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Exp.

2006-001004
Magistrado Ponente: Luís Antonio Ortíz Hernández

En el juicio por prescripción adquisitiva intentado por la ciudadana JUANA MORO


DE GAINZA, representada por la abogado en ejercicio Inés María Cartagena León contra
la ciudadana ROSANNA SIRIZZOTTI, representada judicialmente por los abogados Pedro
Binaggia Coto y José Rafael Serrano; el Juzgado Superior Cuarto en lo Civil, Mercantil y
del Tránsito de la Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de Caracas, dictó
sentencia en fecha 16 de junio de 2006, mediante la cual declaró sin lugar el recurso de
apelación interpuesto por el apoderado judicial de la parte demandada y confirmó la
sentencia dictada por el Juzgado Primero de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil y del
Tránsito de la misma Circunscripción Judicial, que declaró con lugar la demanda de
prescripción adquisitiva.

Contra la referida decisión de la Alzada, la parte demandada anunció recurso de


casación, el cual fue admitido y oportunamente formalizado. Hubo impugnación, réplica
y contrarréplica.
Concluida la sustanciación del recurso y demás formalidades legales, pasa la
Sala a decidir bajo la ponencia del Magistrado que con tal carácter suscribe el presente
fallo, en los términos que a continuación se expresan:

RECURSO POR DEFECTO DE ACTIVIDAD


PRIMERA DENUNCIA

De conformidad con lo establecido en el ordinal 1° del artículo 313 del Código de


Procedimiento Civil, denuncia el formalizante la infracción del ordinal 3° del artículo 243
eiusdem, en concordancia con el artículos 12 del mismo Código, por cuanto considera
que “la recurrida no realiza una síntesis clara, precisa y lacónica de los términos en que
quedó planteada la controversia, ya que no los expresa en forma fidedigna”.
Fundamenta su denuncia de la siguiente manera:
“…Cumplidas las formalidades de Ley mi representada procedió a dar
contestación al fondo de la demanda, en dicho acto rechazó y contradijo
la demanda intentada en todas y cada una de sus partes tanto en los
hechos como el derecho, entre otras defensas de fondo opuso la falta de
cualidad de la actora para intentar el juicio y reconvino a la actora.”
…Omissis…
“Es el caso que la recurrida no menciona en ninguna parte que mi
representada opuso como defensa previa al fondo de la controversia
como se dijo la falta de cualidad reseñada.”
…Omissis…
“Luego en el PUNTO PREVIO del fallo declara sin lugar la falta de cualidad
pero en realidad, no expresa con claridad si se trata de una defensa
opuesta en la oportunidad cuando se dio contestación a la demanda, o al
presentar los informes en la Alzada, ya que procedió a citar un fragmento
de nuestros informes.”
…Omissis…
“Como puede verse en la recurrida no se expresa que mi representada
opuso esa defensa previa al fondo, sino que la misma se declara
improcedente.
Todos estos pronunciamientos de la recurrida ponen en evidencia una
gran imprecisión y oscuridad en la síntesis de los términos en que quedó
planteada la controversia….”

Para decidir la Sala observa:


Señala el formalizante que la recurrida incurrió en la infracción del ordinal 3° del
artículo 243 del Código de Procedimiento Civil, por cuanto no menciona en ninguna
parte del texto que la demandada haya opuesto la falta de cualidad como defensa
previa al fondo o el escrito de informes, considerando de esta manera que incurre en
una imprecisión en la síntesis de los términos en que quedó planteada la controversia.

Ahora bien, de la fundamentación de la presente denuncia se observa que el


recurrente al referirse a la circunstancia de que el sentenciador no menciona que la falta
de cualidad se haya opuesto como cuestión previa al fondo o en los informes, ello
conlleva -en todo caso- es al vicio de incongruencia negativa y no a la falta de síntesis,
clara, precisa y lacónica de los términos de la controversia contenida en el ordinal 3° del
artículo 243 del Código Adjetivo, aún sin embargo, dejando a un lado los formalismos, y
entendiéndose lo denunciado por el formalizante, esta Sala pasa a analizar la presente
denuncia.
En este sentido, es oportuno destacar que el vicio de incongruencia lo desarrolla
la doctrina en relación con la obligación impuesta al Juez para que resuelva sólo sobre
todo lo alegado. Si se aparta de dicha regla dará lugar al vicio de incongruencia positiva,
y si por el contrario el Juez omite el debido pronunciamiento sobre alguno de los
términos del problema judicial comete el vicio de incongruencia negativa.

A los fines de verificar la ocurrencia o no del vicio de incongruencia negativa, esta


Sala pasa a transcribir extractos de la sentencia del ad-quem:
“Observa este sentenciador que el apoderado judicial de la parte
demandada consignaron escrito de informes ante esta Alzada donde
alega: como punto previo la falta de cualidad de la
actora manifestando:”…al contestar la demanda quien se presenta como
actora admite en el propio libelo de la demanda que no es la única
supuesta poseedora de inmueble constituido por una parcela de terreno
signada con el N° 34-A ubicada en Prolongación sur de las Acacias (…),
propiedad de mi representada y que la actora pretende obtener mediante
el procedimiento de prescripción adquisitiva intentado….
Ahora bien, todo persona que afirme ser titular de un interés jurídico
propio tiene legitimación para hacerlo valer en juicio, en el presente caso
la parte actora demanda la prescripción adquisitiva de un inmueble
identificado en autos señalando tener la posesión de dicho bien.
A este respecto se observa que el objeto del litigio es la titularidad del
derecho de propiedad que pueda obtener la parte actora sobre inmueble
de marra, pues de existir una sentencia favorable de la misma el bien
ingresaría a su esfera patrimonial, por otro lado observa este Tribunal que
el hecho de que la para actora haya admitido venir poseyendo en
compañía de su esposo dicho inmueble exista un litis consorcio como lo
asevera la parte demandada, por cuanto no perteneciendo dicho
inmueble a la comunidad conyugal de gananciales a la cual pertenece la
parte actora ciudadana JUANA MORO DE GAINZA, esta puede actuar en
juicio libremente, pues la legitimación corresponde a cualquiera de ellos,
por lo que sin ninguna duda se evidencia de los autos la cualidad e interés
que acredita la ciudadana JUANA MORO DE GAINZA, para intentar la
presente acción, siendo forzoso para este sentenciador declarar
improcedente la falta de cualidad alegada por la parte demandada y así
se declara.” (Negrillas del texto y Subrayado de la Sala).

De la precedente trascripción de la sentencia, se observa que el juez superior no


sólo señala que la falta de cualidad fue consignada en el escrito de informes, sino que
resuelve la misma determinando las razones de que la parte actora si tenía cualidad e
interés para intentar la referida acción, desestimando por ello lo alegado por la
demandada respecto a este punto. Aunado a ello, el hecho de que la recurrida solo se
haya referido a este alegato de falta de cualidad como presentado en el escrito de
informes, y no en la oportunidad de la contestación de la demanda, el mismo se tiene
como resuelto, en virtud de que lo esencial resultó cumplido.

En consecuencia, esta Sala declara improcedente la infracción del ordinal 5° del


artículo 243 del Código de Procedimiento Civil, relativa al vicio de incongruencia
negativa. Así se decide.

SEGUNDA DENUNCIA

De conformidad con lo establecido en el ordinal 1° del artículo 313 del Código de


Procedimiento Civil, denuncia el formalizante la violación del ordinal 5° del artículo 243
del mismo Código, en concordancia con el artículo 12 eiusdem, por considerar que la
recurrida incurrió en el vicio de incongruencia.
Fundamenta su denuncia de la siguiente manera:
“…En efecto, tal como expusimos en la denuncia que antecede mi
representada en la contestación de la demanda opuso entre otras
defensas de fondo, la prevista en el artículo 361 del Código de
Procedimiento Civil, es decir la falta de cualidad de la parte actora por
cuanto en el libelo de demanda, admitió no ser la única supuesta
poseedora de inmueble objeto de la presente acción de prescripción
adquisitiva, por lo tanto ella sola individualmente no podía instaurar la
acción sino que debió proponerla conjuntamente con sus otros co-
poseedores.”
…Omissis…
“Al referirse a estas defensas la recurrida silenció completamente una de
ellas fundamento de la falta de cualidad opuesta en la contestación de la
demanda, es decir, no resolvió la relativa a que el inmueble estaba siendo
poseído también por los hijos de la actora, como fue alegado por ella en
el libelo de la demanda.”
…Omissis…
“Es indudable que la recurrida ignoró la defensa que señalaba que los
hijos de la actora debieron comparecer en juicio para demandar
conjuntamente con ella la prescripción invocada, al resolver solamente la
que se refería a la posesión que ejercía conjuntamente con su marido, por
lo que resulta que la misma se resiente del vicio de INCONGRUENCIA
NEGATIVA.” (Negrillas del texto).

Pasa la Sala a decidir:


El formalizante delata el vicio de incongruencia negativa en base a que la
recurrida nada dijo respecto a la defensa expuesta por ésta en la oportunidad de la
contestación de la demanda, en relación a que el inmueble en cuestión se encontraba
también en posesión de los hijos.
Respecto al vicio de incongruencia negativa la Sala en sentencia N° 00194 de
fecha 3 de mayo de 2005, caso: Wismer Febres Pérez contra Maldonio Valdivieso,
expresó lo siguiente:
“...es doctrina reiterada de la Sala que la incongruencia negativa, resulta
del no pronunciamiento por parte del juez sobre los presupuestos de
hecho que forman el problema judicial debatido, conforme a los términos
en que se explanó la pretensión y la contradicción. Es decir, la
incongruencia, es la diferencia entre lo pretendido y contradicho
materialmente por las partes, y lo resuelto por el sentenciador, en el
contenido y alcance del dispositivo del fallo…”.

A los fines de constatar lo expuesto por el formalizante, se pasa a transcribir


extractos de la contestación de la demanda, la cual cursa al folio 140 del expediente:
“Opongo formalmente la cuestión previa contenida en el ordinal 2° del
artículo 346 ejusdem, el cual reza así:
“La ilegitimidad de la persona del actor por carecer de la capacidad
necesaria para comparecer en juicio…(omissis)…”
En este mismo orden de ideas, (…) la ciudadana Juana Moro de Gainza, en
el Capítulo Primero del libelo de la demanda establece lo siguiente:
“Desde el año 1.957, hasta la presente fecha, junto con mi esposo e
hijos he venido poseyendo…” (subrayado agregado).
Ahora bien, al señalar la demandante que venía poseyendo el inmueble
junto con su cónyuge, es preciso establecer el alcance del artículo 168 del
Código Civil….”
…Omissis…
“De la norma anteriormente trascrita puede afirmarse que en esta
materia se configura un litisconsorcio necesario, que de acuerdo con la
doctrina es aquel que se presenta cuando existe una sola causa o relación
sustancial con varias partes sustanciales activas o pasivas, que deben ser
llamadas todos a juicio para integrar debidamente el contradictorio…”.
…Omissis…
“De lo anterior se desprende que la legitimación en juicio para las
respectivas acciones corresponderá a los cónyuges en forma conjunta, en
el presente caso la ciudadana Juana Moro de Gainza, debió accionar
conjuntamente con su cónyuge ya que si pretende la declaración de la
propiedad por prescripción adquisitiva de un bien inmueble que viene
poseyendo con él, se produjo un litisconsorcio activo”.

Ahora bien, del contenido del escrito de contestación a la demanda, contrario a


lo señalado por el formalizante, no se evidencia que la parte demandada haya opuesto
la falta de cualidad basada en la no comparecencia de los hijos de la ciudadana Juana
Moro de Gainza, ya que a lo único a que hace referencia en el mencionado escrito, es a
la falta de cualidad con respecto al cónyuge de la misma, lo cual fue resuelto por la
recurrida.
Por tal razón se declara improcedente la presente denuncia. Así se decide.

RECURSO POR INFRACCIÓN DE LEY


PRIMERA
De conformidad con lo establecido en el ordinal 2° del artículo 313 del Código de
Procedimiento Civil, denuncia el formalizante la violación de los artículos 168 del Código
Civil por falsa aplicación y 140 del Código de Procedimiento Civil, por falta de aplicación.
Fundamenta su denuncia bajo los siguientes argumentos:
“Al referirse a esta defensa de falta de cualidad la recurrida resolvió que
bastaba con que la actora hubiese manifestado que se encontraba casada
para que el bien ingresase a la comunidad de gananciales que mantiene
con su esposo, pero nada dijo en relación con la posesión ejercida por los
hijos de la actora…”
…Omissis…
“Este razonamiento es incorrecto, ya que de conformidad con el artículo
168 del Código Civil cuando se trata de bienes de la comunidad conyugal,
como sería en el presente caso los derechos sobre un inmueble que uno
de los cónyuges pretende adquirir por usucapión incorporando la
posesión del otro, la legitimación en juicio, corresponderá al que los haya
realizado, por ello al actuar individualmente debe contar con la anuencia
del otro cónyuge.”
…Omissis…
“En este caso se trata de un asunto que atañe un bien inmueble, por
cuanto uno de los cónyuges pretende adquirirlo a través de una acción
judicial de prescripción adquisitiva, cuya posesión según su propia
manifestación fue ejercida conjuntamente con el otro.
Por consiguiente si la propia norma señala que la legitimación en juicio,
para los actos relativos a la comunidad conyugal le corresponderá a
aquel que los haya realizado, y si la propia actora manifiesta en su libelo
que su posesión fue ejercida conjuntamente con su marido y con sus
hijos, es obvio, que ese acto fue ejercido por ambos (marido y mujer) de
manera que la recurrida con su proceder está contrariando abiertamente
la norma al sostener lo contrario a lo que la misma establece.
De igual manera al declarar sin lugar la defensa de falta de cualidad
opuesta por no haber acreditado la actora la representación de sus hijos
en juicio, ignoró la disposición contenida en el artículo 140 del Código de
Procedimiento Civil, que establece que “Fuera de los casos previstos por
la ley no se puede hacer valer en juicio, en nombre propio, un derecho
ajeno”.
Es por ello que la recurrida al resolver que la cónyuge podía actuar
libremente en el proceso, aplicó falsamente la norma contenida en el
artículo 168 del Código Civil y al ignorar que los hijos de la actora también
poseyeron viola por falta de aplicación el artículo 140 del Código de
Procedimiento Civil, pues la primera establece que los cónyuges
solamente podrán actuar por si solos en juicio exclusivamente en aquellos
procesos que conciernan los bienes de la comunidad conyugal que
hubieren adquirido con su trabajo personal o por cualquier otro titulo
legitimo, y para los actos que hubiesen realizado, pero no podrán
hacerlo cuando se trate de bienes inmuebles, para lo cual deben contar
con la anuencia del otro cónyuge; y la segunda prohíbe a una persona
hacer valer en nombre propio el derecho ajeno, a menos que lo autorice
la ley.
Las violaciones denunciadas resultaron determinantes en el dispositivo
del fallo, porque la recurrida de haber aplicado las normas objeto de esta
denuncia conforme a lo expuesto, hubiese concluido que un solo cónyuge
no podía actuar solo en juicio haciendo valer los derechos posesorios del
otro y que igualmente una madre no puede actuar haciendo valer esos
derechos en nombre y representación de sus hijos sin acreditar su
representación, y en consecuencia hubiese declarado con lugar la falta de
cualidad opuesta por mi representada.” (Subrayado y negrillas del texto).

La Sala para decidir observa:


Denuncia el formalizante que la recurrida aplicó falsamente el artículo 168 del
Código Civil, por cuanto considera que en el presente caso al tratarse de bienes de la
comunidad conyugal, la legitimación en juicio correspondía a ambos cónyuges y no solo
a Juana Moro de Gainza como lo dejó asentado la Alzada.
Es oportuno señalar que el juicio declarativo de prescripción adquisitiva tiene por
objeto la declaración del derecho de propiedad, una vez cumplidos los requisitos
establecidos en la ley.

Ahora bien en el presente caso la demandante alega estar poseyendo de manera


pacífica, continúa, no interrumpida, no equívoca y pública el inmueble objeto del
presente juicio, con el único fin de obtener la propiedad del inmueble, más aún no es
dueña del mismo, por lo que no puede hablarse de que se trata de un bien que
pertenece a la comunidad conyugal.

En tal sentido, la propia norma establece en su artículo 690 del Código de


Procedimiento Civil, que cuando se pretenda la declaración de propiedad por
prescripción adquisitiva según la ley, o la declaración de cualquier otro derecho real
susceptible de prescripción adquisitiva, el interesado presentará demanda ante el Juez
de Primera Instancia en lo Civil del lugar de situación del inmueble, la cual se sustanciará
y resolverá con arreglo a lo dispuesto en ese capítulo.
En virtud de lo antes expuesto, se concluye que para intentar la presente
demanda no se requería la actuación conjunta de la ciudadana Juana Moro de Gainza
con su cónyuge, tal como lo dejó establecido la recurrida.

Asimismo, y dentro de este mismo contexto, alega el formalizante que el ad


quem violó por falta de aplicación el artículo 140 del Código de Procedimiento Civil, al
ignorar que los hijos de la actora también poseyeron el inmueble en cuestión, con lo
cual la demandante hizo valer en juicio en nombre propio un derecho ajeno.

Ahora bien, es el caso que dicha norma no se corresponde a los hechos de la


controversia, ya que la demandante Juana Moro de Gainza al ser titular de una acción
directa, no está actuando en nombre ni en interés de otro.

Por las razones anteriormente expuestas, se declara improcedente la presente


delación. Así se decide.
SEGUNDA
CASACIÓN SOBRE LOS HECHOS

De conformidad con lo establecido en el ordinal 2° del artículo 313 del Código de


Procedimiento Civil y del artículo 320 eiusdem, denuncia el formalizante la infracción de
los artículos 772 del Código Civil y 508 del Código de Procedimiento Civil, por falsa
aplicación.

Fundamenta su denuncia de la siguiente manera:


“En el caso sub-litis la actora promovió como era su obligación, una serie
de probanzas para demostrar que los efectos de la posesión por ella
ejercida supuestamente por más de 20 años, dieron lugar a que operase a
su favor la prescripción adquisitiva sobre el inmueble objeto del juicio,
por ser su posesión legítima, como alegó en su libelo de demanda.
Para comprobarlo promovió una serie de documentos que en realidad por
si solas no son suficientes para tal demostración.
Estos documentos en su mayoría fueron reseñados y rechazados por la
recurrida como pruebas válidas para demostrar tan importante extremo,
y fueron las siguientes: a) Un título supletorio que no fue ratificado en
juicio; la certificación de gravámenes que no surte efectos a los fines de
demostrar la prescripción alegada; y b) El acta de matrimonio de la
actora con el Ciudadano ÁNGEL RAMÓN GAINZA, que tampoco surte
efectos a los fines de demostrar la prescripción alegada, sólo demuestra
la existencia del vínculo conyugal.”
…Omissis…
“Para complementar y demostrar verdaderamente el extremo
fundamental de su acción promovió varios testigos que según la recurrida
lograron patentizar tan difícil extremo probatorio y complementar de
manera indubitable la posesión legítima. “
…Omissis…
“Se entiende claramente que las testimoniales solo aportan que la actora
vive en el inmueble y que realizó algunas mejoras, pero nada más, pues la
relación de tiempo se desvirtúa con el propio dicho de los testigos, ya que
sus declaraciones no concuerdan entre sí y sobre todo como se dijo no se
corresponden con los alegatos fundamentales de la actora en su libelo de
que “Desde el año 1957, hasta la presente fecha, junto con mi esposo e
hijos, he venido poseyendo, es decir por más de cuarenta y tres (43) años,
en forma pacífica, continua, no interrumpida, no equívoca, pública y con
intención de tener la cosa como mía propia,…”
Es evidente, con base en las anteriores argumentaciones que del análisis
hecho por la recurrida de las testimoniales evacuadas en este juicio, no se
desprende que la actora ha venido poseyendo de manera pacífica y con
ánimo de dueña, es decir, la posesión legítima.
Es por ello que el Juez de la recurrida erró en su pronunciamiento y con él
infringió por falsa aplicación el artículo 772 del Código Civil, que es una
norma para la fijación de los hechos, que señala los atributos que debe
tener la posesión legítima para que a través de ella se pueda adquirir la
propiedad, pues consideró que la actora estaba poseyendo de manera
legitima, cuando de las propias declaraciones de los testigos se desprende
que la misma no era pacífica y que su ejercicio no se hacía con ánimo de
dueño.
Igualmente con su conducta aplicó falsamente la norma contenida en el
artículo 508 del Código de Procedimiento Civil, la cual es una norma para
la valoración de la prueba testimonial, pues equivocó su pronunciamiento
al atribuirle a esas declaraciones un sentido distinto al que se desprende
del dicho de los testigos y limitar su análisis a un simple examen
superficial.”
…Omissis…
“Estas violaciones resultaron determinantes en el dispositivo del fallo,
porque la recurrida si hubiese aplicado correctamente las normas objeto
de esta denuncia para resolver la controversia hubiese concluido que la
posesión ejercida por la actora no era legítima, y en consecuencia hubiese
declarado sin lugar la acción propuesta y con lugar la reconvención,
ordenando la devolución del inmueble a su legitima propietaria.”
(Subrayado y negrillas del texto).

Pasa la Sala a decidir y observa:


En el caso bajo estudio, el formalizante alega que la recurrida infringió el artículo
772 del Código Civil, por falsa aplicación, y omite señalar cuál es la norma que el juez
debió aplicar y no aplicó.

Ahora bien es oportuno destacar que la falsa aplicación de la norma jurídica


consiste en el establecimiento de una falsa relación entre los hechos, en principio
correctamente establecidos por el juzgador, y el supuesto de hecho de la norma,
también correctamente interpretada, que conduce a que se utilice una norma jurídica
no destinada a regir el hecho concreto.

Respecto de la denuncia del recurso de casación por falsa aplicación así como
cualquiera de infracción de ley, la Sala ha precisado que el formalizante debe: a)
encuadrar la denuncia en el ordinal 2º del artículo 313 del Código de Procedimiento
Civil; b) especificar qué norma jurídica resultó infringida y ubicarla en la hipótesis
prevista en el referido ordinal; c) expresar las razones que demuestren la existencia de
la infracción, esto es, explicar de forma clara y precisa cómo, cuándo y en qué sentido se
produjo la infracción, la cual debe ser determinante en el dispositivo del fallo, de
conformidad con lo previsto en el único aparte del artículo 313 eiusdem; d) especificar
las normas jurídicas que el tribunal de última instancia debió aplicar y no aplicó para
resolver la controversia, e indicar las razones que demuestren la aplicabilidad de dichas
normas.

En consecuencia, al no señalar el formalizante la norma jurídica que la recurrida


debió aplicar y no aplicó para resolver la controversia, así como las razones que
demuestren la aplicabilidad de dicha norma, no cumple con los requisitos establecidos
en el artículo 317 del Código de Procedimiento Civil, evidenciándose una falta de técnica
de la presente delación, por lo que hace que la misma deba desecharse. Así se decide.

Por otro lado, denuncia el formalizante la falsa aplicación por parte de la


recurrida del artículo 508 del Código de Procedimiento Civil, alegando que el Juez
Superior le atribuyó un sentido distinto al que se desprende del dicho de los testigos.

Ahora bien, el referido artículo constituye realmente, -como lo señala el


formalizante- la norma de valoración de la prueba testimonial; sin embargo, la
disposición en comento permite al juez, en la apreciación de la mencionada probanza,
realizar una labor de sana crítica, lo cual le faculta al efectuar su análisis sobre las
deposiciones de los testigos, a utilizar para ello su intelecto en el correcto
entendimiento humano.

Sobre este particular, esta Sala de Casación Civil estableció en sentencia de fecha
13-12-1995, sostenida asimismo en sentencia N° 400 de fecha 21-06-2005 el siguiente
criterio:
“...En este orden de ideas, la Sala aprecia que la frase ‘regla legal expresa
para valorar el mérito de la prueba,’ tiene relación con el tradicional
sistema de tarifa legal, que ha venido siendo desplazado con la
incorporación a los textos legales de las reglas de la sana crítica y de la
libre convicción. Por tanto, la inclusión en las normas jurídicas de las
reglas de la sana crítica, transforma a éstas en un método de valoración
impuesto al Juez por disposición de la Ley, en el que el mérito de la
prueba lo obtiene el Juzgador después de utilizar en su análisis las reglas
de correcto entendimiento humano, como también lo expresa Rengel
Romberg, citado en el texto de la obra de Márquez Añez, ‘El Recurso de
Casación, la Cuestión de Hecho y el Artículo 320 del Código de
Procedimiento Civil.’
Por todos los argumentos expuestos, la Sala abandona la doctrina
imperante desde el 23 de mayo de 1990, estableciendo que a partir del
presente fallo el artículo 508 del Código de Procedimiento Civil debe ser
considerado como regla de valoración de la prueba testimonial. En
consecuencia, es obligatorio para el Juez:
1.-Hacer la concordancia de la prueba testimonial entre sí y con las demás
pruebas, cuando esa concordancia sea posible, pero el resultado de esa
labor corresponde a la soberanía del Juez, quien no podrá ser censurado
en casación sino sólo cuando haya incurrido en suposición falsa y haya
violado una máxima de experiencia.
2.- El Juez deberá desechar la declaración del testigo inhábil o del que
apareciere no haber dicho la verdad. Con respecto a este punto, el Juez
tiene el deber legal de desechar el testigo mendaz, o el que incurre en
contradicciones, y el resultado de esta labor corresponde a su libertad de
apreciación de la prueba, por lo que ésta sólo podría ser censurada en
Casación, cuando el Juzgador incurra en suposición falsa o haya violado
una máxima de experiencia.
3.- En el proceso mental que siga el Juez al analizar y apreciar una prueba
de testigos deberá aplicar las reglas de la sana crítica (artículo 507),
debiendo estimar cuidadosamente los motivos de las declaraciones y la
confianza que merezcan los testigos por su edad, vida y costumbres, por
la profesión que ejerzan y demás circunstancias.
En consecuencia, de lo precedentemente establecido, la denuncia del
artículo 508 del Código de Procedimiento Civil, deberá encuadrarse con
fundamento en el artículo 313 ordinal 2°, en concordancia con el 320
eiusdem, determinado claramente, en cuál de los tres supuestos del
mencionado artículo 320, encuadra su denuncia. Asimismo, debe
especificar la influencia en el dispositivo del fallo, como consecuencia de
una suposición falsa del Juez, lo que permitirá a la Sala descender a
examinar las actas y censurar la apreciación y valoración que de la prueba
de testigos realice el Juez...” (Negritas y subrayados de la Sala).
En virtud del anterior criterio jurisprudencial, se concluye que la fundamentación
hecha por el formalizante no se adecua a la técnica requerida para que la Sala conozca
de la denuncia, ya que, si bien aduce la infracción del artículo 508 del Código de
Procedimiento Civil, norma que regula la valoración de la prueba testimonial, no explicó
claramente porqué y de qué manera fue violada; y aún cuando hace mención al artículo
320 del Código adjetivo, no indica en cual de los tres supuestos de la norma encuadra su
denuncia.
En consecuencia se desecha la presente delación por falta de técnica. Así se
decide.

TERCERA
CASACIÓN SOBRE LOS HECHOS

De conformidad con lo establecido en el ordinal 2° del artículo 313 del Código de


Procedimiento Civil y del artículo 320 eiusdem, denuncia el formalizante la infracción del
artículo 509 del mismo Código, por falta de aplicación.

Fundamenta su denuncia en los siguientes términos:


“En esta denuncia venimos a plantear un error en el establecimiento de
los hechos que cometió el sentenciador al haber silenciado
parcialmente las testimoniales que valoró para declarar con lugar la
acción de prescripción adquisitiva propuesta.”
…Omissis…
“Tal como lo expresamos en la denuncia anterior la recurrida le dio valor
a las testimoniales promovidas por la actora para demostrar que había
poseído legítimamente el inmueble que pretende adquirir por
usucapión.”
…Omissis…
“No obstante, hay otros hechos que la recurrida silenció contenidos en
algunas de las respuestas dadas por los testigos a las preguntas y
repreguntas que le fueron formuladas, como lo evidenciaremos a
continuación…
En el caso de la testigo GLORIA ROSA HERRERA, que fue analizada por la
recurrida, ella afirmó conocer a la actora desde hace más de 35 años, por
ello hay algo que nos llama mucho la atención y es lo que la testigo
respondió a la pregunta SEXTA que dice así:
SEXTA: ¿Diga la testigo, si sabe y le consta que la ciudadana Juana
Moro de Gainza, sea la propietaria de la casa donde vive?
CONTESTO: “Es lo que ella me dice, no he visto a otra persona
viviendo allí, solo a ella desde hace mas de treinta y cinco años”
Es obvio que la respuesta natural de una persona que conoce a otra desde
hace mas de 35 años, hubiese sido la de incluir a la actora y su familia
(esposo e hijos), sobre todo si hay constancia en autos que esta casada
desde el año 1947, no aseverar tajantemente que “no he visto a otra
persona viviendo allí, solo a ella desde hace mas de treinta y cinco años”
Por otra parte la testigo manifiesta que la actora es la dueña del
inmueble, porque siempre la ha visto viviendo allí, pero eso no es
suficiente, ya que todos sabemos que las personas pueden estar
poseyendo en nombre de otro si están alquilados o en comodato, de
manera que esa aseveración del testigo de que ella vive allí desde hace
mas de 25 años no es suficiente para demostrar que la actora esta
poseyendo en forma pacífica, continua, no interrumpida, no equívoca,
pública y con intención de tener la cosa como suya propia.
Esta testigo no fue repreguntada de manera que su declaración fue sin
presión de ninguna índole, y sin embargo, no puede merecerle fe al
Tribunal, ya que su declaración no concuerda con los hechos invocados
por la actora en su libelo, fundamentalmente porque no es verdad de que
la actora viva sola en el inmueble, de lo cual existe plena prueba en el
expediente.
En relación con el testigo JOSÉ GREGORIO HERNÁNDEZ ESCOBAR, el
mismo tampoco fue repreguntado pero su testimonio fue muy parecido al
de la testigo anterior, ya que conoce a la actora desde hace mas de 25
años, que ella vive allí desde que la conoce y que es dueña de la casa
porque desde que la conoce está viviendo allí, pero igualmente nos llama
mucho la atención que el testigo no dice con quien vive la actora en el
inmueble, el testigo no menciona la familia de la actora, es decir, su
esposo y sus hijos, que por propia confesión de la actora son también
poseedores.
En relación con la testigo BLANCA EMPERATRIZ ESCOBAR DE
SANTAMARÍA, conoce a la actora desde hace 34 años, según su dicho, en
este caso si se refirió espontáneamente a la familia de la actora, pero
aportó un elemento nuevo al proceso al responder a la pregunta SEXTA,
Dice el acta textualmente:
SEXTA: ¿Diga la testigo, si tiene conocimiento de quien o quienes
son los propietarios del inmueble que ocupa la ciudadana Juana
Moro de Gainza? CONTESTÓ “Que yo no se quienes son los dueños,
tengo entendido que ese inmueble se lo adjudicó su hijo y luego se
lo adjudicaron a ella.
Como podemos ver indica que el inmueble cuya prescripción adquisitiva
se invoca “…se lo adjudicó su hijo y luego se lo adjudicaron a ella”.
Al responder a la pregunta NOVENA indicó que tenía conocimiento de que
la actora ha sido perturbada pero no dice desde cuando, ni recuerda, de
manera que podría haber sido desde hace años.
Al ser repreguntada esta testigo no supo explicar la razón por la cual
había dicho que el inmueble se lo había adjudicado a su hijo y luego a
ella. Dice la repregunta PRIMERA.
PRIMERA: ¿Diga la testigo, como sabe y le consta que el hijo de la
señora Juana, le adjudicó el inmueble a la vivienda ubicada en la
dirección Avenida Sur de las acacias, Quinta las Trinitarias, Las
acacias, si usted contestó a las preguntas del apoderado actor, que
conocía quienes eran los propietarios del inmueble?
CONTESTO:”Yo siempre he sabido que la señora Juana es la dueña
del inmueble”
Esta testigo se contradice y no expresa la verdad, una persona que conoce
a otra desde hace 34 años, es categórica y tajante, la testigo por una parte
dice que no sabe quienes son los dueños y por la otra asevera que es la
actora, de manera que las aseveraciones de la testigo no son suficientes
para demostrar que la actora esta poseyendo en forma pacífica, continua,
no interrumpida, no equívoca, pública y con intención de tener la cosa
como suya propia, todo lo contrario demuestra que ha habido confusión e
inclusive perturbación.
Como puede verse, esta testigo no puede merecerle fe al Tribunal, ya que
su declaración es contradictoria no concuerda con los hechos invocados
por la actora en su libelo, y tampoco concuerda con sus propios dichos,
pero nada de esto fue analizado por la recurrida.
En relación con el testigo MANUEL DE JESÚS TARACHE, dice conocer a la
actora porque le ha realizado trabajos de albañilería en el inmueble hace
casi 30 años.
Este testigo afirma que desconoce quien es la propietaria o propietario
del inmueble y así lo afirma al responder a la pregunta QUINTA, la cual
textualmente dice:
QUINTA: ¿Diga el testigo, si tiene conocimiento de quien es el
propietario del inmueble que ocupa la ciudadana Juana Moro de
Gainza? CONTESTÓ:”No tengo conocimiento”
…Omissis…
Este testigo tampoco menciona a la familia de la actora, de manera que
resulta extraño que una persona que tiene una relación de tan vieja data
no mencione ese detalle.
Nada de esto es mencionado por la recurrida, lo cual es una falta de
análisis probatorio muy importante, ya que son elementos fundamentales
para la evaluación de una prueba testimonial.”

Por su parte la recurrida dejó expresamente establecido lo siguiente:


“Los testimoniales de los ciudadanos GLORIA ROSA HERRERA Y JOSE
GREGORIO HERNANDEZ, fueron evacuados en fecha 22 de marzo del
2005, cursan en los folios 250 al 251 y sus vueltos, no fueron
repreguntados, estos testigos manifestaron conocer hace más de 20 años
a la demandante; a la pregunta diga el testigo si sabe y le consta que la
ciudadana Juana Moro viene ocupando la casa donde reside actualmente
desde hace más de veinte años: Contestaron: Si es cierto; a la pregunta de
diga el testigo si sabe y le consta que la ciudadana Juana Moró de Gainza
ha realizado construcciones y mejoras de la casa que ocupa actualmente:
contestaron: que si les consta, estos testigos fueron contestes, y sus
deposiciones coordinan entre sí, por lo que este Juzgado considera válidas
las testimoniales rendidas y le otorga valor probatorio ….
Los testimoniales de los ciudadanos BLANCA ESCOBAR, MANUEL DE JESUS
TARACHE Y JACOB CAMPO, fueron evacuados (…), cursan a los folios 264
al 269 y sus vueltos, fueron repreguntados, estos testigos manifestaron
conocer hace más de 20 años a la demandante; a la pregunta diga el
testigo si sabe y le consta que la ciudadana Juana Moro viene ocupando la
casa donde reside actualmente desde hace más de veinte años:
Contestaron: Si es cierto; a la pregunta de diga el testigo si sabe y le
consta que la ciudadana Juana Moro de Gainza ha realizado
construcciones y mejoras de la casa que ocupa actualmente: contestaron:
que si les constaba;(…) estos testigos fueron contestes, y sus deposiciones
coordinan entre sí, por lo que este Juzgado considera válidas las
testimoniales rendidas y le otorga valor probatorio….
En relación al testimonial del ciudadano PEDRO MARIA ANTILLANO, fue
evacuado (…), cursa a los folios 270 y su vuelto y 271, el mismo fue
repreguntado, este testigo manifestó conocer hace más de 20 años a la
demandante; a la pregunta diga el testigo si sabe y le consta que la
ciudadana Juana Moro viene ocupando la casa donde reside actualmente
desde hace más de veinte años: Contestaron: Si es cierto; a la pregunta de
diga el testigo si sabe y le consta que la ciudadana Juana Moro de Gainza
ha realizado construcciones y mejoras de la casa que ocupa actualmente:
contestó: que si le constaba por que desde que la conoce ha vivido en ese
lugar; manifestó no saber quien es el propietario del inmueble; al
momento de ser repreguntado este testigo contestó: que tenía entendido
que la actora era dueña del inmueble, que visita a la ciudadana Juana
Moro cada dos o tres meses, este testigo fue conteste, y su deposición
coordina entre sí, por lo que este Juzgado considera válida la testimonial
rendida y le otorga valor probatorio….
Pruebas de informes las cuales fueron evacuadas por el Juzgado de la
causa, dirigida a HIDROCAPITAL C.A., SISTEMA METROPOLITANO, donde
se evidencia que el contrato N° 1031875 fue realizado por la ciudadana
JUANA MORO DE GAINZA; prueba de informe a la CANTV, donde se
evidencia que el ciudadano RAMON GAINZA es el titular de la línea (…), la
cual se encuentra colocada en el inmueble de marras; prueba de informes
a la ADMINISTRADORA SERDECO C.A., donde se evidencia que el contrato
de gas N° 810833801 y el servicio de Electricidad del contrato N°
100000308459-4, se encuentran a nombre de la ciudadana JUANA MORO
DE GAINZA, de dichas pruebas de informes se observa que la parte actora
fue gestionando los diferentes servicios públicos para el inmueble de
marras, demostrando que dicha ciudadana ha estado ocupando el
inmueble de autos desde el año 1972, por lo que este Tribunal le otorga
valor probatorio de dichas pruebas….”

La Sala observa para decidir:


El formalizante alega que la recurrida analizó solo una parte de las declaraciones
de los testigos, con lo cual incurre en el silencio parcial de dichas pruebas, violando de
esta manera la norma contenida en el artículo 509 del Código de Procedimiento Civil.

Ahora bien, luego de una revisión de las actas que conforman el presente
expediente y de la trascripción parcial de la recurrida, se observa que el ad quem a pesar
de no haber trascrito todas las preguntas y respuestas realizadas a los testigos, -lo cual
no es imprescindible- resaltó las que tenían verdadera importancia y relación con el
punto debatido, haciendo un análisis de las mismas, otorgándole valor probatorio a
dichas declaraciones de acuerdo con lo dispuesto en el artículo 508 del Código de
Procedimiento Civil. Asimismo, con la valoración que le dio a las pruebas de informes
evacuadas en el Juzgado a quo, mediante las cuales se evidencia los diversos servicios
públicos que ha venido contratando la actora desde el año 1972, concluyó que
verdaderamente la ciudadana Juana Moro de Gainza ocupaba el inmueble objeto del
presente juicio, operando así la prescripción adquisitiva para la referida actora.

Por otro lado, el hecho de que algunos de los testigos no hayan señalado la
existencia o no del cónyuge e hijos de la actora como cohabitantes del inmueble en
cuestión, en nada cambia el dispositivo del fallo, ya que al estar en presencia de un
juicio por prescripción adquisitiva lo que persigue la parte actora a través de esta acción
es la propiedad del inmueble, lo cual determinó la recurrida sin necesidad de analizar las
demás respuestas de los testigos, que en nada se relacionaban con el hecho
controversial y por ende no influían en el fin perseguido con dicha acción.
Aún sin embargo, se evidencia del acta que contiene la declaración de la testigo
Gloria Rosa Herrera, el conocimiento que ella tiene de que la familia de la ciudadana
Juana Moro de Gainza cohabitaba con ella en el inmueble objeto del presente juicio, lo
cual se desprende de la octava pregunta de dicha declaración, la cual dice: “¿Diga la
testigo, si conoce quien construyó la casa donde vive la ciudadana Juana de Moro de
Gainza? CONTESTÓ:”No, por que cuando ella llegó ya la casa estaba construida, la única
que he visto habitando a esa casa es a ella y a su familia.”

Asimismo, se observa de la misma declaración de la testigo antes mencionada


que la ciudadana Juana Moro de Gainza siempre le hacia mantenimiento y mejoras al
inmueble, observándose con ello la intención de esta de tenerlo como suyo propio.

Por otro lado, el hecho de que dos de los testigos no hayan sido repreguntados,
ello tampoco influye en el dispositivo del fallo, por cuanto no puede tomarse en cuenta
dicho alegato ya que el mismo fue traído por el formalizante por primera vez en
casación.

Al efecto, el artículo 509 del Código de Procedimiento Civil señala la obligación


para los jurisdicentes de analizar y juzgar todas las pruebas que hayan sido aportadas en
el proceso, así mismo a expresar el criterio que ellas le merezcan, de igual manera es
necesario constatar si la prueba silenciada, de haber sido considerada por el juzgador,
hubiese dado lugar a un dispositivo diferente al declarado, situación que permite
justificar el conocimiento en casación de la delación esgrimida.

Por las razones antes expuestas, al no ser determinante la infracción en el


dispositivo del fallo, resulta inútil la reposición del mismo, y por lo tanto se declara
improcedente la presente denuncia. Así se decide.

DECISIÓN
Por los razonamientos y consideraciones anteriormente expuestos, este Tribunal
Supremo de Justicia, en Sala de Casación Civil, administrando justicia en nombre de la
República Bolivariana de Venezuela y por autoridad de la Ley, declara: SIN LUGAR el
recurso de casación, anunciado y formalizado por el abogado José Rafael Serrano,
apoderado judicial de la parte demandada contra la sentencia dictada por el Juzgado
Superior Cuarto en lo Civil, Mercantil y del Tránsito de la Circunscripción Judicial del
Área Metropolitana de Caracas, en fecha 16 de junio de 2006.

De conformidad con el artículo 320 del Código de Procedimiento Civil, se


condena en costas del recurso a la parte recurrente.

Publíquese, regístrese y remítase el expediente al tribunal de la causa, es decir,


Juzgado Primero de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil y del Tránsito de la
Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de Caracas. Particípese al Juzgado
Superior de origen ya citado, de conformidad con el artículo 326 del Código de
Procedimiento Civil.
Dada, firmada y sellada en la Sala de Despacho de la Sala de Casación Civil del
Tribunal Supremo de Justicia, en Caracas, a los veintisiete (27) días del mes de
noviembre de dos mil siete. Años: 197° de la Independencia y 148° de la Federación.

Presidenta de la Sala,

__________________
YRIS PEÑA ESPINOZA

Vicepresidenta,

___________________
ISBELIA PÉREZ VELÁSQUEZ

Magistrado Ponente,
____________________________
LUÍS ANTONIO ORTÍZ HERNÁNDEZ

Magistrado,

_______________________
ANTONIO RAMÍREZ JIMÉNEZ
Magistrado,

____________________
CARLOS OBERTO VÉLEZ

Secretario,

_____________________
ENRIQUE DURÁN FERNÁNDEZ

Exp. AA20-C-2006-0001004.-
El Magistrado Antonio Ramírez Jiménez, aun cuando considera correcta la solución
adoptada, consigna el presente “voto concurrente” al contenido de la presente decisión,
con base en las siguientes consideraciones:

Quien suscribe, comparte lo decidido por la mayoría en la presente decisión; sin


embargo, no comparte la solución dada al trámite para el análisis del silencio de prueba.

En efecto, la Constitución vigente y el Código adjetivo civil exigen que la justicia sea
completa y exhaustiva, pero no se lograría dicho fin si se omite algún elemento
clarificador del proceso. Esa es la interpretación que se le debe dar al artículo 509 del
Código de Procedimiento Civil, al señalar que los Jueces deben analizar todas las
pruebas producidas en el expediente y emitir su opinión, así sea en forma breve y
concreta.

Por ello, el silencio de prueba debe mantenerse como un vicio denunciable en el ámbito
de un recurso por defecto de actividad, en un todo de conformidad con el ordinal 1º del
artículo 313 del Código de Procedimiento Civil.

Queda así expresado el voto concurrente del Magistrado que suscribe.


En Caracas, fecha ut-supra.

Presidenta de la Sala,

__________________
YRIS PEÑA ESPINOZA

Vicepresidenta,

____________________
ISBELIA PÉREZ VELÁSQUEZ

Magistrado Ponente,

____________________________
LUÍS ANTONIO ORTÍZ HERNÁNDEZ

Magistrado,
_______________________
ANTONIO RAMÍREZ JIMÉNEZ
Magistrado,

____________________
CARLOS OBERTO VÉLEZ

Secretario,

_____________________
ENRIQUE DURÁN FERNÁNDEZ

Exp. AA20-C-2006-0001004.-

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