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Malinowski, B. 1984. Cap. IV ¿Qué es cultura? Una teoría científica de la cultura. Madrid: Sarpe.

pp. 56-62.
Por: Natalia Osses
Para empezar el siguiente resumen, resulta conveniente definir en términos generales qué
es la cultura según Malinowski, para luego adentrarnos en esa materia tan compleja. El autor
define este término como la parte material, humana y espiritual que le permite al ser humano
sortear y adaptarse a los diversos problemas que se le presentan en su vida cotidiana. (p. 56)
Dicho lo anterior, la teoría de la cultura debe basarse, primeramente, en los hechos
biológicos. Para satisfacer estas necesidades básicas del organismo del ser humano como
alimentarse, necesidades reproductivas, higiénicas, etc. es forzosa la creación de un nuevo
ambiente, artificial o secundario; la cultura. Según las nuevas necesidades que van surgiendo, se
originan nuevos niveles culturales de vida, que necesitan ser mantenidos en el tiempo y
transmitidos a cada nueva generación. (p.57). “Todos estos problemas primarios son solucionados
por los individuos con herramientas, mediante la organización en grupos cooperativos y también
por el desarrollo del conocimiento y un sentido del valor y de la moral” (p. 58).
De esta manera, satisfacer culturalmente las necesidades básicas, ligaría nuevas
necesidades culturales, imponiendo al ser humano y a la sociedad una forma de actuar
preestablecida. Por lo que en este capítulo se intentará mostrar que puede ser posible crear una
guía o modelo para la investigación de campo de la cultura, estableciendo determinantes
generales a las cuales esta debe conformarse. (p. 58)
Pasando al análisis científico de la cultura, al conformarse a leyes generales puede mostrar
otro sistema de realidades. Esta forma de definir la relación entre el comportamiento cultural y
una necesidad humana, se denomina funcional. Esto se define como “la satisfacción de
necesidades por medio de una actividad en la cual los seres humanos cooperan, usan utensilios y
consumen mercancías” (p. 59)
Otro concepto esencial dentro de cualquier etapa del comportamiento cultural es el de
organización. Puesto que para lograr cualquier objetivo o deseo los seres humanos deben
organizarse, es necesario poseer un esquema o estructura definida para llevarlo a cabo; es dentro
de esta estructura que los principales factores deben ser universales para que puedan aplicarse a
todos los grupos organizados y en toda la extensión del género humano.
A estas unidades de organización, Malinowski propone llamarles con el término
institución. “Este concepto implica un acuerdo sobre una serie de valores tradicionales alrededor
de los que se congregan los seres humanos” (p. 59). El autor se propone formular principios de
acción institucional universalmente validos, que le permita estudiar a las diferentes culturas desde
un punto de vista más científico. (p. 60)
Por lo tanto, los dos tipos de análisis, funcional e institucional, aunque es obvio que no
puede abarcar toda la diversidad de manifestaciones, extravagancias y rarezas culturales
pretenden poder abarcar el concepto de cultura de una forma más precisa y concreta a través de
la esencia de aquellos elementos culturales, que finalmente están entroncados con elementos
universales y esencialmente humanos. (p. 61)
Finalmente, todo lo anteriormente expuesto da cuenta de la necesidad de la antropología
de suministrar una base científica a su estudio y trabajo de campo, brindándonos el análisis
funcional, el cual nos permite “definir tanto la forma como el significado de un utensilio o de una
idea consuetudinaria”. (p.62)
Malinowski, B. 1984. Cap. VI Las unidades concretas, aislables en la conducta organizada. Una
teoría científica de la cultura. Madrid: Sarpe. pp. 72-87.
Para empezar, el concepto: “sistema organizado de actividades tendentes a un fin”,
necesita un desglose y posterior análisis que nos permita ir incorporando y definiendo los
términos fundamentales para una mejor comprensión del concepto de cultura. (p.72)
El elemento humano se organiza de acuerdo la cooperación social, bajo normas
constitutivas de una institución, regido por reglas especificas, utilizando equipo material según su
ocupación; todo esto con el fin de cumplir sus actividades. (p. 73)
Existe una distinción entre actividades y reglas, “las primeras dependen de la destreza, del
poder, de la honestidad, de la buena intención de los miembros. Ellas invariablemente se desvían
de las reglas, que representan el cumplimiento ideal, no necesariamente su realidad. Por otra
parte, las actividades están incorporadas a la conducta concreta en tanto que las reglas con
frecuencia se manifiestan sólo en preceptos, textos y regulaciones.” (p. 73)
Y es bajo la distinción anterior, que se puede introducir al fin, el concepto de función, que
es el resultado integral de nuestras actividades organizadas, diferenciado del cuerpo de normas.
La herencia cultural de un grupo especifico, depende esencialmente del tipo de organización que
tenga en el tiempo para que le permita consolidarse como tal.
La estructura o marco institucional nos permite analizar y estudiar las diferentes
manifestaciones culturales (costumbres, rasgo, ideas) así también definirlas. Un ejemplo de rasgo
de cultura universal podría ser el contrato matrimonial, donde la reproducción, la educación y la
cooperación domestica son los intereses dominantes, y aunque varíen de una cultura a otra, no
son rasgos aislados.
Con el fin de rastrear, observar y registrar todos los tipos de conducta organizada, el autor
propone realizar una lista con aquellos principios generales que ligan a los seres humanos. El
primer hecho, la reproducción, determinante fundamental en cada sociedad, es un principio que
actúa como integrador social conteniendo la ley de matrimonio, de filiación y parentesco, así
como todas sus consecuencias con respecto a la estructura social.
Otro hecho o principio de agrupamiento es el de proximidad y contigüidad, ya que la
esencia de la vida es la cooperación. La tribu es una unidad territorial que actúa bajo este
principio, puesto que los individuos intercambian servicios, pueden trabajar juntos, entre otras
cosas. Estas áreas, distritos, provincias son instituciones en tanto que estén organizados.
La anatomía y fisiología (sexo, edad, deficiencias o condiciones patológicas) sirve también
como principio de distinción, pudiendo formar grupos institucionalizados que se basan en el sexo
(agrupar hombres excluyendo a las mujeres). Este tipo de organización basada en el sexo, está
ligado al sistema de los grupos de edad.
El cuarto principio, de asociación, significa el agrupamiento voluntario por iniciativa
individual. Dentro de este principio, las personas se pueden agrupar en sociedades secretas,
clubes, equipos recreativos o artísticos.
El quinto principio integrativo, es aquel que abarca la habilidad profesional, el aprendizaje
y la prelación (prioridad). Este principio puede considerarse menos específico que los anteriores,
ya que las características mencionadas anteriormente varían de una cultura a otra, sin embargo,
en todas las culturas se hallan instituciones relacionadas con la producción, distribución y
consumo de bienes. Por lo cual, a medida que la cultura progresa, las tareas especificas se
diferencian para luego ser incorporadas a una institución determinada.
La educación, es una institución presente desde los orígenes de la humanidad, en las
tempranas etapas culturales, encargada principalmente de la transmisión tradicional de técnicas,
ideas y valores.
El status y rango, aparece en los grados culturales primitivos mediante el
desenvolvimiento del poder militar, la conquista y por lo tanto, con la estratificación étnica. A
través de esto último, se introduce el principio racial, el cual también puede llegar a
institucionalizarse.
Dicho lo anterior, son identificables las formas en que las distintas y definidas culturas se
separan unas de otras. “La unidad de estos grupos, geográficamente definidos, consiste en la
homogeneidad de la cultura” (pp. 80-81), esto significa, que los grupos poseen la misma cultura, el
mismo idioma, las mismas tradiciones religiosas, los mismos valores económicos y también
morales. Estos grupos unificados culturalmente, son el antecedente de lo que hoy llamamos
nación.
Y el último principio de integración, es el de autoridad. Este es la esencia de la
organización social, ya que es el deber de tomar decisiones, resolver disputas o desacuerdos y
también de hacer valer tales decisiones a través de la fuerza.
En toda cultura se han de hallar tipos de organización, y mediante la lista de principios
integrativo y sus tipos de instituciones, se pretende llegar a una caracterización de la cultura.
Malinowski, B. 1984. Cap. X Necesidades y sus concomitantes culturales. Una teoría científica de
la cultura. Madrid: Sarpe. pp. 112-142
En este último capítulo, se presenta una tabla con siete necesidades básicas (1.
Metabolismo 2. Reproducción 3. Bienestar corporal 4. Seguridad 5. Movimiento 6. Crecimiento 7.
Salud) y sus concomitantes culturales al lado. Las primeras necesidades básicas del ser humano, y
las siguientes derivaciones culturales de la misma.
Nuestro organismo se adapta mediante hábitos y es dentro de organizaciones culturales
que encontramos las satisfacciones organizadas que necesitamos. Por ejemplo, en toda sociedad
humana, el acto de comer se satisface dentro de una institución determinada: puede ser en la
familia, el hogar, un centro comercial, un hotel, etc.
Por lo cual, la alimentación depende de una serie de actividades institucionalizadas y
organizadas para que se lleve a cabo, y si un factor, cualquiera sea, perturba esto, afectaría
directamente la satisfacción de esta necesidad. Para el correcto funcionamiento de tales
actividades, existen reglas de conducta y sanciones que se aplican a la cadena de actividades, por
lo que cada etapa está regulada. Y para que las normas y reglas sean fortalecidas, puede
implicarse el elemento de coerción o autoridad.

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