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La historia de un pretexto:

Doña Juana la Loca


Doctor Carlos Ortega Matilla

E los escasos datos documentales disponibles sobre Doña Juana la Loca no


D se saca la conclusión i"ebatible de que estuviera loca si se analizan con un
cierto rigor psiquiátrico. En su tiempo .v después, se ha podido defender COll
cierto éxito la tesis de su integridad mental y en todo caso se tiene la sensación de
que las informaciones sobre ella estaban manipuladas .v de que se la utilizaba para
detener o apoyar, según los casos, una transición política que no era natural. La
transición., representaba. en resumen, la consolidación de una clase dirigente que se
apoyaba en los Austrias y que cortaba el creciente dominio democrático de olros
estamentos sociales, especialmente la naden/e burguesía. Juana fue un simbolo y
se vio situada entre la consolidación de las formas democráticas, regionalistas, fede-
ralistas, y por otra parte la Nobleza .v la Iglesia. que durante algún tiempo habian
ido viendo cómo se perdían sus prerrogativas con los Reyes Católicos, fuer&l$ que
utilizarían a Juana para entregar el poder a los flamencos, unitaristas y dispuestos
ante todo a trasladar el centro del poder a Flandes, desvirtuando así la creciente inter-
vención popular en el gobierno.
r;¡JsPA ÑA tenía entonces unos ocho millones entre cristianos, moros y judíos se fueron dete-
l.!!I de habitantes. Siete eran castellanos. El riorando paulatinamente. La tercera parte del
resto aragoneses, navarros, catalanes. El re- suelo era propiedad del Rey, otra tercera parte
chazo de los moros hacia el sur fue dejando de la nobleza, y el resto de la Iglesia. Lozoya
retazos de comunidades moras y judías inser- calcula que sólo un cuatro por ciento del suelo
tas entre la población cristiana. Las relaciones era propiedad del campesinado. O se nacía
noble, o se insertaba uno en la Iglesia, o se era
siervo.
la nobleza tiene una estructura reticular. la
endogamia hace que sus miembros estén em-
parentados entre sí, y de ese retículo surge, en
un momento determinado, la figura del Rey,
que es un noble que ha encontrado la fórmula
de pactar con el pueblo (hidalgos, artesanos,
villanos, etc .) con 10 que traiciona a sus pri-
mos y se alza sobre ellos. Es el gerente de una
cooperativa de nobles, a quien la Iglesia con-
cede cualidades divinas que le dan un matiz
carismático ante la plebe. Lo que, al principio,
le aísla de los suyos, de sus primos, pero con
los que a la larga establecerá nuevas formas de
convivencia. la nobleza y la hidalguía son cla-
ses poco porosas, cerradas en sí mismas, y
Carlos , f'l hijo de Doña Juana, las cerrará aún
001\. J ....". l. lon (1471-1!155). A.I". d. C •• III •• "
1$01 (b.Jo l. raglM" di .... pt¡drl,.1 ti' Do" FIr"I"do II
ClIÓllco). Aal". de Ar.gÓ" .n 1511 (b-to la "ganell dll utdan'¡
Clln"oa). POII"lorml"11 da.lgó ..... dlrachOI In IU h~o mlyor.
Don Cirio .. q .... "'.1 Clllol I di IIplll. , V di Allmln' •.
más con dos consecuencias nefastas en el esto quita valor (psicopatológico) a la con-
tiempo: la degeneración del elemento humano creta conducta de Juana. La religiosidad está
por la endogamia, y la génesis de los traidores , ligada a la angustia humana y es un patrón
por la frustración. El grupo al que se pertenece estimable de una posible anormalidad , tanto
es importante pero lo es más el grupo al que se en su extremo místico como en la indiferencia.
desea pertenecer. Esto da lugar a pactos, trai- El hombre se religa para aplacar la angustia
ciones, connivencia con los extranjeros, etc. de su soledad -la soledad como sentimiento,
Los Manrique, Enríquez, Guzmanes, Manuel, que subyace en el inconsciente y aflora sólo en
Mendozas, se entrecruzan entre ellos y la his- circunstancias especiales-, que es la otra
toria es la de unas cuantas familias que sobre- cara de la moneda de la individualidad. La
vuelan un espacio vacío de habitantes, de ma- formación del ceyo-mismo. supone la apari-
sas que nacen , viven , mueren en el silencio ción de la soledad radical, y se busca el con-
histórico, del que emerge de vez en cuando un tacto espiritual y físico para engañar al senti-
rasgo humano en forma de rebelión frustrada, miento y abrirse a la esperanza. Pero los cam-
o de desesperanza. bios en Juana, ni fueron fundamentales ni de-
finitivos. El mismo Matienzos, poco después,
dice que hay «mucha religiosidad . en la pe-
DOÑA JUANA queña corte de Juana y que incluso esa religio-
sidad choca en el ambiente flamenco.
Nació en Toledo porque recaló allí su madn:'
en el trasiego de sus desplazamientos por Es-
paña. Pulgar dice que aprendió latín y que LOCA
destacaba por su facilidad para improvisar
discursos. La casaron cuando tenía 15 años.
Maximiliano de Austria aceptó el compromiso En el 500 nació Carlos y poco después murió
que ligaba a su hijo Felipe con eIla, coheredera Miguel, el siguiente heredero natural, por lo
de las inmensas tierras recién descubiertas que Juana y Felipe se convirtieron en los futu-
por Colón. Dos meses después de firmado el ros reyes. Don Felipe se apresuró a titularse
contrato fue Juana a Amberes, en e193. Casi a Príncipe de Castilla, sin haber pisado España,
la vez vino a España Margarita, hermana de sin conocer aún a sus suegros. Los Católicos le
Felipe, a casarse con Juan, hermano de Juana, dijeron a Maximiliano que frenase a su hijo.
primogénito y futuro heredero. Juan murió Do n Felipe , en su corta y despreocupada exis-
poco después de la boda, no se sabe por qué. Se
ha dicho que murió . de amor. , por un cierto
desenfreno en el ejercicio de su sexualidad,
pero se ha dicho para poder aportar un dato
más , familiar, al pretendido trastorno de
Doña Juana.
En el 98 fue a Flandes Fray Tomás de Matien-
zas. Escribió a los reyes diciéndoles que su hija
estaba. tan gentil, fermosa, golda y preñada
que si VV AA. la vieran tendrían consolación •.
Añade que no se confiesa, que está apartada de
sus costumbres religiosas, y en este test imonio
se han fundado algunos comentaristas poste-
riores para decir que Doña Juana fue una víc-
tima de las persecuciones religiosas (Bergen-
rhot). Para otros, este cambio en su religiosidad
marca el inicio de su locura. Hay que tener en
cuenta el enorme cambio cultural impuesto a
Juana por el ambiente flamenco . Lutero se
estaba perfilando ya e n sus tres planos (polil i-
ca, económico y doctrinal) en el dionisiaco
ambiente ceotroeuropeo. El cambio en la reli-
giosidad era una costante en la población , y
Do n F"lptl l el He rmuo (1471-15Oe), tMired6 cM su medre, ".rl.
d . 8orooll., lo. Pel ... 8 . . . en 14.2. C.~
1_.
co n le In'.lrte 0 011. J uen•• n Rey de Esp.".
dur.nl. h •• m••••• n 15Oe.
tenda, actuó de una forma inconsecuente y nia , etc" dominaban el Honrado Concejo de la
frívola, con absoluta irresponsabilidad. Nadie Mesta que controlaba la ganadería con vistas
le hajuzgado. De su conducta se pueden dedu- a la exportación de la lana. Hundieron la agri-
cir muchas de las reacciones anómalas (apa- cuJtura. Los rebaños transhumantes destru-
rentemente) de Juana. Quiso hacer alta polí- yeron el suelo. El hundimiento de la agricul-
tica porsu cuenta, pactando con el rey francés, tura trajo el hambre y la necesidad de impor-
ordenando al Gran Capitán, etc. Sin duda ac- tar trigo. Los Campos Góticos, los mares de
tuaba asesorado por los flamencos , que daban cereal que enamoraran a los godos, no daban
por hecho ya lo que iba a ocurrir más adelante, ni para alimentar al hombre de la tierra.
cuando desaparecieran Jos ReyesCatólicos. Es Don Fernando intentó alzarse con el poder.
decir, el dominio del poder. .Hizo sus pactos con el Rey francés, con el
Vinieron a España Juana y Felipe, y él se vol- Obispo de Lieja, etc., para aislar a los Austrias,
vió enseguida a sus tierras ,·y cuando su mujer, a los que veía como enemigos invasores -in-
después de parir otro hijo, quiso reunirse con cluida su propia hija Juana-. Las Cortes de
él, se lo entorpecieron por orden de su madre, Toro le nombraron Gobernador, al tener que
Doña Isabel. Se ha dicho que porque le notó elegir entre él y los flamencos, y Felipe jugó la
que no estaba bien, pero por entonces la Reina baza de que le nombraran a él mismo , exclu-
dictó el testamento y lo hizo sin que se refle- yendo a Juana «por razones que todo el mundo
jase en él su convicción de que estaba trastor- sabe •. la especie de su locura había sido ya
nada. Habla de una posible locura en la hija, ampliamente difundida, Quiere concretar
ca mo habla de ,una posible muerte o de una más lo que le pasa a su mujer y es la primera
ausencia prolongada. Cuando por fin Juana vez que se habla de ello oficialmente, diciendo
llegó a Flandes se encontró allí a su marido que tiene una «enfermedad y pasión. de la que
conviviendo con una amante y tuvo con ella no se puede hablar por «comedimiento y ho-
una escena violenta, cargada de agresividad, nestidad y por el gran dolor que por ello te-
lo que hizo que los flamencos dijeran de ella nía». Pasión , comedimiento y honestidad que
que estaba loca. se refieren, sin duda, a los celos de Doña Jua-
na, porque la palabra o;enfermedad., en aquel
Al mismo tiempo que surgía este mote se es- tiempo, no se aplicaba a la locura, La locura es
taba fraguando ya lacolonizadón flamenca de enfermedad desde el siglo XIX. Los locos eran
España. Era un mote útil para desplazar a entonces una cuestión, no un problema, que
Juana. España estaba desorganizada por la pertenecía al campo de la filosofía, de la teolo-
expulsión de los judíos, agotada en las guerras gía. pero no de la medicina, los locos convi-
de unificación territorial , y vuelta hacia el vían con los demás mortales. Se les oía, se les
nuevo continente, donde estábamos volcan- seguía, se les toleraba, se les explotaba, y su
do a nuestros hombres , nuestra cultura, reclusión sistemática ocurrirá más tarde. Se-
nuestra re Iigión, y los beneficios materiales de gún Foucauld, al desaparecer la lepra hubo
la expansión iban a irse al centro de Europa, que utilizar de alguna manera los edificios y
estimulando allí la industrialización, Asumi- -sobre todo--Ia estructura burocrática mon-
remos ingenuamente el sambenito de coloni- tada alrededor de eUa, y se comenzó a recoger
zadores y genocidas, sobrecogidos por el pa- y aislar a los deficientes mentales, a los men-
ranoico Las Casas, pero como decia Quevedo, digos ya los que alteraban el orden. El fenó-
seremos o;indios. de los []amencos, que supie- meno de la tolerancia o intolerancia de la lo-
ron llenar el hueco de los judíos con la colabo- cura tiene otros enfoques que nos apartarían
ración y el aplauso de nuestra propia nobleza, del tema. La humanidad ha intentado recha-
con la connivencia de nuestro aparato eclesial zar al inconsciente (la locura) en busca de la
católico, con la indignación de nuestros inte- claridad de la conciencia -Apolo contra Dio-
lectuales y, claro, con la sempiterna resigna- nisias- y fluctúa entre las dos bandas, negán-
ción del pueblo llano. dolas o asumiéndolas. En el transcurso de la
historia se asiste a veces a la revalorización del
inconsciente colectivo, a la revalorización
DOÑA ISABEL dionisíaca de la locura, buscándola intencio-
nadamen.te, como, por ejemplo, la droga.

CuanQo se murió Doña Isabel, dejó a Don Fer- De forma que cuando en los documentos se
nando al descubierto. Era un extranjero en habla de la enfermedad de la Reina, se refieren
Castilla sin ninguna base popular y, por su- a todo menos a la locura como la entendemos
puesto, sin el apoyo de la nobleza. Los Zúñiga , hoy, a sus celos o a sus reacciones agresivas.
Atvarez de Toledo , Tendilla, Medinasido- Algunos comentaristas dan por supuesto una
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trico del problema de Doña Juana. Tampoco
en su tiempo estaba claro. Lo que estaba en
juego era la entrada de los flamencos en el
escenario político español. Juana desmiente
que esté enferma en una carta dirigida a Mon-
sieur de Veyre, y le dice que si ella es celosa,
también 10 era su madre Doña Isabel y nadie
dijo nada. Firmó una carta a los Grandes, Pre-
lados, Títulos, Caballeros, Ciudades y Villas
de España poniéndoles en guardia contra los
manejos de su propio padre, y nadie habló,
entonces, de que estuviera loca.
O sea, si su locura existía no era eVIdente, no
daba unas manifestaciones incontrovertibles,
ya que si hubiera sido así no se hubiera podido
manejar por unos y otros. En el supuesto de
que sus alteraciones fueran reales ·pero cícli-
~Hablal. R.lna Católica de Ime po.lblelocur, en le hlJe, CO"'O
I'IIIble de une po' " ",u,"e o d, loa'Ie eu"ncl, prolongad ......
cas, era mucha casualidad que coincidieran
(0 01'1, Ju,n .. ,n M,dl n, d,1 C,,,,po, h,cle 1603, cuero d, Tu""~ cuando convenía a Fernando, o a los flamen-
cos. Al venir los flamencos a España con 1.500
alteración sexual en Juana (erotomanía) sin hombres armados, ocultaron a Juana, no deja-
pararse a analizar el hecho de que quedando ron que la viese nadie. ni siquiera su padre, y
viuda muy joven, jamás volvió a tener una mucho menos el pueblo. Cuando Doña Juana
relación sexual con nadie. Lo que Felipe com- intentó romper el cerco una vez, mediante el
bate, por lo que Felipe y los flamencos la man- Obispo de Málaga, le costó a éste el obispado.
tienen encerrada, es por sus celos aparentes. Replanteando la si tuación tenemos lo siguien-
Fuensalida, el embajador, le escribe a Don te: Don Fernando no hereda el poder y, ade-
Fernando porentonces y le dice que aconseja a más, se le rechaza en Castilla. Lo hubiera
su yerno que la tolere. Si Fuensalida la hu- abandonado todo (?) si no es porque con su
biera visto loca, no habría dicho nada. abandono dejaba el campo libre a los flamen-
cos. Estos, por su parte, tienen dos obstáculos
EL PODER para adueñarse de la situación: Don Fernando
y su propia hija, que le sigue. Cuentan con el
El problema según vamos viendo es complejo. apoyo de la nobleza y del aparato católico, que
Se va a manejar la locura o la incompatibili- quieren reconquistar sus prerrogativas eco-
dad social de Juana y sus reacciones agresivas nómicas, y tienen la opOSición del pueblo-de
según interese o no. Felipe les dijo a los procu- los nacientes burgos, sobre todo-, que ve sus
radores castellanos que le dieran a él el poder conquistas democráticas en peligro. La ju-
porque su mujer no podja gobernar. Fernando gada está en evitar que Juana canalice la con·
les dice que si su hija no puede gobernar, que fianza del pueblo. Algunos nobles (Almirante
le den a él el poder o que lo transmita directa- de Bastilla, Conde de Benavente, entrevista de
mente a los hijos de Juana. Don Felipe les dice Mucientes) certifican que Juana está perfec-
entonces que no tomen ninguna decisión pre- tamente, que no está loca. Por eso entra Juana
cipitada, que esperen a que venga él a España. en Valladolid como Reina. Entra de luto, de
y cuando Don Fernando dice que los flamen- negro, sobre una mula, con una extrema hu-
cos tienen a su hija encerrada, sin motivo. y mildad, por los manejos de que está siendo
que están abusando de ella, Felipe tiene que objeto. Los procuradores en Valladolid que la
contestar en seguida que no es verdad, que ven, la oyen, la nombran Reina ya Felipe Rey
está encerrada porque ella misma quiere es- consorte, y asus hijos Príncipes herederos. Era
tarlo, que su reclusión es voluntaria. Era un suficiente: los flamencos en seguida limpiaron
encierro muy serio, sin embargo. La incomu- la burocracia y colocaron en los «puestos cla-
nicación de Juana es tal que para recibir noti- ve» (los famosos «puestos clave» que tanto
cias del exterior tiene que recurrir a Anchieta, preocuparan a Doña Isabel) a sus seguidores.
el músico , que le cuenta lo que ocurre en Yen esta situación se fueron todos a Burgos.
forma de canciones para burlar la censura
flamenca. BURGOS
No solamente se carece de una base documen-
tal firme para hacer un diagnóstico psiquiá- «Un buen morir dura toda una vida», dice una
51
-
Entre.I". de Don Fernando de ,.rag6n
padracon
an IU ..
~~~J~"~.::n.~;!c~~,,~,,~~.~nE~~~~~~~~~:~~:::~:
111 Raoanela qua '''1 o.lenlab. d, 111
inscripción en el Palacio de los Condestables
de Burgos . Allí va a morir Don Felipe. El reac-
d.

EL TRASLADO
cionario Arcediando del Alcor dice que el Rey
vivía de una forma . demasiadamente libe- Llevar el cadáver de Felipe a Granada no era
ra)., que no negaba nada y algunas cosas las una decisión de Juana. Habían sido sus padres
daba dos o tres veces, o lvidando que ya las los que dispusieron que en el futuro fueran
había dado. Había peste y, según describen su enterrados allí los Reyes . Tampoco era una
muerte, luvo una forma pulmonar de la decisión que ella pudiera tomar sola. la situa-
misma peste. Fiebre , hemotitis, edema de glo- ción social era muy dificil y un viaje así, sólo
tis, incluso la erupción que describen encaja podía hacerse con abundante acompaña-
en dicho diagnóstico. No se reconoció así ofi- miento armado. El hambre, la peste, el vacío
cialmente para que no cundiera el pánico, se- de poder había conducido a una situación
guramente porque Burgos era una ciudad re- próxima al caos. Por otTa parte, Burgos era
lativamente indemne en comparación con una ciudad difícil para los flamencos, que
otras. Doña Juana le atendió maternalmente querían irse de allí a toda costa. Eligieron Va-
durante la enfermedad, según cuenta el doctor llado lid. Juana estaba embarazada y la metie-
Parra, médico de cabecera. También los cro- ron en una buena comitiva bajo la supervisión
nistas belgas dicen que estuvo serena, que el la de Cisneros, de quien Juana decía con frecuen-
misma le daba las medicinas y que las pro- cia que era un fraile loco por su desmedida
baba ella primero. No es taba indiferente. ambición de poder. Salió la comitiva de Bur-
Cuando murió le llevaron a Miraflores y algu- gos un día 20 y llegaron a Torquemada dos
nos han dicho que Juana se hacía ropa de luto días más tarde, en pleno diciembre , viajando
todos los días y otros que no se cambiaba de entre dos luces para no recibir homenajes de
ropa. Cuando estaba a punto de morir, los los pueblos por los que pasaran . Dejaron el
flamencos fueron a Simancas para raptar al féretro en la iglesia de Torquemada y Juana se
hijo segundo, Fernando, y tenerle como rehén alojó en la que todavía existe en el pueblo
por laque pudiera pasar. Temían una reacción como . Ia casa de la reina., a unos cien metros
popular contra ellos. l o que querían los fla- de la iglesia.
mencos que estaban en España era volverse a Algunos testimo nios de aquellos mas, como el
su país, al menos hasta que viniera aquí Car- de Joan López o el de lópez Conchillos, indi-
los, el hijo. Se ha dicho que robaron joyas del can que la Reina estaba bien. Dio a luz a los
palacio y que incluso se tem ió que robaron pocos días de llegar, a los 28 años de edad, a
objetos del féretro. Doña Juana se fue a vivir a Catalina. Cuentan que un día fue a rezar a la
la _casa de la Veg,.a., a 15 kilómetros de Mira - iglesia, o sea, que no estaba pegada al féretro
flores , según consta, o sea, que no estaba con- como dice la leyenda. Como tenía que volver
tinuamente junto al féretro de su marido. Un su padre por Hornillos . la comitiva se des-
día fue allí con algunos obispos y representan- plazó hacia allí, huyendo también de la peste
tes de Fernando y Maximiliano para abrir el de Torquemada. llegó Don Fernando y se vol-
féretro y comprobar que seguía allí el cadáver, vió a marchar a poner orden en Andalucía. Al
ya que se corrió el rumor de que lo habían verse abandonada de nuevo tuvo o tra reac-
robado los flamencos para llevárselo a Flan- ción, reseñada en documentos: dejó de comer,
des . En ningún documento se dice ni se insi- quemó algunas ropas, estaba agresiva y nega-
núa que el comportamiento de Juana fuera tivista.lo dicen los cronistas oficiales y no hay
anormal , y que se entregara allí a las manifes- que olvidar que había un interés oficial en
taciones necrofílicas, demenciales, que algu- mantener vivo el mito de su trastorno para
nos comentaristas han inventado después. que no cristalizase alrededor de el1a ningún
Poco después se organizó el tan famoso viaje levantamiento popular. Al fin se pusieron en
por tierras castellanas. marcha otra vez camino de Tordesillas. donde
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pudiera Juana alojarse en un palacio que allí Océano, etc . En ella se realiza la unidad tern
había y que fue demo lido en el siglo xvm. tarial que iba a persistir durante siglos.
Palacio que estaba próximo a la igl esia donde Cisne ros se hizo cargo de la regencia hasta que
depositaron el féretro , pero que estaba y uxta- viniera Adriano de tltrech y una de las prime-
puesto. Por lo tanto , no es cierto que vigilara ras medidas que se tomaron respecto a Juana
desde una ventana el cadáver de su marido . fue enviar a Tordesillas al d octor Soto y a Fray
Las crónicas dicen, además, que alguna vez Juan de Avila , por 10 que dimitió Ferrer di-
iba a la iglesia a rezar junto al cadáver inse- ciendo que él no había sido el culpable de que
pulto. la Reina estuviera encerrada. Fray Juan la co-
Juana entró en Tordesillas a los 30 años. No munic6 la muerte de su padre, que se la ocul-
había transcurrido ni la mitad de la vida que taron para poder manejar su autoridad sobre
la esperaba. Ni había sufrido la mitad de la ella. Luego se lo vo lvieron a negar otra vez y
tragedia que tenía asignada . El • Doria f1umi- hasta el levantamiento de los comuneros no
nis » romano hace un recod o frente al Palacio y tuvo ninguna certeza de ello .
es un contraste asombroso la anchura de sus
aguas en el paisaje castellano. Iba a ser el EL RAPTO DE CATALINA
único espectáculo que pudiera contemplar y
no con frecuencia. Porque todos estaban de Catalina, la hija que nació en Turquemada ,
acuerdo en que siguiera allí indefinidamente vivió siempre aliado de Juana. Una noche la
para mantener la escenografía de su locura: sacaron de Tordesillas por disposición de Car-
Don Fernando, los flamencos, su hijo Carlos, los, pensando que estaba en Palacio retenida
incluso el nieto, Don Felipe . Su larga existen- contra su voluntad y con la intención de que se
cia sería un problema para todos ellos y será quedara en la Corte de Valladolid. La reacción
Don Felipe , el nieto , quien mucho después de- de Juana fue la normal en una madre , pero con
cida terminar con la macabra historia , orde- ser importante la reacción de Juana, exclu-
nando el traslado del cadáver de su abuelo a yente en cierto modo de una demencia, es me-
Granada. nos significativa que la reacción de la propia
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MUERTE DE DON FERNANDO
Catalina , que tan pronto tuvo noticias de la
madre , se apresuró a volver junto a ella. Es
decir, si puede aún discutirse la existencia de
Como se sabe, Don Fernando se casó con Ger- lazos afectivos de Juana hacia Catalina, los
mana de Foix y como su situación en España sentimientos de Catalina hacia su madre son
era discutible por la oposición de la Nobleza, concluyentes, ya que en el supuesto de que la
dedicó sus esfuerzos a sus posesiones reates en madre hubiera estado realmente loca, no se
!taJia. Vino cuando no tuvieron más remedio comprende el interés de la hija por volver
que llamarle para que con su autoridad pu- junto a ella . Es así. Juana había)lasado otras
diera ponerse un poco de orden en la anarquía crisis y las había superado, según nos han ido
social reinante. Hizo testamento en 1512 , ha- contando los cronistas . Era de esperat: que
ciendo constar que su hija estaba «muy apar- también esta crisis fuera pasajera. Y si Cata-
tada de entender en la gobernación y regi- lina había tenido que convivir con ella forzada
miento de estos reinos ». No tiene . disposi- por las circunstancias , no se comprende bien
ción» para ello , y el «lo siento co mo padre ». que pudiendo elegir entre Tordesillas o la
Quiere que venga Carlos cuanto antes y que corte con sus hermanos, decidiera volver con
Juana le transfiera el poder. Es una petición la madre loca . La locura, como la muerte,
que le hace a la hija y que significa dos cosas: termina rompiendo los lazos afectivos por
que confiaba en su autoridad sobre ella y en la fuertes que sean, pero en los casos raros en los
capacidad de ella para tomar una decisión. que parece apreciarse su persistencia, no sig-
Espera que Juana comprenda la gravedad de nifica que lleven a la convivencia.
la situación. Es una época en la que Juana Por entonces, Carlos nombra al marqués de
vuelve a atravesar una de sus crisis de negati- Denia gobernador y administral:lor del palacio
vismo y agresividad. Cuando se murió Don donde está su madre . Denia iba a vivir menos
Fernando, Juana se convirtió en la primera tiempo que la Reina y al final sería relevado
Reina de todo el territorio hispánico y ultra- por su hijo. A Juana la gustó mucho que pusie-
marino, que, por otra parte, continuó conser- ran al frente de su casa a un noble y pensó que
vando sus identidades regionales: se convierte su régimen de enclaustramiento se iba a dulci-
en Reina de Castilla, de León, etc ., y Princesa ficar. No tardaría en darse cuenta de que la
de Aragón, Archiduquesa de Austria, Señora presencia de Denia no alteraba en absoluto las
de Vizcaya, Reina de Tierra firme de Mar estrictas normas sobre su encierro. Se sabe
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que entonces tenía para ella un cuarto inte-
rior, sin ventanas, que daba a un corredizo LOS COMUNEROS
desde donde podía divisarse el Duero . Apenas
salía de allí. Se puede pensar que un encierro
tan riguroso estaba motivado por su compor- A veces, el pueblo existe. El pueblo se revuelve
tamiento excéntrico y que se trataba de que no contra sus gobernantes, contra el creciente
diera el espectáculo con sus locuras. Pero dominio flamenco, no contra el Rey , que es
Juana conserva aún su carácter carismátICO, a intocable. No se mueve, claro, por ninguna
pesar de todo ya nivel popular, que intentara ideología abstracta, sino por razones concre-
utilizarse, por ejemplo, por los comuneros, y tas , tan claras como el pan que come o el agua
exhibir su locura por las calles habría des- que bebe, por el desastre de la agricultura, el
truido hasta el último resto popular de espe- hambre, la inflación , el expolio flamenco no
ranza, por lo que puede penSarse también que disimulado. Se ha señalado (Elliot) que el mo-
si estaba encerrada era porque no era tan clara vimiento comunero no iba . hacia . nada, sino
su anormalidad, o al menos no lo era siempre. .contra. la situación que estaba creando el
Hay sirvientes en palacio que entran y salen dominio Oamenco . Un día ya está formáda la
libremente y Denia quiere cortar también su Junta Comunera y hace saber que su único
libertad, reducir al mínimo la entrada y salida propósito es serv ir a Doña Juana y van a Tor-
de información, dando lugar a un pequeño desiHas a comunicárselo. Ya se lo ha advertido
motín de los lordesillanos. Cua1ldo Denia da Denia a la Reina : lo que pretenden es la divi-
noticias a Carlos'sobre el estado de su madre, sión de la nación, el separatismo, el regiona-
le dice una vez que la reina da ctan buenas lismo, el derrocamiento de Carlos, la expul-
palabras que me espanta cómo las dice quien sión flamenca. Entonces Juana se niega a se-
está como ella ... O sea, la Reina está loca , eso cundar el movimiento en principio, aunque
es indiscutible para Denia , ésa es la tesis ofi- más tarde dude. Cuando la visitaron Padilla,
cial, la que justifica su cargo, la que encaja Bravo y Maldonado la hablaron de la anar-
perfectamente co n el juego político que se está quía, del alejamienlO de Carlos. Juana llevaba
haciendo, y es asombroso que estando loca ya 16 años recluida en Tordesillas, sin apenas
razone. No cabe pensar que si razona es que no noticias del exterior, o mal informada, porque
está loca, porque esto llevaría a una revisión una de las primeras cosas que les pregunta es
total de la situación y él se convertiría en un si realmente ha muerto ya o no su padre, por-
vulgar carcelero real. que unas veces se lo dicen así y otras se lo
La correspondencia, abundante, entre Denia y desmienten. Por las notas de los comuneros se
Carlos, está llena de interrogantes . Juana la ve actuando como Reina , y dicen que les
quiere ver a algunos nobles, a los que supone recibió «con alegría» y que les respondió
adictos, y Carlos, cuando es consultado, dice cagrada blemente •. Por supuesto, que si quie-
que se lo nieguen . También le dice que cuando ren constituirla en estandarte, sus informes
hable él con la Reina lo haga a solas, que no tenían que ser así. Adriano, el regente, que está
haya ningún sirviente delante . A veces Denia en Valladolid, supo con detalle la entrevista y
le dice que su madre está bien, de lo que se al informar a Carlos le dice que su madre, en la
alegra Carlos; a veces le dice que lleva unos conversación, cme.zc ló algunas cosas por las
días sin acostarse, negándose a comer, como cuales se comprende que no está cumplida-
reacción a alguna frustración a que la ha so- mente en si ». Pero él no estuvo presente y hay
metido . La conducta de Juana. sus reacciones, que mantener la tesis oficial de la locura. Los
tienen siempre una lógica . Recibe promesas comuneros después la insistieron para que sa-
que no se cumplen, se la aisla, no satisfacen liera a la calle bajo su protección y la ofrecie-
sus deseos, se ve manejada, y todo ello con la rOD el poder, y Juana no quiere entrar en el
perplejidad de que no sepa los resortes que ha juego. Les dice que disculpen a su hijo Carlos,
de mover para ser obedecida, las fuerzas que porque es aún un muchacho y que, además, en
ha de poner en juego, o la palabra que ha de definitiva, si todo está revuelto la culpa es del
decir, como Reina , para que s u siluación se pueblo que lo ha consentido. Adriano le habia
normalice. mandado recados por medio de Fray Juan de
Otras veces, Denia le pide a Carlos joyas, oro, Avila advirtiéndola contra el peligro de una
algo con lo que Juana pueda . holgar., peti- ruptu'r a con su hijo , diciéndola que no firmase
ción incomprensible si aceptamos su locw·a y nada , porque eso habría supuesto una escisión
sabiendo que estaba encerrada y que renun- del reino y un enfrentamiento. Pero, ¿cómo es
ciaba a todo. Pero más adelante se aclara la pOSible que Adriano le pida a una loca que
duda: las joyas y el oro son para la mujer de recapacite?, ¿cómo es posible que ahora confíe
Denia y para sus hijas . en su buen sentido y en sus reacciones?
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Cuando la visitaron los notarios de los comu- meneos no quieren que salga por la misma
neros (Palma, lIrueña, ete.) habló con ellus razón.
«compendiosamente». Siempre habla obede- Algo más adelante, nobles como Alba, Sena-
cido a sus padres, y lamentaba la muerte de vente, Astorga, etc., tomaron partido por el
Fernando, cuya vida «era más necesaria que la bando flamenco y todos unidos dieron la bata-
mía». No quiso gobernar para que a sus hijos , lla a los comuneros. Adriano pudo tranquili-
que estaban en Flandes, no les pasara nada. La zar a Carlos contándole lo de Villalar. Los ven-
relación de los notarios da una indudable sen- cedores fueron a Tordesillas y cuentan que
sación de coherencia en el discurso de Juana , Juana estaba bien (Almirante de Castilla, Ló-
que podía ser una manipulación de cara al pez de Hurtado, etc.). Denia volvió a Tordesi-
pueblo, pero aconsejaron que fueran a Torde- lIas, de donde le habían expulsado los comu-
sillas los mejores médicos para asistirla .por neros. Volvió con el ánimo dispuesto a evitar
su falta de salud». Enfermedad, salud, médi- problemas respecto a Juana. Había estado a
cos: no olvidemos que aún los problemas de la punto de que la Reina recuperara el poder y
mente no han entrado en la órbita de la medi- eso no debería repetirse. Hurtado de la Vega le
cinay que se refieren a sus males físicos exclu- tuvo que sugerir a Carlos que recomendara
sivamente. templanza al Marqués, porque en su trato con
Juana siguió sin actuar, sin firmar nada , in- Juana estaba demostrando _más pasión de la
cluso resistiendo a las amenazas de los comu- que había menester ». Denia cerró el cerco al-
neros , desesperados. Adriano acepta que si rededor de Juana. Limitó aún mássu libertad,
firma _pondna en grave confusión y desorden la encerró en un cuarto sin ventilación y, natu-
estos reinos». Todo resulta extraño: su com- ralmente, a continuación hay abundantes re-
portamiento de loca , ajustado al supremo in- ferencias sobre su conducta anormal: está
terés del gobierno, incluso el manejo que co- agresiva, no come, no se quiere acostar, etc.
muneros y flamencos quieren hacer con sus
«salidas» de Palacio. Los comuneros quieren HACIA EL FIN
que salga y ande por la calle y los flamencos
no. Si está loca, si la ven loca los comuneros, Aún le quedaban a Juana 33 años de vida, 33
¿cómo se atreverían a exhibirla? Y si los fla- años de reclusión. Es un tiempo marcado por
mencos, que han sustentado la tesis de su lo- las abundantes notas, casi diarias. que el Mar-
cura, saben que está loca y quieren destruir qués de Denia dirige a Carlos, luego a Felipe,
todo resto de valor carismático en ella, ¿por cuando éste le hubo relevado en el poder. Les
qué no la dejan que salga y les justifique de cuenta cómo sigue, que está _como suele», o
una vez por todas? En cambio, si admitimos la que está mejor, si come o no, etc. Las notas
hipótesis de que no estaba loca, o de que su revelan no que el Marqués tuviera un especial
trastorno no era en absoluto evidente, todo cariño al género epistolar, sino el cumpli-
encaja bien. Sus reacciones agresivas eran miento de una orden. El hijo, luego el niela,
comprensibles, obedecían a causasconocidas, quieren tener una información casi diaria aun
o acompañaban a estados depresivos cíclicos. a pesar de la reiteración de los datos, de su
Los comuneros quieren que salga para que el ausencia de novedad. Es como si quisieran
pueblo compruebe que no está loca, y los na- tener una confirmación continua de la licitud
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El 23 d. Ibrll d. 1521. en .1 t,ly.cto di To". lobaton a Toro. In 1.. cerclnl •• di Vlllaler, Ion derrotado. lo. Com un.ral po,
Impa rll l.., .IIndo .JuIUcladOI al dll algul.nl, .n Vllla'lr .u. capUln•• : p,dllla. ara \/O y M, ldon, do.
del encierro de la Reina , a la que, sin embargo, eran normales, O sea, que no estaba demen-
abandonan pecuniaramente , como se deduce ciada.
de algunas peticiones que , al final, hizo que Catalina, la hija que había regresado junto a la
Carlos abdicara, o al carácter marcadamente madre voluntariamente, escribe con frecuen-
neurótico de Don Felipe. cia a su hermano, quejándose del trato de los
Entre las profusas notas se van descubriendo Marqueses para con la madre y con ella mis-
algunos problemas de Tordesillas, como, por ma, trato que les lleva a veces a una d ecidida
eje mEla, el de las ml!.i.eres sirvientes. Se le agresividad. Lo cual, extrañamente, no mueve
insolentaban al Marqués, y los comuneros las al Emperador a cambiar de Gobernador en
expulsaron. Con el retorno de Denia fueron Palacio , como hubiera sido lógico. ¿Porqué no
readmitidas, aun a pesar de que frecuente- tenía otra persona de su confianza dispuesta a
mente se queja de ellas, de sus insolencias. Es prestarse al juego de mantener a Juana ence-
decir, da la impresión de que entre ellas y el rrada?
Marqués había un acuerdo mutuo que les Luego, en el 25, cuando Catalina se casó con
mantenía unidos. ¿Eran sus amenazas de pro- J uaD de Portugal y se marchó definitivamente
pagarel verdadero estado de la Reina lo que el de Tordesillas, su madre cayó de nuevo en una
Marqués llama insolencias? Al cerrar el cerco crisis de las suyas, de negarse a comer, de no
a lrededor de ella, restringieron las visitas e dormir, etc. Catalina, como ya se dijo, refu-
incluso se le negó autorización a Fray Juan de taba con su presencia la tesis de la locura de la
Avila, quien tuvo que recurrir al Emperador madre y con su ausencia añade una nueva
Eara gue se lo siguieran permitiendo. Fray duda¡ ya que la reacción de Juana revela, otra
Juan de Avila nunca dice que Juana esté loca. vez, su integridad afectiva.
Cuando habla de sus trastornos menciona so- Sólo en los últimos años hay datos concretos
lamente los físicos. Fray Juan le dice a Carlos que permiten sugerir un comienzo de demen-
que hay penuria en Palacio , que se pasa ham- cia senil en Juana. Se presentaron precedidos
bre hambre y no se cobran sueldos. Hay prue- de otras alteraciones orgánicas, como revela
bas de que los Marqueses no padecían en el Santa Cara, su médico de cabecera. En 1552
mismo grado este ambiente de austeridad, y dice que estaba «toUida, empedida de movi-
que incluso la Marquesa y sus hijas llevaban miento de la mitad del cuerpo para abajo».
joyas de Doña Juana. Tenia llagas y Santa Cara cree que es gangre-
En otra ocasión se menciona a María Cartama. na. Eran escaras de decúbito de las que logró
Personaje curioso, que es silenciado en general recuperarse. Don Felipe tiene interés en cono-
por los comentaristas. María Cartama estuvo cer detalles. pero le importa más el estado
al servicio de Juana desde antes de que se religioso de su abuela que su estado físico o sus
casara con Qon FelipeJ .1: no a'pareció en nin- dolores. Pregunta que si reza, si está en gracia
gún documento hasta que se murió. Juana sin- de Dios, y manda a Borja para que le informe
tió mucho su muerte, según Fray Juan. Pasó detalladamente, porque le han dicho que su
«trabajo y pena» por t:llo durante algún tiem- abuela vive como «los ingleses», sin imágenes,
po, lo cual demuestra dos cosas: que aquello sin misas, sin sacramentos. Borja reprende a
de q ue no toleraba a su lado a ninguna mujer Juana, y ella le contesta que si no practica la
es un infundio, y que sus reacciones afectivas religión es porque «se lo estorban». Se lo es-
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torba «gentelt que tan pronto como se pone a Hay , sin duda, abundantes referencias a su
rezar la quitan el misal, ensucian el agua ben- agresividad , que parten de uno y otro bando,
dita, o se interponen entre ella y el sacerdote del bando interesado en propagar su locura y
cuando está oyendo misa. Parecen alucinacio- del bando al que le interesaba más presentarla
nes delirantes. Interesantes, sin duda: si las como una víctima. La agresividad es una reac-
hubiera tenido antes, en el transcurso de su ción y no un síntoma exclusivo de locura. La
larga existencia, habrían sido descritas así serie de fenómenos que conducen a la agresi-
también. vidad parte del impulso, que al ser frustrado,
Borja propone medidas adecuadas para li- conduce a la reacción agresiva. En la locura, la
brarla de todo esto: llena las habitaciones de agresión es imprevisible, porque es imprevi-
cruces, de agua bendita, para beneficio de «su sible el impulso, generado en el «otro mundoD
Real conciencialt. Luego sacan la conclusión nebuloso que definimos como «locuralt. Pero
de que no está poseída y que Don Felipe puede es posible determinar las circunstancias en las
estar tranquilo. Su abuela está «inocente y que se producían los accesos de agresividad en
limpia de toda culpa» y «da más envidia que Doña Juana, y por eso son comprensibles. La
lástima». Mundo de exhorcismos, demoníaco, frustración al verse separada del poder por su
en el que estuvo a punto de intervenir la Santa padre, por su marido, por sus propios hijos,
Inquisición, y que fue en lo qie se basó Bergen- explica claramente sus reacciones. O cuando
roth para sostener sus tesis de que Doña Juana se la hace más patente su impotencia, al que-
había sido una víctima de la intransigencia darse sola y prácticamente apresada. A veces
religiosa. su agresividad se vuelve contra ella misma, y
En febrero de 1555 tuvo quemaduras porque quema simbólicamente sus ropas o se niega a
la lavaron con agua hirviendo y reaparecieron acostarse o a comer, buscando su propia des-
las lJagas. El cuadro se agravó con un pertinaz trucción. Está demostrado que sus huelgas de
insomnio. Dejó de comer. Fray Domingo de hambre cesaban tan pronto como cambiaban
Soto fue a verla para decidir si estaba en con- las circunstar:cias que habían dado lugar a
diciones de que la dieran el viático, y dispuso ellas, cuando tenia una satisfacción a sus de-
que no la dieran la comunión. Por fin, tras una mandas, que no eran demandas absurdas,
larga agonía, murió. como la de estar informada, o tener más liber-
Aún estuvo su cadáver en TordesilJas 19 años, tad física o mejores tratos. Todo esto pone en
ya que no la trasladaron a Granada hasta tela de juicio la tesis de que sus trastornos de
1574, junto con el cadáver de su hija, María, la conducta fueran auténticamente psicóticos.
Reina de Hungría, que había muerto 16 años
antes. Al pasar la comitiva por El Escorial, el Se ha dicho que el trastorno fundamental fue-
día era tan «áspero y peligroso» (en plena ran sus celos. La idea partió del suceso de
primavera) que daba «pavor y espanto». Flandes, cuando agredió a una amante de su
marido. Fue entonces cuando los flamencos,
CELOS, AGRESIVIDAD, LOC URA asustados, la motejaron de loca. Pero el com-
portamiento sexual de Don Felipe era algo que
Se ha dudado de su locura incluso cuando el todo el mundo conocía y que resultaba tan
problema estaba vivo. Personas como Padilla, tolerable en el ambiente flamenco, como into-
el Almirante de Castilla, el Conde de Benaven- lerable para la que había sido educada en la
te, etc., que la visitaron y hablaron con ella corte de Doña Isabel. Los celos son una duda
detenidamente, testimoniaron que estaba intuida, no una certeza. La certeza de la infide-
bien, y siguieron declarándose partidarios de lidad conduce, según los casos, a una reacción
ella. Más discutible sería la opinión del pue- agresiva o depresiva , pero no a que se esta-
blo, que siempre creyó que era objeto de una blezca un sistema delirante como los celos.
manipulación, pero la veían en sus escasas Otras aseveraciones más o menos emparenta-
salidas por Tordesillas y estaban informados das con un supuesto delirio, pertenecen al
por las mujeres tordesillanas que servían en campo de lo legendario. Cuando fue a Miraflo-
Palacio. Naturalmente, podía tener alteracio- res a comprobar que seguía allí el cadáver de
nes cíclicas o que no afectaran mucho su com- su marido, iba con testigos interesados en
portamiento, y que en sus saLidas, en su con- comprObar lo mismo , y el viaje a Torquema-
tacto directo con el pueblo, pudieran pasar da, o la estancia en Tordesillas del túmulo de
desapercibidas. Pero si se quiere estudiar con Felipe, está claro que fue una imposición de
objetividad el problema, no se puede partir de los que tenían el poder real de cambiar las
la tesis de que estuvo loca y a partir de esto cosas. Nadie hizo nada para llevar en seguida
forzar Jos testimonios, resaltando solamente a Felipe a Granada, escudándose en que la
los negativos. situación social era prácticamente anárquica
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y era necesario movilizar a mucha gente ar- concreto en la historia de nuestro pueblo (de la
mada para \a cQm\\iva, pero también es evi- protonación de Maravall) hay una transmi-
dente que la escenografía del cadáver inse- sión de poderes y una inflexión en el desarrollo
pulto servía muy bien para mantener la tesis político y social, y Doña Juana, y todo lo que
de su locura. Sus relaciones con otras mujeres ella significaba, era un obstáculo para dicha
-con las sirvientes de Tordesi1las, por ejem- inflexión. Se partía de una sociedad con pre-
plo- no fueron mucho peores que las que dominio agrícola (conservadora) que iba ga-
mantenía su propio guardián, el Marqués de nando lentamente una participación cada vez
Denia, y en último extremo, toleró a María mayor en los órganos decisorios del gobierno,
Cartama durante toda su vida. que se iba democratizando, en la que el señor
El hecho de que se dudara seriamente de su castellano había ido perdiendo terreno de
locura, incluso en su tiempo, debe hacer pen- dominio gracias al apoyo popular a la política
sar, en principio, que cualquiera que fuera su de los Reyes Católicos, que buscaron la unifi-
trastorno no fue una psicosis demencial, que cación de los reinos peninsulares como base de
hubiera sido progresiva necesariamente, y un poder que tenía una finalidad concreta, de
que se hubiera reflejado en los comentarios dominio territorial y religioso. La nueva si-
del tiempo con la misma ni tidez con que se tuación se proponía el retomo del dominio a
refleja la demencia senil que tuvo al final de grupos sociales tan concretos como la nobleza
sus dias. Apurando mucho la tesis de su alte- o el alto clero con el apoyo flamenco, con lo
ración mental , a lo más que puede JJegarse es a que se desvirtuaban los fines primitivos de la
calificarla como dqtada de un carácter violen- unificación del poder, convirtiéndolo en un
to, con reacciones a veces explosivas, a veces puro centralismo, válido para el control del
autísticas, inestable, pero no loca. poder económico.
El centralismo, con su control del poder, y el
LA LOCURA COMO PRETEXTO absolutismo, resultan ser fenómenos correla-
tivos. La entrada en el juego poJitico-
Si en su tiempo se discuti6sobre la locura de la económico del Nuevo Continente provocó, en-
Reina y no hubo un acuerdo general, y ni en- tre otros fenómenos, dos que eran teórica-
tonces ni después hubo datos fiables, incon- mente favorable: el drenaje humano y el
trovertibles, que permitieran formar un juicio acrecentamiento de la riqueza. Y, sin embar-
sobre ello, parece obvio que detrás de todo el go, esto no incidió en la evolución de nuestro
problema hay algo más que el puro interés pueblo. Los flamencos nos llevarían al crak
psicopatológico. económico y el desarrollo industrial, huma-
nos, etc., se trasladó a Centroeuropa, sin ape-
Analizando la escasa bibliografía directa que
nas rozarnos. A pesar del centralismo, a pe5'.u
hay sobre el tema, lo primero que llama la
de las ideas hipotéticamente liberalizadoras,
atenci6n esque hay una actitud previa en cada la evolución humana, social. cultural, políti-
comentarista, que le sirve de base a la poste- ca, de la protonación hispana se detuvo dentro
rior orientación que da a sus conclusiones. de unos estrechos límites en el transcurso de
Esta actitud previa puede definirse, esquemá- los siglos siguientes, en los que se irían produ-
ticamente, como liberal o conservadora, y se
ciendo intentos para romper el círculo centra-
encierra en las siguientes coordenadas: los
que admiten que la influencia flamenca fue lista y absolutista, Intentos espasmódicos,
europeizan te y liberal y, en definitiva, positiva poco profundos, fácilmente sofocados.
para nosotros, o los que sostienen la tesis de La exclusión de Juana era esencial, porque la
que las tendencias democl'á ticas ya estaban Reina tenía el apoyo carismático del pueblo, y
presentes en nuestra estructura social. cuando el pueblo, en definitiva, sustenta el aparato
los flamencos indujeron una inflexión en la estatal. La exclusión de Juana del aparato del
evolución de dichas tendencias y nos conduje- poder fue una tarea enormemente favorecida
ron a los absolutismos. El estilo europeizante por la especie de su locura. Su muerte prema-
era, sin duda, liberal y venía a romper las tura hubiera planteado una regresión dinás-
últimas trabazones sociales medievalistas, tica (la exclusión de la forma monárquica era
pero la traslación a nuestro pueblo de dicha culturalmente impensable), pero su locura
tendencia hizo que adoptara rápidamente el permitió un' avance del escalafón sucesorio y
signo cohtrario, como se demostró en el rei- la entrega del poder a los flamencos-Carlos,
nado de Carlos V y especialmente en el de Fe- secundados por nuestra nobleza y nuestro
lipe II Y sus sucesores, en un fenómeno en el aparato eclesial.
que resultaba esencial la influencia econó- Cabe preguntarse cómo se hubiera estructu-
mica del Nuevo Mundo. Y así, en un momento rado la federación democrática de los pueblos
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Sepulero. de 11)1 Reye. C.lólleo. y de Ooñe Juene y Fell,.. el He"no.o, en le uplle ree' ~ l. ,.ledr.1 de Gr.n.d. (ob" de F.neenl y
B.r1olo,",Ordóiiez).

hispánicos de haber continuado el poder en mismos, sino que son la cúspide de un grupo
Juana con la influencia económica americana, que les sustenta.
o las consecuencias que hubiera tenido el
triunfo de la revolución comunera, que ex~ COMENTARIO BIBLIOGRAFICO
c1uía del poder a los flamencos, o la evolución
humana y política de nuestro pueolo sin el Aparte de la obligada referencia a las notas
rígido y estéril centralismo Impuesto por los más o menos extensas contenidas en las histo-
Austrias, que situaba el centro ideal del Impe- rias generales (Ballesteros, Lozoya, Mousnier,
rio primero en Flandes, luego en Madrid. Goetz, ete.), existe una bibliografia específica
Como cabría preguntarse si nuestro retardo en del tema, encabezada por el libro de Rodrí-
el desarrollo político , humano, ideológicos, guez Villa (uLa Reina Doña Juana la Loca.,
económico, etc., ha sido siempre un problema Madrid, 1892), que es fundamental, tanto por
de clases dirigentes (nobleza, Iglesia , grupos su exhaustiva exposición como por los docu-
económicos, etc.), atentos sólo a su directo mentos que transcribe. Rodrí&1lez Villa se in-
beneficio, o si es que somos un pueblo genéti- clina por la tesis de que no estuvo loca. En
camente inferior, de corta inteligencia, siste- 1932, Ludwing pfandl publicó su« Doña Juana
máticamente neurotizado , un pueblo con el la Loca» (Austral), libro que no debe tomarse
que realmente no puede aspirarse a más por- en consideración ni en la parte histórica ni en
que no ha sabido o podido exigir las estimula- la psiquiátrica, ya que con una asomb-rasa
ciones culturales que han movido a otros pue- confusión de ideas atribuye a Juana y a sus
blos próxi mas, o porque ni siquiera se ha plan- antecesores toda la patología psiquiátrica,
teado la necesidad de exigir dichas estimula- meticulosamente ordenada. En 1939 se pu-
ciones. blicó en Valladolid un nuevo ensayo firmado
De cualquier forma parece crucial en nuestra por Vallejo Nájera y N . Sáenz y Ruiz de la
historia el momento político representado por Peña, llevando la parte histórica Ruiz de la
Doña Juana. No importa si estuvo loca o no, ni Peña con más eclecticismo que la parte psi-
qué clase de locura o en qué grado la padecie- quiátrica desarrollada por Vallejo, que dan
ra. Pero está claro que fue una excelente ex- por indiscutible la locura, y a partir de eso
cusa para un juego político trascendente. saca las conclusiones. Prawdin, en 1953, se
Ahora bien: aceptar sin más su locura y todo lo inclinó por la tesis del juego político, sin más
que aparentemente se derivó de ella, es una apoyo que la lógica, y recuerda al clásico de
especie de resignación también carismática. Bergenroth, del que únicamente he conocido
Discutirlo y analizarlo lleva a algo más que a la tesis (persecución religiosa) por las citas de
una elucubración psicopatológica realmente Rodríguez Villa. J. A. Vallejo Nájera, en 1977
estéril. Supone tomar conciencia del protago- (Locos Egregios, Md.) hace suya la tesis pater-
nismo , entonces y siempre, de los diversos es- na, y al admitir la tesis de su loc ura dejan bien
tamentos sociales en la política y condicionar claro su desprecio por cualquier revisión del
así el futuro. Loque,e n definitiva ,es la esencia lema .
de la libertad, ya que la libertad es, ante todo, La locura de Doña Juana, en fin, ha sido tra-
la pOSibilidad de proyectar el futuro . Una na- tada en otros ámbitos culturales (en el teatro
ción (el conjunto de pueblos unidos, con su con Tamayo y Baus, en el ensayo con un libro
lengua, su cultura, su historia, su interés eco- curioso de Gómez de la Serna, etc .), admi-
nómico común, etc.) nunca debe estar al albur tiendo sin discusión la tragedia de su locura o
de la patología mental de sus gobernantes. Ya de sus celos, con las implicaciones folletines-
que, en todo caso, tampoco son nadie por ellos cas obligadas . • C. o. M.
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