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Historia capítulos 1 al 10 (forma narrativa)

El pastor Pablo Fernández experimenta una crisis ministerial al cabo de 10 años de haber
sido ordenado como pastor principal de la iglesia El Calvario. La desaprobación de los
fieles por sus sermones aburridos a llegado a oídos del Consejo de Diáconos de la iglesia
y esto ha sido motivo de reuniones con dicho consejo apuntando hacia la problemática, o
más bien, apuntando hacia el pastor por su falta de capacidad para la predicación. Esto
sumado una necesidad de maestros para la escuela dominical que tengan un sentido de
pertenencia en cuanto al ministerio y un férreo compromiso ante el llamado de Dios, y
familias que han comenzado a abandonar la iglesia en busca de otras opciones, genera
una crisis no solo en relación a sus sermones sino que aumenta la preocupación en su
vida con las dificultades en las otras áreas de la iglesia. Esto también afecta la vida
personal del pastor Pablo que lo lleva a pensar en cambiar de iglesia. Su esposa Susana
no esta de acuerdo con esta idea. Estando inmerso en todos estos cuestionamientos, el
pastor Pablo Fernandez salió rumbo al seminario que lo vio graduarse años atrás, quizás
buscando alguna posible solución. Es aquí, en la biblioteca del seminario, donde se
encuentra con su antiguo profesor de homilética, el anciano doctor Ocampo, viudo y ya
jubilado, con el cual tiene un encuentro crucial para encontrar una solución a su problema.
Después de recordar viejas historias y personas en común, el pastor Pablo abre su
corazón ante el doctor Ocampo y le cuenta la crisis ministerial que esta viviendo, en
especial su problemática con la predicación de la palabra de Dios. Después de pactar un
tiempo de asesoría ministerial con su viejo profesor, la experiencia del doctor Ocampo lo
lleva a indagar en la organización de la agenda semanal del pastor. Rápidamente se da
cuenta que el pastor Fernández esta cometiendo uno de los errores más comunes de los
pastores: no destinar el tiempo debido a la oración y meditación de la palabra de Dios
para predicar efectivamente, basado en el texto de Hechos 6:2,4. Entender de que, en el
mundo espiritual, Satanás siempre intentará colocar obstáculos y ocupaciones “muy
santas” y que guardan relación con las necesidades de la iglesia, que provocarán una
desatención y preocupación por la labor principal de un pastor que es predicar un
mensaje que sea de alimento espiritual poderoso para la congregación que Dios le
permite pastorear. Básicamente, el pastor Fernandez estaba estableciendo mal sus
prioridades ministeriales y tenía una grande falencia en delegar áreas de la iglesia a
terceras personas. Los pequeños detalles estaban quemando todo su tiempo y sus
sermones estaban siendo preparados con muy poco tiempo de anticipación,
prácticamente la noche anterior al culto dominical.
El doctor Ocampo, en base a su vasta experiencia en la homilética, lo lleva a reflexionar
que es imposible tener frescura en la predicación de la palabra si los sermones se
preparan con tan poco tiempo de meditación y oración. Ésta es una de las primeras
observaciones en las cuales confronta al pastor Fernandez. Lo insta a que la preparación
de sus siguientes sermones comience desde el día lunes, enfatizando la lectura de
comentarios bíblicos y desarrollar una exégesis correcta, de tal manera que todos los días
de esa semana puede ir trabajando con mayor calma y detalle en lo que ha de predicar el
día domingo, buscando la mejor manera de concentrar todo lo aprendido y comunicarlo de
manera efectiva. El doctor Ocampo advierte de no caer en la predicación por asociación
de palabras, ya que el peligro de forzar el texto bíblico a decir lo que no contiene es muy
grande, dañando la interpretación y de paso dañando la formación espiritual de las vidas
que asisten a la iglesia.
El doctor Ocampo tambien enfatiza la necesidad de elaborar para cada sermón una
declaración de propósito, o sea, la meta y objetivo del mismo. El propósito es el destino y
el sermón es el vehículo para llegar a dicho destino. De gran ayuda es el uso de
aforismos, los cuales fueron usados por el mismo Señor Jesús. Aforismo es una frase
breve y aguda que expresa una verdad o precepto. Es una máxima o adagio. Una frase
fácil de memorizar. Dichos tales como: “Son ciegos guías de ciegos”, y “pedid y se os
dará”.
Durante las siguientes semanas, el pastor Fernandez comenzó a experimentar pequeños
cambios en la preparación de sus sermones, y sus pensamientos giraban en torno a este
tema. Incluso, en compañía de su esposa, al escuchar hablar a sus hijos, pudo darse
cuenta lo importante de la expresión en los niños para una efectiva comunicación,
expresión que el reconocía que, a medida que pasaban los años, se iba perdiendo. Pero
estaba en el buen camino, ya que se había determinado a renovar su predicación antes
de abandonar su iglesia o ministerio. Estaba trabajando duro en ello.

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