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SUPERINTENDENCIA DE SERVICIOS PÚBLICOS DOMICILIARIOS

Bogotá, D.C., Marzo 8 de 2005

CONCEPTO SSPD 0J 2005 – 116

Doctora:

RUBY MILLAN DE RODRIGUEZ

Jefe Departamento de ejecuciones Fiscales

Gerencia Comercial

Emcali

Cam-torre Emcali Piso 2

Cali-Valle del cauca

Ref: Su petición en la modalidad de consulta[1]

Se basa la consulta objeto de estudio en determinar si existe obligación para el arrendatario de pagar las deudas por
servicios públicos domiciliarios dejadas de cancelar, así no tenga una relación contractual directa con la empresa y los
mecanismos legales para hacer exigibles este tipo de obligaciones.

La Oficina Jurídica en Concepto SSPD OJ 2004 – 442 precisó:

1.- DE LA RESPONSABILIDAD DELPROPIETARIO Y DEL ARRENDATARIO POR DEUDAS DE SERVICIOS


PÚBLICOS.

“La Ley 142 de 1994, artículo 130, previó como partes del contrato de servicios públicos a las empresas de servicios
públicos y los usuarios y dispuso que el propietario del inmueble, el suscriptor y los usuarios del servicio son solidarios en
sus obligaciones y derechos en el contrato.[2]

“La norma en cita, que contiene una modalidad de solidaridad pasiva por previsión legal,[3] fue declarada exequible
mediante sentencia C-493 de 1997.

1
“En esta providencia, como ya se advirtió, la Corte Constitucional tuvo en cuenta que la prestación de los servicios
públicos domiciliarios reporta a favor del inmueble beneficios tangibles -no debe olvidarse que se está delante de una
típica obligación propter rem- por lo que la solidaridad resulta no sólo justificada y por ello "lo arbitrario no es vincular al
propietario a la satisfacción de las obligaciones pertinentes sino liberarlo de todas ellas".[4]

“De otro lado la Ley 142 ordenó en el artículo 140 que el incumplimiento del contrato por parte del suscriptor o usuario
(arrendatario) da lugar a la suspensión del servicio en los eventos señalados en las condiciones uniformes del contrato de
servicios públicos y en todo caso la falta de pago por el término que fije la entidad prestadora, sin exceder en todo caso
de tres períodos de facturación.

“La Ley 689 de 2001,[5] que modificó la Ley 142 de 1994, precisa el alcance de la solidaridad entre el propietario, el
suscriptor y el usuario de los servicios públicos. Esta Ley, además de involucrar como solidarios de las obligaciones
surgidas del contrato a los poseedores, dispone que si el usuario o suscriptor incumple su obligación de pagar
oportunamente los servicios facturados dentro del término previsto en el contrato, la empresa de servicios públicos estará
en la obligación de suspender el servicio, y si ésta incumple la obligación de la suspensión del servicio, se romperá la
solidaridad prevista en la norma. (el subrayado es nuestro).

“De esta manera, si la empresa prestadora incumple con lo previsto en la ley sufre dos consecuencias:

1. La primera de ellas es la derivada del contrato de condiciones uniformes y que se traduce en la ruptura de la
solidaridad.

2. La segunda, es la de verse sometida a la imposición de eventuales sanciones por parte de esta Superintendencia por
inobservancia de las normas a que deben estar sujetas de acuerdo a lo establecido en el artículo 81 de la Ley 142 de
1994.

“A lo anterior hay que agregar que de conformidad con el artículo 143 de la Ley 142 para que la empresa restablezca el
servicio cuando la causa es imputable al suscriptor o usuario, éste debe eliminar la causa que ocasionó la suspensión o
el corte. Si la empresa restablece el servicio sin que el usuario elimine las causas de la suspensión o el corte, el
propietario del inmueble no será solidario de las obligaciones que se causen a partir de tal restablecimiento y en
consecuencia no estaría obligado al pago del servicio que se preste con posterioridad al rompimiento de la solidaridad.

“La razón de la disposición radica en la necesidad de precisar los alcances de la solidaridad, buscando la equidad entre
los beneficios que recibe el propietario o poseedor del inmueble y las cargas que le devienen del contrato, así como la
garantía que la solidaridad reporta a la empresa y el requerimiento de su diligencia en el cumplimiento de sus
obligaciones. De esta forma la disposición está enderezada a evitar que los prestadores trasladen su ineficiencia a los
propietarios y poseedores de los inmuebles.[6]”

En este sentido, la solidaridad se rompe si la empresa no suspende el servicio dentro del término previsto en el contrato
de condiciones uniformes, el cual no excederá de dos periodos de facturación, en el evento den que esta sea bimestral
en términos del artículo 140 de la Ley 142 de 1994 o de tres periodos cuando sea mensual.

2
Ahora bien, para efectos del pago , la empresa podrá perseguir al propietario y al usuario (arrendatario) por el periodo
señalado en el párrafo anterior y en el evento en que no suspendió el servicio, al romperse la solidaridad, sólo podrá
perseguir al usuario (arrendatario) por los periodos posteriores.

En el evento en que el propietario (arrendador) pague las sumas de que es solidario, podrá perseguir al arrendatario en
acción de repetición ante los jueces civiles competentes.

Así mismo debe recordarse que el artículo 15 de la Ley 820 de 2003, norma que entró en vigencia el 10 de julio de 2004,
se establece una excepción a la solidaridad en materia de servicios públicos para los inmuebles urbanos destinados a
vivienda, de manera que el inmueble no quedará afecto al pago de los servicios públicos, ni el arrendador estará obligado
a su pago, si el arrendatario constituye las garantías necesarias.

Finalmente, es preciso aclarar que el arrendatario, en virtud de lo previsto en el numeral 14.33 de la Ley 142 de 1994 es
un usuario, al ser receptor o consumidor del servicio y, en consecuencia, le son aplicables las cláusulas de los
respectivos contratos de servicios públicos de las empresas prestadoras (Artículo 128 ibídem). Siendo ello así, la
empresa está facultada para cobrarle solidariamente el pago del respectivo servicio, tanto al propietario como al
arrendatario del inmueble, en los términos reseñados en el presente concepto.

2.- FORMA DE HACER EXIGIBLES LAS OBLIGACIONES ECONÓMICAS DERIVADAS DE LA PRESTACIÓN DE


SERVICIOS PÚBLICOS DOMICILIARIOS EN LAS E.IC.E.

¡) Naturaleza de la Jurisdicción Coactiva en las EICE prestadoras de servicios públicos domiciliarios.

La facultad exorbitante del Estado de cobrar sus propias obligaciones, conocida como Jurisdicción Coactiva, fue otorgada
inicialmente por el artículo 112 de la Ley 6ª de 1992 a las entidades del Estado del orden nacional. Después de expedido
el artículo 130 de la Ley 142 de 1994, modificado posteriormente por el artículo 18 de la Ley 689 de 2001, dicha facultad
se hizo extensiva a las empresas industriales y comerciales del estado, cuya actividad sea la prestación de servicios
públicos domiciliarios.

En este contexto, las EICE al ejecutar sus propias obligaciones deben observar los trámites del proceso ejecutivo de
mayor, menor o mínima cuantía, según sea el caso[7], tal y como lo preceptúa el artículo 561 del Código de
Procedimiento Civil.

Para la creación de un grupo de trabajo que se encargue de ejercer la Jurisdicción Coactiva en las EICE, su
representante legal deberá expedir un acto administrativo en tal sentido o puede asignar tales funciones de cobro a la
Oficina Jurídica del respectivo organismo o a la dependencia que haga sus veces, tal y como lo prevé el artículo 1 del

3
Decreto No. 2174 de 1992[8]

¡¡) Normas que regulan el recaudo de obligaciones derivadas de la prestación de servicios públicos domiciliarios
por medio de la Jurisdicción Coactiva.

Los títulos que prestan mérito ejecutivo por Jurisdicción Coactiva se encuentran taxativamente descritos en los artículos
68 y 79 del C.C.A. y deben reunir todos los requisitos necesarios para la conformación del título ejecutivo como son que
conste en un documento y que contenga obligaciones claras expresas y exigibles[9],

Así mismo, para el cobro ejecutivo de las sumas derivadas del no pago de las facturas de servicios públicos, de
conformidad con el artículo 130 de la Ley 142 de 1994, modificado por el artículo 18 de la Ley 689 de 2001, se requiere la
factura y demás documentos necesarios para soportarla en caso de ser necesario y la firma del representante legal en el
cuerpo de la misma.

Cabe advertir que de conformidad con lo previsto en el artículo 561 del Código de Procedimiento Civil, le está prohibido al
Funcionario Ejecutor debatir cuestiones que debieron ser objeto de recursos por vía gubernativa y, en consecuencia,
dentro del proceso por jurisdicción coactiva no es posible debatir la existencia y legalidad de los títulos a ser cobrados.

Además debe tenerse en cuenta que las EICE prestadoras de servicios públicos domiciliarios, sólo tienen competencia
para recaudar por jurisdicción coactiva las deudas derivadas de la prestación de los servicios públicos, tal y como lo
prevé el artículo 130 de la Ley 142 de 1994, modificado por el artículo 18 de la Ley 689 de 2001.

Dentro del trámite del proceso en comento, los Funcionarios Ejecutores revestidos de la jurisdicción coactiva deben dar
aplicación a la sección segunda, procesos de ejecución capítulo VIII, ejecución para deudas fiscales, artículos 561 a 568
del Código de Procedimiento Civil, como también a las normas de la parte general del Código de Procedimiento Civil.

Finalmente, es necesario advertir que teniendo en cuenta que el Funcionario ejecutor es juez y parte en el proceso
coactivo, debe tener especial cuidado en respetar el debido proceso en todas las actuaciones que adelante.

Cordialmente,

MONICA HILARIÓN MADARIAGA

4
Jefe Oficina Asesora Jurídica

[1] Radicado 20045290651762

Preparado por Dumar Norberto Celis Leal– Coordinador Grupo de Cobro Persuasivo y Jurisdicción Coactiva

Tema: CONTRATO DE SERVICIOS PÚBLICOS -Solidaridad

Ratificación concepto OJ.2004-472

SOLIDARIDAD PASIVA– No requiere autorización previa del arrendador.

Ratificación Concepto SSPD 20011300000122

SOLIDARIDAD EN LA LEY 689-Obligación de suspensión del servicio

SOLIDARIDAD EN LA LEY 689 _ Doctrina jurisprudencia

NATURALEZA, CONSTITUCIÓN, ORGANIZACIÓN E IMPLEMENTACIÓN DE LA

JURISDICCIÓN COACTIVA- en las EICE prestadoras de servicios públicos domiciliarios.

NORMAS QUE REGULAN EL RECAUDO DE OBLIGACIONES DERIVADAS DE LA

PRESTACIÓN DE SERVICIOS PÚBLICOS DOMICILIARIOS- por medio de la jurisdicción

coactiva.

[2] El artículo 18 de la Ley 689, modificatorio del 130 de la ley 142, fue declarado exequible en reciente providencia de la
Corte Constitucional. En efecto, a juicio del alto Tribunal:

4. Como fue mencionado, la Sentencia C-493 de 1997 tuvo ocasión de referirse a un tema similar y en aquella
oportunidad indicó que los servicios públicos domiciliarios tienen como finalidad satisfacer las necesidades esenciales de
las personas. De otro lado, resaltó que la Constitución señala que la determinación de su régimen jurídico corresponde al
legislador, pero en todo caso el Estado mantiene control y vigilancia sobre la regulación (art. 365 C.P.).

En cuanto a la relación de las empresas con los usuarios, esta Corte anotó que la naturaleza de la relación jurídica entre
la empresa de servicios públicos domiciliarios y sus usuarios no es sólo contractual sino también estatutaria, pues su
prestación involucra derechos constitucionales y su reglamentación obedece a intereses públicos determinados y ello
justifica la vigilancia del Estado ya mencionada (1).

Así, puede concluirse que el legislador tiene una amplia potestad en la regulación de los servicios públicos, pero que el
Estado mantiene su supervisión en razón a la trascendencia de los intereses en juego. Observa la Corte que como el
cargo que ahora estudia trata de la inclusión del poseedor, suscriptor, propietario o usuario como solidarios en sus
obligaciones y derechos en el contrato de prestación de servicios públicos, en este punto resultan aplicables los
argumentos esgrimidos por este tribunal cuando estudió el artículo 130 de la Ley 142 de 1994, reformado por la norma
aquí demandada.

5. El reproche se centra en que no siempre la persona perseguida por las deudas es quien las causó; por tanto, resultaría
injusto y violatorio del derecho al debido proceso, pues las entidades eventualmente perseguirían a quien fuese más fácil,
no a quien realmente usó el servicio adeudado. Como lo indica el artículo 369 de la Carta, la ley determinará los derechos
y deberes de los usuarios, y a pesar de que en la Constitución no se defina el término usuario, el actor le asigna un
significado preciso: lo asimila a consumidor y por tanto, según su razonamiento, puede ser que el consumidor del servicio
no sea ni el propietario, ni el poseedor, ni el suscriptor del servicio y por tanto no podría ser perseguido por el
incumplimiento del contrato de prestación de servicio público.

5
6. Tal argumento es desvirtuado al analizar la normativa superior, pues es claro que el Constituyente no elaboró una
definición del término usuario, pero en cambio le otorgó tal potestad al legislador, quien a través de la Ley 142 de 1994 y
de la aquí demandada le dio un sentido distinto al que le otorga el demandante. Así, la Ley 142 asumió algunas
definiciones entre las cuales cabe destacar las contenidas en los artículos 14, 31 y 33, según los cuales, el usuario es la
"persona natural o jurídica que se beneficia con la prestación de un servicio público, bien como propietario del inmueble
en donde este se presta, o como receptor directo del servicio". Además agrega que, a "este último usuario se le
denomina también consumidor". Los textos normativos muestran entonces que la palabra "usuario" no excluye ninguna
de las categorías mencionadas y, por tanto, también deberán responder solidariamente por las deudas en el contrato de
prestación de servicios públicos.

La razón para que el legislador adoptara tal determinación se deduce de la misma ley, pues quien reciba el servicio es
parte en el contrato. Es forzoso entonces concluir que tanto el propietario como el poseedor y el suscriptor del servicio se
benefician directamente de los servicios públicos. Tal beneficio no consiste sólo en el consumo, también en la posibilidad
de contar con un inmueble habitable y susceptible de ser objeto de diversos negocios jurídicos. Por lo anterior, la
disposición acusada está justificada y es razonable, pues no es arbitrario vincular al propietario, al poseedor, al suscriptor
o al usuario en la satisfacción de las obligaciones de este tipo de contratos, pues cualquiera de ellos resulta beneficiado
con la prestación del mismo en diferentes formas. Además, la naturaleza domiciliaria de estos servicios implica que llegan
al inmueble habitado por el interesado y su vinculación con el bien hace que sea legítimo que el legislador prescriba que
cualquiera de estas categorías de personas no sólo deba integrar la relación como parte responsable de las obligaciones,
sino que también pueda exigir que el servicio le sea prestado de manera eficiente. Por tanto, no resulta arbitrario ni
contrario a la Constitución que el legislador regule de esta manera la solidaridad en el contrato de prestación de servicios
públicos, pues aunque podría existir una normativa distinta, la presente no desborda la facultad que le confirió el
constituyente.

7. Concluye entonces esta Corte, que los propietarios, poseedores y suscriptores también son usuarios de los servicios
públicos domiciliarios y que eliminar esta disposición afectaría negativamente las condiciones de operación de las
empresas por sustraer a algunas personas del cumplimiento de sus obligaciones como consumidores o usuarios del
servicio. Por tanto, el aparte acusado habrá de declararse exequible. Cfr. CORTE CONSTITUCIONAL, Sentencia C 690
de 2002.

[3] Al decir del profesor Fernando Hinestrosa: “La solidaridad pasiva cumple la función de otorgar al acreedor la garantía
ilimitada de varios sujetos, y con ellos de varios patrimonios, simultáneamente deudores y, por ende,
responsables...Cuando la ley la consagra, lo hace bien a título de sanción represiva, como vinculación más estrecha y
drástica, o de protección superior para el titular del interés frente a quienes lo han administrado o manejado
conjuntamente, o para imprimir mayor seguridad al tráfico jurídico” ( En Obligaciones, Primera y Segunda Parte, Ed.
Universidad Externado de Colombia, p.22)

[4] En la providencia citada la Corte Constitucional dejó en claro que "aún cuando la Constitución Política se refiere a los
“usuarios” de los servicios públicos domiciliarios, no le confiere a la expresión un específico sentido a partir del cual deba
ser entendida o interpretada y, por lo mismo, es evidente que le corresponde al legislador al momento de regular, dentro
de la órbita de sus competencias, el régimen de los servicios públicos y de definir las consiguientes responsabilidades,
conferirle a esa palabra algún significado de entre los diversos posibles.

Aparece, entonces, con nitidez, que el propietario es también usuario de los servicios públicos domiciliarios y que esa
comprensión subyace al establecimiento de la solidaridad en las obligaciones surgidas con ocasión de un contrato del
que, por disposición de la propia ley, son partes la empresa prestadora y los usuarios (Ley 142 de 1994, Art. 130)".

[5] Cfr. SUPERINTENDENCIA DE SERVICIOS PÚBLICOS DOMICILIARIOS. Servicios públicos domiciliarios, Actualidad
Jurídica Tomo IV, Bogotá, Imprenta Nacional, 2001, prólogo pág. 5 y ss.

[6] En conclusión, se reitera lo dicho por la Corte Constitucional en Sentencia C-493 de 1997:

“Lo domiciliario es, según el Diccionario de la Real Academia Española, lo “perteneciente al domicilio” o lo que “se
ejecuta y se cumple en el domicilio del interesado”, acepciones estas que sin perjuicio de la finalidad de los servicios
públicos domiciliarios que es la satisfacción concreta de necesidades personales, sugieren una vinculación de los
mentados servicios con el inmueble, aspecto que contribuye a explicar por qué el propietario puede ser llamado a
responder aún cuando no sea consumidor directo y por qué existe también una solidaridad en los derechos, por cuya
virtud los consumidores directos, así no sean propietarios, están habilitados para exigir que el servicio les sea prestado
eficientemente o que la empresa prestadora repare un daño que se haya presentado.”

6
[7] Sobre los trámites del proceso ejecutivo debe tenerse en cuenta la reforma introducida por la Ley 794 de 2003.

[8] Cfr Decreto No. 2174 DE 1992

[9] Cfr. Art488 del C. de P. C.

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