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Pueblos germánicos

Los pueblos germanos o germánicos son un histórico grupo etnolingüístico de


pueblos originarios del norte de Europa que se identifican por el uso de las
lenguas germánicas (un subgrupo de la familia lingüística indoeuropea que se
diversificaron a partir de una lengua original —reconstruible como idioma
protogermánico— en el transcurso de la Edad de Hierro). En términos
historiográficos son tanto un grupo de entre los pueblos prerromanos (en las
zonas germanas al oeste del Rin —provincias de Germania Superior e Inferior—
Asamblea germana (thing)
en que se estableció una fuerte presencia del Imperio romano y fueron
representada en un relieve de la
romanizados) como un grupo de pueblos bárbaros (exteriores al limes del Columna de Marco Aurelio.
Imperio), situados al este del Rin y al norte del Danubio (Germania Magna);
precisamente el que protagonizó las denominadas invasiones germánicas que
provocaron la caída del Imperio romano de Occidente al instalarse en amplias
zonas de éste: suevos, vándalos, godos (visigodos y ostrogodos), francos,
burgundios, turingios, alamanes, anglos, sajones, jutos, hérulos, rugios,
lombardos, etc. Los vikingos protagonizaron posteriormente una nueva oleada
expansiva desde Escandinavia (la zona originaria de todo este grupo de pueblos),
que afectó a las costas atlánticas (normandos) y a las estepas rusas y Bizancio
(varegos).

Algunos pueblos germánicos se fusionaron con la población romana dominante


demográficamente en las zonas que ocuparon de Europa suroccidental (galo-
romanos, hispano-romanos, italo-romanos); mientras que otros se convirtieron
en la base etnográfica de las actuales poblaciones de Europa central y
noroccidental (escandinavos o nórdicos –la mayor parte de los países nórdicos: El germano suplicante, estatuilla
daneses, suecos, noruegos, islandeses, y los isleños de las Islas Feroe, con votiva de época romana.
excepción de bálticos, fineses y lapones–, alemanes –en el sentido del ámbito
lingüístico alemán, que incluye a los austriacos, la mitad de los suizos y otros
grupos de habla alemana de la Europa central y oriental desde Francia hasta el Cáucaso–, las poblaciones de habla neerlandesa –
noroeste de Alemania, Países Bajos y norte de Bélgica– y anglosajona). En la Europa oriental los pueblos germánicos se vieron
desplazados por otros (especialmente los pueblos eslavos y los magiares), para pasar posteriormente a protagonizar una nueva
fase expansiva.

Las migraciones de los pueblos germánicos se extendieron por toda Europa durante la Antigüedad Tardía (Völkerwanderung) y la
Edad Media (Ostsiedlung). Estos términos historiográficos se concibieron y utilizaron de forma no neutral, sino como
justificación del expansionismo alemán hacia el este en la edad contemporánea (Drang nach Osten).

También en el ámbito religioso se produjo una fusión de los elementos germánicos y romanos: algunos ya habían sido
cristianizados bajo credo arriano en Oriente en el siglo IV, otros continuaban con las religiones nórdicas tradicionales. La
conversión al catolicismo de suevos, visigodos y francos en el siglo VI fue clave para su éxito de la formación de sus respectivos
reinos germánicos. Hacia el siglo XI todos los pueblos germánicos, inclusive los escandinavos, estaban incluidos en el ámbito de
la cristiandad latina.
Las lenguas germánicas se convirtieron en dominantes a lo largo de las fronteras
romanas (Austria, Alemania, Países Bajos, Bélgica e Inglaterra), pero en el resto
de las provincias romanas occidentales, los inmigrantes germánicos adoptaron
los dialectos latinos que se estaban transformando en lenguas romances.
Actualmente las lenguas germánicas se hablan en gran parte del mundo,
representadas principalmente por el inglés, alemán, neerlandés, el afrikaans
(Sudáfrica y Namibia) y las lenguas escandinavas.

Índice
Etnónimo
Germano
Teutón
Alemán
Tudesco (deutsch)
Historia
Prehistoria
Protohistoria y contacto con los romanos
Las invasiones
Los reinos germánicos
Cultura y sociedad
Germano representado en un relieve
Lengua y literatura
triunfal romano.
Religión
Organización política y socioeconómica
Germanismo, germanofilia y germanofobia
Genética de poblaciones
Véase también
Referencias
Enlaces externos

Etnónimo

Germano
Fíbula del siglo VI que representa un
Germani, plural nominativo del adjetivo germanus, es el etnónimo con el que los guerrero a caballo con lanza.
romanos se referían a los habitantes de la extensa e indefinida zona que conocían
con el topónimo Germania, desde la Galia hasta la Sarmatia. Tal nombre no se
usó en la literatura latina hasta Julio César, quien lo adoptó a partir del vocablo que los galos usaban para designar a los pueblos
de la orilla occidental del Rin, y que en las lenguas goidélicas probablemente significa "vecino".

El término parece haberse empleado previamente en la inscripción de Fasti capitolini para el año 222 (DE GALLEIS INSVBRIBVS
ET GERM[ANEIS]) donde simplemente se refiere a pueblos "asociados", como los relativos a los galos. Por otra parte, puesto que
las inscripciones se levantaron solo en 17-18 a. C., la palabra puede ser una adición posterior al texto. Otro de los primeros que
citan el nombre, Posidonio (alrededor del 80 a. C., también es una fuente dudosa, ya que solo sobrevive en una cita de Ateneo
(alrededor del 190 d. C.); la mención de germani en este contexto pudo ser más probablemente introducido por Ateneo y no
provenir del texto inicial de Posidonio.1
El escritor que al parecer introdujo el término en el corpus de la literatura clásica
fue Julio César, en De bello Gallico (50 a. C.). Él usaba germani para designar a
dos agrupaciones de pueblos diferentes: los germanos transrenanos (trans
Rhenum), el conjunto de pueblos claramente no galos de la Germania
transrhenana ("el otro lado del Rin" –Transrenania, la que posteriormente se
denominó Germania Magna, interna2 o bárbara3 –); y los germanos cisrenanos
(cis Rhenum), un grupo difuso de pueblos del noreste de la Galia (la Germania
cisrhenana, "este lado del Rin" -Cisrenania, donde se establecerían en la
Germania Superior y la Germania Inferior, es decir, la Germania romana4 -), que
no puede ser claramente identificado como celta ni como germánico.5 El
vocablo germani puede ser un préstamo de un exónimo celta aplicado a las
tribus germánicas, sobre la base de una palabra que tanto puede significar
"vecino" como "hombres de los bosques" (refiriéndose a la densidad de los
bosques que cubrían casi todo el territorio de Germania). Tácito sugiere que el
nombre podría ser el de una tribu que cambió su nombre después de que los
Suevo cautivo. El prisionero usa
romanos lo adaptaron, pero no hay pruebas de ello.
(Braccae) calzones que eran típicos
La sugerencia de derivar el nombre del término goidélico para "vecino" invoca para los pueblos germanos. Su
cabello está atado en un nudo
al gair antiguo irlandés, ger galés ("cerca") o gearr irlandés moderno ("atajo,
suevo. Bronce del siglo II.
corto" –una corta distancia–); de raíz protocelta *gersos, más relacionada con el
griego antiguo chereion ("inferior") o el inglés gash ("cuchillada" o "brecha").
La raíz protoindoeuropea pudo haber sido de la forma *khar-, *kher-, *ghar-,
*gher- ("corte"), de la que también provendría la hitita kar- y la griega kharakter
("grabar", que da la palabra latina character y la española "carácter"). Otras
posibilidades serían la palabra céltica que significa "ruidoso" o las germánicas
gar y ger -también la céltica gae- que significan "lancero".6

Al parecer, las tribus germánicas no tenían un endónimo (autodesignación) que


incluyera a todos los pueblos que se identificaban a sí mismos como
provenientes de un tronco común (por identificación lingüística o por
identificación ancestral). No obstante, el término latino suevi (suevos), con el
que en los últimos siglos del Imperio se designó a uno de los grandes grupos de
entre los pueblos germánicos, se utilizaba de forma casi indistinta en los textos
de César con germani; y sí que tiene una clara etimología germánica: *swē-ba- Cultura de la Edad del Bronce
nórdica alrededor de 1200 a. C
("auténtico").
(periodo anterior a la formación de
los pueblos germánicos en esa
Lo que sí existía era un término para referirse a la totalidad de los pueblos no
misma zona).
germanos, y que los germanos aplicaban principalmente a aquellos con los que
tenían algún contacto (fueran celtas, romanos u otros pueblos del Imperio, como
los griegos), a los que llamaban *walha- (walhoz en singular, walhaz en plural), raíz de la que derivan los topónimos de Gales,
Valonia y Valais.7

Teutón
Tratando de identificar un término vernáculo contemporáneo y la nación asociada a un nombre clásico, desde el siglo X en
adelante la literatura latina medieval usó el adjetivo teutonicus, originalmente aplicado a los teutones (el pueblo germánico
antiguo derrotado por los romanos en la batalla de Aquae Sextiae –102 a. C.–) para referirse a todo lo relativo al Regnum
Teutonicum o Francia orientalis ("Francia Oriental", la parte oriental del antiguo Imperio carolingio, tal como se dividió en los
tratados de Verdún y de Mersen –años 843 y 870, respectivamente–).
Específicamente, la Orden Teutónica o de los Caballeros Teutones fue una orden
militar de gran importancia en la Europa Oriental.

El uso de las palabras castellanas "teutón" y "teutónico" no se limita al pueblo


antiguo o a la orden militar, sino que se extiende de forma genérica a lo
germánico o a lo alemán. El Diccionario de la lengua española recoge ese uso
como un coloquialismo.8

Alemán
En castellano, portugués y francés, el gentilicio de Alemania (alemán, alemão,
allemand)9 se deriva del nombre del pueblo germánico de los alamanes, cuya Cultura de la Edad del Hierro
etimología puede relacionarse con all (todo) y mann (hombre).10 prerromana asociada con el
protogermánico, ca.
500 a. C.-50 a. C.. El área en
Tudesco (deutsch) magenta representa la cultura de
Jastorf.
En lengua alemana, el gentilicio de Alemania es deutsch («alemán»),11 una
palabra derivada de una raíz genérica del germánico antiguo: *þiuda-, que
significa «pueblo». La misma raíz aparece en muchos nombres de persona, como
Thiud-reks, y también en el etnónimo de los suecos de un cognado del inglés
antiguo Sweo-ðēod y nórdico antiguo: Suiþióð. Además þiuda- aparece en los
términos Angel-ðēod («pueblo anglosajón») y Gut-þiuda («pueblo gótico»). El
adjetivo derivado de este sustantivo, *þiudiskaz («popular»), fue utilizado
posteriormente (el primer uso registrado es del año 786) para referirse a la
theodisca lingua, «lengua del pueblo» (lengua vulgar), por oposición a la lengua
latina.
Expansión de los pueblos
Muchos idiomas modernos emplean palabras derivadas de este origen para el
germánicos o protogermánicos:
gentilicio de Alemania: la sueca/danesa/noruega tysk, las neerlandesas duits y Hasta el 750 a. C
diets (esta última se refiere al nombre histórico para el holandés medio o Hasta el 500 a. C
neerlandés, el antiguo significado en alemán), la italiana tedesco y la española Hasta el 250 a. C
Hasta el 1 d. C
«tudesco» (que se ha restringido en la práctica a su uso como arcaísmo). En
cambio, en inglés, Dutch se aplica al gentilicio de Holanda (o, por extensión, al
de los Países Bajos), usándose German para el gentilicio de Alemania. El
despectivo boche se utilizó en el contexto histórico de las guerras mundiales del
siglo XX, pero su etimología parece provenir de alboche, una combinación
particular en argot francés.12

Historia
Las pruebas arqueológicas muestran a los pueblos germánicos como originarios
de la zona de Escandinavia y, a lo largo de un proceso secular, extendiéndose Distribución de los pueblos
hacia el sur y el este por la Europa Central y Oriental. germánicos o protogermánicos
(entre 750 a. C. y 1 d. C.)

Prehistoria
En un contexto cultural de sociedades cazadoras-recolectoras se sitúan el
maglemosiense y la cultura Fosna-Hensbacka (VII milenio a. C.), y
posteriormente la cultura de Kongemose (VI milenio a. C.). Del V milenio a. C.
al III milenio a. C. se desarrollaron las culturas neolíticas de la zona (Ertebølle,
cultura de la cerámica perforada, cultura de los vasos de embudo) que en su
última fase, según la hipótesis del sustrato germánico (nordwestblock),13
habrían recibido el impacto cultural de lo indoeuropeo (cultura de la cerámica
cordada).

En el II milenio a. C. se desarrolló la Edad del Bronce nórdica. En el I milenio a.


Grupos germánicos en torno al año 1
C., las culturas de la Edad del hierro, como Wessenstedt y Jastorf, significaron (germánico septentrional, germánico
ya el paso de lo protoindoeuropeo a lo protogermánico (Ley de Grimm). El del Mar del Norte, germánico del
endurecimiento climático que se produjo desde el 850 a. C., que se intensificó a Elba, germánico del Wesser-Rin,
partir del 760 a. C., desencadenó un proceso migratorio hacia el sur. La cultura germánico oriental).
material de esa época pone en estrecha relación a los protogermanos con las
culturas de Hallstatt y Elp, en el ámbito cultural celta, forjando lo que se ha
denominado Edad del hierro prerromana de Europa septentrional.14

Protohistoria y contacto con los romanos


La zona norte de Europa fue visitada probablemente por viajeros griegos, como
los que dieron origen al periplo massaliota (siglo VI a. C., recogido
posteriormente en la Ora Maritima); pero el único testimonio de tales viajes es
el periplo de Piteas por el mar del Norte, incluyendo la enigmática Thule (siglo
Distribución y expansión de las tribus
IV a. C.). Su descripción de los pueblos que habitaban la zona fue la fuente
germánicas o protogermánicas
prácticamente única que pudieron manejar los autores griegos posteriores, como (entre 50 a. C., 100 d. C. y 300 d. C.,
Estrabón y Diodoro Sículo, o los romanos como Plinio el Viejo, que tendieron a etapas anteriores a la época de las
citarlo con escepticismo.15 De hecho, los textos griegos antiguos no dejan migraciones o invasiones). Extensión
constancia de la existencia de algún grupo de pueblos con el nombre de del Imperio romano (en 68 a. C. y
117 d. C.).
"germanos", y suelen referirse a los habitantes de la Europa más al norte de la
zona mediterránea con etnónimos genéricos como galos y escitas; aunque
algunas referencias de Herodoto a los cimerios podrían referirse a algún grupo
relacionado con lo que posteriormente se conoció como pueblos germanos.

En cuanto a los romanos, tuvieron conocimiento de dos de estos pueblos, cuando


los cimbros y los teutones entraron en Helvecia y la Galia. Los romanos no se
enfrentaron con ejércitos, sino con pueblos enteros que desplazaban a los celtas.
A pesar de esto, no utilizaron el término germano hasta tiempos de Julio César.5

En 112 a. C. las tribus invasoras derrotaron en la batalla de Noreya a los


romanos comandados por el cónsul Cneo Papirio Carbón. Entonces los cimbros
Tribus germánicas y asentamientos
se establecieron en el territorio de los celtas alóbroges. Solicitaron a los romanos romanos hacia 50-100 d. C.
permiso para establecerse allí, pero estos se negaron, por lo que tuvieron que
pelear de nuevo. En el año 109 a. C. volvieron a vencer al ejército romano, esta
vez al mando de Marco Junio Silano en el sur de la Galia. Sin embargo, los cimbros no invadieron la península itálica y durante
un tiempo se mantuvieron alejados de la esfera de influencia de Roma. El rey cimbro Boiorix derrotó en 105 a. C. en la batalla de
Arausio a los romanos bajo las órdenes del procónsul Quinto Servilio Cepión y el cónsul Cneo Malio Máximo, perdiendo unos
80 000 hombres.
Los cimbros decidieron no invadir Italia y se desplazaron a Hispania, mientras
que los teutones se quedaron en el sur de la Galia. En el año 103 a. C., los
cimbros regresaron a la Galia —expulsados de Hispania por los celtíberos— y se
aliaron con los teutones, decididos a conquistar Roma. En vista de lo grande de
los ejércitos, decidieron separarse y reunirse en el valle del Po. Esto demostró
ser un grave error, ya que en el año 102 a. C. los teutones fueron aniquilados por
el cónsul Cayo Mario en la batalla de Aquae Sextiae, donde cayeron 100 000
teutones. Los cimbros sí lograron llegar al valle del Po, pero se encontraron con
los ejércitos unidos de los cónsules Quinto Lutacio Cátulo y Mario. En la Invasiones bárbaras. Todos los
Planicie de Raudine se libró la batalla de Vercelas, que concluyó con la muerte pueblos señalados, excepto los
del rey Boiorix y más de 60 000 cimbros. hunos, son germánicos.

La pacificación de los germanos obtenida por Cayo Mario se mantuvo por casi
cinco décadas, hasta que Julio César inició la guerra de las Galias.

Los suevos habían cruzado el Rin y expulsado a los celtas, quienes pidieron
ayuda a los romanos en 58 a. C. y César acudió, con el secreto deseo de anexar
la Galia a Roma. César los derrotó y los envió de vuelta al este del Rin.

Nuevas tribus germánicas cruzaron el Rin en el 55 a. C., pero César las expulsó
y construyó un puente sobre el río, que utilizó para perseguir a sus enemigos y
derrotarlos. En el53 a. C. cruzó de nuevo el Rin para seguir combatiendo a los Situación hacia el año 460: el
Imperio huno de Atila domina el
germanos, pero estos lo evadieron y César regresó sin presentar batalla.
centro y el este de Europa. Dentro
de las fronteras del Imperio romano
La política expansiva romana en Germania sufrió en tiempos de Augusto la gran
de Occidente, ya se han asentado
humillación de la batalla del bosque de Teutoburgo (año 9), en la que el caudillo
varios pueblos germánicos: vándalos
querusco Arminio, encabezando una coalición de pueblos germanos, exterminó a en el norte de África, suevos en el
tres legiones comandadas por Publio Quintilio Varo. Uno de los miembros de la noroeste de Hispania, visigodos
familia imperial, Germánico (que se ganó su cognomen por esta acción), fue el entre Hispania y el suroeste de la
encargado de pacificar la zona (batalla de Idistaviso, año 16). A partir de Galia, burgundios en la zona alpina,
francos al noreste de las Galias y
entonces se prefirió seguir una política de contención, creando una frontera
sajones al sureste de Britania.
fortificada, el Limes Germanicus («límite» o «frontera»), a lo largo del Rin y el
Anglos, jutos, alanos, ostrogodos y
Danubio. lombardos aparecen marcados en
otras zonas.
La conquista romana de Germania llevó a la organización de dos provincias en el
territorio germano bajo dominio romano al oeste del Rin: Germania Superior y
Germania Inferior. Germania Magna, al otro lado del Rin y el Danubio, quedó sin ocupar. A partir de asentamientos indígenas
previos, campamentos romanos o de colonias, surgieron ciudades como Augusta Treverorum (Tréveris), Colonia Claudia Ara
Agrippinensium16 (Colonia), Mogontiacum (Maguncia), Noviomagus Batavorum (Nimega) o Castra Vetera (Xanten). La
provincia alpina de Raetia (al sur de Rin y el alto Danubio) y las danubianas del Nórico y Panonia no tenían como sustrato
indígena a pueblos germánicos, sino a los reti17 (de clasificación incierta –itálicos o celtas–) y los panonios18 (vinculados a los
celtas y los ilirios).

El conocimiento de los romanos sobre los germanos fue intensificándose con el tiempo, como demuestra el mayor detalle con que
los recogen progresivamente las principales fuentes historiográficas: Tácito en el año 98 redacta su Germania (De origine ac situ
Germanorum, "Origen y territorio de los germanos").19 Nombra unos cuarenta pueblos, identificándolos como pertenecientes a
varios grupos dentro de los germanos occidentales, descendientes de Mannus (ingaevones –de Jutlandia y las islas adyacentes–,
hermiones –del Elba– y istvaeones -del Rin-). A estos grupos hay que añadir los germanos septentrionales (de la península
escandinava) y los germanos orientales (del Oder y el Vístula). Plinio el Viejo, en Naturalis Historia20 (hacia el año 80),
clasifica a los germanos en cinco confederaciones: ingvaeones, istvaeones, hermiones, vandili (vándalos) y peucini (bastarnos),
de cada una de las cuales precisa los pueblos que las componen. Claudio Ptolomeo, en su Geographia (hacia el año 150), nombra
a sesenta y nueve pueblos germánicos.

Las guerras marcomanas del siglo II incrementaron los contactos entre romanos y germanos. Aun así, el léxico de origen
germánico que se usa en los autores latinos hasta el siglo V es muy escaso: en César urus y alce, en Plinio ganta y sapo (oca,
jabón), en Tácito framea (lanza), en Apicio melca y en Vegecio burgus (castillo –castellum parvum quem burgum vocant–, que
tendrá una extensa utilización posterior como sufijo en topónimos).21

Las invasiones
Desde la crisis del siglo III, y especialmente en la anarquía militar (235-285), Roma estuvo sumida en un periodo de caos y
guerras civiles. Las fronteras, debilitadas, no fueron un obstáculo para la penetración de los germanos, que simultáneamente se
desplazaban de forma paulatina en busca de nuevas tierras, presionados por su propia demografía. En esa época llegaban quizá a
los 6 millones de personas, un millón de las cuales se desplazaron hacia el este, la actual Ucrania. Los que emigraron hacia el sur
y el oeste, "invadiendo" el Imperio romano, divididos en pequeños grupos, en total llegarían a unas doscientas mil.22

Las provincias occidentales del Imperio sufrieron una primera oleada de invasiones simultáneamente a la crisis socioeconómica
que se manifestaba en las rebeliones campesinas (bagaudas).23 En Oriente fueron los godos quienes inicialmente protagonizaron
la principal amenaza. Divididos en grupos de godos orientales (ostrogodos) y de godos occidentales (visigodos), se introdujeron
al sur del Danubio en los Balcanes y obtuvieron todo tipo de concesiones de las autoridades imperiales: en el año 376 se les
concede su entrada pactada, pero al sentirse defraudados en sus expectativas, se dedicaron al saqueo, consiguiendo incluso vencer
al ejército imperial de Valente en la batalla de Adrianópolis (378). Esto puso a los godos en una posición extraordinariamente
ventajosa, que obligó al nuevo emperador, Teodosio, a concederles un foedus para su asentamiento en la Tracia (382).22 Su
prolongada presencia dentro de las fronteras les permitió asimilar rasgos de la civilización romana, como la religión, adoptando el
arrianismo (una de las versiones del cristianismo que, posteriormente, en el Concilio de Constantinopla de 381, fue condenada
como herética). El proceso de aculturación incluso significó la adquisición de la ciudadanía romana por muchos de los
considerados bárbaros, o su acceso a altos cargos de la administración romana y del ejército; pero no la asimilación, ni la
disminución de la conflictividad. Todo lo contrario: en el 410 los visigodos de Alarico I saquearon la propia ciudad de Roma,
obteniendo un mítico botín.

El invierno particularmente frío del año 406 permitió cruzar el Rin helado a grupos masivos de suevos y vándalos (junto con los
alanos, un pueblo no germánico, sino iranio). Los emperadores de la época recurrieron a ficciones jurídicas como otorgarles el
permiso de ingreso, bajo las condiciones teóricas de que deberían actuar como colonos y trabajar las tierras, además de ejercer
como vigilantes de frontera; pero el hecho fue que la decadencia del poder imperial impedía cualquier tipo de dominio. Los
invasores no encontraron obstáculo en su avance hacia las ricas provincias meridionales de Galia e Hispania. Los vándalos
incluso cruzaron el estrecho de Gibraltar, tomando las provincias africanas y amenazando las rutas marítimas del Mediterráneo
occidental. El imperio tuvo que recurrir a los visigodos, los más romanizados de entre los germanos, para intentar recuperar algún
tipo de control sobre las provincias occidentales. Los visigodos, en efecto, se impusieron sobre los invasores, pero únicamente
para establecerse a su vez como un reino independiente (reino de Tolosa, 418) justificado en la figura jurídica del foedus.

Una nueva invasión fue protagonizada por Atila, el rey de los hunos (un enigmático pueblo o confederación de pueblos, cuyo
desplazamiento secular hacia el oeste estuvo probablemente en el origen del movimiento inicial de los germanos). Tras acosar al
Imperio romano de Oriente, que sólo le enfrentó mediante una política de apaciguamiento, se dirigió a Occidente, donde una
inestable coalición de romanos y germanos le venció en la batalla de los Campos Cataláunicos (451).

Después de la descomposición del imperio de Atila, nuevas oleadas invasoras se establecieron los territorios que ya sólo de
nombre podían considerarse provincias romanas: desde mediados del siglo V (batalla de Guoloph, 439, batalla del Monte Badon,
490) anglos, sajones y jutos desembarcaban en la Britania posromana, inicialmente como mercenarios para proteger a los britanos
de escotos y pictos y luego como conquistadores;24 a comienzos del siglo VI los francos tomaron las Galias, desplazando a los
visigodos a Hispania (batalla de Vouillé, 507). En la propia península itálica, incluso la ficción de la pervivencia del Imperio
había dejado existir desde 476, cuando los hérulos de Odoacro destituyeron al último emperador romano, Rómulo Augústulo. Su
dominio fue breve, pues se vieron acometidos a su vez por sucesivas invasiones instigadas por el emperador de Oriente (Zenón):
en 487 y 488 la de los rugios de Feleteo y Federico, que logran rechazar; y finalmente la de los ostrogodos de Teodorico el
Grande, que los derrotan en Aquileia, Verona (489) y el río Adda (490), quedando sitiado Odoacro en Rávena hasta su asesinato a
manos del propio Teodorico (493).25

Tanto visigodos como francos obtuvieron el extraordinario beneficio que suponía la aplicación extensiva del concepto de
hospitalitas (la asignación al huésped de la tercera parte del patrimonio del anfitrión), lo que en la práctica significó cederles la
tercera parte de las tierras que ocupaban en las Galias. Los hérulos de Odoacro exigieron lo mismo en Italia, y ante la respuesta
negativa de las autoridades romanas, optaron por aclamar a su jefe como "rey de Italia".

Durante todo el siglo V, el ejército romano y, en gran medida, la dirección política del Imperio occidental, estuvieron en manos de
personalidades de origen germano: Estilicón (de origen vándalo, fue clave durante el imperio de Honorio), Aecio (de oscuro
origen –godo o escita– fue el artífice de la coalición anti-Atila), Ricimero (mitad suevo, mitad visigodo, llegó a proclamar tres
emperadores –Mayoriano, Libio Severo y Olibrio–), Gundebaldo (burgundio, sobrino de Ricimero, proclamó a su vez otro
emperador –Glicerio–), Orestes (depuso a Julio Nepote e impuso como emperador a su propio hijo, Rómulo Augusto) y Odoacro
(habitualmente designado como hérulo, pero cuya concreta nacionalidad se ignora -pudo ser también rugio, godo, esciro o incluso
huno-, depuso a Rómulo Augusto e hizo devolver las insignias imperiales a Zenón –emperador de oriente–, quedando como único
poder de hecho en Italia).26

Los reinos germánicos


Los distintos pueblos germánicos se asentaron en diferentes zonas del antiguo Imperio romano de Occidente, fundando reinos en
los que los germanos pretendieron inicialmente segregarse como una élite social separada de la mayoría de la población local.
Con el tiempo, los más estables de entre ellos (visigodos y francos) consiguieron la fusión de las dos comunidades en los aspectos
religioso, legislativo y social.

La diferencia cultural y de grado de civilización entre los pueblos germánicos y el Imperio romano era muy notable, y su contacto
produjo la asimilación por los germanos de muchas de las costumbres e instituciones romanas, mientras que se conservaron otras
propias de sus antiguas tradiciones e instituciones, formando así la cultura que se desarrolló en la Europa medieval y que es la
base de la actual civilización occidental.

Norman Cantor: The Last Knight - pp. 10-11, 39-40


Dennis Sherman, Joyce Salisbury: The West in the World - p. 18427
Véase también: Cultura romano-germánica

Cultura y sociedad

Lengua y literatura
Sin duda el rasgo más definitorio de los germanos es el lenguaje, ya que el concepto es ante todo etnolingüístico. No obstante,
aunque las lenguas germanas antiguas eran cercanas entre sí, los germanos no hablaban la misma variante, sino variedades
diferentes derivadas del proto-germánico.

Aunque aparentemente compartían una lengua ancestral común, al momento de su avance sobre el interior europeo ya tenían
varios dialectos: el proto-nórdico, los dialectos germanos occidentales y los dialectos germanos orientales.
No tenían alfabeto (el rúnico de los escandinavos se usaba sólo para fines religiosos), por lo que no hay registros escritos de su
historia hasta su encuentro con los romanos.

La traducción parcial de la Biblia del obispo Ulfilas (el Codex Argenteus –un evangeliario–) es el primer texto escrito en una
lengua germánica (el gótico). Para su escritura creo los caracteres de un "alfabeto ulfilano", precedente del posterior "alfabeto
gótico".

Véanse también: Beowulf, Saga de Hrafnkell, Saga Volsunga y Nibelungenlied.


Véanse también: Edda, Saga (literatura), Íslendingabók y Landnámabók.
Véanse también: Literatura en alemán#Alta Edad Media (hacia 750–1100), Literatura anglosajona,
Literatura de Islandia y Literatura noruega.
Véanse también: Piedra rúnica, Literatura de Suecia y Literatura en danés.

Religión
La mitología nórdica era en lo esencial compartida por la totalidad de los pueblos germánicos, lo que permitió incluso su
recreación historicista durante el romanticismo. La estructura en tríada y otros rasgos comunes a las religiones de otros pueblos
antiguos permitieron a los estudiosos de la historia de las religiones (especialmente Georges Dumezil) emparentar las religiones
germánicas primitivas con otras religiones indoeuropeas.

El ritual funerario más extendido era la cremación, sustituida por la inhumación a medida que se produjo la cristianización.

El contacto con el Imperio romano, cristianizado a partir del siglo IV (Edicto de Milán, 313, Edicto de Tesalónica, 380) produjo
la cristianización de los godos y otros pueblos germánicos; principalmente a partir del arrianismo, diferenciado del catolicismo y
considerado como herejía en ese mismo periodo (entre el Primer Concilio de Nicea, 325, y el Primer Concilio de Constantinopla,
381). Esa diferenciación tuvo el efecto de intensificar la separación social entre los germanos y la población de las partes del
Imperio que ocupaban (hispano-romanos, galo-romanos, etc.), dificultándose incluso los matrimonios mixtos. La conversión al
catolicismo se produjo inicialmente en el reino de los francos (Clodoveo I, entre 496 y 506), el de los suevos (Carriarico, 560) y
el de los visigodos (Recaredo, 587).

Los reinos anglosajones de Gran Bretaña fueron cristianizados a partir de la evangelización de monjes irlandeses (San Columba,
monasterio de Iona, 563) y romanos (Agustín de Canterbury, conversión de Ethelberto de Kent, 597 a 601);28 que también
pasaron a la Europa continental. La gran popularidad de la leyenda de Santa Úrsula y las oncemil vírgenes ilustraba la dificultad
de la cristianización de los pueblos germanos de la Europa central, que se fue produciendo paulatinamente (San Bonifacio,
monasterio de Fulda, 742).29 Hacia el siglo XI ya se habían cristianizado incluso los reinos escandinavos; todo ello en el espacio
de la cristiandad latina, mientras que los varegos que formaron los estados rusos se incorporaron a la cristiandad oriental.

Véanse también: Edad media#La cristiandad latina y los bárbaros, Roble de Thor, Historia ecclesiastica
gentis Anglorum y Misión anglosajona.

Organización política y socioeconómica


Véanse también: derecho visigodo, Sippe, Blutrache y Wergeld.
Véanse también: gefolgschaft, Ordalía y Ætt.
Además de la lengua, la religión y otros aspectos culturales, existían muchos rasgos sociales y políticos comunes, ampliamente
extendidos entre todos los pueblos germánicos.
Aunque tradicionalmente se les asocia con el concepto de "barbarie", tal como se definió por las ciencias sociales en construcción
durante los siglos XVIII y XIX (como un estadio intermedio entre los conceptos de "salvajismo" y "civilización"); también es
muy común la utilización del no menos genérico concepto de lo "tribal" para designar su organización política y social.

Los germanos eran pastores y agricultores seminómadas, cuyos asentamientos, de estructura urbanística propia de aldeas, eran
poco duraderos.30 Con anterioridad a la época de las invasiones, se encontraban muy lejos de constituir ningún tipo de estructura
política que pudiera denominarse Estado. Todos se regían por formas de jefatura más o menos identificables con una monarquía
electiva. El rey o "jefe de la tribu" (king, kuningaz), con funciones eminentemente militares, era elegido coyunturalmente (no de
forma vitalicia) por una asamblea de guerreros (thing, althing, witenagemot), que era la realmente soberana a la hora de
administrar justicia, pactar la paz o declarar la guerra. El rey no dejaba de ser un primus inter pares, y todos los guerreros se
consideraban sus iguales, e iguales entre sí, al menos en teoría. No obstante, la estratificación social por la riqueza hacía evidente
la diferenciación de clases con marcadas desigualdades económicas y sociales, que el atesoramiento, el botín de guerra, el
incremento del comercio a larga distancia de productos de lujo (esclavos, caballos, vino, madera, ámbar, telas, cerámica, metales,
orfebrería, joyas y armas) e incluso el uso de la moneda romana no hacía más que incrementar. El comercio romano-germano ha
sido definido como englobando tres sistemas económicos: el espacio económico romano (monetario y de mercado), la zona
intermedia (con economía monetaria limitada y un mercado rudimentario), que se extendería unos doscientos kilómetros más allá
del limes, y la zona sin mercado o con mercado no monetario, en las regiones más alejadas. De Roma se importaba bronce, vidrio,
objetos de prestigio y monedas de oro y plata; mientras que entre las exportaciones germanas había jabón, pieles, carros y
textiles.31

Ninguno de los pueblos germánicos tuvo antes de las invasiones un código legislativo de derecho escrito, sino costumbres y
prácticas de derecho consuetudinario muy similares entre sí y que, además de quedar reflejadas en textos latinos o en la
codificación que se realizó en los reinos germánicos del sur de Europa, se mantuvieron durante siglos en los pueblos nórdicos.

La organización política era bastante simple, pero se fue sofisticando a medida que se conformó una nobleza enriquecida,
definida por la exclusividad de acceso a los puestos de mando (asamblea de guerreros, mandos militares) y de entre la que se
nombraban los reyes. El resto de los hombres libres (véase yeomen), que retenían el derecho a portar armas y formaban parte del
ejército, practicaban la agricultura, la ganadería, la caza y otras actividades cotidianas. La presencia de esclavos varió según el
contexto histórico. La situación social de los pueblos conquistados era muy diferente, existiendo situaciones de vasallaje o
semilibertad.

Las distintas "tribus" o "pueblos" germanos, independientes, ocasionalmente se confederaban para la guerra contra enemigos
comunes (fueran germanos o no germanos); y muy a menudo también se producían escisiones entre facciones que guerreaban
entre sí.

32

Algunas tribus, como los francos salios, establecieron relaciones de clientela con los romanos, sirviendo ocasionalmente en sus
ejércitos. Estas relaciones sentaron la base del futuro régimen feudal, y los dominios que establecieron fueron el origen de los
reinos medievales y los actuales países europeos.

Germanismo, germanofilia y germanofobia


Los pueblos germánicos se convirtieron en un mito historiográfico y en el soporte de ideologías justificativas de todo tipo, tanto
favorables (germanofilia, germanismo, pangermanismo) como desfavorables (germanofobia, antigermanismo).

Como disciplina científica, el germanismo o los estudios germánicos33 han constituido una parte importante en la controvertida
construcción histórica, desde finales del siglo XVIII, de ciencias sociales como la filología (Jacob Grimm —Deutsches
Wörterbuch, Deutsche Mythologie—,34 Rasmus Christian Rask —Undersøgelse om det gamle Nordiske eller Islandske Sprogs
Oprindelse—, Henry Sweet35 y Matthias Lexer36 ) y la antropología (teoría indoeuropea, de interpretación desviada hacia el
racismo —nordicismo o mito ario—).

Estudios literarios anteriores son Historia de gentibus septentrionalibus (Olaus Magnus, 1555) y las primeras ediciones impresas
de la Gesta Danorum (obra del siglo XIII de Saxo Grammaticus, publicada en 1514) y otros poemas medievales alemanes
(Melchior Goldast,37 1603, que posteriormente estudió el monacato benedictino alemán). Por la misma época (finales del XVI y
comienzos del XVII) se emprendieron estudios y publicaciones de los textos del inglés antiguo (Robert Cotton, Cotton
Manuscripts,38 y Peder Hansen Resen,39 Edda Islandorum, 1665).40

Genética de poblaciones
Desde la genética de poblaciones (disciplina cuya aplicación a las ciencias
sociales ha de hacerse con especial cuidado de no caer en explicaciones
simplistas de identificar inexistentes "razas humanas", según advierten sus
propios científicos)41 se ha sugerido que las migraciones de los pueblos
germánicos pueden detectarse en la distribución actual del linaje masculino
representado por el haplogrupo del cromosoma Y denominado I1;42 que
descendería de un ancestro común más reciente localizable probablemente en el
territorio de la actual Dinamarca hace de cuatro mil a seis mil años.43 44

Véase también
Germano
Religión nórdica Distribución en el cromosoma Y- del
Idioma proto-germánico I1 en Europa.
Lenguas germánicas
Germania Magna
Volksdeutsche
Alemanes étnicos
Cimbros
Teutones
Ambrones
Queruscos
Frisones
Ingaevone
Hermiones
Istvaeones
Chatti
Bátavos
Marcomanos
Esciros
Gépidos

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20:67 25. La crónica de Juan Antioqueno refiere que,
1979: Nederland in de bronstijd, J.J. Butler engañado, Odoacro acude a un banquete donde
recibirá la muerte junto con Ornulfo (su hermano),
15. Los únicos autores que pudieron consultar
Sunigilda (su mujer) y Tela (su hijo). Al recibir la
directamente la obra de Piteas fueron Dicearco de
herida mortal, gritó: «¿Dónde está Dios?», a lo que
Mesina, el historiador Timeo, Eratóstenes, Crates de
Teodorico respondió «Así trataste a mis amigos», en
Mallus, Hiparco, Polibio, Artemidoro y Posidonio.
referencia a cómo el propio Odoacro había matado a
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2003, pg. 247. La cita de Vegecio se debe a para los germanos. La admiración que este pueblo
Menéndez Pidal. indígena suscitó en el imaginario británico provenía
22. Gonzalo Bravo Castañeda y Maria Del Mar Marcos en parte en su identificación con su propio pasado
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Enlaces externos
Wikimedia Commons alberga una categoría multimedia sobre Historia y cultura antiguas germánicas.
Wikimedia Commons alberga una categoría multimedia sobre Pueblos germánicos.
Wikimedia Commons alberga una categoría multimedia sobre Pueblos germánicos antiguos.

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Grandes invasiones y fin del Imperio Romano Occidental (https://web.archive.org/web/20120216190300/h
ttp://www.artehistoria.jcyl.es/historia/contextos/784.htm)
El Imperio de Oriente en el siglo V (https://web.archive.org/web/20120216171500/http://www.artehistoria.j
cyl.es/historia/contextos/803.htm)
Contexto histórico de los godos (https://web.archive.org/web/20110830023446/http://www.artehistoria.jcyl.
es/histesp/contextos/5937.htm)
Ostrogodos y visigodos (https://web.archive.org/web/20110911185822/http://www.artehistoria.jcyl.es/histe
sp/contextos/5938.htm)
Ostrogodos y longobardos en Italia (https://web.archive.org/web/20091002051449/http://www.artehistoria.j
cyl.es/historia/contextos/788.htm)
Actitud de los hispanos ante las invasiones (https://web.archive.org/web/20120215080634/http://www.arte
historia.jcyl.es/histesp/contextos/5899.htm)

Who are the germanic peoples? (http://odinsvolk.ca/GermanicPeoples.htm)


Las tribus germánicas (http://lamemoriadelviento.blogspot.com/2011/07/documental-las-tribus-germanicas-1.htm
l), documental
Sitio (http://www.northvegr.org/) New Northvegr Center; en inglés.
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