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Introducción
1 Abogada por la Pontificia Universidad Católica del Perú y estudiante de la Maestría en Derecho con
mención en Política Jurisdiccional de la misma casa de estudios. Miembro del Área Académica y de
Investigaciones del Instituto de Democracia y Derechos Humanos (IDEHPUCP). Se ha desempeñado
como asistente en organizaciones que trabajan por erradicar la violencia basada en el género y brindar
apoyo legal a personas en situación de vulnerabilidad. Entre sus temas de interés se encuentran los
derechos humanos, el género como categoría de análisis jurídico y reformas del sistema judicial.
culturales en los operadores de justicia a favor de la no discriminación y garantizar el acceso a
la justicia en igualdad de oportunidades.
Para ello, se hará énfasis en la necesidad de que los órganos jurisdiccionales apliquen el
Derecho desde un enfoque de género, no solo debido a las obligaciones internacionales a las que
se ha sometido el Estado peruano, sino también debido a la importancia de la garantía de los
principios y derechos fundamentales propios del Estado Constitucional de Derecho, a partir del
análisis de la sentencia del caso Arlette Contreras del año 2005, y haciendo especial énfasis en
los instrumentos y estándares de Derecho Internacional.
Para empezar el análisis, es importante señalar a qué nos referimos cuando hablamos de
estereotipos y violencia de género e imparcialidad judicial. De acuerdo con Cook y Cusak, un
estereotipo es la “visión generalizada o preconcepción sobre los atributos o características de los
miembros de un grupo o los roles que las personas de tales grupos puedan cumplir. 2” En ese
sentido, a través de los estereotipos atribuimos características particulares a personas por
pertenecer a un determinado grupo social. Por ejemplo, la idea de que las mujeres son
cuidadoras por naturaleza constituye un estereotipo atribuido a la generalidad de mujeres como
grupo sociales.
2 Cook, Rebecca y Cusack, Simone, Gender Stereotyping. Transnational Legal Perspectives, (University of
Pennsilvania Press) 2010, p. 9 y ss.
Los estereotipos no tienen necesariamente una connotación negativa y pueden basarse en datos
estadísticos reales, pero pueden acarrear problemas en dos sentidos: 1) el uso de estereotipos
ignora las necesidades, circunstancias y deseos de los sujetos más allá del grupo social al que
pertenecen, lo cual niega y restringe las diversas identidades de manera individual y social. Por
ejemplo, muchas mujeres se han visto forzadas, tanto a nivel familiar como social, a asumir el
rol de cuidadoras sin tomar en cuenta sus aptitudes o preferencias individuales; 2) muchos
estereotipos conllevan a connotaciones negativas que afectan desproporcionadamente a grupos
sociales específicos. Por ejemplo, la idea de la inferioridad de las mujeres respecto a sus pares
hombres es un estereotipo que afecta a las mujeres como grupo social al tomar al género como
diferencia que justifica la subordinación.
En ese sentido, como señalamos anteriormente, los estereotipos per se no son negativos o
problemáticos, pero llegan a serlo cuando justifican un trato diferenciado que pone a uno de los
grupos sociales caracterizados en una situación de desventaja, discriminación e incluso
violencia, no solo a nivel social, sino también a nivel cultural, político y sobre todo jurídico. Al
respecto, existen numerosos instrumentos jurídicos internacionales que se han referido al tema y
han proscrito el uso de estereotipos de género. De acuerdo con el artículo 5 de la Convención
sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer de Naciones
Unidas (en adelante Convención CEDAW) 3, la violencia basada en género encuentra asidero en
la conservación de estereotipos y patrones socios culturales que anulan los derechos y el goce de
la libertad de las mujeres.
El artículo 1 de dicha Convención señala que la violencia de género supone una situación de
discriminación contra la mujer, y que, para erradicarla, el Estado debe garantizar la eliminación
de patrones socioculturales relacionados a conductas que le corresponden a hombres y mujeres
que conservan y legitiman los roles asignados, y que condicionan situaciones de violencia sobre
3 Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer, adoptada el 18
de diciembre de 1979 y en vigor desde el 3 de setiembre de 1981.
todo recaídos sobre las mujeres, quienes sufren las consecuencias del sistema que las domina.
Por su parte, la Recomendación N° 19 del Comité CEDAW 4 señala que la violencia contra la
mujer como forma de discriminación restringe gravemente la capacidad para el ejercicio de sus
derechos, con un impacto diferenciado y desproporcional recaído sobre ellas.
118. Este Tribunal recuerda, como lo señala la Convención de Belém do Pará, que la violencia
contra la mujer no sólo constituye una violación de los derechos humanos, sino que es “una
ofensa a la dignidad humana y una manifestación de las relaciones de poder históricamente
desiguales entre mujeres y hombres”, que “trasciende todos los sectores de la sociedad
independientemente de su clase, raza o grupo étnico, nivel de ingresos, cultura, nivel
educacional, edad o religión y afecta negativamente sus propias bases5.
4 COMITÉ CEDAW. Recomendación General N° 19. La Violencia Contra la Mujer. 29 de enero de 1992.
5 CORTE IDH. Caso Fernández Ortega y otros Vs. México. Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y
Costas. Sentencia de 30 de agosto de 2010.
6 CONGRESO DE LA REPÚBLICA. LEY 30364. Ley para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra
las mujeres y los integrantes del grupo familiar. Lima, 22 de noviembre del 2015. Disponible en:
https://busquedas.elperuano.pe/normaslegales/ley-para-prevenir-sancionar-y-erradicar-la-violencia-
contra-ley-n-30364-1314999-1/
Este principio ha sido tratado como la imposición al juez el deber de colegirse de manera
neutral, sin identificarse con las pretensiones de alguna de las partes o de ponerse en el lugar de
alguna de ella. Un juez es imparcial, así, cuando no tiene más motivos para emitir una decisión
que los dados por el propio Derecho. Pero también ha sido desarrollado como derecho
fundamental. Al respecto, el artículo 14 del Pacto Internacional de los Derechos Civiles y
Políticos (1966), señala sobre la imparcialidad judicial, que: “toda persona tendrá derecho a ser
oída públicamente y con las debidas garantías por un tribunal competente, independiente e
imparcial, establecido por la ley, en la sustanciación de cualquier acusación de carácter penal
formulada contra ella o para la determinación de sus derechos u obligaciones de carácter civil”
Por su parte, el Tribunal Constitucional peruano ha señalado que el derecho al juez imparcial es
un derecho fundamental implícito, vinculado estrechamente con el principio de dignidad. A este
respecto, manifiesta que: “el derecho a ser juzgado por jueces imparciales no se encuentra
reconocido expresamente en la Constitución. Ello, sin embargo, no ha impedido a este Tribunal
reconocer en él a un derecho implícito que forma parte de un derecho expreso. A saber, del
derecho al debido proceso, reconocido en el inciso 3) del artículo 139 de la Constitución.
¿Por qué es necesario el enfoque de género en la labor judicial? ¿Es un límite legítimo al
principio de imparcialidad?
La imparcialidad judicial supone que el juez o jueza se acerque a la resolución de un caso con
elementos provenientes únicamente del Derecho y los hechos relevantes, sin inclinarse por la
defensa de alguna de las partes por su condición o pertenencia a algún grupo social. Por su
parte, la lucha por la erradicación de la violencia basada en género propugna que tanto la
sociedad como, especialmente, los operadores del Estado, garanticen medidas para erradicar el
trato discriminatorio contra las mujeres y la violencia a la que conlleva, por lo cual deben
aplicar enfoque de género para hacer contrapeso respecto a la situación de desigualdad
estructural.
¿Por qué tienen el deber de aplicar un enfoque de género? Como señalamos en la introducción
del presente artículo, desde el año 2007, se encuentra en vigencia la Ley N° 28983, Ley de
7 MONTERO, Juan. Derecho a la imparcialidad judicial. Comentario al artículo II- 107 del Tratado por el
que se establece una Constitución para Europa. En: Revista Europea de Derechos Fundamentales. N° 7
Primer Semestre.
igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres, en cuyo artículo 7 establece como
lineamientos obligatorios para el sistema de justicia: “Garantizar el acceso a la justicia en
igualdad de oportunidades, impulsándose la modificación de concepciones, actitudes y valores
discriminatorios de los operadores de justicia.” En ese sentido, todos los órganos del sistema de
justicia tienen la obligación legal de desarrollar medidas, enmarcadas en políticas públicas, para
generar cambios culturales en los operadores de justicia a favor de la no discriminación y
garantizar el acceso a la justicia en igualdad de oportunidades.
Una de las medidas a ser implementadas es el uso del enfoque de género en la labor judicial.
Sobre ello, el enfoque de género es el ejercicio a través del cual se evalúa las consecuencias e
impacto diferenciado que tienen ciertas medidas, tanto sociales, políticas o legales, para
hombres y mujeres. Según Joan Scott 8, la perspectiva de género es esa mirada que nos enfrenta
a reconocer que la realidad se vive de manera muy diferente entre hombres y mujeres, con
amplias desventajas para las segundas. La categoría de género no sólo es una categoría analítica,
sino también es una herramienta de cambio que nos obliga a transformar estas desventajas y
desigualdades, en todos los niveles de la sociedad.
8 SCOTT., Joan. “El género: una categoría útil para el análisis histórico”, en Martha Lamas compiladora El
género: La construcción cultural de la diferencia sexual, PUEG-UNAM, México, 1996.
9 AVILES, Lucía. Juzgar con perspectiva de género. Por qué y para qué. España: Tribuna Feminista, 2017.
Más allá de entender la eliminación de la violencia contra la mujer como una obligación
internacional del Estado peruano, en todo nivel, es necesario comprender que el principio de
imparcialidad judicial no es absoluto y está sujeto a restricciones, las cuales son legítimas. La
aplicación del enfoque de género en la labor judicial podría estar desnaturalizando el principio
de imparcialidad judicial en tanto los jueces ya no solo se aproximan al caso en razón de
elementos basados meramente en el Derecho, la aplicación literal de la norma y los principios
de la labor judicial, sino también se valdrán de una herramienta de análisis para entender la
complejidad de las estructuras y diferencias que subyacen a los casos. El principio de
imparcialidad judicial no parece evitar el uso de este tipo de herramientas, pero sí proscribe la
existencia de sesgos que puedan beneficiar a una de las partes en desmedro de otras. En cambio,
llevar a cabo la labor judicial sin el entendimiento de la realidad diferenciada, gracias al enfoque
de género, contraviene injustificadamente la imparcialidad judicial por el uso y mantenimiento
de estereotipos de género.
17. (…) No resultando creíble que la haya subido a la fuerza pues hubiera puesto resistencia en
vista que se encontraba en una vía pública e incluso hubiera pedido ayuda al chofer del taxi si
consideraba encontrarse forzada a actuar en contra de su voluntad, no habiendo manifestado en
ningún momento haber pedido ayuda al conductor del taxi (…)(…) “si realmente la agraviada se
sentía con riesgo de amenaza por parte del acusado (…) en contra de su voluntad, bien pudo
pedir ayuda al mismo taxista para que la traslade a otro destino en resguardo de su integridad que
supuestamente se encontraba en riesgo”.
“No olvidemos que el acusado estuvo casi un minuto tocando la puerta del hotel (…) tiempo en
el cual la agraviada pudo haber efectuado hasta incluso llamadas a sus familiares en busca de
auxilio y por lo menos proporcionar la dirección y ubicación del hotel, teniendo en cuenta que
contaba con celular (…) pudo haber llamado a su señor padre si se encontraba amenazada”
21. “(…) muy bien pudo aprovechar la agraviada para salir o aparecer en dicha escena
forcejeando con algunos movimientos o indicios de tratar de escapar, sabiendo que está en
peligro su integridad sexual, e incluso estuvo abierta la puerta casi treinta y ocho segundos, lo
que conlleva a juicio del colegiado a que hubo una discusión de pareja, como se dijo, por celos
del acusado (…)” (subrayado nuestro).10
El análisis del Colegiado que emitió el fallo resulta, a toda vista, carente de enfoque de género
al no considerar el consentimiento expreso de las víctimas, el bien jurídico que subyace al delito
analizado: la libertad sexual y la posibilidad de poder cambiar de opinión, y los riesgos que
implica para una mujer víctima de violencia de género el oponer resistencia o enfrentar a su
agresor, reflejando un profundo desconocimiento sobre la violencia estructural y la situación de
desventaja en la que se encuentran las mujeres respecto a sus pares hombres.
A paso aletargado, el Poder Judicial y el sistema de justicia peruano en general vienen dando
pasos para incorporar el enfoque de género en su quehacer. Al finalizar el año 2011, el Poder
Judicial aprobó el Acuerdo Plenario N° 1-2011/CJ-1161. Dicho Acuerdo Plenario obliga a todos
los jueces a adoptar la perspectiva de género en la apreciación de pruebas en delitos contra la
libertad sexual. La necesidad de adoptar dicho enfoque en material procesal, se alinea a los
estándares que ha trazado la Corte IDH en reiterada jurisprudencia, pues se ha reconocido que la
violencia que adolecen en su mayoría las mujeres, encuentra su razón de ser en el género.
El Poder Judicial es una institución que forma parte del Estado e incide de manera
directa en la vida de las peruanas y peruanos a través de su labor jurisdiccional. En tal
sentido, la necesidad de incorporar el enfoque de género en su gestión y labor es vital en
una sociedad democrática y garantista de derechos en igualdad y sin discriminación. Y
debe orientarse a asegurar a través de mecanismos sostenibles en el tiempo que la
incorporación del enfoque de género en la práctica judicial sea una práctica regular. 11
Conclusiones
Debido a este mencionado debate y polémica, el enfoque de género se erige como una
necesidad. A pesar de que el Derecho está compuesto por un conjunto de normas, principios,
sujetos, y procesos diseñados de manera neutral, la realidad sobrepasa dichas instituciones. En
11 COMISIÓN NACIONAL PERMANETE DE JUSTICIA DE GÉNERO DEL PODER JUDICIAL. Plan de Trabajo
2017-2021. Lima, 2016. Disponible en: https://bit.ly/2Go02yy
un contexto de violencia estructural y profundas desigualdades, un Derecho neutro termina
beneficiando al grupo social que se encuentra en situación de superioridad, en desmedro del
grupo social subordinado. Es por ello que el Derecho necesita valerse de medidas, de
herramientas como el uso del enfoque de género para abordar la realidad desde todas las aristas.
En ese sentido, la aplicación del enfoque de género no debe considerarse como una vulneración
al principio y derecho de imparcialidad judicial, sino como una restricción legítima dada a
través del uso de una herramienta, no propia del Derecho, gracias a la cual los operadores de
justicia podrán tener mejores- y reales- razones para decidir. Por el contrario, el mantenimiento
de estereotipos de género en la labor judicial, generan una fractura ilegítima al principio de
imparcialidad judicial pues los operadores de justicia se aproximan a la resolución de un caso a
partir de sesgos que pueden resultar negativos para un grupo social en situación de
vulnerabilidad.
Los esfuerzos y medidas del sistema de justicia para incorporar el enfoque de género, si bien
están en proceso, deben ser considerados como prioridad. Estamos frente a un asunto de vida o
muerte. Literal. Apenas hemos terminado el primer mes del año 2019 y ya se han registrado 13
feminicidios en nuestro país.12 Es hora de que el miedo infundado a una palabra o herramienta
crítica como el enfoque de género sean tierra fértil para que el machismo siga cobrando
víctimas.
12 AMÉRICA NOTICIAS. Feminicidios en Perú 2019: se registran 13 casos en el primer mes del año.
Consulta: 01 de febrero de 2019. https://www.americatv.com.pe/noticias/actualidad/feminicidios-2019-
uno-uno-crimenes-contra-mujeres-n353912
Bibliografía:
a) Libros y artículos
ÁVILES, Lucía. Juzgar con perspectiva de género. Por qué y para qué. España: Tribuna
Feminista, 2017.
MONTERO, Juan. Derecho a la imparcialidad judicial. Comentario al artículo II- 107 del
Tratado por el que se establece una Constitución para Europa. En: Revista Europea de Derechos
Fundamentales. N° 7 Primer Semestre.
RODRIGUEZ, Julio y David TORRES. Sobre los perversos argumentos jurídicos de la Sala
Penal encargada del caso de Cindy Contreras. En: Anticorrupción y Justicia Penal. BOLETÍN
Nº 6. Lima, 2016
RUBIN, Gayle. “El tráfico de mujeres: Notas sobre la ‘economía política’ del sexo”. En: Lamas
Marta Compiladora. El género: la construcción cultural de la diferencia sexual. PUEG, México,
p. 2
SCOTT., Joan. “El género: una categoría útil para el análisis histórico”, en Martha Lamas
compiladora El género: La construcción cultural de la diferencia sexual, PUEG-UNAM,
México, 1996.
b) Normativa y Jurisprudencia
CORTE IDH. Caso Fernández Ortega y otros Vs. México. Excepción Preliminar, Fondo,
Reparaciones y Costas. Sentencia de 30 de agosto de 2010.
CORTE IDH. Caso González y otras (“Campo Algodonero”) Vs. México. Excepción
Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 16 de noviembre de 2009.