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Universidades Minuto de Dios

Facultad de Ciencias Humanas y Sociales


Programa Ciencias Bíblicas – Evangelio de Juan
Presentado por: Pablo Andres Novoa.
La Mujer Samaritana
De antemano se debe realizar un acercamiento al trasfondo histórico, al que refiere la
perícopa, con esto se debe remontar el lector al año 722. A.C donde el reino del Norte (Israel)
cae por el dominio de los Asirios, estos los llevan cautivos a la mayoría de la población a
Nínive, sin embargo, una parte minoritaria de la población quedo allí devastada, 2 Reyes
17:24 Y trajo el rey de Asiria gente de Babilonia, de Cuta, de Ava, de Hamat y de Sefarvaim,
y los puso en las ciudades de Samaria, en lugar de los hijos de Israel; y poseyeron a Samaria,
y habitaron en sus ciudades. Como lo demuestra el 2º libro de Reyes Samaria fue poblada
por colonos Asirios, con esto los pocos judíos que quedaron en la región se mezclaron con
los colonos. De allí que los Samaritanos sean considerados como una raza impura o pagana.1

A partir de 722 a.C comienza la disputa entre judíos y Samaritanos. En medio de este
ambiente Jesús se acerca a Samaria y lo peor aún, entabla conversación con una samaritana.
Se especifica que el lugar por el que transita Jesús es Sicar, Juan Mateos y Barreto consideran
que es una estrategia del autor pues, el lugar recuerda los orígenes del pueblo.

Jesús está atravesando una tierra cargada de una historia que se remontaba a los
orígenes de Israel, anterior a la división entre judíos y samaritanos. Si los
habitantes eran despreciados por los judíos, su territorio participaba, sin embargo,
de las glorias de los comienzos.2

6 estaba allí el manantial de Jacob. Jesús, fatigado del camino, se quedó, sin más, sentado
en el manantial. Era alrededor de la hora sexta. El pozo de Jacob es, figura de la Ley misma,
y que el evangelista coloque a Jesús en el pazo quedándose, dando a entender que tomo un
lugar y se plantó allí, es sinónimo de como Jesús remplazará ese lugar simbólico que es la

1
Juan Mateos y Juan Barreto, “el evangelio de juan análisis lingüístico y comentario exegético”, (Madrid:
Ediciones Cristiandad, 1979); 228.
2
Juan Mateos y Juan Barreto, “el evangelio de juan análisis lingüístico y comentario exegético”, (Madrid:
Ediciones Cristiandad, 1979); 228.
Ley. La Samaritana está aferrada a la ley, tomando, bebiendo de ella, pero no calma su sed.
3

Del pozo de la Ley brota el agua viva de la sabiduría. El pozo de Jacob en Harán
se identifica por una parte con el de Moisés en el desierto y, por otra, con Sión,
el centro del culto judío. De ahí la mención en los profetas del agua viva que
había de salir de Jerusalén (Zac 14,8) y del templo (Ez 47). El Pozo llega a
significar prácticamente todas las instituciones judías, la Ley, el templo, la
sinagoga y su centro, Jerusalén.4

Acompañado a la mención del pozo, se habla de la hora sexta, teniendo presente que esta
hace referencia a la hora de la cruz al momento de la crucifixión, pero también a su
glorificación o resurrección. 5

En los siguientes versículos se aprecia el dialogo entre Jesús y la Samaritana, la conversación


inicia con la amable solicitud de Jesús en pedir agua, dadas así las cosas la Samaritana se
cuestiona y pregunta como el siendo judío se acerca a ella y le pide agua, la expresión refleja
el trasfondo histórico y la disputa entre judíos y Samaritanos, sin embargo, a Jesús no le
importa esto, él rompe las barreras con la humildad y sencillez con que solicita el agua a la
mujer.

Jesús ofrece agua viva a la mujer, expresión que ella toma literal, refiriéndose al pozo,
pensaba que Jesús le daría la ley y todo lo referente a la tradición.

El pozo, como se ha visto, significaba la Ley, sintetizaba las figuras de los


patriarcas y la de Moisés el legislador. La mujer conoce el don de Jacob (nos
dio), pero desconoce el de Dios. Le ha resultado incomprensible que Jesús
proponga otra agua viva, como si pudiera existir una diferente de la Ley.6

3
Cf. Juan Mateos y Juan Barreto, “el evangelio de juan análisis lingüístico y comentario exegético”, (Madrid:
Ediciones Cristiandad, 1979); 228.
4
Juan Mateos y Juan Barreto, “el evangelio de juan análisis lingüístico y comentario exegético”, (Madrid:
Ediciones Cristiandad, 1979); 229.
5
Cf. Secundino, Castro, Evangelio de Juan, comprensión exegético – existencial, (España: Desclee de
Brouwer, 2001), 112
6
Juan Mateos y Juan Barreto, “el evangelio de juan análisis lingüístico y comentario exegético”, (Madrid:
Ediciones Cristiandad, 1979); 332.
Jesús recalca, que el dará un agua con la cual no tendrán sed jamás, mientras que aquel que
tome agua del pozo debe seguir sacando agua y tomando de ella.

Se presenta el primer título cristológico, “Tu eres Profeta”, la mujer se refiere a Jesús porque
él le ha dicho Vs 17-18 Respondió la mujer y dijo: No tengo marido. Jesús le dijo: Bien has
dicho: No tengo marido; porque cinco maridos has tenido, y el que ahora tienes no es tu
marido; esto has dicho con verdad. La mayoría de autores consideran que el marido que la
samaritana tiene ahora, es Jehová, pero no ha podido relacionarse directamente con él, por
eso Jesús dice que el marido que tiene ahora no lo es. Sin contar que los otros esposos que
ha tenido, son dioses paganos sobresalientes de la región de Samaría.

Vs 21 Jesús le dijo: Mujer, créeme, que la hora viene cuando ni en este monte ni en Jerusalén
adoraréis al Padre. La anterior frase refleja claramente la mentalidad de la comunidad
Joanea. La sustitución del templo, las fiestas y toda institución judía, remplazada por el
mismo Jesús. Vs 23, Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores
adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca
que le adoren. La hora, es el momento de la cruz, allí es donde se posibilita que la humanidad
adore en verdad a Dios y en espíritu, es decir, reconociendo a Jesús glorificado.

Vs 28 Entonces la mujer dejó su cántaro, y fue a la ciudad, y dijo a los hombres: el anterior
pasaje es un momento crucial en el desarrollo la perícopa, en este todo el dialogo y los
elementos mencionado anteriormente llegan a su nivel más alto. La mujer dejó su cántaro. El
término utilizado allí es el mismo para referirse a las vasijas en la boda de Caná. Por ende, el
cántaro también es símbolo de la ley, pues es el instrumento con el cual la mujer busca el
agua para su vida.

Abandona el cántaro, que era su conexión con el pozo; rompe con la Ley. Esta es
su respuesta de fe al Mesías que se le ha dado a conocer. Ha comprendido la
novedad que representa respecto al pasado. Al contrario de Nicodemo, que no
veía la posibilidad de un nuevo principio, la mujer lo ha entendido
perfectamente.7

7
Juan Mateos y Juan Barreto, “el evangelio de juan análisis lingüístico y comentario exegético”, (Madrid:
Ediciones Cristiandad, 1979); 242.
Finalizando, la mujer se convierte en vocera del misterio de Jesús, ahora ella se hace
discípula y testifica del episodio vivido con Jesús. Pero el relato termina colocando en
palabras de la comunidad que ya no creen solamente por la palabra de la Samaritana,
Vs 42 y decían a la mujer: Ya no creemos solamente por tu dicho, porque nosotros
mismos hemos oído, y sabemos que verdaderamente éste es el Salvador del mundo, el
Cristo. Cabe decir, que se puede ver reflejada la línea teológica de creer y testificar,
todo esto dependiente de ver y escuchar a Jesús.

De nuevo, el mensaje teológico que la perícopa quiere transmitir es la noción de unidad


en la comunidad Joanea, pues estos entienden claramente que no existe diferencia ni
división entre judíos y Samaritanos a diferencia de la mujer que se extraña por el actuar
de Jesús y su proceder con ella.

Por otra parte, se conserva el pensamiento joáneo y se siembra firmemente a través de


la elaboración de relatos como este. Aquí una vez más se pretende sustituir toda
institución judía con la imagen de Jesús. Recordando que el pozo es sinónimo o
símbolo de la ley, el templo, las fiestas y toda la tradición veterotestamentaria hebrea
y como Jesús toma su lugar en medio de ese pozo para transmitir así el mensaje de
sustitución y plenitud que el trae y que la ley no pudo brindar a los hombres.

Bibliografía

Mateos Juan y Barreto Juan, el evangelio de juan análisis lingüístico y comentario exegético,
Madrid: Ediciones Cristiandad, 1979.

Castro, Secundino. Evangelio de Juan, comprensión exegético – existencial. España:


Desclee de Brouwer, 2001.

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