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Pintura incaica

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La pintura como arte fue ampliamente practicada por los incas, aunque sin alcanzar
los niveles de las culturas preincas, como la nasca y la moche. Esta expresión
artística fue realizada principalmente en murales y mantos, de los cuales solo se
conservan algunos restos incompletos. Otras muestras de este arte serían las tablas
y telas pintadas con escenas históricas y guardadas en Puquincancha (Cuzco), según
testimonio del cronista Pedro Sarmiento de Gamboa, pero de las que ya no quedan
ningún ejemplo conservado. También es de destacar la pintura como complemento
ornamental de las piezas de cerámica y de otras artesanías, como la realizada sobre
los aríbalos (cántaros) y los queros (vasos ceremoniales). En un segundo plano
estarían la decoración de los escudos militares, a manera de figuras heráldicas,
según la información de algunas crónicas.

Índice
1
Características
2
Murales
3
Mantos
4
Puquincancha
5
Decoración de los queros
6
Decoración de los escudos de guerra
7
Mapas pintados
8
Véase también
9
Notas y referencias
9.1
Notas
9.2
Bibliografía
Características[editar]
Al igual que otras manifestaciones artísticas desarrolladas por los incas, la
pintura tuvo una fuerte influencia de las culturas preincaicas que se fusionaron
con el imperio inca.
Según parece, los incas no concibieron la pintura como un arte independiente, sino
complementario de otras artes, como la arquitectura, la textilería y la cerámica.
Es en la cerámica y los textiles donde se pueden apreciar actualmente las
características de la pintura incaica, cuyos motivos están relacionados con los
brindados por la fauna, la flora, los mitos, las leyendas y los acontecimientos
importantes de la vida de los incas.
En cuanto al uso de los colores, fue polícroma, es decir, se emplearon más de dos
colores, principalmente marrón, crema, blanco, anaranjado, amarillo y rojo.
Las representaciones eran naturalistas y abstractas, con predominancia de las
últimas.
Muchas de las pinturas realizadas en murales, así como las tablas y telas guardadas
en Puquincancha, tenían un fin utilitario y político. Su intención era conservar la
memoria de los hechos de los incas y mostrar su poderío a los pueblos sojuzgados.
Murales[editar]
Antes que nada y tal como lo ha señalado Duccio Bonavia, se debe diferenciar las
paredes pintadas de uno o varios colores y los murales con diseños o motivos
representando escenas diversas.
Los incas asimilaron las técnicas de la pintura mural de su contacto con las
culturas costeñas. Las usaron para decorar las paredes de las construcciones de
barro que elevaron o ampliaron en la costa, hallándose muestras de este arte en
Tambo Colorado, Pachacámac, Paramonga, etc.
El Inca Garcilaso de la Vega menciona también una antigua pintura mural incaica que
en sus días todavía se podía ver en el Cuzco, cuya ejecución fue ordenada por el
inca Viracocha en conmemoración de su victoria sobre los chancas (según la versión
del inca historiador):
Hablando del Inca Viracocha, es de saber que quedó tan ufano y glorioso de sus
hazañas y de la nueva adoración que los indios le hacían, que, no contento con la
obra famosa del templo, hizo otra galana y vistosa... Y fue que en una peña
altísima, que entre otras muchas hay en el paraje donde su padre paró cuando salió
del Cozco retirándose de los Chancas, mandó pintar dos aves que los indios llaman
cúntur... La una con las alas cerradas y la cabeza baja y encogida, como se ponen
las aves, por fieras que sean, cuando se quieren esconder; tenía el rostro hacia
Collasuyu y las espaldas al Cozco. La otra mandó pintar en contrario, el rostro
vuelto a la ciudad y feroz, con las alas abiertas, como que iba volando a hacer
alguna presa. Decían los indios que el un cúntur figuraba a su padre, que había
salido huyendo del Cozco e iba a esconderse en el Collao, y el otro representaba al
Inca Viracocha, que había vuelto volando a defender la ciudad y todo su Imperio.1
La pintura mural era ya para entonces un arte milenario en el antiguo Perú. Hacia
el Horizonte Temprano, la pintura era aplicada directamente sobre la pared
enlucida, mientras que durante el Intermedio Temprano se cubría el muro enlucido
con pintura blanca antes de realizar el dibujo deseado. Otra técnica usada entonces
era trazar motivos incisos sobre el barro húmedo para luego rellenarlo con pintura.

Mantos[editar]
La técnica de la pintura sobre telas de algodón llano era practicada en toda la
costa peruana, especialmente en el norte. Aparece en varios períodos anteriores a
la época inca, aunque al parecer solo empieza con Paracas Necrópolis.
Como parte del elaborado arte textil, esta técnica da la impresión de ser el método
más sencillo de decoración; es probable que se recurriera a ella solo en casos de
emergencia. Las telas y los dibujos son bastante grandes y los colores pocos.
Algunas telas fueron al parecer estampadas con sellos de madera talladas.
Todavía por la década de 1570 existían artistas especializados en el arte de pintar
mantos que se trasladaban de un lugar u otro para ejercer su oficio. Estos
artesanos pedían licencia ante el oidor para ir libremente por los valles sin ser
estorbados.
En los museos y colecciones privadas se pueden apreciar estos mantos, empleados
quizá para cubrir paredes desnudas o servir de vestimenta a los señores
importantes.
Puquincancha[editar]
El Puquincancha o Poquen Cancha, según la descripción que nos ha dejado el cronista
Pedro Sarmiento de Gamboa, debió ser una especie de pinacoteca o museo de los
incas, donde estos guardaban sus pinturas realizadas en tablones y telas, bajo el
cuidado de unos especialistas en interpretarlas. Se hallaba en el Cuzco, cerca del
Coricancha o Templo del Sol y fue fundado por el inca Pachacútec. En esas tablas y
paños se hallaban pintadas las historias de los reyes incas, la biografía de cada
uno de ellos, las tierras que conquistaron y las antiguas leyendas de los orígenes
del imperio. Esas tablas son mencionadas también en las Informaciones del virrey
Francisco de Toledo y por lo tanto deben ser consideradas como información harto
confiable.
La ubicación exacta del Puquincancha era en el camino del Contisuyo, en Payán,
junto a Pilcopuquio, concretamente la tercera huaca encima de Cayocachi.
Decoración de los queros[editar]
Se conservan numerosos queros o vasos de madera decorados hábilmente con elementos
gráficos y escenas cotidianas: se ven incas, coyas, príncipes, princesas,
guerreros, labradores, músicos, mujeres y niños, así como aves y otros animales,
figuras todas que dan la impresión de carecer de libertad de movimiento; se les ve
rígidas, pesadas, lentas. Se emplean los colores rojo, amarillo, negro, azul,
blanco y verde.
No obstante, existe controversia en cuanto al fechado exacto de estos queros
pintados. Todo indica que son de la época colonial, influenciada por las técnicas
pictóricas traídas por los españoles. Los queros de la época imperial incaica
suelen estar decorados sin colorantes, solo con diseños geométricos ejecutados
mediante líneas incisas delgadas; a veces la decoración se complementa con
incrustaciones de turquesa y nácar.
Decoración de los escudos de guerra[editar]
Según la información transmitida por algunos cronistas como el Inca Garcilaso de la
Vega, los incas pintaron las caras externas de sus escudos de guerra con diseños
aplicados en colores intensos. Lo harían para diferenciarse de sus enemigos durante
las batallas. Serían dibujos a manera de blasones, con el lenguaje simbólico propio
de los incas.
Mapas pintados[editar]
Otro renglón dentro del arte pictórico fue la realización de una suerte de mapas
pintados que representaban un lugar o una región. El cronista Juan de Betanzos
relata que después de la derrota de los chancas los jefes cusqueños se presentaron
ante Cusi Yupanqui (después llamado Pachacútec) para ofrecerle la mascapaicha o
borla imperial y lo encontraron pintando los cambios que pensaba hacer en el Cuzco.

Tal práctica se confirma con una afirmación hecha en el juicio sostenido por las
etnias de Canta y de Chaclla entre 1558 y 1570, en la que uno de los litigantes
presentó ante la Real Audiencia de Lima los dibujos de su valle indicando sus
reclamos de terrenos, mientras la otra parte mostró una maqueta de barro que
representaba a todo el valle.
Véase también[editar]
Imperio inca
Civilización Inca
Notas y referencias[editar]
Notas[editar]
↑ Inca Garcilaso, p. 253.
Bibliografía[editar]
Del Busto Duthurburu, José Antonio: Perú Incaico. Colección de obras escogidas de
José Antonio del Busto. Lima, Empresa Editora El Comercio S.A., 2011. ISBN 978-612-
306-034-3
Inca Garcilaso de la Vega: Primera parte de los Comentarios Reales de los Incas,
Lisboa, 1609. Versión digital, adaptada al castellano moderno: Comentarios Reales,
obra completa.
Kauffmann Doig, Federico: Historia y arte del Perú antiguo. Tomo 6. Lima, Ediciones
PEISA, 2002. ISBN 9972-40-218-0
Vergara, Teresa: «Tahuantinsuyo: el mundo de los incas». Incluida en la Historia
del Perú. Lima, Lexus Editores, 2000. ISBN 9972-625-35-4
Pacheco Ibarra, Juan José: La pintura de los incas, un arte olvidado, 2000.
Choque Porras, Alba: Representaciones de felinos arcoíris en los queros durante el
período virreinal. Revista Tradición, Nº 16 (2016). Universidad Ricardo Palma.

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