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RL

RESEÑA LEGISLATIVA
No. 211
Semana del 30/05 al 5/06 de 2011

¿Qué dice la Ley sobre la violencia en la familia?

La violencia intrafamiliar afecta a hogares rurales y urbanos y en todos los niveles


socio-económicos. ¿Qué tan eficiente es la normativa al respecto?

Resumen

En diciembre de 1995 se expidió la Ley contra la Violencia a la Mujer y la Familia1,


buscando la prevención y sanción de la violencia Intrafamiliar. Así, la intención
era proteger la integridad física, psíquica y libertad sexual de todos los miembros
del hogar. ¿Es efectiva esta norma?

Análisis

I. La violencia intrafamiliar es generalizada

María, nombre ficticio, es parte del 31% de mujeres que hasta el año 2004 han
sufrido violencia física de pareja en Ecuador2. Al contrario de lo que ocurre con
otros problemas que aquejan a la sociedad ecuatoriana, las probabilidades de
que María no tenga que ser víctima de esta situación no hubieran variado
signficativamente si es que ella viviera en el área urbana en lugar del área rural.
De igual manera, sus opciones tampoco habrían mejorado si es que ella estuviera
ubicada en el cuarto quintil de ingresos en lugar del segundo. Estas estadísticas
permiten entrever que, lamentablemente, la violencia intrafamiliar en el país es
generalizada. Frente a esto, la presente Reseña busca evaluar la principal norma
que permite a las mujeres y demás miembros del hogar poner fin a estos abusos:
la Ley contra la Violencia a la Mujer y la Familia.

1Registro Oficial 839 del 11 de diciembre de 2005.


2Encuesta Demográfica y de Salud Materna Infantil - ENDEMAIN(2004): Estudio con cobertura nacional a 9.576
mujeres ecuatorianas de entre 15 a 49 años de edad.
II. ¿Quién puede denunciar?

El principal aspecto a destacar de esta norma es que define claramente qué es


violencia intrafamiliar y sus formas, dejando establecido que la violencia física
puede ser denunciada y se pueden tomar medidas de amparo contra ella sin
importar el tiempo que se requiere para su recuperación3. Esta aclaración es
importante, porque deja establecida la diferencia entre la violencia intrafamiliar y
el delito de lesiones contemplado en el art. 463 del Código Penal, que requiere
que se haya causado inhabilidad para el trabajo por un tiempo mínimo de 3 días.
Además, esta diferenciación es favorable porque permite una mayor protección
para quien es víctima de violencia intrafamiliar.

En adición a lo anterior, la presente Ley también se esfuerza por precisar el ámbito


de su aplicación, determinando que su protección alcanza a cónyuges,
convivientes, excónyuges y exconvivientes, ascendientes, descendientes,
hermanos, y los parientes de estos hasta segundo grado de afinidad. Así también,
esta norma ampara a todo aquel que comparta el hogar del agresor y a quienes
han compartido con él una relación consensual de pareja. Una vez más, la
prolijidad al definir quienes pueden invocar esta norma favorece a su correcta
aplicación y dificulta que haya problemas al momento de interpretarla.
Cuadro 1
Excónyuge -
Exconviviente

Cónyuge -
Convivente
Descendientes

Ascendientes Agresor
Todo quien
comparta el
hogar
Relación de
Pareja

Hermanos

Quienes están protegidos por esta Ley. También están protegidos los parientes hasta segundo grado de afinidad
de quienes están en los recuadros azul oscuro.
Fuente: Ley contra la Violencia a la Mujer y la Familia, Art. 3
Elaboración: Fundación Ecuador Libre

Por último, la norma permite que los hechos de violencia intrafamiliar sean
denunciados por cualquier persona que sepa de ellos sin necesidad de un
abogado, facilitando aún más que sean tramitados por la justicia. Además, a los
profesionales de la salud, agentes fiscales, y miembros de la policía nacional se les

3 Art. 4.
impone la obligación de denunciar estos hechos en un plazo de 48 horas,
buscando así que quienes tienen mayores probabilidades de enterarse de casos
de violencia no guarden silencio ante ellos4.

II. ¿Ante quién se puede denunciar?

Actualmente los casos de violencia intrafamiliar son conocidos por las comisarías
de la mujer y la familia, quienes deben remitirlos a un agente fiscal si es que se
verifica que la infraccción es un delito (por ejemplo, si la violencia física llega a
causar inhabilidad por tres días, como en el delito de lesiones que se mencionó
anteriormente). Asimismo, el denunciante puede acudir inmediatamente ante la
fiscalía en lugar de hacia una comisaría si es que considera que se trata de un
delito. No obstante, debe notarse que según las reformas introducidas en el año
2009, el Consejo de la Judicatura deberá crear Judicaturas de Violencia contra la
Mujer y la Familia que reemplazarán a las actuales comisarías. Hasta que esto
suceda, las comisarías siguen teniendo la competencia para tratar los asuntos de
violencia intrafamiliar, y lo seguirán teniendo en los territorios en que no se lleguen
a crear estas judicaturas5.

Debe notarse que es favorable para las víctimas de violencia que la norma
contemple una autoridad judicial específica para estos temas, ya que ayuda a
que su atención sea más ágil y que el trámite no sea tan engorroso para el
denunciante como lo sería si tuviera que acudir ante un agente fiscal, por citar un
ejemplo. No solo esto, sino que también permite que estas dependencias se
especialicen en este tipo de casos y por tanto puedan resolverlos de mejor
manera que si tuvieran que llevar muchos expedientes de diverso tipo.

III. ¿Qué medidas se pueden tomar?

La Ley prevé un procedimiento expedito que termina con una indemnización


para la víctima de hasta 15 salarios mínimos vitales. Sin embargo, tal vez más
importante que esto son las medidas de amparo que buscan ayudar a la víctima
a superar la situación en que esté inmersa, y que pueden ser ordenadas por el
juez o la comisaría antes de terminar el proceso6. Estas medidas parecen
adecuadas, sobre todo porque buscan la protección de la víctima por encima
del castigo al agresor. Estas son:

1. Conceder las boletas de auxilio que fueren necesarias a la mujer o demás


miembros del núcleo familiar;
2. Ordenar la salida del agresor de la vivienda, si la convivencia implica un riesgo
para la seguridad física, psíquica o la libertad sexual de la familia;
3. Imponer al agresor la prohibición de acercarse a la agredida en su lugar de
trabajo o de estudio;
4. Prohibir o restringir al agresor el acceso a la persona violentada;
5. Evitar que el agresor, por si mismo o a través de terceras personas, realice actos
de persecución o de intimidación a la víctima o algún miembro de su familia;

4 Art 10. En caso de no informar, se los considerará encubridores según el Código Penal, lo que implica que
pudieren recibir una pena de hasta la cuarta parte de la que reciba el autor del delito, pero que nunca será
mayor a dos años. En estos casos no cabe la prisión preventiva.
5 Código Orgánico de la Función Judicial, art. 231, 232, y disposición transitoria décima.
6 Art. 13.
6. Reintegrar al domicilio a la persona agredida disponiendo la salida simultánea
del agresor, cuando se tratare de una vivienda común, impidiéndole que retire los
enseres de uso de la familia;
7. Otorgar la custodia de la víctima menor de edad o incapaz a persona idónea
siguiendo lo dispuesto en Código Civil Código de la Niñez y Adolescencia; y,
8. Ordenar el tratamiento al que deben someterse las partes y los hijos menores de
edad si fuere del caso.

IV. Resultados

De todo lo analizado, parece que la Ley contra la Violencia a la Mujer y la Familia


contiene preceptos adecuados para proteger a quienes se encuentran en estas
situaciones. A pesar de esto, sus resultados dependerán de su aplicación
correcta, como los de toda norma. En este sentido, resulta revelador cómo
difieren las cifras del Departamento de Violencia Intrafamiliar de la Policía
Nacional en dos provincias distintas: Mientras que en el año 2010 en Guayas se
expedieron tan sólo dos medidas de amparo por cada cinco denuncias
receptadas (103.321 denuncias recibidas y 40.638 medidas tomadas), en
Chimborazo se han adoptado más de una medida de amparo por cada
denuncia (1.715 denuncias recibidas y 2.427 medidas tomadas)7. Si se toma en
cuenta que ambas provincias aplican la misma Ley, parece que las deficiencias
en las comisarías de la mujer y la familia provienen de problemas administrativos u
operativos, y no de una Ley poco adecuada.

Ante todo esto, la oportunidad que trae la implementación de los jueces contra
la violencia a la mujer y la familia resulta de particular importancia para asegurar
que estas dependencias sean las más eficientes posibles, dando soluciones a los
ciudadanos que acuden ante ellas. Finalmente, no esta de más recordar que la
problemática de la violencia es en primer lugar algo cultural, y por tanto solo
podrá ser solucionada efectivamente en la medida en que las propias personas
que integran la sociedad ecuatoriana tomen conciencia de ello.

7 Datos de DEVIF Guayas y DEVIF Chimborazo respectivamente.

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