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La Terminación Del Contrato.

Por terminación de los contratos se entiende a extinción de los mismos, en el


sentido de que el contrato como tal deja de producir sus efectos jurídicos normales
y cesa de cumplir los fines para los cuales había sido celebrado. Toda terminación
de contrato implica su extinción, en el sentido de que deja de producir efectos
hacia el futuro. Diversos medios de terminación de los contratos: Tradicionalmente
la doctrina distingue los siguientes:

La Disolución de los Contratos

Maduro (1987), explica que dada la base eminentemente consensualista de los


contratos en el Derecho Moderno, es obvio que si los contratos se forman por el
mutuo consentimiento (mutuo consensu.), también pueden deshacerse por el
mutuo consentimiento de las partes que lo integran. En este caso se dice en la
doctrina que los contratos pueden deshacerse por el mutuo disentimiento (mutuo
disensu). Si las partes son libres de vincularse por su propia voluntad, son
igualmente libres de desvincularse jurídicamente también por su propia voluntad.

La disolución de los contratos es también denominada en doctrina revocación, en


el sentido de que se considera que quien otorga su voluntad para contratar revoca
esa misma voluntad al deshacer el acto o contrato celebrado. Sin embargo, el
término revocación no ha sido acogido en forma unánime, tanto más si se tiene en
cuenta que en la doctrina por revocación de un contrato se entiende la terminación
del mismo por voluntad unilateral de una de las partes.

No obstante lo expuesto, el legislador patrio considera el mutuo disenso como


revocación; ello se desprende de lo dispuesto en el artículo 1159 del Código Civil:
“Los contratos tienen fuerza de ley entre las partes. No pueden revocarse sino por
mutuo consentimiento o por las causas autorizadas por la ley”.

La disolución de los contratos es la forma normal de terminación voluntaria de los


mismos y requiere necesariamente el consentimiento de las partes contratantes
(mutuo disensu).

En principio, para la disolución de un contrato sólo basta el mutuo consentimiento


libremente manifestado; sin embargo, es de doctrina y de jurisprudencia que si el
contrato celebrado requiere de determinada formalidad o solemnidad, en la
disolución que se realice deben también cumplirse las formalidades que
presidieron la realización del contrato celebrado.
La Nulidad de los Contratos

Por nulidad de un contrato se entiende su ineficacia o insuficiencia para producir


los efectos deseados por las partes y que le atribuye la ley, tanto respecto de las
propias partes como respecto de los terceros. (Maduro, 1987).

La nulidad de un contrato ocurre cuando faltan los elementos esenciales a su


existencia o a su validez, o cuando viola el orden público o las buenas
costumbres.

El contrato afectado de nulidad es un contrato que ha nacido en forma anómala,


irregular o imperfecta y por lo tanto el legislador, por razones de orden público,
declara o permite la declaración de su nulidad.

Como diferencia con la disolución de los contratos pueden anotarse


fundamentalmente dos circunstancias: a) El contrato objeto de disolución es un
contrato que nace de un modo pleno o perfecto, que no adolece de vicios que lo
hagan ineficaz; mientras que el contrato nulo es un contrato viciado, nacido
irregularmente, en el que el legislador prohíbe en principio su eficacia en el mundo
de lo jurídico; b) La disolución, en principio, y salvo disposición expresa de las
partes, sólo produce efectos hacia el futuro; mientras que la nulidad en
determinadas situaciones produce efectos no sólo hacia el futuro sino también
hacia el pasado. En determinadas circunstancias la nulidad produce efectos
retroactivos.

La Resolución de los Contratos

Siguiendo a Maduro (1987), de una manera general se entiende por resolución de


un contrato la terminación del mismo en virtud del incumplimiento culposo de una
de las partes contratantes. La resolución es un modo de terminación exclusivo de
los contratos bilaterales y configura en la doctrina uno de los capítulos de la teoría
general de los contratos bilaterales.

Sólo los contratos bilaterales pueden terminarse mediante resolución.

Esta es una noción inherente a la naturaleza sinalagmática del contrato.

La resolución presenta diferencias básicas con la disolución y con la nulidad


de los contratos, a saber:

a) Mientras que la disolución de los contratos opera en principio hacia el futuro y


no hacia el pasado, la resolución tiene efectos retroactivos. El contrato bilateral
terminado por resolución se considera extinguido, no desde el momento en que la
resolución se declara, sino que mediante una ficción jurídica se considera como
que si jamás hubiese existido contrato alguno. Las partes que suscriben un
contrato bilateral que después de declarado resuelto, vuelven a la situación
precontractual como si jamás hubiesen celebrado contrato alguno.

Igualmente, la disolución de un contrato no supone el incumplimiento culposo de


alguna de las partes contratantes, mientras que la resolución sí requiere el
incumplimiento culposo de alguna de las partes del contrato.

b) Respecto de la nulidad, se observan dos diferencias fundamentales, a


saber:

1° El contrato nulo es un contrato que nace viciado, por lo cual no puede producir
sus efectos normales; mientras que el contrato bilateral objeto de resolución es un
contrato que ha nacido perfecto, sólo que en el curso de su desarrollo una de las
partes incumple culposamente su obligación.

2° La nulidad (al igual que la disolución) es susceptible de aplicarse a todo tipo de


contrato, independientemente de su naturaleza. La resolución es un medio
específico de los contratos bilaterales.

La Rescisión (invalidación) de los Contratos

Aclara Maduro (1987), que la rescisión es un medio de impugnar contratos, en el


sentido de que no produzcan sus efectos normales en aquellos casos que estable-
cen una desproporción excesiva entre las prestaciones de las partes en perjuicio o
detrimento de algunas de ellas.

En doctrina se sostiene que la rescisión presenta dos caracteres fundamentales:


a) Tiene carácter subsidiario, es decir, sólo opera a falta de otro recurso capaz de
colocar a las partes en situación de equilibrio; b) Debe ser expresa, en el sentido
de que sólo puede o debe ser autorizada por el legislador.

En principio, la rescisión no tiene efecto retroactivo, salvo en los casos en que el


legislador así lo ordene expresamente.

La Revocación de los Contratos

Por revocación de un contrato se entiende específicamente la terminación del


mismo por voluntad unilateral de una de las partes. La revocación procede en
determinados contratos, en los que por su peculiar naturaleza, el legislador
autoriza a una de las partes a darlo por terminado sin necesidad del
consentimiento de la otra parte.

La revocación en principio opera sólo hacia el futuro y no tiene efecto retroactivo.


Entre los contratos susceptibles de revocación se pueden señalar el mandato, la
sociedad, las sociedades de hecho, la donación. (Maduro, 1987).

El cumplimiento de los contratos

Es decir la consecuencia o prestación convenida en el contrato una vez llegada a


perfeccionar su cumplimiento. El contrato deja de existir por haberse
perfeccionado ya sea por el tiempo o un acontecimiento.

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