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“He aquí yo vengo pronto, y mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno según sea su obra.

” Apocalipsis 22:12)
«¡Pongan atención! ¡Yo vengo pronto! Y traigo el premio que le daré a cada persona, de acuerdo con lo que
haya hecho. Biblia en lenguaje Actual.
'¡Miren que vengo pronto! Traigo conmigo mi recompensa, y le pagaré a cada uno según lo que haya hecho.
NVI.
El texto que acabo de leer, forma parte del epílogo del libro. El cierre de la revelación de Jesucristo.
Las primeras palabras “He aquí yo vengo pronto” han sido registradas tres veces en este capítulo, V.7, 12 y 20.
De la segunda nos ocuparemos en esta ocasión.
Estas palabras fueron pronunciadas por el Cristo resucitado, el divino Redentor a su iglesia amada.

1.- He aquí yo vengo pronto”.

Reina Valera traduce por “He aquí”, Literalmente es ¡mira! para saborear mejor el significado del texto es
tomarlo como está en el texto griego, porque es una expresión singular en segunda persona, dada para interesar
o motivar a los oyentes, que pongan mucha atención y oído de lo importante que está por anunciar. ¿Qué está
por anunciar?

Vengo pronto. regreso, vengo. es un adverbio de tiempo y señala que la acción es
en seguida o pronto. Estas palabras son una advertencia de un modo enfático, como si dijera: mira, vengo en
seguida. Es también una promesa que llegará o se hará presente prontamente. Jesucristo anunció su inminente
regreso, que pronto descenderá desde la diestra del Padre hacia la tierra, él está preparado, listo, dispuesto
para descender y aparecerse a los hombres por segunda vez. El día está señalado y Cristo quiso que su iglesia
estuviéra persuadida de esto, han pasado más de dos mil años, por tanto, esa venida está más cerca desde el
día en que fue pronunciado. Los cristianos en los días de Juan debían de vivir bajo el serio y saludable
pensamiento que el tiempo está cerca. La iglesia en la era apostólica tenían la certeza que Jesucristo volvería
en cualquier momento, el apóstol Pablo dijo: “de tal manera que nada os falta en ningún don, esperando la
manifestación de nuestro Señor Jesucristo” (1ª Corintios 1:7). “aguardando la esperanza bienaventurada y
la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo.” (Tito 2:13). “Y ahora, hijitos,
permaneced en él, para que cuando se manifieste, tengamos confianza, para que en su venida no nos
alejemos de él avergonzados.” (1ª Juan 2:28). Las palabras de Cristo están impregnadas de urgencia: He
aquí yo vengo pronto”. Se nos asegura la certeza y la proximidad del cumplimiento de su palabra.

El señor Jesucristo quiere que tú y yo estemos atentos, que prestemos oído e interés a sus palabras. ¿Hay
entre nosotros que diga, estoy listo y lo estoy esperando? Falta poco para que suenen las trompetas en el
cielo. Sino has prestado interés a su palabra ¿En que situación te pone el texto? Estás en problemas muy
serios. El texto que precede al que estamos considerando dice: El que es injusto, sea injusto todavía; y el
que es inmundo, sea inmundo todavía; y el que es justo, practique la justicia todavía; y el que es santo,
santifíquese todavía.” (V.11) La venida de Cristo afectará al vil y al malvado, al justo, al cristiano. Este
último debe esperar el regreso de su salvador y apresurarse a llevar acabo su misión aquí y ahora.

¿Por qué tienes que apresurarte en llevar a cabo tu misión? Porque Cristo en su venida trae galardón. El
texto griego dice: Y el galardón conmigo. el término mistós: recompensa, galardón, salario.

Cristo habla como el gran mayordomo que llama a todos sus jornaleros a la caída de la tarde del mundo para que reciban
su salario. La palabra mistos se usaba para referirse al pago de una retribución pactada como consecuencia de un trabajo
hecho. Las recompensas de los creyentes se basarán en la fidelidad en servir a Cristo en esta vida. Se probarán sus obras
y sobrevivirán solo aquellos con valor eterno.

Cristo trae galardón para recompensar a cada uno. El término ἀποδοῦναι Pagar, devolver.

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El apóstol Pablo dijo: “Porque nosotros somos colaboradores de Dios, y vosotros sois labranza de Dios, edificio
de Dios. Conforme a la gracia de Dios que me ha sido dada, yo como perito arquitecto puse el fundamento,
y otro edifica encima; pero cada uno mire cómo sobreedifica. Porque nadie puede poner otro fundamento
que el que está puesto, el cual es Jesucristo. Y si sobre este fundamento alguno edificare oro, plata, piedras
preciosas, madera, heno, hojarasca, la obra de cada uno se hará manifiesta; porque el día la declarará,
pues por el fuego será revelada; y la obra de cada uno cuál sea, el fuego la probará. Si permaneciere la
obra de alguno que sobreedificó, recibirá recompensa. Si la obra de alguno se quemare, él sufrirá pérdida,
si bien él mismo será salvo, aunque así como por fuego.” 1ª Corintios 3:9-15).

Por tanto procuramos también, o ausentes o presentes, serle agradables. Porque es necesario que todos
nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho
mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo. (2ª Corintios 2:9-10.)

Mirad por vosotros mismos, para que no perdáis el fruto de vuestro trabajo, sino que recibáis galardón
completo. 2ª Juan 8.

El conocimiento de que Cristo pudiera venir en cualquier momento a otro no debe de conducir a los cristianos
a esperar ociosamente su venida, más bien debe producir el servicio diligente, obediente y reverente a Dios
y la urgente proclamación del evangelio de a los incrédulos.

La recompensa será dada conforme a lo que cada quien haya hecho en esta vida. Tu yo seremos juzgados
según nuestras obras. Recompensa o galardón será la bendición como justos diligentes. Jesucristo trae tu
salario según tus actos, según tus obras de fe. Para los trabajadores y fieles a Cristo salario de sublimes
recompensas conforme a lo realizado.

¿Qué recibirás tu? Recuerda que las recompensas están en razón de las obras hechas que evidencian la
condición espiritual de quien la recibe. Serás examinado en el tribunal de Cristo. La Biblia dice que: Pero tú,
¿por qué juzgas a tu hermano? O tú también, ¿por qué menosprecias a tu hermano? Porque todos
compareceremos ante el tribunal de Cristo” (Romanos 14:10).

Ese encuentro con Cristo será ineludible porque dice que todos vamos a comparecer públicamente. Una
persona que cree en estas verdades espirituales da evidencias de la clase de vida que vive.

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