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DE
INSTITUCIONES EDUCATIVAS
Articulo periodístico:
la tarea implica que el conocimiento trasciende las paredes de un aula convencional y puede
hacerse presente al pie de cama de un hospital o en un domicilio. Para que el aprendizaje se
produzca, basta con que coexistan en un mismo espacio y tiempo, un docente, un alumno y
el deseo de aprender.
El abordaje pedagógico es personalizado y se realiza en un campo de intersección de los
discursos pedagógico, médico, sanitario, socioeconómico, subjetivo etc. Su transversalidad,
conjugada con la historia singular del alumno, define las características y condiciones de la
tarea.
La irrupción de la enfermedad en la vida de un niño o adolescente genera efectos en su
subjetividad, por su carácter inesperado o traumático, por la vivencia de dolor que conlleva,
o por la amenaza que puede significar para la vida, lo que incide en la construcción de los
aprendizajes y demanda una atención especializada, con recursos y estrategias pedagógicos
específicos.
Estas necesidades educativas especiales serán diferentes según la patología o enfermedad
(diagnóstico) y el tiempo que dure esta situación (especialmente si se trata de una
enfermedad crónica). El docente debe atender las mismas a través de adaptaciones
curriculares individualizadas y del empleo de estrategias didácticas acordes a las
necesidades y la realidad del alumno. Esto implica la aplicación de programas específicos de
intervención para reducir los efectos negativos de la enfermedad, la hospitalización y el
reposo domiciliario.
La pedagogía hospitalaria y domiciliaria atiende tales necesidades educativas a través de un
trabajo multi e interdisciplinar que compromete a los docentes, la familia, el personal
docente de la escuela de origen, los profesionales de la salud y el personal sanitario,
contemplando la globalidad de la persona, más allá de sus problemas de salud o
aprendizaje.
Rubinich agregó: “el tiempo y los recursos nos alcanzan sólo para atender a 4 o 5 chicos por
día; hay una sola maestra por mañana y a veces quedan muchas cosas pendientes”.
Gladys Rubinich su tarea en la escuela hospitalaria y domiciliaria de rosario. Gladys lleva
cerca de 11 años formando parte de esta escuela y hace un año que trabaja en el hospital de
niños Víctor J. Vilela, donde da clases los miércoles, también cumple función en el zona
norte junto a los chicos internados.
“Cada mañana trabajamos de acuerdo a la necesidad del chico. Si están internados por un
tiempo breve (un par de semanas) y los chicos luego regresan a la escuela se trata de seguir
con el programa de su curso, para que no se pierda la totalidad de esos días de clases. En
cambio, si los chicos están internados por varios meses, más allá de que luego se les dé el
alta y sean derivados a una internación domiciliaria, se trabaja con un programa general
donde se explican temas abiertos y, sobre todo, se atiende a la demanda del alumno”,
explicó Rubinich.
La particularidad de esta función es que los alumnos no están detrás de un pupitre, sino
recostados en la cama de un hospital, esperando mejorar su salud, o bien, tratando de
sobrevivir. “Hay muchas historias que terminan mal y uno no puede mantenerse a margen
de ello. Al estar junto al chico en el proceso de su enfermedad, y si muere, es un golpe muy
fuerte, pero no hay alternativa; hay muchos otros chicos que te esperan para seguir
aprendiendo”, recordó.
Paralelamente, comentó que los alumnos, al estar tanto tiempo internados, suelen aburrirse
y, aunque parezca raro, extrañan el colegio. “De todas formas es enriquecedor trabajar con
ellos y ver cómo dan lo mejor de sí en un período donde sufren mucho”, señaló.
En tanto, afirmó que una vez finalizada la internación, los niños y adolescentes han seguido
en contacto con sus maestras, por medio de mensajes de texto, mails, o alguna vista al
hospital. “Los más chicos prefieren manifestar su cariño con un dibujito que hacen ellos
mismos”, dijo con mucha emoción.
Por otra parte, la maestra destacó que tanto el alumno como ella no tratan al otro de
manera convencional. “Estamos mucho más cerca que si estuviéramos estudiando en un
aula convencional, y si bien el chico o el adolescente que tenemos internado no se reúne en
ese tiempo con sus pares, tratamos de hacer alguna actividad que tenga que ver con sus
intereses, para que se sienta cómodo y con ganas de aprender”.
Así mismo, dijo que uno de los momentos difíciles de las clases es cuando uno de ellos le
pregunta sobre el significado de la muerte: “Por lo general no tenemos conceptos armados:
la explicación es que uno no sabe cómo es y cuándo puede pasar. Más allá de que muchos
chicos tengan una enfermedad terminal, no sé si mañana mismo me puede pasar algo y
muero antes que el paciente. Inclusive no podemos ponernos a hablar de temas como éste
por ser muy delicados, sobre todo teniendo en cuenta cuestiones como las religiosas, que
son muy particulares y sensibles. De todas formas, tratamos de hacerle entender que la vida
continúa, y que nunca sabemos cuándo llegará nuestro final, y mientras tanto hay que
seguir adelante”.2
Reflexión Personal:
Desde nuestra opinión, podemos decir que no teníamos conocimiento acerca de la
Educación Domiciliaria y Hospitalaria, investigando acerca del tema tomamos conciencia de
la importancia, la responsabilidad y el compromiso por parte de los docentes para poder
brindarle una mejor calidad educativa sea cual sea la circunstancia que se encuentre
atravesando el niño/a.
Como futuras docentes debemos tomar conciencia de lo importante que es que un niño/a
tenga el derecho de aprender al igual que cualquier otro. Esta responsabilidad se encuentra
en nuestras manos de hacer todo lo posible de brindarle los conocimientos necesarios, de
despertar motivación en cada uno de los alumnos, de tener paciencia y acompañarlos en
cada altibajo que se presente dependiendo las circunstancias de la enfermedad.
En relación con el artículo periodístico que se observa adjunto a nuestro trabajo se puede
ver detalladamente como el docente realiza esta gran labor de educar a estos niños pero
sobre todo lo que queremos destacar es que se observa una gran vocación por parte del
docente, se genera un vínculo que vas más allá de “enseñarle al otro”, es esencial la
contención emocional y el acompañamiento en todo momento. Como indica Gradys
Rubinich: “Cada mañana trabajamos de acuerdo a la necesidad del chico. Si están
internados por un tiempo breve (un par de semanas) y los chicos luego regresan a la
escuela se trata de seguir con el programa de su curso, para que no se pierda la totalidad
de esos días de clases. En cambio, si los chicos están internados por varios meses, más allá
de que luego se les dé el alta y sean derivados a una internación domiciliaria, "se trabaja
con un programa general donde se explican temas abiertos y, sobre todo, se atiende a la
demanda del alumno”. En síntesis, debemos enfocarnos en la necesidad del alumno y
acoplarlo de acuerdo a sus circunstancias, en esta labor se pone en juego la parte
humanitaria de la situación más que la parte laboral, siempre el docente se se enfoca en el
otro por la necesidad del alumno y no por cumplir con un trabajo como podría ser cualquier
otro.
Escuelas Hospitararias :
Bibliografía
2http://profesoradomariaauxiliadora.bligoo.com/