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acolchadas con las que esté cómodo en su entrenamiento diario le ayudará a transferir su
forma de correr con los pies descalzos a su estilo calzado. Pero probablemente necesitará realizar un
esfuerzo consciente durante un tiempo para evitar volver a dar zancadas de amplitud excesiva cuando
lleve zapatillas. Soy una prueba viviente de que esto es un gran cambio motor en la zancada que
puede realizarse de forma relativamente sencilla. Cambié las zapatillas tradicionales por zapatillas
minimalistas y también pasé de dar un golpe de talón moderado a caer con el pie plano para superar
un caso prolongado de rodilla de corredor… y funcionó.

P RÁCTICA CUERPO-MENTE
Utilice le manipulación consciente de su zancada solo para corregir problemas específicos que le han provocado lesiones. En otras
palabras, si no se ha roto, no arregle su zancada.

¿Nacido para correr?


Los biólogos evolucionistas creen que los seres humanos han nacido para correr, en el sentido de
que muchos de los rasgos antropométricos que desarrollamos cuando nos separamos del ancestro
común con el que compartimos la mayor carga genética, el chimpancé, aumentaron específicamente
nuestra capacidad para correr largas distancias. Entre estos rasgos se incluyen los pies rígidos, la
postura erecta, las nalgas grandes y las múltiples glándulas sudoríparas. Sin embargo, es
patentemente obvio que no todos los humanos están igualmente equipados para correr. De hecho, hay
muchos humanos que apenas están mejor preparados para correr que el chimpancé promedio. He
conocido a mucha gente que, incluso cuando eran niños, apenas podían correr dos pasos. Por tanto,
pese a que nuestra especie está por lo general bien diseñada para correr largas distancias, hay una
variabilidad mucho mayor en la capacidad para correr largas distancias en todos los seres humanos
que la que existe (por ejemplo) en la capacidad para esprintar en la población de guepardos, una
especie que generalmente está diseñada para esprintar y cuya totalidad de miembros esprinta
extremadamente bien. Creo que esto es debido a que correr largas distancias nunca fue más que una
especialidad en los primeros homínidos y en la población humana. Correr nunca fue el trabajo de
cada uno de los miembros de cualquier clan prehistórico, por lo que la selección natural nunca
ejerció la suficiente presión como para obligar que los genes que permiten la máxima capacidad para
correr estuvieran presentes en toda la especie.
El fenómeno actual de enseñanza de la técnica de carrera aporta indirectamente la idea de que
cada uno de nosotros tiene el potencial para correr a imagen, o a la misma velocidad, del mejor de

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