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Fácil,
menos fácil
y difícil
100 problemas de lógica
y matemática
© M. Mataix Lorda, 1981
ISBN: 84-267-0406-9
Depósito legal: B. 31.822 - 1980
Impreso en España
Printed in Spain
―4―
Índice general
Enunciados
1. Criptograma
2. Suma de una serie
3. Divisibilidad
4. Demostración
5. La cifra perdida
6. Los representantes parlamentarios
7. La carrera del ganapierde
8. Siguiendo su camino
9. Variaciones sobre un mismo tema
10. Las inevitables erratas
11. La belleza en las matemáticas
12. ¿Quién ganó la carrera?
13. Un problema de Sam Loyd
14. La mosca y el vaso de agua
15. Mnemotecnia
16. La escalera mecánica
17. La goleta, embarcación de dos palos
18. Criptograma de adición
19. Ordenadores humanos
20. Número bíblico
21. El misterio del documento chamuscado
22. Jeroglífico
23. Un problema sobre los logaritmos
24. ***********
―5―
25. Demostración inmediata
26. Trabalenguas algebraico
27. Demostración
28. Juego de adivinación
29. Oír campanas y no saber dónde
30. Las experiencias de Toro Sentado
31. Los tres caminos de la granja
32. El cruce de la red
33. El tren y los caminantes
34. Tres enteros consecutivos
35. La votación
36. Otro criptograma absoluto
37. Un problema de persecución
38. Falsa demostración
39. El taladro en la esfera
40. El perro del batallón
41. La carta de salida
42. Criptograma espacial
43. El perro del batallón complica las cosas
44. Las tapas cambiadas
45. Todos los caminos van a Roma
46. Nacimientos
47. Gasta menos dinero
48. Suma de letras
49. El diputado del PCE
50. Adscripciones políticas
51. Facilón
52. Topología policial
53. Los cuatro nueves
―6―
54. La reunión de fumadores
55. Multiplicación incompleta
56. Sucesión de Fibonacci
57. Padre e hijo
58. El concurso de televisión
59. Programando calculadoras
60. Tres preguntas en tono festivo
61. Una anécdota sobre Platón
62. Los números naturales y la literatura
63. Problema bíblico
64. El tesoro escondido
65. Descomposición de los números triangulares
66. La esfinge de Beocia
67. El fontanero y los depósitos
68. El estanque elíptico y el matemático
69. Las paradojas de Zenón de Elea: Aquiles y la tortuga
70. Simplemente un recuerdo
71. Orden de una sucesión
72. En el zoológico
73. El enigma de Sansón
74. Justicia distributiva
75. Nueva versión del caracol y la tapia
76. Busquemos la raíz
77. ¿Cómo se clasificaron?
78. Cuadrados mágicos
79. Dudeney, predecesor de Bronowski
80. Los sobres cambiados
81. El número de la vivienda
82. El torneo de ajedrez
―7―
83. El camión y el desierto
84. La apuesta
85. Torneo veraniego de fútbol
86. Dos curiosidades matemáticas en forma de acertijo
87. A una suerte de estos dados, van los trescientos ducados
88. Maestros y escolares
89. Una suma un poco larga
90. El mayor número con tres cifras
91. Los comerciantes de vinos
92. El cruce del Atlántico
93. Reparto de bolas
94. No más autolimitaciones
95. Y como respiro, 3 preguntas estúpidas
96. Problema del aparcamiento
97. Los marineros y los cocos
98. Determinación de edades
99. El explorador y el desierto
100. Conozcamos la Biblia
―8―
A mi hijo Jorge
―9―
go. Y no olvidemos que la cima es, como los polos en la Tierra, co-
mún a todas las direcciones, con lo que se satisface automáticamente
el dar la vuelta a la montaña.
― 10 ―
Enunciados
1. Criptograma
Como siempre, se trata de suplir, mediante razonamiento, las cifras
que faltan en la siguiente división exacta:
* 9 * * * * *
* * * * *
* * *
* * *
2 * *
* * *
(Solución)
3. Divisibilidad
Demostrar que 32n – 1 es divisible por 8 para todos los valores de n
enteros y positivos.
(Solución)
4. Demostración
Demostrar que todo triángulo rectángulo en el que los lados sean
números enteros tiene, forzosamente, un lado que es múltiplo de 5.
― 11 ―
(Sugerencia: Ver en “Cajón de sastre matemático”, “Una historia
de suspense: El teorema de Fermat”.)
(Solución)
5. La cifra perdida
El producto de 53.928.719.937 por 376.648 es
20312144?06831176
¿Puede Ud. hallar la cifra que falta sin llevar a cabo la multiplica-
ción?
(Solución)
― 12 ―
carrera durase indefinidamente. ¿Qué disposición tomó el sultán para
que esto no ocurriera?
(Solución)
8. Siguiendo su camino
El presidente de una sociedad que vivía fuera de la ciudad en que
se encontraba su despacho, tenía por costumbre tomar el tren de cer-
canías y que el chófer le recogiese en la estación terminal, trasladán-
dole al despacho en automóvil.
Un día cogió un tren anterior al habitual y llegó a la estación con
una hora de adelanto. Como, lógicamente, el chófer no estaba, decidió
ir andando por el camino acostumbrado hasta encontrarse con su co-
che cuando fuese a buscarle. Así lo hizo, y de esta forma llegó al des-
pacho con 20 minutos de anticipación.
Suponiendo que el chófer llegaba cada día a la estación a recogerle
en el preciso momento de la llegada del tren, se trata de saber cuánto
tiempo estuvo andando.
(Solución)
― 13 ―
Ln 10 = 1
loga y = x implica y = ax
eiπ = –1
sen 30° = √2 / 2
(Solución)
― 14 ―
2. ° Si solamente una es falsa, ¿quién fue el ganador?
(Solución)
― 15 ―
Una mosca se halla en la parte exterior de un vaso perfectamente
cilíndrico, a 2,5 cm de la base.
El vaso tiene una altura de 10
cm y una circunferencia de 15
cm.
En la parte interior del vaso,
a 2,5 cm del borde y justamente
en la generatriz opuesta a aque-
lla en que se encuentra la mos-
ca, hay una gota de miel.
¿Cuál es el camino más cor-
to que ha de seguir la mosca
para comerse la miel?
(Solución)
15. Mnemotécnica
Las reglas mnemotécnicas, cuyo fin es facilitar la recordación de
cosas que consideramos útiles y que son, por otra parte, difíciles de
conservar en la memoria, han tenido gran aplicación en matemáticas
para recordar números irracionales importantes, como son n y e, con
un cierto número de cifras exactas. A continuación damos algunas.
La Enciclopedia Espasa, en la voz MNEMOTÉCNICA, da la si-
guiente norma para recordar el número n con 31 cifras. Como la 32.a
cifra es un cero, ello impide prolongar el artificio.
“Que j’aime á faire apprendre un nombre utile aux sages, immortel
Archimède, artiste, ingénieur. Qui de ton jugement peut sonder la va-
leur? Pour moi ton problème eût de pareils avantages.”
El número n con 31 cifras, para quien quiera hacer la comproba-
ción, es:
π = 3, 141 592 653 589 793 238 462 643 383 279.
― 16 ―
Mi amigo Manuel Golmayo me da una versión menos ambiciosa
— solamente 20 cifras — pero a cambio, en castellano y en verso:
“Soy y seré a todos definible,
Mi nombre tengo que daros,
Cociente diametral siempre inmedible
Soy, de los redondos aros.”
Como vemos, esta versión, aparte de ser fácil de recordar, da la de-
finición de n como cociente de la circunferencia dividida por el diáme-
tro.
Finalmente, para el número e, en la Enciclopedia Espasa encon-
tramos la siguiente regla:
“Te ayudaré a recordar la cantidad a indoctos si reléesme bien.”
Como se ve, son once cifras, que corresponden al valor de e
2, 718 281 828 4…
bien que la frase mnemotécnica está traída un poco por los pelos. En
todo caso es fácil inventar nuevas reglas. Así, para e:
“El trabajo y esfuerzo de recordar e derrumba mi aterrada alma.”
― 17 ―
(Solución)
(Solución)
― 18 ―
* *
* * *
Para su solución se dan, como datos adicionales, los siguientes:
1. ° La suma es un número triangular no divisible por 3.
2. ° Las cinco cifras de cada una de las columnas de los sumandos
forman una secuencia tomada de la cadena sin fin 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8,
9, 0, 1, 2, 3...
(Solución)
― 19 ―
1388978361 × 5645418496 = 7841364129733165056
Por su parte el profesor Aitken se aprendió el número π con 802 ci-
fras en unos 15 minutos y es capaz de realizar cálculos mentales sor-
prendentes. En el citado libro se da como ejemplo las operaciones que
realizó mientras calculaba mentalmente la raíz cuadrada de 567 ba-
sándose, como es normal, en el hecho de que si a es una aproximación
a la raíz cuadrada de n, ½(a + n/a) es una mejor aproximación. Pero
los sucesivos cálculos vienen facilitados por su extraordinaria recor-
dación de las tablas de recíprocos, lo que le llevó a dar como resulta-
do, en unos tres segundos, la cantidad 23,811762.
En fin, haremos un alto, no sea que el lector se desmoralice. En to-
do caso es de esperar que estos datos —habida cuenta de la fuente de
que proceden— sean hechos comprobados, no vaya a suceder como
con aquel que decía:
—En mi pueblo hay un ciego que le pasa la mano por el lomo a un
caballo y te dice el color que tiene.
—Es extraordinario. ¿Y acierta?
—Nunca; pero él lo dice.
― 20 ―
555=6
666=6
777=6
888=6
999=6
Advertencia: No es válido utilizar números encubiertos como Log
e o logn n, ya que e y n son, realmente, números. Asimismo solamente
pueden utilizarse raíces cuadradas, ya que las raíces superiores requie-
ren un índice.
(Solución)
22. Jeroglífico
Como en mis anteriores libros siempre intercalé un jeroglífico que
consideré interesante, éste no iba a ser menos.
― 21 ―
NOTA: Para los puristas, sobra una e.
(Solución)
24. * * * * * * * * * * *
En el terreno de las curiosidades matemáticas, uno de los temas
más frecuentes es el de los criptogramas numéricos; es decir, el de las
multiplicaciones, divisiones o cualesquiera otras operaciones en las
que las cifras reales no aparecen en su totalidad, estando sustituidas
― 22 ―
algunas por un asterisco, que solamente indica la existencia en su lu-
gar de una cifra, cuyo valor se desconoce.
Hace poco leía en un libro americano sobre el tema, que parece
imposible construir un criptograma de una división en el que todas las
cifras hayan desaparecido, siendo sustituidas por asteriscos, como
ocurre en el título — CRIPTOGRAMA — de este problema.
Pues bien, el siguiente criptograma, debido a Norman Wickstrand,
es una demostración de lo contrario, ya que en él todas las cifras del
dividendo, el divisor y el cociente han desaparecido. La clave para su
solución es ser el cociente un decimal periódico, como se indica por el
arco convencional que abarca las nueve cifras del período.
* * * * * * * * * * * * *
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* * * * * *
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* * * * * * *
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* * * * * * *
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* * * * * *
(Solución)
― 23 ―
Hallar, en 30 segundos, el valor de la mediana AM, del triángulo
rectángulo de la figura, en el que los lados a, b y c valen, respectiva-
mente, 10, 8 y 6 metros.
(Solución)
27. Demostración
Demostrar que todo número triangular — a excepción del uno —
es la suma de un cuadrado y dos números triangulares iguales.
NOTA: Recordemos que un número triangular es aquel que está formado
por la suma de todos los enteros consecutivos, desde la unidad hasta uno dado.
(Solución)
― 24 ―
y, al final, del resultado que obtenga y nos comunique, deducir el nú-
mero elegido. Uno bastante ingenioso, que hace intervenir dos núme-
ros, es el siguiente.
Pídase a uno de los presentes que elija 2 números del 1 al 9; que
multiplique uno de ellos por 5 y añada 7 al resultado. El total deberá
duplicarlo y, finalmente, sumar el segundo número. ¿Cuál será la regla
para, una vez sabido el resultado, deducir los dos números elegidos?
(Solución)
― 25 ―
fuesen lo más cortos posible. Cuando lo hubo hecho se encontró con
que los tres puntos de corte de los caminos con las carreteras eran
equidistantes entre sí. ¿Cuál era esta distancia?
̅̅̅̅̅̅ 𝐵′ 𝐶 ′ = ̅̅̅̅̅
𝐴′ 𝐵′ = ̅̅̅̅̅̅ 𝐶′𝐴′
(Solución)
― 26 ―
(La línea de puntos de la figura no es, evidentemente, una solución
del problema, ya que deja un segmento sin cruzar. Se ha dibujado so-
lamente a fin de hacer patente el significado del enunciado del pro-
blema.)
(Solución)
― 27 ―
35. La votación
En el escrutinio electoral se dieron los siguientes resultados:
El PCE obtuvo más votos que AP.
Entre UCD y el PSOE obtuvieron tantos votos como los logrados
por AP y PCE.
UCD y PCE consiguieron menos que PSOE y AP.
¿Cuál fue la clasificación de los partidos por número de votos ob-
tenidos?
(Solución)
* * * * * * * *
* * * * * * *
* * *
* *
* * *
* * *
― 28 ―
* * *
* * *
(Solución)
(Solución)
― 29 ―
1
𝑎 𝑑𝑥
𝐼=∫ = [𝑎𝑟𝑐 𝑠𝑒𝑛 (𝑎 𝑥)]12 cos 𝐴
2 cos 𝐴 √1 − 𝑎2 𝑥 2
= arc sen 𝑎 − arc sen (2𝑎 cos 𝐴)
― 30 ―
(Solución)
― 31 ―
(Solución)
― 32 ―
(Solución)
― 33 ―
2. a N37 y N13 son congruentes, módulo 9. O lo que es lo mismo, la
suma de las cifras de cada uno de ellos, dividida por nueve, da el
mismo resto en ambos casos.
3. a N37 – N es múltiplo de 37.
(Solución)
46. Nacimientos
(Sencillo para cualquier quinielista)
¿Cuál es la probabilidad de que las fechas de nacimiento de 12
personas caigan una en cada uno de los 12 meses del año?
(Solución)
― 34 ―
En las siguientes sumas cada letra representa una cifra. Se trata de
determinar el valor de la letra A.
A A A A A A
B B B D D D
C C C E E E
F G H I F G H I
(Solución)
― 35 ―
2. Si Felipe es de CD o del PCE, Adolfo es del PSOE.
3. Si Manuel no es de UCD, Felipe es del PCE.
4. Si Santiago es de CD, Felipe no es del PSOE.
5. Si Santiago no es del PSOE, Felipe es del PSOE.
¿A qué partido pertenece cada uno?
(Solución)
51. Facilón
Siguiendo con la pauta de criptogramas imposibles, el lector podrá
demostrar que tal es el caso para el siguiente:
C I N C O
T R E S –
D O S
(Solución)
1
El personaje de la serie de “La pantera rosa”.
― 36 ―
Teniendo en cuenta que el comisario era un excelente matemático,
¿puede Ud. explicar su reacción?
(Solución)
― 37 ―
* * *
* * *
* * * *
* 5 * 5
* * * * 4 *
(Solución)
― 38 ―
2. Bernabé obtuvo la máxima puntuación total con 22 puntos.
3. Alberto y Carlos consiguieron 9 puntos cada uno.
La pregunta es: ¿Quién ganó la prueba de Matemáticas?
(Solución)
― 39 ―
Así, es muy curioso ver la argumentación que hace en “La Repú-
blica” para demostrar matemáticamente que el rey de su Estado ideal
es más dichoso que el tirano.
Recordemos que los diversos tipos de hombres, clasificados de
bueno a malo, son para Platón:
El aristocrático (al que pertenece el rey de su Estado);
El timocrático;
El oligarca;
El democrático;
El tirano.
Y dice el filósofo griego refiriéndose al tirano:
“Ahora, hasta qué grado es inferior al otro (el rey), es un punto di-
fícil de determinar, a no ser de esta manera.
El tirano es el tercero después del hombre oligárquico, porque en-
tre los dos se encuentra el hombre democrático.
Pero si contamos por uno el hombre regio y el hombre aristocráti-
co, el oligárquico es igualmente el tercero después de él.
Luego el tirano está alejado del verdadero placer el triplo del tri-
plo.
Por consiguiente, el fantasma del placer del tirano, conforme a este
número lineal, puede expresarse por un número plano.
Porque multiplicando este número por sí mismo, y elevándolo a la
tercera potencia, es fácil ver cuántos grados está distante de la verdad
el placer del tirano.
Ahora bien; si se considera al revés esta progresión y se quiere
averiguar en cuántos grados el placer del rey es más verdadero que el
del tirano, resultará, hecho el cálculo, que el rey es setecientas veinti-
nueve veces más dichoso que el tirano, y que éste es más desgraciado
en la misma proporción.”
Al copiar el texto de “La República”, he suprimido —por no alar-
garlo— las frases de asentimiento de sus discípulos. Yo, la verdad no
― 40 ―
hubiese entendido nada, pero una nota (probablemente del traductor,
aunque no lo dice) viene a aclarar (?) su sentido, en la forma siguiente.
“La felicidad del tirano tiene tres veces menos realidad que la del
oligárquico; la del oligárquico tiene tres veces menos que la del rey;
luego la felicidad del tirano tiene nueve veces menos realidad que la
del rey. El número nueve es un número plano, puesto que es el cua-
drado de tres. En seguida, Platón, considerando estas dos felicidades,
la una real, la otra aparente, como dos sólidos, cuyas dimensiones to-
das son proporcionales, y sus distancias de la realidad, 1 y 9, como
una de sus dimensiones, su longitud, por ejemplo, multiplica uno de
estos números dos veces por sí mismo, para tener la relación de estos
dos sólidos, y por este medio se encuentra que es la de 1 a 729, es de-
cir, que la felicidad del tirano es setecientas veintinueve veces menor
que la del rey. Este cálculo está fundado sobre este teorema de geome-
tría: los sólidos cuyas dimensiones todas son proporcionales, están
entre sí en razón triplicada o como los cubos de una de sus dimensio-
nes.”
Hemos de reconocer que, desde el punto de vista matemático, Pla-
tón no era, precisamente, un Pitágoras o un Euclides.
NOTA: Versión de “La República o el Estado” de la Colección Austral; deci-
motercera edición.
― 41 ―
Don José Ortega y GasSET
…
…
Cañedo, don Enrique DIEZ
El problema consiste en rellenar los que faltan.
(Solución)
― 42 ―
El borracho del pueblo, que era un viejo matemático dado al al-
cohol para olvidar, oyó la conversación, y como todavía no había con-
seguido olvidar —las matemáticas al menos— pensó que él sí sabía
qué área tenía la parcela y con ello le fue fácil determinar la parcela y
el tesoro.
Póngase Ud. en su caso y diga qué superficie tenía la parcela.
(Solución)
― 43 ―
El fontanero, viendo que podía decidir libremente las proporciones
de las cisternas, las hizo de forma que tanto en un caso como en otro
el material empleado fuese mínimo.
¿Cuáles fueron las dimensiones de las cisternas?
(Solución)
― 44 ―
Se ocupó de tres problemas fundamentales, cada uno referido al mo-
vimiento, del que trataba de probar que era una ilusión de los sentidos.
Son los problemas del infinitesimal, el infinito y la continuidad. El
expresar claramente las dificultades, que estos conceptos implicaban
fue, probablemente, la tarea más ardua del filósofo.
La paradoja de Aquiles y la tortuga es la siguiente. Supongamos
que Aquiles y la tortuga comienzan su carrera a lo largo de un camino,
habiendo Aquiles dado una cierta ventaja a la tortuga, como es lógico.
Supongamos, asimismo, que Aquiles va cien veces más rápido. Nunca
alcanzará a la tortuga. Porque en cada momento la tortuga está en un
lugar y Aquiles en otro; y ninguno de los dos pasa por el mismo lugar
a medida que la carrera progresa. Por tanto, la tortuga va a tantos luga-
res como Aquiles, porque cada uno está en un lugar en cada momento
que consideremos. Pero si Aquiles hubiera de alcanzar a la tortuga, los
lugares en los que la tortuga habría estado serían solamente parte de
los lugares en que habría estado Aquiles. Luego es imposible que éste
la alcance.
Antes de ver la solución, el lector puede tratar de ver dónde se ha-
lla el fallo del razonamiento, habida cuenta de que, sin duda alguna,
Aquiles saldría vencedor de la carrera.
(Solución)
― 45 ―
Sin embargo, siempre había el caso de quien, al descubrirle la so-
lución, tras haber sido incapaz de hallarla, se excusaba diciendo: “¡Ah,
sardinas! Yo te había entendido salmonetes.”
72. En el zoológico
En un zoológico hay 30 animales entre aves y los demás, a los que
llamaremos bestiolas, y, en total, 100 patas. ¿Cuántos animales hay de
cada clase?
(Solución)
― 46 ―
cantidad igual a la que tuviese. Cuando echaron sus cuentas, tras el
reparto, vieron que todo seguía exactamente igual que antes, salvo que
el nombre de los ricos y los pobres había cambiado, naturalmente;
pero la distribución de las fortunas era la misma.
El total de la fortuna comunitaria era de 1.023.000 pesetas. ¿Cuál
era su reparto entre las 10 personas?
(Solución)
― 47 ―
En una competición, con diversas pruebas, participaron Alberto,
Bernardo, Carlos y Diego. Al final, los resultados habían sido tales
que:
—Diego había ganado más pruebas que Carlos.
—Alberto y Bernardo habían ganado, entre los dos, tantas pruebas
como Carlos y Diego.
—Alberto y Diego no ganaron tantas como Bernardo y Carlos.
¿Cuál fue la clasificación en cuanto a pruebas ganadas?
(Solución)
― 48 ―
principalmente, de una selección de los numerosos problemas que
circulan en publicaciones dispersas o incluso oralmente, y que son, en
su mayoría, universales, repitiéndose en los diversos libros.
Así, en “Cajón de sastre matemático” incluí el problema del doctor
Bronowski, que fue publicado en “The New Statesman and the Na-
tion” el 24-12-49. El antecedente de este problema está en uno de Du-
deney, el más famoso creador inglés de este tipo de divertimientos,
que vivió de 1847 a 1930.
Si multiplicamos 571.428 por 5 y lo dividimos por 4, el resultado
es 714.285, que es el número original con la primera cifra llevada al
final.
¿Puede Ud. encontrar el número más pequeño que pueda ser mul-
tiplicado por 4 y dividido por 5, por el sencillo procedimiento anterior
de trasladar su primera cifra de la izquierda al último lugar de la dere-
cha?
(Solución)
― 49 ―
— El número es tal que si lo elevo al cuadrado, el resultado lo
vuelvo a elevar al cuadrado y, finalmente, este segundo resultado lo
multiplico por el número original, tengo un número de siete cifras
acabado en 7.
(Solución)
― 50 ―
recorrido de 500 km; es decir, que no cabe poner tanques suplementa-
rios llenos sobre el camión.
¿Cuál será el número mínimo de viajes que habrá de hacer el ca-
mión a partir del borde del desierto para atravesarlo?
Y, segunda pregunta, ¿podría atravesar el desierto si en vez de 800
km tuviese una anchura de 2.000 km?
(Solución)
84. La apuesta
Alberto y Bernardo decidieron jugar a los dados, apostando en la
forma siguiente. Cada cual haría una tirada con dos dados, multipli-
cando las cifras presentadas por cada uno de ellos. El que sacase el
producto menor pagaría al otro un número de duros igual a la diferen-
cia entre los productos obtenidos.
Alberto jugó el primero sacando 4 y 3, cuyo producto es 12. En
vista de lo cual le dijo a Bernardo:
“Mira, las probabilidades de sacar menos que yo son 19; las de sa-
car igual son 4; y solamente 13 las de que me ganes. Si quieres me
pagas un duro y damos por finalizada esta tirada.”
Bernardo pensó que tal vez le engañaba en cuanto a las probabili-
dades, pero al fin aceptó. ¿Eran correctas las probabilidades? ¿Hizo
bien en aceptar el trato?
(Solución)
― 51 ―
J G E P F C
Patadín 3 2 0 1 5 1
Madrid 3 2 0 1 3 5
Barcelona 3 1 0 2 5 6
Valencia 3 1 0 2 4 5
¿Cuál fue el resultado entre el Patadín y el Valencia?
(J = Partidos jugados; G = Partidos ganados; E = Partidos empatados; P =
Partidos perdidos; F = Goles a favor; C = Goles en contra.)
(Solución)
― 52 ―
Don Félix de Montemar, el Estudiante de Salamanca, a quien se-
gún Espronceda se lo llevó el diablo, es el autor de la frase que enca-
beza este problema. Lo que Espronceda no cuenta es que en una parti-
da con uno de sus camaradas le propuso jugar a los dados en la forma
siguiente:
—Tiraremos con 6 dados —dijo— y, si sale el as en alguno de
ellos te pagaré un ducado; en caso contrario me pagarás tú a mí dos.
¿Es justa la apuesta?
(Solución)
― 53 ―
¿Cuál es el mayor número que puede escribirse con tres cifras?
(Que no es, evidentemente, el mayor número de tres cifras.)
(Solución)
― 54 ―
94. No más autolimitaciones
La suma de 2 + 2 es igual a su producto: 2 × 2.
¿Puede Ud. dar 3 ejemplos de pares de números cuya suma y pro-
ducto sean iguales?
(Solución)
― 55 ―
De los 8 coches implicados dos son SEAT, dos Renault, dos
Chrysler y dos Citroën. Además:
a) Cada SEAT se encuentra junto a un Renault.
b) Cada Renault se encuentra junto a un Chrysler.
c) Cada Chrysler se encuentra junto a un Citroën.
d) Ningún Chrysler se halla junto a un SEAT.
e) No hay dos coches juntos de la misma marca.
¿Cuál es la marca del coche que ocupa la plaza n.° 6?
(Solución)
― 56 ―
(Solución)
― 57 ―
Soluciones
1. Criptograma
La primera cifra del dividendo es un uno, ya que en otro caso sería
imposible tener un número de dos cifras como resto de la primera sus-
tracción parcial de la división, al tener tres cifras el minuendo y sólo
dos el sustraendo.
La primera cifra del divisor es un 9, ya que si fuese un 8 cabría al
menos a 2, y el primer producto parcial tendría tres cifras. (No es po-
sible que el divisor sea pequeño, 11 por ejemplo, y en cambio la pri-
mera cifra del cociente un 9, porque posteriormente hay productos
parciales de tres cifras, lo que sería imposible si el producto parcial
por nueve fuese de dos.) En consecuencia de todo lo dicho, la primera
cifra del cociente es un uno, para tener un producto parcial de dos ci-
fras.
Como la división es exacta, la última cifra del cociente es un 3, por
la condición de que el producto parcial empiece por dos.
La segunda cifra del divisor ha de ser 6, 7, 8 o 9 ya que, aun to-
mando para la tercera del dividendo el menor valor posible (cero), en
el caso de ser 95 el divisor cabría ya a 2, dando un producto de tres
cifras.
Como la primera cifra del primer resto parcial es un 9, pues pro-
viene de restar a 19 la suma de nueve más una unidad de arrastre, ello
nos fija la cifra intermedia del cociente, que ha de ser un nueve, ya
que el producto parcial será siempre inferior a 900. Con ello tenemos,
hasta el momento
1 9 * * * 9 *
9 * 1 9 3
9 * *
* * *
2 * *
2 * *
― 58 ―
Ahora ya sólo nos falta, empezando por la última resta parcial,
rehacer la división para los únicos casos posibles de ser 6, 7, 8 o 9, la
segunda cifra del divisor. Por ejemplo, para el caso de ser igual a 6,
tendríamos:
1 9 * 2 8 9 6
9 * 1 9 3
9 9 2
Imposibilidad →
8 6 4
2 8 8
2 8 8
― 59 ―
2. Suma de una serie
Eliminando los paréntesis queda:
1+2+3+4+5+6+…
cuya suma hasta el número N es
½ N(N + 1)
Falta ver ahora cuál es el valor de N que corresponde a n términos.
Como el paréntesis n, tendrá n sumandos, el número total de tér-
minos N, vendrá dado por
1 + 2 + 3 + ... + n = ½ n(n + l) = N
Finalmente la suma buscada, S, será
S = ½ [½ n(n + 1)] × [½ n(n + 1) + 1] = ⅛ n(n + 1) × (n2 + n + 2)
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― 60 ―
3. Divisibilidad
32n – 1 = (3n – 1) (3n + 1)
Por consiguiente 3 – 1 es el producto de dos números pares con-
2n
secutivos, lo que implica que uno será divisible por 2 y el otro por
cuatro, con lo que su producto lo será por 8.
También se demuestra fácilmente aplicando el principio de induc-
ción.
Para n = 1 32 – 1 = 8, que es divisible por 8.
Ahora, supuesto que se cumple para n, se cumplirá para n + 1, se-
gún la siguiente demostración:
32(n + l) – 1 = 32n × 32 – 1 = 32n × 32 – 1 + 32 – 32 = 32 (32n – 1) + 32 – 1
= 32 × 8̇ + 8 = 8̇
NOTA: El punto sobre un número —en este caso el 8— indica “múltiplo del
número en cuestión”.
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― 61 ―
4. Demostración
Los innumerables tríos de valores que satisfacen a la igualdad x2 +
y2 = z2, vienen dados por las fórmulas:
x = m2 – n 2
y=2mn
z = m2 + n 2
en las que m y n pueden ser enteros cualesquiera.
Si m o n fuesen múltiplos de cinco el lado “y” lo sería. Por lo tanto
supongamos que ninguno de los dos lo es. Entonces pueden terminar
en 1, 2, 3, 4, 6, 7, 8 o 9, y sus cuadrados acabarán en 1, 4, 9 o 6. Es
inmediato ver que la suma o la diferencia de dos cualesquiera de estas
terminaciones debe acabar en cero o en cinco, con lo que quedará pro-
bado el enunciado.
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― 62 ―
5. La cifra perdida
No hay más que aplicar la clásica “prueba de los nueves”. Para
53928719937 el resto es cero. Luego el resto del producto ha de ser
cero, lo que determina la cifra buscada, que será un cinco, ya que sin
ella, el resto es cuatro.
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― 63 ―
6. Los representantes parlamentarios
Designando por A, F, M y S al número de representantes de cada
partido, podemos traducir en ecuaciones las tres afirmaciones del
enunciado.
(1) F>A+M
(2) F+A=M+S
(3) A+S>F+M
Sumando (1) a (3)
A+S+F>F+M+A+M
S > 2M
S>M
Pero (1) nos dice que
F>A F>M
Hallando la diferencia entre (3) y (2)
S–F>F–S
S>F
Como S es mayor que F, que, a su vez, es mayor que A y que M,
solamente falta comparar A y M. Pero es inmediato, de (2), que
A>M
puesto que sumándole F, que es menor que S, se obtiene una igualdad.
El resultado final: Santiago, Felipe, Adolfo y Manuel.
Como se ve, los caracteres son ficticios y sobra decir que “todo pa-
recido con la realidad es pura coincidencia”.
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― 64 ―
7. La carrera del ganapierde
Hizo que cada uno montase el caballo del otro pretendiente.
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― 65 ―
8. Siguiendo su camino
― 66 ―
9. Variaciones sobre un mismo tema
El que haya leído “El problema del profesor Bronowski” en mi an-
terior libro “Cajón de sastre matemático” no tendrá dificultad en re-
solverlo.
Llamemos N al número BCDEFA. Esto es
N = BCDEFA
N – A = BCDEF
(N – A) / 10 = BCDEF
(N – A) / 10 + A × l05 = ABCDEF = M × N
N – A + A × 106 = 10 × M × N
𝐴(106 − 1) 𝐴 × 999999
𝑁= =
10𝑀 − 1 10𝑀 − 1
Como M no puede ser igual a 1 (ya que exigiría BCDEFA =
ABCDEF), 10 M – 1 tiene dos cifras y ha de dividir a 999999. De las
ocho posibilidades —19, 29, 39, 49, 59, 69, 79 y 89— solamente 39
cumple esta condición. Por tanto,
M=4
Si quisiéramos hallar el valor de las demás letras veríamos que hay
diversas soluciones. En efecto, dividiendo 999999 por 39 obtenemos
25641. Por tanto,
N = 25641 × 4
Como N ha de tener seis cifras, A tiene que ser igual o mayor que
4, lo que nos da como posibles valores para el número N
102564
128205
153846
179487
205128
― 67 ―
230769
De todas ellas hay que excluir las que repiten una cifra, que son la
2.a, 4.a y 5.a, quedando finalmente como soluciones:
1 0 2 5 6 4 1 5 3 8 4 6 2 3 0 7 6 9
× 4 × 4 × 4
4 1 0 2 5 6 6 1 5 3 8 4 9 2 3 0 7 6
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― 68 ―
10. Las inevitables erratas
Ln 10 = 1 (el logaritmo neperiano de 10 vale 2,302585...)
√2
𝑠𝑒𝑛30° = (este valor es el del coseno; el del seno es ½).
2
― 69 ―
12. ¿Quién ganó la carrera?
Como la afirmación de Bernardo es contradictoria con la de Diego,
si una es cierta la otra ha de ser falsa. Por tanto, en cada caso la cierta
o la falsa será una de estas dos, ya que si no habría más de una cierta
(o falsa).
En el l.er caso, la afirmación de Bernardo no puede ser la cierta,
pues entonces también lo sería la de Carlos. La cierta, ha de ser la
afirmación de Diego según la cual él no ganó, y hubo de ser Carlos el
ganador.
Cuando una sola es falsa ha de serlo la de Bernardo. En este caso
ganó Bernardo, sin que haya contradicción en ninguna de las otras
tres.
Las respuestas son:
1. er caso: Ganó Carlos.
2. do caso: Ganó Bernardo.
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― 70 ―
13. Un problema de Sam Loyd
Solamente tenemos que colocar un puro en el centro de la mesa,
sin necesidad de que esté vertical, con tal de que su punto medio coin-
cida con el centro de la mesa. De esta forma existirá simetría respecto
a un eje — no respecto a un punto como en la solución de Sam Loyd
— lo que es suficiente.
Como decíamos en el comienzo del enunciado, este juego se ha
hecho popular utilizando monedas en vez de puros, lo que no altera su
fundamento. Por otra parte la mesa no tiene por qué ser cuadrada.
Puede ser redonda o rectangular, por ejemplo.
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― 71 ―
14. La mosca y el vaso de agua
― 72 ―
16. La escalera mecánica
Este problema no presentaría dificultad para el lector si en vez de
tratarse de una escalera mecánica y hablar de peldaños, lo hubiésemos
planteado en términos de una cinta transportadora horizontal — como
es, por ejemplo, el caso de la que existe en el aeropuerto del Prat a la
salida del tren de Sants — y hubiésemos hablado de metros de cinta
desplazable. En tal caso, llamando D a la distancia en metros entre la
entrada a la cinta y la salida de ella; x a la velocidad en el sentido del
desplazamiento de la cinta y v a la velocidad de ésta, se tendría:
(x + v) t = D
(5 x – v) t / 2 = D
Estas mismas ecuaciones son las de nuestro problema, siendo D la
distancia en peldaños, y x y v las velocidades en peldaños por unidad
de tiempo. (El hecho de escribir t/2 en la 2.a ecuación se comprende si
tenemos en cuenta que yendo cinco veces más rápido dio 125 pasos,
que son la mitad de los que corresponderían a 50 × 5 = 250, que hu-
biese dado en un tiempo t.)
Finalmente:
xt + vt = 50 + vt = D
𝑡 𝑣𝑡 𝑣𝑡
5𝑥 − = 125 − = 𝐷
2 2 2
vt = 50
y D = 100 peldaños
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― 73 ―
17. La goleta, embarcación de dos palos
Considerando los topes de ambos palos como los focos de una
elipse en la que 2a = 100 m y 2c = 50 m, tenemos:
𝑥2 𝑦2
+ =1
502 (502 − 252 )
y para y = 25, se obtiene
𝑥2
= 1 − 0, 3̂
502
x = 40,82 m
Y la distancia buscada es x – c = 15,8 m.
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― 74 ―
18. Criptograma de adición
𝑛(𝑛+1)
La expresión de todo número triangular es
2
. Por consiguien-
te, n ha de estar comprendido entre n = 14 y n = 44, ya que para n =
13×14 45×46
13, = 91 (dos cifras, luego no es válido) y para n = 45, =
2 2
1035 (cuatro cifras; no válido).
Por otra parte, como se especifica que la suma no es divisible por
3, hay que eliminar, de los números triangulares, aquellos que tengan
n = 3̇ o n + 1 = 3̇. Así, quedan como posibles los que corresponden a
n = 16, 19, 22, 25, 28, 31, 34, 37, 40, 43.
Fijémonos ahora en que la suma ha de acabar en 0 o 5, ya que
cualquier secuencia de cifras, tal como establece el punto 2.° del
enunciado, termina en una de esas dos. El ver esto es inmediato ya que
5 = 0 + 1 + 2 + 3 + 4 = 10
y cualquier otra secuencia equivale a aumentar la suma en un múltiplo
de 5, puesto que cada uno de los sumandos viene aumentado en la
misma cantidad, y como son cinco los sumandos, el aumento es múl-
tiplo de cinco. Ello nos reduce las posibles sumas a las siguientes:
19 × 20 25 × 26
= 190 ; = 325
2 2
34 × 35 40 × 41
= 595 ; = 820
2 2
Ahora bien, como el arrastre máximo de la primera columna es 3
(que correspondería a 9 + 8 + 7 + 6 + 5 = 35) solamente es válida la
suma 325, ya que para 190 el arrastre habría de ser de 4 unidades para
que sumadas a un múltiplo de cinco diese 19, y las sumas 595 y 820
son demasiado grandes.
Con ello hemos llegado casi al final pues la primera columna debe-
rá sumar 25 y la segunda 30. Así, la suma de la primera columna em-
― 75 ―
pezará por 3 o por 7, es decir, dicha columna queda en una de las dos
formas que damos a continuación:
3 7
4 8
5 o 9
6 0
7 1
Para la primera solamente cabe
4
5
6
7
8
puesto que
6
7
8
9
0
no la consideramos válida, ya que el cero en primera posición de un
número no se escribe nunca. (Evidentemente, si se admitiese habría 2
soluciones más.)
Las dos soluciones posibles son, pues:
43 47
54 58
65 69
76 70
87 81
325 325
― 76 ―
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― 77 ―
20. Número bíblico
Los únicos casos que tienen dificultad son los correspondientes al
1 y al 8. Curiosamente, sin embargo, para el 8 existen dos soluciones
—que nosotros sepamos— como indicamos seguidamente:
(arc sen –1 + arc sen –1) / arc sen 1 = 6
2+2+2=6
3×3–3=6
√4 + √4 + √4 = 6
5 + (5 / 5) = 6
6+6–6=6
7 – (7 / 7) = 6
8 – √[√(8 + 8)] = 6 o 8 – (log 8 / log √8) = 6
9 – (9 / √9) = 6
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― 78 ―
21. El misterio del documento chamuscado
La determinación del cociente es inmediata fijándonos en los pro-
ductos parciales. En efecto; el producto del divisor por 7 tiene tres
cifras y restado de un número de tres cifras da un resto asimismo de
tres cifras. Por lo tanto, la tercera cifra del cociente que multiplicada
por el divisor da un producto de tres cifras, cuya sustracción de un
número de cuatro cifras da un resto de dos ha de ser, forzosamente, un
8, ya que la primera y última cifras del cociente dan productos de cua-
tro cifras y han de ser nueves. La penúltima es, evidentemente, un
cero, ya que se bajaron dos cifras del dividendo.
El cociente resulta ser, por tanto, 97809.
Fijándonos ahora en el divisor vemos que la primera cifra es un
uno, ya que si no el producto del divisor por 8 tendría cuatro cifras. La
segunda cifra ha de ser cero, uno o dos, por análogas razones. Sin em-
bargo, es inmediato restringir los posibles valores del divisor, ya que
tendremos como tope superior 124, condicionado por ser el mayor
número que multiplicado por 8 da un producto de tres cifras; y como
tope inferior 112, condicionado por el menor número que multiplicado
por 9 da un producto de cuatro cifras.
Pero, llamando d al divisor, debe cumplirse que
d × 97809 – d × 97000 = d × 809
tenga seis cifras. (Lo que se ve fijándonos en el resultado de la segun-
da sustracción parcial.)
Ello sólo es posible para d = 124, ya que el número siguiente, 123,
al multiplicarlo por 809 da 99507 que tiene cinco cifras.
Finalmente, la solución es:
1 2 1 2 8 3 1 6 1 2 4
1 1 1 6 9 7 0 9
9 6 8
8 6 8
1 0 0 3
― 79 ―
9 9 2
1 1 1 6
1 1 1 6
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― 80 ―
22. Jeroglífico
“Se vende escritorio americano”
Como realmente diría:
“Se ve en de escrito río americano”
es claro que, en buena ley, sobre una e.
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― 81 ―
23. Un problema sobre los logaritmos
Si llamamos b a la base de los logaritmos, se habrá de cumplir que
Logb x < x
o lo que es lo mismo
𝑥
𝑏 > √𝑥
Este resultado nos indica que cuando b es menor o igual que la raíz
x de x, las curvas que representan a las funciones
y1 = logb x
y2 = x
tienen un punto común (de corte o de tangencia), tal como indica la
figura
― 82 ―
Esto nos lleva a ver cuál es el mayor valor de la función
𝑥
𝑢 = √𝑥
lo que se determina por el procedimiento habitual del cálculo, hallan-
do la derivada de la función e igualándola a cero
1
1
𝑢′ = × 𝑥 𝑥−1 = 0 2
𝑥
u' = 0 da como resultado x = e.
Por tanto, la base ha de ser mayor que
𝑒
√𝑒 = 1,444667861 …
Volver
2
En el libro, la fórmula es
1
1 1 𝑥𝑥 1
𝑢 = × 𝑥 𝑥−1 − 2 L𝑥 = 𝑥 𝑥−2 (1 − L𝑥)
′
𝑥 𝑥
Pero cuando consulte a alguien por un error de imprenta cercano, me dijo que no enten-
día de donde sale esta fórmula, y sugirió la que puse en el problema.
― 83 ―
24. ***********
La determinación del divisor es inmediata, ya que el hecho de te-
ner una cifra decimal no periódica implica que en su composición
intervenga, al menos, uno de los factores 2 o 5. Por otra parte como
999999999 = 37 × 34 × 333667
el divisor ha de incluir alguno de los factores primos que figuran en el
2.° miembro de esta igualdad. Las dos condiciones enunciadas, más el
hecho de que ha de ser un número de seis cifras, dan como único po-
sible valor
333667 × 2 = 667334
Para reconstruir la división fijémonos en los hechos siguientes:
1. ° En las sustracciones parciales, cada vez que el sustraendo es de 6
cifras, corresponde a un 1 del cociente, ya que si no, el producto
por el divisor daría un número de 7 cifras.
2. ° En el octavo resto parcial, las cuatro últimas cifras son ceros, co-
rrespondiendo tres de ellas a otros tantos ceros del cociente, por lo
que las cuatro últimas cifras del cociente serán: 0001.
3. ° En todos los restos parciales a partir del tercero la última cifra es
un cero y la penúltima es par. Esto como resultado de ser la dife-
rencia entre dos cifras pares: el cero del resto anterior y la última
cifra del producto del divisor por la cifra del cociente que, sea cual
sea ésta, es siempre par.
4. ° El último resto ha de ser menor que el doble del divisor, ya que la
primera cifra del período es un 1,» según se desprende de ser su
producto por el divisor un número de 6 cifras.
Podemos, ahora, reconstituir la última resta del dividendo
a b 0 0 0 0
6 6 7 3 3 4
1 c 2 6 6 6
― 84 ―
Como 2 × d = 1334668, es claro que c ha de ser 0, 1, 2 o 3 y, ab, a
su vez, solamente puede ser 77, 78, 79 u 80. (76 ya daría un resto de 5
cifras, y 81 daría 14 para las dos primeras del resto).
Pero si c fuese cero, también lo sería la última cifra del sustraendo
anterior, lo que llevaría a que dicho sustraendo completo fuese
667334 × 5 = 3336670
ya que es el único producto del divisor que acaba en cero. Pero lo
anterior no es posible, porque al ser par la penúltima cifra del minuen-
do, no puede dar un número par (8) al restarle uno impar (7).
Por consiguiente ab = 78, y la última resta queda así:
7 8 0 0 0 0
6 6 7 3 3 4
1 1 2 6 6 6
Pero este mismo valor es el del tercer resto —por la periodicidad
del cociente— lo que determina todas las cifras periódicas del cocien-
te sin más que llevar a cabo la división a partir de este punto. Falta
solamente determinar la primera cifra decimal del cociente, la cual se
halla inmediatamente, ya que al tener que ser un 4 la cifra del sus-
traendo de la tercera resta y ser este sustraen- do de 7 cifras, la que
buscamos del cociente ha de ser un 6. Con ello obtenemos el cociente
completo
̂
11,6̅̅̅̅̅̅̅̅̅̅̅̅̅̅̅̅
168830001
Finalmente, llamando D al dividendo y d al divisor como ya lo
hemos hecho
𝐷 116 × 999999999 + 168830001
=
𝑑 9999999990
116 × 999999999 + 168830001
𝐷= = 7752341
14985
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― 85 ―
25. Demostración inmediata
Basta con recordar que el triángulo rectángulo puede inscribirse
siempre en un círculo cuyo diámetro es la hipotenusa, de modo que
AM = radio del círculo = 5 m
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― 86 ―
26. Trabalenguas algebraico
Si llamamos x0 a la edad que Ud. tenía cuando yo tenía la edad que
Ud. tiene, y x a la edad que Ud. tiene, podemos escribir la siguiente
tabla de correspondencia de edades:
Sus edades Las mías
x0 x
x 2x0
2x0 63 – 2x0
Lo que nos da, fijándonos en los intervalos de tiempo, que son
iguales para ambas columnas de la tabla:
x – x0 = 2x0 – x
2x0 + 2x0 + (2x0 – x) = 63
O lo que es lo mismo:
3x0 = 2x
6 x0 – x = 63
Que nos da
x = 21 (su edad actual)
2x0 = 28 (mi edad actual)
como solución del problema.
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― 87 ―
27. Demostración
Todo número triangular tiene por expresión:
𝑛+1
1+2+3+⋯+𝑛 = ×𝑛
2
Por consiguiente, si n es par, podemos escribir n = 2m
1 1
𝑛(𝑛 + 1 = 2𝑚(2𝑚 + 1) = 2𝑚2 + 𝑚 = 𝑚2 + 𝑚2 + 𝑚
2 2
𝑚(𝑚 + 1)
= 𝑚2 + [ ]×2
2
Si n es impar, n + 1 = 2 m
1 𝑚(𝑚 − 1)
(2𝑚 − 1)2𝑚 = 2𝑚2 − 𝑚 = 𝑚2 + [ ]×2
2 2
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― 88 ―
28. Juego de adivinación
Llamando x e y a los dos números, el conjunto de las operaciones
dará como resultado:
(x × 5 + 7) × 2 + y = 10x + y + 14
Por tanto sólo hay que restar mentalmente 14, y el número que ob-
tengamos estará formado por los dos elegidos.
Por ejemplo:
x = 7 ... y = 9
(5 × 7 + 7) × 2 + 9 = 93
93 – 14 = 79 (que se compone de las dos cifras elegidas)
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― 89 ―
29. Oír campanas y no saber dónde
1, 2, 3, 3 ... pues se trata de un reloj que da las horas y los cuartos.
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― 90 ―
30. Las experiencias de Toro Sentado
La probabilidad buscada es la unidad; es decir, que existe la certe-
za de que al menos dos personas tienen el mismo número de cabellos.
En efecto, dividiendo el número de habitantes por cinco tendremos
la superficie en milímetros cuadrados que habría de tener el cuero
cabelludo para que no se repitan dos cabelleras, en cuanto a número de
pelos.
Como:
36 × 106
≈ 7 × 106 mm2 = 7m2
5
es indudable que habrían de ser muy cabezotas los españoles.
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― 91 ―
31. Los tres caminos de la granja
De la fórmula
C2 = a2 + b2 – 2ab cos C
hallamos
12002 + 10002 − 8502
cos 𝐶 =
2 × 1200 × 1000
Igualmente
𝐶̂ = 44,3°
𝐴̂ = 80,43°
𝐵̂ = 55,26°
Por otra parte como OC' es perpendicular al lado C, y lo mismo
ocurre con OA' y OB' respecto a los lados a y b, quiere decirse que el
cuadrilátero OA'BC' se inscribe en un círculo cuyo diámetro es OB. Y
lo mismo se aplica al cuadrilátero OB'AC y al diámetro OA. Llamando
― 92 ―
RB y RA a los radios de dichos círculos tenemos, llamando x a la dis-
tancia buscada
𝑥 = 2 𝑅𝐵 𝑠𝑒𝑛 𝐵̂ = 1,643 𝑅𝐵
𝑥 = 2 𝑅𝐴 𝑠𝑒𝑛 𝐴̂ = 1,972 𝑅𝐴
Pero en el triángulo RC'S, el ángulo en C' vale
180° − 2𝐵̂ 2𝐴̂ − 180°
60° + − = 240° − 𝐴̂ − 𝐵̂ = 60° + 𝐶̂
2 2
Finalmente, en dicho triángulo, teniendo en cuenta que RS = ½c,
puesto que la recta que une los centros de los dos círculos secantes
corta a la cuerda común en el punto medio, y dicha cuerda es la altura
del triángulo considerado, se verifica:
𝐶2
= 𝑅𝐴2 + 𝑅𝐵2 − 2𝑅𝐴 𝑅𝐵 cos(60° + 𝐶̂ ) =
4
𝑥2 𝑥2 2𝑥 2 cos(60° + 𝐶̂ )
= + −
1,9722 1,6432 1,643 × 1,972
= 𝑥 2 [0,78]
180.625
𝑥2 =
0,78
x = 481,2 m
Volver
― 93 ―
32. El cruce de la red
El problema es insoluble. En efecto, cada uno de los tres rectángu-
los mayores de la figura tiene un número impar de segmentos. Como
cada vez que se cruza un segmento se pasa de dentro a fuera del rec-
tángulo o viceversa, quiere decirse que en los tres debe de haber una
terminación de la línea en su interior para que la línea cruce el número
impar de segmentos una sola vez; y como hay 3 rectángulos mientras
que la línea continua no tiene más que dos extremos, la solución del
problema es imposible.
Volver
― 94 ―
33. El tren y los caminantes
Llamando L a la longitud del tren tendremos:
a) Velocidad relativa entre el tren y el l.er caminante = L / 10
b) Velocidad relativa entre el tren y el 2.° caminante = L / 9
c) Velocidad relativa entre los dos caminantes = L / 9 – L / 10 = L / 90
Por tanto, la relación entre el tiempo transcurrido desde que el tren
dio alcance al primer caminante hasta que dio alcance al segundo y el
tiempo que tarda el l.er caminante en alcanzar al segundo, será la inver-
sa de las velocidades c) y b).
𝐿
1210 90
= ; 𝑥 = 1210 × 10 = 12.100 segundos
𝑥 𝐿
9
Pero como el tiempo pedido es el transcurrido a partir del rebasa-
miento, por el tren, del 2.° caminante, habrá que restar:
10 + 1.200 + 9 = 1.219 segundos
El tiempo buscado será:
12.100 – 1.219 = 10.881 = 3 h 1 m y 21 s
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― 95 ―
34. Tres enteros consecutivos
Sean x – 1, x y x + 1 los tres números buscados.
La suma de las seis fracciones será:
𝑥−1 𝑥 𝑥−1 𝑥+1 𝑥 𝑥+1 6𝑥 2
+ + + + + = 2
𝑥 𝑥−1 𝑥+1 𝑥−1 𝑥+1 𝑥 𝑥 −1
Pero como x2 y x2 – 1 son primos entre sí, ya que difieren en una
unidad, el problema sólo tiene solución si x2 – 1 divide a 6. Dicha
condición se cumple para x = 2.
Los números buscados son, por tanto:
1, 2 y 3
y la solución es única.
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― 96 ―
35. La votación
Representando por sus siglas al número de votos obtenidos por ca-
da partido, tenemos:
PCE > AP
UCD + PSOE = AP + PCE
UCD + PCE < PSOE + AP
restando las dos últimas igualdades:
PSOE – PCE > PCE – PSOE
PSOE > PCE
y en la ecuación:
UCD + PSOE = AP + PCE
obtenemos, haciendo uso de la desigualdad PSOE > PCE
UCD < AP
La clasificación final la tenemos ya, puesto que:
PSOE > PCE
PCE > AP
AP > UCD
nos da
1. ° PSOE
2. ° PCE
3. ° AP
4. ° UCD
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― 97 ―
36. Otro criptograma absoluto
1. La segunda y tercera cifra del cociente de la primera división (y
del dividendo de la segunda) son ceros, ya que provienen de bajar
nuevas cifras del dividendo.
2. Son unos, evidentemente, la primera cifra del primer dividendo,
el resto de la primera sustracción parcial de la misma división, y el
resto de la primera sustracción parcial de la segunda división.
3. Como —según acabamos de ver— la primera sustracción par-
cial de la primera división da uno como resultado, quiere decirse que
las cuatro primeras cifras del dividendo son 1000, y el sustraendo par-
cial 999. Esto hace que la primera cifra del cociente deba ser 1, 3 o 9.
Pero 9 no es posible, ya que el último producto parcial tiene 4 cifras y
acabamos de ver que el producto de la primera cifra del cociente por el
divisor es 999. Quedan sólo como posibilidades 1 o 3. La duda se re-
suelve fácilmente fijándonos ahora en la segunda de las divisiones
propuestas, ya que las dos primeras cifras del dividendo habrán de ser
10 o 30 (no olvidemos que este dividendo es el cociente de la primera
división).
El primer caso se desecha, pues para dar una diferencia igual a uno
el primer sustraendo parcial habría de ser de una sola cifra (9), y no es
así. Por consiguiente la primera cifra del dividendo es un 3, el divisor
es 29 y la primera cifra del cociente un 1. (El divisor de la primera
división es, por tanto, 333.)
4. Volviendo a la primera división, la cuarta cifra del cociente es
un 3, para dar el mayor producto de tres cifras, ya que ha de restarse
de un número de cuatro.
5. Igualmente la tercera cifra del segundo cociente es un 3, para
que el producto sea de tres cifras y lo mayor posible. Con ello pode-
mos rehacer la segunda división hasta el segundo resto parcial que ha
de ser 16*, lo que determina la cuarta cifra del cociente, que será un 5,
ya que 29 × 5 = 145 (menor que 16*) y 29 × 6 = 174 (mayor que 16*).
6. La quinta cifra del primer cociente es 1, 2 o 3, por ser su pro-
ducto con el divisor de tres cifras. Con ello terminamos el problema
― 98 ―
rápidamente ya que, fijándonos ahora en la segunda división, el último
producto parcial ha de ser 16*, 17* o 18*, según sea 1, 2 o 3 la quinta
cifra del dividendo. El único múltiplo posible de 29 es 174 = 29 × 6.
Con ello queda terminada la segunda división y el cociente de la pri-
mera, con lo que se reconstruyen ambas, quedando como sigue:
Veámoslo.
1 0 0 0 0 7 8 9 2 3 3 3
9 9 9 3 0 0 3 2 4
1 0 7 8
9 9 9
7 9 9
6 6 6
1 3 3 2
1 3 3 2
3 0 0 3 2 4 2 9
2 9 1 0 3 5 6
1 0 3
8 7
1 6 2
1 4 5
1 7 4
1 7 4
Volver
― 99 ―
37. Un problema de persecución
El problema es menos complicado de lo que a primera vista pare-
ce. En todo momento los cuatro muchachos forman los vértices de un
cuadrado que va girando. Por consiguiente, la dirección del persegui-
do es, en cada instante, normal a la del perseguidor, lo que quiere de-
cir que no tiene componente alguna que tienda a alejarle de este últi-
mo, por lo que la persecución se lleva a cabo como si el perseguido
estuviese inmóvil, y la distancia recorrida por cada uno es, precisa-
mente, 20 metros.
― 100 ―
𝑑𝑦 𝑥 + 𝑦
=
𝑑𝑥 𝑥 − 𝑦
Pasando a coordenadas polares
x = r cos θ
y = r sen θ
dx = cos θ dr – r sen θ dθ
dy = sen θ dr + r cos θ dθ
Al sustituir queda
𝑑𝑟
𝑟
= 𝑑𝜃 (ecuación diferencial de la espiral logarítmica)
El arco de curva tiene por expresión en coordenadas polares:
𝑑𝑠 = √(𝑑𝑟)2 + 𝑟 2 (𝑑𝜃)2 = √(𝑑𝑟)2 + (𝑑𝑟)2 = √2𝑑𝑟
Y llevando a cabo la integración:
1
√2 𝑙
𝑆=∫ √2𝑑𝑟 = √2 × = 𝑙 = 20 m
0 √2
Volver
― 101 ―
38. Falsa demostración
Como es general en este tipo de problemas, la clave está en el he-
cho de que la función arco seno es multiforme. Así, cuando en la de-
mostración decimos
“Consideremos el caso de a = sen A
I = arc sen (sen A) – arc sen (2 sen A cos A) = A – arc sen 2 A
= A – 2A = –A”
no es correcto, ya que el arco cuyo seno es el seno de A, puede ser A, π
– A, A + 2 π ... Y lo mismo para el arc sen 2A.
Por lo tanto, el poner como límites de la integral el valor 1, no nos
define el camino de integración, ya que
para dicho valor de la variable la función toma múltiples valores.
Por ejemplo, una solución válida sería:
arc sen (sen A) – arc sen (sen 2 A) = arc sen 1 – arc sen 1
= (π – A) – 2 A = π – 3 A
𝜋
y para 𝐴 = da π – π = 0, no A = 0
3
Volver
― 102 ―
39. El taladro en la esfera
Aunque parezca sorprendente no se necesitan más datos. Y es ló-
gico si nos fijamos en la siguiente figura de circunferencias concéntri-
cas, en las que se ve que para que la longitud del taladro sea de 6 cm
se necesita que su diámetro sea tanto mayor cuanto que lo sea el radio
de la esfera, eliminando así mayor cantidad de material de tal forma
que el que resta es el mismo según se demuestra en el cálculo siguien-
te.
― 103 ―
𝑅 𝑅
𝑉 = 2∫ 2𝜋𝑥 y 𝑑𝑥 = 4𝜋 ∫ 𝑥 √𝑅2 − 𝑥 2 𝑑𝑥
√𝑅 2 −9 √𝑅 2 −9
3 𝑅
(𝑅2 − 𝑥 2 )2
= 4𝜋 [− ]
3
√𝑅 2 −9
1 3
= 4𝜋 [0 + (𝑅2 − 𝑅2 + 9)2 ] = 36𝜋
3
Para terminar, es curioso presentar la solución siguiente, que si
bien no es correcta desde un punto de vista matemático, es en cambio
impecable en cuanto a razonamiento lógico.
1. ° La pregunta no se plantearía si la solución no fuese única.
2. ° Si la solución es única, ha de ser independiente del radio de la
esfera y del diámetro del taladro.
3. ° Por consiguiente, para una esfera de radio igual a 3, a la que co-
rresponde el caso límite de un taladro de diámetro igual a cero, el
volumen que queda será el total de la esfera. Este volumen es la
solución buscada, cuyo valor es:
4
𝜋 × 33 = 36𝜋
3
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― 104 ―
40. El perro del batallón
Llamando vb a la velocidad del batallón; vp a la del perro; t al tiem-
po transcurrido hasta que el perro vuelve al punto central de la última
fila; y d a la distancia buscada, tenemos:
50
=𝑡
𝑣𝑏
50𝑣𝑝
𝑑 = 𝑡 × 𝑣𝑝 =
𝑣𝑏
Pero el tiempo t se divide en el tiempo que el perro camina en el
sentido del batallón, que será:
50
𝑣𝑝 − 𝑣𝑏
y el que camina en sentido inverso, que a su vez viene dado por:
50
𝑣𝑝 + 𝑣𝑏
Por tanto:
50 50 50
+ =
𝑣𝑝 − 𝑣𝑏 𝑣𝑝 + 𝑣𝑏 𝑣𝑏
𝑣𝑝
y multiplicando por vb y haciendo 𝑥 =
𝑣𝑏
1 1
+ =1
𝑥−1 𝑥+1
De donde se obtiene la ecuación:
x2 – 2x – 1 = 0
cuya solución válida es:
2 + √8
𝑥= = 2,4142
2
y el camino recorrido por el perro:
― 105 ―
d = 50 × 2,4142 = 120,71 m
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― 106 ―
41. La carta de salida
De las 13 cartas del jugador sabemos que cuatro son corazones.
Para cada una de las 9 restantes, la probabilidad de que sea un corazón
viene dada por
13 − 4 9
=
52 − 4 48
que se ha obtenido dividiendo el número de los casos favorables, es
decir, los corazones que quedan en la baraja descontados los cuatro,
por el número de cartas de la baraja que restan.
Por consiguiente, la probabilidad buscada es:
4 9 9
+ × = 0.4375
13 13 48
ya que la probabilidad de que la carta de salida sea uno de los cuatro
corazones vistos es 4/13, a lo que hay que añadir la probabilidad de
que la carta de salida sea una de las otras nueve, multiplicada por la
probabilidad de que sea un corazón que, según hemos visto, vale 9/48.
Volver
― 107 ―
42. Criptograma espacial
N O S E
C O N E
U P O N
O C E A N
R E S C U E
Obvio: R = 1.
La O puede ser 9, 8 o 7 y la E un cero o un 2, ya que el uno está
asignado a la R.
De la primera columna de la derecha tenemos:
Si E = 2 2XE + 2N = 12 o 22
ello haría que N fuese 4 o 9.
Pero si E = 2, la O habría de ser un 9, para con tres de arrastre dar
12. Ello dejaría para N el 4, y fijándonos en la 4. a columna y recor-
dando que el 9 ya está asignado, lo más que podríamos sumar sería
4 + 2 × 8 + 7 = 27
que exigiría un arrastre de 3 unidades de la columna anterior, lo que
no es posible.
Llegamos así a la conclusión de que
E= 0
N=5
Hemos de ver ahora si la O es un 7, un 8 o un 9.
Comencemos por el 9.
(1)
5 9 S 0
C 9 5 0
Cifras ya utilizadas: 0-1-5-9
U P 9 5
9 C 0 A 5
1 0 S C U 0
― 108 ―
En la 2.a columna tendríamos 15 + S + A 20, ya que los menores
valores posibles para S y A serían 2 y 3 que de todas formas dan 20
por resultado. Por otra parte la suma es menor de 30, ya que ello exigi-
ría que S y A fuesen 7 y 8, dando una suma máxima de 30 que queda
descartada al no poder ser U = 0.
Pero si se llevan 2 de arrastre de la 2.a columna, fijándonos en la
a
3. se tendría:
20 + P = C + 20
es decir P = C, lo que elimina que la O pueda ser un 9.
Veamos ahora si puede ser un 8:
(1)
5 8 S 0
C 8 5 0
Cifras ya utilizadas: 0-1-5-8
U P 8 5
8 C 0 A 5
1 0 S C U 0
Al sumar la 2.a columna puede, en principio, dar un arrastre de 1 o
2 unidades. Para que el arrastre sea 1, S y A han de ser 2 y 3, indepen-
dientemente de cuál de estas dos cifras corresponda a cada letra. En-
tonces U = 9, y al haber asignado ya las cifras 0, 1, 2, 3, 5, 8 y 9 la P
habrá de ser un 7 y C un 4, lo que lleva a una contradicción en la 4. a
columna, pues sumaría 24, y la S está ya determinada como un 2 o un
3. El arrastre de la 2.a columna, por consiguiente, ha de ser 2.
Pero es fácil ver que tampoco esto es posible, pues al considerar la
3.a columna, se obtiene:
18 + P = 20 + C
ya que la suma ha de ser > 20 al no poder asignar el valor uno a P.
Pero P no puede ser ninguna de las cifras ya asignadas (0, 1, 5, 8), ni 2
porque C habría de ser cero; ni 3, porque C habría de ser 1; ni 4 por-
que C habría de ser 2, y en la 4.a columna sería imposible tener una
suma 20, pues con U = 9, la S habría de ser cero; ni 6, pues C habría
de ser 4, y entonces en la 4.a columna tendríamos 15 + U = 20 + S lo
― 109 ―
que, exige U = 7 y S = 2, pero esto es imposible porque la 2. a columna
daría 17 + A = 27; ni 7, porque C habría de ser 5; ni 9, porque C ha-
bría de ser 7, lo que daría lugar a:
21 + U = S + 20
y ello sólo se satisface con U = 3, S = 4. Pero al llevar estos valores a
la 2.a columna se tiene 19 + A = 23, es decir A = 4 (imposible).
Sabiendo ahora que la O es un 7, única posibilidad que queda, la
solución se encuentra rápidamente.
(1)
5 7 S 0
C 7 5 0
Cifras ya utilizadas: 0-1-5-7
U P 7 5
7 C 0 A 5
1 0 S C U 0
Fijándonos en la 4.a columna
5 + 2 × C + U+ l o 2 de arrastre = 32 o mayor
Con C = 8 y 2 de arrastre U ha de ser 9. Pero S será entonces 2 y la
segunda columna queda así:
(1)
2
5
7
A
9
lo que exige A = 4. Comprobando entonces la siguiente columna:
(1)
7
7
P
0
8
― 110 ―
P habría de ser igual a 3, y el arrastre de esta columna no podría
ser 2, como supusimos inicialmente.
Por consiguiente la solución ha de ser C = 9 y U = 8, quedando la
suma completa en la forma siguiente:
5 7 2 0
9 7 5 0
8 4 7 5
7 9 0 3 5
1 0 2 9 8 0
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― 111 ―
43. El perro del batallón complica las cosas
El planteamiento es en todo semejante al del problema citado, pero
el tiempo se descompone ahora en 4 intervalos, correspondientes a los
cuatro lados. Las ecuaciones serán:
50
=𝑡
𝑣𝑏
𝑣𝑝
𝑑 = 𝑡 × 𝑣𝑝 = 50
𝑣𝑏
50 50 50 50 50
+ + + =
𝑣𝑝 − 𝑣𝑏 𝑣𝑝 + 𝑣𝑏 𝑣𝑏
√𝑣𝑝2 − 𝑣𝑏2 √𝑣𝑝2 − 𝑣𝑏2
Lo que simplificando da
2 2𝑥
+ =1
√𝑥 2 −1 𝑥2 − 1
o
x4 – 4 x3 – 2x2 + 4x +5 = 0
cuya solución válida es
4,1811
y la distancia recorrida por el perro, en este caso:
50 × 4,1811 = 209,06 m
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― 112 ―
44. Las tapas cambiadas
Con una vez basta. Tome una bola del bote cuya tapa dice BN. El
color de la bola que saque es, asimismo, el de la que queda, ya que si
no su tapa no estaría cambiada. En cuanto a los otros dos botes, el que
tenga la tapa con las dos letras que correspondan al color de la bola
sacada tendrá las dos del color opuesto, y la que tenga las dos letras
del color opuesto tendrá una de cada color.
Los dos posibles casos quedarán así:
1. ° Si la bola sacada es blanca, el bote con la tapa BN tiene dos bolas
blancas; el que dice BB tiene dos negras; y el que dice NN, una
blanca y una negra.
2. ° Si la bola sacada es negra, el bote con la tapa BN tiene dos bolas
negras; el que dice NN tiene dos blancas; y el que dice BB, una
blanca y una negra.
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― 113 ―
45. Todos los caminos van a Roma
Todos los números cumplen las condiciones propuestas. Es por
ello que decimos que la solución es fácil.
En efecto, para la primera condición tenemos la tabla siguiente:
Se cumple, siendo n un entero
Si N termina en cualquiera, que
1 Nn tiene igual terminación
2 N4n+1 " " "
3 N4n+1 " " "
4 N2n+1 " " "
5 Nn " " "
6 Nn " " "
7 N4n+1 " " "
8 N4n+1 " " "
9 N2n+1 " " "
0 Nn " " "
Puesto que 13 = 4 × 3 + 1 es de la forma 4 n + 1 (y, evidentemente,
de la 2 n + 1, que va implícita en la anterior), la condición se cumple
para todas las terminaciones.
Para la 2.a condición podemos, análogamente, hacer la siguiente
tabla:
Si un número N
da el siguiente
resto al dividirlo Se cumple, siendo n un entero cualquiera,
por nueve que
1 Nn da el mismo resto al dividir por 9
2 N6n+1 " " " " " " " 9
4 N3n+1 " " " " " " " 9
5 N6n+1 " " " " " " " 9
7 N3n+1 " " " " " " " 9
8 N2n+1 " " " " " " " 9
― 114 ―
0 Nn " " " " " " " 9
" " " " " " " 9
En el caso de que N dé resto 3 o 6, N37 y N13 dan resto cero. Para
los demás casos, como tanto 37 como 13 son de la forma 6n + 1, que
incluye a los demás, darán el mismo resto. Por tanto
𝑁 37 − 𝑁 13
=0
9
Finalmente, para la 3.a condición, no hay más que recordar el teo-
rema de Fermat que dice que Np – N es divisible por p, si p es primo.
Y 37 lo es.
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― 115 ―
46. Nacimientos
Tomando la 1.a persona, su nacimiento puede ser en cualquiera de
los 12 meses. La 2.a sólo dispone de 11 posibilidades, etc.
Por tanto:
12 × 11 × 10 × … × 1 12!
𝑃= = 12 = 0,000 053 723 2
1212 12
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― 116 ―
47. Gasta menos dinero
En la tercera columna E menos E debe dar nueve o cero, según que
haya o no arrastre de la columna anterior. Pero si hay arrastre y N = 9,
entonces no puede haber arrastre de la columna anterior ya que S po-
dría a lo sumo ser 8, que aun con el aumento de una unidad puede
sustraerse de nueve; y si no hay arrastre, N = O, y debe haber arrastre
de la columna anterior, ya que S será mayor que N.
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― 117 ―
48. Suma de letras
Puesto que la suma de las tres columnas iguales da resultados dife-
rentes, es preciso que la 1.a de la derecha dé 19; así, llevando una uni-
dad de arrastre la 2.a columna sumará 20, y con dos unidades de arras-
tre la 3.a dará 21. Por tanto F = 2, G = 1, H = 0, I = 9, y
A + B + C= 19
A + D + E = 19
Esto solamente se cumple con A = 8, puesto que B + C y D + E
han de sumar entonces 11, lo que se obtiene con 7 + 4 y 6 + 5. No
cabe que A sea 7 pues B + C podría ser 8 + 4, pero D + E (o vicever-
sa) habría de ser 6 + 6, o sea D = E. Es fácil ver que tampoco puede
ser A ≤ 6.
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― 118 ―
49. El diputado del PCE
La 1.a y 3.a condiciones dan lugar a las cuatro posibilidades si-
guientes:
― 119 ―
50. Adscripciones políticas
Lo mejor es establecer una tabla de correspondencia —lo que se
conoce con el nombre de “tabla de decisión lógica” o “tabla de ver-
dad”— e ir encajando en ella los supuestos. Empecemos por suponer
que Adolfo no es del PSOE, lo que lleva a escribir una N (de no) en la
correspondiente casilla, así como en la de Manuel y CD. La 2. a cláusu-
la, al haber supuesto que Adolfo no es del PSOE lleva a que Felipe no
es de CD o del PSOE. Igualmente, al no ser Felipe del PCE (su casilla
tiene ya una N) lleva a que Manuel es de UCD. Con esto hemos de
poner una S en esta casilla y una N en todas las demás de la fila Ma-
nuel y la columna UCD. Felipe ha de ser entonces del PSOE. Santiago
no es de CD, por la 4.a condición. Adolfo será de CD y Santiago del
PCE, por la 5.a.
Sólo nos queda ahora ver que no cabe otra solución diferente si
hubiésemos partido de que Adolfo fuese del PSOE. La imposibilidad
se ve en seguida con sólo fijarse en la 5.a condición. Al ser Adolfo del
PSOE, no puede serlo Santiago, pero la referida condición dice que en
tal caso Felipe lo es, lo que lleva igualmente a una contradicción.
Así, el resultado final es:
Adolfo es de CD
Felipe es del PSOE
Manuel es de UCD
Santiago es del PCE
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― 120 ―
51. Facilón
La T, más una unidad de arrastre, debe dar el número CI. Ello im-
plica que I ha de ser cero. Pero de la 1. a columna de la derecha se tiene
que O + S = S, lo que implica que la O ha de ser cero igualmente.
Existe, por tanto, una contradicción.
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― 121 ―
52. Topología policial
Si cada habitación tiene dos puertas (número par), la casa ha de te-
ner, asimismo, un número par de puertas exteriores. En efecto, diga-
mos que cada puerta tiene dos caras, como una moneda. Si el número
de caras exteriores es x, quiere decirse que otras tantas lo son de las
habitaciones. Si el número de habitaciones es h, tendrá que haber 2 h
caras de puerta que correspondan a las habitaciones, según el enuncia-
do del problema, y como el número total de caras ha de ser par, se
tendrá llamando T al número total de puertas:
2 T = 2 h -f- x
o sea,
x – 2T – 2 h —número par
El inspector Clouseau estaba —como siempre— completamente
despistado.
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― 122 ―
53. Los cuatro nueves
― 123 ―
54. La reunión de fumadores
Cada caja está “ligada” a 3 fumadores —ligazón que puede repre-
sentarse por un trazo entre caja y fumador— mientras que cada uno de
éstos lo está a 2 cajas. Como el número de trazos que parten de las
cajas ha de ser el mismo de los que parten de los fumadores, ya que
éstos y aquéllas forman sus terminales,
(número de cajas) × 3 = (número de fumadores) × 2
Ahora bien, al tener cada par de cajas un trazo común y sólo uno,
quiere decirse que cada uno de los tres que salen de una caja es com-
partido con otra diferente. En total, pues, 4 cajas y (3 × 4) / 2 fumado-
res.
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― 124 ―
55. Multiplicación incompleta
1. La última cifra del multiplicador es un 1, ya que si fuese igual o
superior a 2, su producto por el multiplicando tendría cuatro cifras.
2. La última cifra del multiplicando es un 5, porque en caso contra-
rio habría de serlo la primera del multiplicador y ello es imposible, ya
que su producto por 6 más el arrastre habría de dar por resultado 35, lo
que exigiría que el multiplicando fuese mayor de 699.
3. Fijándonos en la cifra intermedia del primer producto parcial y
la última del segundo producto parcial, vemos que para que la suma
sea 4 o 14 se precisa que sean 4 y 0, o 9 y 5. La segunda posibilidad se
desecha ya que la primera cifra del multiplicador es impar, y no hay
ninguna que multiplicada por 695 dé *5*5. Con ello queda determina-
do el multiplicando que será 645 (para este razonamiento, como para
el anterior, no olvidemos que el primer producto parcial es igual al
multiplicando, al ser un 1 la última cifra del multiplicador).
4. El resto es fácil. La única cifra impar que multiplicada por 645
da dos cincos en los lugares oportunos es el 7:
7 × 645 = 4515
En cuanto a la cifra intermedia del multiplicador ha de ser par para
dar cero al multiplicarla por 5. La única válida es el 2.
La multiplicación queda así, finalmente:
6 4 5
7 2 1
6 4 5
1 2 9 0
4 5 1 5
4 6 5 0 4 5
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― 125 ―
56. Sucesión de Fibonacci
El número de nacimientos en el mes n, que llamaremos An, será:
An = An – 1 + An – 2
ya que las parejas que procrearon el mes anterior lo harán también
el mes considerado, pero además lo harán las parejas que nacieron dos
meses antes, según el enunciado del problema.
La sucesión es:
0, 1, 1, 2, 3, 5, 8 ...
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― 126 ―
57. Padre e hijo
Sea x la edad del padre.
Como el mínimo común múltiplo de 2, 3, 4, 6 y 8 es 24 podemos
escribir, siendo k un entero:
x = k × 24+1
pero también,
x = k' × 5 (k' entero)
luego,
k' × 5 = k × 24 + 1
lo que se cumple para k = 1, dando 25 para la edad del padre y 25/6 =
4 años y 2 meses para la de Juan.
Es cierto que caben otras soluciones, pero implican para el padre
edades superiores a 144 años, lo que las excluye, pues hubiese engen-
drado el hijo después de los 120 años y, la verdad, no conviene exage-
rar.
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― 127 ―
58. El concurso de televisión
La suma total de los puntos es 40, cuya descomposición en facto-
res primos da:
40 = 5 × 23
Llamando n al número de pruebas; x, y, z a los puntos concedidos
al primero, segundo y tercer clasificado, se tiene
n(x + y + z) = 40
que da lugar a las siguientes descomposiciones:
n = 20 x+y+z = 2
n = 10 x+y+z= 4
n=8 x+y+z = 5
n=5 x+y+z= 8
n=4 x + y + z = 10
n=2 x + y + z = 20
De todas ellas, es fácil ver que solamente la correspondiente a n =
5 es posible.
En efecto, las tres primeras no son válidas porque la suma de los
puntos concedidos en cada prueba es menor de 6 y ello impide que se
cumplan las condiciones del enunciado, puesto que el primero ha de
recibir más puntos que el segundo y éste que el tercero siendo, por
otra parte números enteros. Ello pone como límite inferior 1 + 2 + 3 =
6.
El caso de n = 4 se excluye porque para que Bernabé sumase 22
puntos, los concedidos al primero han de ser 6 o 7 ya que con 5, aun
ganando las cuatro pruebas sumaría solamente 20 puntos.
x+y+z=6+3+1
o
x+y+z=7+2+1
― 128 ―
La primera no es válida, porque habiendo ganado Alberto una
prueba, Bernabé no puede sumar más de 21 puntos. La 2. a tampoco
porque Alberto sumaría más de 9 puntos.
El caso n = 2 es inmediato por la misma razón últimamente apun-
tada, ya que el primero habría de recibir más de 11 puntos que es la
mitad de los logrados por Bernabé.
Con ello llegamos a que las pruebas fueron 5 (n = 5) y la suma de
los puntos:
x + y + z = 4 + 3 +1
o
x+y+z=5+2+1
La primera combinación es imposible porque Bernabé no podría
sumar 22 puntos. Queda solamente la segunda que nos lleva a que
Bernabé hubo de ganar 4 pruebas y quedar segundo en la otra. Como
la de Geografía fue ganada por Alberto, quiere decirse que Bernabé
ganó la de Matemáticas.
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― 129 ―
59. Programando calculadoras
El problema trata de recordar que en Aritmética las multiplicacio-
nes deben efectuarse antes que las sumas, lo que, si no se tiene en
cuenta en las calculadoras, puede llevarnos a resultados erróneos.
1 1 1 1
𝑎) + × + × 10 = 5,5
3 2 3 2
1 1 1 1
𝑏) ( + × ) × × 10 = 2,2
3 2 3 2
(En este caso, la coma cambia todo, pues indica claramente que las
operaciones hasta entonces enunciadas se efectúan antes de pasar a la
siguiente.)
1 1 1 1
𝑐) + × × × 10 = 1,6
3 2 3 2
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― 130 ―
60. Tres preguntas en tono festivo
1. a La cerilla, no hay duda.
2. a No, no es del pavo real (ni, por supuesto, de Alberto o Carlos);
los pavos reales no ponen huevos, son las pavas reales las que lo po-
nen.
3. a El que es amable con un masoquista.
Si acertó Ud. en la última definición, mi enhorabuena.
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― 131 ―
62. Los números naturales y la literatura
No la tengo. Espero que a mis lectores se les hayan ocurrido algu-
nas y sean tan amables de comunicármelas.
Fue hace muchos años que leí algo parecido y sólo recordaba hasta
el número cinco. El seis lo he tomado del segundo tomo de las memo-
rias de Carlos Barral, pero creo que no es el que figuraba en la lista
original. En cuanto al siete y el diez, aunque son inventados por mí,
me imagino que no serán más que “reinventados” y probablemente
figuraban en la lista — si como creo era de diez nombres — habiendo
permanecido en mi subconsciente hasta este momento, en que les he
forzado a manifestarse.
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― 132 ―
63. Problema bíblico
Hay dos soluciones para este problema aparte de la bíblica, que es
una ligera variación de la segunda, pero genéticamente la misma.
Solución años cuarenta
La madre de las dos hermanas se casó por segunda vez. Al morir,
el viudo se casó con una de las hijastras de la que tuvo un hijo. Volvió
a enviudar y se casó con la segunda hijastra de la que tuvo otro hijo,
hermano del primero por parte de padre. Así los dos chicos eran her-
manos —hermanastros realmente— de sus madres.
Solución años setenta
Un pasota vive con una mujer a la que le hace dos hijas y a las
cuales se beneficia, como pasota que es, haciéndoles un hijo a cada
una.
Solución bíblica (Génesis, 19, 30-38)
“Lot se retiró de Segor, y fue con sus dos hijas a refugiarse en el
monte (pues no se daba por seguro en Segor), y se quedó en una cueva
así él como sus dos hijas. Entonces dijo la mayor a la menor: Nuestro
padre es viejo, y no ha quedado en la tierra ni un hombre que pueda
casarse con nosotras, según se acostumbra en todos los países. Ven, y
emborrachémosle con vino, y durmamos con él, a fin de poder con-
servar el linaje por medio de nuestro padre. Con eso le dieron a beber
vino aquella noche; y la mayor se acostó y durmió con su padre; pero
él no sintió ni cuándo se acostó su hija ni cuándo se levantó. Asimis-
mo al día siguiente dijo la mayor a la menor: Ya sabes que yo dormí
ayer con mi padre; démosle también a beber vino esta noche, y dormi-
rás tú con él, para que conservemos la sucesión de nuestro, padre. Die-
ron, pues, del mismo modo a su padre a beber vino aquella noche, y
acostada la hija menor durmió con él; y ni tampoco entonces sintió
cuándo ella se había acostado o cuándo se había levantado. A su tiem-
― 133 ―
po la mayor parió un hijo, y llamó su nombre Moab: 3 éste es el padre
de los moabitas que subsisten hasta hoy. La menor también parió un
hijo, y púsole por nombre Ammón, esto es, hijo del pueblo mío; el
cual es el padre de los ammonitas que subsisten hasta el día de hoy.”
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3
Moab = “de mi padre”.
― 134 ―
64. El tesoro escondido
y tras simplificar:
― 135 ―
l4 — 2C l2 + 37 = 0
17,9372 m
Área = l2 = { 2,0627 m
De estas dos soluciones, solamente es válida la 1.a, ya que en el 2.°
caso se tendría:
l = 1,4362 m
y
2l = 2,8724 m
es decir, que el doble del lado sería menor que 6 m y el tesoro no po-
dría estar enterrado dentro de la parcela.
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― 136 ―
65. Descomposición de los números triangulares
Puesto que todo número triangular es la suma de la serie
(𝑛 + 1)𝑛
1 +2 + 3+ 4 + ⋯+ 𝑛 =
2
quiere decirse que a partir de cuando podamos escribir n = 2x o n = 2x
+ 1, se cumplirá el enunciado del problema, según la demostración
siguiente:
Para n = 2x
(𝑛 + 1)𝑛 (2𝑥 + 1)2𝑥
= = 2𝑥 2 + 𝑥 = 𝑥 2 + 𝑥 2 + 𝑥 = 𝑥 2 + (𝑥 + 1)𝑥
2 2
(𝑥 + 1)𝑥
= 𝑥2 + 2
2
Para n = 2x + 1
(𝑛 + 1)𝑛 (2𝑥 + 2)(2𝑥 + 1)
= = (𝑥 + 1)(2𝑥 + 1)
2 2
= (𝑥 + 1)(𝑥 + 𝑥 + 1) = (𝑥 + 1)2 + 𝑥(𝑥 + 1)
2𝑥(𝑥 + 1)
= (𝑥 + 1)2 +
2
Es claro que la condición la cumplirán todos los números triangu-
lares, con la excepción del 1.
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― 137 ―
66. La esfinge de Beoda
Edipo —como ya hemos dicho— contestó adecuadamente: “El
hombre, que en su infancia se arrastra sobre sus cuatro extremidades,
anda en dos cuando es adulto y se vale de un bastón en la edad senil
para sostener sus dos piernas.”
Cuando la esfinge oyó la respuesta de Edipo se precipitó en el
Averno —según unos— o se destrozó la cabeza contra una roca —
según otros.
Como curiosidad diremos que la esfinge griega era un león alado
con el pecho y la cabeza de mujer, a diferencia de la egipcia —su pre-
decesora— que estaba representada por un león sin alas, con cabeza
humana.
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― 138 ―
67. El fontanero y los dos depósitos
― 139 ―
2.° CASO (CISTERNA SIN TAPA)
2.000 2.000
𝑆 = 𝑥𝑦 + 2𝑥ℎ + 2𝑦ℎ = 𝑥𝑦 + +
𝑦 𝑥
𝜕𝑆 2.000 𝜕𝑆 2.000
=𝑦− =0 =𝑥− =0
𝜕𝑥 𝑥2 𝜕𝑦 𝑦2
2.000 2.000
𝑥= 𝑦=
𝑦2 𝑥2
Obteniendo para este caso:
x = y = 12,6 dm
h = 6,3 dm
En este segundo caso vemos que se obtiene un semicubo, esto es,
el resultado de cortar un cubo, de arista igual a 12,6, por un plano a
mitad de su altura.
Las superficies totales en el l.er y 2.° caso serían: 600 dm2 y 476,28
2
dm .
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― 140 ―
68. El estanque elíptico y el matemático
El área de la elipse mayor (y única) es 100 m2. La curva exterior
no es una elipse.
Si quisiéramos demostrarlo, de una forma rigurosa, habríamos de
escribir la ecuación de la elipse
𝑥 2 𝑦2
+ =1 (1)
𝑎2 𝑏 2
la de su normal
1
𝑌 − 𝑥 = − ′ (𝑌 − 𝑥) (2)
𝑦
en la que y' se deduciría de (1); es decir
𝑥 𝑑𝑥 𝑦 𝑑𝑦
+ 2 =0
𝑎2 𝑏
𝑑𝑦 𝑥𝑏 2
= 𝑦′ = − 2
𝑑𝑥 𝑦𝑎
expresión que sustituiríamos en (2)
Finalmente, expresaríamos la condición de que la distancia entre
los puntos de la elipse y la curva exterior, tomados sobre la normal, es
1 m:
(X – a)2 + (Y – y)2 = l (3)
Entonces, entre (1), (2) y (3) eliminaríamos las coordenadas x, y de
la elipse, para hallar la ecuación de la curva buscada que veríamos no
es una cónica; dicha eliminación no es sencilla.
Pero, para ver que no es una elipse, basta con el razonamiento si-
guiente:
― 141 ―
Para la elipse interior, cuyos focos son F1 y F2, tenemos
̅̅̅̅̅
𝐹1 𝑃 + ̅̅̅̅̅
𝐹2 𝑃 = ̅̅̅̅̅̅
𝐹1 𝑀 + ̅̅̅̅̅̅
𝐹2 𝑀 = 2
según la definición de elipse.
Para la curva exterior tenemos:
̅̅̅̅̅
𝐹 ̅̅̅̅̅
1 𝑃 + 𝐹2 𝑃 = 2𝑑 + 2
̅̅̅̅̅̅
𝐹1 𝑀 + ̅̅̅̅̅̅
𝐹2 𝑀 = 2𝑑 + 2
ya que, como vemos en el triángulo F1MM'
̅̅̅̅̅̅
𝐹 ̅̅̅̅̅̅ ̅̅̅̅̅̅
1 𝑀 + 𝑀𝑀′ > 𝐹1 𝑀′
y
̅̅̅̅̅̅
𝑀𝑀′ = 1
Por consiguiente, si la figura exterior es una elipse, ha de tener dis-
tintos focos que la interior, y dichos nuevos focos han de estar más
separados que los F1F2 en una determinada cantidad.
Pero si a la elipse exterior la añadimos 1 metro en la misma forma,
el razonamiento anterior nos llevaría a que los focos de la nueva su-
puesta elipse habrían de estar más separados.
Siguiendo así indefinidamente, cuando llegásemos a aumentar la
elipse inicial en, digamos, mil millones de metros, la figura resultante
será, prácticamente, una circunferencia. Pero la circunferencia es el
caso límite de la elipse cuando sus focos tienden a reunirse en uno
― 142 ―
solo, lo que está en contradicción con el hecho de que en nuestro caso
cada vez se habrán separado más.
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― 143 ―
69. Las paradojas de Zenón de Elea: Aquiles y la tortuga
Es en el último razonamiento de la argumentación donde se en-
cuentra el fallo. En él, es de suponer que Zenón recurría a la máxima
de que el todo tiene más términos que la parte. En consecuencia si
Aquiles hubiera de alcanzar a la tortuga habría estado en más lugares
que ella; pero hemos visto que en cualquier período, él está en exac-
tamente tantos lugares como la tortuga. De donde se deduce que nunca
la alcanzará. Lo que sería correcto si admitiésemos el axioma de que
el todo tiene más términos que la
parte. Pero siendo la conclusión
absurda hay que desechar el
axioma, como hizo Cantor, al tra-
tar de conjuntos infinitos, como es
este caso, ya que entre dos puntos
hay siempre una infinidad de
ellos. Así, fijándonos en la figura,
si suponemos que — para no es-
torbarse — Aquiles y la tortuga
siguen caminos paralelos como en
las carreras olímpicas, vemos que
cuando la tortuga llegue a T,
Aquiles habrá llegado a A (ha-
biéndola alcanzado) tras hallarse
en el mismo número de lugares,
ya que por cada punto T1, en el
camino de la tortuga, hallaremos
el correspondiente A1 en el camino
de Aquiles, e inversamente.
Para terminar, todo lo que podemos afirmar, cuando un cuerpo se
mueve, es que está en un lugar en un instante y en otro lugar en otro
instante, sin que podamos hablar de puntos vecinos, ni instantes si-
guientes, que no cabe definir.
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― 144 ―
71. Orden de una sucesión
Las cifras están dispuestas por orden alfabético.
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― 145 ―
72. En el zoológico
Solución clásica: 20 bestiolas (80 patas) y 10 pájaros (20 patas).
Solución más original: Ningún pájaro y 30 bestiolas: 1 ciempiés y
29 boas.
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― 146 ―
73. El enigma de Sansón
Gracias a la traición de la primera mujer de Sansón —lo de Dalila
fue después, ya que a Sansón, a pesar de su fuerza, no se le dieron
bien las mujeres— los invitados a su banquete de bodas pudieron res-
ponder: “¿Qué cosa más dulce que la miel ni quién más fuerte que el
león?”
Pues, en efecto, en el camino a Tamnata, en una de las viñas de la
ciudad, Sansón había despedazado a un león, y cuando pasado algún
tiempo, volviendo a Tamnata, apartóse del camino para ver el cuerpo
muerto del león, encontró en su boca un enjambre de abejas y un panal
de miel.
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― 147 ―
74. Justicia distributiva
Si llamamos Al, A2, ... A10 a las fortunas, ordenadas de menor a
mayor, tendremos, tras el reparto:
(A10 – A1 – A2 – ... A9) 2A1 + 2A2 ... 2A9 = A1 + A2 + ... A10
puesto que todo queda igual.
Pero, forzosamente, 2 A9 es ahora el más rico, ya que si siguiese
siéndolo A10, todo no quedaría igual, al haber cambiado —al menos—
la fortuna del más rico. Con ello, teniendo en cuenta que las fortunas
han aumentado todas, con excepción de A10, se verificará:
2A9 = A10
2°8 = A9
…
(A10 – A1 – A2 – ... A9) = A1
Es decir, las fortunas son:
A1, 2A1, ... 29A1
y como su suma, que vale: A1(210 – 1) = 1023A1 es igual a 1.023.000
ptas., hallamos finalmente:
A1 = 1.023.000 / 1.023 = 1.000 ptas.
A2 = 2.000 ptas.
A3 = 4.000 ptas.
…
A10 = 512.000 ptas.
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― 148 ―
75. Nueva versión del caracol y la tapia
12 días. En efecto, al cabo de 9 días se encuentra a 2 m del remate
de la tapia. El día 10 llega a la cima y resbala 1 metro por el lado
opuesto, al descansar durante la noche. Se encuentra, pues, a 10 me-
tros del suelo. A partir de aquí, puesto que desarrolla el mismo esfuer-
zo al descender que al subir, quiere decirse que si antes subía a razón
de 2 metros por día, teniendo que vencer la tendencia a resbalar que
era de 1 metro por día, ahora bajará a razón de 4 metros por día y uno
por la noche. Y necesitará 2 días para bajar los 10 metros. En total,
pues, 12 días.
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― 149 ―
76. Busquemos la raíz
Podemos razonar en la forma siguiente:
1.° Puesto que el número tiene 9 cifras, es mayor que 10 5 y menor
que 1005. La raíz quinta buscada está, por tanto, comprendida entre 10
y 100.
2.° Como el número dado termina en 1, la raíz termina en 1, ya que
las potencias de todos los números pares son pares, y en cuanto a las
de los impares, vemos que la de 3 termina en 3, la de 5 en 5, la de 7 en
7 y la de 9 en 9. No es preciso hallar las potencias completas para ve-
rificarlo, siendo suficiente multiplicar cada vez por la última cifra del
producto precedente. Por ejemplo, para el caso del 7 veríamos que el
cuadrado termina en 9 (ya que 7 × 7 = 49); la tercera potencia en 3 (ya
que 7 × 9 = 63); la cuarta en 1 (7 × 3 = 21); y la quinta en 7 (7 × 1 =
7).
3.° Como el resto (módulo 9)4 del número propuesto es 4, el de su
raíz quinta ha de ser 7. Lo podemos verificar rápidamente:
Si el resto (mód. 9) del n.° buscado es 1, el de su poten. 5.a es 1,
" 2, " 5,
" 3, " 0,
" 4, " 7,
" 5, " 2,
" 6, " 0,
" 7, " 4,
" 8. " 8,
" 9. " 9.
Es claro que para hallar el resto (mód. 9) de la potencia 5.a de un
número, hemos de hallar la potencia 5.a de su resto. Esta operación se
4
Se llama resto (módulo m) al resto que resulta de dividir por m el número propuesto.
Recordemos que en el caso del 9 se halla fácilmente dividiendo por nueve la suma de
todas sus cifras, como tantas veces hemos hecho al aplicar la prueba del nueve a la
multiplicación. Así, para el número dado, la suma de sus cifras es 40, cuyo resto (mód.
9), es 4.
― 150 ―
simplifica si, en cada producto sucesivo, se halla el correspondiente
resto (mód. 9). Así, por ejemplo, para un número cuyo resto (mód. 9)
sea 3, el del cuadrado será 3 × 3 = 9 = 0, y no hace falta continuar, ya
que para las sucesivas multiplicaciones tendríamos 0 × 3 = 0. Otro
ejemplo: Si el resto del número es 7, diremos:
7 × 7 = 49, resto 4
4 × 7 = 28, resto 1
1 × 7= 7, resto 7
7 × 7 = 49, resto 4
4.° Finalmente, puesto que el número buscado tiene 2 cifras cuya
suma es 7, siendo la segunda un 1, no puede ser otro que el 61.
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― 151 ―
77. ¿Cómo se clasificaron?
Llamemos A, B, C y D a las pruebas ganadas respectivamente, por
Alberto, Bernardo, Carlos y Diego. Podemos escribir:
(1) D>C
(2) A+B=C+D
(3) A+D<B+C
Entre (1) y (3), A < B, ya que sumándole una cantidad mayor que
la que se suma a B, el resultado es una igualdad.
Restando (2) de (3)
D–B<B–D
2D < 2B
D<B
De (2)
A–D=C–B
y como B > D es evidente que C > A.
Luego:
B>D
D>C
C>A
El orden de mayor a menor número de pruebas ganadas es:
Bernardo, Diego, Carlos, Alberto
Volver
― 152 ―
78. Cuadrados mágicos
1. Tomemos una serie aritmética cualquiera, para mayor comodi-
dad la serie de los números naturales, y coloquemos el número 1 en la
celda central de la fila superior.
2. La cifra consecutiva a una cualquiera debe colocarse en la celda
que le sigue diagonalmente hacia arriba y hacia la derecha.
3. Si al hacer esto se sale del cuadrado por el límite superior del
contorno del mismo, saltaremos a la celda de la columna siguiente
hacia la derecha y en su fila inferior; si se sale por la derecha, se sigue
por la primera celda, a partir de la izquierda, de la fila superior.
4. Cuando la celda siguiente está ocupada, el número consecutivo
de la serie se coloca en la celda inmediatamente inferior a la del núme-
ro precedente, comenzando así un nuevo camino en la dirección de la
diagonal.
Como ejemplo, realicemos un cuadrado de quinto orden.
― 153 ―
Finalmente, puesto que las sumas siguen siendo iguales entre sí
cuando multiplicamos todos los números de las casillas por un mismo
factor, o les añadimos un mismo sumando, es claro que podemos alte-
rar fácilmente, en esta forma, el llenado de las casillas.
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― 154 ―
79. Dudeney, predecesor de Bronowski
̂
𝑁 = 0, ̅̅̅̅̅̅̅̅̅̅̅̅̅̅̅̅̅̅
𝑥1 𝑥2 … 𝑥𝑛−1 𝑥𝑛
𝑥2 … 𝑥̂
10𝑁 = 𝑥1 ̅̅̅̅̅̅̅̅̅̅̅̅̅̅̅̅̅̅
𝑛−1 𝑥𝑛 𝑥1
4
𝑥2 … 𝑥̂
10𝑁 − 𝑥1 = 0, ̅̅̅̅̅̅̅̅̅̅̅̅̅̅̅̅̅̅
𝑛−1 𝑥𝑛 𝑥1 = 𝑁
5
4
10𝑁 − 𝑁 = 𝑥1
5
5𝑥1
𝑁=
46
Como 46 = 2 × 23, para que N sea lo menor posible, haremos x1 =
2, a fin de que la longitud del período sea mínima. (El período es, pre-
cisamente, el número buscado.)
Dividiendo 5 entre 23 hallamos como solución:
2 173 913 043 478 260 869 565
Volver
― 155 ―
80. Los sobres cambiados (un problema notablemente difícil)
La probabilidad permanece invariable, ya que es prácticamente in-
dependiente del número de cartas enviadas, como podemos ver segui-
damente.
Supongamos los sobres numerados desde 1 hasta N, siendo N =
200 en el primer supuesto del enunciado, y N = 10 en el segundo.
La probabilidad de que el sobre número k lleve su factura correcta,
será:
(𝑁 − 1)! 1
𝑝𝑘 = =
𝑁! 𝑁
ya que las N – 1 facturas que quedan —excluida la que va en su so-
bre— pueden introducirse en cualquier orden, y existen (N – 1)! posi-
bles ordenaciones. Entre ellas, naturalmente, habrá muchas en las que
otros sobres, además del sobre número k, contengan sus facturas co-
rrectas.
La suma de todas las probabilidades para k = 1, 2, ... N será,
1
𝑁× =1
𝑁
Similarmente, la probabilidad de que dos sobres, el número i y el
número j, contengan sus facturas correctas valdrá
(𝑁 − 2)! 1
𝑝𝑖,𝑗 = =
𝑁! (𝑁 − 1)𝑁
ya que las restantes facturas pueden disponerse en (N – 2)! ordenacio-
nes distintas. La suma de todas las probabilidades pi,j valdrá:
𝑁 1 1
( ) =
2 (𝑁 − 1)𝑁 2!
En general, para r sobre elegidos, tendremos que la probabilidad
será:
(𝑁 − 𝑟)!
𝑝⏟𝑖,𝑗,𝑘 … =
𝑁!
𝑟
― 156 ―
y la suma de las probabilidades
𝑁 (𝑁 − 𝑟)! 1
( ) =
𝑟 𝑁! 𝑟!
Como el problema es una combinación de sucesos, la probabilidad
buscada vendrá dada por la suma de las probabilidades de que un so-
bre elegido lleve su factura, menos la suma de las probabilidades de
que dos sobres elegidos lleven sus facturas, más la suma de las proba-
bilidades de que tres sobres elegidos lleven sus facturas, etcétera. Es
decir:
1 1 1 1
𝑃 = 1 − + − …±
2! 3! 4! 𝑁!
Pero 1 – P representa, precisamente, los N + 1 primeros términos
en la expansión
1 1 1
𝑒 −1 = 1 − 1 + − +
2! 3! 4!
Luego
P ≈ 1 – e–1 = 0,63212...
Ésta es la probabilidad en ambos casos, con error en la aproxima-
ción de un orden menor que la última cifra. Por ello, podemos decir
que permanece prácticamente constante.
Volver
― 157 ―
81. El número de la vivienda
Las operaciones reseñadas equivalen a elevar el número buscado a
la quinta potencia. Para que la cifra final sea un 7 ha de serlo también
la del número buscado. Y el único número acabado en 7 que elevado a
cinco da un resultado de 7 cifras es 17.
175= 1419857
(Nótese que todo número elevado a la 5.a potencia da un resultado
cuya última cifra es la misma que la de la base.)
Volver
― 158 ―
82. El torneo de ajedrez
Para ver el número de jugadores en cada grupo tendremos, llaman-
do x al número de jugadores en el primer grupo:
𝑥(𝑥 − 1) (30 − 𝑥)(29 − 𝑥)
− + = 87
2 2
–x2 + x + 870 – 59x + x2 = 174
58x = 696
x = 12
Luego hubo 12 jugadores en el primer grupo y 18 en el segundo.
Cada jugador del primer grupo jugó 11 partidas y como el ganador
totalizó 7,5 puntos, sin perder ninguna partida, tenemos, llamando y al
número de partidas en que hizo tablas:
y × 0,5 + (11 – y) × 1 = 7,5
–0,5y = –3,5
y = 7 partidas
Volver
― 159 ―
83. El camión y el desierto
La mejor forma de atacar el problema es considerándolo desde el
punto de llegada. Es indudable que la máxima distancia que puede
recorrer para un cierto número de viajes corresponderá a que a su lle-
gada la gasolina que tenga sea justamente cero. Así, en un viaje puede
recorrer 500 km. En dos viajes (500 + 500/3), ya que en el primer via-
je establecerá un depósito de gasolina a una distancia de 500/3 km,
depósito que corresponderá a una carga igual a 500/3 km. (En este
primer viaje recorrerá 2 × 500/3 km y ahorrará la gasolina correspon-
diente a 500/3 km.)
Similarmente, en tres viajes puede recorrer (500 + 500/3 + 500/5).
Y en general, en n viajes:
1 1 1
𝐷 = 500 (1 + + + ⋯ + )
3 5 2𝑛 − 1
Como esta distancia ha de ser igual o mayor que 800 km, con el
menor valor de n, hallamos n = 4. En estos 4 viajes podría recorrer
una distancia máxima de 838 km.
En cuanto a la segunda pregunta, esto es, si podría atravesar el de-
sierto si su anchura fuese 2.000 km, la respuesta es sí. Sea cual sea la
anchura del desierto podría atravesarlo, ya que la serie:
1 1
1+ + +⋯
3 5
es divergente y, por tanto, su valor puede llegar a ser tan grande como
queramos, con tal de tomar un número suficiente de términos.
― 160 ―
Para los lectores que puedan interesarse más a fondo en este pro-
blema, quiero añadir algunas consideraciones.
El hecho de que el camión puede atravesar no importa qué anchura
de desierto se basa en la divergencia de la serie:
1 1 1 1
1+ + + + +⋯
3 5 7 9
lo cual puede demostrarse agrupando los términos en la forma siguien-
te:
1 1 1 1 1 1 1 1 1
1+ + + + +( + + ⋯+ ) + ( + ⋯+ ) +⋯
3 5 7 9 ⏟11 13 27 ⏟29 81
9 términos 27 términos
Esta serie es mayor, evidentemente, que la que resulta de sustituir
los términos de cada paréntesis por el más pequeño de ellos —el últi-
mo de cada paréntesis— multiplicado por el número de los que encie-
rra. Así se obtiene:
1 3 9 27
1+ + + + +⋯
3 9 27 81
que es igual a
― 161 ―
1 1 1 1
1+ + + + +⋯
3 3 3 3
serie que, evidentemente, diverge.
Ahora bien, la divergencia es tan lenta que aunque matemática-
mente cualquier anchura de desierto puede ser salvada por el camión,
el número de viajes aumenta tan rápidamente que podrían necesitarse
generaciones enteras de conductores para conseguirlo.
Así, aunque la diferencia entre 800 km y 2.000 km parece peque-
ña, el número de viajes en el primer caso sería, como queda dicho de
4, mientras que se necesitarían 419 en el segundo caso.
Quien quiera comprobar el caso de 2.000 km como anchura del
desierto, puede hacerlo con una pequeña calculadora de mesa —yo
utilicé la Texas SR-56— y el siguiente programa. (Con él, la maquini-
ta necesita unos 4 minutos para dar el resultado.)
………. Introducir el cociente de la anchura del desierto por la
distancia que puede recorrer con una carga. Por ejemplo:
800 2000
= 1,6 ; =4
500 500
00 xt
01 1
02 STO
03 9
04 RCL
05 9
06 +
07 1
08 ÷
09 (
10 RCL
11 9
12 +
― 162 ―
13 2
14 )
15 STO
16 9
17 =
18 2nd ≥ t
19 2
20 4
21 GTO
22 0
23 6
24 RCL
25 9
26 +
27 1
28 =
29 ÷
30 2
31 =
32 R/S
33 RST
En la pantalla aparece el
número de viajes
necesarios.
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― 163 ―
84. La apuesta
Las probabilidades eran correctas, pero no debió aceptar, ya que la
esperanza matemática o valor medio para él era de 12,25; superior, a
12.
Hay que tener en cuenta no tan sólo la probabilidad de ganar o
perder, sino lo que se gana o pierde en cada caso. Ninguna persona
tendría el más mínimo inconveniente en jugar apostando a sacar el
número 6 con un dado, pagando una peseta cuando no saliese y co-
brando 1.000 cuando apareciese. Sin embargo, antes de tirar el dado,
las probabilidades entre perder y ganar serían 5 a 1 en contra nuestra;
pero quedarían más que compensadas con la cantidad a ganar o per-
der, que sería de 1.000 a 1.
En el caso considerado, la esperanza matemática la hallaríamos
haciendo la suma de los 36 valores posibles y calculando la media,
según se indica en la tabla siguiente.
Dado n°1 1 2 3 4 5 6
Dado n°2
1 1 2 3 4 5 6
2 2 4 6 8 10 12
3 3 6 9 12 15 18
4 4 8 12 16 20 24
5 5 10 15 20 25 30
6 6 12 18 24 30 36
∑ 21 42 63 84 105 126
∑ total = 441
― 164 ―
441
Valor medio = = 12,25
36
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― 165 ―
85. Torneo veraniego de fútbol
Puesto que el Madrid ganó 2 partidos y tiene 3 goles a favor, en
uno hubo de marcar 1 gol y 2 en el otro. Es decir, un resultado fue 1-0
y el otro 2-0 o 2-1.
El Patadín, por el mismo razonamiento hubo de ganar uno por 2-1
o 2-0 (el que quede libre de estos resultados) y el otro por 3-0, 3-1 o 3-
2. Entonces, el que perdió fue por 1-0. Ello fija que sus tres resultados
fueron:
2-0
3-0
0-1
Los del Madrid:
1-0
2-1
0-4
Como no hubo dos resultados iguales, es claro que el Patadín per-
dió por uno a cero con el Madrid.
Por último, puesto que no hubo ningún empate, el mínimo resulta-
do que queda es 3-1. Ello condiciona a que el equipo que ganó al Ma-
drid por 4-0 fue el Barcelona, ya que en el partido que perdió metió, al
menos, un gol, lo que da un total de 5 goles a favor, como mínimo.
(Como el Valencia sólo tiene 4 goles a favor, no pudo ser él quien
ganara por 4-0.)
Los resultados del Barcelona serán:
0-3 con el Patadín
4-0 con el Madrid
1-3 con el Valencia
Los del Valencia:
― 166 ―
0-2 con el Patadín
1-2 con el Madrid
3-1 con el Barcelona.
El resultado que buscábamos fue, pues:
Patadín 2 - Valencia 0
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― 167 ―
86. Dos curiosidades matemáticas en forma de acertijo
1. Es en la tumba de Isaac Newton en la que figura el epitafio
transcrito.
2. La carta pertenece a Evariste Galois, célebre matemático francés
que falleció a los 20 años de edad en circunstancias que no han podido
aclararse. A los 17 años obtuvo sus primeros resultados originales en
el campo de las matemáticas y tres años más tarde, al morir, dejaba al
mundo una de las más bellas teorías matemáticas, la de los grupos de
Galois —como se la conoce hoy día— acerca de la naturaleza de las
ecuaciones.
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― 168 ―
87. A una suerte de estos dados, van los trescientos ducados
Dada la fama que dejó don Félix de Montemar, es lógico pensar
que procuraría ayudarse un poco con las probabilidades.
Así es, en efecto. Para que la apuesta sea justa la probabilidad de
no sacar ningún as debiera ser
1
= 0,333 …
3
y la probabilidad es, realmente:
5 6
( ) = 0,33489
6
algo mayor, como se ve.
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― 169 ―
88. Maestros y escolares
Si x es el número de maestros y n el de escolares que le eran asig-
nados antes de la modificación, podemos escribir
x – n + (19 – x) (n – 30) = 1.000
19n + 30x = 1.570
157 − 3𝑥)
𝑛 = 10
19
Como n es un número entero (157 + 3x) ha de ser múltiplo de 19,
siendo, al mismo tiempo, x < 19.
La única posibilidad es
x=8
n = 70
Es decir que había 8 maestros y 11 maestras. Cada maestro atendía
a 70 niños; 560 en total. Cada maestra atendía 40 niños; 440 en total.
Finalmente, con la variación, cada maestra atiende 48 niños, lo que
hace un total de 528 escolares para las maestras. El resto, 472, se re-
parten entre los 8 maestros, tocando pues a 59 escolares.
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― 170 ―
89. Una suma un poco larga
El número de todas las permutaciones con cinco cifras es 5! = 120.
Éste es, por tanto, el número de sumandos de nuestra suma; y es claro
que cada columna contendrá las mismas cifras, esto es, 24 veces cada
una de las propuestas. La suma de cada columna valdrá:
24 × (1 + 2 + 3 + 4 + 5) = 360
Solamente nos resta sumar las cinco columnas habida cuenta de
sus posiciones respectivas, que serán:
3 6 0
3 6 0
3 6 0
3 6 0
3 6 0
3 .9 9 9 .9 6 0
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― 171 ―
90. El mayor número con tres cifras
9
99 = 9387.420.489
su magnitud es tan extraordinaria que a efectos prácticos podría-
mos decir que es infinito.
Conviene tener en cuenta que:
9
99
es la cantidad que hemos expresado, y no 387.420.4899 ya que para
ello habríamos de escribir:
(99)9
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― 172 ―
91. Los comerciantes de vinos
Llamando x al precio del barril; y, al valor del impuesto:
5x + 40 = 64y
2x – 40 = 20y
x = 120 francos
y = 10 francos
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― 173 ―
92. El cruce del Atlántico
La solución que suelen dar a este problema es la de 15 encuentros,
pero ello depende de dos aclaraciones.
Primero, si la hora de salida de Nueva York y de Londres son dife-
rentes el número de cruces es solamente 14. Segundo, suponiendo que
las salidas son simultáneas, entonces hay que decidir si el buque que
llega cuando el considerado parte, y el que está a punto de partir cuan-
do el considerado llega, se han de contar los dos (en cuyo caso son, en
efecto, 15 encuentros) o solamente uno. Esto es a gusto del lector, en
tanto no lo definamos. A mí, particularmente, me parece más lógico
que si se tiene uno en cuenta el otro no debe tenerse. Esta ambigüedad
como ya he dicho, no existe con horas de salida diferentes.
― 174 ―
¡Ah!, y el resultado proviene de que en el momento de partir hay 7
buques en camino —con los que se cruzará— y asimismo lo hará con
los 7 que saldrán en los días que él navega, siendo dudoso el 8.° que
estará a punto de salir (o el que llega en el momento que él sale).
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― 175 ―
93. Reparto de cajas
― 176 ―
94. No más autolimitaciones
El título del problema debe ayudar a no restringirse a buscar pares
de números iguales, lo que nos limitaría a 0 + 0 = 0 × 0.
Teniendo en cuenta que los números han de ser diferentes, el pro-
blema es simple:
x+y=x×y
𝑦
𝑥=
𝑦−1
Por tanto, hay infinitas combinaciones. Para dar los tres ejemplos
requeridos hagamos sucesivamente y = 3, y = 4, y = 5, obteniendo en
cada caso x = 3/2, x = 4/3, x = 5/4.
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― 177 ―
95. Y como respiro, 3 preguntas estúpidas
1. En puré, naturalmente.
2. La hora de llevarlo a arreglar.
3. Separemos el 3 y el 4, introduzcamos el 9 y démosle media vuelta
para convertirlo en un 6. El resultado 364 = 7 × 52.
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― 178 ―
96. Problema del aparcamiento
El coche n.° 6 no puede ser un SEAT, porque en virtud de a), b) y
c), 7 y 8 solamente podrían ser Citroën; entonces no se cumpliría c).
El coche n.° 6 no puede ser un Chrysler, porque en tal caso 4, 5, 7
y 8 no pueden ser Chrysler, en virtud de e), ni SEAT, en virtud de d).
En consecuencia 1, 2 y 3 habrían de ser dos SEAT y un Chrysler, lo
que resulta imposible por d).
El coche n.° 6 no puede ser un Citroën, porque las plazas 7 y 8 no
podrían ser SEAT en virtud de a); no podrían ser Renault, en virtud de
b); no podrían ser Citroën, en virtud de e). En consecuencia, tendrían
que ser Chrysler y b) no se cumpliría. Con ello llegamos a la conclu-
sión de que la plaza n.° 6 corresponde a un Renault.
El lector, si quiere, puede proseguir el razonamiento hasta deter-
minar todas las plazas. El resultado es:
― 179 ―
97. Los marineros y los cocos
Sea x el número de cocos.
Tras separar su parte el primer marinero, quedan:
2
(𝑥 − 1) ×
3
Tras separar su parte el segundo marinero, quedan:
2 2 4 2
[(𝑥 − 1) × − 1] × = (𝑥 − 1) −
3 3 9 3
Tras separar su parte el tercer marinero, quedan:
4 2 2 8 10
[ (𝑥 − 1) − − 1] × = (𝑥 − 1) −
9 3 3 27 9
Finalmente, el reparto último nos dice que:
8 10
(𝑥 − 1) − − 1 = 3̇ (múltiplo de 3)
27 9
Simplificando, se obtiene:
8x = 27 × 3 × n + 65 = :81n + 65
Ecuación diofántica, que tiene como única solución menor de 100:
x = 79
Así, el primer marinero cogió 26 y le dio uno al mono, dejando 52.
El segundo cogió 17 y dio uno al mono, dejando 34. El tercero cogió
11, dio uno al mono y dejó 22. Al día siguiente cada uno se llevó 7
dando el sobrante al mono.
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― 180 ―
98. Determinación de edades
Sean A, B y C las respectivas edades.
Desde luego,
A>C
puesto que el tiempo fluye en una sola dirección (no cabe recuperar la
juventud perdida).
A = 2(B + A – C) = 2B + 2A – 2C
2C = 2B + A
y como A > C, restando esta desigualdad, queda
C > 2B
Por tanto: Alberto es el más viejo; le sigue Carlos y, finalmente,
Bernardo.
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― 181 ―
99. El explorador y el desierto
Este problema es una variante de “El camión y el desierto”. Si uti-
lizamos un gráfico como el que entonces hicimos, pero teniendo en
cuenta la condición especificada al final del enunciado, tenemos el
resultado de la figura.
En ella hemos marcado con puntos negros los depósitos que esta-
blece en cada viaje con el sobrante; y con puntos blancos unidos a los
anteriores por un arco, la forma en que son utilizados dichos sobran-
tes. En palabras, la solución se leería en la forma siguiente:
Viaja durante 1 día, hace un depósito correspondiente a las provi-
siones de 1 día y vuelve.
Repite 3 veces esta operación (6 días en total) habiendo formado
un depósito equivalente a 3 días de marcha.
Emprende nuevo viaje y al cabo de 1 día de marcha se reaprovi-
siona, encontrándose a 20 km del punto de salida con pleno aprovisio-
namiento. Avanza otros 20 km y hace un depósito de un día. Los re-
trocede encontrándose a 20 km del punto origen sin alimento alguno.
Pero como allí quedan aún alimentos para 2 días, toma los correspon-
dientes a 1 día de marcha que le permiten regresar al punto de partida.
(Cuatro días empleados.)
― 182 ―
Finalmente nos encontramos con 2 depósitos de 1 día de marcha
cada uno, a 20 y 40 km del punto de partida, tras haber empleado ya 6
+ 4 = 10 días.
Ahora sale del origen; al cabo de un día, cuando ha recorrido 20
km se reaprovisiona; lo mismo al cabo del 2.° día, cuando ha avanza-
do 40 km. En este momento se halla completamente reaprovisionado y
a 60 km de su destino; no tiene, pues, más que seguir avanzando. En
total ha empleado 15 días.
Si quitásemos la condición de no poder hacer los depósitos más
que al cabo de días completos, la solución se hallaría como en el caso
del camión y el desierto.
100
Como = 1, 6̂, necesita hacer 4 viajes que le permitirían atrave-
60
sar 100,57 km. Pero, como no necesita atravesar más que 100 km,
podría emplear, en vez de 12 días, un poco menos, de tal forma que la
1
anchura de la última franja en vez de ser 60 = 8,57 km sea exacta-
7
mente 8 km, lo que da:
x / 7 = 8 o x = 56 km
Y el tiempo para la última franja será:
𝑡 56
=
3 60
56
𝑡= = 2,8 días
20
Con lo que se tiene para el tiempo total:
11,8 días
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― 183 ―
100. Conozcamos la Biblia
1. Ninguno. Noé sí llevó dos de cada especie de los animales in-
mundos, macho y hembra, y siete de cada especie de los animales
limpios. (Para la definición de animales limpios o inmundos véase
LEVITICO, 11.)
2. Probablemente muchos de nuestros lectores habrán pensado que
la respuesta era sencilla. No somos de la misma opinión.
El Génesis I, 24-27 dice:
“Dijo todavía Dios: Produzca la tierra animales vivientes en cada género,
animales domésticos, reptiles y bestias silvestres de la tierra según sus espe-
cies. Y fue hecho así. Hizo, pues, Dios las bestias silvestres de la tierra según
sus especies, y los animales domésticos, y todo reptil terrestre según su espe-
cie. Y vio Dios que lo hecho era bueno. Y por fin dijo: Hagamos al hombre a
imagen y semejanza nuestra... Creó, pues Dios al hombre a imagen suya: a
imagen de Dios le creó, creoles varón y hembra.”
― 184 ―
OTRAS OBRAS DE INTERÉS
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― 186 ―