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Colección
Cono Sur.
Este fue el punto mas alto del ciclo. A partir de aquí comenzó la decadencia de
los lazos entre ambos países. Cuando estalló la crisis del Pacífico (guerra de Chile, Perú,
Ecuador y Bolivia contra España), la decadencia de la Asociación se hizo evidente.
Chile entró en el conflicto creyendo que recibiría el respaldo de la mayoría de países
suramericanos pero Argentina ya se encaminaba hacia otra dirección. El ciclo de
asociación con la Argentina ya estaba agotado.
Ambos países optaron por fortalecer sus lazos económicos con Gran Bretaña, lo
que debilitó el interés por la asociación. Se centraron en aprovechar las ventajas
comparativas para consolidarse como exportadores de bienes primarios y sus
económicas cada vez resultaban menos complementarias.
El primer gran conflicto regional de este período fue la “Guerra del a Triple
Alianza”, originada en el acuerdo entre Argentina, Brasil y Uruguay para enfrentar al
Paraguay. El resultado de esta contienda (1865 – 1870) supuso la imposición de un
tratado por el cual Argentina tomó control de un territorio de 300.000 km2 (Chaco
Austral) que estaba ocupado por indígenas y era reclamado por Argentina, Paraguay y
Bolivia. Mas tarde Argentina organizaría la ocupación efectiva con instalación de
pueblo y localidades y el sometimiento de los pobladores.
De la misma manera la expansión hacia el sur fue casi simultánea. Del lado
argentino comenzó la ocupación de la Patagonia en 1860 pero de forma limitada. El
proceso de aceleró con la llamada Campaña del Desierto (1877 – 1879) que permitió
afirmar la presencia del Estado hasta el Río Negro. Con la campaña naval se afirmó la
presencia en Tierra del Fuego, Chubut y Santa Cruz.
Del lado chileno hasta el siglo XIX la frontera la marcaba el Bio Bio. La
presencia resurgía cientos de kilómetros al sur, en Valdivia, Puerto Montt y Chiloé.
Luego se volvió a descontinuar 1000 km más al sur, a Punta Arenas, ciudad fundada en
1843. En 1845 se aprobó una ley que promovía la colonización por parte de inmigrantes
europeos que comenzaron a llegar en 1849. Tras el final de la Guerra del Pacífico se
pudo producir la ocupación plena de la Patagonia Oriental con la llamada “Pacificación
de la Araucanía”.
Este periodo (1866 – 1881) supuso para Argentina y Chile incorporar territorios
con una extensión de 1.300.000 km2 y 550.000 km2 respectivamente, logrando duplicar
la superficie del territorio nacional.
5. Mirando al océano
Al comenzar la segunda mitad del siglo XIX, tanto Argentina como Chile
advirtieron la importancia de las conexiones marítimas para la llegada de capitales,
inmigración y tecnología de las grandes potencias europeas. Ello llevó a poner más
énfasis en el control de sus respectivos literales oceánicos. La clase dirigente comienza
a desarrollar un cambio de paradigma para aceptar las teorías del libre cambio.
Los Pactos de Mayo (1902) fueron la bisagra que marcó el busco cambio de
signo en las relaciones entre Argentina y Chile. Se cerró la búsqueda del “Equilibrio del
Poder” en la región, para abrir paso al entendimiento directo, reservándose cada uno su
propia “Esfera de Influencia” y renunciaba acciones en la de su contraparte. El principio
“Argentina en el Atlántico y Chile en el Pacífico” se transformó en ley de oro.
La Guerra de las Malvinas (1982) fue una bisagra histórica que generó el cierre
de un ciclo y la apertura de uno nuevo. La envergadura de la acción conjunta de Gran
Bretaña y EEUU en la zona de conflicto, se expresó en una crisis a la tradicional actitud
de subordinación sur – norte, y en el redescubrimiento de América Latina. La Argentina
cambió de posición ante el resto de naciones de la región y se acercó a Brasil para
seguir con el resto del continente.
La derrota de las Malvinas sirvió para demostrar que tanto el equilibrio del poder
como la distribución de zonas de influencia, mostraron ser insuficientes. Refutados esos
enfoques, se abrió paso a la tercera opción: la Asociación. La llegada al poder de Raúl
Alfonsín abrió el camino al Tratado de Paz y Amistad entre Argentina y Chile (1984).
Se inició un nuevo proceso que tendría un fuerte empuje con la recuperación de la
democracia en Chile (1990). Desde el Estado, se firmaron nuevos acuerdos para
solucionar cuestiones de límites, y para regular y promover los intercambios
comerciales. Esto se reflejó en las inversiones chilenas en Argentina y viceversa, los
últimos acuerdos limítrofes, la construcción de gasoductos y la incorporación de Chile
como socio del MERCOSUR (1996).