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ALUMNO:___________________________________________CICLO:________________CURSO:______________FECHA:___________
TUTOR/A:________________________________________
OBJETIVOS ESPECIFICOS
1.- Observar y definir sus conductas - Trazar la línea base de sus conductas negativas. Para ello, - Hoja control-conducta.
problemáticas. utilice un procedimiento de observación de 10 minutos diarios
durante una semana. Emplee 1 minuto para observar, 30 - Cartulina donde estén
2.- Hacer consciente al alumno de sus segundos para registrar, y así sucesivamente hasta escritas las conductas
comportamientos negativos. completar los 10 minutos. negativas que hace el
alumno.
3.- Aumentar la conducta de trabajo como - Sujete una tarjeta en una esquina del pupitre con cinta
alternativa a los problemas de conducta. adhesiva para que el alumno haga una señal cada vez que
se levante o hable sin permiso o cuando realice una conducta
negativa.
METODOLOGÍA
Mientras los alumnos realizan una tarea independiente, el profesor/a se sienta a observar durante 10 minutos. Observa durante 1 minuto y toma nota de
las conductas negativas del alumno durante 30 segundos, sin que éste se sienta observado. Lo hará en la hoja de control de conducta.
Al día siguiente, presenta al alumno una cartulina donde se indican las conductas observadas en la 1ª sesión y se le explica que cada vez que haga algo
de lo escrito en la cartulina, ponga una señal (X) en el apartado correspondiente. El profesor/a, al mismo tiempo que continúa la observación, controlará
que el alumno haga la señal cuando se comporte inadecuadamente. Si no lo hace, el profesor/a se acerca y le pone la señalHaga lo anterior durante 5
días.
A la semana siguiente efectúe el mismo procedimiento e introduzca el elogio, palmada cariñosa en la espalda, sonrisa aprobadora, etc, cuando al pasar
por su pupitre le encuentre trabajando.
HOJA CONTROL-CONDUCTA
ALUMNO:________________________________________________________________________________
FECHA:_______________________OBSERVADOR:______________________________________________
1º minuto:
2º minuto:
3º minuto:
4º minuto:
5º minuto:
6º minuto:
7º minuto:
8º minuto:
9º minuto:
10º minuto:
El alumno registra con una (X) en la casilla correspondiente cada vez que ocurre la conducta.
Permitir que el niño duerma regularmente en la habitación de los padres puede provocar problemas
graves. En muchos casos, los padres lo consideran un hábito difícil de interrumpir cuando se ha
iniciado.
1. Si el niño va hasta la habitación de sus padres, hay que hacerle volver a su cama y meterlo
en ella sin demasiadas contemplaciones. Los padres han de ser firmes.
2. Se puede utilizar la "táctica de los apretujones", la finalidad es hacer que el niño se sienta
incómodo en la cama ajena y que la suya vaya siendo más atractiva. Consiste en empujarle
hacia fuera de la cama, dejándole cada vez menos espacio en la cama, apretujarle sin
hacerle daño, darle una patada suave,...
3. Utilizar recompensas por el hecho de dormir solo o los progresos hacia esa meta. Asegúrese
de expresar lo orgulloso que se está de él y que es un "chico mayor". Préstele una atención
especial y sea cariñoso con él durante el día.
4. Hacer su habitación más atractiva, no significa redecorarla sino cambiar algunos aspectos y
que el niño sea participe de ellos.
5. Establecer un horario regular de sueño.
6. Antes de dormir contarle algún cuento. Se le puede contar alguno relacionado con el
problema.
7. Se puede utilizar un contrato en el que tendrá algún premio por dormir en su habitación, se
marcará en un almanaque los días que ha tenido éxito, acordando previamente el premio a
final de mes, si se comienza con refuerzos continuos pasar poco a poco a refuerzos
intermitentes.
6. Hacer un plan sobre las medidas que se tomarán en caso de que el niño funcione bien (positivas) y
en caso de que lo haga mal (negativas).
7. Explicar al niño la nueva situación. Se trata de explicar al niño las nuevas normas, no decirle por
ejemplo, que la cosa va a cambiar porque "ya no me vas a tomar el pelo". Si decimos algo así y no
somos capaces de mantenerlo, la derrota tendrá consecuencias muy negativas.
El alumno presenta problemas de actitud en el aula, tiene actitud provocadora, falta de motivación y
rebelión ante las normas y ante la figura de profesor. Presenta graves problemas de aprendizaje,
como la repetición del curso, debido a unos patrones de conducta incorrectos.
1.- que los alumnos imitan el comportamiento de los adultos, por lo que para
conseguir un comportamiento adecuado, nosotros debemos ser un ejemplo para él.
4.- Los elogios por los avances del chico deben de ser concretos, adecuados e
inmediatos. Lo que aumenta la probabilidad de que esta conducta se interiorice y
generalice.
6.- Entre los reforzadores que podemos utilizar están los sociales (elogios,...),
materiales (juguetes, golosinas...), actividades (ver TV,...) O fichas. El refuerzo puede
emplearse con el resto de la clase, para afianzar conductas y actitudes que se estén
trabajando con el alumno y ampliar al resto de la clase.
Estas orientaciones son para tenerlas en cuenta tanto en el centro escolar como en el ambiente
familiar. Es importante la coordinación y el diálogo entre ambos.
Es fundamental llevar un registro de las conductas del alumno. Los registros que lleva a cabo la
profesora en el aula, pueden ser enviados a su familia para que ésta recompense los avances y
felicite al chico o retire actividades agradables para él en el caso de que sean conductas negativas.
La forma de utilizar los registros debe ser un estímulo para incrementar actitudes y conductas
adecuadas y hacer un seguimiento del alumno.
2. Hacer una lista de conductas-problema que se desean cambiar, incluyendo la frecuencia en que
aparecen.
3. Ordenar la lista por orden de prioridades.
4. Señalar las conductas que primero deseamos modificar, aquellas en las que se puede obtener un
resultado más rápido (las menos complicadas o las más frecuentes).
5. Elegir una o dos conductas para modificar y olvidar las restantes. Más tarde se tratarán estas
últimas.
6. Hacer un plan sobre las medidas que se tomarán en caso de que el niño funcione bien (positivas) y
en caso de que lo haga mal (negativas).
7. Explicar al niño la nueva situación. Se trata de explicar al niño las nuevas normas, no decirle por
ejemplo, que la cosa va a cambiar porque "ya no me vas a tomar el pelo". Si decimos algo así y no
somos capaces de mantenerlo, la derrota tendrá consecuencias muy negativas.
9.- Confeccionar un listado de cuáles van a ser los posibles reforzadores para el alumno de modo que
sean efectivos
10.- Al principio de iniciar el plan de modificación de conducta deberán administrarse los reforzadores
de modo más continuado, reduciendo gradualmente la frecuencia del mismo en función de la
ocurrencia y de la persistencia de la conducta-objetivo.
11.- Debe controlarse hasta qué punto el reforzador que se le administra produce saciedad en el
alumno. Se debe disponer de otros reforzadores y combinar los reforzadores sociales con los
materiales.
12.- Llevar un registro de conductas negativas y progresos. Hacer dos listas; una la llevará la
profesora y otra la completará el alumno. Revisar la lista al final de la semana. Utilizar el registro
como reforzador de la conducta positiva.
Se trata de un juego para mejorar la conducta del alumno. El proceso comienza explicándole que se
va a realizar una experiencia para mejorar su comportamiento y por la que obtendrá algunos
beneficios si se realiza bien. Ejemplos de reglas del juego:
E)_____________________________
Cuando se incumple alguna de las reglas debe marcarlo en su hoja de registro. Este juego se
realizará durante los primeros minutos de la clase, incrementando su duración y organizarlo en
intervalos. Para organizar estos intervalos podemos tener en cuenta periodos, asignaturas, momentos
del día, o con el profesor/a con el que el comportamiento sea más negativo. Comenzar este juego en
un ambiente facilitador que sirva de entrenamiento y reforzador del alumno.
Cuando el alumno tenga éxito en el juego se empleará algún tipo de reforzador de los seleccionados.
El juego se puede aplicar también al grupo-clase.
14.- Colocar en un lugar de fácil acceso para el alumno un calendario que recoja su proceso.
Incluir en el Plan de Acción Tutorial algunas sesiones para trabajar las habilidades sociales (ponerse
en el lugar del otro, decir cumplidos, quejarse,...)
16.- Coordinar estas orientaciones con el resto de profesores que le imparten docencia al alumno.
A) INSTRUCCIONES
E) COMENTARIOS REFORZANTES
A) INSTRUCCIONES
Colocar en un lugar bien visible de la clase las NORMAS DE CONDUCTA que se deben observar en
el aula. Deben tener las siguientes características:
- A media mañana
- En parte del horario de una materia concreta, turnándose el profesorado para que todos se
involucren en la tarea común.
- En la hora de Tutoría.
C) TÉCNICAS
No se le debe prestar atención a las conductas inadecuadas que interfieren con el aprendizaje o la
enseñanza, a menos que, por supuesto, un niño lastime a otro, en cuyo caso hay que usar un castigo
que parezca adecuado a la acción; es preferible la retirada de algo que sea reforzante para él.
El aprender a ignorar es bastante difícil. La mayor parte de nosotros presta atención a las
transgresiones; por ejemplo, muchas veces en vez de ignorar decimos cosas como las siguientes:
"María, estate quieta", "José, ya está bien de molestar", "Vicente, deja de andar y trabaja".
Las conductas que se deben ignorar comprenden conductas motoras tales como: dejar su asiento,
correr, andar, mover sillas, etc. También debe ignorarse cualquier comentario verbal que no esté
relacionado con la tarea como conversar con otros niños cuando no está permitido, decir el nombre
del maestro para llamar la atención, ruidos extraños, reir, etc.
Debe ignorarse cualquier ruido que haga con los lápices, objetos, así como molestar a otro
compañero.
Se suele tener tendencia a dar por supuesta la conducta adecuada y a prestar atención solamente
cuando un niño actúa o se porta mal. La aplicación de esta técnica supone lo contrario, es decir:
sorprender al niño cuando se porta bien, y hacer un comentario adecuado para recompensarlo por su
buena conducta aunque sólo sea un ligero inicio de esa buena conducta deseada.
- Levantar la mano
- Estar en silencio
Trate de que sus comentarios reforzantes sean lo más variados posibles. Al principio probablemente
tenga la sensación de que alaba demasiado y de que eso suena un poco falso para Vd.. Esta es una
reacción típica y se vuelve natural con el paso del tiempo.
Si los comentarios interfieren la tarea de clase, entonces utilice gestos, sonrisas, es decir, atención
facial para alabar la conducta adecuada.
Camine por la clase y sorprenda a los alumnos que cumplen las conductas adecuadas, póngales la
mano en la espalda y refuércelos. Se ha comprobado que la alabanza que se dice a un niño con
tranquilidad es eficaz si se combina con algún signo físico de aprobación.
REGLA GENERAL:
CONDUCTAS INCOMPATIBLES:
IGNORAR
- Te has ganado...
- Tu conducta es la adecuada.
- Lo has conseguido.
Este juego está basado en las Técnicas de Modificación de Conducta y su objetivo es modificar el
comportamiento disruptivo de toda la clase.
* Los dos equipos pueden ganar en el juego y por ello pueden obtener ciertos privilegios que después
se señalarán.
* Establecer las reglas del juego para que los alumnos las conozcan bien y queden reflejadas en un
mural confeccionado al efecto y colgado en la pared.
REGLAS:
G) NO SE HACEN RUIDOS.
CONSECUENCIAS:
- Otros...
- Otros...
Lunes
Equipo nº 1
Equipo nº 2
EQUIPO Nº 1. Componentes:
----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- -----
----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- -----
------------------------------------------------------------
EQUIPO Nº 2. Componentes:
----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- -----
----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
------------------------------------------------------------
Algunos principios metodológicos para flexibilizar el juego y adaptarlo a las características de la clase
son:
Editorial Marfil
Fomentar una conducta es reforzarla, tanto si esa conducta consiste en deletrear correctamente unas
palabras como en lanzar una pelota. Ten en cuenta este principio: "las acciones seguidas por un
refuerzo serán probablemente repetidas en situaciones futuras similares".
En el aula el profesor puede hacer un gran uso de este principio, reforzando simplemente las
conductas positivas. Aunque ésto es de fácil aplicación, en realidad supone un considerable esfuerzo,
porque los casos de mala conducta son advertidos con mayor facilidad, mientras que la conducta
positiva frecuentemente pasa desapercibida. Todos tendemos a ser buenos críticos, más capaces de
señalar lo que va mal en un alumno que de advertir lo que va bien. El elogio parece menos natural
que la crítica.
Para muchos alumnos resulta reforzante cualquier atención del profesor, incluso la que reviste un
aspecto crítico. Advirtiendo constantemente a los alumnos que tomen asiento, el profesor está
reforzando en realidad la misma mala conducta con la que quiere acabar. El problema se alivia sólo
cuando comienza a ignorar a los alumnos que se hallan fuera de su sitio y dedica su atención a los
que trabajan en sus puestos.
Los profesores pueden fomentar muchas conductas, tanto positivas como negativas, simplemente
prestando atención a éstas.
Puede ser que tengas en clase tres o cuatro alumnos difíciles. Si deseas cambiar su conducta intenta
experimentar los siguientes pasos:
En una primera fase anota cuidadosamente las conductas perturbadoras de tus alumnos (levantarse
sin permiso, pegar a otros chicos, no hacer las tareas...).
En la segunda fase, debate y acuerda con tus alumnos las reglas que es preciso observar en clase,
explicitando claramente lo que se debe y no se debe hacer. Siempre que sea necesario recuerda
estas normas a los chicos difíciles. Sin embargo, podrás observar que a pesar de la enseñanza de las
normas, es probable que la mala conducta persista.
En una tercera fase, recuerda periódicamente las reglas a los alumnos e ignora sistemáticamente las
conductas inapropiadas. Con esta última medida se elimina la atención del profesor como fuente de
refuerzo de las conductas. Este procedimiento es posible que también tenga escaso efecto.
En la cuarta fase se introduce un factor decisivo. Comienza a dispensar elogios y atención a tus
alumnos cuando trabajen o jueguen constructivamente. Dí cosas como: "me gusta la forma en que
trabajas, tan tranquilamente". Continúa formulando las reglas e ignorando las infracciones de éstas.
La combinación de normas, pasando por alto la conducta difícil y elogiando la conducta positiva
disminuirá significativamente la conducta perturbadora.
Si quieres comprobar la efectividad de este procedimiento, interrumpe esta fase y vuelve a la primera.
En pocos días observarás que las conductas inadecuadas reaparecen. Vuelve de nuevo a la cuarta
fase y observa los cambios.
Las declaraciones negativas por sí solas, sin elogio para la conducta positiva, se han revelado como
totalmente ineficaces a la hora de cambiar las actuaciones de los alumnos. A un profesor con una
clase de 20 a 30 alumnos probablemente le resultará difícil aprender a elogiar frecuentemente, pero si
tenemos en cuenta el efecto de sus elogios, puede muy bien valer la pena el esfuerzo necesario para
realizarlo.
La atención y el elogio del profesor siempre resultan accesibles. Cuestan poco y son inagotables, son
los reforzadores ideales. El aprender a concentrarse en lo positivo constituye una destreza muy
importante en la enseñanza.
El condicionamiento vicario es una forma de aprendizaje que tiene lugar mediante la observación de
una persona que realiza una conducta y experimenta sus consecuencias. A este proceso se le
denomina también modelación.
La observación de una persona que está siendo reforzada por realizar una cierta conducta puede
incrementar esa conducta en el observador.
El principio del refuerzo vicario puede ser empleado en el aula para reforzar las conductas positivas
de los alumnos que están situados cerca de los más difíciles. Tan pronto como los alumnos difíciles
comiencen a manifestar la misma conducta deben ser gratificados por ello. Por razones obvias el
refuerzo vicario se desperdicia si se ignora que el observador realiza esa misma conducta. El profesor
deberá tener cuidado en el empleo del elogio. Los estudiantes se quejan frecuentemente de que lo
que hacen es menos elogiado que lo que hacen los "mimados del profesor". Así, al tiempo que
emplea el refuerzo vicario, es conveniente realizar un esfuerzo adicional para advertir las conductas
positivas de aquellos alumnos que se revelan difíciles.
En su empleo real en el aula, el principio del refuerzo vicario posee importantes implicaciones en lo
que se refiere a la disposición de los asientos. Si los alumnos difíciles se hallan colocados cerca de
los que son a menudo reforzados por unas conductas positivas, resultará más probable que los
perturbadores adviertan el refuerzo y por eso se beneficien del refuerzo vicario.
Un profesor debe emplear la mala conducta de un alumno como indicio personal para hallar a alguien
a quien elogiar en el aula, preferiblemente un alumno que esté próximo al perturbador. En otras
palabras, cada vez que un alumno transgreda una norma, en vez de criticar al transgresor, el profesor
recordará o tomará esa transgresión como indicio de que debe hallar a alguien que cumpla la norma y
elogiarle por ello.
RESUMEN
1. Siempre que sea posible, concentrar la atención en los alumnos que están
obedeciendo las reglas e ignorar a los que se comportan inadecuadamente.
Ejemplos:
2. Asegurarse de que todos los alumnos, incluso los problemáticos, reciben algún
elogio, ciertos privilegios, cuando hacen algo bien:
(TIME-OUT)
El aislamiento, como modelo especial de castigo, es una técnica muy utilizada para eliminar una
conducta problemática y consiste en separar al niño del contexto en el que está ocurriendo la
conducta anómala. Dicha separación o aislamiento debe conllevar una privación social. Por ejemplo:
separar a un alumno del resto de compañeros de la clase cuando su comportamiento sea inaceptable
y no se pueda ignorar por la gravedad del mismo.
El aislamiento recibe también el nombre de tiempo-fuera (time-out) o receso de refuerzo y uno de los
principales problemas que plantea es el de la elección del lugar de aislamiento social (pasillo, patio...).
El nuevo contexto en donde se retire al alumno durante un tiempo aproximado de 5 minutos o hasta
que cese la conducta anómala, debe ser un lugar en el que no pueda obtener ninguna gratificación o
refuerzo porque, de lo contrario, el lugar de aislamiento sería una consecuencia agradable de
molestar en clase con lo que se estaría reforzando a esta última.
No sería efectivo la aplicación del tiempo-fuera en un alumno al que se le aisla en el patio y allí tiene
la oportunidad de practicar su deporte favorito durante el periodo de tiempo que dura su separación
del resto de la clase. Es muy conveniente conseguir la colaboración de otros profesores del Equipo
Docente que en esos momentos no den clase o que realicen alguna tarea que pueda ser compatible
con la "custodia" del alumno perturbador.
Pero podría darse el caso de que la "salida" o aislamiento funcionara como reforzador de su conducta
alborotadora porque al niño en cuestión no le gusta estar en la clase realizando la tarea escolar. En
estos casos habría que determinar cuáles son las actividades reforzantes o situaciones gratificantes
para el alumno a efectos de poderlas utilizar contingentemente al aplicar el tiempo-fuera, en el sentido
de privación o separación del contexto reforzante.
Para que el aislamiento sea efectivo el alumno ha de experimentar verdadero aburrimiento de modo
tal que prefiera estar en la clase a estar aislado, de lo contrario se le estaría reforzando. Si el niño es
aislado en el pasillo, encontrar a otros compañeros para contarles su "aventura" resultará reforzante
para él. Generalmente los pasillos son desaconsejables porque existen multitud de elementos
distractores que no benefician en absoluto la eficacia de la técnica aplicada por lo que sería
recomendable el aislamiento en un lugar apartado de la clase o en alguna dependencia donde pueda
estar sometido a control, sin peligros y no poder obtener refuerzo alguno ni por parte de sus
compañeros ni por la existencia de estímulos gratificantes en el lugar del aislamiento.
Algunas veces suele ocurrir que el alumno entabla un enfrentamiento verbal con el profesor,
discusión que debería ser evitada a toda costa y no debería producir alteración emocional en el
docente. El alumno ha de conocer previamente cuál va a ser la consecuencia de su conducta sin la
necesidad de tener que producirse discusiones acerca del porqué del tiempo-fuera. El tiempo-fuera
debe complementarse con otras técnicas de refuerzo para aumentar las conductas contrarias a las
que se pretende eliminar.
ORIENTACIONES PARA EL NIÑO QUE SE FRUSTRA CON FACILIDAD, QUE NO SABE HACER
FRENTE A LAS PRESIONES
Algunos ejemplos de conductas en estos niños serían aquellas en las que se rebelan frente a la
autoridad del maestro adoptando una postura de total negativismo hacia el trabajo escolar. Está aquel
que dice "¡ no puedo hacerlo!" y arroja el libro al suelo apareciendo el llanto. Otros expresan su rabia
encerrándose en sí mismos, estrujando los papeles o rompiéndolos.
Algunos niños tienden a desanimarse pronto y cuando se les obliga reaccionan con comportamientos
desadaptativos: rebelión, negativismo... El colegio debe ser un lugar estimulante y el aprendizaje
debe ser un proceso positivo, no un generador de grandes presiones. Sin embargo, cuando las
expectativas de la escuela no están sincronizadas con las aptitudes, o cuando un niño que
normalmente se las arregla bien muestra signos de frustración, ésto significa que algo está
interfiriendo. Detecte las causas e intente suavizarlas si es posible. Después deberá ayudar al niño a
reaccionar de nuevas maneras a su falta de éxito.
Hay una serie de preguntas que nos podemos hacer para identificar la causa del problema:
Los maestros no pueden suprimir todas las fuentes de frustración y las presiones existentes en el
mundo del niño, lo que significa que éste deberá aprender formas positivas de hacer frente a estos
sentimientos.
Las pataletas o berrinches son el conjunto de conductas normalmente de carácter negativista que un
niño ejecuta y expresa como medio de rechazar una situación que se da en su vida, y en la que las
conductas no tienen correlación con la situación a que se responde.
Estas conductas suelen presentarse como consecuencia de la excitabilidad y descontrol del niño, y
normalmente persisten en algunos niños porque existen reforzadores que las mantienen dentro de su
repertorio de respuestas. Debemos recordar que la eliminación de las mismas en un paso previo para
conseguir la creación de conductas y hábitos adaptados.
Este tipo de conducta suele aparecer en algunos niños cada vez que tienen acceso a alguna cosa o
situación que en ese mismo momento desea, así pueden aparecer por no querer ir al colegio, por no
querer separarse de la madre, porque no obtiene determinada cosa, etc.
A) objetivos.
El objetivo general y básico de este programa de apoyo sería reducir y/o eliminar las reacciones de
berrinches que no tienen relación de paridad con los estímulos que se reciben y/o los fines
perseguidos, que se debería conseguir a través de otros más operativos como los siguientes:
2.- Reforzar las conductas positivas en las situaciones en que anteriormente surgía una pataleta o
berrinche.
4.- Impedir que el niño consiga los objetivos perseguidos con las pataletas o berrinches.
B)Prerrequisitos.
establecemos aquí.
C)Modelo de intervención.
1.- Para establecer un plan adecuado, es necesario en primer lugar concretar al máximo las
circunstancias en que se producen con mayor intensidad o frecuencia este comportamiento, para de
esta forma llegar al conocimiento de la circunstancia que mantiene dicha conducta, debiéndose tener
en cuenta la atención
2.- Cuando un niño presente una pataleta o berrinche, se le debe prestar la menor atención posible.
Advirtiéndole que sólo se le prestará atención cuando deje de llorar y patalear, y que mientras tanto
puede llorar todo cuanto quiera, que a nosotros eso no nos importa mucho. Esta actitud es vital, ya
que con ella desvalorizamos la pataleta y berrinche delante del niño.
3.- Cuando el niño se calle, le explicaremos de la forma más clara posible que no debe montar
"numeritos" por ese tipo de cosas que o bien no pueden ser o bien no es la forma de conseguirlas. Y
que si los vuelve a montar nosotros seguiremos sin prestarle la menor atención.
4.- En ningún caso debemos castigar al niño que tiene un berrinche o pataleta, sino que en todos los
momentos en que se dé esta situación debemos "ignorarlo" y aunque sabemos que esto es muy difícil
es absolutamente necesario si queremos terminar con
las pataletas.
5.- Cada vez que ante una situación en que aparecía una pataleta el niño manifiesta una conducta
positiva, debemos felicitarlo y animarlo a mantener este tipo de conductas.
6.- Si en un niño son muy frecuentes estos trastornos, al comienzo no deben favorecerse muchas
situaciones distintas donde puedan aparecer los mismos, sino que se debe abordar primero una
situación, una vez superada ésta abordar otra, etc.
7.- Si como consecuencia de la pataleta o berrinche el niño deja de realizar una actividad escolar o
no, se le deberá obligar a cumplir con dicha tarea con posterioridad.
8.- En el ámbito familiar es necesario que se sigan las mismas pautas que se han señalado
anteriormente.
D)Materiales:
Para la consulta y profundización sobre el tema de las pataletas y berrinches recomendamos el uso
de la siguiente bibliografía:
MAMÁ
PAPÁ
NENE
TITÍ
CACA
AGUA
PAN
TATA
TIC-TAC
PIS
PIPA
ADIOS
HOLA
PATA
CAMA
BEBÉ
PEZ
CAE
PIE
UVA
Porcentaje de
Aciertos
Intervención terapéutica:
Método Monorrítmico:
El sujeto habla llevando un ritmo( con la mano, metrónomo...)
El habla silabeante y con ritmo lento posibilita un mejor habla.
aplicación de los principios del aprendizaje, al manipular las recompensas y castigos ambientales.
La desensibilización sistemática.
La imaginación emotiva.
Es la técnica básica del condicionamiento clásico, a partir de la cual se han elaborado las
restantes. Si un estímulo que provoca una conducta, lo asociamos con otro estímulo cualquiera,
cuando se produzca éste, también se seguirá aquella conducta o una muy parecida. Si un estímulo
provoca alegría, y le asociamos con un segundo estímulo, como puede ser el sonido de un timbre,
cuando éste suene, aun sin haberse producido el primer estímulo, se responderá con alegría. Para
que se produzca la asociación de los estímulos debe practicarse el aprendizaje durante cierto espacio
de tiempo. La conducta aprendida de forma refleja puede extinguirse si no se aplica el estímulo inicial
junto al nuevo, renovando así el condicionamiento.
La desensibilización sistemática.
Si un estímulo que provoca ansiedad lo apareamos con una conducta que sea incompatible con
la ansiedad, ésta disminuirá hasta llegar a desaparecer cuando aparezca aquél. Esta técnica, en la
que se aplican los principios del condicionamiento clásico, se usa en la mayor parte de los casos en
que se aprecia temor, ansiedad o preocupación ante algo. Generalmente, la conducta incompatible
con la ansiedad, y que se utiliza con mayor frecuencia. es la relajación muscular, pero puede ser
empleada también la relajación mental o cognoscitiva. El proceso de la desensibilización sistemática
implica :
. Asociación sucesiva de las diferentes categorías de temor con la relajación, hasta que deje de
provocar angustia o ansiedad.
La imaginación emotiva.
Consiste en asociar a un estímulo que provoca ansiedad, otro estímulo de naturaleza agradable e
imaginado por el alumno, el cual es incompatible con la ansiedad. Al asociar ambos estímulos,
cuando aparece el que produce ansiedad, automáticamente se presenta el imaginario agradable,
reduciéndose la ansiedad hasta desaparecer. Si un alumno tiene temor de acudir a la escuela y le
resulta agradable un determinado personaje, podemos asociar la imaginación de este personaje con
el pensamiento de ir a la escuela hasta que desaparezca el temor. La imaginación emotiva es una
técnica muy apropiada en ambientes escolares por su gran sencillez. Para su aplicación deberá
seguirse la siguiente secuencia :
. Hacer que el alumno imagine, con los ojos cerrados, a dicho personaje y establezca una
relación con él.
El refuerzo positivo.
El refuerzo negativo.
El castigo.
La extinción.
El autocontrol.
La retroalimentación.
El refuerzo positivo.
. Elogiar su conducta, mediante expresiones como «muy bien», «estupendo», y otras parecidas que
demuestren aprobación de la misma.
. Premios diversos, como objetos, regalos, fichas (canjeables después por otros objetos).
. Cosas agradables, como oír música, ver un programa de televisión, asistir a una reunión, etc.
. Programa de razón fija. Cada cierto número de veces que el alumno realice la respuesta deseada
se le concede un refuerzo. Al comienzo de un programa se le deberá reforzar todas las veces que la
conducta se produzca. Conforme se avanza en el programa, podrá ir aumentándose de forma
paulatina dicha razón fija. Es una modalidad eficaz, por la que se suelen comenzar la mayor parte
de los programas, aunque después se cambie de modalidad. El alumno se habitúa a la proporción
establecida, siendo sus realizaciones intermedias (en el supuesto de razones fijas amplias) más
imperfectas, y mejores las finales del ciclo. Cuando se suprime el refuerzo, suele extinguirse la
conducta con más facilidad que con las otras modalidades.
. Programa de razón variable. En este caso se varía la proporción de respuestas correctas por cada
refuerzo, de manera que el alumno no sepa cuándo va a recibirlo. Al principio la oscilación de la razón
debe ser pequeña y aumentarse poco a poco. Es un procedimiento muy eficaz para lograr la
modificación de la conducta, ya que todas las respuestas del alumno se realizan con la expectativa
del posible premio, al desconocer el momento en que se producirá. Incluso cuando se suprime el
refuerzo, resulta difícil la extinción de la respuesta.
. Programa de intervalo fijo. Siempre que el alumno obre correctamente, es decir, realice la conducta
deseada durante un espacio de tiempo fijo, se le proporciona el refuerzo. Esta circunstancia es
independiente del número de veces que lo haga. Su eficacia es discreta, ya que puede habituarse,
con una sola acción, a esperar el refuerzo en el tiempo que, por repetición, llega a conocer. Al
suprimir el refuerzo se produce la extinción con rapidez.
El refuerzo negativo
Esta técnica consiste en incrementar la frecuencia de una acción deseable eliminando algo que
resulta molesto al alumno, siempre que obre correctamente. Como medios para llevar a cabo el
. Objetos o cosas que le resulten desagradables, como figuras, animales, ambiente, etc.
. Olores desagradables.
. Dolores físicos o circunstancias molestas, que imposibilitan su libertad, como aquellas que le
obligan a permanecer en determinada postura o lugar.
El refuerzo negativo debe ser también lo más inmediato posible a la conducta deseada. Su
aplicación puede ser de manera continua o intermitente. La primera es más eficaz que esta última,
El castigo.
Esta técnica consiste en eliminar algo grato, o bien en proporcionar algo que resulte molesto
al alumno, siempre que responda con una conducta distinta a la deseable, facilitando así la extinción
de la misma.
El castigo aplicado de forma intermitente es menos eficaz que cuando se hace de forma
continua, es decir, siempre que se produzca la respuesta inadecuada.
Los castigos deben aplicarse lo más inmediatamente posible tras la acción incorrecta.
Entre los castigos que más corrientemente pueden aplicarse, tanto en ambientes escolares
como en los familiares, se encuentran los siguientes :
Olores desagradables.
Los castigos pueden aplicarse en muchas ocasiones, siendo necesario que el alumno lleve el
La extinción.
produce. De esta manera, llega a producirse la extinción de la misma al no recibir ningún refuerzo
que la mantenga.
La extinción debe ser aplicada siempre que se produzca la conducta, no siendo susceptible
de hacerlo de manera intermitente, ya que, en este caso, se reforzaría la conducta y sería
contraproducente para el tratamiento.
Ignorar la conducta es una técnica muy fácil y de gran eficacia. En muchas ocasiones la
familia, al aplicar un castigo por una conducta indeseable, lo que hace es, a veces, reforzarla;
mientras que si la hubiera pasado por alto sin prestarle atención, el niño, al ver que no se le hace
caso y que aquella conducta no es útil para él, dejaría de realizarla, con lo que desaparecería por
extinción.
El autocontrol
Consiste en la aplicación de los medios terapéuticos por el propio alumno, de acuerdo con las
- La misma subjetividad del autocontrol hace que, en la mayor parte de los casos, el alumno
sea, incluso, más exigente en la evaluación de su tratamiento.
- La observación de su conducta puede llevarla a cabo de forma permanente, por lo que sus
resultados son más estables y duraderos al crear hábitos que se prolongan tras el
tratamiento.
. La autoobservación.
. El autorref'uerzo y el autocastigo.
. La autorregulación.
. El autocontrol de estímulos.
. La autoinhibición recíproca.
. El autotratamiento.
. La autoobservación.
Consiste en la observación de la conducta por el mismo alumno, el cual recibe los criterios a
los que debe ceñirse en todo momento para realizarla. Estos criterios deben ser muy concretos y
muy objetivos.
En esta modalidad el profesor concreta el plan de tratamiento, las técnicas a emplear y los
criterios para evaluar la observación de su tratamiento. El alumno, normalmente, será quien se
aplique el tratamiento, realice su propia observación y evalúe los resultados. En determinados
casos, la aplicación del tratamiento puede ser realizada por algún miembro de su familia u otra
persona, pero la observación y evaluación son obra exclusiva del propio alumno.
Es una modalidad idónea para ser empleada en medios escolares, ya que, en muchas
ocasiones, los problemas se presentan en momentos en los que el observador externo no está junto
al alumno y, en cambio, el propio alumno, al ser siempre el protagonista, puede observar
perfectamente su conducta.
. Autorrefuerzo.
Constituye una modalidad del autocontrol en la cual el alumno, además de cumplir el plan de
tratamiento fijado por el profesor y de observar su propia ejecución, se aplica los refuerzos y
castigos que le hayan prescrito previamente. Es un medio terapéutico mucho más eficiente que el
anterior, ya que el alumno actúa con un mayor protagonismo.
. Autorregulación.
Permite al alumno fijar determinados aspectos de su tratamiento, como, por ejemplo, la razón de
los refuerzos o castigos. Puede aumentar o disminuir las tasas de los mismos o, incrementar el
número de sesiones de ejercicios terapéuticos. Esta modalidad puede ser muy útil en los casos de
nerviosismo, irritabilidad, ansiedad, etc., en los que puede requerirse dicho incremento de
sesiones en determinados momentos, de acuerdo con el estado emocional del alumno.
. Autocontrol de estímulos.
Es una modalidad en la que el alumno determina los estímulos que pueden servirle para
modificar su conducta, y con arreglo a los mismos, se los aplica, observa y evalúa.
. Autoinhibición recíproca.
El alumno elige el medio más adecuado para contrarrestar la acción que quiere inhibir y luego lo
aplica cuando es previsible que se den las circunstancias que desea modificar. Esta modalidad de
autocontrol se utiliza en ciertos casos de ansiedad, dificultades en la relación social, nerviosismo y,
en general, cuando se presentan problemas de comportamiento que puedan contrarrestarse
mediante conductas que sean incompatibles. Se comentan y concretan con el alumno aquellos
aspectos que él considera que pueden aplicarse con más eficacia en previsión de la conducta a
inhibir. Cuando se presenta una circunstancia así, pone en práctica la conducta incompatible, con
lo que evita la otra conducta. Anota sus resultados y, posteriormente, contabiliza sus éxitos y
fracasos.
. Autotratamiento.
La retroalimentación.
Mediante esta técnica el alumno va conociendo los resultados que obtiene, los cuales pueden
influir en su futura actuación. El conocimiento de su propia evolución provoca en él la
autoestimulación y el deseo de corregir aquellos aspectos que puedan mejorarla. La
retroalimentación puede ser:
. Interna o autorretroalimentación.
. Externa.
En la retroalimentación externa el alumno recibe una información ajena sobre sus resultados.
Esta modalidad puede ser:
. Biorretroalimentación.
. Sociorretroalimentación.
En el caso del refuerzo positivo encubierto se hace imaginar al alumno una escena en la que
se produzca la respuesta a sensibilizar, e inmediatamente se asocia a otra escena imaginaria
gratificante para él.
Esta ejercitación se repite varias veces al día hasta que el sujeto va adquiriendo en su vida
normal la respuesta adecuada.
Un problema de falta de interés hacia el estudio, por falta de sensibilización, puede ser
tratado haciendo imaginar al alumno que a su llegada a casa, y tras merendar, se pone
inmediatamente a estudiar con verdadero interés y se asocia inmediatamente con el pensamiento de
que sus padres le hacen el regalo que desea por sus buenas notas. Si en este caso la falta de interés
hacia el estudio era como consecuencia de un exceso de atracción hacia la televisión, previamente
habría que desensibilizar este hábito inadecuado.
De esta manera el paciente experimenta un alivio o, lo que es lo mismo, siente una sensación
agradable.
Dicha asociación debe reiterarse varias veces (entre 10/12 veces) durante varios días, hasta que
se modifique la conducta real.
Supongamos una conducta de falta de atención en clase. Puede iniciarse la imaginación del
estímulo aversivo que en este caso consistirá en la escena del profesor leyendo en alto en clase
los nombres de los alumnos que menos interés han demostrado durante la 1ª evaluación, entre los
cuales figura el interesado. Se continúa imaginando lo que el alumno debe realizar y cómo debe
estar durante la clase. Se termina imaginando la escena inicial en la que el profesor cita los
nombres de los peores alumnos, pero sin incluir al suyo.
El autocontrol
En esta técnica el alumno se propone determinados objetivos en su conducta, los cuales
debe realizar periódicamente, llevando a cabo su seguimiento, evaluación y reforzamiento.
Puede ser empleada como elemento de terapia por sí misma o bien como medio de apoyo a
otras técnicas. Constituye una técnica base imprescindible para lograr resultados eficaces, ya que
mediante ella el sujeto se acostumbra a observarse, lo que hace con arreglo a unas pautas que
previamente se ha propuesto, reforzándose su nivel de aspiración cada vez que las ejecuta
correctamente. Constituye un refuerzo constante de su fuerza de voluntad, junto al seguimiento de su
actitud a lo largo de un proceso.
Es utilizada a veces como medio para conocer la línea base en relación con un problema, es
decir, la frecuencia o incidencia del mismo durante un período de tiempo. Otras veces constituye el
punto de partida o de apoyo a otras terapias.
La autosugestión
Es una técnica apropiada para alumnos inestables, impresionables, con bajo control
emocional o faltos de fuerza de voluntad.
El sujeto repite varias veces al día frases que le proporcionan confianza y seguridad en orden
a su actuación deseada. Esta reiteración llega a sugestionarle, llevándole al convencimiento de que
es capaz de lograr lo que se propone realizar, y además lo hará bien.
Terapia asertiva
Algunos sujetos presentan dificultad por manifestar sus sentimientos, bien por timidez,
prevención o complejo de inferioridad. Ello puede constituir en determinados casos, un grave perjuicio
para su vida de relación social y el desarrollo evolutivo de su personalidad. A fin de modificar su
actitud de forma adecuada se utiliza la terapia asertiva, que consiste en estimular al sujeto a que
manifieste verbalmente sus emociones y sentimientos con toda libertad.
Terapia cognitiva
El sujeto verbaliza la conducta que desea realizar, posteriormente la verbaliza al tiempo que
la ejecuta. Cuando este último proceso lo realiza correctamente recibe la aprobación del terapeuta a
modo de refuerzo.
Otra forma de actuar en los procesos cognitivos consiste en la solución de problemas, técnica
mediante la cual se hace que el sujeto piense y exprese en voz alta cómo debe conducirse ante una
situación determinada, así como las consecuencias beneficiosas que se derivarán de ello.
En esta técnica se hace imaginar al sujeto la conducta deseable, así como las consecuencias
favorables que provoca en los demás. Se reitera dos o tres veces al día hasta que el sujeto se siente
capaz de ponerla en práctica en su vida normal.
Puede combinarse con aserción, imaginando la reacción de los demás ante una adecuada
actuación del sujeto.
La relajación
Mediante esta técnica se actúa sobre los diversos músculos del cuerpo para lograr su total
distensión.
La tensión muscular y la tensión psíquica guardan cierta relación, de tal forma que una
excesiva tensión muscular en determinadas zonas corporales puede provocar también tensión
psíquica o incluso dolor. De la misma manera, la distensión muscular favorece la distensión psíquica,
creando una situación placentera y reconfortante.
Con los ojos entornados, se cierra el puño derecho con fuerza, notan do la tensión en el brazo; se
permanece unos segundos haciendo tensión; se abre la mano distendiéndola totalmente,
experimentando uru sensación de alivio y relajación. Se hace lo mismo con el puño izquierdo.
Se flexiona por el codo uno de los brazos; notar la tensión en el bíceps; se mantiene la
posición unos segundos; distender a continuación el brazo hasta que la palma de la mano descanse
sobre el mismo hacia arriba; notar la distensión, al tiempo que se piensa lo agradablemente
distendido que se siente. Hacer lo mismo con el otro brazo.
Después hacer lo mismo con cada una de las piernas: se eleva y dobla por la rodilla mientras se
actúa con tensión en sus músculos durante unos segundos. A continuación retornar a la posición
inicial, apreciando la distensión y descansando plácidamente al tiempo que se piensa en lo
relajado que se está.
Cuando se ha logrado la relajación de brazos y piernas correctamente se pasa a la cabeza; se
tensa y distiende sucesivamente la frente, las cejas, los ojos, la boca y las mandíbulas. Tras la
distensión descansa brevemente notando el alivio.
Se pasa al cuello, tensando los músculos y distensándolos los hombros; la espalda. En cada uno
se hace lo mismo, descansando tras la distensión.
Después se pasa a inspirar profundamente aire en los pulmones, manteniéndolo unos segundos y
expulsándolo después suave y profundamente, al tiempo que se descansa plácidamente.
Se descansa unos segundos totalmente relajado, sintiendo la propia respiración.
Se termina cada sesión flexionando el brazo varias veces con energía al tiempo que se respira
profundamente dos o tres veces. Se abren los ojos y se habla.
Desensibilización sistemática
Si logramos que una respuesta antagónica a la de angustia se produzca junto a estímulos que
provocan ansiedad, disminuirá la relación entre estos estímulos y su reacción de angustia. La
intensidad de la respuesta de angustia a dicho estímulo va haciéndose cada vez menor, hasta
llegar a desaparecer por completo.
.Sesiones de tratamiento.
En ambientes escolares la detección de los temores o grado de angustia se puede realizar
bien por medio de una entrevista con la familia y el alumno, por la aplicación de cuestionarios
Las jerarquías a desensibilizar se eligen en orden inverso al grado de angustia o temor que
producen, de tal forma que empezaremos por aquella que menos ansiedad suscite; después
pasaremos la siguiente, y por último llegaremos a la que más ansiedad provoque. La determinación
de este orden dentro de las jerarquías constituye un aspecto importante y decisivo. Una vez
elaborado el orden de actuación de las diferentes jerarquías se determinará el plan de actuación, que
incluye:
-Se le hace imaginar la categoría inferior a desensibilizar, de manera que no llegue a producir
inquietud o angustia.
-Una vez relajado, y tras haber imaginado el pensamiento último sin llegar a sentir ansiedad, se le cita
para la próxima sesión.
La sesión siguiente se inicia con el pensamiento o imaginación de la jerarquía de ansiedad
sucesiva, o que produce inmediatamente más ansiedad, procediéndose a relajarle en el momento
de mayor intensidad. Volviéndose a repetir y, si hay tiempo para ello, se pasa a la siguiente
jerarquía o se le cita para la nueva sesión.
.Náuseas y mareos
.Incomunicación familiar
.Relaciones interpersonales
.Ansiedad en general
El castigo encubierto
Esta técnica es muy útil cuando la conducta a desensibilizar está muy arraigada y requiere
actuaciones contundentes.
Casos como robos, mentiras, violencia y en general conductas recias al cambio pueden
requerir esta técnica.
El autocastigo
Consiste en que el sujeto preste atención a su conducta y siempre que aprecie que se ha
producido la conducta desadaptativa, o que se quiere modificar, se aplique algo molesto o
desagradable para él, previamente estipulado.
Un control adecuado y diario de las veces que se produce el acto a modificar y aquéllas en
las que el sujeto se ha aplicado el autocastigo, contribuye a disminuir su repetición, hasta su total
desaparición.
Es una técnica aplicable en aquellos casos en los que el alumno no sea capaz de imaginar el
castigo encubierto.
La inundación emocional
.Se enseña al alumno a suspirar rítmicamente, permaneciendo unos minutos realizando dicho
ejercicio.
.Se le instiga a que verbalice la emoción o el temor que le preocupa, poniendo de manifiesto los
motivos de su angustia.
.En otra sesión el psicólogo le presenta una escena global con sus preocupaciones, que le provoque
un intenso grado de angustia, haciendo que se produzca una explosión verbal de sus sentimientos.
.Se repite la escena hasta que el alumno acepte sin temor, incluso con sensación de bienestar, la
emoción. De esta manera se irá extinguiendo su temor al dominar la situación emotiva de forma
apropiada.
Con la terapia implosivo-expresiva o de inundación emocional pueden tratarse, entre otros, los
siguientes problemas:
.Temores.
.Obsesiones.
.Negación al alimento.
.Se hace que el alumno analice la situación que le preocupa o perturba, expresándose verbalmente
ante el psicólogo
.El psicólogo le conduce con arreglo a su circunstancia particular hacia una situación que le
provoque angustia.
.Pereza mental.
.Mínimo aceptable.
.Falta de interés por el trabajo
.Perturbación en clase.
.Agotamiento por exceso de actividades o estudio.
Estos son los rasgos de personalidad que pueden incidir en los problemas de conducta:
Estabilidad emocional.
Es la mayor o menor facilidad que el sujeto tiene para dejarse influir en su conducta por los
sentimientos y emociones. Cuando es baja, pone en evidencia la variabilidad de sus reacciones ante
los sentimientos o afectos.
Introversión-extraversión.
Dominancia caracterológica.
Es la mayor o menor tendencia por parte del sujeto a reafirmarse o imponerse a los demás,
poniendo en evidencia su temperamento dominante o sumiso. Una puntuación alta en este rasgo
pone de manifiesto un temperamento fuerte y de posibles reacciones violentas.
Autodominio.
Es la capacidad que tiene la persona para exigirse y cumplir aquellos propósitos que se fija.
Un bajo autodominio nos indica, junto a una escasa exigencia personal, anarquía y discontinuidad en
el trabajo.
Rendimiento escolar.
Integración social.
Es el grado de integración y relación social dentro de la propia clase. Una integración baja
pone de manifiesto un carácter difícil o cierto aislamiento.
Objetividad.
Se da objetividad cuando los juicios del sujeto están libres de influencias o tendencias que los
desvirtúen. Si es baja, pone de manifiesto la subjetividad.
Reflexión.
Es la tendencia a pensar y meditar antes de tomar decisiones. Una baja reflexión indica
escaso pensamiento e improvisación a la hora de tomar decisiones.
Confianza en sí mismo.
Es la seguridad que tiene de sí mismo en sus diferentes actuaciones. Cuando es baja, indica
Para cada técnica de modificación de conducta éstos son los rasgos más apropiados:
En el refuerzo positivo:
En el refuerzo negativo
En el castigo
El autocontrol
- - autodominio alto.
En la extinción
- - Extraversión.
- - dominancia alta.
- - Reflexión.
- - el autodominio.
- - confianza en sí mismo.
Características
1.- TIPOS
Enuresis secundaria: He presentado al menos seis meses de continencia y durante ese tiempo ha
sido capaz de controlar el funcionamiento largo de su esfínter.
2. EDAD
3. POSIBLES CAUSAS
- La capacidad de la vejiga suele ser menor, provocando la necesidad urgente de orinar ante
cantidades menores de orina
- Excesiva atención, produciendo impaciencia e irritabilidad en los padres ( No todos los niños tardan
lo mismo en controlar la orina)
- Puede ser producido como búsqueda de atención, por ejemplo ante el nacimiento de un hermano.
- No se ha acostumbrado al niño a visitar el baño en los momentos adecuados, sino ante el mínimo
indicio de querer hacer pis, por lo que no sabe retener la orina. El niño no tolera ciertos niveles de
presión del músculo.
- A veces la enuresis forma parte de un conjunto de conductas que indican falta de autonomía.
RECOMENDACIONES
NO CONVIENE HACER
CONVIENE HACER
2.- Procurar que el niño/a se sienta en el orinal a las mismas horas y en el mismo lugar.
5.- En la medida en que el niño/a muestre entusiasmo por ello y vaya siendo más autónomo, dejar de
intervenir nosotros.
6.- Durante el día que el niño/a tome líquidos normalmente, y se le dice que cada vez que quiera
orinar se lo indique a su madre o adulto más cercano, éste le acompañará y le dirá a la niña/o que
retenga la orina, practicando el cierre de líquidos (cuando esté orinando, interrumpe el chorro, lo inicie
otra vez, lo interrumpe y así sucesivamente).
PROGRAMA MÚLTIPLE
1. Charla con la madre para explicarle en qué consiste la enuresis y en qué va a consistir el
tratamiento
2. Pequeña charla con el niño/a para comunicarle lo que se va a hacer, motivarle para su
colaboración.
3. Seguir recomendaciones (pag nº 2).
Debe ayudar a hacer la cama ( cambiar las sábanas, etc), recoger su pijama,
lavarlo a mano en ese momento y tenderlo
Se le deja dormir
Este último punto repetirlo media hora antes de la hora usual de levantarse por las mañanas.
Se marcará en un almanaque los días que no se ha hecho pis, acordando previamente el premio, si
se comienza con un refuerzo continuo pasar poco a poco a un refuerzo intermitente. Si el niño/a se ha
hecho pis deberá ayudar a la madre a limpiar y hacer su cama.
MUECAS Y TICS
Las pequeñas muecas o tics son movimientos de repetición involuntarios y constituyen un hábito
nervioso que suele ocurrir más a menudo en la niñez, principalmente entre niños de seis a doce años.
Un tic provocado por el estrés desaparece en pocas semanas. Las regañinas no aceleran el proceso.
En raras ocasiones el tic persevera durante más de dos semanas. Si persiste debe ser tratado
directamente a través de intervenciones planificadas.
Algunos tics pueden ser más preocupantes. Cuando se acompañan de sonidos extraños o de
palabrotas puede ser síntoma de un trastorno neurológico llamado síndrome de Gilles de la Tourette.
Si se sospecha que el tic puede ser síntoma de un problema emocional o físico más grave, es
conveniente realizar un examen médico.
PAUTAS DE INTERVENCIÓN.
Habitualmente el tic es una respuesta al estrés, por lo que hay que reducir el nivel de estrés en la
vida del niño, ayudándole con los problemas escolares, eliminando los horarios sobrecargados de
actividades, entre otros. Enseñar las técnicas de relajación. Para ello pueden adquirirse cintas
grabadas con las citadas técnicas.
Utilice un espejo y haga que el niño se mire en él y pídale que describa cómo es el tic y cómo se
produce. Ayúdele a confeccionar una lista con las situaciones en las que el tic se produce con más
frecuencia y hablar de los inconvenientes sociales de este hábito.
Una excelente estrategia para superar los tics es sustituirlos por movimientos que los contrarresten.
Hay que tensar los músculos opuestos a los que producen el tic. Para contrarrestar los guiños, elevar
las cejas y abrir mucho los ojos durante unos minutos. Para contrarrestar el movimiento de cuello y
cabeza inclinar ésta hacia delante durante unos minutos. Experimente con el niño frente al espejo
hasta que reconozca el movimiento alternativo.
Si lo practicado hasta ahora no resulta eficaz utilice la técnica de la práctica negativa. Haga que el
niño practique tanto el tic que los músculos que lo producen se cansen. Por ejemplo, un niño que
sacuda el brazo repetirá las sacudidas hasta que sienta el brazo realmente cansado. La finalidad de
esta técnica no es castigar al niño, sino combatir el tic por medio del cansancio de los músculos.
En los hogares en los que el hecho de ir a la escuela se convierte en un problema, las mañanas se
llenan frecuentemente de lágrimas y discusiones.
Claros ejemplos son el del niño que se queja de dolor de estómago que también tiene dolor de
cabeza e incluso que vomita. Se resiste a levantarse de la cama y se niega en rotundo a asistir al
colegio. Algunos emplean tácticas distintas. Les produce tanta ansiedad salir de casa que se
esconden debajo de la cama para que no puedan encontrarles. Otros deciden que no quieren ir más
al colegio sin más.
Muchos de estos niños tienen motivos muy claros para comportarse de este modo, y unos pocos
desarrollan un miedo intenso a ir al colegio (fobia escolar). Las emociones oscilan desde la ansiedad
de la separación de la familia hasta el temor al bullicio escolar. Los niños no han aprendido todavía a
hacer frente a los problemas del mundo exterior, así que tratan de evitarlos. En ocasiones, los
problemas están dentro de casa. Por ejemplo, la familia pasa por un período de tensiones y el niño
teme que ocurra algo mientras él está en la escuela.
Los padres dudan de que el hecho de obligar a un niño a ir a la escuela sea correcto. No saben si
realmente el pequeño se siente mal, o bien si, como todos los niños en alguna ocasión, simplemente
no quiere ir al colegio.
Cuando el problema surge, es decir, si el niño no quiere asistir a clase, seguiremos las siguientes
estrategias de intervención.
ESTRATEGIAS DE INTERVENCIÓN
No asistirá al colegio si tiene fiebre (más de 37 grados) y unos síntomas de enfermedad bien
definidos. En tal caso deberá permanecer en la cama.
Si se trata de que finge la enfermedad hay que asegurarse de que no pasará un día de juegos,
diversión, etc. Hay que hacer patente el ambiente de enfermedad, no habrá visitas de amigos, ni
salidas, tendrá que estar en la cama todo el día, con comidas ligeras y nutritivas.
Hay que descubrir qué es lo que angustia tanto al niño como para que no quiera ir a la escuela.
Con frecuencia, se logra conocer mejor los sentimientos del niño, preguntando a otros niños si saben
qué problemas fomentan este comportamiento. En ocasiones, el hermano o hermana mayor conocen
la situación y pueden ayudar.
Hable del problema de comportamiento con los maestros del niño. Sea la dificultad de tipo académico
o emocional, el maestro debe conocerla y será posiblemente de gran ayuda en la búsqueda de
soluciones.
Se pueden intentar las siguientes ideas para fomentar en el niño el deseo de ir a la escuela:
Se pueden marcar en el calendario los acontecimientos especiales de la escuela para animar al niño
a que los espere con ilusión: "El próximo viernes es el día de............. ¡Va a ser divertido!" o "Tu clase
irá a visitar el parque de bomberos esta semana. ¿Qué crees que se debe hacer allí? No te olvides de
contármelo".
Ayude al niño a que busque algo especial que enseñar y contar, tal vez su libro favorito, una foto de
su gato o algo especial para compartir con sus compañeros de clase.
- Comente sus preferencias en el colegio y podrá utilizar esta información para motivarle.
"¿Hoy te toca dibujo y pintura, verdad? La profesora, la señorita Rita es muy simpática, ¿no?
También hoy es día de deportes. Va a ser un día divertido"
Ayude al niño a que haga amigos y promueva las amistades que vayan surgiendo, especialmente si
la escuela está lejos del barrio y el niño no conoce a muchos niños que vivan cerca. Consiga que sus
amigos vengan a jugar una vez a la semana, incluso con los padres turnándose como anfitriones. A
los niños mayores conviene incitarles a ver a sus amigos: "Sari, ¿por qué no llamas a Susi y le
preguntas si quiere ir al cine contigo esta tarde?".
En la mayoría de casos lo que se desea es que el niño acuda a la escuela de forma regular una vez
se ha comprobado su resistencia, especialmente después de las vacaciones o de las convalecencias.
Cualquiera que sea la razón o la estrategia, hay que lograr que el niño vuelva a ir a la escuela
normalmente.
No responda siquiera a los comentarios negativos sobre la escuela. Por otro lado, hay que elogiar y
reforzar los comentarios y acciones positivas.
Si no hay otra solución, habrá que manejar al niño como si fuera una marioneta por las mañanas
hasta que esté en su clase. De los padres, deberá hacerlo el que sea menos emotivo. Con una cara
formal y positiva guiará sus movimientos, le llevará hasta la clase y una vez hecho esto, se marchará
rápidamente sin dar opción al niño a hacerle una rabieta.
Si hace tiempo que el niño no va a clase, o se resiste especialmente a ir, será preciso llegar a algún
acuerdo con el maestro y el director de la escuela. Las sugerencias siguientes han sido positivas para
muchos niños.
Tal vez el maestro u otro miembro del personal de la escuela podrá esperarle a la entrada y llevarle a
su clase. Esto debe hacerse con discreción, para que los otros niños no lo adviertan.
Al principio del año escolar y con un niño que no se siente cómodo en la nueva clase, puede
permitirse que pase cierto tiempo con su antiguo maestro para que se vaya facilitando la paulatina
integración al nuevo medio.
Lleve al niño a la escuela después de las horas de clase durante una semana; esto puede lograr que
el niño se sienta menos incómodo, cuando otros niños estén allí.
El niño pasará una hora en la escuela por la mañana o por la tarde, e irá incrementando
gradualmente el tiempo de permanencia.
Consiga que el niño sepa que usted cree que es estupendo que vaya al colegio. Elogie cada paso
que le lleve a la asistencia a clase: prepararse, ir y permanecer allí.
A determinadas horas póngase a jugar con él. O vaya a buscarle a la escuela para una merienda
especial o una salida.
Los sentimientos negativos son el primer indicador de que hay un problema: ira, preocupación,
tristeza, etc.
Ejemplo: Siento una gran preocupación por mis relaciones con mi hija.
Tan pronto como detecte el problema, párese y piense, salga de la situación (física y
mentalmente) y decida cuál es el problema: El problema es que no me llevo bien con mi hija.
¿Qué es lo que deseo de esta situación?. Quiero llevarme bien con mi hija, que nos respetemos y
nos sintamos felices.
A) Mantener siempre la calma. Dejar de gritar o reñirle suceda lo que suceda. Intentar
dialogar y llegar a acuerdos.
B) Hablarle en lugar de criticarle. Abrazarla o decirle algún cumplido de forma espontánea dos
o tres veces al día. Es más importante para mí tener unas buenas relaciones con mi hija que
hacerle cumplir con sus obligaciones cada día.
C) Hablar con ella al menos una vez al día interesándose por sus estudios, problemas...
1º
2º
3º
4º
5º
RESPIRACIÓN PROFUNDA
4. 4. Tome aire, lenta y profundamente, por la nariz y hágalo llegar hasta el abdomen
levantando la mano que había colocado sobre él. El tórax se moverá sólo un poco y a la vez
que el abdomen.
5. 5. Cuando se haya relajado en la forma que indica el punto 4. sonría un poco. inhale aire por
la nariz v sáquelo por la boca haciendo un ruido suave y relajante como el que hace el viento
cuando sopla ligeramente. Con ello, su boca y su lengua se relajarán. Haga respiraciones
largas, lentas y profundas que eleven y desciendan el abdomen. Fíjese en el sonido y en la
sensación que le produce la respiración a medida que va relajándose más y más.
6. 6. Continúe con 5 a 10 minutos de respiración profunda una o dos veces al día durante unas
cuantas semanas: luego, si lo desea, puede prolongarlo hasta 20 minutos.
7. 7. Al final de cada sesión de respiración, dedique un poco de tiempo a explorar su cuerpo una
vez más en busca de signos de tensión. Compare la tensión que siente al acabar el ejercicio
con la que sentía al empezarlo.
8. 8. Una vez que se sienta familiarizado con la forma de respiración que se describe en el
punto 4, practíquela siempre que le apetezca tanto si está sentado como si está de pie.
Concéntrese en el movimiento ascendente y descendente de su abdomen, en el aire que sale
de los pulmones y en la sensación de relajación que la respiración profunda le proporciona.
9. 9. Cuando haya aprendido a relajarse mediante la respiración profunda, practíquela cada vez
que note que va a ponerse tenso.
TÉCNICAS PARA EL CONTROL DE CONDUCTAS INADAPTADAS
Los padres piensan que la disciplina equivale al castigo. Disciplina significa realmente formar
o enseñar, y combina técnicas positivas y negativas.
Decimos que disciplinamos a los niños cuando les enseñamos a comportarse. Para que
pongan algo en práctica debemos previamente darles instrucciones. Nos convertimos en modelo de
comportamiento para ellos. Les señalamos aquello que están haciendo correctamente. Les
indicamos lo que hacen bien y lo que no hacen bien. Disciplina es ignorar cuando un niño intenta
interrumpir una conversación y también prestarle atención después de que haya esperado su turno
con paciencia. Los «síes» son muchas veces más importantes que los «noes» porque con el sí el
niño sabrá cuándo se está comportando tal como los padres desean.
Tenemos mucho que enseñar a un niño, como valores, creencias y conductas y esto lleva
tiempo. Además, el niño no estará siempre dispuesto a aprender la lección. Los padres deben
aprender a relajarse para afrontar los hechos con más calma y eficacia. Debemos examinar metas y
necesidades del niño para saber lo que se puede esperar. Se debe hacer lo posible por ser
constante y consecuente, diciendo lo que se piensa y pensando lo que se dice, y mantenerse firme
en ello.
Las técnicas básicas para educar se deben comprender a fondo antes de empezar a
aplicarlas para llegar a ser padres seguros y eficaces, para que el niño tenga la buena conducta que
el padre desea.
EL ELOGIO
Airim y Eneryth están jugando tranquilamente en su cuarto y nadie les dice lo bien que están
compartiendo los juguetes. Pero poco después, cuando están riendo, mamá les grita en seguida.
Casi siempre los padres centran su atención en lo que los niños hacen mal y no se fijan en lo que
hacen bien.
Los padres se afanan en educar y cuidar de sus hijos que es probable que piensen que la
buena conducta está garantizada. Cuando todo va mal es fácil sacar a relucir otras malas
conductas. Les criticamos y acabamos sintiéndonos mal. La crítica constante combinada con pocos
elogios da otros resultados. El niño requiere la atención del padre y la conseguirá como sea. Si el
modo de enfocarlo es negativo, entonces el niño usará medios negativos para llegar a sus padres.
Si éstos se concentran en los hechos positivos. se conseguirá una mejor conducta como respuesta
porque de este modo el niño obtendrá más atención. Si no se está acostumbrado a elogiar al niño,
puede resultar difícil al principio. Pero cuanto más se aplique más natural y fácil será. En seguida se
comprobará que los elogios son una influencia tan poderosa que sólo con unos pocos se puede
lograr una nueva conducta y con un poco menos se mantendrá el cambio.
A veces los padres temen que los niños se acostumbren a depender de los elogios. Es
posible que los elogios indiscriminados provoquen problemas con un niño inseguro o que siempre
haya sido el centro de atención. Pero se sabe por experiencia que son más los niños que no reciben
bastantes elogios que los que reciben demasiados, y se sabe que los elogios pueden hacer
milagros. Si se usan estas directrices al aplicarlos, se comprobará muy pronto que el elogio es una
técnica de disciplina netamente eficaz.
Cuando los padres nos consultan porque están teniendo problemas en la relación con su hijo
muchas veces están tan exasperados que no tienen nada positivo que decir del niño. Describen su
personalidad con términos tales como rebelde, vago y egoísta.
Este es un círculo vicioso que no conduce a ningún sitio. Puede cambiarse su conducta y ahí
debe estar el objetivo. La personalidad es más resistente a los cambios. Si se centran los esfuerzos
en la conducta, es mucho más probable que se pueda llegar a la meta propuesta. No se debe decir,
«Eres una niña buena!» que conlleva el mensaje de que el objetivo es ser bueno siempre, lo cual es
una expectativa imposible de cumplir. En lugar de esto se debe decir <<Me gusta cómo has hablado
a la abuela>>. Por muchas veces que se diga «niño bueno» o «niña buena» el niño no se formará un
concepto positivo de sí mismo, a no ser que tenga respuestas específicas a las propias conductas
correctas, ya que la imagen de sí mismo está hecha de sus logros.
El modo más eficaz de formar una buena conducta es moldearla con elogios. Moldear con
elogios es una herramienta educativa que debe usarse repetidamente para mostrar la aprobación de
los comportamientos nuevamente establecidos del niño.
Elogiar adecuadamente
Para suscitar la respuesta requerida, el elogio debe ser adecuado. Abrazos, besos y otras
señales físicas de afecto junto con las palabras correspondientes son muy eficaces. Sin embargo, a
algunos niños un poco más mayores les gusta ser elogiados discretamente y en ese caso es mejor
mantener una cuenta silenciosa o usar signos secretos especiales. Un guiño o levantar el pulgar le
indicará, sin llamar la atención excesivamente, que se ha notado su comportamiento. Más tarde,
hay que manifestarle lo bien que lo ha hecho.
Muchos niños mayores aceptan comentarios simpáticos, más que elogios directos. Decir.
«Me pregunto qué brigada de limpieza ha pasado por aquí» puede ser mejor acogido por un
preadolescente que decir: «Has hecho la cama realmente bien v has limpiado maravillosamente». ..
Deben ustedes juzgar las reacciones de su propio hijo a los elogios para ver si están
actuando de la mejor manera posible con él. Si el niño parece no dar importancia a los comentarios
paternos pero más adelante repite el buen comportamiento, está usted comprobando que esta
forma de elogiar es eficaz.
Hay que recordar que todo el mundo se cansa de las cosas buenas si se tienen demasiadas.
Las mismas frases utilizadas una y otra vez perderán su efecto. Hay que ser creativo. Pequeñas
notas dejadas debajo de una almohada o en una cartera pueden ser más especiales. También
puede serlo que el niño oiga que usted le elogia delante de un amigo. Para realzarlo más, se
pueden acompañar los elogios de un premio.
Dígale a su hijo qué es lo que le ha gustado y prémielo con un pequeño regalo, pero reserve
las sorpresas para ocasiones especiales para que no se acostumbre.
Elogiar inmediatamente
Los elogios son más eficaces, especialmente en niños muy pequeños cuando se producen
pronto. No debe pasar demasiado tiempo entre el comportamiento positivo del niño y la respuesta
paterna, aunque los niños más mayores pueden apreciar el reconocimiento posterior. El espacio entre
la acción de un niño y la respuesta del padre se puede llenar con un gesto si es necesario, y si se
escribe en el diario de la buena conducta se puede convertir en una señal privada entre ambos.
Al anotar lo que el niño está haciendo correctamente y enseñarle el diario, es conveniente
decirle algo, como por ejemplo, «Me alegro de ver que estás compartiendo el papel con tu hermana».
Más adelante, se puede hacer la cuenta sin largos comentarios escritos, y a la larga la cuenta se
puede convertir en una señal de elogio silencioso en el aire, lo que le dará un sentido personal.
Los niños se vuelven locos por conseguir elogios de sus padres cuando esos son los únicos
momentos en los que consiguen que se les preste atención.
Algunos padres se preocupan pensando que sus hijos se comportarán bien sólo si reciben el
reconocimiento.
Cuando se trabaja para establecer un nuevo comportamiento, es necesario elogiar
constantemente al principio, y luego reducir los elogios gradualmente.
Cuando el niño lo ha aprendido, se debe elogiar sólo de vez en cuando. De todos modos no
es posible estar presente cada vez que el niño hace algo correctamente. Cada vez que se hagan
comentarios concretos y positivos sobre su conducta, el niño tendrá una visión positiva de sí mismo, y
estará así más seguro de si mismo.
Al mismo tiempo el niño debe saber que se le valora y se le quiere incondicionalmente. aun
cuando no se esté trabajando para mejorar su conducta. Abrácele, préstele atención, escúchele,
apréciele. Esto garantiza al niño que no necesita «ganarse» su amor porque ya lo tiene.
Si Airim arroja objetos pesados o juega con enchufes, no se puede ignorar este modo de
actuar.
Los padres no deben empezar con algo que no van a ser capaces de ignorar durante mucho
rato; es preferible no empezar. La mayoría de los comportamientos empeoran antes que mejorar.
Hay que preguntarse:«¿Qué es lo peor que puede ocurrir?» «¿Podré soportarlo?» ¿Podrá la madre
aguantar los gritos de su hijo en el supermercado pidiendo donuts mientras cl público se vuelve a
mirarla con muestras de indignación ante su dureza? Si el niño dice palabrotas delante de la abuela,
¿será capaz el padre de hacerse el sordo? Si no, es mejor elegir otra opción para hacer frente a
este comportamiento.
La ignorancia es particularmente eficaz en conductas que han sido previamente alimentadas
por la atención del padre y no funcionará bien con aquellas conductas que sean normales a ciertas
edades o en etapas de desarrollo. La mayoría de los niños de dos o tres años hacen rabietas, y por
mucho que se ignoren, es poco realista esperar que desaparezcan. No obstante. la ignorancia
sistemática de las primeras rabietas reducirá su persistencia más tarde.
La ignorancia funciona bien normalmente para detener un comportamiento que siempre ha provocado
la atención y ha permitido al niño salirse con la suya con anterioridad. Las rabietas son un buen
ejemplo. El quiere un caramelo v usted le dice, «No. ahora no». Llora, se cae al suelo, patalea y grita.
Usted intenta resistir, pero al final no lo soporta más y se rinde. Le da el caramelo para detener la
rabieta. Las lágrimas se secan, su táctica ha funcionado. Ha reforzado usted la dependencia del niño
en las rabietas para el futuro. La próxima vez, en lugar de esto intente salir de la habitación. Puede
resultar sorprendente lo rápidamente que el niño deja de llorar.
Cuando se empieza ignorando una mala conducta, el niño hará todo lo que pueda para atraer
una atención a la que está acostumbrado. Incrementará la intensidad, volumen y frecuencia de sus
actos hasta saber que obtendrá respuesta. Pero no hay que abandonar. No le deje dar por sentado
que sus travesuras van a llamar la atención como lo habían hecho antes, intente llevar un registro del
tiempo que duran, o cuente las ocasiones en que se producen estas conductas para poder
superarlas: ello será indicativo de los progresos que se hacen.
Aunque las pataletas y las quejas parecen durar una eternidad, se pueden medir en
segundos e incluso minutos. En el espacio de pocos días, se podrá comprobar cuándo la conducta se
intensifica y cuándo va disminuyendo.
Cuando compruebe que los quejidos duran diez minutos el día que no se da al niño una
galleta y sólo ocho minutos al día siguiente, se animará a seguir con la táctica. Después de poco
tiempo, el patalear porque no ha conseguido una galleta será sólo un recuerdo. Téngase presente
que cuanto más firme se haya sido y menos atención se haya prestado a la conducta, menor será su
duración.
No intente razonar con un niño que rechaza el «no» como respuesta. Este niño ha aprendido
que su perseverancia da resultados y que si él persiste los demás ceden al final. El repetir varias
veces «Pero. ¿por qué no puedo?» puede convertirse en algo muy molesto, especialmente si ya se
le ha contestado varias veces. No hay que enfadarse: esto conduce la mayoría de las veces a un
sentimiento de culpa en lugar de al éxito. Tampoco hay que ceder. Si el ignorar no encaja con el
carácter de algunos padres o si no es factible en ciertos momentos, hay que intentar la técnica del
disco rayado. Esto significa que hay que responder con una versión adulta de la misma conducta.
Es el caso de Brian, que está dando la lata porque quiere picar algo antes de la cena. En primer
lugar no puede estar demasiado hambriento, y tampoco se le quiere dar nada para no estropear su
apetito para la cena. Se le explica la decisión que se ha tomado de forma razonable una vez.
Después, como respuesta a sus súplicas adicionales, se le repite lo mismo, de forma corta como,
por ejemplo, «No comerás nada antes de la cena». No importa lo creativos que se vuelvan los
argumentos de Brian, repita sólo «No comerás nada antes de la cena». Esta técnica es más efectiva
cuando se simula prestar poca atención a las quejas. Los padres deben continuar lo que estaban
haciendo, cantando la respuesta cada vez que el niño ruegue de nuevo. Se obtienen resultados
interesantes. El niño puede reaccionar primero enfadándose. Puede hacer una rabieta, gritar o
quejarse. Pero sus peticiones irán disminuyendo porque se cansará de pedir y obtener siempre la
misma respuesta.
DAR RECOMPENSAS
Las recompensas de conductas deseables actúan como refuerzos que hacen que el niño se
sienta bien por lo que ha hecho y quiera hacer lo mismo más a menudo. Proporcionan motivación.
La primera vez que el niño dijo papá o mamá, usted reforzó la conducta con sonrisas y
caricias. El niño comprobó lo agradable que esto era. La primera vez que se encaramó a la mesa de
la cocina y alcanzó la caja de galletas, su recompensa fueron las galletas. En ambos casos, su
conducta inicial fue recompensada por los resultados.
No siempre es fácil la elección de una recompensa apropiada para las conductas correctas
del niño. Es un tema de una labor detectivesca, sentido común y un poco de imaginación para
detectar qué le puede gustar al niño. Se sugiere preguntar a los niños más mayores qué les gusta
para así tener la información necesaria, y también para poder seguir manteniendo el control de la
selección.
Hacer un cuestionario
Para ayudarle a lograrlo sugerimos que se haga un cuestionario de las preferencias del niño
como el que se muestra a continuación. Dado que las preferencias del niño cambian con frecuencia,
repita el proceso de vez en cuando.
CUESTIONARIO DE REFUERZOS
5. ¿Qué privilegios especiales te gustaría tener? (ver más televisión, irte más tarde a la cama, etc.).
6. ¿Qué te gustaría hacer con un amigo? (ir al cine, jugar a mini-golf, comer un helado, etc.).
Recompensas diarias
Pegatinas Postre
Recompensas semanales
Libro
Película
Recompensas mensuales
Muñeco Juego
Hay algunas estrategias para que la selección de recompensas sea más eficaz. Una de ellas
es variar las recompensas para que no pierdan su atractivo.
Pepín estaba muy contento de conseguir un animalito de plástico cada vez que utilizaba el orinal
en lugar de mojar sus pantalones. Ganó muchos. Pero después de un par de semanas perdió
interés en los animalitos de plástico. Seleccione varios tipos diferentes de recompensas del
materiales con actividades y privilegios especiales. Cuando sea posible, ofrezca recompensas
apropiadas a la conducta que se está reforzando. El acostarse media hora más tarde puede ser
una recompensa lógica por haber estado listo para ir a la escuela a tiempo y de buen humor.
Cumplir siempre
retraso al entregar una recompensa prometida, suponen una traición. No se deben hacer
promesas que no se pueden cumplir y tampoco haga cambios. Cuando el niño se gana una
recompensa, los padres deben entregársela. El niño debe saber que se cumplirán las promesas.
Los cambios en la conducta de Airim fueron notables. Lloraba menos, perseveraba más en sus
tareas, pedía ayuda cuando la necesitaba y sonreía más a menudo. A medida que su tolerancia a
semanales, en lugar de notas diarias. Los rostros sonrientes de la familia reemplazaron al gráfico y
finalmente, incluso las notas semanales se hicieron discontinuas ante la insistencia de Airim. En la
actualidad, sus padres siguen sorprendiéndola con recompensas de vez en cuando, para que
sepa que aprecian su conducta. El progreso de esta niña demuestra que unas reglas básicas
Los padres han de definir con exactitud lo que quieren que el niño haga más a menudo. Con
la máxima precisión que sea posible, se debe definir qué debe hacer para obtener la recompensa. No
hay que decir <<Debes ser más responsable>> sino: «Por favor, hazte bien la cama por las
mañanas».
Recompense los progresos iniciales con recompensas inmediatas o diarias. La capacidad del
niño de adquirir premios debe ser el doble al inicio del plan. La primera vez que guarde correctamente
sus juguetes, puede ser recompensado con una pegatina, además de un punto de una recompensa
que vale cinco puntos. Utilice marcas o estrellas en un gráfico para anotar los puntos, o deje que el
niño coloree una parte del cohete (ver Fig. 1). Las medidas visuales son más importantes cuanto más
pequeño es el niño.
Incremente gradualmente los requisitos, a medida que el niño haga progresos. Por ejemplo, si
la meta es que el niño ordene los juguetes en su sitio cuando haya terminado de jugar, al principio
hay que darle una recompensa inmediata cuando ordene un juguete. Cuando ya haya obtenido
varias recompensas, habrá que cambiar el criterio, para que tenga que ordenar dos o tres juguetes
para obtener la recompensa. Con el tiempo, hay que ir incrementando lo que se espera del niño
todavía más para dar forma a la conducta ,pero no hay que hacer cambios demasiado rápidos. No
hay que aceptar un comportamiento mediocre una vez que padres y niño han aceptado la apuesta.
Una vez incrementados los requisitos, si el niño no obtiene una recompensa cada día, los
padres deben decirle lo mucho que lo sienten y advertirle que al día siguiente tendrá otra
oportunidad. Y deben decirle además que ordene los juguetes que ha olvidado.
Hay que ir eliminando gradualmente las recompensas diarias. Cuando se haya llegado a la
conclusión que la nueva conducta ha quedado bien establecida, se han de disminuir lentamente las
recompensas diarias, explicándolo en términos positivos. «Lo estás haciendo tan bien que no creo
que necesites una sorpresa cada día. Ahora puedes ganar una sorpresa mayor al final de la
semana». Entregue las recompensas diarias en día alternos, y después del tercer día, hasta llegar a
recompensar sólo excepcionalmente.
Alargue gradualmente el tiempo necesario para obtener una gran recompensa. Las conductas
establecidas requieren menos refuerzos para mantenerse, así que hay que empezar a poner el
listón de requisitos más alto para las grandes recompensas. Elegir un elemento o actividad que
requiera varias semanas. El uso de uno de los gráficos para visualizar el progreso del niño hacia los
objetivos define claramente cuántos puntos debe ganar para recibir la recompensa. Con cada
recompensa, incremente el «precio», para que la próxima vez se tarde más tiempo en conseguirla.
Mientras tanto se debe elogiar y dar ocasionalmente pequeñas recompensas para reforzar la nueva
conducta.
Comience a dejar la fase de las recompensas para sustituirla por las consecuencias naturales
y el reconocimiento. Cuando los padres están seguros de que la nueva conducta se ha convertido
en un hábito positivo, deben sustituir las recompensas por consecuencias naturales positivas y
mantenerlas con su reconocimiento. Una consecuencia natural de haber aprendido a comportarse
en la mesa sería la de dejar que el niño elija su restaurante favorito para acudir un día ya que tiene
tan buenos modales en la mesa. Coméntele lo bien que se está comportando y anime a los demás
a que hagan lo mismo.
Amelia muestra con orgullo sus gráficos a todas las visitas. Está lleno de estrellas que ha
ganado por cepillarse los dientes después de cada comida, sin que sus padres tengan que
recordárselo.
Juan se lleva al colegio una tarjeta-índice dividida en columnas diarias. Su maestro hace una
marca en la tarjeta cada vez que el niño termina a tiempo una tarea. Corre hacia su casa después de
la escuela y transfiere las marcas al gráfico que tiene colgado en el frigorífico, ya que está
acumulando puntos para ganar un video-juego. Muchos profesionales utilizan gráficos para anotar
sus beneficios, hallazgos de investigación y resultados de pruebas. Los gráficos suponen una forma
excelente de poner de manifiesto las nuevas conductas del niño de manera clara y simple. Para que
sea eficaz un gráfico debe ser simple y de fácil lectura. Algunos padres nos han enseñado gráficos
con los que habían tenido poco éxito y era bastante evidente el motivo de su fracaso. Eran
complicados, con múltiples conductas que sólo un ingeniero hubiera podido seguir. Los gráficos no
están pensados para complicar la vida a los padres y a los niños. Su objetivo es proporcionar un
medio visual para trazar la conducta del niño.
Algunas sugerencias. Dejar que el niño decore su propio gráfico con dibujos, pegatinas, o
recortes. El gráfico puede tener una forma de lago que sea del agrado del niño, de la conducta que se
está aprendiendo o bien de la recompensa para las que se está trabajando. Puede colocarse donde
el niño quiera: en la cocina, en el espejo del dormitorio o escondido en un cajón. Cada gráfico debe
ser parte de un sistema de obtención de recompensas a corto o a largo plazo.
Es imposible cambiarlo todo de golpe y el intentarlo agobiaría a todos los implicados. Tomar un
problema cada vez, e ir añadiendo los otros de forma apropiada. Jaime tenia problemas matutinos.
Se levantaba tarde, no quería hacerse la cama y no le quedaba tiempo para desayunar. Primero
se atajó el problema de levantarse tarde. Cuando empezó a levantarse regularmente, con el
despertador, se añadió al gráfico el hacer la cama y el criterio para ganar un punto incluyó, a partir
de entonces, ambas conductas. Cuando dichas conductas fueron modificadas, se añadió el
desayuno a la lista. Las tres conductas se agruparon en un gráfico como « Responsabilidades
matutinas».
Cuando se está tratando una conducta diaria, hay que utilizar un gráfico inspirado en el
calendario, como el de la figura 2.
Cuando la conducta a tratar es de las que tienen lugar varias veces al día entonces va mejor
un gráfico dividido en intervalos de tiempo apropiados (Fig. 3). El gráfico de la Fig. 3 se utilizó para
enseñar a Airim a no quejarse. Dado que las quejas no ocurren en horarios fijos, el gráfico le
permitía ganar estrellas cada hora que pasaba sin quejarse.
________gana un punto si se levanta a las 7:00 sin que tengan que recordárselo.
☺
Hora Lunes Miércoles Viernes Sábado
Martes Jueves
8:00
9:00
10:00
11:00
12:00
13:00
14:00
15:00
16:00
17:00
18:00
Total
La madre de Airim hizo el gráfico con un papel de color vivo, con pegatinas y dibujos para
hacerlo más atractivo. En ocasiones, especialmente con los niños mayores, los periodos
problemáticos se sitúan por la mañana temprano, al final de la tarde y por la noche. El gráfico se
diseñó para animar a Tim a seguir mejor las instrucciones. Como trabajaba para conseguir un juego
de construcción de un avión, diseñó el gráfico en forma de avión (Fig. 4).
Hay que tener fe en el gráfico, no hay que olvidarlo ningún día, hav que reforzar la nueva
conducta con muchos elogios v consecuencias naturales. Cuando el nuevo hábito haya quedado
Para resumir la técnica de utilizar gráficos de forma eficaz, tomemos a Jaime como ejemplo.
Originalmente ganó una pequeña recompensa por cada punto ganado diariamente, con un punto por
cada buena conducta. Más tarde, cuando él consiguió cumplir las tres conductas (levantarse
temprano, hacer la cama y tomarse el desayuno) ganó un punto. Además de las recompensas
diarias, cada uno de estos puntos le permite al niño ganar una parte de una recompensa más
importante (un balón) mediante la acumulación de puntos hasta llegar a seis. Con un poco de
perseverancia ganó todos sus puntos y obtuvo su balón. La siguiente recompensa costaba siete
anotaciones y la siguiente, ocho. De esta forma, las recompensas se hicieron menos frecuentes,
hasta su total extinción, aunque sus padres le sorprendían ocasionalmente con una pequeña
sorpresa por portarse bien.