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La música, ¨buena¨ o ¨mala¨, sólo tiene dos ingredientes que pueden ser llamados
naturales: la capacidad de un cuerpo para vibrar y producir sonido y el mecanismo del
oído humano que lo registra. Estos dos ingredientes pueden ser estudiados y analizados,
pero no pueden ser cambiados; son las constantes comparativas. Todo lo demás en el
arte de la música, y que también puede ser estudiado y analizado, es creación humana o
está implícito en actos humanos y por lo tanto debe ser sujeto del más fiero escrutinio – y
ultimadamente de aprobación, indiferencia, o desprecio. En otras palabras, todo lo
demás es sujeto de cambio.
Harry Partch. Génesis de una música.
Un tono es una relación de proporcionalidad entre dos sonidos de frecuencia fija. Los
tonos son los intervalos o escalones melódicos que se utilizan universalmente en escalas
que por lo general constan de cinco a nueve en una octava. Existen tonos de distintos
tamaños. El sistema de afinación usado en occidente es el temperamento igual y divide la
octava en doce semi tonos o seis tonos enteros idénticos. En los sistemas de afinación
naturales o justos, como el de china, la india o el mundo árabe, existen por lo menos tres
tonos enteros de diferente tamaño, distintos todos al tono entero del temperamento igual.
En occidente y sus zonas de mayor influencia -- me refiero aquí a los países donde el
temperamento igual es el sistema de afinación dominante -- nos cuesta trabajo entender
que el tono es una entidad dinámica, que los hay de muchos tamaños. Como nuestro
sistema divide la octava en doce semitonos idénticos, que suman seis tonos enteros
también idénticos, solemos considerar erróneamente al tono temperado como medida de
lo tonal universal. A partir de esta perspectiva práctica y teórica se llama microtonal a
cualquier sistema donde se usen intervalos más chicos que el semitono temperado,
metiendo en el mismo cajón a una inmensa variedad de sistemas de muy diversa índole,
tales como, por ejemplo, el Sonido 13 o el sistema de afinación clásico de la India.
En el aspecto tonal, las octavas son las que dividen y establecen los pisos en que se divide
el edificio de la música. La estructura física de este edificio y nuestra percepción
sensorial del mismo son universales. Están determinados, en lo físico, por la forma
natural de vibrar de los cuerpos simples, tales como una cuerda tensa o una columna de
aire en movimiento, que generan siempre la misma serie de vibraciones adicionales o
armónicos.
Comenzando en 1/1, la escala continúa con 2/1, 3/2, 4/3, 5/4, 5/3, 6/5, 7/6, 7/5,
7/4, 8/7 (todos expresados dentro del 2/1), etc., etc., hacia números
progresivamente mayores. Esto no es una escala en el sentido convencional, sino
una escala de valores o grados musicales. Comenzando con la consonancia
absoluta, de manera muy rápida se vuelve disonante – tan disonante que el oído
puede hacer pocas distinciones entre disonancias comparativas. (Partch, 1974: 87)
En los sistemas naturales, muchos de ellos también llamados modales, el centro tonal, es
decir la tónica o fundamental, no cambia en el transcurso de una misma pieza, pues es el
elemento que establece el valor real de los tonos o intervalos, sin el cual pierden sentido,
pues su relación numérica con la frecuencia base es lo que determina su consonancia o
disonancia. La siguiente es una secuencia básica progresiva de intervalos naturales: 2/1 es
la octava; 3/2 es la quinta justa; 4/3 es la cuarta justa; 5/4 es la tercera mayor justa; 6/5 es
la tercera menor justa… Un poco más adelante en esta secuencia aparecen por lo menos
tres posibles tonos enteros, todos distintos al tono del temperamento igual. Se trata de los
tonos 8/7, 9/8 y 10/9, llamados respectivamente: tono entero septimal, tono justo entero
grande y tono justo entero chico. (Partch, 1974: 68) En occidente, para poder comparar
intervalos diferentes, el temperamento igual se divide en 100 cents cada semitono, con lo
que un tono entero tiene 200 cents y una octava corresponde a 1200 cents. El tono entero
temperado, está desafinado 4 cents por debajo del tono justo grande y 18 cents por arriba
del tono justo pequeño. También existen dos medios tonos naturales cercanos al del
temperamento igual, 16/15 y 25/24 o el medio tono justo grande y el medio tono justo
chico. El medio tono del temperamento igual expresado como un quebrado de números
enteros corresponde a la proporción de 1,059,463,094/1,000,000,000. Se trata por tanto
de una relación demasiado compleja, por el tamaño de los números, para que nuestro
cerebro la perciba con claridad. Por eso lo que el temperamento igual ganó en términos
de modulación armónica tonal circular lo perdió en cuanto a definición y expresividad
tonal melódica.
En China, desde hace más de cuatro mil años se utilizan comúnmente escalas
pentatónicas, cuyas proporciones se obtienen de aplicar la relación 3/2 empezando en el
sonido generador, o sea la tónica o fundamental. Como se mencionó antes, en la teoría
musical china la escala pentatónica y la escala de doce semitonos (no iguales) aparecen
simultáneamente, pues es la consecuencia lógica de seguir la serie de las quintas. Y la
otra consecuencia es el descubrimiento de la espiral en la música, al detectarse la llamada
comma pitagórica. Pero si se opta por ignorar esta pequeña incongruencia, se obtiene un
marco teórico simbólico circular y se puede formar un sistema de doce tonos
representado por un hexágono con seis notas femeninas o pasivas al interior y seis notas
masculinas o activas al exterior, el ying y el yang, generando correspondencias con los
distintos elementos de la cosmovisión china. Los chinos, con una tradición milenaria de
dinastías imperiales capaces de imponer normas y estilos, decidieron quedarse con un
sistema pentatónico basado en la escala cromática pitagórica de doce semitonos. Y para
poder modular, es decir, para poder tocar las escalas pentatónicas correctamente afinadas
a partir de diferentes tonos, dividieron la octava en 60 partes o lüs, a partir de calcular
hasta el número 60 en la serie de las quintas. Y así cada cara del hexágono se divide en
diez lüs, con lo que se obtienen los sesenta micro intervalos que dividen a la octava. Sin
embargo, esta precisión en la división de la octava no implica que se trate de un sistema
musical microtonal, pues se basa en el uso de escalas pentatónicas de intervalos grandes,
sólo que necesita considerar estos pequeños intervalos para mantener las proporciones
exactas en cada cambio de tónica. Si se sigue la serie de las quintas más allá de doce,
dividiendo nuevamente la octava pero ahora en intervalos del tamaño de la comma, la
octava queda dividida en 53 commas pitagóricas. Casi, por que aquí se genera una nueva
diferencia, una nueva comma o discrepancia más pequeña que la pitagórica, donde
comienza un nuevo ciclo que nos lleva a una segunda división de la octava en 258 micro
intervalos. Pero en aras de cerrar ese círculo, aunque sea en el terreno teórico y
simbólico, los chinos agregan 7 notas del siguiente ciclo de la espiral, para tener así un
sistema circular de sesenta grados.
En la música clásica de la India, desde hace poco más de dos mil años, las escalas o ragas
se obtienen de dividir la octava en 22 tonos naturales desiguales, llamados śrutis. Para
formar las escalas o ragas, que pueden tener de 5 a 9 notas, se escoge de entre los 22
śrutis. Las ragas más comunes son de 7 notas, como nuestras escalas mayores y menores.
En 1877, cuando Julián Carrillo tenía dos años, se publicó en Alemania la primera
edición de SOBRE LAS SENSACIONES DEL TONO. Como una base fisiológica para la
Teoría Musical, obra fundacional para occidente en el estudio de la acústica, la
psicoacústica, la estética musical y la historia y clasificación de las escalas y los
principales sistemas de afinación en el mundo, del fisiólogo y físico alemán Herrman von
Helmholtz (1821 – 1894). En el siglo XIX existió en Inglaterra una asociación de coros
llamados los Solfistas Tónicos, quienes desarrollaron un sistema de entrenamiento y
lectura para poder ejecutar música tonal armónica en entonación justa, algo que se puede
hacer con las voces, si se prescinde de la rigidez del teclado. Helmholtz apreciaba mucho
las afinaciones naturales y por lo tanto a los Solfistas Tónicos y al igual que ellos, no
escuchaba con muy buenos oídos al temperamento igual. En medio de algunas polémicas
desatadas alrededor de su obra, escribió lo siguiente:
Que el sistema natural puede ser realizado por cantantes lo prueban los Solfistas
Tónicos Ingleses. Y también puede ser llevado a cabo en instrumentos de cuerda
sin trastes, así como en los metales. Y los alientos de madera pueden ser
adaptados para reafinarse con el resto. Así que no creo que las dificultades del
sistema natural sean invencibles. Por el contrario, creo que muchas de nuestras
mejores interpretaciones musicales se deben a la introducción inconsciente del
sistema natural, y que podríamos disfrutar más seguido de sus encantos si dicho
sistema fuera enseñado pedagógicamente, como fundamento de toda la enseñanza
musical, en lugar de la entonación temperada que se esfuerza en prevenir que la
voz humana y los instrumentos de arco desarrollen toda su armonicidad, en aras
de no interferir con las conveniencias de los intérpretes de pianoforte y órgano.
El śruti no es un intervalo temperado. No todos los śrutis son iguales. (…) Como
toda división práctica de la octava, la división de los śrutis es teóricamente
insuficiente, pero creer que es una división temperada es rebajar el conocimiento
científico de los hindús al de las prácticas musicales modernas; y también en
contradicción absoluta con los tratados Sánscritos. (…) cuando J. Grosset, como
muchos otros, toma a los śrutis como divisiones iguales en su artículo de la
Encyclopédie de la musique et dictionnaire du Conservatoire, y los compara con
la escala temperada occidental, enlistando para este propósito la ayuda de un
‘’profesor de matemáticas’’ e interminables logaritmos, puede estar haciendo
prodigiosos ejercicios matemáticos, pero no tienen absolutamente ninguna
conexión con la teoría o la práctica de los śrutis. (Daniélou, 1995: 81)
A casi cien años de la presentación del Sonido 13 de Carrillo y del Sistema Natural de
Novaro, ambos sistemas tienen una presencia bastante marginal en la vida musical de
México. El trabajo de Carrillo mantiene cierta presencia debido sobre todo a la labor de
un pequeño grupo de intérpretes que cada tanto realiza recitales de sus obras. Por su
parte, la obra de Augusto Novaro es prácticamente desconocida en México, pero encontró
continuidad en el trabajo de Erv Wilson, teórico musical y diseñador de instrumentos,
méxico-estadunidense, nacido en Chihuahua en 1928, especializado en afinaciones
naturales y microtonales, colaborador cercano de Harry Partch, el más notable
compositor estadunidense del siglo XX en cuanto a su adopción y desarrollo de
afinaciones e instrumentos dentro del sistema natural. Erv Wilson reconoce en la obra de
Augusto Novaro una de sus principales influencias en su decisión de dedicarse al tema de
las afinaciones justas, en las áreas de escalas, teclados y notación.
Bibliografía
Daniélou, Alain (1995) Music and the Power of Sound. The Influence of Tuning and
Interval on Consciousness, Inner Traditions, Rochester, 172 pp.
Helmholtz, Hermann (1954) On the Sensations of Tone, Dover Publications Inc., New
York, 576 pp.
Madrid, Alejandro L. (2015) In Search of Julián Carrillo and Sonido 13, Oxford
University Press, New York, 303 pp.
Partch, Harry (1974) Genesis of a Music, Da Capo Press, New York, 517 pp.