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TEMA:

EL LADRILLO REFRACTARIO

NOMBRES:
Salas Cuadrado Marco Fabrizio

CURSO:
7/1

ASIGNATURA:
SEGURIDAD INDUSTRIAL

PROFESOR:
ING GERARDO HERRERA
El ladrillo refractario
El ladrillo refractario es un material cerámico que posee una serie de características
especiales, lo que permite hacer un gran uso de éste dentro de instalaciones
industriales o en trabajos de estufas domésticas. Las caras de estos ladrillos son
lisas. Esta peculiar característica disminuye la adherencia con el mortero, logrando
la resistencia a altas temperaturas y la abrasión. Por sus buenas propiedades
térmicas este material es considerablemente costoso.

Los ladrillos refractarios actualmente son empleados para revestir calderas, ollas
de aceración, parrillas, hornos rotatorios de cementeras, por mencionar algunas,
en donde éstos deben estar adheridos uno con otro con tierra refractaria y para
lograr mejorar la firmeza del pegado también se puede agregar cemento; dándonos
por resultado una mezcla que tendrá una apariencia barrosa; esta mezcla permite
que el pegado en la tierra sea suficientemente resistente para los procesos.
El manejo de estos ladrillos no es tan simple como manejar ladrillos comunes,
debido a que por sus mismas propiedades reacciona de manera explosiva con otros
materiales que no sean los correctos. Al igual que la tierra refractaria, los ladrillos
refractarios además de cumplir con su función de refractar, son excelentes
contenedores de calor, es decir, mantienen el calor al que son expuestos durante
sus diferentes usos.
Una de las peculiaridades de este tipo de material es que son fabricados en
calidades variadas, dependiendo de la concentración de alúmina y con base en esta
concentración el ladrillo resiste mayores temperaturas o puede ser usado para
distintos medios. Las concentraciones van desde el 36% hasta el 99% de alúmina
aunque también se puede emplear sílice.

Principalmente cuando se quiere recubrir hornos destinados para la fundición de


acero, el tipo de ladrillo empleado es el de dióxido de silicio, en algunos casos
cuando los ladrillos comienzan a licuarse estos trabajan con temperaturas
superiores 3000 °F (1650 °C). Para poder crear estos ladrillos es necesario que sus
componentes estén expuestos a bajas presiones y que sean a su vez cocidos a
temperaturas muy altas. Las excepciones a este proceso son aquellos ladrillos que
son químicamente ligados, o los que utilizan el alquitrán, resina o gomo para
permanecer aglutinados.
Clasificación de los ladrillos y materiales refractarios

Los ladrillos refractarios se pueden clasificar atendiendo a varios parámetros,


aunque el más importante con diferencia es su naturaleza química
Ladrillos refractarios ácidos

Son ladrillos aptos para ser montados en entornos ácidos, típicamente con base de
sílice o silicoaluminosa.
Ladrillos refractarios neutros

Son ladrillos y piezas de comportamiento neutro, que pueden funcionar tanto en


entornos ácidos como alcalinos
Ladrillos refractarios básicos
Se trata de piezas aptas para entornos alcalinos, típicamente con base de magnesia
Tipos de ladrillos refractarios
Ladrillos de sílice

El ladrillo de sílice está compuesto fundamentalmente por dióxido de silicio (SiO2)


en un % en todos los casos superior al 90%, y se fabrica a partir de sustancias
ricas en este material, como el cuarzo. Los ladrillos de sílice son muy buenos
materiales refractarios, aguantando temperaturas cercanas a los 1.700 ºC, pero
presentan dos grandes inconvenientes, que son:
Hasta los 1.000 ºC los calentamientos y enfriamientos de este material deben
hacerse muy lentamente, porque pueden experimentar cambios de volumen muy
elevados (hasta de más del 20%), poniendo en riesgo la estabilidad de la estructura
que estamos construyendo y haciendo más probable la aparición de grietas y
tensiones Los ladrillos de sílice son muy vulnerables a ataques en entornos básicos
(alcalinos), que devoran rapidísimamente el material.
Ladrillos de chamota

La chamota es un tipo de material silicoaluminoso que se encuentra entre los


materiales refractarios más empleados, con un gran número de aplicaciones por
su coste, rendimiento y versatilidad. Compuestos por óxido de aluminio (Al2O3) -
alúmina- y dióxido de sílice (SiO2) más o menos a partes iguales -aunque los rangos
variarán en función del tipo concreto de chamota, que no es más que una arcilla
refractaria cocida- se emplea en todo tipo de chimeneas y hornos industriales por
sus excelentes propiedades refractarias.
Ladrillo de andalucita

Con la andalucita entramos ya en el segmento de los denominados ladrillos


refractarios de alta alúmina, caracterizados por su elevado contenido en óxido de
aluminio, que en los ladrillos de andalucita se sitúa típicamente entre el 60 y el
70%. Estos ladrillos, aunque sensiblemente más caros en precio con respecto a la
chamota, muy bien los ataques químicos y tienen muy poca variación de volumen
con calentamientos y enfriamientos, con lo que suelen ser una opción muy
empleada en hornos industriales.
Ladrillo de mullita

El ladrillo de mullita también pertenece a la categoría de los ladrillos de alta


alúmina, y esta fundamentalmente compuesto de mullita, de fórmula (3Al2O3 +
2SiO2) con aproximadamente entre un 70 – 80% de contenido en alúmina. Al igual
que la andalucita, se suele emplear en hornos industriales con una atmósfera
química que provoca gran ataque (hornos de silicato, hornos de vidrio).
Ladrillos de corindón

El ladrillo de corindón es la cumbre de los ladrillos de alta alúmina, con un


porcentaje de óxido de aluminio altísimo y hechos de las materias primas de mayor
pureza en alúmina. Su elevado precio hace que solo sea justificable su uso en
industrias concretas que necesitan semejante grado de pureza, como por ejemplo
hornos industriales de gran capacidad. Si se trabaja en el entorno de un horno de
gran potencia, es importante usar EPIs adecuados, incluyendo tapones para el
ruido y monitorizar de forma periódica el nivel de ruido con un sonómetro
profesional.
Ladrillos de magnesita

El ladrillo de magnesita es el primero de los ladrillos básicos que vamos a comentar


en esta página. Se trata de una pieza cuya materia prima principal es la magnesia
(óxido de magnesio MgO) y tiene la característica principal de que resiste
extremadamente bien las altas temperaturas y los ataques (humos y escorias) de
carácter alcalinos.
Además de su excelente refractariedad, los ladrillos de magnesita son excelentes
acumuladores de calor, con lo que a menudo son la opción seleccionada cuando se
busca también este efecto de acumulación y concentración térmica.
Ladrillos de cromo-magnesita

Los ladrillos de magnesita que incorporan óxido de cromo en su estructura (Cr2O3)


-hasta un 30%- son denominados ladrillos de cromo-magnesita, y aunque el coste
se encarece, lo cierto es que presentan numerosas ventajas:

 Aumento de resistencia refractaria


 Aumento de resistencia a ataques de índole básico
 Aumento de resistencia a choques térmicos y cambios bruscos de
temperatura
 Variaciones muy pequeñas de volumen con la temperatura.
Aplicaciones del Ladrillo Refractario

Los ladrillos refractarios son hoy en día accesorios fundamentales en cualquier


industria que lleve a cabo procesos a elevadas temperaturas: ya sean hornos,
calderas, intercambiadores o galerías, el material refractario es siempre un
elemento esencial en el mantenimiento y cuidado de estas estructuras críticas
desde el punto de vista productivo.

Además, en el ámbito doméstico, se utilizan hoy en día en numerosas aplicaciones


en el día a día, como chimeneas para la cocina, radiadores para el baño, barbacoas
de leña, de gas, estufas, pintura refractaria etc.

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