Sei sulla pagina 1di 64

“Año de la lucha contra la corrupción e impunidad”

APOLITANO MUÑOZ, JOSÉ BENJE

MARTOS IZQUIERDO, SHARON

RODRÍGUEZ BOLAÑOS, JHOEL

SÁNCHEZ MENDOZA, CAROLAYN

TERÁN CALUA, CRISTHIAN ALDAIR

DERECHO MERCANTIL

CHÁVEZ ROSERO, FERNANDO AGUSTO

EL ARBITRAJE NACIONAL E INTERNACIONAL COMO FORMA DE SOLUCIÓN

DE CONFLICTOS

SUPERINTENDENCIA NACIONAL DE SERVICIOS DE SANEAMIENTO –

SUNASS

FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS POLÍTICAS

UNIVERSIDAD PRIVADA ANTONIO GUILLERMO URRELO

VI CICLO

CAJAMARCA – 2019
EL ARBITRAJE NACIONAL E INTERNACIONAL COMO FORMA DE SOLUCIÓN

DE CONFLICTOS

SUPERINTENDENCIA NACIONAL DE SERVICIOS DE SANEAMIENTO –

SUNASS
INTRODUCCIÓN

La presente monografía explica sobre el arbitraje nacional e internacional, puesto que, toda

convivencia humana esta expuesta a conflictos de diferente índole y en cualquier parte del

mundo. La sociedad, desde un inicio ha tenido que saber sobrellevar los conflictos de intereses

que han surgido entre sus miembros, las que han encontrado la forma de solucionar sus

conflictos, son las sociedades que han perdurado en el tiempo.

En un inicio el arbitraje era realizado por un tercero; era aquella persona considerada más sabio

o más anciano de cada aldea o tribu. Es decir, los conflictos lo solucionaban los más eruditos.

Es por ello, que el arbitraje se pierde en la historia de la humanidad; hoy en día este medio de

solución de conflictos ha surgido como respuesta a la deficiente administración de justicia por

parte del estado. Y cada día está ganando más terreno en diferentes materias y su practica esta

siendo cada vez más extensiva.

También hablaremos de la Superintendencia Nacional De Servicio de Saneamiento

(SUNASS), esta institución es la encargada de velar el buen servicio de saneamiento la

ciudadanía peruana.

El presente trabajo académico estará establecido de la siguiente manera, una breve reseña

histórica del arbitraje en el Perú y en el mundo, conceptualización de cada una de sus

características, clases de arbitraje, los principios y todo lo relacionado a la SUNASS

(Organización, funciones, misión, visión, objetivos)

NOTA: Este trabajo monográfico se realiza de acuerdo a las normas APA, por lo tanto, todas

las citas están referenciadas. Todos los aciertos y errores quedan a responsabilidad del grupo

investigador.
I. RESEÑA HISTÓRICA DEL ARBITRAJE Y SU APLICACIÓN EN EL

PERÚ.

1. BREVE RESEÑA HISTÓRICA

La historia de la humanidad es un tema pendiente de estudios, hasta la

actualidad es materia de estudio de muchas disciplinas; estas buscan encontrar una

explicación científica al desarrollo de la humanidad en el tiempo. Es indispensable

conocer qué aspectos fueron los que originaron los grandes cambios económicos,

políticos, sociales y culturales. Determinar que hechos, han permitido la

convivencia entre humanos hasta la actualidad y qué aspectos se conservan en el

tiempo que han dado paso a la sociedad civilizada.

Muchas veces nos planteamos lo que a primera vista parece claro, que en la

antigüedad los pueblos que dominaron lo hicieron siempre por la fuerza.

Sin embargo, un repaso de la historia nos lleva a la conclusión de que las

comunidades que han logrado perdurar son aquellas que han logrado

consolidar un sistema eficiente de solución de conflictos. No ya la solución

de conflictos concretos, solamente, sino también el sistema de solución de

conflictos para toda la comunidad, de manera que la misma esté segura en

su interior, que sus miembros no estén enfrentados, descuidando la amenaza

de otras comunidades. (p. 7)

Es importante recordar que los conflictos en la historia del hombre, son

connaturales a su existencia, es decir, desde su aparición el hombre se vio

enfrascado en conflictos de interés con sus iguales. Lezcano (2016) nos indica que:

Algunos de los primeros rastros acerca del arbitraje se remontan a Grecia y

a las historias bíblicas, en donde se encuentran relatos sobre héroes de la

mitología, en cuyo caso los conflictos eran solucionados por árbitros.


Posteriormente se fue extendiendo a través de las distintas civilizaciones y

culturas, al punto que hoy en día está en extremo normado, tanto a nivel

nacional como internacional. (p.17)

Según Benetti (2009) nos menciona que

(…) se tiene como antecedente para la doctrina que el arbitraje y la

conciliación serían las primeras formas para resolver los conflictos jurídicos

que surgían de la vida en comunidad, dejando de lado otros métodos de

justicia elemental, como ejercerla por su propia mano o la venganza

privada. (p 34)

Por otro lado, tenemos a Pineda (2017) quien manifiesta que:

(…) acordando entre las partes someter sus diferencias a la decisión de

terceros que eran personas destacadas de la sociedad, generalmente

personas mayores que, sin potestad, ni poder coercitivo, tan solo la voluntad

de las partes que le brindaban la obligatoriedad a su decisión. Con el tiempo

se va perfeccionando la organización social y el arbitraje da origen a la

institucionalidad de la administración de justicia en cabeza del Estado como

una de sus funciones permanentes, para la tutela de los derechos de los

asociados, sin embargo aunque asignada esta función a los jueces, no fue

razón suficiente para que el arbitraje desapareciera, es más hoy día en la

mayoría de los sistemas jurídicos está contemplado como institución útil

para la solución de muchos de los conflictos. (p.18)

Siguiendo las líneas de Lezcano (2016) nos indica que;

(…) en Grecia, Existen relatos que narran los conflictos entre héroes

mitológicos, estos eran solucionados por terceros, sabios elegidos por los

propios contendientes, dando origen a la institución allí, uno de los


antecedentes más importantes fue el acuerdo del 243 a. C., entre atenienses

y beocios, acordando someter sus diferencias a la ciudad de Lamia.

Ahora en Roma, el proceso privado se consolidó como sistema para

solucionar en forma pacífica las controversias surgidas entre familiares o

entre familias, las partes delimitaban el asunto en litigio a través de un

contrato arbitral, para que un órgano privado designado por las partes,

tomara la decisión a la que las partes se habían obligado cumplir. (pp. 21,

22).

2. El ARBITRAJE NACIONAL E INTERNACIONAL

Guzmán (2016) indica que:

Arbitraje nacional: es aquel que se presenta cuando se refiere a conflictos

entre partes sujetas a determinada ley nacional y respecto de bienes e

interese radicados en el país de que se trate, el cual se lleva a cabo dentro

de dicho país y con sujeción a su legislación. (párrafo. 1)

Arbitraje internacional: es aquel que se presenta cuando están involucrados

personas o bienes de distintos países o sujetos a legislaciones de diferentes estados

adelantando se el proceso en cualquier lugar y con sujeción al derecho

internacional.

El fundamento del Arbitraje Internacional está dado por el artículo 33 de la carta

de las naciones unidas que expresa:

Las partes de una controversia cuya continuación sea susceptible de

poner en peligro el mantenimiento de la paz y la seguridad

internacionales trataran de buscarle solución, ante todo mediante la

negociación, la investigación, la mediación, la conciliación, el arbitraje,


el arreglo judicial, el recurso a organismos acuerdos u otros medios

pacíficos se su elección. (párrafo.3, 4)

El arbitraje internacional se entendía originalmente uno de los medios de solución

pacífica de las controversias entre Estados soberanos.

Dunshee de Abranches (1974) nos ilustra con un ejemplo;

(…) Ejemplo clásico es el tratado de 1871 entre Estados Unidos e

Inglaterra, para resolver las reclamaciones relacionadas con el Alabama,

uno de los barcos corsarios construidos y armados en Inglaterra por los

rebeldes del Sur, y que causaron grandes daños a los navíos de los

Estados del norte, fieles al gobierno de los Estados Unidos durante la

guerra de secesión.

Dicho Tratado creó un tribunal para juzgar las reclamaciones

norteamericanas, constituido por cinco árbitros, dos nombrados por las

partes y los restantes por Brasil, Italia y Suiza, con sede en Ginebra. El

laudo arbitral presentado el 16 de septiembre de 1872, reconoció que

Inglaterra, entonces la nación más poderosa de la tierra, era responsable

por omisión, y la condenó a pagar una indemnización de quince y medio

millones de dólares oro. Transcurrido un siglo de ese arbitraje pionero e

innovador, que habría de tener tanta influencia en la evolución del

derecho internacional, el concepto primitivo de arbitraje se ha ampliado

extraordinariamente y ha dado nacimiento a diferentes categorías de

arbitraje, por imposición de las nuevas condiciones y dimensiones no las

relaciones entre los Estados soberanos, o entre individuos de diferentes

nacionalidades, y aun entre un Estado y personas naturales y jurídicas no

sujetas a dicho Estado. (p. 42)


3. EL ARBITRAJE EN EL PERÚ

Osterling (2005) indica que en nuestro país el Código de Procedimientos

Civiles de 1912, equiparaba el arbitraje a un juicio sujeto a revisión ante el Poder

Judicial, lo cual restaba eficacia al laudo arbitral. Luego el Código Civil de 1984

estableció una distinción innecesaria entre la cláusula compromisoria y el

compromiso arbitral; la primera, configurada por un pacto entre las partes por

el que decidían someterse a arbitraje cuando aún no existía controversia; la

segunda, reflejada en el acuerdo al que las partes debían llegar obligatoriamente

una vez surgida la disputa. La distinción entre ambos pactos y la obligación de

celebrar el compromiso arbitral luego del nacimiento de la controversia,

determinaba que el arbitraje resultara una institución poco práctica.

Evidentemente, una vez generada la disputa, la celebración del compromiso

arbitral se veía retrasada por el deterioro de las relaciones entre las partes,

encontrándose éstas obligadas a acudir al Poder Judicial, situación que ellas

mismas habían pretendido evitar con la celebración de la cláusula

compromisoria.

Resulta necesario destacar que durante dicho período el Perú

suscribió dos convenios de particular relevancia en lo que se refiere al

arbitraje internacional. Estos son la Convención de las Naciones Unidas

Sobre el Reconocimiento y Ejecución de Sentencias Arbitrales Extranjeras

de 1958 (Convención de Nueva York), la misma que fue aprobada el mes

de mayo de 1988 por Resolución Legislativa N° 24810, y la Convención

Interamericana de Arbitraje Comercial Internacional del año 1975

(Convención de Panamá), aprobada el mes de noviembre de 1988 por

Resolución Legislativa N° 24924.


Es recién el 9 de diciembre de 1992 que se expide el Decreto Ley

N° 25935, antecedente de la actual Ley General de Arbitraje, norma que

deroga el régimen arbitral anterior contenido en el Código de

Procedimientos Civiles de 1912 y en el Código Civil de 1984. La principal

innovación de dicho dispositivo es la eliminación de la distinción entre la

cláusula compromisoria y el compromiso arbitral, facilitando 2 con ello el

acceso, celeridad y efectividad del arbitraje. Sin embargo, aun existía la

posibilidad de que el Poder Judicial determinara de alguna manera el

contenido del convenio arbitral (integración del convenio), cuando su

participación debía restringirse únicamente a la designación de los árbitros

en defecto de las partes o de la institución organizadora. Asimismo,

tampoco se estableció un procedimiento claro para la admisibilidad de los

recursos de apelación y anulación contra laudos arbitrales ante el Poder

Judicial.

Finalmente, el 20 de diciembre de 1995 se promulga la Ley General

de Arbitraje No. 26572 (en adelante la LGA), norma que deroga y sustituye

al Decreto Ley N° 25935 y cuyo análisis es objeto del presente trabajo.

Cabe advertir que la jurisdicción arbitral está reconocida

expresamente por el artículo 139, inciso 1, de la Constitución Política del

Perú de 1993. (pp. 1,2)

II. CONCEPTO DE ARBITRAJE

Dunshee de Abranches (1974) nos menciona que:

Arbitraje (Arbitragem, arbitrage, arbitration) es un medio jurídico de

resolver extrajudicialmente ciertas controversias entre dos o más


personas físicas o jurídicas de derecho privado o público, tanto interno

como internacional, mediante la aplicación al caso concreto de normas

sustantivas, consuetudinarias o de equidad -cumplidas las obligaciones

contractuales a que las partes están sometidas- por medio de árbitros o

arbitradores escogidos por ellas con observancia de las normas

procesales establecidas en el compromiso arbitral o de otras reglas

expresamente indicadas en el compromiso. La decisión o laudo arbitral

es obligatorio para las partes y puede ser ejecutado judicialmente contra

la parte renuente, salvo el caso de que sea un Estado extranjero u otra

persona que goce de inmunidad de jurisdicción. (p. 41)

El arbitraje es una alternativa para resolver conflictos de intereses sin

que sea necesario llegar a la jurisdicción habitual. Las partes en conflicto deciden

elegir a un tercero que goce de independencia (el árbitro), quien se encargará de

solucionar el litigio y de pronunciar lo que se conoce como el laudo arbitral. Para

esto, deberá actuar con equidad y respetar la legislación acordada por las partes.

En este campo hay que subrayar que básicamente se establecen dos tipos claramente

diferenciados de arbitraje. Así, en primer lugar, estaría el conocido como

independiente, que es aquel en el que las partes que están en conflicto son las que

eligen al árbitro o árbitros que van a actuar en el proceso y también son las que

determinan las reglas a seguir.

En segundo lugar, está el llamado arbitraje institucional. Como su propio nombre

indica, en él es una institución concreta la que determina tanto las citadas reglas

como la persona que se encargará de ejercer como árbitro.

Para Quintana (s. f) el término arbitraje proviene del latín arbitratus, del arbitror:

arbitraje.
Es una forma heterocompositiva, es decir, una solución al litigio,

dada por un tercero imparcial (Carnelutti), un juez privado o varios,

generalmente designado por las partes contendientes. En ausencia

de su consentimiento el nombramiento será hecho por el juez

público nacional, siguiendo un procedimiento que, aunque regulado

por la ley adjetiva, tiene un ritual menos severo y formal que el del

procedimiento del proceso jurisdiccional. La resolución por la que

se manifiesta el arreglo se denomina laudo, cuya eficacia depende

de la voluntad de las partes o de la intervención judicial oficial,

según las diversas variantes que se presenten. (p.397)

1. DIFERENCIAS ENTRE ARBITRAJE Y MEDIACIÓN

• En el arbitraje, el resultado se determina de conformidad con una

norma, la ley aplicable. En la mediación, cualquier resultado se determina por

voluntad de las partes. Por consiguiente, al decidir acerca de un resultado, las

partes pueden tomar en cuenta una serie más amplia de normas, y en particular,

sus intereses comerciales respectivos. Por ello, se dice con frecuencia que la

mediación es un procedimiento basado en intereses, mientras que el arbitraje es

un procedimiento basado en derechos. El hecho de tener en cuenta los intereses

comerciales también significa que las partes pueden decidir el resultado por

referencia a su futura relación más bien que únicamente por referencia a su

conducta pasada. Aunque en el caso del arbitraje de equidad esta diferencia no

sería tan acusada.


• En el arbitraje, una parte debe convencer al tribunal de arbitraje de lo

justificado de su causa. Dirige sus argumentos al Tribunal y no a la otra parte.

En una mediación, puesto que el resultado debe ser aceptado por ambas partes

y no decidido por el mediador, una parte debe convencer a la otra o negociar

con ella. Se dirige a la otra parte y no al mediador, aun cuando el mediador

pueda ser el conducto de las comunicaciones de una parte a la otra.

III. CARACTERISTICAS DEL ARBITRAJE

Según Medina (2014) las características son las siguientes:

1. MEDIO DE SOLUCIÓN DE CONFLICTOS

El arbitraje permite a las partes arbitrales poner fin de manera definitiva a sus

conflictos, procedimiento que concluye con el laudo arbitral que equivalente a

una sentencia judicial.

2. ADVERSARIAL

Es esencialmente adversarial, confrontaciónal, en razón que su estructura es

básicamente similar a un proceso Judicial, donde prima el enfrentamiento, la

lucha por obtener la victoria.

3. ADJUDICATIVO

Es adjudicativo, porque el tercero denominado arbitro a través del laudo arbitral

adjudica el derecho a una de las partes arbitrales al final del proceso arbitral.

4. VOLUNTARIO

Es voluntario ya que las partes deciden adoptar el arbitraje mediante un

convenio arbitral por su propia voluntad, sin imposición de ninguna otra persona

o el Estado.
5. TERCERO

El arbitraje implica la intervención de un tercero ajeno a la disputa denominado

árbitro, elegido por las partes, por una institución arbitral o en último caso por la

Cámara de Comercio, experto en el tema en conflicto, quien impone la soluciona

a través del laudo arbitral de obligatorio cumplimiento para las partes.

6. DECISIÓN DEFINITIVA DEL TERCERO

El arbitraje concluye con el laudo arbitral creado y generado por el tercero

denominado árbitro, el cual es definitivo, inapelable, de obligatorio cumplimiento

para ambas partes y produce efectos de cosa juzgada. Si la parte perdedora

incumple lo ordenado en el laudo arbitral, procederá a exigir su ejecución forzosa

ante el Poder Judicial, con los mismos efectos reconocidos a los fallos judiciales.

7. CONTROL DEL PROCESO Y RESULTADO

El control del proceso y resultado está en poder del árbitro a quien las partes le

han cedido para que solucione el conflicto.

8. INFORMAL

Los procesos de arbitraje están totalmente de-formalizados con relación al

proceso judicial extremadamente ritualista. En el arbitraje se

pierde formalidad y se gana eficacia, ya que el proceso arbitral puede

ser adecuado a las necesidades y expectativas de las partes.

9. CÉLERE

El arbitraje es más rápido que los largos y tediosos procesos judiciales, es rápido

no solo por plazos breves, ausencia del recurso de apelación, porque resuelve

las controversias en un tiempo corto y razonable, sino porque además, los

árbitros se dedican a resolver pocos casos, a diferencia de los jueces del

Poder Judicial donde tienen que distraer su tiempo entre un gran número
de procesos judiciales, lo cual determina en una reducción considerable de los

costos económicos.

10. EXCLUSIÓN DEL PODER JUDICIAL EN LA DECISIÓN

El arbitraje implica la ausencia de intervención del Poder Judicial durante el

desarrollo del proceso arbitral, el cual solo intervendrá en caso que una de las

partes incumpla el laudo arbitral.

11. ESPECIALIZACIÓN

Sin mayor duda la especialización es una de las ventajas más importantes del

arbitraje, en vista que el arbitraje a diferencia del proceso judicial donde el Juez

es un “todista” es dirigido por personas (árbitros) con conocimiento

especializado en el tema objeto del conflicto y experiencia necesaria sobre la

materia sometido a su consideración. El conflicto es resuelto por árbitros que

generalmente son personas especializadas en la materia del conflicto. Los

árbitros son técnicos en el tema en conflicto, que generalmente gozan de un

nivel especialización elevado en el objeto del conflicto.

12. CONFIDENCIALIDAD

Contrariamente al proceso judicial caracterizado por su publicidad, con el

consecuente deterioro de la imagen comercial y en algunos casos extremos la

quiebra de las empresas inmersas en un proceso judicial, el arbitraje resulta lo

opuesto, porque los hechos que se debaten en un proceso arbitral son de

conocimiento exclusivo solo a las empresas involucradas en el

arbitraje, resguardando con ello el prestigio, imagen empresarial y la economía

de las empresa participantes de un proceso arbitral. Durante el desarrollo del

procedimiento arbitral participan únicamente las partes involucradas en el

conflicto y los árbitros, excluyendo la participación de terceros.


13. CONSENSUAL

El arbitraje es consensual, porque ambas partes en ejercicio de su libertad

acuerdan en una cláusula arbitral, someter la solución de determinados

conflictos que hayan surgido o puedan surgir entre ellos a la decisión de un

particular que impone la solución al conflicto.

14. ECONÓMICO

El arbitraje es económico en vista que soluciona la controversia de manera

definitiva en menos tiempo que los lentos y eternos procesos judiciales, con lo

cual las partes arbítrales se ahorran ingentes sumas de dinero.

IV. CLASES DE ARBITRAJE

Según Stein (2016) nos menciona que las clases de arbitraje son las siguientes:

1. ARBITRAJE VOLUNTARIO

En principio el arbitraje es voluntario, nace de la autonomía privada.

2. ARBITRARIO FORZOSO

Llamado también obligatorio o legal, en virtud del cual las partes deben someter

determinada materia a arbitraje por mandato de la Ley (Un ejemplo es el arbitraje

relacionado con las contrataciones con el Estado-OSCE o el de salud que regula la

SUSALUD)

3. ARBITRAJE NACIONAL

Es conocido también como doméstico o interno, se regula por la ley del Estado

respectivo.

4. ARBITRAJE INTERNACIONAL

No existe uniformidad en la determinación de los factores que determinan en que caso

nos encontramos ante un arbitraje internacional Puede ser: El lugar donde se dicta el
laudo, el domicilio o nacionalidad de las partes, el domicilio de los árbitros, etc. (Art.

5 Decreto Legislativo 1071)

5. ARBITRAJE DE CONCIENCIA

El o los árbitros resuelven teniendo en cuenta su leal saber y entender (Art. 57 Decreto

Legislativo 1071)

6. ARBITRAJE DE DERECHO

El o los árbitros deberán resolver la controversia con arreglo al derecho aplicable

(Art.57 Decreto Legislativo 1071)

7. ARBITRAJE AD – HOC

Se desarrolla según las reglas acordadas por las partes o sometiendo el procedimiento

a reglas específicas preestablecidas. (Art. 7 Decreto Legislativo 1071)

8. ARBITRAJE INSTITUCIONAL

Administrado por una Persona Jurídica que regula el procedimiento mediante un

mecanismo predeterminado (Art. 7 Decreto Legislativo 1071)

Según Zapata, Calderón, Chura y Mamani (2017) clasifican a los arbitrajes de la siguiente

manera:

1. SEGÚN SUS ÁRBITROS

a. DE DERECHO.

Esto significa que el tribunal arbitral se fundamentará en las leyes y

reglamentos que aplican al contrato. Por ejemplo, en las controversias relacionadas

con contratos de arrendamiento de inmuebles, se aplicarían las normas del Código

Civil y de la Ley de Inquilinato y para los contratos comerciales de venta de

maquinaria aplicarían el Código de Comercio y el Código Civil.


Sólo pueden ser árbitros los abogados; en los arbitrajes de equidad cualquier

persona capaz. Si en un arbitraje de derecho un no abogado resuelve, esta puede

ser declarada nula. En cualquiera de los dos, no debe vulnerarse la Constitución

Política.

b. DE CONCIENCIA O EQUIDAD.

En este tipo de arbitraje, el tribunal arbitral no aplica ni leyes ni

reglamentos para resolver la disputa sino su entendimiento de lo que es justo y

equitativo. A manera de ejemplo, en una disputa sobre arrendamiento de inmueble,

el tribunal arbitral no tomaría en cuenta ni la Ley de Inquilinato ni el Código Civil

sino que estudiaría los hechos del caso y la manera cómo han actuado las partes

para encontrar una solución justa.

No es igual resolver una controversia en base a la conciencia que en base a una

norma. Ejm: el juez de paz no letrado como árbitro. Resolver a tu leal saber y

entender. Con conciencia. Se debe saber si será resuelto por derecho o por equidad.

En la antigua ley las partes si no pactaban de arbitraje se presumen de equidad,

ahora se presume de derecho. No se necesita seguir un curso para ser árbitro. Se

requiere gozar de la confianza de las partes, que las partes te acepten como juez

privado. Aquí si no quiero puedo no fundamentar en base a un argumento jurídico.

Antes, cuando no había estados, las partes buscaban al clan o al jefe de la tribu a

que resuelva el problema.

El arbitraje será de conciencia o equidad, cuando los árbitros, sin ser

necesariamente abogados, resuelvan de acuerdo a sus conocimientos y a su leal

saber y entender.
Otro ejemplo: “Imaginemos una controversia sucesoria en la que varios herederos

disputan sobre los términos de la partición de los bienes. El causante, bastante

previsor, en su testamento dispuso que una determinada finca pasara a uno

determinado de sus herederos, respetando las legítimas correspondientes. El árbitro

que conozca el caso no puede asignar esa finca a un tercer heredero, sustituyéndose

a la voluntad del testador; aunque tuviera muy buenas razones de comodidad

jurisdiccional para hacerlo. Quizá si pudiera asignar esa casa a otro heredero o a un

grupo de ellos, la partición sería más fácil y el laudo sería más equitativo. Pero, si

la voluntad del causante es clara, el árbitro no puede sustituirse al testador y

disponer de la herencia de manera distinta como lo quiso el difunto”.

2. SEGÚN SU JURISDICCION

a. NACIONAL

Es un método alternativo de solución de conflictos mediante el cual las

partes aceptan a un tercero llamado árbitro para que solucione una controversia,

quien tiene la capacidad de administrar justicia y articula una sentencia que se

denomina laudo arbitral.

El arbitraje nacional, al igual que los demás tipos de arbitraje, se rige por los

principios y reglas de imparcialidad, idoneidad, celeridad e igualdad. La ley

aplicable es la ley nacional, salvo que se pacte otra. Esta Ley está contemplada en

el D.L. N° 1071 donde se resuelven:

 Controversias derivadas de los contratos y convenios celebrados entre

entidades (Gobiernos Nacionales, Gobiernos locales y sus respectivas

dependencias, personas jurídicas de derecho público, empresas estatales de

derecho público, de derecho privado o de economía mixta y las personas


jurídicas de derecho privado que ejerzan función estatal por ley, delegación

concesión o autorización del estado) pueden someterse también a Arbitraje

nacional.

 El Estado puede someter a arbitraje nacional las controversias derivadas de los

contratos que celebre con nacionales o extranjeros domiciliados en el país.

 El Estado puede también someter a arbitraje internacional, dentro o fuera del

país, las controversias derivadas de los contratos que celebre con nacionales o

extranjeros no domiciliados en el país.

 En caso de actividades financieras, el arbitraje podrá desarrollarse dentro o

fuera del país, inclusive con extranjeros domiciliados en el país.

b. INTERNACIONAL

El arbitraje internacional es similar a la vía judicial interna, pero en lugar

de tomar su lugar ante un tribunal interno que tiene lugar antes de los árbitros

privados conocidos como árbitros. Es una consensual, neutral, obligatoria, privada

y ejecutable manera de resolver las controversias internacionales, y es típicamente

más rápida y menos costosa que los procedimientos judiciales nacionales.

El uso del arbitraje internacional ha evolucionado para permitir a las partes de

diferentes sistemas jurídicos, antecedentes lingüísticos y culturales para resolver

sus conflictos de una manera definitiva y vinculante, normalmente sin las

formalidades de las normas de procedimiento de sus propios sistemas legales.

Cuando se ven colisionados dos o más ordenamientos jurídicos vinculados a una

relación jurídica en particular. La ley aplicable tiene injerencia en la validez del

convenio arbitral, en la designación de los árbitros, en el procedimiento, ley en la

que se fundó la controversia, el idioma, ejecución, etc. Al redactar un contrato debe


ponerse la ley aplicable y suplir la potestad de que los árbitros decidan que hacer

ya que en vía judicial se tiene el Libro Décimo del Código Civil, pero los árbitros

no. El derecho internacional arbitral ha limitado cual es el ámbito de aplicación

nacional e internacional, es decir Cuales son los elementos que hacen que un

arbitraje sea internacional:

 Cuando el domicilio de las partes sea distinto. Ejm: Un peruano en

Chile y un peruano en Perú, puede ser resuelto por un arbitraje

internacional, manda el domicilio y no la nacionalidad.

 Cuando la sede del arbitraje (el lugar del arbitraje) está situada en un

país distinto del domicilio de las partes. Ejm: Las dos partes son

peruanos domiciliados aquí y se someten a la sede del arbitraje en otro

país. Genera que el procedimiento termine con una decisión o laudo

extranjero. Esta ejecución no podrá ejecutarse en el Perú de manera

directa. El laudo será extranjero en consecuencia se podrá ejecutar si se

abre proceso de reconocimiento de laudo extranjero: Execuátur. El

laudo debe ser homologado para darle valor aquí.

 El cumplimiento sustancial de la obligación se encuentre fuera del

domicilio de las partes.

Según el D.L.N° 1071 El arbitraje tendrá carácter internacional cuando en él

concurra alguna de las siguientes circunstancias:

 Si las partes en un convenio arbitral tienen, al momento de la

celebración de ese convenio, sus domicilios en Estados diferentes.

 Si el lugar del arbitraje, determinado en el convenio arbitral o con

arreglo a éste, está situado fuera del Estado en que las partes tienen sus

domicilios.
 Si el lugar de cumplimiento de una parte sustancial de las obligaciones

de la relación jurídica o el lugar con el cual el objeto de la controversia

tiene una relación más estrecha, está situado fuera del territorio

nacional, tratándose de partes domiciliadas en el Perú.

Ejemplo:

En el marco del TLC entre Perú y Canadá, la minera Bear Creek Mining

Corporation demandó al Estado por cancelar en junio del 2011 la autorización de

la concesión minera para la realización del proyecto Santa Ana en Puno. La

empresa exige el pago de nada menos que US$1.200 millones.

"El Minem pretendía anular los derechos de Bear Creek sobre las Concesiones de

Santa Ana y que las mismas se revirtieran al Estado, argumentando que los

contratos de opción de compra y los contratos de transferencia entre la Sra.

Villavicencio y Bear Creek fueron simulados u obtenidos ilícitamente", decían en

uno de sus alegatos. Ejemplo: Laudo Arbitral CASO CIADI ARB/12/28 El

Tribunal Arbitral decide por unanimidad que el Consorcio CAMISEA incumplió

con las obligaciones de calcular correctamente la regalía pactada en el Contrato de

Licencia para los diez cargamentos de gas natural objeto de la disputa.

Determinó el daño causado al Estado peruano lo que hace que ahora no deba

ocurrirse a dicho “Consorcio” pensar en deducir para efectos de la determinación

de la base imponible de su Impuesto a la Renta estos importes por daños causados

al fisco.

3. SEGÚN LA ADMINISTRACION DEL ARBITRAJE

a. AD HOC
Arbitraje ad hoc como aquel que es administrado por los propios árbitros de

acuerdo a las reglas procedimentales que se establezcan de conformidad con la Ley

de Arbitraje. El arbitraje ad hoc, es administrado por el propio tribunal que puede

ser unipersonal o pluripersonal.

En el arbitraje ad hoc obviamente no hay listas y cada parte designa a un árbitro

libremente. Si la otra estima que el elegido no reúne las condiciones más

elementales para desempeñarse como tal, puede formular una recusación que será

resuelta por los árbitros no recusados, por la cámara de comercio de la respectiva

localidad o, en el caso de las compras y adquisiciones públicas en el Perú, por el

Organismo Supervisor de las Contrataciones del Estado.

Las instituciones arbitrales por lo general son administradas por las cámaras de

comercio y en nuestro país por algunos colegios profesionales, otros gremios y una

antigua y prestigiosa universidad. Sin embargo no hay una norma específica que

las regule. Eventualmente cualquier asociación podría convertirse en una

institución arbitral en la medida de que cuente con los requisitos más elementales

para serlo. No lo hacen, desde luego, porque no existe ninguna necesidad para ello.

En los arbitrajes ad hoc en contratación pública, según el Decreto Legislativo 1341,

sólo podrán administrar justicia quienes estén inscritos en el Registro Nacional de

Árbitros que sobrevive sólo para esos efectos. En los arbitrajes institucionales

regirán los reglamentos de los respectivos centros de manera que se entiende que

allí podrán arbitrar quienes no están inscritos en el RNA a condición, de seguro, de

estar en las listas de la respectiva institución o ser aprobados por su consejo

administrativo. En cualquier caso, se abren tímidamente las puertas para que

aquellos profesionales destacados en diversas especialidades, que no desean

inscribirse en ningún registro ni ser formalmente árbitros, eventualmente puedan


contribuir con sus conocimientos a solucionar algunos conflictos, integrando

determinados tribunales en ciertos centros.

En el arbitraje ad hoc se pueden presentar algunas situaciones que las podemos

calificar de alguna manera como “inapropiada”, que son particularmente sensibles

en los casos en los que participa el Estado. A modo de ejemplo:

1) El tribunal arbitral designa a un tercero para que se encargue de la

secretaría arbitral. Se han dado casos en los que ese tercero tiene

vinculación directa con alguno de los árbitros, con alguna de las partes o

con sus abogados patrocinantes. Asimismo, en ocasiones la secretaría

arbitral recae en personas que no cuentan con la experiencia y

conocimientos necesarios.

2) La situación antes descrita genera otra, cual es, la posibilidad de que no

existan garantías para el debido proceso arbitral como, por ejemplo, certeza

de la fecha real de recepción de documentos.

3) No hay predictibilidad en cuanto al costo del proceso arbitral. El tribunal

arbitral tiene amplia libertad para determinar los honorarios de los árbitros

y los gastos arbitrales. Por ejemplo, en ocasiones se suele utilizar como

referencia el monto del contrato y no el monto de la cuantía de la

controversia, cuya diferencia puede ser significativa. Asimismo, los

árbitros pueden aprobar reliquidaciones excesivas sin un debido sustento,

incrementando el costo del proceso para las partes. (p. 13)

4) El tribunal arbitral es juez y parte frente a los reclamos (reconsideraciones)

que plantean las partes respecto de los costos arbitrales y las reglas del

proceso.
5) Está propenso a actos de corrupción y colusión que puede darse entre los

propios árbitros, entre éstos y la secretaría arbitral, y entre la secretaría

arbitral y los árbitros con alguna de las partes involucradas. Algunos malos

profesionales hacen lobbies en las entidades estatales o ante los

proveedores para brindar sus servicios como árbitros o ser “su” árbitro de

parte, con el agravante de la inexistencia de instancias a las cuales recurrir

por faltas éticas cometidas por los árbitros. En el caso de tribunales

arbitrales colegiados, se establecen en las reglas procedimentales que será

el propio tribunal el que resuelva las recusaciones, lo que es

particularmente peligroso en el caso de existir colusión entre los árbitros

para favorecer a una de las partes.

Es evidente que no en todos los procesos arbitrales ad hoc se presentan

estas situaciones. Mucho depende de las calidades y cualidades de los árbitros. Sin

duda, en el medio arbitral existen profesionales de altísimas e indiscutibles

cualidades éticas y profesionales que no permitirían que estas situaciones se

produzcan. También existen instituciones prestigiosas que se encargan de brindar

servicios de secretaría arbitral en procesos arbitrales ad hoc.

Sin embargo, también es de público conocimiento la existencia en el mundo

arbitral, fundamentalmente en arbitrajes ad hoc, de prácticas que vienen

desprestigiando la institución arbitral, lo que en el caso de arbitrajes del Estado es

de particular preocupación y de una relevancia fundamental, al punto de haberse

generado cuestionamientos en algún sector, en el sentido de si debe mantenerse el

arbitraje como medio de solución de controversias derivadas de los contratos que

celebra el Estado, deslizándose la posibilidad de que sea el Poder Judicial el que se

encargue de resolverlas. Esta posibilidad implicaría un grave retroceso a lo


avanzado y es sin duda nefasta para el Estado, para los particulares y para lo

sociedad en general ya que ocasionaría indefinidas paralizaciones de obras, de

proyectos sociales y de desarrollo como sobrecostos incalculables. Incluso lo sería

para el propio Poder Judicial que afronta una sobrecarga procesal de magnitudes

inimaginables y un atraso de años en la resolución de los litigios. Aunado a este

hecho, sabemos que la defensa del Estado en procesos arbitrales no es la más

adecuada. Las responsabilidades se diluyen, existe permanente rotación de los

procuradores públicos quienes además, en muchos casos, desconocen la naturaleza

y las características propias del arbitraje y no sienten como suyos los intereses que

defienden, a diferencia del arbitraje entre privados.

b. INSTITUCIONAL

Podemos definir al arbitraje institucional como aquel que es organizado

y administrado por una institución arbitral Hemos dicho que en el arbitraje

institucional, existe de por medio una institución arbitral que se encarga de

organizar y administrar el arbitraje. La Ley de Arbitraje no exige mayores

requisitos para su creación, únicamente exige que sean personas jurídicas con o sin

fines de lucro.

Sin embargo, toda institución arbitral seria, que pretenda generar confianza en el

mercado sobre la calidad de sus servicios, debe brindar seguridad y predictibilidad

al proceso arbitral. Para ello, las instituciones arbitrales deben contar

necesariamente con:

1) Un Reglamento que regule el proceso arbitral, a fin de que las partes

conozcan de antemano las reglas del proceso. Son reglas

procedimentales preestablecidas siendo innecesario, por tanto, que las


partes tengan que pactar esas reglas en cada caso concreto. Brinda

seguridad jurídica y predictibilidad.

2) Un tarifario de honorarios y gastos arbitrales, que permita a las partes

realizar un análisis económico previo sobre el costo del proceso respecto

de los beneficios que pretenden obtener. También genera predictibilidad

seguridad al evitarse arbitrariedades en la fijación de los honorarios de

los árbitros y de la secretaría arbitral.

3) Un Código de Ética que establezca los principios y valores a los que

están sujetos los árbitros, estableciendo sanciones en el caso que su

comportamiento viole tales principios y valores.

4) Una lista o registro de árbitros previamente seleccionados por la

institución arbitral, que además de servir como referente a las partes para

designar al árbitro de parte, sirve también como referente obligatorio

para la institución arbitral cuando debe designar árbitros por omisión o

falta de acuerdo de las partes.

5) Una organización y estructura adecuadas e independientes a las partes y

a los árbitros que salvaguarden, bajo responsabilidad, el normal,

eficiente y oportuno desarrollo del proceso arbitral asumiendo la debida

confidencialidad sobre las actuaciones arbitrales. Para ello, deben contar

con un órgano del más alto nivel (Corte, Consejo, Junta, Colegio, etc.)

y una secretaría general que lidere a los secretarios arbitrales que deben

ser profesionales debidamente capacitados y especializados en procesos

arbitrales.
6) Una infraestructura adecuada con soporte logístico y tecnológico para la

realización eficiente de las audiencias, notificaciones, actuaciones y las

coordinaciones necesarias con las partes y con los árbitros.

7) Un domicilio conocido y horario de atención predeterminado, lo que

coadyuva al debido proceso arbitral y al derecho de defensa de las partes.

Todos estos elementos o requisitos son los que caracterizan al arbitraje institucional.

Como señala Natale Amprimo Pla, “En buena cuenta, el arbitraje institucional se

sostiene en tres pilares: institución arbitral, administración del arbitraje y normas

reglamentarias”.

Las instituciones arbitrales desempeñan, asimismo, un papel fundamental para el

impulso del proceso al encargarse como entes ajenos a los árbitros y a los intereses

de las partes para:

1) La designación residual de árbitros.

2) La resolución de las recusaciones que se presenten contra los árbitros.

3) Decidir sobre la procedencia o no del incremento de los honorarios

arbitrales cuando el tribunal arbitral lo solicite.

4) Vigilar del cumplimiento de los principios éticos aplicables.

Más aún, recurrir a una institución arbitral reduce significativamente la posibilidad

de actos de corrupción o colusión, tema particularmente sensible en los arbitrajes en

los que participa el Estado, además de coadyuvar al impulso del proceso cuando los

árbitros paralizan o retrasan injustificadamente el proceso por negligencia o desidia.

Los centros arbitrales más prestigiados del país, como lo son por ejemplo el Centro

de Análisis y Resolución de Conflictos de la Pontificia Universidad Católica del

Perú, el Centro de Arbitraje de la Cámara de Comercio de Lima y el Sistema


Nacional de Arbitraje del OSCE cumplen los requisitos y funciones antes

mencionados.

Cabe aclarar, que el hecho que intervenga una institución arbitral no implica, en lo

absoluto, que pueda existir una injerencia o algún riesgo de injerencia de tal

institución respecto a la forma como los árbitros resolverán el fondo del asunto. A

decir de Paolo del Águila Ruiz de Somocurcio, “Nótese que la intervención de la

institución arbitral está enfocada al apoyo e intermediación en la relación principal

entre las partes y los árbitros, así como en la regulación […]. En tal sentido, en modo

alguno puede tener injerencia en las apreciaciones de hecho o de derecho que

formulen los árbitros mucho menos en sus resoluciones ni en el laudo arbitral”.

En términos generales, en lo que respecta a aspectos organizativos, operativos y

administrativos del proceso arbitral, las instituciones arbitrales, están en posibilidad

de garantizar que el proceso arbitral se lleve a cabo con independencia, neutralidad,

equidad e imparcialidad, y de manera rápida y eficiente, ventajas que caracterizan al

arbitraje como medio alternativo de solución de controversias.

En América latina existen varias instituciones arbitrales que prestan servicios, como

son el Centro de Arbitraje de México (CAM), La Asociación mexicana de Mediación

y Arbitraje Comercial (AMMAC), la Cámara de Comercio de Lima, El Centro

Internacional de Administración y Comercio (CIAC) y el Centro de Arbitraje del

Consejo Superior de Contrataciones y Adquisiciones del estado (CONSUCODE) del

Perú, La Cámara de Comercio de Buenos Aires, la Cámara de Comercio de Bogotá,

Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones (CIADI) del

Banco Mundial.

4. SEGÚN LA VOLUNTAD DE LAS PARTES


a. VOLUNTARIA

Las partes deciden someterse libremente al método alternativo de resolución de

conflictos arbitraje.

b. OBLIGATORIO O FORZOSO

No se puede imponer un contrato. Ejm: la política que el estado quiere para

resolución de conflictos en tal sector o tal entidad será el de ir a arbitraje. Si el

funcionario no incorpora en el contrato formula arbitral se presume que debe irse a

arbitraje. No es obligatorio, es forzoso. Nadie está obligado a contratar con el

Estado, por eso es forzoso. Si no quieres obligarte no contratas con el Estado.

Ejm: Contrato por adhesión, pueden incorporar cláusulas arbitrales. No puede

negociar no ir a arbitraje, pero si puedo pactar las condiciones del arbitraje. En el

caso peruano el arbitraje es absolutamente libre.

5. OTROS CONCEPTOS CONTENIDOS EN EL D.L.N° 1071 LEY QUE NORMA

EL ARBITRAJE.

a. ARBITRAJE POPULAR

Es el órgano encargado de promover el arbitraje popular en todos los

sectores sociales a nivel nacional. El arbitraje, es un mecanismo alternativo de

solución de conflictos mediante el cual dos personas enfrentadas por una

controversia deciden recurrir a un tercero llamado árbitro, quien dará la solución

imparcial y definitiva a su conflicto. a la Justicia.

Asimismo brinda asesorías sobre arbitraje, enseña el uso de la cláusula arbitral en

contratos y absuelve consultas acerca a la designación de árbitros. El Arbitraje


Popular tiene la finalidad de solucionar los conflictos especialmente de los

emprendedores, micro y pequeños empresarios, profesionales y público en general.

El Arbitraje Popular promueve una cultura de paz, en la que dos personas

enfrentadas por una controversia como: Incumplimientos de contratos, pago de

deudas, desalojos, indemnizaciones, contrato de seguros, contratos financieros,

Contratos de inversión, conflictos laborales y comerciales, entre otros, pueden

llegar a una solución rápida y económica sin necesidad de ir a juicio largo y

costoso.

Puede usted someter a Arbitraje los conflictos referidos a:

 Incumplimiento de contratos.

 Indemnizaciones.

 Derechos de propiedad, posesión.

 Responsabilidad contractual y extracontractual.

 Pago de deudas.

 Alquileres.

 Contratos de Compra-Venta de inmuebles.

 Desalojos.

 Contrato de seguros.

 Contratos financieros.

 Conflictos laborales.

 Conflictos comerciales, mercantiles.

 Contratos con el Estado.

 Otras materias de libre disposición de las partes, conforme a

derecho.
b. ARBITRAJE ESTATUTARIO

Se refiere a las personas jurídicas en general, tal como serían las

sociedades, las asociaciones, las organizaciones políticas, etc.

Si bien el segundo párrafo del mencionado artículo, al tratar de los alcances del

convenio arbitral menciona a la sociedad en concordancia con el párrafo anterior

debería entenderse en nuestro concepto como referido a la persona jurídica. En

particular en lo que concierne a las sociedades comerciales y civiles, el arbitraje

para estas personas jurídicas se encuentra normado en la Ley Nº 26887 – Ley

General de Sociedades – (LGS) según lo dispuesto en su artículo 48º modificado

por el Decreto Legislativo Nº 1071 . El mencionado artículo al estar ubicado en el

Libro I de la LGS, contiene reglas que son aplicables a todas las sociedades

comerciales, que pueden ser de capitales y de personas, la primera como la sociedad

anónima cuyo capital está representado por acciones siendo sus tenedores

denominados accionistas quienes tienen una responsabilidad limitada, al responder

el capital de la sociedad por las deudas y obligaciones que contraiga y la segunda

referida a las sociedades de personas como la sociedad colectiva donde se conjuga

el “affecto societatis” y el “jus fraternitatis”, la que se constituye en base al aporte

de los socios, que pueden ser su trabajo y las contribuciones económicas, siendo su

responsabilidad frente a las deudas y obligaciones que contraiga la sociedad de

carácter solidaria e ilimitado, comprendido además la mencionada Ley a las

sociedades civiles.

c. ARBITRAJE SUCESORIO

Mediante estipulación testamentaria puede disponerse el sometimiento a

arbitraje de las controversias que puedan surgir entre sucesores, o de ellos con los

albaceas, incluyendo las relativas al inventario de la masa hereditaria, su


valoración, administración y partición. Si no hubiere testamento o el testamento no

contempla una estipulación arbitral, los sucesores y los albaceas pueden celebrar

un convenio arbitral para resolver las controversias previstas en el párrafo anterior.

6. PRINCIPIOS DEL ARBITRAJE

Según Castillo (2012) nos dice que los principios del arbitraje son los siguientes:

A. Principio de audiencia bilateral

Como garantía del debido proceso, ambas partes tienen el derecho de ser oídos

por el árbitro o tribunal arbitral, de manera que no puede existir ningún tipo de ventaja

de alguna de las partes en el proceso.

B. Principio de inmediación

Ambas partes en el ejercicio del derecho de defensa tienen el derecho de

participar sus medios de defensa y alegatos en presencia física de árbitro o tribunal

arbitral.

Por esta razón, toda actuación realizada judicial o administrativa debe ser notificada

para que, de esta manera, se cumpla con el principio de la publicidad interna dentro del

proceso, para que no existan decisiones que sean ignoradas por alguna de las partes y

conocidas por otras. Siendo notificadas las decisiones a las partes, se abre campo para

que aquella parte a la cual le fuere desfavorable la providencia, pueda recurrirla dentro

del término legal, de esta manera, se tiene en cuenta, en todo caso, que la otra parte

tiene también la oportunidad de pronunciarse en pro de la providencia que le favorece,

si a bien lo tiene.

C. Principio de contradicción
Es un derecho correlato del derecho de defensa y presunción de inocencia, por medio

del cual las partes están posibilitadas de cuestionar y contradecir los argumentos

vertidos en su contra.

D. Principio de igualdad

Ambas partes tienen el derecho de ser tratadas en condiciones de igualdad, ello

se desprende de las garantías que ofrece la tutela jurisdiccional efectiva consagrada en

nuestra constitución, específicamente del derecho de defensa, ambas partes deben ser

tratadas idénticamente ante situaciones iguales. Este principio es fundamental en el

derecho, lo que significa que quienes a él concurren de manera voluntaria o por haber

sido citados en forma oficiosa, deben tener las mismas oportunidades procesales para

la realización plena de sus garantías a la bilateralidad de la audiencia.

E. Principio de oportunidad

Las partes por propia voluntad recurren a la vía arbitral para la solución de sus

conflictos quedando exceptuado los supuestos de arbitraje forzoso.

F. Principio de temporalidad

El arbitraje se encuentra sometido a un plazo temporal, es decir tienen un inicio y un

final.

G. Principio de dualidad de posiciones

Es decir, es relacional, en tanto se requiere la configuración de las partes, donde

la característica definitoria es la asunción de roles contrapuestos o en conflicto. El

principio de dualidad de posiciones también informa tanto de los acuerdos como de los

desacuerdos, siendo que los acuerdos fundan, con el sometimiento a la jurisdicción

arbitral, la solución de los desacuerdos. En realidad, el principio de dualidad de


posiciones es un concepto neutro, que lo único que nos informa es que para la existencia

de acuerdos o desacuerdos deben existir, a su vez, al menos dos partes que estén de

acuerdo o en desacuerdo. Y en el arbitraje, el principio se manifiesta en ambos: en los

acuerdos entre dos partes que deciden contratar un arbitraje para resolver desacuerdos

presentes o futuros, y en los desacuerdos que se resolverán concretamente en un proceso

arbitral.

H. Principio de buena fe

Se presume la buena fe de las partes que se traduce en la colaboración en el

desarrollo del proceso. Es por ello que las partes tienen fe en la institución arbitral,

creen en ella y, por tanto, la desean como medio idóneo para la solución de una

controversia determinada o futura por determinar, que primero contratan un arbitraje;

y, segundo, llegado el caso, se someten voluntariamente al proceso arbitral.

I. Principio dispositivo

En todo el iter del arbitraje las partes participan a través de su disposición, desde

la iniciación de la demanda que inicia la actividad arbitral hasta la finalización del

proceso. En todo momento, las partes pueden disponer poner fin al proceso si es que

así lo acuerdan. Las partes dentro de este mismo marco pueden determinar libremente

las reglas a las que se sujeta el tribunal arbitral en sus actuaciones.

J. Principio de impulso oficial

Los árbitros pueden impulsar ex officio las actuaciones arbitrales, una vez

admitida la demanda, el órgano encargado de la administración del proceso arbitral

puede tomar las medidas necesarias para el proceso; activar la tramitación propia del

proceso, evitar las lagunas procesales, etc. Principio de aportación de parte Las partes
son las que van a definir los temas que deben ser sometidos al conocimiento del órgano

arbitral, son los responsables de las pretensiones y de las pruebas que aporten al caso.

K. Principio de preclusión

El arbitraje, como medio de solución rápida, exige que los plazos para las

actuaciones procesales se cumplan con rigurosidad para no alargar el proceso. En

relación a esto, los tiempos especificados en las normas arbitrales preexistentes, señalan

que una vez agotado un período, éste no puede volverse a invocar, es decir, precluyen

generando no sólo la celeridad del proceso, sino también representa una garantía para

las partes de que el conflicto llegará a solución en un tiempo prudente, evitando las

dilaciones.

L. Principio de congruencia

Se encuentra en relación directa con el principio dispositivo, en tanto a la

pretensión de las partes, el órgano debe responder de manera correspondiente, sin

sobrepasar o restringir lo peticionado.

M. Principio de dirección procesal

El árbitro o tribunal arbitral, según sea el caso, tiene potestades reconocidas por

la LGA para la admisión de la demanda, pertinencia de los medios de prueba,

pronunciarse sobre su competencia, la forma de realización de las audiencias,

determinar las reglas del proceso, etc.

N. Principio de valoración de la prueba

Este principio también está contenido en el derecho del debido proceso que todo

ciudadano tiene. En este sentido, la valoración del árbitro o tribunal arbitral está guiado
por la libre valoración, sin embargo, ésta debe contener el razonamiento lógico, reglas

de la experiencia, etc.

O. Principio de non liquet

Este principio está relacionado con el principio de congruencia, la solución de las

controversias tiene como límite el ámbito objetivo del convenio arbitral.

7. MARCO LEGAL DEL ARBITRAJE

Según Zapata et al. (2017) nos mencionan que:

En las últimas tres décadas, el Arbitraje Nacional ha sido regulado por cuatro normas

jurídicas:

1. El Código Civil (desde el 14/11/1984 hasta el 4/3/1992)

2. La Ley General de Arbitraje (Decreto Ley N° 25935, desde el 5/3/1992 hasta el

5/1/1996).

3. La Ley General de Arbitraje (Ley N° 26572, desde el 6/1/1996 hasta el 13/11/

2008).

4. El Decreto Legislativo N° 1071 (desde el 14/11/2008 hasta la actualidad), este

último modificado en algunos artículos por el Decreto Legislativo N° 1231 (del

26/9/2015).

Sin embargo, el marco legal se diversifica según el arbitraje del que se trate. Así tenemos:

1. La Ley N° 29571 y el Decreto Supremo N° 046-2011-PCM (arbitraje de consumo).

2. La Ley N° 26842, la Ley N° 27056 y el Decreto Legislativo N° 1158 (arbitraje en

salud).
3. La Ley Nº 30225, y el Decreto Supremo Nº 350-2015-EF (arbitraje en

contrataciones públicas).

4. Además del Decreto Ley N° 25593, el Decreto Supremo N° 014-2011-TR y la

Resolución Ministerial N° 284-2011-TR (arbitraje laboral-potestativo).

5. La Ley Nº 29533 y el Decreto Supremo Nº 084-2013-PCM (arbitraje territorial); el

Decreto Supremo Nº 013-93-TCC, el Decreto Supremo Nº 062-94-PCM

6. La Ley Nº 26285 (arbitraje en telecomunicaciones).

IV. NATURALEZA JURÍDICA DEL ARBITRAJE

En el nacimiento, desarrollo y terminación del arbitraje concurren una

pluralidad de actuaciones de diversa naturaleza. Esta diversidad ha provocado

discusiones doctrinales que pueden ser encaminadas en diversas teorías.

Repetto (2014) La doctrina suele identificar cuatro teorías que explican la

naturaleza jurídica del arbitraje. Estas son: la teoría contractual, la jurisdiccional, la

mixta o híbrida y la autónoma.

A. TEORÍA CONTRACTUAL. La teoría contractual entiende que el arbitraje,

como mecanismo de solución de controversias, tiene una clara naturaleza

contractual (acuerdo de voluntades). Así, el arbitraje nace y se desarrolla a partir

del contrato. En otras palabras, el arbitraje es hijo del contrato. El principal

problema que identificamos con esta teoría, es que desconoce que el arbitraje

también depende del reconocimiento estatal. En efecto, esta teoría desecha algo

trascendental: la necesidad del respaldo del Estado. Si el Estado no reconoce el

arbitraje, el laudo no tendría otro valor que el de un simple contrato.


B. TEORÍA JURISDICCIONAL. En el polo opuesto se encuentra la teoría

jurisdiccional del arbitraje. Los defensores de esta postura, consideran que el

arbitraje no depende de la voluntad de las partes, sino de la voluntad del Estado.

Entienden que el arbitraje nace del reconocimiento del Estado. Éste ser soberano y

plenipotenciario es quien delega a los particulares la facultad de solucionar sus

conflictos. Sin reconocimiento estatal y sin una adecuada regulación sobre la

intervención judicial en el arbitraje, este último no se desenvolvería. En ese sentido,

se concluye que el arbitraje es una jurisdicción porque la Constitución o la ley así

lo establecen. El principal problema de esta teoría, es que no reconoce que la

autonomía de la voluntad de las partes (principio fundamental en la contratación

moderna y que es fruto de la libertad de todos los sujetos) es esencial para el

nacimiento de la institución del arbitraje y para la aplicación de muchas de las reglas

que requiere para su correcto funcionamiento (por ejemplo, libertad de regulación

del procedimiento). Además, es sumamente riesgoso que se afirme que el arbitraje

dependa de manera exclusiva de la voluntad del legislador. De ser ese caso, bastaría

un simple cambio de las reglas de juego para que el arbitraje desaparezca y se

convierta en un simple pacto sin mucho sentido. Otro problema que plantea la teoría

jurisdiccional del arbitraje, es el no reconocimiento de las cláusulas escalonadas de

solución de controversias, y esto no es un tema menor. A través de las cláusulas

escalonadas de solución de controversias, las partes acuerdan que el conflicto será

sometido a una mediación o a una conciliación (u otro mecanismo acordado), y que

solo si no se llega a una solución en un plazo determinado de tiempo, recién se

podrá iniciar el arbitraje. Si tenemos una concepción jurisdiccionalista del arbitraje,

este pacto de mediación o cualquier otro paso previo convenido a realizarse antes

del arbitraje no tendría mayor eficacia.


C. TEORÍA MIXTA O HÍBRIDA. En el medio de las dos teorías ya tratadas (y

buscando evitar los problemas identificados), se encuentra la teoría mixta o híbrida.

Consiste básicamente en una compatibilización de las teorías antes descrita. Por un

lado, reconoce la autonomía de la voluntad de las partes como esencial. Mientras

que, por el otro lado, se debe tomar en cuenta que sin reconocimiento del Estado, el

arbitraje sería de poca utilidad. El arbitraje es pues para esta teoría un acuerdo de

voluntades (un contrato) que tiene efectos jurisdiccionales. En aquellos países en

los que el arbitraje goza de buena salud, no ha primado una teoría netamente

contractualista, ni tampoco una teoría netamente jurisdiccionalista (como la

adoptada en muchos países sudamericanos). Lo que ha primado ha sido la teoría

mixta. Es más, una decisión de los árbitros (denominado laudo) que no tuviera la

calidad de cosa juzgada, simplemente no tendría mayor eficacia, y ese

reconocimiento requiere de un apoyo netamente normativo. Pero, al mismo tiempo,

es inadmisible que no se reconozca la importancia significativa que tiene la

autonomía de voluntad de las partes en la configuración del arbitraje y en el

establecimiento de sus reglas que regularán las actuaciones arbitrales. Por tanto, es

correcto cuando esta teoría postula, con absoluta razón, que el arbitraje es un

acuerdo de voluntades (un contrato) que tiene efectos jurisdiccionales.

D. TEORÍA AUTÓNOMA O DESLOCALIZADA. Según la teoría autónoma,

el arbitraje se desenvuelve en un régimen independiente, libre y emancipado de

cualquier ordenamiento jurídico. En otras palabras, tiene un carácter autónomo.

Esta teoría fue desarrollada en 1965 por Rubellin-Devichi, quien sostiene que la

naturaleza del arbitraje se puede determinar analizando las prácticas y los objetivos

que persigue. Manifiesta que el arbitraje no se puede clasificar como

exclusivamente contractual o jurisdiccional y que tampoco es una institución mixta.


Esta teoría, pese a que su aceptación ha ido creciendo esencialmente entre los

académicos, tiene como principal inconveniente aquello que mencionan Reisman y

Richardson. El arbitraje ha proliferado en el mundo entero porque es un método

eficaz de solucionar controversias. Y vale la pena hacer el énfasis en eficaz. La

eficacia depende directamente del reconocimiento que tengan las actuaciones

arbitrales y el laudo en las cortes. El arbitraje necesita del Poder Judicial. Por ello,

quienes afirman que el Poder Judicial es enemigo del arbitraje están equivocados.

Los malos jueces pueden ser enemigos del arbitraje, pero el arbitraje necesita del

sheriff que haga cumplir el acuerdo de las partes y lo decidido por los árbitros. Y

esto no entra en el análisis de la teoría autónoma.

3. NATURALEZA JURÍDICA DEL ARBITRAJE SEGÚN EL TRIBUNAL

CONSTITUCIONAL PERUANO. El Tribunal Constitucional peruano ha hecho

suya la teoría jurisdiccional. Y fijémonos, además, en el lenguaje que utiliza: “Es

justamente, la naturaleza propia de la jurisdicción arbitral y las características que

la definen, las cuales permiten concluir a este Colegiado que no se trata del ejercicio

de un poder sujeto exclusivamente al derecho privado, sino que forma parte esencial

del orden público constitucional. La facultad de los árbitros para resolver un

conflicto de intereses no se fundamenta en la autonomía de la voluntad de las partes

del conflicto, prevista en el artículo 2º inciso 24 literal a de la Constitución, sino

que tiene su origen y, en consecuencia, su límite, en el artículo 139º de la propia

Constitución.” (Constitución Política, 1993)

Como se puede apreciar, el Tribunal Constitucional a partir de una simple y poco

seria interpretación literal de la Constitución peruana de 1993, ha adoptado la

postura jurisdiccional. Nuestro TC simplemente no se detuvo en momento alguno

a analizar los pros y los contras de cada una de las teorías y simplemente de manera
mecánica y poco reflexiva adoptaron la teoría jurisdiccional. Si nos detenemos por

un momento a identificar “la naturaleza propia de la jurisdicción arbitral y las

características que la definen” (como así lo afirmó el TC en el fallo citado), nos

daremos cuenta que el resultado no puede ser otro que mezclar la teoría contractual

y la jurisdiccional y adoptar, en consecuencia, la teoría mixta o híbrida. Dicho de

otro modo, si nos guiamos por “la naturaleza propia de la jurisdicción arbitral y las

características que la definen”, no llegaremos a otro lado que no sea que el arbitraje

es un acuerdo (contrato) con efectos jurisdiccionales.

En conclusión, el Tribunal Constitucional simplemente se ha enredado en su propia

telaraña para tratar de solucionar un problema (el amparo contra un laudo) que él

mismo creó al abrazar sin mayor análisis y reflexión la teoría jurisdiccional. Esto se

pudo evitar afirmando correctamente que el arbitraje es un contrato con efectos

jurisdiccionales y que, por lo tanto, la única vía para atacar la validez de un laudo

es el recurso de anulación previsto por las partes al momento en el que, en ejercicio

de su autonomía de la voluntad, decidieron pactar el arbitraje.

V. CONVENIO ARBITRAL

En términos muy generales, el convenio arbitral, es un acto jurídico

intervivos, por lo general, bilateral, pues requiere de confluencia de las

manifestaciones de voluntad de ambas partes.

Puede ser también un acto plurilateral, al estar previsto al interior del estatuto de

una persona jurídica. En efecto la Sexta Disposición Complementaria de la Ley de

Arbitraje, considera como convenio arbitral, a las estipulaciones contenidas en los

estatutos de una persona jurídica. Es decir, las controversias que pudieran surgir

entre la persona jurídica y sus miembros, administradores, representantes y


funcionarios o las que surjan entre ellos respecto de sus derechos u obligaciones o

las relativas al cumplimiento de los estatutos o la validez de los acuerdos. Así

mismo, la referida disposición preceptúa que el convenio arbitral alcanza a todos

los miembros, directivos, administradores, representantes y funcionarios que se

incorporen a la sociedad, así como a aquellos que al momento de suscitarse la

controversia hubiesen dejado de serlo. En ese sentido, este convenio arbitral, obliga

a los integrantes de las personas jurídicas, por cuanto al constituirse como tales, sus

integrantes quedan subordinados a sus disposiciones estatutarias, así como los que

con posterioridad en forma voluntaria se incorporen a la persona jurídica.

Excepcionalmente el convenio arbitral, puede ser un acto unilateral mortis causa y

cuando la voluntad del testador, lo establece como acto de última voluntad para

obligar a sus sucesores y causahabientes. Al respecto, la Séptima Disposición

Complementaria de la Ley de Arbitraje, dispone que, mediante estipulación

testamentaria puede disponerse el sometimiento a arbitraje de las controversias que

puedan surgir entre sucesores, o de ellos con los albaceas, incluyendo las relativas

al inventario de la masa hereditaria, su valoración, administración y partición.

(Roberto, 2009, p.4)

El convenio arbitral es el acuerdo entre las partes para resolver sus controversias a

través de un proceso arbitral. En términos técnicos, dicho acuerdo es un acto

jurídico impropio, pues lo que se busca es la resolución de conflictos dentro de un

proceso ga rantista, donde se actúe acorde a la tutela procesal efectiva y, por ello,

con debido proceso. Por tal motivo, se afirma que el convenio arbitral provoca un

doble efecto: uno positivo y otro negativo. Genera un efecto positivo, pues las

controversias serán resueltas en un proceso arbitral, donde las partes deberán

cumplir con lo laudado. Asimismo, produce un efecto negativo, ya que otros


órganos están impedidos de solucionar las controversias que mediante convenio

arbitral se ha encargado de manera exclusiva a los árbitros. El convenio arbitral

nace de la libertad que tienen los seres humanos para regular sus relaciones

jurídicas. Por ende, la autonomía privada es el fundamento del arbitraje. (García,

S.F, p.84)

FORMALIDAD. Con respecto a la formalidad que debe tener el convenio arbitral,

el DLA en su artículo 13° inc. 2 señala que "deberá constar por escrito”, pero sin

indicar la frase “bajo sanción de nulidad”. Por ende, debe entenderse que la forma

exigida (forma escrita), simplemente es un medio de prueba (ad probationem) que

sirve para acreditar la existencia del convenio". Entonces, la forma escrita no

resulta imprescindible para la existencia del convenio, pues solo será una prueba

que acredite la voluntad de las partes de ir a un proceso arbitral. Por otra parte,

respecto de la formalización del convenio arbitral escrito, se debe indicar que la

doctrina elabora una clasificación que distingue tres tipos de modalidades en que

se puede “formalizar” un convenio arbitral: convenio arbitral por referencia,

convenio arbitral unidocumental y convenio arbitral adhesivo. En la primera

modalidad, el convenio no está en el contrato principal, encontrándose en otro

documento donde se refiere al contrato. De ahí que, el convenio se aplique para

llevar a vía arbitral las controversias que slae deriven del contrato principal. En la

segunda modalidad, el convenio está en el contrato principal. Por último, en la

tercera modalidad, el convenio no es producto de una negociación, sino que al

adherirse a un contrato, se acepta las cláusulas impuestas por una de las partes,

incluida la cláusula que contiene al convenio arbitral. No se acepta esta tesis

consistente en elaborar una clasificación de las distintas modalidades en que se

puede formalizar un convenio arbitral, ya que se centra en stricto sensu en un


convenio escrito que considera dicho término como “escritura en un documento”.

Así, se deja de lado lo realmente importante: la voluntad de las partes de ir a un

proceso arbitral, la cual -como se ha mencionado- trasciende a un simple

documento. (García, S.F, p.87)

PARTES DEL CONVENIO. Huamaní (2016) Al ser un acuerdo de voluntades

entre dos partes, el convenio arbitral se considera como un contrato, y en tal sentido,

se aplicarán los Principios Contractuales, tales como: Autonomía Privada, Pacta

Sunt Servanda, Efecto relativo del Contrato. Sus requisitos son: Consentimiento,

Capacidad Jurídica (Arbitrabilidad Subjetiva), Materia Arbitral (Arbitrabilidad

Objetiva).

Consentimiento, Es la manifestación de voluntad expresa de las partes en querer

someter una controversia, suscitada de su relación jurídica, vía arbitraje. ¿Puede

darse un convenio arbitral por manifestación tácita?

Capacidad Jurídica (Arbitrabilidad Subjetiva), Para la celebración de un convenio

arbitral, las partes deben contar con la plena capacidad de contratar. Persona

Natural: Mayor de 18 años. Excepciones art. 43 y 44 del Código Civil, Persona

Jurídica: Representante Legal

Materia Arbitral (Arbitrabilidad Objetiva), “Pueden someterse a arbitraje las

controversias sobre materias de libre disposición conforme a derecho, así como

aquellas que la ley o los tratados o acuerdos internacionales autoricen” (Ley de

Arbitraje. Artículo 2°, inciso 1).

a. MATERIAS ARBITRALES,

La arbitrabilidad o la identificación de las materias o controversias que pueden

ser sometidas a arbitraje es potestad de cada estado. Así, la Ley Modelo de la

CNUDMI2 , en su art. 1(5) deja a cada estado la facultad de regular los asuntos
que considere arbitrables Tradicionalmente el arbitraje ha sido concebido como

una institución jurídica heterocompositiva, en virtud de la cual una tercera

persona, objetiva e imparcial, nombrada por las partes mediante convenio,

resuelve en base a una potestad específica el conflicto intersubjetivo de intereses

jurídicos, en caso de ser la materia susceptible de libre disposición por las

personas afectadas por la discrepancia. Esta concepción subyacía en el art. 1 de

la derogada ley 26572, Ley General de Arbitraje, de acuerdo a la cual se podía

someter a arbitraje las controversias sobre las que las partes tuvieran la facultad

de libre disposición y las concernientes a materia ambiental. Aparte del

problema que planteaba la inclusión de la materia ambiental como arbitrable.

(Carnero, 2010, p.3) Materia arbitrable en la Ley General de Arbitraje, Ley n.º

26572 En nuestro ordenamiento jurídico, el concepto de arbitrabilidad estaba

regulado por el artículo 1 de la Ley General de Arbitraje, precepto que acogía

la teoría de la libre disposición y el criterio negativo. En efecto, el artículo1 de

Ley General de Arbitraje, Ley n.º 26572, establecía lo siguiente:

Artículo 1.«Disposición general.- Pueden someterse a arbitraje las controversias

determinadas o determinables sobre las cuales las partes tienen facultad de libre

disposición, así como aquellas relativas a materia ambiental, pudiendo

extinguirse respecto de ellas el proceso judicial existente o evitando el que

podría promoverse; excepto: 1. Las que versan sobre el estado o la capacidad

civil de las personas, ni las relativas a bienes o derechos de incapaces sin la

previa autorización judicial. 2. Aquellas sobre las que ha recaído resolución

judicial firme, salvo las consecuencias patrimoniales que surjan de su ejecución,

en cuanto conciernan exclusivamente a las partes del proceso.

b. EFECTOS DEL CONVENIO ARBITRAL,


El convenio arbitral es un contrato no formal, que se perfecciona por el mero

consentimiento según el régimen general de los contratos, y no sinalagmático,

como demuestra la existencia y validez del pacto compromisorio asimétrico. El

convenio arbitral produce efectos procesales, y es de hecho paradigma de

contrato procesal, categoría germánica.

EFECTO POSITIVO.

Consiste en la obligación de las partes de someter a arbitraje las controversias

que hayan surgido o puedan surgir de una determinada relación jurídica, así

como la obligación de cumplir la decisión de los árbitros. El convenio arbitral,

como contrato que obliga a las partes a cumplir lo estipulado. No otra cosa

significa la expresión defecto positivo, concreción en este ámbito del principio

pacta sunt servanda. El contrato entre las partes y los árbitros. Y esa atribución

de competencia puede no tener lugar nunca: tal ser de ordinario la intención de

las partes: que la relación jurídica comprometida se desenvuelva sin litigio

alguno. Para ser riguroso, pues, el análisis del contenido del efecto positivo del

convenio arbitral debe orillar el eventual procedimiento arbitral y centrarse en

la naturaleza y contenido de los derechos y obligaciones que cada uno de los

comprometientes adquieren con el propio convenio, con independencia de si el

procedimiento arbitral llega o no a incoarse nunca. Pues bien, la obligación

compromisoria incluye, ante todo, un deber de carácter puramente negativo:

abstenerse de acudir a la jurisdicción del Estado para resolver las controversias

sometidas a arbitraje.

EFECTO NEGATIVO.

Se traduce en la prohibición a los órganos de la jurisdicción estática de conocer

tales cuestiones. Según nuestra Ley general de arbitraje el contenido del


convenio arbitral obliga a las partes a estar y pasar por lo estipulado (efecto

positivo) y al mismo tiempo impide a juzgados y salas conocer de las

controversias sometidas a arbitraje siempre que la parte a quien interese invoque

la existencia del convenio. El resultado final que se logra es el propio de un

efecto puramente cronológico, positivo y no jerárquico en orden a evitar que

juzgados y salas asuman una competencia que con anterioridad las partes han

excluido al suscribir el convenio arbitral, provocando sobre el régimen jurídico

de los actos procesales tramitados ante los órganos jurisdiccionales la nulidad

de todos ellos.

VI. PROCEDIMIENTO ARBITRAL

1. DEFINICIÓN:

 Según el (CCL), Señala que el procedimiento arbitral, es una herramienta

muy óptima para solucionar una controversia porque nos evita transcurrir a

las instancias judiciales. el tema del arbitraje es evaluar los costos de un

contrato, como también introducir si es que es necesario una clausula arbitral

dentro de ello.

 Asimismo, este procedimiento no está regido a los litigios civiles o

mercantiles, este se rige por los tribunales nacionales; por otro lado, las partes

pueden ser aplicables a un conjunto de normas preexistentes o redactadas por

ellos mismos; sin embargo, si las partes no se ponen de acuerdo en su

problema caótico, el tribunal arbitral regulara el procedimiento más

favorable.

 Todos esos aspectos de que, si uno ha cumplido o no un contrato, de acuerdo

a lo que diga específicamente el contrato sobre temas de pago, de hacer

determinadas prestaciones o ejecutar determinadas acciones, y la discusión


sobre si se cumplió los términos establecidos en el contrato y eventualmente

si es de tal importancia que una de las partes decida resolver el contrato, toda

esa discusión finalmente se traslada a un tribunal arbitral.

 En caso de una contratación comercial lo más usual es la falta de pago o de

alguna de las obligaciones establecidas en el contrato.

2. PLAZOS:

 Los plazos se computan por 10 días hábiles, salvo que expresamente se señale

que son días calendario.1 Son inhábiles los días domingo, sábado y feriados

no laborables, así como los días de duelo nacional no laborable declarados

por el Poder Ejecutivo. Excepcionalmente, los árbitros podrán habilitar,

previa notificación a las partes, días inhábiles para la actuación de

determinadas actuaciones.

 Las partes pueden renunciar al arbitraje mediante convenio expreso. Se

entiende que existe renuncia tácita cuando se hubiera interpuesto demanda

por una de las partes y el demandado no invoca la excepción arbitral dentro

de los plazos previstos para cada proceso.

3. REGLAS:

El Procedimiento Arbitral se sujeta a las reglas siguientes:

1. La parte que formula su pretensión ante los árbitros deberá hacerlo dentro

de los ocho (8) días de notificada de la instalación del tribunal arbitral,

debiendo ofrecer al mismo tiempo las pruebas que la sustenten.

1
Ley General de Arbitraje
Luego de recibida la pretensión, se citará al demandado para que en el plazo

de ocho (8) días manifieste lo que convenga a su derecho y ofrezca las

pruebas correspondientes. Si se formula reconvención, los árbitros correrán

traslado a la otra parte por igual plazo.

2. Si la parte no cumple con formular su pretensión con arreglo al primer

párrafo del inciso anterior, los árbitros procederán a notificar a la otra parte

para que dentro de igual plazo proceda a formular su pretensión con arreglo

al párrafo anterior. Vencido el plazo sin que la otra parte formule su

pretensión, los árbitros darán por terminadas las actuaciones arbitrales.

En caso la otra parte formule su pretensión a que se hace referencia en el

párrafo anterior, será de aplicación en segundo párrafo del inciso anterior,

no siendo procedente en este caso la reconvención.

3. Si alguna de las partes no cumpliera con absolver los trámites que le

corresponden dentro de los plazos previstos en los incisos 1 y 2, los árbitros

continuarán las actuaciones, sin que dicha omisión se considere como una

aceptación de las alegaciones de la otra parte.

4. Vencidos los plazos indicados en los párrafos anteriores, los árbitros

citarán a las partes a una audiencia de conciliación dentro de los diez (10)

días siguientes. La audiencia tendrá por finalidad propiciar un arreglo entre

las partes o esclarecer, entre otros aspectos, las pretensiones de las partes,

la existencia de hechos controvertidos y toda otra cuestión que sea necesario

precisar para un mejor desarrollo del arbitraje. En defecto de lo anterior,

corresponderá resolver la oposición a que se refiere el Artículo 39, si los

árbitros lo consideran pertinente. Lo actuado constará en un acta.


5. Los medios probatorios se actúan en una o más audiencias dentro de un

plazo que no podrá exceder de quince (15) días.

6. Actuados los medios probatorios, los árbitros pueden solicitar a las partes

un resumen escrito de sus alegaciones.

7. Como directores del proceso los árbitros deben velar para que el mismo se

desarrolle bajo los principios de celeridad, inmediación, privacidad,

concentración y economía procesal, posibilitando la adecuada defensa de

las partes.

VII. LAUDO ARBITRAL

1. DEFINICIÓN:

Es la decisión final que concluye el juicio arbitral, asimismo esta decisión la

decisión lo expide un Tribunal Arbitral o Árbitro Único, con la que se resuelve

una controversia, la misma que, de no interponerse recurso de anulación,

adquiere la calidad de cosa juzgada por lo que se tiene el mismo valor que una

sentencia. Esta figura resolutiva, independiente del poder Judicial, tiene

presencia en casi todas las civilizaciones con alcances que van más allá del

propio funcionamiento económico y mercantil. El mecanismo que articula la

consecución de un laudo arbitral se regula mediante el arbitraje.

El laudo posee una doble proyección:

 Formal: que afecta la obligación de ser pronunciado por escrito

 Material: que obliga a tener en cuenta que el laudo arbitral debe tener un

determinado contenido sustantivo: la exigencia de motivación, la cual

importa no solo una exigencia técnica, sino además el fundamento mismo


de la legitimidad de los árbitros, permitiendo la interdicción de la

arbitrariedad de la decisión, como el control posterior.

2. REQUISITOS:

El laudo de derecho debe contener:

1. Lugar y fecha de expedición.

2. Nombre de las partes y de los árbitros

3. La cuestión sometida a arbitraje y una sumaria referencia de las alegaciones

y conclusiones de las partes.

4. Valoración de las pruebas en que se sustente la decisión.

5. Fundamentos de hecho y de derecho para admitir o rechazar las respectivas

pretensiones y defensas.

6. La decisión.

3. PLAZOS:

El laudo se notificará a las partes dentro de los cinco (5) días de emitido.

 A solicitud de parte, formulada dentro de los cinco (5) días posteriores a la

notificación, o por propia iniciativa de los árbitros dentro del mismo plazo,

éstos pueden corregir errores materiales, numéricos, de cálculo, tipográfico

y de naturaleza similar. Dentro del plazo indicado en el párrafo anterior, los

árbitros pueden también integrar el laudo si se hubiese omitido resolver

alguno de los puntos materia de controversia. La corrección, y en su caso la

integración se hará por escrito dentro de los cinco (5) días siguientes a la

recepción de la solicitud.

4. RECURSOS:
i. Recurso de Apelación

Procede la interposición del recurso de apelación ante el Poder Judicial

o ante una segunda instancia arbitral, cuando se hubiere pactado su

admisibilidad en el convenio arbitral o si está previsto en el reglamento

arbitral de la institución arbitral a la que las partes hubieran sometido su

controversia. A falta de acuerdo expreso o en caso de duda, se entiende

que las partes han pactado el recurso de apelación ante una segunda

instancia arbitral. El recurso de apelación tiene por objeto la revisión del

laudo respecto de la apreciación de los fundamentos de las partes, de la

prueba y, en su caso, aplicación e interpretación del derecho, y se

resuelve confirmando o revocando total o parcialmente el laudo. Contra

los laudos de conciencia no procede recurso de apelación.

ii. Recurso de anulación

Contra los laudos arbitrales dictados en una sola instancia o contra los

laudos arbitrales de segunda instancia, procede sólo la interposición del

recurso de anulación ante el Poder Judicial por las causales

taxativamente establecidas en el Artículo 73. El recurso tiene por objeto

la revisión de su validez, sin entrar al fondo de la controversia, y se

resuelve declarando su validez o su nulidad. Está prohibido, bajo

responsabilidad, la revisión del fondo de la controversia.


VIII. SUPERINTENDENCIA NACIONAL DE SERVICIOS Y SANEAMIENTO-

SUNASS

1. Estructura orgánica (organización)

El Consejo Directivo es el órgano de dirección máximo de la Sunnas. Está

integrado por cinco miembros designados de acuerdo a lo dispuesto en el

Artículo 6º de la Ley Nº 27332.

El Consejo Directivo elegirá dentro de sus miembros a su vicepresidente

Las funciones de Consejo Directivo son las siguientes:

 Aprobar la política general de la Sunnas.

 Expedir normas y resoluciones de carácter general o particular, en

materias de su competencia.

 Proponer la expedición de normas que contribuyan al cumplimiento de sus

fines.

 Aprobar el régimen tarifario que corresponda dictar a la Sunnas de

acuerdo a la normatividad vigente.

 Aprobar la enajenación, permuta, compra, otorgamiento de promesas de

compraventa, garantías, otorgamiento de préstamos y adjudicación de

bienes de la Sunnas en pago de deudas.

 Aprobar los planes y el presupuesto institucional, así como los criterios de

inversión y asignación de recursos.

 Aprobar la política de administración, personal, finanzas y otras de

gestión.
 Aprobar la contratación, promoción, suspensión o remoción de los

gerentes y funcionarios de niveles equivalentes.

 Aprobar y modificar la organización interna de la Sunnas.

 Aprobar la memoria anual, los estados financieros y el plan anual de

control.

 Aprobar los convenios y gestiones de carácter institucional que se requiera

para el cumplimiento de sus fines.

 Designar a su vicepresidente nombrar y remover al Gerente General.

 Promover la transparencia en la emisión de normas.

 Resolver en segunda instancia, en vías de apelación los asuntos que

resuelva la Gerencia General en uso de su función supervisora,

fiscalizadora y sancionadora.

 Las demás que correspondan, de acuerdo a la normatividad vigente.


2. Nuevas funciones:

Como parte de una política del Gobierno Nacional, para lograr alcanzar la

cobertura universal de los servicios para el año 2021, SUNASS inició su proceso

de desconcentración de supervisión y regulación a los prestadores de servicios

de saneamiento en las regiones donde reforzará las acciones de regulación,

supervisión, orientación, comunicación y gestión del ámbito de la prestación.


SUNASS trabajará para que los prestadores de los servicios de saneamiento

participen de manera activa en la gestión integral del recurso hídrico,

promoviendo el cuidado de las fuentes y el ciclo integral del agua.

Progresivamente se supervisará el adecuado abastecimiento de Agua Segura en

todas las localidades de las 24 regiones de nuestro país, trabajando desde el

campo para la mejora de la gestión de las EPS, prestadores públicos, privados o

mixtos y con otros proveedores organizados del servicio de agua.

3. Marco normativo

 Decreto Legislativo N° 1280.- Decreto Legislativo que aprueba la Ley

Marco de la Gestión y Prestación de los Servicios de Saneamiento (29 de

diciembre de 2016).

 Decreto Legislativo N° 1357.- Decreto Legislativo que Modifica el Decreto

Legislativo Nº1280, que Aprueba la Ley Marco de la Gestión y Prestación

de los Servicios de Saneamiento (21 de julio de 2018).

 Decreto Supremo N° 19-2017-VIVIENDA. - Decreto Supremo que aprueba

el Reglamento del Decreto Legislativo N°1280, Decreto Legislativo que

aprueba la Ley Marco de la Gestión y Prestación de los Servicios de

Saneamiento. (26 de junio de 2017).

 Decreto Supremo Nº 008-2018-VIVIENDA. - Decreto Supremo que

modifica el Reglamento del Decreto Legislativo N° 1280, Decreto

Legislativo que aprueba la Ley Marco de la Gestión y Prestación de los

Servicios de Saneamiento, aprobado por Decreto Supremo N° 019-2017-

VIVIENDA. (20/mayo/2018)
 Decreto Supremo Nº 001-2019-VIVIENDA. - Decreto Supremo que

modifica el Reglamento del Decreto Legislativo Nº 1280, Decreto

Legislativo que aprueba la Ley Marco de la Gestión y Prestación de los

Servicios de Saneamiento, aprobado por Decreto Supremo Nº 019-2017-

VIVIENDA(1/enero/2019).

 Ley N° 28870.- Ley para Optimizar la Gestión de las Entidades Prestadoras

de Servicios de Saneamiento (2 de agosto de 2006).

 Decreto Supremo N° 21-2017-VIIVENDA. - Decreto Supremo que aprueba

el Reglamento de la Ley Nº 29740, Ley Complementaria del artículo 1 de

la Ley Nº 28870, Ley para Optimizar la Gestión de las Entidades

Prestadoras de Servicios de Saneamiento (16 de julio de 2017).

 Ley N° 29740.- Ley complementaria del artículo 1 de la Ley N° 28870, Ley

para Optimizar la Gestión de las Entidades Prestadoras de Servicios de

Saneamiento (9 de julio de 2011).

 Decreto Legislativo N° 1284.- Decreto Legislativo que crea el Fondo de

Inversión Agua Segura (29 de diciembre de 2016).

 Decreto Legislativo N° 1285.- Decreto Legislativo que modifica el artículo

79 de la Ley N° 29338, Ley de Recursos Hídricos y establece disposiciones

para la adecuación progresiva a la autorización de vertimientos y a los

instrumentos de gestión empresarial (29 de diciembre de 2016).

 Decreto Legislativo N° 1286.- Decreto Legislativo que modifica el Decreto

Legislativo N° 776, Ley de Tributación Municipal (29 de diciembre de

2016).
 Decreto Legislativo N° 1287.- Decreto Legislativo que modifica la Ley

N°29090, Ley de Regulación de Habilitaciones Urbanas y de Edificaciones

(29 de diciembre de 2016).

 Decreto Supremo N° 007-2017-VIVIENDA. - Decreto Supremo que

aprueba la Política Nacional de Saneamiento (30 de marzo de 2017).

 Decreto Supremo Nº 010-2019-VIVIENDA. -Decreto Supremo que

aprueba el Reglamento de Valores Máximos Admisibles (VMA) para las

descargas de aguas residuales no domésticas en el sistema de alcantarillado

sanitario (11/marzo/2019).

 Decreto Supremo N° 014-2019-VIVIENDA. - Decreto Supremo que

modifica el Decreto Supremo N° 010-2019-VIVIENDA, que aprueba el

Reglamento de Valores Máximos Admisibles (VMA) para las descargas de

aguas residuales no domésticas en el sistema de alcantarillado sanitario

(3/abril/2019).

 Decreto Supremo N° 023-2005-VIVIENDA. - Texto Único Ordenado del

Reglamento de la Ley N° 26338 (1 de diciembre de 2005). DEROGADO.

 Decreto Supremo N° 013-2016-VIVIENDA. - Aprueban el Reglamento de

la Ley N° 30045, Ley de Modernización de los Servicios de Saneamiento

(24 de julio de 2016). DEROGADO.

 Ley N° 26338.- Ley General de Servicios de Saneamiento (24 de julio de

1994). DEROGADA.

 Ley N° 30045. Ley de Modernización de los servicios de

saneamiento(18/junio/2013). DEROGADA. Excepto el artículo 3°.


 Decreto Ley N°25965. Crean la Superintendencia Nacional de Servicios de

Saneamiento

(19/diciembre/1992).

 Decreto Supremo N° 017-2001-PCM. Aprueban el Reglamento General de

la Superintendencia Nacional de Servicios de Saneamiento

(21/febrero/2001).

 Decreto Supremo N° 023-2002-PCM. Modifican el Reglamento General de

la Superintendencia Nacional de Servicios de Saneamiento (14/abril/2002).

 Aprueban directiva sobre el Procedimiento para el ingreso de Personal a la

SUNASS. Resolución de Gerencia General N° 104-2008-SUNASS-GG (6

de octubre de 2008).

 Aprueban Directiva para el ingreso, determinación, registro y resguardo de

la información confidencial. Resolución de Consejo Directivo N° 033-

2014-SUNASS-CD(17de diciembre del2014).Exposición de motivos.

Decreto Supremo N° 006-2017-PCM. Decreto Supremo que aprueba la

Política Nacional de Protección y Defensa del Consumidor (27 de enero de

2017).

4. Misión

Regular, supervisar y fiscalizar el desarrollo del mercado de servicios de agua

potable y alcantarillado, así como resolver los conflictos derivados de éstos,

actuando con autonomía, imparcialidad y eficiencia, con la finalidad de

incentivar la mejora de la calidad de los servicios y cobertura de los servicios.

5. Visión
Organismo regulador líder, transparente e imparcial que actuando con solvencia

técnica promueve el acceso a servicios de agua potable y alcantarillado

eficientes y de calidad.

Ser el organismo regulador legitimado a nivel nacional y líder en Latinoamérica

que, actuando de manera técnica e imparcial, contribuye a la prestación

eficiente, equitativa, sostenible y de calidad de los servicios de agua potable y

saneamiento.

6. Objetivos:

i. Objetivo General:

Brindar conocimientos técnicos y prácticos relacionados a la

organización, regulación y supervisión de los servicios de saneamiento,

con la finalidad de proporcionar una especialización a estudiantes y

egresados interesados en desarrollar su actividad profesional en el

sector.

ii. Objetivos específicos:

 Otorgar a los participantes herramientas y métodos de naturaleza

económica, técnica y legal.

 Dar a conocer las funciones y el rol que desempeña la SUNASS en la

comunidad, difundiendo además su experiencia regulatoria.

 Enseñar las nuevas tecnologías de los servicios de saneamiento, su

implementación y las perspectivas de su aplicación en el país.

 Promover el interés profesional y académico de los estudiantes

universitarios y recién egresados en el desarrollo del sector.


IX. CONCLUSIONES

En conclusión, el arbitraje es una forma de resolver un conflicto sin acudir a la

jurisdicción ordinaria. Aquí las partes, de mutuo acuerdo, deciden nombrar a un tercero

independiente, denominado árbitro, o a un tribunal arbitral, que será el encargado de

resolver el conflicto. Esto aparece como respuesta a la deficiente administración de

justicia por parte del estado a través de sus organismos administradores de justicia.

Por otro lado, podemos concluir diciendo que el arbitraje internacional se puede utilizar

para resolver cualquier controversia que se considera que es “arbitrables,” un término

cuyo alcance varía de Estado a Estado, sino que incluye la mayoría de las disputas

comerciales.

Además, es importante mencionar que la resolución adoptada por los árbitros se

denomina laudo arbitral y tiene eficacia de cosa juzgada, pudiendo ser ejecutables de

manera forzosa por los tribunales de justicia.

Por último, la Superintendencia Nacional de Servicios de Saneamiento-SUNASS se

encarga de Regular, supervisar y fiscalizar el desarrollo del mercado de servicios de

agua potable y alcantarillado, así como resolver los conflictos derivados de éstos,

actuando con autonomía, imparcialidad y eficiencia, con la finalidad de incentivar la

mejora de la calidad de los servicios y cobertura de los servicios.


X. LISTA DE REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

BENETTI SALGAR, J. J. (2009). El Arbitraje en el Derecho Colombiano. Colombia:

Cámara de Comercio de Bogotá.

Castillo, F. (2012). Arbitraje y Constitución. Lima, Perú: Palestra Editores S.A.C

CONSTITUCIÓN PERUANA 1993

DEL ÁGUILA RUIZ DE SOMOCURCIO, P. (2005). “Arbitraje Institucional o

Arbitraje Ad Hoc ¿He Ahí el Dilema?, Revista Peruana de Arbitraje, N° 1,

año 2005, página 235. Arbitraje PUCP 14 Revista de Arbitraje.

Dunshee de Abranches, C. A. (1974). Arbitraje Comercial Internacional. Río de Janeiro,

Brazil: Instituto Rio Branco.

Guzmán, L. (2016). Diferencias entre arbitraje Nacional e internacional. Recuperado

de:

http://habilidadesdenegocioacionpoli1.blogspot.com/2016/04/diferencias-

entre-arbitraje-nacional-e.html

http://www2.congreso.gob.pe/sicr/cendocbib/con4_uibd.nsf/E9E0482DDFC712990525

7E2A0073E4C1/$FILE/Enacarnero.pdf

https://conciliacionarbitrajeperu.blogspot.com/2014/12/caracteristicas-del-arbitraje.html

https://definicion.de/arbitraje/

https://revistas.ulima.edu.pe/index.php/Athina/article/viewFile/1160/1114

https://revistas.ulima.edu.pe/index.php/Athina/article/viewFile/1160/1114
https://www.convenioarbitral.com/trabajos82/convenio-arbitral/convenio-

arbitral2.shtml

https://www.minjus.gob.pe/wp-content/uploads/2017/06/007_Reflexiones-sobre-el-

convenio-arbitral-en-el-derecho-peruano-Carlos-Alberto-Matheus-

L%C3%B3pez.pdf

https://www.minjus.gob.pe/wp-content/uploads/2017/06/Convenio-Arbitral-Juan-

Huaman%C3%AD-Ch%C3%A1vez.pdf

https://www.sunass.gob.pe/websunass/index.php/sunass/quienes-somos/organizacion

Ley general del Arbitraje

LEZCANO MIRANDA, M. E. (2016). Arbitraje Nacional e Internacional. Medellín,

Colombia: Fondo Editorial Fundación Universitaria Autónoma de las

Américas.

Medina, R. (2014). Características del arbitraje. Perú. Recuperado de:

Osterling, F. (2005). El Arbitraje Nacional e Internacional en el Perú. Lima, Perú:

disponible online.

Pineda, N. (2017). El arbitraje comercial en Colombia - pacto arbitral en el estatuto de

arbitraje nacional e internacional frente a la jurisdicción ordinaria a partir

del código general del proceso. Bogotá, Colombia: UNIVERSIDAD

MILITAR NUEVA GRANADA

Quintana, E. A. (S. F.). Marco Jurídico del arbitraje nacional e internacional. Mexico:

UNAM.
Stein, C. (2016). Aspectos relevantes del arbitraje. Recuperado de:

https://www.minjus.gob.pe/wp-content/uploads/2017/04/ASPECTOS-

RELEVANTES-ARBITRAJE-CHRISTIAN-STEIN.pdf

Zapata, Y., Calderón, A., Chura, M. y Mamani, J. (2017). Clases de arbitraje. Arequipa,

Perú: Universidad José Carlos Mariátegui.

Potrebbero piacerti anche