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Coleccion: Gaceta Civil - Tomo 7 - Numero 13 - Mes-Ano: 1_2014

Conservación del vínculo familiar en la adopción de


mayores de edad
Claudia LUCENA MAYORGA (*)

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TEMA RELEVANTE

La autora concuerda con la reciente modificación del artículo 22 del Código Civil, pues
ello responde a la necesidad de resguardar la unión familiar al momento en que un
cónyuge adopta al hijo mayor de edad de su pareja, ya que ahora, y en consonancia
con un precedente del Reniec, no se pierde el vínculo con el progenitor biológico. Y es
que antes esta solución solo se contemplaba para los menores de edad, lo que
constituía un vacío.

MARCO NORMATIVO:

 Código Civil: arts. 22, 238 y 377.

 Código de los Niños y Adolescentes: art. 128.

 Ley que modifica el artículo 22 del Código Civil para precisar el nombre en el caso
de que un cónyuge o concubino adopte al hijo del otro, Ley N° 30084 (22/09/2013).

 Ley de competencia notarial en asuntos no contenciosos, Ley N° 26662 (22/09/1996):


art. 21.

INTRODUCCIÓN

El Código Civil es, sin duda, la norma más relevante en la vida cotidiana de las
personas, regula las relaciones civiles, las que ocurren todos los días; y por ello,
cualquier modificación en él merece ser analizada, comentada y conocida por todos.

El 22 de setiembre último se publicó en el diario oficial El Peruano la Ley Nº 30084,


Ley que modifica el artículo 22 del Código Civil para precisar el nombre en el caso de
que un cónyuge o concubino adopte al hijo del otro. Sin embargo, poco se ha dicho al
respecto, casi podría decirse que esta modificación ha pasado desapercibida. La razón
parece evidente, no afecta la vida de todos, solo la de aquellos que deciden transitar
por un proceso de adopción, y dentro de ese grupo, a los que deciden adoptar a un
mayor de edad, y dentro de ese grupo, a los que deciden adoptar al hijo mayor de
edad de su cónyuge o concubino. Efectivamente, el número de las personas afectadas
o mejor dicho, beneficiadas por la modificación, podría resultar poco significativo.
Empero, no lo son las implicancias que la referida modificación tiene sobre este grupo
de personas. Razón suficiente para que la modificación del artículo 22 del Código Civil
merezca ser comentada, para lo cual vamos a utilizar la historia real de Rosa, Tomás y
Jorge1.

Rosa Jiménez Díaz y Juan Gutiérrez Alegre tuvieron a su hijo Jorge, lo reconocieron e
inscribieron como hijo de ambos, pero como ocurre en muchos casos, Juan
desapareció y Rosa se hizo cargo de su hijo. Poco tiempo después, cuando Jorge
tenía un año de edad, Rosa conoció y se casó con Tomás García Celi, quien en los
hechos, asumió la paternidad de Jorge. Luego de que Jorge cumpliera la mayoría de
edad, él y Tomás decidieron formalizar la relación paterno-filial que los unía a través de
un proceso de adopción de mayor de edad por la vía notarial, de conformidad con lo
dispuesto en la Ley Nº 26662, Ley de Competencia Notarial en Asuntos No
Contenciosos2. Rosa suscribió la respectiva minuta, a efectos de cumplir con el
requisito establecido en el artículo 22 de la norma antes citada, que dispone que la
minuta debe contener el asentimiento del cónyuge del adoptante.

Como consecuencia del procedimiento llevado a cabo, Jorge pasó a llamarse Jorge
García Celi, se le extendió una nueva partida de nacimiento en sustitución de su
partida original, y en ella se consignó como declarante a Tomás, eliminándose toda
referencia a sus padres biológicos (su padre y su madre).

O sea, el procedimiento que se inició con la finalidad de integrar a la familia que de


hecho habían formado Rosa, Tomás y Jorge terminó por desintegrarla, pues la
adopción de Jorge por Tomás generó que Jorge pierda el apellido de su madre
biológica y con él, el vínculo de filiación con Rosa.

La historia de Rosa, Tomás y Jorge no es única y se repitió con frecuencia hasta julio
de 20093. Hoy podemos afirmar que desde el 22 de setiembre de 2013 ningún mayor
de edad adoptado por el cónyuge o concubino de su padre o madre biológico volverá a
perder el apellido y su vínculo de filiación con este último. Ello en razón de la
modificación del artículo 22 del Código Civil, que en virtud de lo dispuesto en la Ley Nº
30084 quedó redactado en la forma siguiente:

“Nombre del adoptado

Artículo 22.- El adoptado lleva los apellidos del adoptante o adoptantes.

El hijo de uno de los cónyuges o concubinos puede ser adoptado por el otro. En tal
caso, lleva como primer apellido el del padre adoptante y como segundo el de la madre
biológica o, el primer apellido del padre biológico y el primer apellido de la madre
adoptante, según sea el caso”(*).
(*) Párrafo final incorporado por el artículo único de la Ley Nº 30084, publicada el 22 setiembre de 2013.

I. LOS EFECTOS DE LA ADOPCIÓN

El artículo 377 del Código Civil dispone que por la adopción, el adoptado adquiere la
calidad de hijo del adoptante y deja de pertenecer a su familia consanguínea 4.

Es decir que como consecuencia de la adopción se crea una relación paterno-filial


entre personas que no la tienen por naturaleza, provocándose la ruptura total y
definitiva de la relación del adoptado con su familia biológica. Se busca con ello la
integración del adoptado a su familia adoptiva, lo cual debe ser entendido como
manifestación de la protección de la familia, reconocida constitucionalmente 5.

La filiación, según explica Marcial Rubio citando la sentencia del Tribunal


Constitucional expedida el 20 de abril de 2006 en el Expediente Nº 2273-2005-PHC-
TC sobre proceso de hábeas corpus interpuesto por Karen Mañuca Quiroz Cabanillas
contra el Jefe del Registro Nacional de Identificación y Estado Civil (Reniec), se
determina en función al apellido. “El apellido establece la filiación, los lazos de
parentesco y la paternidad. Se transmite de padres a hijos matrimoniales o
extramatrimoniales, siempre que hayan sido reconocidos, dado el caso por sentencia
judicial”6 (el resaltado es nuestro). En ese sentido, en línea con lo dispuesto en el
artículo 377 del Código Civil, el artículo 22 del mismo cuerpo legal prevé que el
adoptado lleva los apellidos del adoptante o adoptantes. De ese modo, cuando la
adopción es realizada por padre y madre adoptivos, el adoptado llevará el primer
apellido de cada uno; y, en caso de adopción por una sola persona, el adoptado llevará
sus dos apellidos7. Recordando la historia de Rosa, Tomás y Jorge, se aprecia que el
último fue adoptado únicamente por Tomás, ya que Rosa era su madre biológica. Ello,
determinó que como consecuencia de la adopción y de la aplicación literal del artículo
22 del Código Civil (antes de su modificación), se le asignaran a Jorge los dos
apellidos de Tomás y se eliminara el de Rosa.

La historia de Jorge es un ejemplo de cómo en la realidad se producen situaciones que


no siempre están contempladas en las normas. Es entonces cuando la ley debe
adaptarse a las nuevas situaciones y no pretender lo inverso. El caso de Jorge era uno
de adopción que claramente no se ajustaba al supuesto de hecho contemplado en el
artículo 377 del Código Civil; y, en el que la aplicación del artículo 22 (antes de su
modificación) generaba el efecto contrario al buscado por Tomás, Rosa y Jorge –
integrar legalmente a su familia–. Rosa y Jorge no querían perder su vínculo filial,
buscaban integrar a Tomás en su familia. Para ello, realizaron el trámite de adopción
de Jorge por Tomás sin imaginar que por aplicación de las normas antes referidas,
Jorge pasaría a llevar los dos apellidos de Tomás, perdiendo el de su madre, Rosa, y
con el apellido, su vínculo filial con ella.

Y es que hasta antes de la modificación del artículo 22 del Código Civil, solo el Código
de los Niños y Adolescentes, aprobado por la Ley Nº 27337 (en adelante, el Código de
los Niños y Adolescentes) contemplaba de manera expresa la posibilidad de que el
adoptado (menor de edad) mantuviese los vínculos de filiación con su padre o su
madre biológicos, en el caso de que el adoptante tuviese vínculo matrimonial con
este(a)8.

Si Tomás hubiese adoptado a Jorge mientras era menor de edad no estaríamos


usando como ejemplo su historia, pues se habría aplicado a su caso el artículo 128 del
Código de los Niños y Adolescentes y Jorge habría sido adoptado por Tomás,
conservando el vínculo con su madre, Rosa. Como consecuencia de su adopción,
Jorge habría pasado a llamarse Jorge García Jiménez. Pero Jorge ya era mayor de
edad cuando fue adoptado por Tomás, y en consecuencia tanto el notario como el
Reniec aplicaron a su caso los artículos 22 y 377 del Código Civil, interpretados en la
forma más literal y directa; y en el caso del Reniec, tomó en cuenta el precedente de
observancia obligatoria contenido en la Resolución Jefatural Nº 1011-2005-
JEF/RENIEC a la que nos referimos a continuación.

II. LA RESOLUCIÓN JEFATURAL Nº 1011-2005-JEF/RENIEC


El 14 de octubre de 2005, se publicó en el diario oficial El Peruano la Resolución
Jefatural Nº 1011-2005-JEF/RENIEC referida a los alcances de los artículos 377 y 22
del Código Civil, declarada como precedente de observancia obligatoria (en adelante,
la Resolución Jefatural Nº 1011-2005).

El caso que fue resuelto en última instancia administrativa por la Resolución Jefatural
Nº 1011-2005 era idéntico al de Jorge, salvo porque en aquel, las partes previendo que
pudiese ocurrirles lo que a Jorge, señalaron expresamente en la escritura pública de
adopción que el adoptado únicamente perdería el vínculo consanguíneo con su padre
biológico y no con su madre biológica (cónyuge del adoptante), cuyo apellido debería
conservar. Se aclaró que la intervención de la madre biológica en la escritura pública
de adopción se restringía a prestar su aceptación, en su condición de cónyuge del
adoptante, en cumplimiento del requisito establecido en el numeral 3) del artículo 378
del Código Civil.

La inscripción de la adopción en ese caso fue negada en todas las instancias


administrativas del Reniec porque se consideró que contravenía lo dispuesto en los
artículos 22 y 377 del Código Civil, disposiciones que, según dichas instancias, eran de
observancia obligatoria y que únicamente admitían como excepción lo dispuesto en el
artículo 128 del Código de los Niños y Adolescentes, aplicable a la adopción de
menores de edad.

La Resolución Jefatural Nº 1011-2005, que fue declarada como precedente de


observancia obligatoria, se basó en dos argumentos principalmente. El primero, que el
artículo 377 del Código Civil establecía que por la adopción el adoptado deja de
pertenecer a su familia consanguínea y que dicha norma no admite excepciones, salvo
para el caso de los adoptados menores de edad. Como segundo argumento se indicó
que la conformación del nombre del adoptado se encuentra determinado legalmente
en el artículo 22 del Código Civil y que dicha disposición no podía ser inobservada por
la Administración ni por los administrados.

III. LA RESOLUCIÓN JEFATURAL Nº 413-2009-JNAC/RENIEC

Felizmente para Rosa, Tomás y Jorge, y las demás personas en su situación, en el año
2009 el Reniec modificó el precedente de observancia obligatoria establecido en virtud
de la Resolución Jefatural Nº 1011-2005, dando un claro ejemplo de cómo la actuación
de la Administración Pública debe servir para proteger el interés general, garantizando
los derechos e intereses de los administrados, tal como lo señala el artículo III de la
Ley del Procedimiento Administrativo General, Ley Nº 27444; y, de cómo las entidades
deben adaptarse a los cambios.

El 14 de julio de 2009 se publicó en el diario oficial El Peruano la Resolución Jefatural


Nº 413-2009-JNAC/RENIEC (en adelante, la Resolución Jefatural Nº 413-2009) por la
que se dispuso que son inscribibles las propuestas registrales de adopción de persona
capaz cuando el adoptante es cónyuge del padre o madre biológico del adoptado, caso
en el cual el adoptado conserva el vínculo consanguíneo con su padre o madre
biológico, cónyuge del adoptante.

En los considerandos de la Resolución Jefatural Nº 413-2009 se sostiene que en el


caso de la adopción de persona capaz por el cónyuge o concubino del padre o madre
biológico, el adoptado no deja de pertenecer a su familia biológica, ni pretende hacerlo
para formar parte de otra, que es el supuesto regulado por el artículo 377 del Código
Civil. Por el contrario, se pretende integrar legalmente a una tercera persona, el
cónyuge o concubino del padre o madre biológico, a la familia que han constituido de
hecho, en aras de afianzar los vínculos al interior de ella. Exactamente el caso de
Jorge, no regulado por el artículo 377 del Código Civil, sino por el literal a) del artículo
128 del Código de los Niños y Adolescentes, no aplicable por ser Jorge mayor de
edad. En atención a esto último, la Resolución Jefatural Nº 413-2009 plantea entre sus
considerandos, que la modificación del precedente de observancia obligatoria
establecido en virtud de la Resolución Jefatural Nº 1011-2005, genera el tratamiento
homogéneo de una misma situación entre los adoptados menores y mayores de edad,
preservando de ese modo el derecho a la igualdad de las personas, consagrado en el
artículo 2 de la Constitución Política del Perú.

Así, el Reniec concluyó que era pertinente modificar el precedente contenido en la


Resolución Jefatural Nº 1011-2005 para permitir que se conserve el vínculo
consanguíneo del adoptado mayor de edad con el padre o madre biológico que ha
contraído matrimonio con el adoptante, consolidando una unidad familiar en cuyo seno
se desarrolla la persona a adoptar, al no resultar jurídicamente razonable que se
suprima ese vínculo pues ello resulta contrario a los principios expuestos en la
Resolución Jefatural Nº 413-2009, al derecho a la identidad protegido
constitucionalmente en el inciso 1 del artículo 2 de la Constitución Política del Perú 9 y
a la institución misma de la adopción. En tal sentido, resolvió:

“Artículo Primero.- Disponer la modificación del criterio de interpretación contenido en


la Resolución Jefatural Nº 1011-2005-JEF/RENIEC, respecto a la adopción de persona
capaz por el cónyuge de su padre o madre biológicos.

Artículo Segundo.- Disponer que son inscribibles las propuestas registrales de


adopción de persona capaz cuando el adoptante es cónyuge del padre o madre
biológico del adoptado, caso en el cual el adoptado conserva el vínculo consanguíneo
con su padre o madre biológico, cónyuge del adoptante”.

IV. LA LEY Nº 30084

Resulta válido preguntarse si, habiéndose solucionado el problema con la modificación


del precedente de observancia obligatoria contenido en la Resolución Jefatural Nº
1011-2005, a través de la Resolución Jefatural Nº 413-2009, era necesaria la
modificación del artículo 22 del Código Civil. La respuesta, positiva, la encontramos en
la Exposición de Motivos del Proyecto de Ley Nº 00528 presentado el 16 de noviembre
de 2011 por el Reniec al Congreso de la República.

Según lo señalado en la Exposición de Motivos, “aun cuando el criterio asumido por


esta última resolución jefatural [refiriéndose a la Resolución Jefatural Nº 413-2009]
está orientado a establecer una solución al problema desde la perspectiva de la
protección de los derechos fundamentales, es necesario advertir que no estamos
frente a una dificultad proveniente de la interpretación de normas sustantivas
aplicables a un procedimiento administrativo. La situación planteada requiere de la
modificación de la norma establecida en el Código Civil en caso de las adopciones”
(texto entre corchetes nuestro).

Estamos de acuerdo con que la dificultad a la que se enfrentaron Rosa, Tomás y Jorge
no provenía de la interpretación de las normas sustantivas contenidas en el Código
Civil, específicamente los artículos 377 y 22. Como lo hemos señalado anteriormente,
dichas normas no contemplan el supuesto de hecho de la adopción del hijo del
cónyuge o concubino del padre o madre biológico, como sí lo hace el Código de los
Niños y Adolescentes. Ante el vacío legal encontrado en la legislación general,
aplicable a la adopción de personas capaces, correspondía que este fuera suplido por
aquellas normas especiales que regulan la materia; lo contrario hubiese producido una
situación contraria a los principios generales del derecho, a la Constitución y a los
intereses de los particulares intervinientes en el acto de adopción. El Reniec suplió
correctamente el vacío, homogenizando el tratamiento otorgado a los adoptados
mayores y menores de edad mediante la expedición de la Resolución Jefatural Nº 413-
2009; y, fue luego el propio Reniec el que reconociendo la existencia del vacío legal en
las normas generales aplicables a la adopción de mayores de edad, solicitó al
Congreso de la República la modificación del artículo 22 del Código Civil, señalando
expresamente que “a través de este proyecto de ley se pretende atender las
situaciones que regula la Resolución Jefatural Nº 413-2009-JNAC/RENIEC que admitió
la conservación del vínculo consanguíneo de personas capaces” 10.

Concordamos también con el Informe de la Comisión de Justicia y Derechos Humanos


del Congreso de la República, en el sentido de que “el principal objeto de la institución
jurídica de la adopción es la de llegar a establecer relaciones paterno-filiales entre dos
individuos que no se encuentran vinculados en forma natural, perspectiva que –en
caso de la adopción de mayores de edad– también lleva implícito el propósito de
resguardo de la unión familiar, y, además, mantener las relaciones normales entre los
cónyuges”. En tal sentido, dicha Comisión concluyó que la adopción de mayores de
edad se encuentra regulada por el Código Civil, que contiene normas de carácter
general respecto de la conformación del nombre del adoptado, que podrían (debían)
ser complementadas con disposiciones especiales, para casos específicos como la
adopción por el cónyuge o concubino del padre o madre biológico, tal como ocurre en
el caso de la adopción de menores de edad, regulada en el Código de los Niños y los
Adolescentes.

Así fue como finalmente el 22 de setiembre de 2013 se publicó en el diario oficial El


Peruano la Ley Nº 30084, Ley que modifica el artículo 22 del Código Civil para precisar
el nombre en el caso de que un cónyuge o concubino adopte al hijo del otro.

No podemos terminar sin mencionar que Jorge consiguió restablecer su vínculo filial
con Rosa luego de que el Reniec, a través de su Resolución Jefatural Nº 413-2009,
modificó el precedente de observancia obligatoria establecido en virtud de la
Resolución Jefatural Nº 1011-2005.

(*) Socia del Estudio Miranda & Amado Abogados.

1 Aunque se trata de una historia real, los nombres de los personajes son ficticios.
2 La Ley Nº 26662, Ley de Competencia Notarial en Asuntos No Contenciosos, otorga competencia al notario para, entre
otros, tramitar la adopción de personas mayores de edad con capacidad de goce y ejercicio (art. 21).
3 Como explicamos más adelante, el 14 de julio de 2009 se publicó en el diario oficial El Peruano la Resolución Jefatural
Nº 413-2009-JNAC/RENIEC por la que se dispuso que son inscribibles las propuestas registrales de adopción de persona
capaz, cuando el adoptante es cónyuge del padre o madre biológico del adoptado, caso en el cual el adoptado conserva el
vínculo consanguíneo con su padre o madre biológico, cónyuge del adoptante.
4 El artículo 238 del Código Civil reconoce a la adopción como fuente de parentesco.
5 Constitución Política del Perú de 1993
Protección a la familia. Promoción del matrimonio
Artículo 4.- La comunidad y el Estado protegen especialmente al niño, al adolescente, a la madre y al anciano en
situación de abandono. También protegen a la familia y promueven el matrimonio. Reconocen a estos últimos como
institutos naturales y fundamentales de la sociedad.
(...)
6 RUBIO CORREA, Marcial. “Derecho a la Identidad”. En: Los Registros y las Personas. 1ª edición, Dimensiones Jurídicas
Contemporáneas, editado por Reniec, Lima, agosto 2010, p. 36.
7 Sobre los apellidos que debe llevar el adoptado trató la Comisión Reformadora del Código Civil. Recordemos que la
promulgación del Código Civil de 1984 trajo consigo la modificación de la institución de la adopción según había sido
conocida hasta entonces. Como explica Héctor Cornejo Chávez en la exposición de motivos y comentarios del proyecto
del Libro de Derecho de Familia de la Comisión Reformadora del Código Civil, se resolvió que el apellido del adoptado
debe ser modificado, “sea en el sentido de no sobrecargar a aquel con tres y hasta cuatro apellidos, sea en el más
trascendente de sustituir los apellidos de los padres consanguíneos con el o los apellidos de los adoptantes”. La
sustitución de los apellidos de los padres consanguíneos, según Cornejo Chávez, conducía directamente a un problema
mayor, que era determinar si el vínculo generado por la adopción plena debía mantenerse como superpuesta a la
consanguínea o natural, o si debía ser sustituida, de modo que el adoptado rompiese todo vínculo con su familia
consanguínea y se integrase plenamente a la familia del adoptante. La tesis de la sustitución del vínculo habría primado en
razón de que la institución de la adopción se dirige a cautelar el interés del hijo adoptado. REVOREDO DE DEBAKEY,
Delia (compiladora). Código Civil. Exposición de Motivos y Comentarios. Tomo IV, parte III, Lima, 1985, pp. 432-434.
8 Código de los Niños y los Adolescentes
Artículo 128.- Excepciones.-
En vía de excepción, podrán iniciar acción judicial de adopción ante el Juez especializado, inclusive sin que medie
declaración de estado de abandono del niño o del adolescente, los peticionarios siguientes:
a) El que posea vínculo matrimonial con el padre o madre del niño o el adolescente por adoptar. En este caso el niño o
adolescente mantienen los vínculos de filiación con el padre o madre biológicos;
(...)
9 Constitución Política del Perú de 1993
Derechos fundamentales de la persona
Artículo 2.- Toda persona tiene derecho:

1. A la vida, a su identidad, a su integridad moral, psíquica y física y a su libre desarrollo y bienestar. El concebido es
sujeto de derecho en todo cuanto le favorece.
(...)

10 Vale señalar que ya el 3 de diciembre de 2008 se había presentado ante el Congreso de la República el Proyecto de
Ley Nº 02904/2008-CR que proponía modificar el artículo 377 del Código Civil. Según la Exposición de Motivos del referido
proyecto, la iniciativa legislativa tenía por objeto “corregir una indebida interpretación y aplicación de la norma contenida en
el artículo 377 del Código Civil referido a adopciones; y llenar un vacío legal que permite la situación antes referida; que se
presenta cuando al manifestar un mayor de edad su voluntad y aceptación de ser adoptado por el o la cónyuge de su
progenitor(a), le aplican la desvinculación de la familia consanguínea que dispone la última parte del artículo 377 del
Código Civil, lo que resulta a todas luces absurdo pues la adopción la solicita el o la cónyuge del progenitor(a), y no el
progenitor(a) que es padre o madre consanguíneo”.

El Proyecto de Ley Nº 02904/2008-CR proponía que el artículo 377 del Código Civil quedase redactado de la forma
siguiente:

Artículo 377.-

Por la adopción, el adoptado adquiere la calidad de hijo del adoptante y deja de pertenecer a su familia consanguínea.

Cuando el adoptante es cónyuge de uno de los padres biológicos del adoptado, este mantiene el parentesco con
el cónyuge al cual le une el vínculo consanguíneo, y por ende el respectivo apellido en el orden previsto por Ley
(el párrafo en negritas en el que se proponía incorporar).

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