participativa.
Ante el tercer gran aspecto, concerniente a Los Actores Sociales, el profesor Canto establece que: Es
en el espacio de la Sociedad Civil en el que se da la pugna por la construccióntransformación de las
identidades de los sujetos, construccióntransformación que supone la interacción social, y entre otros,
el diálogo a partir de argumentos racionales y razonables (en el sentido de que parten de las premisas
aceptadas en un momento histórico específico). La interacción social supone el conflicto, aunque no se
reduce a él, es una de sus partes integrantes.
Para terminar se dirá por parte del autor que: Una visión tal de la política no espera cambios epocales
pero sí signos de transformación; pensando a partir de los excluidos, adecuando las instituciones
políticas y de gobierno, construyendo puentes entre las diversas formas de acción política para la
construcción de consensos pero también para el procesamiento de los conflictos y las diferencias,
abriendo espacios para la expresión de los disensos como una forma necesaria para la creación de
condiciones que si bien pueden no realizar permitan avanzar hacia la vida buena.
VII. PENSAR LA ECONOMÍA HOY EN AMÉRICA LATINA. Gerardo de la Fuente Lora.
El filósofo mexicano, Gerardo de la Fuente Lora, a lo largo del capítulo hace un análisis crítico al
quehacer de la CEPAL , así como también a su injerencia en la toma de decisiones por parte de los
gobiernos que le son miembros, problematizando las decisiones que desde aquel órgano se promulgan .
Inicialmente, ubica a modo de subtítulo, la complejidad de la economía como una dimensión de la
cultura latinoamericana, desde ¿Cómo pensar?; cómo pensarla si no es un objeto identificado, que
pueda describirse, ni medirse, ni evaluarse.
Por eso, inicialmente entender que lo económico es la matriz, fuente y vocabulario del discurso resulta
obvio cuando se trata del hablar de los políticos, de los partidos, de los gobiernos: la lucha por el
poder, o mejor, las narraciones que los actores se y nos ofrecen para dar sentido a su actuar transitan a
través de un lexicón de costos y beneficios, de oportunidades, de alzas y bajas de precios e inflaciones,
de estabilidades y expectativas, de "ajustes" y, ahora sí, de reformas. (...). También en esferas como la
impartición de justicia o la ecología, las palabras recurrentes tienen que ver con costos de
oportunidades y elasticidad de la demanda. Hasta llegar por último, quizá al terreno en que los
individuos mismos, los de abajo, los de a pie, recurren a fórmulas de la disciplina económica para dar
cuenta de la experiencia de sí y de su propia suerte: su vivir esta vida y no otra por causa de su
productividad o bien de su marginalidad.
En esa medida, abordar reflexivamente la problemática de la economía en América Latina pone de
manifiesto la paradoja que supone el accionar con el pensamiento desde la misma Comisión Económica
para América Latina y el Caribe (CEPAL) en cuanto no sólo estamos enfrentando a un cuerpo de
doctrina, a una rama académica, sino también y sobre todo a una cultura.
Igualmente el autor señala: Hoy por hoy, para los países latinoamericanos, los acuerdos comerciales
internacionales en los que se inmiscuyen (y desde luego, no sólo los arreglos en la esfera del comercio,
sino incluso más agudamente en terrenos como lo financiero o monetario) no ponen en juego
únicamente tales o cuales modificaciones al interior de sus programas de gestión y gobierno, sino que,
mucho más profundamente, afectan sus vínculos con el entorno externo e interno a través de las
instituciones y poderes que constituyen la atmósfera internacional contemporánea; les hacen apostar y
negociar de hecho, las reglas básicas de lo que en sus respectivos territorios y sociedades ha de
entenderse por gobierno y gobernar.
Inclusive critica la puesta en juego de valores sociales en las negociaciones comerciales a partir de un
análisis realizado sobre un párrafo dedicado a examinar las controversias comerciales suscitadas por los
productos elaborados con nuevas tecnologías de la SELA, a la cual no deja más que ver su poca, casi
nula reflexión entorno a las consecuencias que esta supone. Por lo que sentencia: ¿Cómo pensar la
economía, hoy, en Latinoamérica? Acaso como una amplia matriz cultural, un componente central de la
imaginación y el saber sociales, a través del cual nuestros países y sus agrupaciones "piensan", se
describen, narran y confrontan por lo que para ellos ha de significar el gobierno, el gobernar.
En consecuencia, propone mirar la problemática preguntándose ¿no es la propia globalización, en
general, una gran interrogante acerca del gobierno?¿Y no lo es, además, en un sentido hondo en el que
se incorporan al menos dos resonancias del término, a saber, el gobierno como administración pública y
el gobierno como conducción y construcción de la propia vida, de las propias pasiones y alma?.
En definitiva, es la culminación del tema de la economía como teoría del gobierno no político de los
asuntos humanos: la administración del ser por las cosas mismas. Pero en un mundo globalizado y
neoliberal, ¿todavía existe algo así como el gobernar?, se pregunta el autor.
Casi que inmediatamente contesta y afirma que las economías latinoamericanas están aquejadas, entre
otras astringencias, por lo que se ha dado en llamar "la restricción externa".
En su aparte de la Economía Restringida, ahonda en esto último en cuanto analiza que la restricción
externa se cristalizaba en un problema financiero: el crecimiento se estrangulaba porque requería
importaciones crecientes que no podían ser pagadas por las exportaciones de bienes primarios ya que,
decían Prebisch y sus sucesores, existía una tendencia al creciente deterioro de los términos de
intercambio. Pero en la construcción teóricoliteraria de la CEPAL, el origen del problema no era,
desde luego, monetario o incluso simplemente económico, era una cuestión de saber, de la evolución de
la distribución de conocimiento de la humanidad. (...). O dicho en otros términos, la CEPAL propuso,
en la equívoca clave del economicismo, la tarea social del gobernar como un asunto en primer lugar
económico, pero además específicamente vinculado y constituido por el conocer. Gobernar es una
cuestión de economía y de saber, tal sería el mensaje a extraer de las propuestas cepalinas.
Para cercar su análisis, el profesor Gerardo de la Fuente, sentencia: Hoy, con el neoliberalismo
latinoamericano, de lo que se trata es de determinar la expectativa de las expectativas del otro.
Y continúa: El Estado latinoamericano de hoy ha empleado todo el poder, todo el aparato institucional
que le heredó el keynesianismoprebicheanismo, para desmontar las instituciones de seguridad con que
contaban los ciudadanos y dejarlos a la intemperie, creando así el contexto general necesario para la
efectividad de las políticas neoliberales. Encerramiento en el presente y en la fatalidad que ha supuesto
una vinculación estrecha entre sectores y grupos sociales que poseen los medios para emitir y controlar
señales: especialmente el Estado que maneja la información keynesiana de las cuentas nacionales y del
dinero; el capital financiero que controla fuentes de emisión de diversos símbolos dinerarios; los
medios de comunicación que producen señales y, sobre todo, monopolizan los canales de distribución.
Finalmente, en el contenido trabajado bajo el subtítulo de la Otra economía, emite un juicio frente a la
pregunta ¿cómo pensar la economía hoy, en América Latina? este es, la pregunta adquiere una
profundidad insospechada cuando reparamos en que lo que nos propone es la interrogante de si son
compatibles, en cualquier forma, hoy por hoy, el pensar el reflexionar real, la producción de
conceptos y horizontes nuevos para lo humano y lo económico.
VIII. PENSAR LAS CIENCIAS SOCIALES DESDE LA FILOSOFÍA. Alejandro Labrador
Sánchez
El texto permite reflexionar en qué medida es pertinente pensar la emergencia de nuevas formas de
inteligibilidad y racionalidad de las Ciencias Sociales, desde los problemas y antinomias inherentes a la
filosofía moderna desentrañados desde Lukács hasta Habermas.
La tesis está en problematizar el lenguaje de la filosofía moderna, ya que muestra la posibilidad de una
imagen globalizadora del mundo actualmente cuestionable. Entonces plantea la transformación en la
modernidad en metafilosofía, limitándose a ciertos núcleos temáticos de una racionalidad descentrada
como la lógica, teoría de la ciencia, teoría del lenguaje, teoría del significado, ética, teoría de la acción,
entre otros. Su interés precisamente es el cognoscitivo, este muestra las condiciones formales del
saber, del entendimiento y de la acción, tanto en la vida cotidiana, como en el mundo de las
experiencias formalizadas y organizadas sistemáticamente.
La pretensión de Lukács es dar respuesta al problema de la cosificación de la conciencia moderna,
entonces en su análisis parte de la crítica y superación de las antinomias de la razón moderna no
resueltas por Kant. La crítica es que hace una paradójica restauración, bajo una perspectiva dialéctica,
de una concepción sustancial y totalizadora de la razón histórica, actualmente disgregada en el marco de
la modernidad inconclusa.
La cuestión de sus fundamentos y su posible conexión con los problemas de la razón formal heredada
no exclusivamente del neokantianismo alemán y de la sociología weberiana, el reto entonces es que las
Ciencias Sociales puedan comprender y ser comprendidos desde los problemas filosóficos de fondo.
Por otro lado también el autor realiza un recorrido desde la escuela Frankfurt hasta Habermas, dando
cuenta de la evolución de la teoría crítica de la sociedad en sus principales núcleos problemáticos
(dialéctica de la ilustración, crítica de la razón instrumental, dialéctica negativa, teoría de la acción
comunicativa). El objetivo es que la Teoría crítica pudiese superar la filosofía lukácsiana de la
conciencia y su reemplazo por la teoría de la acción orientada al entendimiento, buscando entonces
construir un paradigma alternativo con pretensiones de emancipación para el género humano.
Para Lukács “la filosofía crítica moderna ha nacido de la estructura cosificada de la consciencia”. En la
perspectiva del llamado marxismo occidental, de inspiración hegeliana, las formas de conciencia, real o
posible, se derivan de las formas objetivas y subjetivas producidas por la opacidad de la cosificación de
la conciencia surgida por el capitalismo. Plateando el dominio de los seres humanos entre sí, es decir, en
una suerte de autodominio.
Critica profundamente la pretensión de captar el conocimiento del mundo como totalidad y de haber
descubierto “el principio de conexión de todos los fenómenos con que se enfrenta la vida del género
humano en la naturaleza y en la sociedad”, dejando de lado los problemas “últimos” de la existencia que
se mantenían en una irracionalidad inaccesible para el entendimiento humano.
La crítica que realiza es en el planteamiento de la Crítica de la razón práctica de Kant y en la
interpretación que se le ha dado, con una separación tajante de las formas de comprender el ,mundo,
por ejemplo, la filosofía en el mundo del ser y la finitud, frente a lo infinito y lo suprasensible. La
interpretación de Fichte propone, una relación sujetoobjeto idénticos, desde los que se pueden
sintetizar toda la realidad. Por otro lado Kant se mantiene en puro datos éticos de la conciencia
individual, éstos datos éticas se le presentan como “causalidad inteligible” del “mundo externo”
sometido a las leyes naturales.
La interpretación de Kant no pudo encubrir el dilema irresoluble de la libertad y la necesidad, del
voluntarismo y el fatalismo; en ese sentido no pudo superar esas leyes eternas planteadas por la
modernidad. Kant, en su análisis, entonces, abrió la cuestión de una doble dimensión de la historia
social: la fenoménica subordinada a causas y la práctica referida a fines. Lukács, se ubica en la
crítica a Kant por parte de Hegel, sin plantearse estos aspectos de forma tajantemente diferenciados,
sino relacionados. “...causalidad y teleología, teoría científica y conciencia moral, ser y deber ser, razón
pura y razón práctica son removidos de su dura dualidad y de su irreconciliable oposición y son
tematizados como momentos necesarios de la formación real de la conciencia, de formación de la
verdad teórica y de la historia humana libre”.
2. El olvido de los fundamentos de las Ciencias Sociales y su desconexión con los problemas de las
esferas desarticuladas de la razón moderna.
Se hace un recorrido de los análisis que plantea el autor desde el repensarse el papel de las ciencias
sociales en el ámbito objetivo y de exterioridad material, como también la división de las ciencias de la
naturaleza y las ciencias del espíritu en la dimensión cognoscitiva, como también la distinción de un fin y
procedimiento de construcción de leyes “generalizantes” a las ciencias naturales (nomotéticas), así como
la finalidad y procedimiento de determinación “individualizante” de las ciencias históricas (ideográficas).
La disputa, entonces estaba en la manera como se producía conocimiento y la formación del concepto
de cosificación.
A juicio de Habermas, habrían de desarrollarse cuatro líneas críticas al trascendentalismo kantiano, a
través de una posición anlítica (Strawson), una constructivista (Lorenzer), y finalmente, un criticista
(Popper). Por otro lado en el siglo XX, por la dinámica que se dá en las ciencias sociales y el poco
interés de algunas de ellas en estudiar las transformaciones de la sociedad a nivel global, produjo serios
obstáculos epistemológicos. Además que el concepto de totalidad resultaba inaccesible para un esfera
de valor que había impuesto su hegemonía sobre las esferas prácticomorales y estético expresivas
como la racionalidad formal. De lo cual el autor hacer una reflexión a partir de algunas Ciencias
Sociales, como la sociología, la ciencia política y la ciencia económica.
Concluyendo que la desconexión de las Ciencias Sociales con la filosofía se fue haciendo más profunda,
desde el momento en que éstas se resistieron a reproblematizar sus fundamentos.. Pretende en este
apartado, observar de qué manera el desarrollo de las Ciencias Sociales, en relación con la filosofía, ha
afrontado las antinomias del pensamiento moderno descentrañadas por Luckács, es decir desde esta
pregunta, ¿Cuál ha sido la recepción en Ciencias Sociales de la idea filosófica de totalidad coherente
de todos los hechos conocidos en la historia, frente al “en si” irracional de la historia misma? Para ello
es preciso analizar los discursos que profundizarán los planteamiento de Lukács, en la evolución de la
teoría crítica de la escuela de Frankfurt hasta Habermas.
Para lo cual, se analizará el intento de Habermas por superar el paradigma lukacsiano de la filosofía de
la consciencia, en cuyo propósito estaría refundar la teoría social crítica, basada en el paradigma de la
acción comunicativa. También planteará la recuperación de las fases abandonadas de la recepción de la
herencia luckacsiana por parte de la escuela de pensamiento, desde Horkheimer y Adorno, así como
aquella que proponía un nuevo cimiento para la ciencia y la filosofía, frente al universo omnibarcante de
la racionalidad tecnológica.
3. Las Ciencias Sociales desde la teoría social crítica con intención práctica (de la filosofía de la
conciencia al pragmatismo universal de la acción comunicativa)
Por otro lado en este apartado se plantea que en la modernidad la razón aparece desarticulada en tres
esferas de valor: cognitiva (ciencia y técnica), la evaluativa (moral y derecho) y la estético expresiva
(arte postaurásico). Planteando un recorrido por diferentes pensadores y sobre todo la influencia de
Habermas, Weber y de la Escuela de Frankfurt.
Para Habermas, el propósito ha consistido de reconstruir líneas históricoevolutivas que coadyuven a
una incesante autoreflexión de las sociedad modernas, tanto en un sentido retrospectivo, como en un
plano prospectivo. Con el fin de dar respuesta a las antinomias irresueltas de la modernidad filosófica
y, simultáneamente, por desbloquear los obstáculos que piden consumar el proyecto original de la
modernidad misma. Entonces entre tantas preguntas, que se plantea en su análisis, es fundamental: ¿Qué
categorías y conceptos se necesitan para reconstruir una teoría de la racionalización no circunscrita a la
“racionalidad instrumental”? Ya que se tratan de explicar las “patologías” modernas que generan una
realización deformada de la razón en la historia, y también de la incapacidad de pensamiento, anclado a
la tradición de la modernidad, para abrir nuevos horizontes que ilustran las diferentes vías del proceso
de racionalización.
La valoración que haces es que la filosofía de la ciencia desplazó el lugar antaño ocupado por la teoría
del conocimiento, por lo cual la razón positiva, indudablemente ha capacitado científicamente para
explorar el mundo natural y en parte también del mundo social. Plantea que
a esa forma precisa de la razón la positiva no le es posible justificar los fines o fundamentar
filosóficamente los valores universales, en tanto los fines y los valores trascienden el ámbito de la
racionalidad formal.
Para ello propuso distinguir tres intereses cognoscitivos “cuasitrascendentales” e irreductibles del
conocimiento: técnico, práctico y emancipatorio que se relacionan con los ámbitos del trabajo, la
interacción y poder. Plantea entonces la distinción entre las ciencias empíricoanalíticas, en las que
subyace un interés cognoscitivo de carácter técnico; de las ciencias históricohermenéuticas que buscan
la interpretación de un un interés práctico moral y, finalmente, en las ciencias críticamente orientadas a
un interés cognoscitivo emancipatorio. Con ello que pretende es que su explicación significativa sea
inherente a los enunciados de las ciencias de la cultura. Según Habermas, no es posible dotar de sentido
a los conceptos de significado, comprensión, interpretación explicación y validez, haciendo abstracción
irreflexiva del universo cultural, es decir, si no valoramos racionalmente la pretensión de validez que
realizan los participantes en las diversas formas de vidas humanas.
Propuso además una síntesis expresada en lo que llamó la tercera forma de interés cognoscitivo: el
emancipatorio; que se presenta como derivado y fundamental, donde plantea que todo interés
cognoscitivo contiene una exigencia intrínseca de comunicación libre de coacción, no se logra a menos
de cerciorarse e intuir las condiciones sociales y materiales necesarios para el mutuo entendimiento.
Planteando entonces un autoreflexión tanto de la filosofía como de las Ciencias Sociales.
En la perspectiva Weber, por el contrario, problematiza ese estado emancipatorio, ya que la
“racionalidad con arreglo a fines” tendería a expandirse en todas las esferas de la vida social y cultural,
como las relaciones económicas, la administración burocrática y la producción cultural. La expansión de
la zwekrationalität racionalidad con arreglo fines no abrirá la vía a la realización efectiva de la
realización efectiva de la emancipación universal, sino a la cerrajón de lo que denominó “Jaula de
hierro” propia de la racionalidad burocrática. El autor entonces rescata los postulados de Kheimer y
Adorno, en la lógica de la identidad iluminismo como la separación sujetoobjeto. Planteando que en el
siglo VIII la Ilustración fue un mito, pues no se transformó radicalmente la producción del saber.
La conciencia moderna en su relación con la historia de las sociedades se caracteriza por su sentido
tridimensional cuyos espacios se diferencian, paradójicamente, en sus ritmos y sus cadencias. Tanto en
la dimensión del pensamiento objetivamente consustancial al saber técnico y organizacional, y los por
otro lado los procesos de aprendizaje en la esfera de la inteligencia moral, del saber reflexivo. En donde
la esfera estéticoexpresiva aparece como el único espacio que, por su naturaleza, escapa a las formas
convencionales de racionalidad. La preocupación de estos pensadores en la desarticulación de las
esferas racionales de valor, propias de la modernidad al generar una cultura de especialistas
desconectada de una cultura de masas, y por lo tanto del mundo de la vida. La consecuencia de ello es
la pérdida progresiva del sentido. Y la problematización y transformación de la identidad absoluta entre
sujeto y objeto, planteada por hegel y Lukács.
Habermas, entonces, conecta la teoría de la acción con la formas específicas de la racionalidad social,
para ubicarlas en los paradigmas de sistema y mundo de vida. Proponiendo la emergencia orientadora
de una ilustración política de la vida pública, basada en la argumentación racional. Mediante el paso del
diálogo a la necesidad de la competencia comunicativa, sobre la base de captar la comprensibilidad, la
verdad, la corrección y la autenticidad de las manifestaciones intencionales de los sujetos.
4. Consideraciones finales: las Ciencias Sociales desde las nuevas formas de inteligibilidad
Entonces el papel de la filosofía, en toda la tesis planteada durante el ensayo, es que debe ser
clarificadora, e interlocutora de los métodos de investigación instalados en las diferentes esferas
desarticuladas de valor de la modernidad, que conduciría en otra dirección a la reflexión filosógfca de
cara a la emergencia de las nuevas formas de inteligibilidad. En decir dar un vuelco a los métodos de
investigación y a las formas de fundamento, desde su postura pragmáticouniversal de la teoría de la
acción comunicativa.
Hoy el pensamiento filosófico parece sucumbir ante el embate de la mentalidad postmoderna, está en
esa tensión entre las dimensiones planteadas por el estructuralismo y el posestructuralismo. El
posmodernismo se ha aventurado a restaurar, bajo formas aparentemente novedosas, las sendas
semitransparentes trazadas por las filosofías modernas. Pero al igual que en la filosofía lo que ha genera
es una dispersión de las ciencias sociales y su desconexión con la discursividad metateórica, la filosofía,
debe entonces recuperar los supuesto filosóficos positivistas, ontológicos o trascendentales de ayer.
Destacando la discusión entre la relación sistemaentorno y sujetoobjeto. La ontología de la diferencia
planteada por Heidegger, propone que “ la unidad sólo es posible como unidad de diferencias, con la
consecuencia de que no hay una única referencia absoluta”. Es decir que se esta efectuando una
búsqueda y análisis de los postulados postmodernos, que pueden posibilitar la apertura de nuevo
horizonte de emancipación o por el contrario un nuevo cierre más totalitario aún. Ve entonces con
preocupación la influencia de las ciencias de la complejidad que influyen en la demolición de la filosofía
centrada en el sujeto y en la producción de conocimiento desde el marco de la crítica a la modernidad.
IX. PENSAR LA INVESTIGACIÓN DESDE LA MARGEN DE LAS CIENCIAS SOCIALES.
Alfonso Torres Carrillo
La reestructuración de los estudios sociales.
En este análisis, lo que busca el autor es la problematización de las ciencias sociales, más que una forma
de conocimiento “verdadero”, las ciencias son vistas como sistemas culturales, sostenidas por
comunidades interpretativas que comparten y legitiman por paradigmas instituciones y prácticas
compartidas. Ubica entonces algunas críticas a las ciencias sociales en su mane disciplinar como la
arbitrariedad de las fronteras disciplinares, ello se da dentro de las ciencias sociales después de la
segunda guerra mundial. La especialización, diferenciación entre las lógicas de las ciencias de la
naturaleza y de la sociedad., el impacto de los los llamados estudios culturales, que cuestionan los
límites entre las ciencias sociales y las humanidades.
Dentro de las disputas también destaca la imparcialidad y neutralidad de la actividad científica, los
límites de las ciencias sociales para dar cuenta de los múltiples sentidos de los social y que además en
términos prácticos y teóricos, no existen monopolios de la sabiduría ni zonas de conocimiento
reservadas a las personas con determinados títulos profesionales.
Destacando entonces la labor de los investigadores de América Latina, entendiéndose desde la
particularidad, como el resultado de la subordinación a los paíse centrales, su singularidad histórica y
los intentos de producir ciencia y pensamiento “propios”, destacando corrientes epistemológicas como
la teoría de la dependencia, educación popular, filosofía y teología de la liberación, investigación
participativa, el pensamiento epistémico, los estudios sobre culturas populares y comunicación.
Demarcado en todo un análisis, de crítica y resultados a las geopolíticas de conocimiento hegemónicas.
Además que es sumamente importante la posibilidad de producir saber, sobre lo social desde otras
prácticas intelectuales como los movimientos sociales, desde las luchas culturales y étnicas.
Investigar al margen de las ciencias sociales.
Una caracterización de la investigación desde el margen.
Por otro lado esta investigación desde el margen, ha sido analizada desde diferentes enfoques
conceptuales y analíticos como la “epistemología fronteriza” (Mignolo) “pensamiento umbral”
(Zemelman) “nomadismo intelectual” (Maffesoli). Entonces el autor lo trabaja investigación desde el
margen omo un posicionamiento y práctica de producción de conocimiento social, llevada a cabo por
los sujetos (individuales, colectivos) que transgreden la racionalidad disciplinar dominante. Se trabaja en
la frontera entre lo adentro y afuera, los instituido y los instituyente , lo determinado e indeterminado, y
se construye desde las tensiones que ello suscita.
Con su método los actores sociales asumen el rol de intelectual orgánico de producir conocimiento
para transformar sus realidades. Es decir, que es una práctica investigativas desde la pregunta por los
nuevos actores y movimiento sociales, las subjetividades, los nuevos vínculos y las sociabilidades, así
como la memoria, lo cotidiano y la experiencia presente.
Buscan en ese sentido, relacionarse con lo teórico no desde lo deductivo o demostrativo, sino como
una caja de herramientas, para deconstruirlos, desarticularlos, rearticularlos desde la particularidad del
problema de investigación. La relación entonces entre investigadores e investigados desplaza el
principio de objetividad, un diálogo que no es especialista y parte de la población de base como
investigadores. Este diálogo entre los participantes se concierte en un exigencia no solo garantizando la
confluencia de diferentes saberes, sino la garantía de transformación de las relaciones de poder.
Pistas para potenciar la investigación de Borde.
Plantea algunos autores y pensamientos que permiten una mayor conceptualización y elaboración
epistemológica, como la perspectiva liminal, entendida como interestructural de Turner, donde se
plantea dos modos de interacción humana. Uno es estructural ordenado y otro representa un punto
neutral, es comunidad esencial, sin estructurar, naciente. Destacando la relación entre lo Estructural y lo
Communitas, como un potencial transformador del orden hacia los modos de ser y relacionarse Y el
Pensamiento categorial, planteado por Zemelman, en vez de aplicar teorías que posibilite reconstruir la
racionalidad con que fueron construidos y permita una apertura del pensamiento. Todo ello con el fin de
analizar una perspectiva epistemológica, organizacional y política frente a la perspectiva disciplinar. Para
finalizar se plantea que aún así, no hay un manera pura de construir este pensamiento alternativo sino
que parte de las tensiones que se generan al momento de retomar conceptos hegemónicos en el campo
de disputa del conocimiento teniendo en cuenta los capitales de formación intelectuales de los sujetos
tanto individuales como colectivos.