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UNIVERSIDAD CATOLICA DE CUENCA

Unidad Académica de Salud y Bienestar

ENFERMERIA BASICA

Estudiante: Maite Celi Loayza


Docente: Lic. Sofia Calvopiña
ACTIVIDAD DE INVESTIGACIÓN

Oxigenoterapia
La oxigenoterapia es un tratamiento de prescripción médica en el que se administra oxígeno en
concentraciones elevadas con la finalidad de prevenir o tratar la deficiencia de oxígeno (hipoxia)
en la sangre, las células y los tejidos del organismo. Aunque su principal indicación es para la
insuficiencia respiratoria crónica.

Insuficiencia respiratoria aguda o crónica. La SaO2 <94 % (excepción: insuficiencia respiratoria


hipercápnica conocida o sospechada →más
adelante). El tratamiento domiciliario con oxígeno se
usa en la insuficiencia respiratoria crónica avanzada
(causada con mayor frecuencia por EPOC, menos
frecuentemente por bronquiectasias, fibrosis
pulmonar idiopática o fibrosis quística); a veces
también en pacientes con insuficiencia cardíaca
crónica o con enfermedad neoplásica avanzada.

Complicaciones

 Efectos indeseables del oxígeno: El uso del oxígeno en altas concentraciones (>50 %, es
decir FiO2 >0,5) puede ser perjudicial, dependiendo de su concentración y del tiempo
de exposición. Se distinguen 4 grupos de síntomas: traqueítis y bronquitis (cambios
inflamatorios con sequedad excesiva de la mucosa y deterioro del aclaramiento
mucociliar), atelectasia por absorción (durante la respiración de oxígeno al 100 % se
elimina el nitrógeno, necesario para prevenir el colapso alveolar, siendo sustituido por
el oxígeno que se absorbe rápidamente), lesión pulmonar aguda (indistinguible de las
lesiones pulmonares que requieren la administración de oxígeno a elevadas
concentraciones), displasia broncopulmonar (en neonatos).
 Consecuencias de respirar con mezcla seca y fría de gases: (sobre todo por tiempo
prolongado): sequedad y ulceración de las mucosas, deterioro del transporte mucociliar,
retención de secreciones y aumento de su densidad (que conducen a la formación de
focos de atelectasia), broncoespasmo, infecciones.

Equipo

1. Fuentes de oxígeno
1) Hospitalarias (fuentes de oxígeno limpio): oxígeno líquido o gaseoso (comprimido en
balones de distinta capacidad), suministrado al paciente a través de una instalación
central o con un balón portátil
2) Extrahospitalaria (oxigenoterapia domiciliaria): concentradores que toman el oxígeno
del aire ambiental (hasta una concentración de un 85-95 %) y lo suministran de forma
continua al paciente. Con menor frecuencia se emplea como oxigenoterapia domiciliaria
(en oxigenoterapia casera) el oxígeno comprimido en botellas o el oxígeno líquido en
botellas.
2. Medidor de flujo con posibilidad de regulación: conectado a la instalación central de
oxígeno, al balón o al concentrador, permite obtener la concentración deseada de oxígeno
en la mezcla de gases aspirados.
3. Máscaras y cánulas de oxígeno
Cánula colocada en ambas fosas nasales (llamada
gafas nasales o nariceras →fig. 21-1): usada con
mayor frecuencia; el flujo de oxígeno 1 l/min
proporciona una concentración de oxígeno en la
mezcla respiratoria del 24 % y el aumento del
flujo en cada siguiente 1 l/min (en el rango de 2-
8 l/min) aumenta la concentración en un 4 %; a
veces (principalmente durante la broncoscopia)
se utiliza la cánula colocada en una sola fosa
nasal.

2. Máscaras sencillas (comunes; →fig. 21-2):


proporcionan la concentración de oxígeno en la
mezcla respiratoria de un 40-60 % con un flujo de 5-8 l/min (5-6 l/min – 40 %, 6-7 l/min –
50 %, 7-8 l/min – 60 %). No utilizar el flujo <5 l/min por el riesgo de inhalar de nuevo el CO2
espirado y aumento de la resistencia durante la inspiración.

Nutrición Enteral Y Parenteral


La nutrición enteral consiste en la administración de nutrientes por vía digestiva, tanto a través
de sondas nasoentéricas, catéteres de ostomías o vía oral, cuando la cantidad a administrar sea
superior a 1000 kcal o 40 g de proteínas diarias. En enfermos con buen funcionamiento
intestinal, la nutrición parenteral no es superior a la enteral. Esta última tiene las ventajas de ser
más fisiológica, un efecto trófico local con utilización más eficiente de los nutrientes, menor
número de complicaciones, se puede utilizar domiciliariamente y es más económica. En los
pacientes con cáncer tiene indicaciones específicas, ya sea por la localización del tumor (cabeza
y cuello, esófago, páncreas, estómago) o por la terapeútica empleada, a causa de la malnutrición
que puedan desencadenar. Como la nutrición enteral no se considera una medida
extraordinaria, las contraindicaciones son aquéllas derivadas de patología gastrointestinal
severa (obstrucción intestinal, náuseas o vómitos incoercibles, fístula intestinal alta y de alto
débito).

La nutrición parenteral es la administración de nutrientes de forma directa en el torrente


sanguíneo y solo se emplea cuando la nutrición enteral está contraindicada. Estando
contraindicada en los casos con intestino funcionante, cuando no exista un acceso vascular
adecuado o cuando la expectativa de vida sea muy limitada, siendo esto último un tema actual
de discusión (se requiere una valoración individualizada, dependiendo en última instancia de la
decisión del paciente y sus familiares, por respeto de su principio de autonomía, teniendo en
cuenta que es una medida extraordinaria, compleja, invasiva, artificial y cara).

La nutrición parenteral se utiliza en los casos en los que el paciente tiene dificultades o no puede
utilizar su aparato digestivo.

La nutrición enteral, como decíamos anteriormente, se utiliza en los casos en los que la persona
no puede o no debe ingerir alimentos, pero tiene un aparato digestivo que funciona
perfectamente. La nutrición enteral es más sencilla que la nutrición parenteral y produce, en
general, menos complicaciones, aunque en ambos casos es preciso un profesional experto en el
suministro de alimentación artificial.
En ambos tipos de nutrición el objetivo es el mismo: que el estado nutritivo se mantenga en
niveles correctos, cuando por diversas razones puede darse un supuesto de desnutrición.

Por otro lado, aportan beneficios como la facilidad de hacer un seguimiento nutricional, la
disminución de las complicaciones derivadas de una cirugía, el descenso de la mortalidad y la
reducción del tiempo que el paciente está en las unidades de cuidados intensivos o en el
hospital.

Para cada paciente habrá que elegir el tipo de nutrición más adecuado en función de su estado,
su edad, las complicaciones que puedan surgir, y, además, habrá que evaluar los resultados para
hacer cambios si fuera necesario e ir eliminando a medida que el paciente mejore, la
alimentación artificial.

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