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Por último, los nutrientes van a sufrir en esta parte del intestino
su “toque final” digestivo, mediante el cual aquellas moléculas
que aún no hayan sido digeridas en otras más pequeñas, acabarán por hacerlo
como resultado de la acción de enzimas localizadas en las microvellosidades
de los enterocitos (borde en cepillo), siendo posteriormente absorbidas esas
El intestino delgado absorbe cada día varios cientos de gramos de carbohidratos, 100 o
más gramos de grasa, 50 a 100 gramos de aminoácidos, 50 a 100 gramos de iones y de 7
a 8 litros de agua. Sin embargo, la capacidad de absorción del intestino delgado normal
es muy superior a esas cifras y alcanza varios kilogramos de carbohidratos, 500g de
grasa, 500 a 700g de proteínas y más de 20 litros de agua al día.
ABSORCIÓN DE AGUA
El agua se absorbe y transporta a través de la membrana celular, en su totalidad, por
DIFUSIÓN. Esta difusión obedece a las leyes de la ósmosis, por lo que, cuando el quimo
está diluido, el agua pasa desde la luz intestinal hacia los vasos sanguíneos de las
vellosidades intestinales por ósmosis. De igual manera, el agua puede pasar desde el
interior de los vasos sanguíneos a la luz intestinal en caso de que el quimo estuviera muy
hiperconcentrada, o lo que es igual, hiperosmótica, con el objetivo de igualar la
concentración del quimo con la del plasma sanguíneo. ABSORCIÓN DE IÓN SODIO
Cada día se segregan con las secreciones intestinales entre 20 y 30 gramos de sodio.
Además una persona normal ingiere de 5 a 8 gramos diarios de sodio. Por tanto para
prevenir una pérdida neta de sodio por las heces, el intestino delgado debe absorber de 25
a 35 gramos de sodio diarios. Gracias a su rápida absorción por la mucosa del intestino
delgado, el sodio desempeña un importante papel en la absorción de azucares y
aminoácidos.
MECANISMO DE ABSORCIÓN DE SODIO Y AGUA
Como resultado, en las regiones baso-laterales, por fuera de las células, se concentra mucho el Na+,
quedando una concentración muy baja dentro de la célula (50 mEq/L); en la luz intestinal el Na+ está muy
concentrado(142 mEq/L) y esa diferencia de concentración entre la luz y el interior del enterocito hace que
difunda fácilmente el Na+ a través de las microvellosidades, al interior de los enterocitos. El Na+ que
penetra por difusión es inmediatamente extraído por la “bomba de Na” por las membranas laterales
garantizando que siempre exista una baja concentración intracelular del mismo. La alta concentración
creada de esta manera en las regiones baso-laterales ocasiona un arrastre de H2O (ósmosis), permitiendo
así absorber H2O.
Los monosacáridos como la glucosa y la ABSORCIÓN DE MONOSACÁRIDOS
galactosa, que resultan de la digestión
de almidones por las amilasas de la
saliva (ptialina) y jugo pancreático
(amilasa pancreática) y posteriormente
por las disacaridasas de las
microvellosidades intestinales, van a ser
absorbidos por los enterocitos,
aprovechando las condiciones de
“arrastre” absortivo creadas por la
entrada de Na+, como veremos a
continuación.
ABSORCIÓN DE MONOSACÁRIDOS (cont.)
boca proteína
Proteosas
estómago
y peptonas
Intestino
delgado Oligopéptidos
tripéptidos y
Intestino
dipéptidos
grueso
aminoácidos
Los aminoácidos y pequeños oligopéptidos que quedan como resultado de la digestión de las proteínas por
las distintas enzimas proteolíticas de las secreciones digestivas, son igualmente absorbidos por mecanismo
de COTRANSPORTE ACTIVO como el que acabamos de describir para los monosacáridos glucosa y galactosa.
En este caso el aminoácido o el oligopéptido, se une a la misma proteína de membrana que transporta Na+ y
ésta los introduce a ambos en el enterocito.
ABSORCIÓN DE LÍPIDOS
boca
grasas
duodeno Grasas
Intestino delgado emulsionada
Intestino grueso
Ácidos grasos
y glicerol
Las grasas o lípidos (triglicéridos, fosfolípidos y ésteres del colesterol) quedan digeridas
previa intervención de la bilis hepática que las emulsiona; como resultado quedan en
su mayoría degradadas a ácidos grasos libres y glicerol, quedando así listas para
disolverse en las moléculas de fosfolípidos de las membranas de los enterocitos
difundiendo a través de ellas por DIFUSIÓN SIMPLE.
En la presente figura se ilustra con mas detalles lo que acontece con
las grasas durante la fase final de la digestión, durante su absorción
y finalmente como pasan a la circulación linfática de la vellosidad
intestinal. Obsérvese como las grandes gotas de grasa después de
ser emulsionadas por las sales biliares, resultan digeridas a
moléculas más pequeñas de monoglicéridos y ácidos grasos libres
(flecha roja), los cuales al igual que el colesterol libre (flecha verde),
son fácilmente absorbidos por las microvellosidades de los
enterocitos. Una vez en el enterocito, son reensamblados en el
retículo endoplásmico liso (flecha azul), de nuevo, en triglicéridos
fosfolípidos y ésteres del colesterol y segregados por el extremo
basal del enterocito en forma de grandes gotas de grasa, los
quilomicrones, (doble flecha naranja) pasando al interior del
linfático (quilífero) de la vellosidad (flecha marrón).
Las grasas una vez que han sido digeridas
por la lipasa pancreática, son absorbidas
por difusión simple y una vez que están
en el interior del enterocito pasan al
retículo endoplásmico liso en donde son
resintetizados nuevamente, los
triglicéridos, fosfolípidos y ésteres del
colesterol y “empaquetados” en grandes
gotas de grasa llamadas
QUILOMICRONES que tienen una
cubierta proteica, siendo secretados
hacia el quilífero.
En la presente diapositiva se ilustra, en la figura
superior, la emulsificación de los grandes globos de
grasa al mezclarse con las sales biliares y como la
lipasa pancreática logra entonces actuar sobre los
triglicéridos, dando por resultado su digestión hasta
ácidos grasos y monoglicéridos.