PALABRAS DEL VIEJO PESCADOR.

“Si a la pregunta de Jesús, ¿Me quieres?; tú le respondes: te quiero, no te lo creas

completamente. Si le vuelves a decir: tú sabes que te quiero, tampoco te fíes mucho. Y si a
la tercera vez rompes en llanto y le dices: tú lo sabes todo tú sabes que te quiero más que a
nadie, no te creas seguro en tu camino.

Si en un mal momento, por miedo y cobardía dices: no le reconozco no me dice nada, y

comienzas a darle la espalda; si de nuevo afirmas: no quiero nada con ese hombre, no me
interesa ya seguirle, y estas a punto de tirar la toalla; si comenzaste a preparar las maletas e
intentas irte por otro camino y te dices a ti mismo: no valió la pena es demasiado duro...
entonces espera un momento, no tengas prisa, porque ALGUIE pasara de nuevo por tu vida
y ya no te dice nada. A ver tus ojos y deja que su mirada penetre tu corazón apagado y deja
que de nuevo se encienda en tu vida una llama: la del amor único e entrañable de Jesús. Y
si sientes la necesidad de llorar, llora porque lloras es de mujeres y también de hombres.

Son palabras de este viejo pescador de Galilea; palabras que he arrancado de mi corazón de
hombre que india supo dejar su barca y adentrarse en la barca de Jesús. Con Jesús he
aprendido que JESÚS es aquel que yo más quiero y por eso le he seguido, con EL he
aprendido que solo Jesús es aquel que más me quiere y por eso le sigo. Su amor infinito lo
llevo en mi pobre corazón de barro y en ese clima he aprendido a amarle con un corazón
indiviso. Te dejo esta palabra limpia y sonsera: la vocación, seguir a Jesús, no es una
aventura de héroes sino una experiencia del amor misericordioso de Dios manifestado en si
hijo predilecto, si has sentido lo mucho que Jesús te quiere como lo sentí yo nunca le
abandonaras. Te lo dice Pedro el viejo pescador.