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6.

- El enunciado estigmatizante y proceso discriminatorios analizados como conflictos construidos


grupalmente que expresan disputas por el reconocimiento personal y social. Sostiene que estas
disputas atraviesan la sociabilidad de jóvenes en contextos urbanos, formando parte de la
experiencia escolar en un escenario de tensiones entre fragmentación social e inclusión educativa.

La discriminación puede arribar a un grado importante de marginación y exclusión. Al ser


analizada en tanto proceso, y no solo como efecto, puede ser definida como una lógica elusiva que
pretende la jerarquización de algunos, mediante la desvalorización de otros, Beldevere diferencia
a esta forma idiosincratica de discriminación social de la xenofobia y el racismo por la alta
movilidad que adquieren las categorizaciones en nuestro contexto cultural.

Ya que se expresan conflictos referidos a la presencia de categorías sociales que operan


clasificando a los demás desde dos ejes de comparación: lo racial y lo social, estableciéndose estas
polaridades.

Se refiere a la connotación y el uso que le dan los alumnos a la palabra “negro”, ya que no solo se
refiere al color de la piel sino también para categorizar a los otros chicos por su condición social,
por su forma de vestir, la música que escuchan, con el fin de categorizarlos y desvalorizarlos.

Hay una realidad institucional entre establecidos y forasteros y existe debido la procedencia de los
establecidos y los forasteros, o como también se los denominan dentro de la institución los
docentes como los nuestro y los nuevos. Los establecidos se quejaban diciendo que los nuevos no
saben hablar, tienen poco vocabulario, no se les entiende lo que dicen, además se burlan del
modo en que hablan las clases populares de las cuales, los establecidos, se distancian por ser de
mal gusto y mal ambiente. Otro motivo de diferencias era el poder que radicaba en las
trayectorias económicas de las familias de los chicos establecidos. Los forasteros poseían menor
acceso económico, algunos de los cuales trabajaban como delivery o en verdulerías familiares.

Por su parte los establecidos venían desde la primaria en el colegio lo cual les daba según ellos
cierto prestigio en lo académicos por sobre los nuevos. Además eran considerados por muchos
docentes como los verdaderos alumnos representativos de la institución, acrecentando aún más el
conflicto existente y evidenciando la poca inclusión y discriminación también de parte de los
docentes.

Los procesos de discriminación pueden ser entendidos como conflictos por el reconocimiento, es
decir, disputas centradas en la atribución de identidad. En términos más precisos: la
discriminación social supone un reconocimiento desigual y no recíprocamente equivalente entre
actores sociales que ocupan posiciones disimétricas en la estructura social. Por lo tanto implica un
intercambio desigual de bienes de identidad entre los mimos y allí se pueden esperar acciones de
los sujetos para ser reconocidos.

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